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"Para ser inmortal debes plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro"...

Entonces si has hecho algún de estas cosas o ninguna, es hora de...


Escribir TU libro
Todos pueden y deben escribir un libro...
Porque no es un arte exclusivo de intelectuales,
profesionales o literatos, porque para escribir un libro
no hace falta ir a la Universidad, ni estudiar literatura,
ni ser un genio del idioma...
Muchas veces te has preguntado:
¿Cuánto camino he recorrido?
¿Cuantas cosas he vivido?
¿Debo relatar los hechos
extraordinarios de mi vida?,
¿Mi experiencia le serviría a otros?

La respuesta contundente es... SI...


Porque TU libro hablara de tus pensamientos, tus ideales,
tus historias, es decir... de tu vida, y ese libro merece ver la luz, esas historias deben ser
contadas, solo falta darle forma, y volcar las ideas al papel o al computador.

Escribir un libro es para ti, que deseas contar al mundo lo que transita por tu imaginación,
toda tu experiencia, todo tu aprendizaje, todo lo que crees que valga la pena difundir.

En los últimos cinco años hemos publicado 517 nuevos títulos de 361 escritores de 35 países, que se encuentran en venta
en Amazon.com, autores de:
Argentina - Bolivia - Brasil - Canadá - Chile
Colombia - Cuba - Ecuador - El Salvador - España
Estados Unidos - Francia - Guatemala - Honduras
Israel - Italia - Japón - México - Nicaragua - Panamá
Paraguay - Perú - Polonia - Portugal - Puerto Rico
República Dominicana - Suecia- Suiza - Uruguay - Venezuela

Quien escribe un libro deja tallado en


la piedra del tiempo sus pensamientos
e ideales, que de otra forma desaparecerían el día que ya no este...
Quien escribe un libro es recordado por muchas generaciones que ni siquiera lo conocieron, y que leerán sus historias y
debatirán sus ideas...

Este es el momento de elegir:


Ser un espectador, espiando la
vida de los famosos del cine y TV...
O ser el protagonista de TU propia
historia, de TU propio libro...

LOS CINCO PASOS


mas importantes de su vida
Estos son los cinco pasos, fáciles y didácticos, para publicarTU libro, en sesenta días, como escritor asociado al
Mundo de los Escritores del Siglo XXI
Paso 1
Día 1- Envías por email TU obra en archivo Word,
para edición y registro del ISBN.
Día 10- Recibirás por email, la portada a color
y el numero de ISBN.
Para TU aprobación.

Paso 2
Día 15- Envías por email TU aprobación
de portada y Tu biografía.
Día 25- Recibes por email la obra diseñada en
archivo Word, lista para impresión.
Para TU corrección final.

Paso 3
Día 30-Envías por email TU corrección y/o
aprobación, y tu foto de contraportada
Día 40- Recibes por email la obra diseñada,
en PDF, lista para su publicación.
Para TU aprobación.

Paso 4
Día 45- Envías tu aprobación de PDF.
Día 55- Recibes por email el ebook y
la portada y contraportada completas.
Para TU aprobación final.

Paso 5
Día 60- Envías TU aprobación final...
Y comenzamos la distribución de
TU obra en Amazon.com, y varias
librerías internacionales de la red.
Lo mas importante de estos CINCO PASOS eres TU
Porque eres TU quien da la aprobación
para continuar al paso siguiente y,
eres TU quien autoriza la distribución de
TU libro a las librerías del mundo entero.
Seguro te estarás preguntando
¿Esto es gratis o tendré que pagar?….
Los costos por editar, diseñar el interior en negro, la tapa
y contratapa a color, maquetear en archivo Adobe Reader,
obtener el ISBN, y distribuir el libro en las librerías
virtuales internacionales, suma miles de dólares...

QUIEN PAGARA ESTO ???


El 50% lo asumen un grupo de nuestros benefactores con donaciones.
El 25% lo asume Windmills Edition, apoyando a los escritores hispanos.
El restante 25% los asume el autor demostrando el valor de su obra...
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El mundo de los escritores del Siglo XXI
II. CONTENIDO DEL DOSSIER
El dossier consta de 4 partes :
PRIMERA PARTE
ESTADISTICAS DE LA VIOLENCIA POLITICA
Se presentarán las cifras y los cuadros sobre los actos de violencia política registrados.
Los cuadros sobre acciones armadas y otros atentados serán presentados
según la información disponible por :
− frecuencia mensual,
− consolidado anual ;
− nivel nacional ;
− nivel departamental.
Los cuadros sobre las víctimas o muertes en el proceso de la lucha armada, además del desagregado anterior, serán
presentados de acuerdo a los siguientes sectores :
− fuerzas del orden ;
− civiles
− presuntos terroristas.
Para evitar una interpretación múltiple de esos sectores, cuando nos referimos a las fuerzas del orden, entendemos:
Ejército; Marina, Fuerza Aérea
y Fuerzas Policiales (HP, GC, GR); cuando nos referimos a civiles,
entendemos: autoridades públicas, representantes políticos, campesinos,
profesionales no uniformados; cuando nos referimos a presuntos
terroristas, entendemos: militantes, reales y sindicados (por la autoridad
informante), del Partido Comunista del Perú - Sendero Luminoso, por un
lado, y, por otro, del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru - MRTA. Hasta
la fecha, no tenemos noticias de víctimas entre los miembros del Comando
Democrático "Rodrigo Franco".
INTRODUCCION
SEGUNDA PARTE.
CRONOLOGIA DE LA VIOLENCIA POLITICA
Esta es la parte central de la publicación. Se divide en tres secciones:
1) "Principales hechos de la violencia política"; se trata de un recuento de he-.
chos descritos en forma periodística. Esta cronología será retomada y completada en forma de "cuadros" en el "Apéndice:
Cuadros cronológicos
completos" para facilitar una búsqueda rápida por entradas diferentes tales
como la fecha, el lugar, los tipos de víctimas, la autoría del crimen, y otros.
Una parte de los cuadros ha sido publicada separadamente en el Resumen Semanal al final de cada mes siguiente. En ellos
está el contenido descriptivo de
las cifras y los cuadros estadísticos de la primera parte del dossier.
2) Otros "recuentos cronologicos".
− del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA),
− del Comando Democrático "Rodrigo Franco",
− de "Atentados contra miembros de las fuerzas del orden",
− de "Atentados selectivos: 1980 1988",
− de las "Víctimas durante el toque de queda en Lima
metropolitana: febrero 1986 - julio 1987".
3) 'Termina este capitulo con una "Lista de Decretos Supremos que establecen el
Estado de Emergencia" en distintas provincias del país, privando a la población
implicada de la plena vigencia del sistema de la democracia constitucional.
TERCERA PARTE.
ALGUNAS OPINIONES SOBRE EL FENOMENO DE LA VIOLENCIA
POLITICA EN EL PERU.
Esta parte incluye las opiniones sobre el fenómeno de la violencia política
que han sido vertidas por los principales actores políticos del país, desde 1980 a
la fecha. Es esta parte del dossier la que nos tomó un tiempo considerable
porque intentamos presentarla de la manera menos subjetiva posible. Hemos
escogido finalmente opiniones de 6 personajes de cada sector y agrupamiento
político. Con algunas excepciones, nos hemos esforzado por mantener una
cierta objetividad reflejada en esta representación numérica. Una excepción
notable es el caso del Partido Aprista. Hemos escogido 7 personas en vez de 6
porque surgió claramente la importancia de diferenciar la posición aprista
frente a la violencia política como parte principal de la oposición antes del 28
de julio de 1985 y la actual como el partido gobernante.
15
INTRODUCCION
16
Por otra parte, hemos sentido cierta frustración frente a las limitaciones
que provienen de la naturaleza misma de nuestras fuentes periodísticas. En
base a la prensa escrita de circulación nacional, no podemos ofrecer, por ejemplo, datos sobre las opiniones del sector
sindical, obrero, empleado,
campesino, de comercio informal o pobladores de los pueblos jóvenes; todos,
gente común y corriente que en su anonimato no representan a nadie o,
mejor dicho, se representan únicamente a sí mismos, y son, a pesar de todo,
actores cada vez más significativos de nuestra sociedad en la última década.
Sin embargo, la prensa nacional tiende a buscar preferentemente a
personajes de fama para vender mejor sus noticias. Excepcionalmente unos
periodistas de sensibilidad social tratan de recoger, de vez en cuando, "la
voz del pueblo", del campesinado de Ayacucho o Cajamarca, de los
pobladores de Villa El Salvador y otros, pero unos cuantos informes de esta
índole no pueden reflejar ni de lejos la opinión de algunos sectores
populares frente a la violencia cotidiana.
Hemos visto aquí límites metodológicos muy serios ligados al carácter
inherente al periodismo nacional, por un lado, y, por otro, ventajas que tendrían boletines informativos, la llamada "prensa
popular o chica" (sobre todo la radio provincial) para indagar respetuosamente sobre las
tendencias actuales de actitud y de opinión de algunos sectores populares
precisos sobre violaciones de los derechos humanos fundamentales. Pero ese
tipo de trabajo pertenece ya al campo de las investigaciones concretas, más
allá de la delimitación que hemos trazado para producir este dossier.
De igual modo, hemos buscado opiniones representativas de los gremios
empresariales y profesionales en la prensa escrita de circulación nacional. El
resultado es muy decepcionante. Sobre la violencia se producen "comunicados", consistentes pero esporádicos. La mayor
parte de ellos están representados ampliamente por sus respectivas agrupaciones, más políticas que
gremiales. Hemos recogido algunos materiales sobre este punto pero no llegamos a agruparlos de manera consistente en
esta parte. Esperamos que los
usuarios de este dossier encuentren en nuestra bibliografía indicaciones suficientes para sus indagaciones.
1) PARTIDOS POLITICOS:
Pronunciamientos institucionales, comunicados, del partido del gobierno
(1980-1985), Acción Popular, y opiniones de sus miembros representativos:
-Fernando Belaúnde Terry (Presidente de la República),
-Javier Alva Orlandini (secretario general de AP),
-Manuel Ulloa Elías (Premier y ministro de Economía),
INTRODUCCION
− Femando Schwalb Lopez Aldana (Premier)
− José María de la Jara y Ureta (ministro del Interior),
− Luis Pércovich Roca (ministro del Interior/Premier),
Pronunciamientos, comunicados, del partido cogobernante, Partido Popular
Cristiano, y opiniones de sus miembros representativos:
− Luis Bedoya Reyes (presidente del PPC),
− Ernesto Alayza Grundy (ministro de Justicia),
− Felipe Osterling Parodi (ministro de Justicia),
− Enrique Elías Laroza (ministro de Justicia),
− Armando Buendia Gutiérrez (ministro de Justicia),
− Mario Polar Ugarteche (senador PPC).
Pronunciamientos, comunicados, del Partido Aprista Peruano, hasta julio de
1985, y sus miembros representativos:
− Armando Villanueva del Campo (secretario general PAP),
− Alan García Perez (secretario general PAP),
− Luis Alberto Sánchez (senador PAP),
− Fernando León de Vivero (diputado PAP/Comisión de Seguridad),
− Javier Valle Riestra (diputado PAP/Comisión de DD.HH.).
Pronunciamientos, comunicados, del Partido Aprista Peruano, después del
28 de julio de 1985, y opiniones de sus miembros representativos:
− Alan Garcia Pérez (Presidente de la República),
− Luis Alva Castro (Premier y ministro de Economía),
− Abel Salinas Izaguirre (ministro del Interior),
− Armando Villanueva del Campo (senador y Premier),
− Luis Alberto Sánchez (primer vicepresidente),
− Javier Valle Riestra (senador/Comisión de DD.HH.).
Pronunciamientos, comunicados, del frente electoral Izquierda Unida, de
partidos políticos que lo componen, y opiniones de sus miembros representativos:
− Alfonso Barrantes Lingán,
− Jorge Del Prado Chávez,
− Enrique Bernales Ballesteros,
− Javier Diez Canseco Cisneros,
− Rolando Breña Pantoja,
− Rolando Ames Cobián.
17
INTRODUCCION
18
2) MINISTROS MILITARES Y OFICIALES EN SITUACION DE RETIRO
Ministros y Comandantes de las fuerzas del orden (80-85):
− José Gagliardi Schiafino (ministro del Interior),
− Luis Cisneros Vizquerra (ministro de Guerra),
− Oscar Brush Noel (ministro de Guerra/Interior),
− Julián Julia Freyre (ministro de Guerra),
− Roberto Clemente Noel Moral (Comandante en Ayacucho),
− Adrián Huamán Centeno (Comandante en Ayacucho).
Ministros y Comandantes de las fuerzas del orden (85-88):
− Jorge Flores Torres (ministro de Guerra),
− Julio Pacheco Concha Hubner (ministro de Marina),
− Guillermo Monzón Arrunategui (presidente del CC.FF.AA),
− Sinesio Jarama Dávila (Comandante Jefe IIa Región Miltar),
− Enrique López Albújar Trint (ministro de Defensa),
− Juan Soria Díaz (CC.FF.AA./ministro del Interior).
3) CLERO NACIONAL
Pronunciamientos, comunicados, del sector Iglesia (Conferencia Episcopal
Peruana, CEAS, Obispos de Sur-Andino, grupos religiosos, movimientos laicos,
Parroquias) y opiniones de los clérigos representativos:
− Cardenal Juan Landázuri Ricketts (presidente de la C.E.P.),
− Luciano Metzinger (secret. general de la C.E.P./CONAMCOS),
− José Dammert Bellido (vicepresidente de la C.E.P),
− Ricardo Durand Flórez ( vice-/presidente de la C.E.P.),
− Luis Bambarén Gastelumendi (Comisión Episc. Acción Social),
− Augusto Beuzeville Ferro (Comisión de Paz).
4) SECTOR DE MEDIOS DE COMUNICACION ESCRITOS:
- Semanarios: Caretas, Oiga, Equis X;
- Diarios: El Comercio, Expreso, El Diario y La República.
CUARTA PARTE.
BIBLIOGRAFIA SOBRE LA VIOLENCIA POLITICA
Finalmente, presentamos una bibliografía sobre Sendero Luminoso, el
MRTA, algunos "casos" específicos de violaciones de los derechos humanos
(Uchuraccay, Accomarca,
Marx parte de la base de que todo lo
que existe en el Cosmos es
MATERIAL, renegando por lo tanto de
lo espiritual. Dentro de lo material, y
en el mundo humano, las relaciones
se rigen por su posesión. Es decir, por
la ECONOMÍA. La posesión de los
recursos es lo que durante toda la
historia (al menos desde el Neolítico)
ha regido las relaciones entre los seres humanos,generando dos elementos
en la sociedad principales y antagónicos: los POSEEDORES, y los
DESPOSEÍDOS. Se entiende por poseedor aquél que dispone de la riqueza,
mientras que desposeído será al contrario.
Es muy difícil explicar brevemente la ideología impulsada por Karl Marx, y probablemente éste no será el único artículo
que publique en este sentido, pues en todos los casos me quedaré corto.
El MARXISMO es la doctrina propuesta por KARL MARX Y FRIEDRICH ENGELS en el siglo XIX. Es una interpretación de los
hechos históricos (MATERIALISMO HISTÓRICO), políticos, sociales y económicos. Es decir, que es posible comprender el
mundo desde un punto de vista marxista. De hecho, yo no lo entiendo de otro modo.
Bien, desde la revolución neolítica hay personas que
se han quedado con la riqueza en detrimento de otras
(la mayoría). La riqueza (tierras, industrias, minas etc.)
es conocida comoMEDIOS DE PRODUCCIÓN. Marx lo
dice bien claramente: en la antigua Roma los
terratenientes poseían esclavos; en la Edad Media los
señores poseían siervos; y en su época, la Revolución
Industrial, los burgueses (los nuevos poseedores),
tienen obreros. Nada ha cambiado en lo esencial.

