Sie sind auf Seite 1von 2

Parcial de Lingüística I

Luis del Puerto

Consigna 2:

"(...) hay que colocarse desde el primer momento en el terreno de la lengua como norma de
todas las otras manifestaciones del lenguaje".

En su búsqueda de dotar de un objeto de estudio a la Lingüística, Saussure encuentra en el


lenguaje un fenómeno "multiforme y heteróclito", un terreno confuso y difícil de delimitar,
porque "no se sabe cómo desembrollar su unidad". En cambio, la lengua sí representa "una
totalidad en sí y un principio de clasificación".

Entonces, el lenguaje se presenta como una materia "incognoscible", sino por medio de una
división y una subordinación. La división es llevada a cabo por Saussure deslindando mediante
dicotomías lengua y lenguaje, y luego, lengua y habla. La subordinación pone a la lengua como
regente de las otras manifestaciones del lenguaje, así como también inserta a la lingüística
dentro de la semiología.

Además de la distinción mencionada anteriormente entre lengua y lenguaje, se plantean otras,


la lengua es una parte -esencial- del lenguaje, es "un producto social de la facultad del lenguaje".
Pero Saussure, no concuerde con que el lenguaje sea algo natural al hombre; por otra parte, si
bien la lengua no es socialmente adquirida, si es natural en el hombre "la facultad de constituir
una lengua", esto es, un sistema de signos que se asocian a ideas.

La lengua no es solo la parte más importante del lenguaje, sino que es lo que le aporta su
unidad, como sistema e instrumento creado y suministrado por una comunidad, que permite la
comunicación.

En cuanto a la dicotomía lengua-habla, evidentemente hay entre ambos una interdependencia,


pero esto no supone, según el autor ginebrino, que no sean elementos completamente
diferentes. Ambos aspectos están dentro del universo del lenguaje, sin embargo, mientras la
lengua es un sistema de convenciones de naturaleza social, en el habla no advierte "nada de
colectivo", sino manifestaciones "individuales y momentáneas". Esto le permite trazar dos
disciplinas, una lingüística del habla, y otra, "la lingüística propiamente dicha", que tiene por
único objeto a la lengua.

La lengua es un producto social de la facultad del lenguaje, un conjunto de convenciones que


permiten hacer uso de esa facultad a los habitantes de una colectividad; el habla es un acto
individual, la facultad del lenguaje realizada por medio del instrumento que conforma lengua.
El acto de habla individual no compromete al sistema en sí, no puede modificarlo. No obstante,
el habla precede históricamente a la lengua y es necesaria para que la lengua se estableza.

Así, la lengua es "un tesoro depositado por la práctica del habla en los sujetos que pertenecen a
una misma comunidad", pero no está completa más que en la masa, jamás en un individo
aislado.

En conclusión, Saussure otorga a la lengua como norma en el universo de las diversas


manifestaciones del lenguaje que, como hemos dicho, representa un objeto imposible de
abordar específicamente, desde su perspectiva. La lengua le ofrece ese punto de partida
-imposible situándose en el lenguaje- para su análisis, es un objeto bien definido y se lo puede
localizar concretamente en el circuito del habla, allí donde una imagen acustica se asocia con un
concepto.

Además, en tanto sistema social de signos, es invariable individualmente, es distinta del habla y
se la puede estudiar aunque ya no existan hablantes o comunidades que la utilicen, como
sucede con el Latín. El autor no solo plantea que se puede prescindir de otros elementos del
lenguaje para estudiar científicamente la lengua, sino que es necesario separarla de los otros
elementos del lenguaje para que su estudio sea posible.

Das könnte Ihnen auch gefallen