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CORPORALIDADES

DISIDENTES EN LA
CELEBRACIÓN.
FIESTA Y POLÍTICA
EN LA ESCENA
CONTEMPORÁNEA
VICTORIA PÉREZ ROYO

74
“La cuestión no es organizar una fiesta, sino En las próximas páginas analizo el trata-
encontrar gente que pueda disfrutarla”1. miento de la celebración en varias piezas
Esta cita sugiere que la corporalidad de la y propuestas que me han interesado en los
sociedad occidental, que ha terminado por últimos años: Batucada (2014) de Marcelo
colonizar el globo entero, impide disfrutar Evelin (Brasil), Danzad, danzad, maldi-
de la celebración como una expresión de tos (2014) del colectivo Gloria & Robert
vitalidad compartida: el espíritu comunita- (España) y Planetary Dance (1987-hasta
rio se ha quedado reducido a unos mínimos, hoy), iniciada por Anna Halprin (Estados
y los siglos de disciplinamiento de los cuer- Unidos). Lejos de defender sin reservas
pos a los imperativos del trabajo y el rendi- la celebración como ocasión empodera-
miento han minado su capacidad de goce. dora desde una perspectiva maniquea y
En este contexto, algunas experimentacio- polarizada entre fiesta y duelo, afirmación
nes e investigaciones en torno fiesta que se y tristeza, todas estas piezas abordan el
plantean en las artes escénicas actualmente fenómeno en su complejidad, estudiando su
se pueden entender como intentos de desa- entrecruzamiento con diversas formas de
rrollar corporalidades disidentes y de recu- violencia (las directas y evidentes, o las más
perar la potencia política del baile colectivo. insidiosas y silenciosas, vinculadas con el
imperativo biopolítico contemporáneo de la
1 Nietzsche en Josef Pieper, In Tune with the felicidad y del rendimiento), su cercanía con
World. A Theory of Festivity. Nueva York, Harcourt, la protesta y la rebelión, así como las intrin-
ENSAYO

Brace & World, 1965, p. 10 (traducción de la autora). cadas dinámicas de formación de un cuerpo
colectivo entre la turba y la communitas, integridad de los cuerpos, la afirmación
entre otras varias cuestiones. y desarrollo de sus potencias, el “poder
de existir” que Onfray toma prestado de
En la celebración, tal y como se verá en el Spinoza en su manifiesto hedonista5, la eco-
análisis de estas piezas, residen oportuni- nomía de máximos y la exuberancia por la
dades de empoderamiento y de crítica más que se rige la fiesta6, el carácter contagioso
que pertinentes en el contexto actual de lo de la alegría y la vitalidad que emana de
que Achille Mbembe llama “devenir negro los cuerpos reunidos moviéndose conjun-
del mundo”2. “Negro” fue una construcción tamente, tienen un carácter decididamente
racista fabricada dentro de un programa político.
de dominación y fabulación para justificar
y organizar la primera gran explotación de BATUCADA. ENTRE L A
cuerpos a escala global en los orígenes del TURBA Y L A COMMUNITAS
capitalismo. Pero el “negro” del devenir
negro del mundo hoy ya no se refiere al Batucada de Marcelo Evelin consiste en
sometimiento exclusivo de cuerpos racia- un híbrido entre fiesta, protesta, desfile y
lizados, sino a una fórmula para denunciar marcha política, organizada con unas cin-
la expansión de las lógicas violentas de cuenta personas de cuerpos muy diversos
desposesión y expoliación en la fase actual (enfermos, sanos, delgados y gordos, jóve-
del capitalismo neoliberal hacia migran- nes y viejos), seleccionadas por medio de
tes, refugiado/as, asilado/as y a toda la convocatoria pública en cada ciudad. Los
75 población que se considera excedente, y las participantes se reparten estruendo-
incluidos los y las trabajadoras precariza- samente entre el público golpeando ollas,
das del mundo occidental. Se trata de una tapas, cazos y desplegando una afirmación
“instrumentalización generalizada de la radical del cuerpo colectivo. Batucada es
existencia humana y la destrucción material carnavalesca, ofrece un espacio y tiempo
de cuerpos humanos y poblaciones”3 que no compartidos, una horizontalidad drástica,
es meramente puntual, sino que constituye una invitación indirecta a sumarse, un
la ley misma del espacio político en el que espacio con ausencia de protagonistas, la
vivimos. El concepto de necropolítica de irreverencia de la exposición de la desnudez
Mbembe permite así trabajar con catego- de quienes participan, el ruido, la potencia
rías fundadoras del pensamiento político de los cuerpos reunidos.
“menos abstractas que razón, verdad, sujeto,
sino más palpables como vida y muerte”4. La experiencia de Batucada es intensa,
En este marco de una economía de muerte enérgica, agotadora, similar a las que des-
a gran escala, la defensa de la vida y de la cribe Edith Turner en su estudio antropo-
lógico sobre la communitas, concepto que
2 Achille Mbembe, Crítica de la razón negra propuso su marido Víctor Turner para un
(2013). Buenos Aires, Futuro Anterior Ediciones,
2016.