El problema estaba, pues, en la posesión de


los MEDIOS DE PRODUCCIÓN. Y es que, si las elites
son siempre una minoría, ¿cómo podemos
explicarnos que esta minoría tenga todas las tierras,
industrias y riquezas? Y aún más si la mayoría (los
desposeídos de MEDIOS DE PRODUCCIÓN), albergan
algo fundamental e indispensable para las elites:
su FUERZA DE TRABAJO.
La respuesta es sencilla. Los DESPOSEÍDOS se dejan
OPRIMIR por la sencilla razón de que están
ALIENADOS, es decir, sometidos o controlados por
los POSEEDORES, que son sus OPRESORES.¿Por qué?
Pues porque los poseedores han ideado una serie de
mecanismos para mantener a raya a los oprimidos,
que aun siendo mayoría, nunca tendrán la riqueza.

¿Cuáles son los mecanismos de ALIENACIÓN? Pues son varios.


Por ejemplo, los poseedores controlan los MEDIOS DE
COMUNICACIÓN, los LIBROS, las RADIOS, la RELIGIÓN, etc. Es
decir, controlan los MEDIOS DE PRODUCCIÓN INTELECTUAL. Y
con ellos amedrentan a los desposeídos. Les dicen que no se
rebelen, que todo iría peor si lo hacen, y les dan PAN Y
CIRCOpara tenerlos anestesia
MARX se dio cuenta de eso en su época. Vio
cómo mujeres embarazadas y niños se
enfrentaban a largas jornadas de trabajo en el
Londres industrial y advirtió que la sociedad
estaba desordenada. ¿Cómo podía explicarse
que un pequeño porcentaje de personas
poseyera la mayor parte de los medios de
producción? ¿Cómo se explicaría hoy día que un
1% posea más riqueza que el 99% restante?

El filósofo alemán señaló que la sociedad de su tiempo estaba alienada.


Estaba controlada y sometida, aunque no se daba cuenta. Para liberarla,
ideó una estrategia que se conoce comoLUCHA DE CLASES, que siempre
había existido, pero que jamás se había definido como tal. MARX
apuntó que los oprimidos siempre habían luchado contra los opresores,
como por ejemplo había sucedido en la Revolución Francesa de 1789,
en la que las elites fueron pasadas a cuchillo. El problema era que,
después de la revolución, las masas no se habían organizado bien.

LA SOLUCIÓN DE MARX RADICABA EN UNA SERIE DE PUNTOS:

1.CREAR CONCIENCIA DE CLASE:

el filósofo advirtió que el problema principal de los oprimidos era que no sabían que
estaban oprimidos; que ignoraban que eran mayoría y que sin su fuerza de trabajo
las industrias de los opresores no podrían funcionar. Por lo tanto la solución era
darles a entender a todos que formaban parte de la misma clase: EL
PROLETARIADO, o CLASE TRABAJADORA. Cuando esto se diera, sería mucho más
fácil luchar por sus derechos, pues eran mayoría social.

2.FORMAR UN PARTIDO:

la mejor estrategia para enfrentarse a los opresores era hacerlo en las instituciones
políticas. Un partido del proletariado votado por el proletariado sin duda ganaría las elecciones y podría establecer
nuevas leyes que quitarían los privilegios a las elites tradicionales.
3.ESPERAR A LA CRISIS:

como buen erudito, MARX estudio el sistema económico que perjudicaba a los oprimidos, el CAPITALISMO, y se dio
cuenta de que éste tendía a padecer crisis cíclicas que lo
debilitaban. Este era el momento en que los oprimidos
aprovecharían para destruirlo.

4.DICTADURA DEL PROLETARIADO:

no es una dictadura como tal. Una vez en el poder con el voto de la mayoría
de proletarios u oprimidos, el PROLETARIADO revocaría los privilegios de
las elites y haría justicia devolviendo los MEDIOS DE PRODUCCIÓN (de los
que los opresores se habían apropiado) a los trabajadores o PROLETARIOS.

MARX era consciente de que en este punto los opresores utilizarían la violencia contra los oprimidos en el poder, por
eso nunca descartó que el enfrentamiento armado pudiera ser una herramienta indispensable.

5. DEMOCRACIA SOCIAL:

el objetivo de Marx, su UTOPÍA, era alcanzar un sistema


económico COMUNISTA. Esto es, aquél en el que los MEDIOS
DE PRODUCCIÓN fuesen propiedad de todas las personas y
no solo de unos pocos privilegiados. Nunca dijo que no
hubiera propiedad privada en cuanto a, por ejemplo, el
hogar.

En su sociedad utópica no haría falta el EJÉRCITO, y


desaparecerían las lentas instituciones burocráticas y
representativas, que serían sustituidas por ASAMBLEAS DE
TRABAJADORES LIBRES que tomarían las decisiones siempre
democráticamente en un sistema PARTICIPATIVO(por parte
de todos los ciudadanos). Probablemente habría topes
salariales por arriba y por abajo, de manera que nadie pudiera ganar tanto como un rey, y nadie pudiera ser tan pobre
como un mendigo. En cuanto a los recursos y bienes económicos, serían compartidos por toda la ciudadanía.
ECONÓMICAMENTE. Se ha intentado poner a la práctica en algunas épocas de la historia. Por ejemplo, durante
la REVOLUCIÓN RUSA DE 1917 y a posteriori un grupo de
revolucionarios liderado por Lennin intentó llevar a la
práctica este sistema. Para ello tuvo que enfrentarse con
las armas a las elites, encabezadas por el Zar Nicolás II (un
rey absoluto), que terminaron aniquiladas por los
revolucionarios. Las primeras medidas de los
revolucionarios del 17 fueron de un enorme progreso para
las masas oprimidas de Rusia. Sin embargo, con el tiempo
parece que sus dirigentes perdieron el norte y acabaron
cediendo, tras la muerte de Lennin, el liderazgo a un
psicópata llamado Stalin, que impuso una dictadura de
hierro encubierta en una idea tergiversada de
comunismo. Sin duda, el de Stalin no era marxismo.

El COMUNISMO acusaría posteriormente la mala imagen que le


confirió el ESTALINISMO, y a su vez, el CAPITALISMO, impulsado
por los EE.UU., se encargó de crear una LEYENDA NEGRA contra
el MARXISMO. Durante décadas ambos sistemas políticos
convivieron, pero al final de laGUERRA FRÍA el comunismo
cayó, y el CAPITALISMO demonizó al COMUNISMO hasta el
punto de llegarlo a prohibir en algunos países. A tal punto
hemos llegado, que el CAPITALISMO, que a la postre ha causado
más vícitmas que ningún otro sistema, es el único ideal
económico que aceptan la mayoría de los ciudadanos de
nuestra época, aún cuando el MARXISMO se fundamenta en la
IGUALDAD ECONÓMICA DE TODOS LOS SERES HUMANOS, todo
lo contrario que el CAPITALISMO.

Esto es, grosso modo, un resúmen de la ideología marxista. Si queréis más información, hay mucha bibliografía.
Además…
El Ecosocialismo en el mundo contemporáneo: entre la Economía y la
EcologíaFuente: Pacarina del Sur
- http://pacarinadelsur.com/home/abordajes-y-contiendas/1213-el-ecosocialismo-en-el-mundo-contemporaneo-entre-la-
economia-y-la-ecologia - Prohibida su reproducción sin citar el origen.

Resumen: Este artículo se propone encontrar los paralelismos y rupturas entre la economía ecológica y la obra de Karl
Marx. De esa manera, se reconoce que la economía ecológica puede ser considerada como una apología del capitalismo
actual o bien como una crítica de éste. Así pues, la principal limitación de los economistas ecológicos radica en que no
cuestionan la naturaleza del régimen económico y social dominante. Sin embargo, también se destacan los límites históricos
y estructurales del pensamiento del autor discutido frente a la realidad contemporánea, al reconocerse la barrera natural
con que se encuentra el capital, es decir, la Tierra. La construcción de la economía política ecológica resulta de la síntesis
entre la economía ecológica y la recuperación del pensamiento de Marx (y sus contribuciones), en que se entiende que la
problemática ambiental no sólo es derivada de un modo de apropiación depredador del hombre sobre la naturaleza sino,
sobre todo, debido a la explotación mundial del trabajo por el capital. Y ello es la base del ecosocialismo.

Palabras clave: economía ecológica, economía política, ambiente, críticaFuente: Pacarina del Sur -
http://pacarinadelsur.com/home/abordajes-y-contiendas/1213-el-ecosocialismo-en-el-mundo-contemporaneo-entre-la-
economia-y-la-ecologia - Prohibida su reproducción sin citar el origen.

OBJETIVOS

I. Determinar y analizar cuáles son los límites y aportes epistémicos de la economía ecológica frente a la devastación
eco-social en el mundo, problemática muy descuidada en América Latina.

II. Destacar las contribuciones y límites del pensamiento económico-filosófico de Marx desde el punto de vista de la
crítica de la economía política.

III. Discutir en la obra de Marx alrededor de las bases teóricas necesarias para la construcción de la economía política
ecológica.

METODOLOGÍA

Primeramente se expone la crítica de la economía ecológica (y ambiental), destacando su aporte consistente en


comprender la economía dentro de la ecología; pero ubicando sus límites por el hecho de que ataca los efectos de la crisis
ambiental sin tocar su base estructural, basada en la acumulación de capital; mientras que, por su parte, la economía
ambiental percibe a la naturaleza como un agente económico más.

En seguida, se destacan algunos puntos de discusión filosófico-económica de la obra de Marx, destacadamente en su teoría
de la relación hombre-naturaleza, en donde el hombre es contemplado como parte de la misma (Marx, 1966), aunque
como dueño de aquélla (coincidiendo con Kant, Hegel, etcétera).

Posteriormente, se reflexiona sobre la síntesis de ambas posturas teórico-metodológicas mediante la economía política
ecológica, ésta como explicación alternativa a partir de las obras económico-filosóficas de Marx, y en el contexto
contemporáneo de devastación planetaria y degradación de la especie humana.

Finalmente, se resaltan las contribuciones de la crítica de la economía política, tomando en cuenta las condiciones históricas
contemporáneas, a fin de entender y coadyuvar a resolver el problema ambiental simultáneamente al social.

INTRODUCCIÓN

Esta ficción surge por entero de la incapacidad para entender la forma específica de la producción burguesa, y esta
incapacidad, a su vez, nace de la obsesión de que la producción burguesa es producción como tal, tal como un hombre cree
en determinada religión y la ve como la religión, y todo lo que esté fuera de ella son para él nada más que religiones falsas.”
(Marx II, 1975: 452).

