Sie sind auf Seite 1von 3

Domingo 31 de enero del 2010

SOCIEDAD Volver

ENTREVISTA | JOSÉ MARÍA BERMÚDEZ DE CASTRO

PALEOANTROPÓLOGO,
CODIRECTOR DE LAS
EXCAVACIONES DE ATAPUERCA
Y ESCRITOR «Cuando la cultura
desaparece, nos comportamos
como lo que somos»
Defiende que la falta de conciencia de especie causa muchos
males en la sociedad y que sería necesario abandonar algunas
comodidades para mantener el planeta vivo
Alejandro Posilio | La Voz 31/1/2010

Este madrileño de padre de A Coruña es uno de los especialistas


que más sabe de los orígenes del ser humano. De hecho, es el
director del Centro Nacional de Investigaciones sobre la
Evolución Humana. Y una parte de sus conocimientos y
reflexiones los ha plasmado en su último libro La evolución del
talento. Cómo nuestros orígenes determinan nuestro presente.

-¿Qué porcentaje del comportamiento actual de los humanos


está determinado por nuestros orígenes?

-No podría decir una cantidad, pero es elevadísimo. Si nos


referimos a la similitud genética con nuestros ancestros, de los
que nos separamos hace seis millones de años, compartimos el
99% de nuestros genes. A lo mejor, el comportamiento que
tenemos heredado puede ser de ese porcentaje. Pero este
comportamiento está enmascarado por la cultura, que es nuestra
seña de identidad. Nuestro nicho ecológico, es decir el papel que
cumplimos en el ecosistema, está definido fundamentalmente
por la cultura. Y cuando esta desaparece, desaparece lo que nos
hace diferentes y nos comportamos como lo que somos. ¿Qué
hace la gente en una situación dramática en la que no tiene
nada más que temer? Sobrevivir, luchar y enfrentarse a la
muerte sin importarle nada. El instinto de sobrevivir se impone.

-¿Hay científicos que todavía dudan de que los humanos


tenemos un ancestro común con los chimpancés?

-La genética nos dice que hay un ancestro común, y la


paleontología se ha ido acercando cada vez más a él. El Ardi
famoso, que es de una especie con un rango entre 4,4 y 5,5
millones de años, está muy próximo a esa cifra de seis millones
de años en que la genética ha establecido que vivió nuestro
ancestro. Es una estimación, basada en cálculos, que puede
variar entre 5,5 y 6,5 millones de años. Esto está corroborado
de una manera fehaciente.

-Según usted, la evolución tecnológica se produce muy rápido,


mientras que la biológica no, y que esto crea graves problemas
en la sociedad.

-Esta idea está siendo muy contestada y debatida, pero así es.
La biología tiene su ritmo, y la paleontología nos dice que no es
constante. Durante cuatro millones de años no éramos muy
diferentes de los chimpancés, éramos primates erguidos con
más o menos la misma capacidad craneal. Y hace dos millones y
medio de años sucede un cambio climático a nivel global, por el
que la zona este de África se queda con bosques abiertos y
sabanas. Entonces, los homínidos que estaban allí aprovecharon
su potencial genético para salir adelante. Se produjo un cambio
impresionante en la evolución de nuestra genealogía, y
aparecemos los humanos. En dos millones de años, los cambios
han sido mucho más rápidos que en los cuatro millones
anteriores. Pero aun así, si hacemos un promedio de los
millones de años de la evolución humana, no hemos cambiado
demasiado. La prueba está en que cuando comparamos los
genes de los chimpancés y de los humanos, separados hace seis
millones de años y cada uno evolucionando de manera
individual, solo nos diferenciamos en un 1%. Eso es muy poco,
quiere decir que la biología no es tan rápida como la evolución
tecnológica, que ha sido extraordinaria en solo cien años. Y
claro, se ha descompensado, no somos capaces de asimilar,
como seres biológicos que somos, toda esa información. Si no,
no estaríamos donde estamos ahora, que actuamos muchas
veces de manera irracional y podemos acabar con el planeta.

-Es decir, ¿la falta de conciencia social es la causa de nuestro


principales males?

-Claro. Esta falta de conciencia de especie es un concepto


globalizado que no está encima de la mesa. Ha habido otras
globalizaciones, pero esta no. Hay personas que lo piensan y lo
practican, que se preocupan por el planeta e, incluso arriesgan
sus vidas, pero no está todavía en la conciencia de la mayoría.
Deberíamos pensar que para vivir como especie, por ejemplo un
millón de años más, debemos sacrificar una serie de ventajas y
comodidades de las que disfrutamos en la actualidad.

© Copyright LA VOZ DE GALICIA S.A. Comercializa publicidad local:

Polígono de Sabón, Arteixo, A CORUÑA (España)


Comercializa publicidad
nacional:
Inscrita en el Registro Mercantil de A Coruña en el Tomo 2438 del Archivo, Sección General, a los folios 91
y siguientes, hoja C-2141. CIF: A-15000649.

Das könnte Ihnen auch gefallen