3 Achille Mbembe, Necropolítica. Seguido de 5 Michel Onfray, La fuerza de existir. Manifiesto
Sobre el gobierno privado indirecto (1999). Santa hedonista. Barcelona, Anagrama, 2008.
Cruz de Tenerife, Melusina, 2011, p. 11. 6 Georges Bataille, El límite de lo útil (1976).
4 Ibíd. Madrid, Losada, 2005.
fenómeno que ella continuó estudiando la cultura occidental ha querido ver en los
durante décadas. La investigadora carac- momentos comunitarios de celebración,
teriza la communitas con términos como la emergencia de la communitas y de las
alegría, empatía, interconexión liberadora, capacidades que los individuos alcanzan
creación de lazos duraderos, amor en grupo, mediante el rito están perfectamente
sensación de fraternidad, abolición de diseñados. Se trata de lo que Ehrenreich
jerarquías, unión, o gozo7. Se trata de una denomina, tomando el concepto prestado de
forma de placer de un grupo humano que Mircea Eliade, “técnicas del éxtasis”9 que
comparte experiencias comunes en las que contradicen la supuesta espontaneidad y
se abolen temporalmente las distancias y las desorden de la celebración de masas para,
jerarquías, así como las estructuras por las a cambio, subrayar una conciencia clara de
que se rige la vida cotidiana. En realidad, los protocolos de su ejecución. Evelin, como
se trata de una vivencia difícil de explicar coreógrafo, trabaja conscientemente sobre
porque, como señala Barbara Ehrenreich, la creación de esta corporalidad colectiva
nuestra cultura apenas dispone de vocabu- exuberante, si bien nunca por medio de
lario específico para expresar con fineza técnicas, sino de lo que él llama prácticas,
experiencias comunitarias de este tipo: siguiendo a Susan Manning10. Una práctica
no es asimilable a un entrenamiento, ni pre-
tenemos un lenguaje muy rico para senta un carácter instrumental en relación a
describir emociones que llevan a una la consecución de objetivos, ni se entiende
persona hacia otra, desde la atracción como ejercicio de superación personal para
sexual más efímera, pasando por el amor alcanzar mayores capacidades. Una práctica, 76
que disuelve el ego, hasta la fuerza des- de acuerdo con Evelin, consiste en una serie
tructiva de la obsesión. Lo que nos falta de situaciones y propuestas que determinan
son formas de describir y comprender el las condiciones para “la participación en un
‘amor’ que puede existir entre docenas tipo de acción corporal, mental o espacial”11.
de gente a la par. Este es el tipo de amor Plenamente situadas en el ámbito de la
que se expresa en un ritual extático8. investigación desde el cuerpo, se entienden
como problemas que solucionar colectiva
La communitas no solo surge de manera e individualmente. Por ejemplo, una de las
espontánea en momentos de transformación prácticas para la preparación de Batucada
social, sino que, como detalla Edith Turner consistía en “ser otro”, tratar de encarnar
en los numerosos casos que comenta en su a otra de las personas del grupo. Cada
libro, también se fabrica conscientemente participante debía encontrar formas de
por medio de rituales. En contradicción abordar esta tarea, ensayando e imaginando
con el aspecto caótico e incontrolable que
9 Ibíd., pp.16-20.
7 Edith Turner, Communitas. The Anthropology of 10 Susan Manning, The Minor Gesture. Durham
Collective Joy. Nueva York, Palgrave, 2012, pp. 1-3. y Londres, Duke University Press, 2016.
8 Barbara Ehrenreich, Dancing in the Streets. A 11 Marcelo Evelin y Victoria Pérez Royo,
History of Collective Joy. Londres, Granta Books, 2007, “Corporalidades disidentes”, conversación
pp. 13-14. Hay traducción española: Una historia de la en el Colóquio Internacional Pensar a Cena
alegría. El éxtasis colectivo de la Antigüedad a nues- Contemporânea, Universidade do Estado de Santa
ENSAYO

tros días. Barceloina, Paidós, 2008. Catarina (Florianópolis), 12 de septiembre de 2017.


estrategias, desde la imitación más obvia, La teoría política suele desconfiar de estos
hasta tentativas más sutiles de incorporar momentos de excitación colectiva, ya que
ciertas características del otro cuerpo. la pérdida del yo en la comunidad se ha
considerado un requisito para la fusión
El tipo de communitas que aparece en los en la masa extática de la celebración.
talleres tiene consecuencias fascinantes de Efectivamente, tal y como indica Edith
liberación de los cuerpos por medio de un Turner, la communitas, “tristemente, se
trabajo sobre la accesibilidad y contra el puede prostituir para producir prejuicios
miedo que implica la superación de límites contra un «enemigo»»13. Sin embargo, exis-
y de barreras psicológicas y sociológicas. En ten muchas formas de fusión y solidaridad
esto consistiría el aspecto festivo y empode- que se dan en momentos de efervescencia
rador de la celebración propuesta como dis- colectiva y que no requieren la pérdida del
positivo en las artes escénicas, que ofrece yo y el olvido de sus responsabilidades o
una contrapartida aunque sea mínima con- el sometimiento a una voluntad ajena, ya
tra el devenir negro del mundo por medio sea individual o colectiva. Por ello es nece-
de la creación de un cuerpo común (que en sario diferenciar entre una communitas
el caso de Batucada parte precisamente de organizada por ciertos poderes con fines de
celebraciones de origen afroamericano). Se persuasión, la espontánea, y la generada en
trata de una práctica colectiva que favorece entornos de investigación como éste, deter-
y estimula la confianza en uno o una misma minada por una ética del cuidado y de la
y en el grupo, que elimina miedos y temores, responsabilidad.