Parar la destrucción eco-social global implica recuperar voces diversas, encontrar resonancias y disonancias, así como
construir nuevas interpretaciones e interpelaciones de la realidad socio ambiental. Todo esto con la finalidad de remontar
no sólo los efectos sino, sobre todo, las causas últimas de tal devastación (que se encuentran en la lógica de la acumulación
de capital como un fin en sí mismo). Para ello, en este artículo se profundiza alrededor de las interrelaciones ecología-
economía, y se enfatiza en la parte positiva de la crítica de la economía política de Marx, para que de esta forma puedan
destacarse sus explicaciones teóricas más importantes en conexión con la relación de la economía y la ecología, en el
contexto de los cambios civilizatorios; esto implica también comprender y profundizar en el requerido diálogo entre
aquéllas disciplinas.

La economía y la ecología han sostenido un diálogo antes soterrado, hoy desembozado, donde ambas se retroalimentan y
en el que se condicionan mutuamente. Todo lo cual explica el presente choque (en la teoría y en la práctica) entre ambas,
presente en el funcionamiento de la sociedad capitalista; además de que se encuentran subsumidas al capital.

Igualmente, ambas ciencias (que reproducen dos esferas de la realidad histórico- natural) tienen en común el que ponen
como centro de su análisis a los flujos de energía [económicos (Hernández, 1985) y ecológicos respectivamente (Costanza et
al, 1999) y el ciclo de materiales (especialmente de nutrientes en la ecología y mediante el proceso de reproducción social,
en la economía); así como también, los equilibrios y desequilibrios que son fundamentales para entender las lógicas de su
funcionamiento (Jiménez, 1993) y sus múltiples imbricaciones que de ellas derivan; y ahora de
compatibilidad/incompatibilidad entre “las leyes del desarrollo de la naturaleza orgánica y las de la historia humana”.[1]

Las diferencias entre aquéllas radican en sus distintos objetos de estudio (ecosistemas, explicados por la cadena
alimentaria, versus sistemas económicos, regidos por la circularidad producción-circulación-distribución-consumo), que
empero son tan parecidos como las palabras economía y ecología que poseen la misma raíz; y parten del hecho de que el
estudio la administración de la casa (economía), es distinto a la casa misma (ecología), (Terradas, 1975).
Hay que decir que, sin la mano del hombre, la ecología se reproduce independientemente de él; pero cuando la economía
llega a subsumir a la naturaleza (como ocurre en el capitalismo); ésta, sobre todo considerada como micro-natura, depende
de la administración humana de la casa.[2]

Como resultado de su imbricación, a consecuencia de la destrucción de la Tierra, que afecta sus objetos de estudio, estas
ciencias (natural y social) avanzan, desde una separación real como tales, a su unión; en donde la sociedad debe dirigir los
esfuerzos para subsistir, mediante la inserción de la economía a la ecología de manera consciente y consistente. Esto no
puede y suele llamarse dominio humano sobre la naturaleza,[3] sino cooperación con ella (Childe, 1972). Por lo tanto, se
nutren ambas disciplinas mutuamente ya que la economía expresa el dominio humano y la ecología la preponderancia de
los procesos naturales.

De inicio puede afirmarse que la economía como ciencia precede a la ecología (en Haeckel, 1866),[4] es anterior a
ella,[5] así como también el concepto de trabajo fue tomado por la física de la economía:

“La teoría mecánica del calor transfiere esta categoría de la economía a la física (…) Sin embargo, tendencia a retransferir el
concepto termodinámico del trabajo a ciencias de las que ha sido tomada esta categoría.” (Engels, 1961:267).

Esto significa que, a partir de esta retransferencia, la economía no podría entenderse sin la “economía de la
naturaleza”,[6] configurando una economía termodinámica. En ese sentido, la economía real y la ecología siempre han
estado unidas en la práctica, aunque no tanto en la teoría.[7] Así pues, la economía política ecológica (o del ambiente)
destaca las esferas de intersección entre la dinámica de los ciclos de la naturaleza respecto a los ciclos económicos y
viceversa.

Pero además, la economía y la ecología constituyen realmente fuerzas opuestas en la sociedad capitalista,[8] por lo cual sin
la intervención humana para remontar tal contraposición y la devastación que se vive, no habría posibilidad de rescate
alguno de los ecosistemas porque -en general-: a mayor consumo de energía (mediante mayores inversiones y consumo
improductivo) se producen mayores ganancias brutas pero también mayor entropía (Georgescu-Roegen, 1975; Latouche,
2006), bajo la lógica del patrón de desarrollo capitalista que es, en esencia, incompatible con la naturaleza (Torres, 2001).

La economía es parte del ciclo ecológico, pero la ecología se somete al dictado del ciclo económico D-M-D’, que describe la
autovalorización del capital, mediante la conversión del dinero en capital. Así entonces, es necesario tomar en
consideración la doble subsunción que está presente en este entramado ambiental: a) Como una relación de dominio (que
en el fondo es de cooperación) sobre la pequeña naturaleza (ecosistemas) y b) Como subordinación humana a la gran
naturaleza (cosmos).

De esta forma, se va tejiendo una inextricable madeja o red de complementariedades (o de incompatibilidades de rechazo)
y a la vez de jerarquizaciones, pero siempre desde la doble óptica de la dependencia del hombre a la naturaleza (macro-
natura), y del aprovechamiento y/o explotación[9] de ella (micro-natura); ese es el quid del asunto, por lo tanto, no se trata
de una simple extensión de la lucha de clases o del conservacionismo ecológico sino más bien de la lucha entre dos
paradigmas: la gran bifurcación (Laszlo, 2008), lo que destaca en el momento actual en el que tiende a hacerse más fuerte
la lucha eco-social; esto es, a fin de continuar o bien parar el dominio mencionado (lo cual no es una renuncia a la evolución
y desarrollo humano).

En este punto básico se plantea la necesaria conexión entre ambas disciplinas, lo cual resulta básico para el entendimiento
del mundo moderno (y del no moderno) inmerso en una aguda crisis eclógico-social (transición civilizatoria), en la
perspectiva interdisciplinaria y transdisciplinaria.[10] Entonces puede decirse que, en la ecología, se presenta la unidad entre
la teoría de la evolución y las leyes de la termodinámica (Capra, 1998), mientras que la economía convencional puede eludir
este hecho; ya que reposa teórica y prácticamente, en la doble explotación que está en su base; ahora maquillada mediante
el postmodernismo de la sustentabilidad, la cual sigue siendo inevitablemente una forma del desarrollo capitalista porque
coincide con ella en la búsqueda de la perpetuidad (“sostenibilidad”):

“El capital implica, hasta cierto punto, la perpetuidad del valor: si bien las mercancías perecederas le proporcionan sus
diversas personificaciones, es sólo con el fin de cambiarse constantemente. Incansablemente se despoja de su forma eterna
de dinero para revestir la forma perecedera de mercancía. La eternidad, en efecto, no puede manifestarse sino bajo una
forma efímera; ella es lo que pasa a la vez el proceso y la vida. Pero el capital sólo adquiere esa cualidad chupando el alma
del trabajo vivo, como un vampiro”.

“La perdurabilidad[11] -duración del valor bajo su forma de capital- sólo se logra a través de la reproducción que es ella
misma doble: reproducción del valor, reproducción del dinero, y unidad de estos dos procesos de reproducción” (Marx II,
1970:135).

HACIA UNA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA ECOLÓGICA

La crítica de fondo a la economía ecológica, radica en que esta representa, en la gran mayoría de sus representantes, una
“economía verde” (no roji-verde, O’Connor, 1993); esto es, persigue un cambio del ser humano en relación con la
naturaleza (no modificando el carácter capitalista de la sociedad), aunque en un sistema universal de explotación.[12] En
general, puede decirse que en aquélla prevalece el tema de la transición hacia las energías renovables (Clive, 2007), lo cual
en sí mismo no garantiza ni resuelve nada de fondo; aunque podría hacerlo sólo bajo una propuesta de reestructuración del
capitalismo y civilización mundial, y bajo la forma de una globalización positiva (Bauman, 2010); empero, tal solución a la
crisis energético-ambiental resulta -bajo el neoliberalismo triunfantes- siempre y primordialmente un negocio más, a fin de
generar mayores ganancias y fomentar mayor explotación del trabajo y la Tierra.

Aquí es donde aparece el dominio de la ecología a la economía, pero más como una posición ideológica, ya que las
categorías empleadas resultan un refuerzo en la fe en el capital y para no revertir el dominio de la economía sobre la
ecología, como en la economía ambiental (Tietenberg, 1980; Pierce y Turner,1990).

Puede mencionarse que en el punto central que es el debate que existe entre la entropía y el proceso económico
Georgescu-Roegen, (1975), traslada conceptos de la física la economía y no hay una construcción teórica a partir de la
síntesis economía/ecología; al mismo tiempo se emplea el instrumental de la teoría neoclásica. En este caso, la desigualdad
social no es algo que tenga que ver con la crisis de energía, que se explica por la entropía.
Por su parte [(Costanza et al. (1999) y Aguilera y Alcántara (1994)], minimizan las causas sociales de la crisis ambiental
planetaria y todo pasa por una cuestión técnica, que habrá de resolverse mediante los mecanismos de mercado (en especial
bajo el principio del libremercado). También Mc Donough y Braungart (2002) crean la ilusión de un crade to cradle, mientras
que se popularizan los temas de una economía que imita a la naturaleza (Biomimicry), (Benyus, 2002).

En España, Martínez Alier (1992) y Jiménez Herrero (1994) tienen visiones parecidas, donde destaca el activismo del
primero. Se ubican como nepopulistas, pero siguen presos de la teoría neoclásica y keynesiana; de la misma economía
ambiental.

Adquiere cada vez mayor fuerza en los medios la idea de la llamada economía verde, entendida como la forma concreta de
la sustentabilidad, que es ahí a donde se nos quiere llevar desde la perspectiva de la economía ecológica que elude el
cambio social y se convierte la ideología empresarial en turno (como antes con el consumismo convencional y derrochador
de energía y materiales). Esta se caracteriza por la aplicación de las tres erres.[13] Lo cual evidencia las limitaciones incluso
en el plano técnico y económico, puesto que eluden otras dos erres, como son: a) la Renovación de los ecosistemas; y b)
Regresar, es decir incorporar los procesos de degradación en dicha economía verde; estos sólo pueden ser emprendidos por
el gobierno o grandes empresas, porque se elude en el ciudadano este tema haciéndole creer que todo se resuelve con el
reciclaje.

Por oposición a los anteriores, se tiene a investigadores como Paul Burkett (2006), o Foster (2008). Sin embargo, en este
caso se acercan más a hacer el rescate de Marx en relación con la ecología; y aunque son muy valiosos en el plano teórico,
no van más allá de la idea de sustentabilidad, y suponen que Marx estaría a favor de ese discurso cuando usan algunas
partes de su obra para demostrar que ahí ya estaba la sustentabilidad.

Esto es así ya que el discurso ecologista enmarca la explotación capitalista en la era de la globalidad y se piensa que, con la
sustentabilidad (término confuso), “débil” o “fuerte”, ésta sería la solución definitiva al dilema de capitalismo y medio
ambiente, pero siempre desde la óptica de un destino: el “capitalismo natural” (Gore, 2006) o “sustentable” (Hawken,
2000).

LA RELACIÓN HOMBRE-NATURALEZA EN MARX Y ENGELS


El dominio de la naturaleza se realiza en la industria a una escala más colosal que en la agricultura, la cual hasta hoy tiene
que dejarse mandar por el tiempo atmosférico, en vez de dominarlo (Engels, 196: 169).

La principal característica (económico-filosófica) de la obra de Marx vista en su conjunto, en cuanto a la relación hombre-
naturaleza, radica en la paradoja que representan sus dos posturas epistemológicas fundamentales (aparentemente
excluyentes), que están presentes en su obra: el dominio humano sobre la naturaleza (no sólo el control limitado) de una
parte, y de la otra, y la sumisión hacia ella, pero el mundo (y el universo) se mueve bajo la égida de dos fuerzas
contrapuestas pero complementarias: la lucha y la cooperación.[14] Con ello pareciera que la meta no es la del reino de la
libertad[15] sino el desarrollo de las fuerzas productivas materiales en cuanto tales (como si éstas fuesen imparciales).
Empero, las fuerzas productivas se centrarían más bien en los aspectos inmateriales[16] como un fin en sí mismo (en donde
finalmente se ven unidas). Esta última aseveración se ha malinterpretado. Porque en realidad de lo que se trata es la
eliminación del trabajo excedente y la liberación humana del capital, convirtiendo al trabajo de medio de vida en la
“primera necesidad vital” (Marx y Engels, 1978:335). Empero, su base es una progresiva cooperación con natura, más que
de dominio sobre ella.

Marx considera necesaria la fase capitalista (como preámbulo del comunismo, fase superior del socialismo), pero podría
pensarse que minimiza los límites naturales (es decir, el nivel de destrucción alcanzado por el capitalismo) que son
evidentes en la realidad actual, puesto que la economía se encuentra subordinada energética y materialmente a los
ecosistemas. En cambio su aporte estaría en dirección de la economía política ecológica (es decir, crítica) la cual supone, en
pocas palabras, cambiar la relación del dominio doble del capital[17] (histórico-natural).

Sin embargo, esto choca con la, proclamada por el autor, explotación de la naturaleza, ésta como una condición del
establecimiento del comunismo,[18] siempre en el entendido de se trataría una “explotación sistemática y organizada de la
Tierra” (Marx I, 1974:648) y como equivalente a un verdadero dominio, esto es en nombre de la ciencia,[19] como si ésta en
general fuese imparcial; empero, el autor también sostiene que la ciencia se encuentra subsumida al capital

Se afirma que el arribo a una sociedad superior implica el salto del “Reino de la Necesidad” al “Reino de la Libertad” (es
decir, al comunismo).[20] Sin embargo, aquí está presente una contradicción, ya que el Reino de Libertad se encuentra
dentro del Reino de la Necesidad (“a cada cual según sus necesidades”, el “trabajo necesidad vital”) y finalmente porque
hay una identidad entre libertad y necesidad.

Por último, hay que reconocer que la libertad es saber que estamos dentro, no sólo junto de la naturaleza; y que no somos
sólo parte de la naturaleza. Además de que la naturaleza no es una fuerza ciega: es la maestra (Schiller).

Pero el dominio de la naturaleza es una tarea que le corresponde al capital choca con ser a la vez parte de la naturaleza
(Marx, 1966) de la naturaleza. .Al parecer las dos visiones de la relación con la naturaleza corresponden, aunque no lo dice
el autor, a que en una se refiera a la tierra y la otra a los medios de producción, los cuales puede dominar si existen las
condiciones sociales para ello.

Por otra parte, en la sociedad en transición, las fuerzas productivas tienen una connotación distinta (Betteleheim, 1979)
más allá del capitalismo, ya que no se trata del productivismo sino del tiempo libre. Pero el trabajo necesario no (nunca)
desaparece; al contrario, queda claro (Marx I, 1974:440) que lo que desaparece es el trabajo excedente. Entonces ya no
habría diferencia entre el trabajo necesario y el tiempo libre; todo ello reduciendo la jornada de trabajo. Pues mientras más
libre es el trabajo, menor es el tiempo necesario pero mayor es la productividad e intensidad del trabajo, así como la
presencia de las fuerzas naturales, no dominadas, sino actuando en cooperación con el hombre.

Se trata entonces de esas dos visiones de la relación hombre-naturaleza entremezcladas en Marx. En la primera, el hombre
destruye a la naturaleza, en la segunda, la domina; lo que dentro de la explicación de Marx y Engels, ello significa
cuidándola de acuerdo a sus leyes, y mediante un manejo científico.

Una última cuestión tiene que ver con la paradoja existente entre la humanización de la naturaleza y la naturalización del
hombre. La primera, tiende sus límites en la segunda. Esto coincide con el dilema señalado por John D. Bernal (Dyson,
1985): el existente entre la naturaleza orgánica y la artificial.
Finalmente, frente a los límites del antropocentrismo de Marx, y que es una crítica a la propiedad privada, pero también a la
social, el punto clave es la relación hombre-Tierra, y en donde de lo que se trata es de legar la tierra mejorada a las
siguientes generaciones (rebasando así al Informe Brundtland).[21]

LA ECONOMIA POLÍTICA ECOLÓGICA

"Si nos fijamos en las representaciones abstractas e ideológicas de sus portavoces tan pronto se aventuran fuera del campo
de su especialidad, advertirnos en seguida los vicios de ese materialismo abstracto de los naturalistas que deja a un lado el
proceso histórico” (Marx I, 1971:303).

Ambas, economía y ecología, consideradas como disciplinas separadas y reacias al diálogo, se sostienen en la idea del
crecimiento/desarrollo (esto es, capitalista) o de la evolución como un fin absoluto, dejando poco o nulo espacio a la
libertad y al pluralismo y en donde siempre se avanza de lo peor a lo mejor (de lo inferior a lo superior a la manera del
marxismo soviético); ignorándose el proceso irreversible de extinción masiva de las especies (incluso humana), lo que está
ocurriendo en el mundo contemporáneo; considerando el daño ambiental como algo necesario, en aras de “corregir a la
naturaleza” (Adabáshev, 1985).

Por ello, la economía política ecológica emerge como expresión del pensamiento alternativo de esa doble crítica, tanto a la
interpretación marxista institucional que minimiza la devastación eco-social, como respecto a la economía ambiental y a la
ecológica (basadas en principios neoclásicos y/o keynesianos).

Frente a ello, hay que considerar que, en el mainstream donde todo se justifica para alcanzar más crecimiento, el cual,
según la curva de Kuznets (Boyce, 2005), logrará parar el daño ambiental, precisamente como resultado de un mayor
crecimiento económico.

Así pues, las categorías de ambas ciencias encuentran interconexiones producto de un diálogo espontáneo entre ellas
provocado por la “crisis ambiental”. Pero también nuevas expresiones de la síntesis alcanzada, tal es el caso del concepto de
valor ambiental.

De esa forma, resulta fundamental conocer cómo, mediante la aplicación de estos procesos en la economía, podremos
comprender dos cosas: que la evolución choca continuamente con el desarrollo, y también que la economía está sometida a
procesos de degradación del calor (que pasa de caliente a frío) (Guillamaud, 1971), que impiden un crecimiento
supuestamente sostenido (y sustentable), el cual se considera la panacea de las economías modernas y fetiche del poder
económico y político.
Por su parte, la expresión del conflicto hombre naturaleza, en la teoría y práctica de la economía ambiental, se traduce en
tres conceptos básicos: a) la valoración económica ambiental, b) La “internalización de las externalidades” y c) La fijación de
los derechos de propiedad;[22] frente a la economía ecológica, centrada en la reducción de la entropía; pero aun en este
último caso, se ignora la neguentropía (Guillamaud, 1971), la cual está obstaculizada por la entropía misma, ya que, bajo las
reglas actuales, resulta más caro reciclar que depredar, más caro no producir basura que producirla.

Sin embargo, la fuente última de la entropía provocada por el “proceso económico” es la plusvalía misma (y desde luego
como expresión del proceso de acumulación de capital; no sólo porque su base es una naturaleza empobrecida, sino porque
a mayor trabajo excedente mayor consumo de kilo calorías y de espacio socialmente construido para cumplir con la meta
del capital: acumular. Por tanto, neguentropía implica reducir y eliminar los factores que provocan entropía económica: es
decir, la plusvalía.

Como corolario: en ambas explicaciones (economía ambiental y ecológica) teóricas todo se resuelve mediante el desarrollo
sustentable; la devastación ecológica es simplemente una “falla de mercado”, o del capital individual), la cual habría que
corregir principalmente mediante el mercado mismo o con la intervención del estado (tipo Coase, etcétera), (Jiménez,
1993).

Además, hay que tener en cuenta que el gasto humano de trabajo social, al igual que el desgaste natural (el punto de visto
analítico lo refiere al bosque como modelo), se expresa en el valor, o sea que, además de todo el trabajo humano y su
desgaste es parte del desgaste natural (pero autonomizado por la economía política);[23] y también a la inversa, siempre que
se siga con el supuesto de que la historia humana es parte de la natural y no a la inversa

Por lo tanto, el ser humano es pues también una fuerza productiva (natural y social), aunque la base de la productividad
social es la productividad natural del trabajo; y la base de esta es la productividad natural de los ecosistemas: “Cabe pues
hablar de una base natural de la plusvalía (…) Esta. No existe ninguna razón para asociar a esta productividad natural del
trabajo ideas de carácter místico (…). Empero la productividad real del trabajo de que arranca este régimen como de base,
no es precisamente un don de la naturaleza, sino producto de una historia que llena miles de siglos” (Marx I, 1974:428).

CONTRIBUCIONES DE KARL MARX A LA ECONOMÍA ECOLÓGICA

Por tanto la producción capitalista sólo sabe desarrollar la técnica y la combinación del proceso social de producción
socavando al mismo tiempo las fuentes originales de toda riqueza: la tierra y el hombre (Marx I, 1974:424).

I. LA TEORÍA DEL VALOR-TRABAJO

La principal modificación de la ley del valor,[24] entendida como la expresión del conjunto de relaciones que establecen los
hombres entre como resultado de su trabajo, lo que se traduce en la distribución del producto del mismo a través del
mercado, tiene que ver con profundas revoluciones tecnológicas (el no valor) y una mayor calificación del trabajo mediante
la educación (“capital humano”, “sociedad del conocimiento”).

Además hay que contemplar la presencia de la renta y precio de monopolio (en sus nuevas modalidades), ya no como
excepción sino como regla y con un peso específico mayor que anteriormente. Éstas se basan en la captura de valor
proveniente de las esferas que se encuentran por debajo en de media de la productividad mundial del trabajo.

Simultáneamente, se asiste a circunstancias inéditas que modifican y superan los paradigmas económicos hasta hoy
conocidos y que se expresa en la escasez relativa de recursos naturales para satisfacer la demanda del capitalismo
industrial- tanto de recursos naturales renovables como no renovables. En realidad, se trata de la destrucción de la
naturaleza en su integridad (“recursos naturales”). Ésta trae consigo cambios drásticos e irreparables en todos los niveles de
la sociedad y sobre todo genera impactos económicos negativos. El principal de tal destrucción se manifiesta en la ley del
valor. Ya que tal destrucción modifica cuantitativa y cualitativamente el funcionamiento del trabajo abstracto y concreto. El
primero, porque se modifica la productividad del trabajo a causa de este hecho, y el segundo, porque se lleve a la ruina a los
diversos ecosistemas terrestres (productividad natural).
De esa forma, cada vez los bienes gratuitos dejan de serlo no como resultado de una ideología mercantil sino como un
hecho histórico real; además, los empresarios se niegan a pagar los daños ecológicos realizados porque ello merma su tasa
de ganancia; mientras tanto, se extiende la “valoración monetaria de la naturaleza”; como una pretendida solución a las
crecientes externalidades negativas (mediante la internalización de los costos económicos).[25] Todo esto visto desde la
mirada del individualismo posesivo. Se trata sí de su revaloración junto con el trabajo humano, y como parte también de la
consideración de los múltiples valores que tiene la naturaleza que no es sólo el económico (desde el punto de vista
convencional, es decir, crematístico).

La ley del valor se traduce entonces en un incremento de la magnitud (no necesariamente de precios) del mismo, (lo que es
neutralizado por la práctica del neoliberalismo). Pero lo esencial es que hay una cambio de diferencia cuantitativa en
cualitativa; es decir: todos pagan aunque sólo unos sean los causantes del daño ecológico (de ahí la discusión alrededor de
la justicia ambiental).

Todo esto expresa el tránsito de un mundo autorregenerable[26] o a otro en el que hay que cubrir un fondo adicional de
acumulación, como condición indispensable para todo tipo de desarrollo y de aplicación de estrategias posibles o
imaginadas de supervivencia.

Enfoque termodinámico: en su producción el hombre “sólo puede proceder como procede la misma naturaleza, es decir,
haciendo que la materia cambie de forma” (Marx I, 1974: 11) Hay que recordar que entropía significa cambio de forma (más
que conservación de su energía).

Pero además, “El trabajo no es la fuente de toda riqueza. La naturaleza es la fuente de todos los valores de uso (¡que son los
que verdaderamente integran la riqueza material ni más ni menos que el trabajo!, que no es más que la manifestación, de
una fuerza natural, de la fuerza de trabajo” (Marx y Engels, 1978:335).

II. DUALIDAD VALOR DE USO Y VALOR DE CAMBIO

La dualidad (unidad) entre el valor de uso y valor de cambio (valor) que alberga la mercancía va desarrollando sus
contradicciones internas y externas, desplegándose en el espacio-tiempo en tanto expresión del trabajo abstracto y el
trabajo concreto aplicados.
La unidad e intercambio orgánico entre el hombre y la naturaleza caracterizan al trabajo concreto “El trabajo no es pues, la
fuente única y exclusiva de los valores de uso que produce, de la riqueza material. El trabajo es como ha dicho William
Petty, el padre de la riqueza, y la tierra la madre” (Marx, I, 1974: 10).[27] Y también que, “Como creador de valores de uso,
es decir, como trabajo útil, el trabajo es por tanto, condición de vida del hombre, y condición independiente de toda forma
de sociedad, una necesidad perenne y natural sin la que no se concebiría el intercambio entre el hombre y la naturaleza ni,
por consiguiente, la vida humana“(Marx I, 1974: 10).

Asimismo, el valor de uso es condición indispensable del valor de cambio: “En el tipo de sociedad que nos proponemos
estudiar, los valores de uso son además, el soporte material del valor de cambio (Marx, 1974: 4); además de que, “La forma
natural de la mercancía, se convierte pues, en forma de valor (Marx, I, 1974: :23). Tales valores de uso constituyen “una
materia dispuesta por la naturaleza y adaptada a las necesidades humanas mediante un cambio de forma” (Marx I,
1974:133).[28]

Mientras que en el trabajo abstracto, la unidad se halla en relación a la igualdad de todo tipo de trabajo humano: “Para
encontrar la igualdad toto coelo de diversos trabajos, hay que hacer forzosamente abstracción de su desigualdad real,
reducirlos al carácter al común a todos ellos como desgaste de fuerza de trabajo humana, como trabajo humano abstracto”
(Marx I, 1974ª: 39).