77 que permite al sujeto salir de sí mismo y
abrirse hacia nuevas sensibilidades y abra- En los talleres para preparar Batucada se
zar la diversidad. La propuesta se basa en trabaja sobre la ampliación y ruptura de los
la radicalidad política de la alegría, en la límites corporales acostumbrados, sobre for-
que el placer que produce ser parte de un mas de fusión con el grupo, pero nunca para
cuerpo común desparaliza cuerpos indivi- perderse, sino para superar miedos, que son
duales tristes o reprimidos y aumenta sus precisamente el origen de la violencia. El
capacidades, intensificando la vida frente a trabajo anterior de Evelin, De repente fica
las necropolíticas que la agotan y expropian. tudo preto de gente (2012) [De repente se
Se trata de la “estrategia de la alegría” que pone todo negro de gente], abordaba direc-
Ana Longoni explica en relación a la repre- tamente esta cuestión: el miedo a desdibujar
sión dictatorial de Argentina a mediados de los límites de la propia persona y a entrar
los 1970: “En medio de la tragedia, bailar y en contacto con otros cuerpos. La investi-
disfrutar de estar juntos puede ser vivido gación estaba inspirada en Masa y poder
también como un acto político de tremenda de Elias Canetti, texto en el que aparece
potencia disruptiva”12. una cita reveladora a este respecto: “Todo
el nudo de reacciones psíquicas en torno al
ser tocado por algo extraño demuestra, en
su inestabilidad e irritabilidad extremas,
que se trata de algo muy profundo, insidioso
12 Ana Longoni, (ed.), Roberto Jacoby. El deseo
nace del derrumbe. Acciones, conceptos, escritos.
Barcelona, La Central, Museo Reina Sofía, 2011, p. 20. 13 Edith Turner, Op. cit., p. 6.
y siempre vigilante, de algo que ya nunca singularidad y sus deseos, sino que desde
abandona al hombre una vez que ha esta- ellos tome posición. Pero tampoco se
blecido los límites de su propia persona”14. promueve el olvido de los otros, de modo
Batucada supuso un paso más en su inves- que el descontrol y la agresividad puedan
tigación hacia la multitud, reuniendo a un dispararse hacia dentro o hacia fuera. Los
grupo ya no de ocho personas, sino de unas cuidados y el respeto en esas prácticas son
cincuenta. Por supuesto, este trabajo sobre fundamentales. Precisamente porque son
la accesibilidad del cuerpo y la exposición procesos que implican un gran esfuerzo
de la piel como límite al contacto de la mul- personal para rebasar los propios límites, los
titud entraña sus riesgos. Tal y como relató cuidados son máximos. Evelin relató un caso
Evelin, durante los talleres previos a la ter- que da cuenta de la atmósfera de respeto
cera vez que la pieza se presentó en Bélgica, que se fabrica en los talleres: en la prepara-
se acusó de abuso sexual a un chico afri- ción de Batucada en Salvador (2015), en una
cano del grupo. Evelin no quiso interferir en práctica de “ser masa” con el resto de grupo,
la horizontalidad que se había establecido llegaron a una situación de accesibilidad
desde el principio y tomar decisiones como máxima del cuerpo, en la que hay concien-
autor, así que enfrentó al grupo a la situa- cia, pero poca posibilidad de control de los
ción de tratar colectivamente el problema, movimientos. Tal y como refiere Evelin, una
que dedicó cuatro días completos a discutir, mujer tuvo un orgasmo de varios minutos
tomar conciencia de los propios prejuicios, que no reprimió. El resto de grupo, a pesar
escucharse durante horas y soportar discur- de que la situación se podía prestar a abu-
sos racistas y xenófobos, hasta que consi- sos o bromas, registró, respetó y apoyó la 78
guieron llegar a una solución15. Los talleres situación, sin realizar comentarios, ni chis-
de Batucada son un lugar de fabricación de tes a continuación16.