El desenlace se revela en la evolución de la forma simple a la forma dinero del valor (que es expresión de un valor variable y
materialización de la riqueza social en la forma natural del oro).[29]

Finalmente, la contradicción entre el valor de uso y el valor de cambio se expresa en el hecho de que el predominio de la ley
del valor y el imperio de las mercancías en el capitalismo, se supera cuando se aclaren las relaciones entre los seres
humanos entre sí, superando su fetichización, trascendiendo la economía mercantil capitalista, pasando por sus
reminiscencias, presentes en el socialismo para desembocar en el reino de la libertad, esto es, “más allá del reino de la
necesidad”.

En esta postura se establece el triunfo final del valor de uso, pero ello no significa que se tenga que recorrer la misma ruta a
través de la mercantilización total sino que por el contrario se conserven y amplíen aquellos espacios de reproducción del
valor de uso (autoconsumo, economía doméstica, prestaciones sociales, etcétera.[30]
Por su parte, el problema ambiental sólo en parte pasa por el mercado, ya que siempre el proceso de reproducción
representa de por sí un valor de uso de una parte; y de la otra, por el hecho de que sin la obtención y extracción de los
materiales en bruto y convertidos posteriormente en materias primas (como condición del proceso de producción), no
habría mercado capitalista; además de que constituyen aun un inmenso arsenal de reserva natural al servicio del capital,
bajo la siguiente dirección:

“”Habrá por tanto que explorar toda la naturaleza para descubrir objetos de propiedades y usos nuevos para intercambiar,
a escala universal, los productos de todas las latitudes y de todos los países, someter los productos de la naturaleza a
tratamientos (artificiales) a fin de darles valor de uso nuevo. Se explorará la tierra en todo sentido, tanto para descubrir
nuevos objetos útiles como para dar valor de uso nuevo a los antiguos objetos; se utilizarán éstos de alguna manera como
materia prima; se desarrollará al máximo las ciencias de la naturaleza. Se tratará además, de descubrir, de crear y de
satisfacer necesidades que se derivan de la sociedad misma.” (Marx I, 1970: 306).

Lo anterior explica con suma claridad temas tan actuales como la bioprospección, la biotecnología y el neo-extractivismo,
tan presente en nuestras vidas el día de hoy (Harvey, 2010) y el gran desarrollo de la bioquímica, biología celular, industrias
de la telecomunicación, etc. y un sin número de aplicaciones.

Lejos de que el mercado resuelva todos los problemas como varita mágica, en este caso vinculado al tema de la
sustentabilidad, su perspectiva más bien es la de agotar los recursos naturales mientras se dé la máxima ganancia (y la
fijación de precios de monopolio), al cabo que existe una sustentabilidad débil que lo justifica; y aún en la “sustentabilidad
fuerte” o “superfuerte”, en la cual las restricciones ecológicas también son fuente de ganancias sustentables (perpetuas).

Y es que por su propia naturaleza caracteriza por el dominio de las cosas a las personas, no existe ningún tipo de control y
redistribución del trabajo social y sus productos, por lo cual es el mercado es una fuerza que controlada por el capital y en
busca de la mayor utilidad marginal produce una creciente explotación de la naturaleza y del hombre. De esa manera, nos
explica la destrucción de alimentos, materias primas, medicinas, medios de producción y de vida que tienen que desecharse
para garantizar la realización de la ganancia mediante el sistema de precios relativos cada vez más controlado por los
grandes negocios trasnacionales.

III. CAPITAL Y NATURALEZA

La conversión del dinero en capital y el origen de la plusvalía permiten entender cómo el proceso de trabajo se subsume al
capital. En dicho proceso la naturaleza provee y regala sus dones al hombre, pero aquélla no puede equipararse al concepto
de objeto, en el sentido de que éste es dominado por el sujeto (trabajo humano), ya que el proceso de trabajo hay que
estudiarlo dentro de la reproducción del ecosistema; puesto que las materias primas son una transformación de las
materias en bruto, y la renovación de los cultivos presupone la del suelo, el árbol del bosque, el agua del lago, etcétera. Lo
que tiene que ver con la conservación de la biodiversidad.

Posteriormente, el doble carácter del trabajo se manifiesta en el proceso de valorización del capital (donde surgen las
categorías de capital constante y variable, junto a la de plusvalía), y mediante la unidad de los ciclos del capital industrial
confluyen finalmente en el análisis del proceso de reproducción del capital social (y sus dos sectores: productor de medios
de producción y productor de medios de vida), como unidad a su vez del proceso de producción y circulación del capital.

Pero también en este proceso está presente la productividad natural del trabajo: ““Cabe pues hablar de una base natural de
la plusvalía (…). No existe ninguna razón para asociar a esta productividad natural del trabajo ideas de carácter místico (…).
Empero la productividad real del trabajo de que arranca este régimen como de base, no es precisamente un don de la
naturaleza, sino producto de una historia que llena miles de siglos” (Marx I, 1974:428), pero también de los ecosistemas en
cuanto tales.

Si bien la plusvalía es la naturaleza del capital el capital no es, por naturaleza, naturaleza misma, ni la naturaleza es capital
por naturaleza. Entonces el “capital natural” es un contrasentido. Pero ¿cómo se valoriza la naturaleza, no de manera
imaginaria,[31] como en la teoría de la renta, sino de manera real?. En sentido convencional, se puede entender como
aquel capital invertido en incrementar la biomasa (y no nada más en recuperar la inversión). A través principalmente de
sistemas forestales conservados, o artificiales (reforestados), de reordenamiento de agroecosistemas (policultivos,
asociación, rotación), de recuperación de sistemas productivos tradicionales, sistemas agro-silvo-pastoriles y agroforestales;
pero también de la restructuración urbana hacia la edificación de ciudades “verdes”.

Pero la “plusvalía natural” (generada por un “capital natural”), es una plusvalía en dos sentidos: puede entenderse entonces
como el incremento de la biomasa (especies vegetales y animales) pero también del trabajo humano emprendido mediante
inversiones realizadas por empresas privadas, públicas y sociales, así como comunidades e individuos. En el caso de las
comunidades, sería básicamente a partir del ahorro local.

Un presupuesto es la reposición del desgaste natural, in natura pero también (en su caso) de la inversión del dinero en su
ciclo D-D’.

Pero también debe contemplarse el desgaste del trabajo humano empleado: “Alargando desmedidamente la jornada de
trabajo, puedes arrancarme en un solo día una cantidad de energía superior a la que yo alcanzo a reponer en tres. Por este
camino, lo que tu ganas en trabajo yo lo pierdo en sustancia energética Una cosa es usar mi fuerza de trabajo y otra muy
distinta desfalcarla” (Marx I, 1974: 179).

Este último implica que en el proceso de producción capitalista, que es la unidad entre el proceso de trabajo y de
valorización, el obrero entrega más Kcas de las que recibe (productivo o no) mediante su consumo real energético
(descontando celulares y otros gadgets, etcétera) necesario para la requerida reproducción de su fuerza de trabajo.

Este punto resulta fundamental para entender que el problema de la venta de a fuerza de trabajo no se limita a la
producción y circulación ya que implica la reproducción de la vida del obrero; esto significa que la vida del capital requiere
de la muerte gradual del obrero

Cuando se habla de renovación de ecosistemas[32] se supone la renovación de la fuerza de trabajo como un proceso de
reproducción histórico-moral, cosa que ignoran la mayoría de los economistas ambientales y ecológicos porque subsumen
la naturaleza humana a la general minimizando su autonomía (caso de Arne Naess).

Ahora bien, desde el punto de vista de la plusvalía relativa, es fundamental comprender la importancia de la cooperación.
En este punto, puede mencionarse que en el capítulo XI, habría que ampliar el análisis a la cooperación del trabajo con la
naturaleza:

“(…) después de implantarse una especie de régimen de participación de beneficios entre capitalistas y obreros “el primer
resultado fue conseguir que disminuye repentinamente el derroche de material; los obreros no comprendían por que iban a
derrochar lo que era suyo, no velando por ello con el mismo celo que cualquier patrono, y el derroche de material, es con la
falta del mercado, la fuente principal de las pérdidas del mercado, la fuente principal de las pérdidas industriales“ (citado
por Marx I, 1974:267). Aquí se ve que no sólo es el mercado sino el mercado de trabajo en especial, otro factor a tomar en
cuenta cuando aquilatamos las diversas formas en que el capital afecta o no a los ecosistemas terrestre.[33]

IV. TECNOLOGÍA Y NATURALEZA

En su obra se encuentra una abrumadora presencia de las fuerzas de la naturaleza en el análisis del modo de producción,
destacando el tránsito de la subsunción formal a la real.[34] En primer lugar, porque la base de toda productividad del
trabajo son dichas fuerzas, las que se convierten en fuerzas al servicio del capital (subsunción de la naturaleza);[35] ello
hace que en la subsunción real se tenga la presencia de la aplicación directa de la ciencia en el proceso de producción. Y, en
segundo lugar, porque proporcionan la fuerza motriz que ha actuado con el hombre en toda historia.

Además, es necesario recordar que la fuerza humana fue una principal forma de aplicación de energía para satisfacer sus
necesidades. El hombre, sujeto, es al mismo tiempo un objeto natural, que a través del trabajo actúa como la naturaleza
cambiando de forma: “En su producción, el hombre sólo puede proceder como procede la misma naturaleza, es decir,
haciendo que la materia cambie de forma. Más aún. En este trabajo de conformación, el hombre se apoya constantemente
en las fuerzas naturales” (Marx I, 1974:10).
Resulta esencial, para las condiciones que vive el mundo a raíz de la crisis climática y los estragos del neoliberalismo que
fomenta la depredación sin límites, el caso estudiado que se convierte en regla expresada en la crisis mundial humanitaria y
en los impactos planetarios, consistente en la relación entre la bondad o no de las condiciones naturales de trabajo con el
desarrollo del régimen capitalista de producción. De esa forma, el mal tiempo extremo influye en el incremento del valor
del producto agrícola, lo que genera una prolongación de la jornada de trabajo para mantener la tasa de explotación. Ello
también significa un descenso de la productividad del trabajo en que se traduce el descenso de la productividad natural
(hoy se diría del ecosistema), (Marx I, 1974:444).

Este punto es importante porque toca el tema central que nos ocupa, que es la conexión capital-naturaleza; lo cual es
fundamental para el análisis del cambio climático y su influencia en el aumento explosivo de los precios de alimentos, dado
con la llegada del final de la otrora superabundancia, como ocurrió hasta antes de 2007-2008 (asociados a precios elevados
del petróleo, y ya en el 2015 a la baja de los mismos) que implica más que una mayor demanda, una subproducción; antes
con precio del petróleo alto, ahora con uno bajo.

No podría dejarse de lado cómo intervienen los recursos naturales (abundantes o escasos) en el desarrollo capitalista, y en
donde se explica que la dotación de condiciones naturales no es suficiente para alcanzar tal desarrollo, ya que su
transformación es lo que importa, como se atestigua en la historia económica. En ese sentido, se anticipa la teoría de “la
maldición de los recursos naturales no renovables”: “No puedo imaginarme tampoco que haya peor maldición para un
pueblo que vivir sobre una zona de tierra en la que la producción de medios de subsistencia y de alimentos se realice n gran
parte de un modo espontáneo y el clima exija admita pocos cuidados en lo tocante a vestido y techo… claro que también
puede darse el caso contrario” (en Marx I, 1974: 430).[36]

V. ACUMULACIÓN DE CAPITAL Y LA ECONOMÍA ECOLÓGICA

Una misma composición orgánica puede tener una mayor o menor proporción de desembolso de un capital adicional para
cubrir el desgaste natural (provocado por las actividades humanas, productivas y domésticas); tomando en cuenta
simultáneamente la relación entre el consumo individual y la reposición del recurso natural empleado.

En las dos fases: de auge y crisis en el ciclo económico, la tendencia en la explotación de los recursos naturales se expresaría
como sigue: en la fase de auge el consumo de tales recursos naturales es mayor en sí en términos relativos y absolutos. En
la crisis aumenta en términos absolutos pero no en relativos, porque aparte de que no se cubre el desgaste del capital
constante fijo, tampoco se agrega el de la naturaleza. Por ejemplo, en auge sube aún más el precio de la energía y baja
relativamente en la crisis (como en la actualidad).

La curva ambiental de Kuznets (una U invertida),[37] dice lo contrario: que a mayor crecimiento económico menos desechos
y mayor bienestar (Piketty, 2014). Esto se explica por el hecho de que efectivamente hay una reducción relativa pero no
absoluta en la explotación de los mismos, y sólo en ciertas esferas. Así que la regla es más bien que: a mayor desigualdad
social, mayor degradación ecológica, a consecuencia de una mayor acumulación de capital; esto es independiente de las
fases de expansión o de crisis.