communitas, pero también de confrontación
y discusión sin líneas de acción predefini- En cualquier caso, el empoderamiento que
das frente a los conflictos, sin lemas que esta communitas pueda generar para las
defender, ni líderes. personas que participan en los talleres
contrasta fuertemente con la lectura que
Como se ve, no se accede a la communitas ofrece la pieza de cara al público. Como
de modo gozoso y sencillo por medio de espectadora, puedo vivir y experimentar esa
un olvido de sí, sino que cada individuo se energía de la comunidad que los cuerpos
enfrenta con varias limitaciones y hábi- del grupo de participantes contagian, pero
tos, como es, por ejemplo, asumir el pudor la dramaturgia de la pieza apunta también a
del desnudo y del contacto íntimo con un otras direcciones. La batucada, como otras
grupo de gente tan amplio. No se promueve formas carnavalescas brasileñas, recoge
en ningún caso que el individuo anule su tradiciones afrodescendientes de las religio-
nes extáticas, bailadas, en las que el movi-
miento sincrónico de la danza y la música se
14 Elias Canetti, Obras completas I. Masa y poder
usaban para inducir el trance. Estas fiestas
(1960). Barcelona, Galaxia Gutemberg / Círculo de
fueron sistemáticamente desprestigiadas,
lectores, 2002, p. 4.
15 Marcelo Evelin y Victoria Pérez Royo,
ENSAYO

“Corporalidades disidentes”… Op. cit. 16 Ibíd.


censuradas y prohibidas, a veces en nom- la fiesta hibridada con la protesta política
bre de la decencia, el recato y la cordura, son múltiples, pero ninguna de ellas espe-
pero sobre todo porque causaban miedo en ranzadora. La suspensión de la descarga de
la población blanca como ocasiones para esa energía en una dirección u otra permite
el surgimiento de rebeliones17. Pero las pensar sobre dos cuestiones: por un lado, se
imágenes que la reunión de cuerpos evoca posibilita una observación prolongada de
no solo remiten a las religiones bailadas las dinámicas de la masa y de la circulación
afroamericanas, sino también a protestas, de los afectos entre participantes y público
manifestaciones y luchas callejeras actua- en un momento de intensidad tan elevado.
les. La energía que se va acumulando a lo Y por otro, se promueve un contraste fuerte
largo de la pieza, con los cuerpos en movi- entre la potencia de esa energía y vitalidad
miento, a un ritmo acelerado y repetitivo, del cuerpo colectivo y la vulnerabilidad y
hipnótico, podría encauzarse hacia un lado fragilidad de los cuerpos expuestos, tendi-
o hacia otro: hacia el éxtasis colectivo, la dos en el suelo.
manifestación afirmativa de los cuerpos
reunidos, o hacia su descarga externa, en DANZAD, DANZAD,
la calle, para pasar a conformar una masa MALDITOS.
y dejar que tome camino hacia una reivin- NEUTRALIZACIÓN DE LA
dicación concreta, instrumentalizando así FIESTA Y POTENCIA DEL
la communitas como reacción a algo que AGOTAMIENTO
podría propiciar un cambio de cosas o,
79 casi con mayor seguridad, una represión Otra propuesta también paradójica y con-
policial. Evelin no opta por ninguna de las flictiva de la celebración como dispositivo
dos: la pieza termina con una situación muy en las artes escénicas se plantea en Danzad,
complicada y que apunta a un pesimismo danzad, malditos (2014) del colectivo Gloria
quizá derivado de la situación de violencia & Robert. La obra toma como título la tra-
creciente que se vive en Brasil. El grupo ducción que en España se hizo de la película
se arroja al suelo, donde queda tendido de Sydney Pollack They Shoot Horses, Don’t
ocupando todo el espacio disponible para They? sobre las maratones de baile que
la salida del público, quien debe pisar esos se realizaban en Estados Unidos durante
cuerpos para abandonar el teatro y dejar la Gran Depresión. Consistían en compe-
que la pieza llegue a su fin. Las lecturas que ticiones de danza en parejas sin apenas
este final sugiere sobre las relaciones entre descanso y con pausas breves para comida y
aseo que se podían llegar a extender incluso
17 Efectivamente, podían ser temidas, no solo en
durante semanas, hasta que solo quedara
relación al empoderamiento físico y espiritual que una pareja, la ganadora, que había resistido
favorecían (especialmente relevante si tenemos en más tiempo bailando, la cual recibía un pre-
cuenta que eran bailados por población esclava que mio en metálico. La pieza escénica Danzad,
en la vida diaria no era dueña de sus cuerpos), sino danzad, malditos consiste en una maratón
también, en términos prácticos, desde el punto de
de baile de al menos diez horas, o más allá
vista de la organización que requerían reuniones de
si los cuerpos aguantan, a la que cualquiera
individuos de otra forma aislados, y que se podían
desviar a otros fines. Barbara Ehrenreich, Dancing está invitado, sostenida colectivamente
in the Streets… Op. cit., pp. 164-169.
por todas las personas que se animen a sión civilizatoria, con capacidad de desatar
participar. efectos sociales perniciosos.