Y ocurre igual que en el caso de la subida de los salarios, la cual frena la acumulación de capital, ya que a mayor gasto verde
menores ganancias, hasta el punto en que se tendría que dar marcha atrás en los esfuerzos encaminados hacia una
“economía verde” y con “rostro humano”.

Hay que mencionar además que, obviamente, no es la sobrepoblación de por sí la causa fundamental de la destrucción
ambiental sino el afán por alcanzar el lucro desmedido que lleva a un mayor consumo de energía y materiales, y en
consecuencia, más desechos y más destrucción de las fuentes de los recursos naturales y de los sumideros de carbono.

Lo anterior se traduce en salarios bajos, y en consecuencia, un aumento de la sobrepoblación que a su vez estimulan la
acumulación de capital, la que fortalece a esta última, debido a la ley de incremento del capital constante en relación al
variable, el cual disminuye relativamente es decir aumenta simultáneamente el número de obreros empleados.[38]
VI. GASTOS DE CIRCULACIÓN

En el proceso de circulación del capital individual (y social), las pérdidas por desastres naturales y el cambio climático; la,
devastación ambiental como contaminación de ríos, se pagan como un pago adicional (esta sería en el lenguaje neoclásico,
una externalidad negativa) que no le genera plusvalía al capital, pero que mientras más reducido sea, menos gastos de
circulación genera y por lo tanto menos impacto negativo le provoca al capital.[39]

VII. LA ROTACIÓN DEL CAPITAL

La rotación del capital (unidad de la producción-circulación): choca con los procesos naturales que se encuentran ya al
servicio de la acumulación capitalista; los cuales tienen su ciclo de reproducción natural independientemente de las
necesidades del capital. Esto tiene que ver con la diferencia entre el periodo de trabajo y el tiempo de producción.[40]

“El largo período de producción (que incluye un tiempo relativamente corto de trabajo), y por tanto la larga duración de sus
periodos de rotación, hace de los cultivos forestales una base de inversión poco favorable para una empresa privada y, por
consiguiente, capitalista, la cual no perderá ese carácter aunque en vez del capitalista individual, la regente una sociedad
capitalista. En general, el desarrollo de la cultura y de la industria se ha traducido siempre en la tendencia celosa a destruir
los bosques y todo lo que se ha intentado de la producción de la riqueza forestal representa un factor verdaderamente
insignificante al lado de aquella tendencia” (Marx II, 1971:217).

VIII. RECICLAJE. Y TASA DE GANANCIA

Un punto fundamental es el análisis pionero sobre el manejo de desechos de un lado, y las otras formas cómo se
economizan el capital constante del otro, reducen relativamente el capital constante y aumentan la tasa de ganancia y a la
inversa.

Pueden considerarse tres momentos en este proceso, desde el punto de vista de la generación y aprovechamiento de los
desechos: en el primero, en el que al aumentar los desechos aumenta la tasa de ganancia; en el segundo, cuando ésta
disminuye al acumularse los desechos y los gastos de conservación de los mismos; y en el tercero, finalmente la tasa de
ganancia aumenta al reducirse los desechos y dárseles un mayor aprovechamiento.[41] Este sería el caso típico del
desarrollo “sustentable”, que como se puede observar, sólo sería posible si es mayor la tasa de ganancia.

Como se ve el reciclaje tiene una función económica, no necesariamente ecológica, lo que se encubre en el ecologismo.

Por otro lado, puede decirse que solo se ve el aspecto positivo en la ganancia, pero no se habla (desde luego) de los
desechos no reciclables.

Lo que economiza el capital constante, aumenta la tasa de ganancia y el capital invertido la general, a diferencias de los
gastos ambientales que funcionan como gastos de circulación, los cuales reducen la tasa de ganancia, pues representan
pérdidas.

IX. TENDENCIA DESCENDENTE DE LA TASA DE GANANCIA

Si bien la caída de la tasa de ganancia se debe a límites sociales (la propiedad capitalista de los medios de producción y el
incremento de la productividad como una forma de aumentar la explotación del trabajo expresada en la cuota de plusvalía),
también tiene límites naturales, ya que la tasa de ganancia cae porque, a mayor acumulación (además del crecimiento del
capital constante por encima del variable), mayor devastación de la naturaleza, que a su vez aumenta costos y escasez de
los bienes naturales. Es la doble contradicción de James O’ Connor (1992).

En relación al conflicto entre expansión de la producción, aumento del plustrabajo y la reducción de la fuerza de trabajo que
se emplea:[42]
“El verdadero límite de la producción capitalista lo es el propio capital” (Marx 6, 1985: 174). Empero, como se puede
constatar frente a la catástrofe mundial que nos amenaza, su límite es también, la Tierra.

X. RENTA DE LA TIERRA

La parte central en la teoría de la renta de la tierra, es que quienes poseen el monopolio de los recursos naturales, obtienen
un falso valor social (en la renta diferencial, que supone diferencias de fertilidad natural del suelo (o de productividad del
capital), de un lado; y del otro, un valor imaginario (renta absoluta). La eliminación del monopolio no elimina las bases
naturales y las diferencias en la calidad de las tierras, pero reduce el precio de los alimentos. Una clase social se beneficia
sin hacer nada (como los empresarios) más que el permiso por el uso de los recursos naturales (que no tienen valor pero si
precio) que posee. La tendencia al rentismo y parasitismo es una realidad cada vez más fuerte (Piketty, 2014).

Adicionalmente se explican las ventajas de la agricultura (Marx 8, 1985:993) coincidiendo con Podolinsky (Marx y Engels,
1975b:), en el sentido de que esta actividad es la única que fija calor solar;[43] las demás dependen de este proceso
fotosintético (que es independiente del hombre.

Por su parte la renta urbana es clave para entender cuál es el sentido que cobra en la expansión de las megalópolis.

Eliminar el doble monopolio burgués-terrateniente posibilita llegar a una tierra mejorada como sustento de la supervivencia
humana; es decir, “legar la tierra mejorada a las siguientes generaciones.”

CONCLUSIONES

En síntesis, estos serían los aportes de Marx para la construcción de una economía política del ambiente, los cuales son
necesarios considerar para emprender la crítica de la economía ecológica:

En primer lugar, la destrucción de la naturaleza se expresa en la ley del valor –y en el valor mismo- mediante la reducción de
la productividad natural de los ecosistemas y, por lo tanto, la capacidad productiva del trabajo; esa destrucción del valor de
uso encarece los costos de producción, como expresión del aumento de la magnitud de valor (aunque se envuelva a través
de la manipulación monopólica del precio de los alimentos y materias primas, especialmente; por lo que a pesar de ello, los
precios pueden bajar (impulsados por la acumulación de inventarios, no por el aumento de la productividad del trabajo).

Sin embargo, el incremento del valor puede ser compensado con el cambio tecnológico (que funciona en el fondo gratis
para el capital).
De cualquier manera, ese daño ecológico se cubre de manera insignificante, debido a la corrupción y a las tendencias
depredadoras del capital (mega empresarial).

En segundo lugar, se modifica la base natural de la plusvalía al tiempo que, a mayor explotación del trabajo, mayor
entropía; en particular, emisiones de gases de efecto invernadero.

Lo más destacado en este punto es el incremento de la jornada real y total del trabajo, lo que permite una mayor tasa de
explotación, a pesar de la reducción de la productividad real del trabajo.

Esto se traduce en una explotación desmedida del trabajador que implica un desbalance energético, que se agudiza
mediante la extracción de mayor trabajo excedente. Pero también provoca el desbalance en el intercambio orgánico donde
el hombre toma pero no aporta energía real al suelo.

En tercer lugar, el cambio tecnológico depende de la fuerza motriz brindada por la naturaleza, y a su vez de suincorporación
a través de la ciencia al proceso productivo. (Imitación de los procesos naturales (Benyus, 2002). La fuerza productiva más
alta es la naturaleza; de ahí las ventajas de la agricultura sobre la industria.

En cuarto lugar, Marx pone énfasis en que no es la cantidad de recursos naturales lo que enriquece a un país, sino su
transformación. Lo que hoy reaparece como como la teoría de moda (“La maldición de los recursos naturales”) Esto resulta
una lección bajo al denominado neo-extractivismo, presente en América Latina y México destacadamente

La mayor cantidad de recursos naturales disponibles aumenta la plusvalía (absoluta y relativa) y la acumulación de capital,
directa e indirectamente; pero lo mismo podría lograrse mediante un incremento del capital natural.

El capital le roba a la naturaleza destacadamente para aumentar el fondo de acumulación, ya que finalmente el capital
choca con la naturaleza. El capital ve al mundo un gran pastel sólo para él.

En quinto lugar, un tema central es el análisis de la relación entre la cuota de ganancia y el y reciclaje que, en el
capitalismo[44] tiene que ver con el aumento de la primera. Esto se traduce en que los costos ambientales pueden
aumentar o bien reducir la tasa de ganancia. De cualquier manera, el aprovechamiento de los desechos tienen un doble
impacto: en la economía y en la ecología.

En conexión a lo anterior, también se destaca la importancia de la economía de la energía y el sistema de construcciones


(para aumentar la tasa de ganancia), anticipadamente a la economía ambiental y ecológica.

En sexto lugar, centro de su atención es el destacar los efectos perversos del mercado, que por su propia naturaleza es
destructor de todo tipo de recursos naturales (y humanos); dilapidador en especial de las materias brutas.

En séptimo, puede decirse que pese a que la naturaleza es gratuita, se deprende que, pagar por el uso de ella, acelera la
caída tendencial de la tasa de ganancia. Esta tendencia descendente se contrarresta con el “manejo sustentable”.

En Octavo, no obstante, la paradoja central radica en que dependiendo la producción de los productos de la tierra, destruye
a ésta y al trabajo humano, fuentes de la riqueza material. Ya que está presente la contraposición entre el capital y la
naturaleza y el choque del ciclo natural y económico, como resultado de la reproducción del capital y el requerido
aceleramiento de su rotación. No se trata entonces de externalidades sino del aumento de la tasa de ganancia, debido a la
depredación capitalista.

En noveno, de ahí que la clave para superar este estado de cosas se encuentra en el “legar la tierra mejorada a las
siguientes generaciones”, anticipándose al Informe Brundtland (de ello da cuenta su teoría de la renta del suelo.

En décimo lugar, además se refutaría a los economistas ambientales cuando buscan ponerle un valor a la naturaleza cuando
explica el precio de la tierra como capitalización de la renta (o un capital imaginario incrementado de acuerdo a la tasa de
interés), lo cual explica el precio de los recursos naturales, más allá del estado de la oferta y la demanda.

Por último, la economía ecológica, como continuación y a la vez superación de la economía ambiental, se hermana con ésta
en sus principales postulados, tales como las externalidades (y su “internalización”), la valoración monetaria de la
naturaleza, el desarrollo sustentable, los derechos de propiedad privada, principalmente; y coinciden en analizar el
problema ambiental desde la óptica de las teorías creadas para mejorar los negocios, ahora “verdes”; rechazando casi todo
lo que venga de los críticos del capitalismo.[45] En cambio su práctica es bien distinta ya que la primera es más institucional
mientras que la segunda es más crítica.

No se trata nada más de aplicar impuestos a los ricos, o de un mayor gasto e inversión social, que distribuyan el ingreso
nacional (Piketty, 2014:203) sino de un verdadero control social del capital, de tal manera que la eliminación de la ganancia
(Zapata, 1990) pueda hacer que las inversiones realizadas sean reguladas y vigiladas socialmente y, por lo pronto, sin
necesariamente tocar la propiedad privada [a excepción de los monopolios], pero sometida a la administración social, no
sólo estatal desde luego. Esto significa que la eliminación del salario significaría avanzar hacia formas de copropiedad y
coproducción con la naturaleza

La solución tiene que ver con la contradicción entre la propiedad privada y la producción social (necesidades sociales); en
pocas palabras, ambas se vuelven incompatibles entre sí;[46] de ahí la necesaria compatibilidad entre la propiedad privada
con la social, y desde luego con la naturaleza.

Finalmente, Marx hace críticas radicales al capitalismo, pero de ahí también se desprenden elementos prácticos para
entender el tránsito de la economía ecológica a la economía política eco-ambiental. Empero, su base es la eliminación del
trabajo excedente (y reducción de la jornada de trabajo) en la perspectiva de largo plazo

Notas:

[1] Expresión de Engels, en el “Discurso sobre la muerte de Marx” (Marx y Engels, 1978: 36). Y además, “(…) en el
movimiento de la más alta floración de la materia orgánica, que es el espíritu del hombre, rige la ley inversa que la materia
orgánica.” 1961: 164).

[2] “Hasta ahora, tanto las ciencias naturales como la filosofía han desdeñado completamente la influencia que la actividad
que la actividad del hombre ejerce sobre su pensamiento y conocen solamente, de una parte, la naturaleza y de la otra el
pensamiento. Pero el fundamento más esencial y más próximo del pensamiento humano es, precisamente
la transformación de la naturaleza por el hombre, y no la naturaleza por sí sola, la naturaleza en cuanto tal, y la inteligencia
humana ha ido creciendo en la misma proporción en que el hombre iba aprendiendo a transformar la naturaleza. La
concepción naturalista de la historia, sostenida en mayor o menor medida, por Draper y otros naturalistas, y según la cual
es la naturaleza la que influye exclusivamente sobre el hombre, son las condiciones naturales las que condicionan siempre y
en todas partes el desarrollo histórico de éste, es, por consiguiente, una concepción unilateral, en la que se olvida que el
hombre actúa también, a su vez, de rechazo, sobre la naturaleza, la transforma y se crea nuevas condiciones de existencia.
Muy poco, poquísimo, es lo que queda en pie de la “naturaleza” de Alemania en los tiempos de la inmigración de los
germanos. Todo en ella ha cambiado hasta lo indecible, la superficie del suelo, el clima, la vegetación, la fauna y los
hombres mismos, y todos estos cambios se han producido por obra de la actividad humana, siendo, en cambio,
incalculablemente pequeños, insignificantes, los que durante estos siglos se han manifestado en la naturaleza de Alemania
sin la intervención del hombre.” (Engels, 1961: 196).

[3] “El dominio de la naturaleza se realiza en la industria a una escala más colosal que en la agricultura, la cual hasta hoy
tiene que dejarse mandar por el tiempo atmosférico, en vez de dominarlo, (Engels, 1968: 169.)

[4] James Anderson, antes que Ernst Haeckel, habla de la “economía de la naturaleza”: “Donde quiera que aumente la
población el producto del país debe aumentar con ella, salvo que se permita que cierta influencia moral perturbe la
economía de la naturaleza” (Anderson, en Marx II, 1974:122)

(Marx II, 1974:122)

[5] “Toda la teoría darvinista de la lucha por la existencia, es pura y simplemente, la teoría del bellum omnium contra
omnes (guerra de todos contra todos) de Hobbes, la teoría de los economistas burgueses sobre la competencia y la teoría
maltusiana de la población llevadas de la sociedad a la naturaleza viva” (Engels, 1961: 265).
[6]“Su gran mérito (de los fisiócratas) consistió en que (las formas de producción burguesa las concibió como formas
fisiológicas de la sociedad: como formas que surgen de la necesidad natural de la producción misma, con independencia de
la voluntad y la política de nadie” (Marx I, 1974:38).

[7]Destaca el significado que le daba Keynes (1966) a éstos temas, totalmente supeditados al aumento de la demanda
efectiva.

[8] No obstante que la naturaleza aumenta las ganancias, ello mismo conduce a su depredación y extinción: “La primera
exigencia de la máquina de vapor y la necesidad principal de la máquina de vapor y la necesidad principal de casi todas las
ramas de la gran industria es contar con un agua relativamente limpia. Pero la ciudad industrial convierte todas las ramas en
un hediondo líquido.” (Engels, 1968: 293).

[9] Engels distingue dominio de explotación de la naturaleza (Engels, 1968:169).

[10] Para Roberto Follari (1999) y Leff (2000) la interdisciplina no es superada por la transdisciplina. Por su parte, la
metadisciplina incluye a los saberes tradicionales al aporte de la ciencia institucional.

[11] “Dêveloppement durable” es como se traduce el desarrollo sustentable en francés.

[12] “Así pues, la producción basada en el capital crea de una parte la industria universal, es decir, el plustrabajo al mismo
tiempo que el trabajo creador de valores; y, de otra parte, un sistema de explotación general de las propiedades de la
naturaleza y del hombre. Este sistema descansa en el principio de utilidad general: utiliza en su beneficio tanto la ciencia
como todas las cualidades físicas y espirituales” (Marx I, 1970: 306).

[13] Reducir, Reutilizar y Reciclar.

[14] “Strugle for life [Lucha por la vida). Hasta Darwin, los partidarios modernos de esta teoría insistían precisamente en la
cooperación armónica que reinaba en la naturaleza orgánica, en como el reino vegetal suministra a los animales alimento y
oxígeno, mientras que éstos aportan a las plantas abono, amoníaco y acido carbónico. Pero, tan pronto como se reconoció
la teoría de Darwin, los mismos que antes hablaban de armonía no veían en todas partes más que lucha. Ambas
concepciones tienen su razón de ser dentro de estrechos límites, pero ambas son también igualmente unilaterales y
limitadas” (Engels, 1961: 265). Dos fuerzas opuestas pueden neutralizarse y provocar el silencio; de lo contrario la
polarización lleva a los extremos, con todas sus consecuencias.

[15] “Es el salto del reino de la necesidad al reino de la libertad” (Engels, 1968:280).

[16] “Hubo de pasar tiempo y acumularse experiencia antes de que el obrero supiese distinguir la maquinaria de su empleo
capitalista, acostumbrándose por tanto a desviar sus ataques de los medios materiales de producción para dirigirlos contra
su forma social de explotación” (Marx I, 1974:355); pero depende de qué máquinas estamos hablando (para la
reproducción o para la destrucción).

[17] Por ejemplo O’Connor (1993).

[18] “El cerco de las condiciones de existencia que hasta ahora dominó a los hombres cae ahora bajo el dominio y el control
de éstos, los cuales se hacen por primera vez conscientes y reales dueños de la naturaleza, porque y en la medida en que se
hacen dueños de su propia asociación (Engels, 1968: 196).

[19] “Así pues, la producción basada en el capital crea de una parte la industria universal, es decir, el plustrabajo al mismo
tiempo que el trabajo creador de valores: y, de otra parte, un sistema de explotación general de las propiedades de la
naturaleza y del hombre. Este sistema descansa en el principio de utilidad general: utiliza en su beneficio tanto la ciencia
como todas las cualidades físicas y espirituales.” (Marx I, 1970: 306).

[20] “De hecho, el reino de la libertad sólo comienza allí donde cesa el trabajo determinado por la necesidad y la adecuación
a finalidades exteriores (…) la libertad en este terreno sólo puede consistir en que el hombre socializado, los productores
asociados, regulen racionalmente ese metabolismo suyo con la naturaleza poniéndolo bajo su control colectivo, en vez de
ser dominados por él como por un poder ciego; que lo lleve a cabo con un mínimo empleo de fuerzas y bajo las condiciones
más dignas y adecuadas a su naturaleza humana. Pero este seguirá siendo un reino de la necesidad. Allende el mismo
empieza el desarrollo de las fuerzas humanas, considerado como un fin en sí mismo, el verdadero reino de la libertad, que
sin embargo sólo puede florecer sobre aquel reino de la necesidad como su base. La reducción de la jornada laboral es la
condición básica.” (Marx 8, 1985:1044).

[21] “Desde el punto de vista de una formación económico-social superior, la propiedad privada del planeta en manos de
individuos aislados parecerá tan absurda como la propiedad privada de un hombre en manos de otro hombre. Ni siquiera
toda una sociedad, una nación, o es más, todas las sociedades contemporáneas reunidas, son propietarias de la tierra. Sólo
son sus poseedoras, sus usufructuarias y deben legarla mejorada como boni patres familias (buenos padres de familia) a las
generaciones venideras.” (Marx 8, 1975:987).

[22] Lo que significa propiedad privada en la “opinión pública”.

[23] “El hombre se enfrenta como un poder natural con la materia de la naturaleza. Pone en acción las fuerzas naturales
que forman su corporeidad los brazos y las piernas, la cabeza y la mano, apara de este modo asimilarse bajo una forma útil
para su propia vida, las materias que la naturaleza le brinda. Y a la par que de este modo actúa sobre la naturaleza exterior y
la transforma, transforma su propia naturaleza, desarrollando las potencias que dormitan en él y sometiendo el juego de
sus fuerzas a su propia disciplina” (Marx I, 1974:130).

[24] Hay que recordar la crítica de Ricardo a Smith, y de Marx a ambos, ésta mediante el tiempo de trabajo socialmente
necesario; además de la que tiene que ver con la falsa identidad entre la suma del salario, la ganancia y renta del suelo, con
el valor que ambos contemplan.

[25] El problema es que los que se repone es el capital monetario y no el recurso natural.

[26] No se trata de la tierra considerada como Ricardo la suma de las “Las energías indestructibles y primitivas del suelo”
(Ricardo, 1957:51). Pero para Marx: “Ante todo, el suelo no posee “fuerzas indestructibles”. Segundo tampoco posee
“fuerzas primitivas”, ya que la tierra es producto de un proceso histórico y natural” (Marx II, 1975:211).

[27] “Yo soy la vid verdadera y mi padre es el labrador” (Sn Juan, 15).

[28] “Los animales y las plantas que solemos considerar como productos naturales, no son solamente productos del año
anterior, sino que son, bajo su forma actual, el fruto de un proceso de transformación desarrollado a lo largo de las
generaciones, controlado por el hombre y encauzado por el trabajo humano.” (Marx I, 1974:134).

[29] “Si bien el oro y la plata no son dinero por obra de la naturaleza, el dinero es por naturaleza oro y Plata.” (Marx I,
1974:52).

[30] “En el seno de una sociedad colectivista, basada en la propiedad común de los medios de producción, los productores
no cambian sus productos; el trabajo invertido en los productos ya no se presenta aquí tampoco como valor de estos
productos, como una cualidad material inherente a ellos, pues aquí, a diferencia de lo que ocurre en la sociedad capitalista,
los trabajos individuales no forman ya parte integrante del trabajo común mediante un rodeo, “de cada quien según su
capacidad, a cada cual según su trabajo” (Marx y Engels, 1989:335).

[31] De aquí se deriva que: “Puede ocurrir que esta forma imaginaria de precio encierre una proporción real de valor o una
relación derivada de ella, como sucede, por ejemplo, con el precio de la tierra no cultivada, que no tiene ningún valor,
porque en ella no se materializa trabajo humano alguno” (Marx, 1974: 64).

[32] “La gran propiedad del suelo reduce la población agrícola a un mínimo en constante disminución, oponiéndole una
población industrial en constante aumento, hacinada en las ciudades; de ese modo engendra condiciones que provocan un
desgarramiento insanable en la continuidad del metabolismo social, prescrito por las naturales de la vida, como
consecuencia de lo cual se dilapida la fuerza del suelo, dilapidación ésta que, en virtud del comercio, se lleva mucho más
allá de las fronteras del propio país.”(Marx 8, 1985:1034).

[33] La cooperación con la naturaleza Esta última, en el caso de la agricultura, por ejemplo el maíz evoluciono así
genéticamente gracias a las actividades humanas (prácticas culturales).
[34] La clave para entender su diferencia es que en el caso de la subsunción formal no se ha dado la inversión sujeto/objeto,
que sí está presente en la subsunción real.

[35] “Este régimen presupone el dominio del hombre sobre la naturaleza” (Marx I, 1974:429”).

[36]“Una naturaleza demasiado pródiga “lleva al hombre de la mano como un niño en andaderas” (…) La bondad de las
condiciones naturales no hace más que crear la posibilidad nunca la realidad de trabajo excedente y, por tanto, de la
plusvalía.” (Marx I, 1974:428).

[37] Véase a Paul Burkett (2005).

[38] Esta ley fundamental la entiende Piketty como el desequilibrio entre una alta productividad y un lento crecimiento
económico (Piketty, 2014: 114).

[39] En el socialismo estas pérdidas se calculan por anticipado. En el capitalismo a través del sistema de seguros.

[40] “El tiempo de trabajo es tiempo de producción, pero no todo tiempo de producción es periodo de trabajo. Pero esta
afirmación no podría formularse a la inversa.” (Marx II, 1971:212).

[41]“Nos referimos a la reconversión de las deyecciones de la producción, lo que ha dado en llamarse sus desechos, en
nuevos elementos de producción, ora en el mismo ramo de la industria, ora en el mismo ramo de la industria, ora en otro;
los procesos en virtud de los cuales estas denominadas deyecciones son lanzada nuevamente al ciclo de la producción, y por
ende al consumo productivo o individual. También este ramo de las economías,, que entraremos a considerar algo más
tarde, es el resultado del trabajo social a gran escala. Es el carácter masivo de estos desechos, correspondiente a tal escala,
lo que vuelve a convertirlos en objetos de comercio y, con ello, en nuevos elementos de la producción. Sólo en cuanto
desperdicios de la producción colectiva, y por ello de la producción a gran escala, adquieren esta importancia para el
proceso de producción y prosiguen siendo portadores de valor de cambio. Estos desechos -abstracción hecha de los
servicios que prestan como nuevos elementos de producción- abaratan, en la medida en que se tornan nuevamente
vendibles, los costos de la materia prima, en la cual se hallan calculados siempre sus desperdicios normales, más
exactamente la cantidad de ellos que debe perderse, término medio, en su elaboración. La disminución de los costos de
esta parte del capital constante aumenta pro tanto (en proporción la tasa de ganancia cuando se hallan dadas la magnitud
del capital variable y del plusvalor.” (Marx II, 1971:96-97).