Las razones para pensar en esta danza Las resonancias de Danzad, danzad, mal-
colectiva de varias horas como una ditos con la película contribuyen también a
celebración empoderadora son varias. enturbiar toda posibilidad de comprender la
Abarcan desde el “vínculo muscular”, un celebración desde un punto de vista mera-
“sentimiento eufórico de hermandad que mente afirmativo. La maratón de Pollack
el movimiento muscular y rítmico prolon- carece por completo de espíritu comuni-
gado genera entre prácticamente todos los tario, alegría contagiosa, liberación de la
participantes en tales ejercicios”18 y que comunidad danzante, expresión de vita-
constituye una base fundamental para la lidad compartida y excedente de energía.
cohesión social, hasta los estados de pasión Al contrario, como mezcla de competición
o éxtasis inducidos por medio de rituales de y espectáculo, la posible potencia política
canto y baile en comunidad que Durkheim del baile colectivo se ve arruinada. En su
denominó momentos de “efervescencia lugar, se exponen cuerpos extenuados, al
colectiva”19. Pero lo que está en cuestión en límite de sus capacidades, en lucha entre
esta maratón no es tanto la capacidad empo- sí, sometidos a un proceso de animalización
deradora de la celebración, sino la posibili- y rendimiento que contrasta salvajemente
dad misma de nuestros cuerpos de acceder con el relato espectacularizado que el pre-
a tales estados en la situación actual. Hay sentador de la maratón va desplegando a lo
cuestiones que lo dificultan, como la hosti- largo de esos días, centrado en un discurso 80
lidad de la sociedad occidental a la danza y excesivamente positivo de autosuperación y
a la economía festiva, o el sometimiento de sana competencia, de exaltación de los valo-
los cuerpos a la sociedad del rendimiento. res cívicos de entrega al trabajo e iniciativa
Tal y como explica Barbara Ehrenreich, a personal.
partir del siglo XVII, desde la sobriedad
protestante y el criterio capitalista de apro- La fiesta se ha entendido en ocasiones
vechamiento de toda la energía humana en por oposición al trabajo, por la renuncia al
trabajo, toda forma de práctica colectiva principio del cálculo de la utilidad, por un
festiva exuberante -al principio exclusiva- excedente de energía disponible que no se
mente las de las poblaciones sometidas en emplea ni en el crecimiento ni en la repro-
las colonias y poco a poco toda expresión ducción de lo dado, sino que se derrocha21.
colectiva en las clases bajas europeas tam- Cuando la actividad de baile en comunidad
bién-20 empieza a ser sospechosa de regre- se rige en cambio por una lógica instru-
mental, de persecución de un fin monetario,
18 William H. McNeill, Keeping Together in Time. especialmente en condiciones de precarie-
Dance and Drill in Human History. Cambridge, dad como es el caso de Estados Unidos des-
Harvard University Press, 1995. (Libro electrónico), pués de la crisis de 1929, todo su potencial
posic. 68.
empoderador se disuelve en la economía de
19 Émile Durkheim, Las formas elementales de la
trabajo y del rendimiento, una de las formas
vida religiosa (1912). Madrid, Alianza, 2003,
20 Barbara Ehrenreich, Dancing in the Streets…
ENSAYO

Op. cit., pp. 155-180. 21 Georges Bataille, Op. cit., p. 88.


actuales de necropolítica. Gloria & Robert fiesta y la socialización compulsiva es para-
aprovechan estas similitudes respecto a digmático a este respecto25.
la película de Pollack para promover una
reflexión encarnada sobre las nuevas for- Desde este punto de vista, la maratón de
mas de precariedad y precarización actua- Gloria & Robert, respecto a la de They Shoot
les22. Cuando preguntan en la hoja de sala Horses, Don’t They?, despliega dos vías de
“¿Acaso podemos dejar de bailar? ¿Acaso lectura posibles: una, la explotación de los
no hemos bailado ya hoy con cientos de cuerpos, ya sea directamente, ya sea por
personas? ¿Acaso no estabas en medio de medio de usos capitalistas indirectos de los
alguna coreografía cuando has empezado a afectos y las energías asociadas a su reu-
leer esta invitación?” no aluden a la fluidez nión, junto con la correlativa neutralización
de los ballets que desplegamos diariamente del rechazo a estos abusos por medio de la
en el espacio público23, sino, como expli- retórica oficial de la felicidad y la tiranía
can en el blog que acompañó al proceso de del pensamiento positivo26, que tienen como
creación24, a la expansión de la sociedad del consecuencia la patologización de la des-
espectáculo en la vida cotidiana y a la trans- gracia personal. Dos, la extenuación, visible
formación de la sociedad disciplinaria en la de manera progresiva en la película, experi-
sociedad del rendimiento, todo ello obser- mentable en la pieza escénica (por supuesto
vado desde el punto de vista de la coreogra- de manera más lúdica), aunque no por ello
fía. Nuestros flujos se entienden así desde el exenta de una toma de posición crítica. En
imperativo del movimiento en una situación ambos casos, aunque llegar a esos estados
81 en la que se han borrado las diferencias de agotamiento y colapso parecen conse-
entre trabajo y ocio entendido como con- cuencias de una decisión estrictamente
sumo, entre entretenimiento y cultura, con voluntaria, de una iniciativa y motivación
el fin de que las estructuras de dominación propias, responden a una situación de
sigan rentabilizando vidas en su provecho, precariedad no elegida: en la película res-
especialmente las expresiones vitales de ponde a la pobreza generalizada resultado
ocio y recreo en las sociedades en las que del Crack del 29 en Estados Unidos, mien-
el capitalismo se encuentra más avanzado. tras que en la pieza escénica remite a la
El retrato del artista como trabajador que sociedad del rendimiento. Es obvio que si
realiza Dieter Lesage como encerrado en participamos en Danzad, danzad, malditos
un circuito entre la búsqueda de trabajo, la lo hacemos por interés genuino en la pro-
puesta, por ocio, por diversión, por ganas
de bailar unas horas con otros; pero la
maratón no deja de aludir a la fabricación
22 Isabell Lorey, Estado de inseguridad. Gobernar de subjetividades precarias por parte de las
la precariedad (2012). Madrid, Traficantes de sue-
ños, 2016.
23 Jane Jacobs, The Death and Life of Great 25 Dieter Lesage, ”A Portrait of the Artist as a
American Cities. Nueva York, Vintage Books, 1961. Worker”, en UKS - Forum for Samtidskunst, 2007,
24 Blog del colectivo Gloria & Robert en Teatron, pp. 4-6.
2014: https://www.lacasaencendida.es/escenicas/ 26 Cfr. Barbara Ehrenreich, Smile or die. How
danzad-danzad-malditos-gloria-robert-3586 [último Positive Thinking Fooled America and the World.
acceso 12.08.2018]. Londres, Granta Books, 2010.
estructuras contemporáneas de dominación, PL ANETARY DANCE. BAIL AR
que exceden con mucho el nivel laboral para PARA ALGO. RITUALES DE
extenderse al ámbito global de la existencia BAILE COLECTIVO
humana como forma de violencia siste-
mática que ha colonizado incluso nuestra Otra de las vías de desarrollo de una inves-
voluntad y energía festiva. tigación política vitalista desde la escena se
ha centrado en la recuperación de prácticas
No obstante, la propuesta de Gloria & Robert sociales de danza de culturas no occiden-
no solo se reduce a una crítica, sino que, tales y en la fabricación de nuevos ritos
como artes vivas que necesariamente impli- inspirados en ellas. Un caso paradigmático
can una práctica corporal, apunta a vías de ello quizá sea Planetary Dance de Anna
posibles de resistencia. Al proponer diez Halprin, un ritual colectivo que se celebra
horas seguidas de baile colectivo, real, de anualmente en varios lugares del planeta
cuerpos presentes, abre un espacio para la desde 1987 y que ha llegado a alcanzar una
escucha atenta a otras corporalidades. En escala global29.
el blog27, de hecho, remiten a la noción de
agotamiento que Peter Pál Pelbart articula Por paradójico que nos pueda sonar a oídos
en Filosofía de la deserción28 y que apunta occidentales, es una danza que se baila para
las posibilidades de rechazo del mundo conseguir algo, que se realiza con un propó-
que el agotamiento podría facilitar desde sito, como de hecho sucede en la gran parte
reacciones estrictamente corporales. Esta de los bailes de las culturas del mundo. En el
subversión también podría partir de las caso de la danza de Halprin es algo común, 82
múltiples y variadas formas de solidaridad dado que su exploración e investigación
espontánea que se generan en la maratón coreográfica con comunidades se ha orien-
misma, aunque sea de forma lúdica durante tado siempre a cumplir un fin instrumental.
unas horas, y que apuntan al menos en tres En una primera fase, los experimentos en el
direcciones: uno, la empatía cinestética y Dancer’s Workshop en las décadas de 1960
otros tipos de complicidad corporal básicas; y 70 afrontaban directamente problemas
dos, las formas de autoorganización colec- sociales como por ejemplo la segregación
tiva sin acuerdo previo como las decisiones racial y la violencia y odio que ello engen-
no pactadas de relevos, por ejemplo; tres, dra. En una segunda fase, pasó a una danza
la toma de conciencia de la vulnerabilidad transformadora que aborda el cuerpo ya no
que nos constituye, posibilitada gracias al en términos físicos, biológicos y sociales,
cansancio que evidencia nuestra fragilidad sino a la persona desde una perspectiva
y al compromiso de mantener y sostener la holística, ampliando el trabajo coreográfico
maratón entre todas las personas presentes sobre el cuerpo a dimensiones emocionales,
al que la pieza invita, entre otras. mentales y espirituales. En una fase ulterior
y todavía actual, comenzó a trabajar sobre
comunidades a partir de mitos y rituales
27 Blog del colectivo Gloria & Robert en Teatron…
Op. cit.
28 Peter Pál Pelbart, Filosofía de la deserción. 29 Según indican en la página web del proyecto, en
Nihilismo, locura y comunidad. Buenos Aires, Tinta 2017 dos mil personas en veinticinco países diferen-
ENSAYO

Limón, 2009. tes llegaron a participar en Planetary Dance.