[42] “El desarrollo de la fuerza productiva social del trabajo del trabajo se revela en dos aspectos: en primer lugar, en la
magnitud de las fuerzas productivas ya producidas, en el volumen de valor y la masa de condiciones de producción bajo la
cual se tiene lugar la nueva producción y la magnitud absoluta del capital productivo ya acumulado; en segundo lugar en la
relativa exigüidad de la parte desembolsada en el salario con respecto al capital global, es decir en la relativa exigüidad e
trabajo vivo que se requiere para la reproducción y valorización de un capital dado, para la reproducción en masa. Esto
supone al mismo tiempo la concentración de capital” (Marx, VI, 317). “Por consiguiente, aquellos economistas que, como
Ricardo consideran como absoluto el modo capitalista de producción, sienten que aquí que ese modo de producción se crea
una barrera a sí mismo, por lo cual atribuyen esa limitación no a la producción sino a la naturaleza (en la teoría de la renta
del suelo.) (Marx 6, 1985:310).

[43] “(…) el almacenamiento de energía por medio del trabajo, en realidad sólo ocurre en la agricultura” (Marx y Engels,
1975b:112); “La industria compra materias primas de la agricultura, a fin de elaborarlas; su trabajo da a esas materias
primas solo una forma, pero nada les nada les agrega y no las multiplica”. “Désele al cocinero una cantidad de guisantes,
con los cuales debe prepárale a uno la cena; los pondrá en la mesa bien cocinados y servidos, pero en la misma cantidad en
que le fueron entregados. Pero por otro lado, désele la misma cantidad al jardinero para que los lleve a la tierra; se los
devolverá a uno, cuando llegue el momento, por lo menos cuadruplicados en comparación con la cantidad que se le
entregó (Marx I, 1975a:51).

[44] No se toman en cuenta el destino de los desechos no reciclables, pero sí menciona los problemas de las ciudades en
relación menciona la contaminación del agua, suelo y aire.

[45] Curiosamente Joan Martínez Alier (1992).


[46] Marx hace críticas radicales al capitalismo, pero de ahí también se desprenden elementos prácticos para entender el
tránsito de la economía ecológica a la política eco-ambiental. Empero, su base es la eliminación del trabajo excedente (y
reducción de la jornada de trabajo) en la perspectiva de largo plazo.

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Karl Marx estuvo en contra de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
El alemán Karl Marx, inspirador de los movimientos comunistas y socialistas radicales, se mostró, desde muy temprano,
contrario a la Declaración de los Derechos del Hombre, antecedente de la Declaración Universal de Derechos Humanos de
1948.

INICIODIVULGACIÓN

Carlos Berbell | 02 Septiembre, 2018

Karl Marx, el referente principal de las diferentes corrientes comunistas mundiales, condenó los fundamentos de la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución francesa de 1789 porque «ninguno de los así
llamados derechos del hombre», se quejó, «va, por tanto, más allá del hombre egoísta».

La Declaracion francesa es el antecedente histórico directo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948
que hoy rige en todo el mundo, la cual inspiró después la Convención Europea de Derechos Humanos de 1950, cuyos
principios han sido incluidos en las constituciones de la mayor parte de los 28 países que conforman la Unión Europea.

La opinión de Marx sobre tal Declaración quedó así recogida en su ensayo «Sobre la cuestión judía», publicado en 1843, 5
años antes del «Manifiesto Comunista», según recoge la estadounidense Lynn Hunt, doctora en Historia, en su libro «La
invención de los derechos humanos».

Dessde el punto de vista de Karl Marx, la supuesta libertad sólo consideraba al hombre como ser aislado y no como parte de
una clase o comunidad. El derecho a la propiedad sólo garantizaba el derecho a luchar por los intereses propios sin tener en
cuenta a los demás.
Los derechos del hombre, asimismo, garantizaban la libertad de culto, cuando lo que los hombres necesitaban, pensaba
Marx, era liberarse de la religión; confirmaban el derecho a tener propiedades, cuando lo necesario era liberarse de la
propiedad; incluían el derecho a dedicarse a los negocios, cuando lo necesario era liberarse de los negocios.

De acuerdo con Hunt, «A Marx le desagraba en particular el énfasis político que se hacía en los derechos del hombre. Los
derechos políticos, pensaba, eran una cuestión de medios y no de fines. El ‘hombre político’ era el ‘hombre abstraído,
artificial y no ‘auténtico’. El hombre únicamente podía recuperar su autenticidad reconociendo que la emancipación
humana no podía alcanzarse por medio de la política sino que requería una revolución centrada en las relaciones sociales y
en la abolilción de la propiedad privada».

Gran influencia en el comunismo y en el socialismo

Estos puntos de vista, y sus posteriores variaciones, influyeron -explica la doctora Hunt-durante generaciones en los
movimientos socialista y comunista.

Los bolcheviques, que se hicieron con el poder tras la revolución soviética de 1917, proclamaron un año después una
«Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado», en el que no incluyeron ni un solo derecho político o
jurídico.

El propósito de tal declaración era «la abolición de toda explotación del hombre por el hombre, la completa supresión de la
división de la sociedad en clases, el aplastamento implacable de la resistencia de los explotadores y el establecimiento de
una organización socialista de la sociedad».

El «padre» de la revolución rusa, Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin, citó repetidas veces a Marx, enfatizando su posición en
contra de los derechos individuales.

«‘El concepto de un ‘derecho igual’ es una infracción de la igualdad y una injusticia’, ya que se basa en un ‘derecho
burgués’. Los supuestos derechos iguales protegen la propiedad privada y, por tanto, perpetúan la explotación de los
trabajadores», relata la doctora Hunt.

Iósif Stalin, el sucesor de Lenin, promulgó en 1936 una nueva constitución que afirmaba garantizar la libertad de expresión,
de prensa y de culto, «pero su gobierno no titubeó en despachar a centenares de miles de enemigos de clase, disidentes e
incluso otros miembros del partido a campos de prisioneros o a una ejecución inmediata», añade la autora.

Por otra parte, Marx y su amigo, y coautor Friedrich Engels, abordaron también el tema de la sexualidad.

Su visión era «clásica»: veían cualquier forma de sexualidad fuera del matrimonio heterosexual monógamo como una forma
de degeneración, fomentada por el capitalismo, que podía ser curada con el socialismo.

De acuerdo con Engels, los «principios morales naturales» florecerían en el futuro socialista, cuando «la monogamia
[heterosexual] finalmente se convierta en realidad —también para el hombre—, en lugar de la decadencia« y los
homosexuales simplemente desaparecerían.

Estas opiniones tuvieron también su traducción jurídica en gran parte de los regímenes comunistas que después se
instauraron en el mundo, donde se promulgaron leyes de represión de la homosexualidad.

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por Carlos Berbell.

Carlos Berbell es director de Confilegal. Periodista, consultor internacional en comunicación y escritor, está especializado en
el campo de la justicia, la investigación criminal y la comunicación institucional.
Marx y la enajenación del ser humano (1)
scrito por Juan Francisco Viloria
El Trabajo Enajenado es el cuarto ensayo del primer manuscrito de Karl Marx en su obra
Manuscritos Económicos Filosóficos de 1844. Obra reveladora de la trayectoria Filosófico-
científica y crítico-ideológica del pensamiento de Marx en el contexto del capitalismo
mercantilista del siglo XIX, marcado por crecientes avances de la industrialización liberal
inglesa-norteamericana, en el marco de la consolidación de la burguesía y la clase obrera. Esta
cada vez más explotada y marginalizada, como producto de sus propias creaciones, marcadas
por el trabajo fabril y el creciente capital generado por el propio proceso productivo, que hacía
cada vez más rica y poderosa a la clase capitalista y cada vez más pobre y segregada a la clase
obrera.
Para Marx el proceso de producción capitalista está marcado por la enajenación del trabajo del
obrero. Enajenación que presenta tres dimensiones: 1er. enajenación del producto, 2do.
enajenación del trabajo mismo y 3ro. enajenación del hombre como ser general.
La enajenación del producto implica un proceso de creación de mercancía, producto del
trabajo del obrero, que implica la objetivación del mismo, que lo conduce al extrañamiento de
su propia creación, la mercancía; lo cual es equivalente a la enajenación en el obrero, marcado
por la pérdida de su libertad.
La realización del trabajo, implica la privación de la realidad del obrero, la objetivación en el
proceso de trabajo transformador de la materia prima en productos-mercancías, equivalente a
pérdida o esclavización del objeto, que conduce a la apropiación como extrañamiento de su
propia creación, generadora de su enajenación.
Hay en este proceso de razonamiento, seguido por Marx, la evidente presencia de la dialéctica
del amo y el esclavo del Hegel de la Fenomenología del Espíritu. Para Hegel “…el señor se
relaciona con la cosa de un modo mediato, por medio del siervo; el siervo, como
autoconciencia en general, se relaciona también de un modo negativo con la cosa y la supera;
pero, al mismo tiempo, la cosa es para él algo independiente, por lo cual no puede consumar su
destrucción por medio su negación, sino que se limita a transformarla…” (Hegel, 1973:118).
Por el contrario, para el señor, a través de la mediación, la relación inmediatamente se
convierte en pura negación de la cosa o en el goce; es el señor quien alcanza su disfrute en su
relación dialéctica con el siervo mediado por la cosa, por el objeto creado por éste.
El proceso lógico es: trabajo anulación del hombre-el obrero, anulado hasta la muerte la
objetivación perdida del objeto: el obrero es despojado de los objetos indispensables de la
vida, de los objetos del trabajo apropiación del objeto la enajenación.
Todo lo cual indica que a mayor producción, el obrero posee menos y es mayor su dependencia
del producto, esto es del capital, propiedad absoluto del capitalista.
“Hasta tal punto-dice Marx-se convierte la apropiación del objeto en enajenación, que cuanto
más objeto produce el obrero menos puede poseer y más cae bajo la Férula de su propio
producto, del capital.” (Marx, 1968:75).
En el proceso productivo “a medida que valoriza el mundo de las cosas se desvaloriza, en razón
directa, el mundo de los hombres. El trabajo no produce solamente mercancías; se produce
también a sí mismo y produce al obrero como una mercancía…” (Idem).
Marx deja claro que: “… el objeto producido por el trabajo, se enfrenta a él como algo externo,
como un poder independiente del productor… la realización del trabajo es su objetivación. Esta
realización del trabajo como estado económico se manifiesta como la privación de realidad del
obrero, la objetivación como perdida y esclavización del objeto, la apropiación como
extrañamiento, como enajenación”. (Idem).
La realización del trabajo, la objetivación, conduce a la anulación del hombre; “… el obrero se
ve anulado hasta la muerte por hambre…”(Idem).
La objetivación, la realización del trabajo, en el sentido de Marx, conduce a la pérdida del
producto del trabajo y a la anulación del obrero como ser humano real-concreto: “La
objetivación se revela hasta tal punto como pérdida del objeto, que al obrero se le despoja de
los objetos más indispensables, no solo de la vida, sino también de los objetos del
trabajo”. (Idem).
En este proceso de objetivación, el mismo trabajo que fuera del control del obrero, ya queda
sujeto a la demanda del mercado laboral… y sujeto” a las interrupciones más irregulares”.
(Idem).
Marx destaca que estas consecuencias son el resultados de “que el obrero se comporta hacia el
producto de su trabajo como hacia un objeto ajeno…”. (Idem).
En la misma proporción que aumenta el trabajo del obrero y su producto, disminuyen sus
posibilidades de sobrevivencia y cada vez es más pobres en su mundo exterior e interior.
Destaca Marx este hecho con una analogía tomada de la religión: “…cuanto más pone el
hombre en Dios, menos tiene de sí mismo…”. (Idem).
De manera que: “El obrero deposita su vida en el objeto: pero, una vez creado éste, el obrero
ya no se pertenece a sí mismo, sino que pertenece al objeto. Por tanto, cuanto mayor sea esta
actividad, más carente de objeto será el obrero… cuanto mayor sea este producto menos será
él mismo”. (Idem: 76).
De manera concreta ¿Qué significa la enajenación del obrero en el sentido que Marx lo
expresa? Y ¿Cuál es el valor ontológico y sociológico de este concepto?.
Para Marx “La enajenación del obrero en su producto no sólo significa que su trabajo se
convierte en un objeto, en una existencia externa, sino que esta existencia se halla fuera de él,
es independiente de él y ajena a él y representa frente a él un poder propio y sustantivo, que
la vida que el obrero ha infundido al objeto se enfrenta a él como algo extraño y hostil”.
(Idem).
La enajenación del trabajo mismo, presenta al obrero como siervo doble de su objeto: a) en
cuanto a la adquisición de su objeto de trabajo; b) en cuanto a la adquisición de medios de
sustentos. Esto es, la posibilidad de existir como obrero y la posibilidad de existir como sujeto
físico. En consecuencia, el sujeto físico sólo puede mantenerse como tal, como obrero, y sólo
puede ser obrero como sujeto físico.
Estamos frente a una circularidad del proceso: trabajo-existencia-trabajo. Circularidad
reveladora de la existencia del obrero como ser viviente y como ser social, histórico-concreto,
que actúa en una relaciones sociales de producción. Concepto que Marx madurará y
desarrollará en obras posteriores y que será el núcleo de su pensamiento filosófico
(ontológico)-sociológico, desde los Manuscritos hasta El Capital.

El Robocop de la ternura, carta pública de un


escritor al Comisionado de Cultura dominicano en los Estados Unidos de América (y 2)

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