colectivos. La danza ha desempeñado en de transformar los poderes y potencias de
su trabajo un papel esencial en la fabrica- cada individuo en mera fuerza de trabajo.
ción y sostenimiento de comunidades. Su Se trataba, en definitiva, de fabricar cuer-
propuesta radica en “volver a la danza para pos sumisos y obedientes al calendario de
recuperar una tradición antigua que nos trabajo capitalista, de convertir el cuerpo
servirá en la cultura actual. La sabiduría de en una máquina, lo cual era especialmente
la danza y del cuerpo contiene recursos que necesario en un estadio de desarrollo tec-
nos pueden facilitar las herramientas para la nológico todavía incipiente. El disciplina-
supervivencia de la vida en este planeta. […] miento se orienta tanto al cuerpo individual
Por medio de la danza podemos redescubrir como al colectivo: al primero, con el fin de
una identidad y comunidad espiritual que favorecer un mayor rendimiento y produc-
hemos perdido”30. tividad por medio de la separación mente /
cuerpo y la organización de una oposición
La investigación de Halprin se ha orientado razón regidora / instinto ciego, que es la
a lo largo de toda su vida a la búsqueda que permite la interiorización de los meca-
y desarrollo de danzas con posibilidades nismos de poder y el control de las reac-
emancipadoras y sanadoras que partan ciones y necesidades del propio cuerpo en
de una noción y unas formas de habitar relación a las condiciones de trabajo de la
el cuerpo mucho más poderosas que las economía capitalista. “[L]a primera máquina
heredadas. El empobrecimiento de las desarrollada por el capitalismo fue el cuerpo
corporalidades occidentales se comienza humano y no la máquina de vapor, ni tam-
83 a gestar a partir del siglo XVII, momento poco el reloj”32. Al cuerpo colectivo, con el
crucial en el desarrollo del capitalismo y en fin de favorecer un gobierno más eficaz de
la consecuente subyugación de los cuerpos. la población. El cuerpo social se trata de
Tal y como explica Sivia Federici31, al primer simplificar y controlar por medio de un pro-
paso que dio el capitalismo con la expro- yecto de construcción de un individuo pro-
piación de las tierras comunes, le sucedió totípico, abstracto, que serviría como base
un segundo, el de la expropiación de los para la nueva ciencia de la Aritmética polí-
cuerpos. Esta fue facilitada por la reorgani- tica, que estudia el comportamiento social
zación del estado, la iglesia y la burguesía, en términos numéricos. Las nuevas ciencias
por la filosofía mecanicista como la de René como la Estadística y la Demografía, indica
Descartes y la teoría política de Thomas Federici, operan sobre el cuerpo social
Hobbes, así como por nuevas disciplinas y lo regulan de la misma manera que la
como Anatomía, o Estadística, entre otras, Anatomía opera sobre el cuerpo individual
que en su confluencia condujeron a un dis- por medio de una “disección de la pobla-
ciplinamiento violento del cuerpo con el fin ción”, un estudio de sus regularidades, un
cálculo de probabilidades, etc.
30 Anna Halprin, Moving Toward Life: Five
Decades of Transformational Dance, Rachel Kaplan, Esta sujeción solo se ha acrecentado desde
ed., Middletown, Wesleyan University Press, 1995, p.
entonces y es la que constituye la base
XII.
misma de la necropolítica actual a escala
31 Silvia Federici, Calibán y la bruja. Mujeres,
cuerpo y acumulación primitiva (2004). Madrid,
Traficantes de sueños, 2010. 32 Íbid., p. 201.
planetaria. Este es el marco en el que determinados rituales34. Pero en ningún
entiendo que se sitúan las investigaciones caso se ha limitado a buscar en otras cultu-
de Halprin y otros y otras artistas de la ras y a tratarlas con veneración, guardando
escena que buscan en culturas no occiden- fidelidad a sus fórmulas concretas. No se
tales corporalidades y modos de relación no ha dedicado a recuperaciones melancólicas
colonizados por el capitalismo, en los que de danzas como documentos sagrados, sino
se puedan encontrar fuerzas y formas con que su práctica coreográfica está determi-
potencial de permitirnos desarrollar corpo- nada por la experimentalidad y la reinven-
ralidades alternativas. El problema que se ción, por una mirada crítica que es capaz
plantea de inmediato en la recuperación de de establecer un diagnóstico certero de los
estas danzas y de sus ritos parte de la duda problemas sociales y fabricar, descubrir o
acerca de su “autenticidad” en culturas for- reinventar en cada caso, junto con la comu-
zadas a convivir con la occidental, teniendo nidad concreta, los ritos necesarios para su
en cuenta las distorsiones que pueden haber tratamiento.
sufrido en relación a los objetivos turísticos
que subyacen a su conservación y, en gene- El origen de Planetary Dance puede ser
ral, a procesos más amplios de aculturación. interesante a este respecto: partió del pro-
Así lo formulan Amanda Piña y Angela yecto Search of Living Myths and Rituals
Vadori: though Dance and the Environment, que
comenzó en 1980, el cual le brindó la opor-
¿Hay todavía algo de esas danza tunidad de desarrollar una serie de talleres
originales dentro de esos vestigios? con cientos de personas de una comunidad 84
¿Qué aspectos eran suficientemente en Tamalpais (California). En ellos surgieron
invisibles para el ojo colonizador para de manera persistente imágenes, recuerdos
pasar desapercibidos y sobrevivir la y referencias a la montaña Tamalpais, en
historia hasta hoy, cuando estamos de la que un asesino había matado a varias
nuevo reactivándolas? ¿Qué hace que un mujeres, lo que había provocado que ese
movimiento perdure? ¿Es su funcionali- territorio ya apenas se recorriera ni habi-
dad? ¿O justo lo contrario, su naturaleza tara. La pieza que surgió de esos talleres
accesoria y su apariencia de no ser fue In and On the Mountain (1981), en la
particularmente útil lo que ayuda a que que se trabajaba con la montaña como mito
prevalezca?33 y con los asesinatos de forma simbólica y
ceremonial, y tuvo un gran impacto en la
La investigación que ha desarrollado comunidad.35 Halprin tuvo la oportunidad de
Halprin, de hecho, se ha nutrido del enorme
poder de afirmación de la vida y de la 34 Tal y como explica ella misma (Anna Halprin,
potencia del cuerpo colectivo que fabrican Op. cit., p. 213), ha aprendido mucho de la cultura
india Pomo que se encuentra en la costa norte de
California, participando en sus danzas, escuchando
33 Amanda Piña y Angela Vadori, “Movements sus historias y mitos y asimilando las relaciones que
of Fire”, en VV.AA.: Four Remarks on the History establecen con el entorno natural.
of Dance. Endangered Human Movements - vol. 1, 35 Como comenta Halprin (Ibíd., p. 231), indepen-
Viena: BMfB - Federal Ministry of Movement Affairs dientemente de que tras este trabajo comunal se
ENSAYO

/ nada productions, 2015, pp. 287-288. encontrara al asesino (y de si se quieren vincular los
continuar con ese trabajo celebratorio ritual el tiempo”37. La autenticidad del ritual, así,
una vez al año durante los siguientes cua- no depende de una supuesta fidelidad a las
tro, expandiendo su propósito del fin de la formas heredadas y transmitidas en una
violencia más allá de la montaña hacia otros cultura, sino de su recreación y reinvención
territorios y comunidades, hasta llegar a la de acuerdo a las necesidades de los contex-
pieza Circle the Earth (1986). La estructura tos que desarrollan y practican el ritual. Su
y las herramientas generadas para fabricar valor reside únicamente en la medida en
ese tipo de ritual colectivo se comenzaron la que se prestan a expresar las preocupa-
a exportar y tomaron vida propia en las ciones actuales, a activar sus posibilidades
comunidades del mundo donde la pieza se emancipatorias en el presente.
iba desarrollando, de modo que, tal y como
relata Halprin, solo se dio un paso más para El valor actual de estas danzas y rituales
llegar a Planetary Dance. El movimiento bailados, en concreto de Planetary Dance, se
consistió en unir las diferentes comunida- puede desglosar en varios aspectos. En un
des que habían bailado Circle the Earth y nivel muy básico, lo que la pieza quizá tome
otras que estaban interesadas, cada una de de las danzas colectivas se basa en la capaci-
ellas enmarcando la partitura de la danza en dad inherente al ser humano para la simpatía
un ritual propio de la cultura o la comuni- cinestética, que se puede plantear tanto en
dad, y decidiendo los relatos concretos con un plano muscular38, neuronal39, visual-mo-
los que se quiere trabajar36. tora40, o imaginativa-afectiva41, entre otros, y
que pueden contribuir sustancialmente a la
85 Tal y como se ve en el origen de esta danza creación y afianzamiento de comunidades y
planetaria, Halprin ha trabajado intensa- a la fabricación de lazos colectivos.
mente con mitos y rituales. Pero éstos no se
organizan en torno a protocolos heredados, Pero más allá de este nivel, Halprin trabaja
sino que se deben fabricar o descubrir para en sus danzas rituales con movimientos,
cada ocasión. Su trabajo tiene un fuerte patrones e imágenes arquetípicas par-
carácter experimental. Así lo explica: “Los tiendo de la convicción de que constituyen
rituales contemporáneos necesitan man- archivos que contienen la promesa de la
tener una actitud experimental si quieren recuperación de corporalidades previas a la
ser auténticos. […] Para hacer rituales que expropiación capitalista del cuerpo y que
puedan cambiar las cosas necesitamos permiten abordarlo en su integridad. Una
permanecer en un modo experimental, a
la par que sujetarnos fuertemente a los
37 Íbid., p. 236. Traducción de la autora.
elementos de nuestros rituales con peso en 38 William H. McNeill, Op.cit.
39 Vittorio Gallese, “The Roots of Empathy: The
hechos de modo más o menos causal), el gran éxito Shared Manifold Hypothesis and the Neural Basis
de la obra radica en que contribuyó sustancialmente of Intersubjectivity”, en Psychopathology núm. 36,
a que el pueblo se hiciera responsable y se decidiera 2003, pp. 171-180.
a reclamar su montaña en un ejercicio de empodera- 40 John Joseph Martin, Introduction to the Dance.
miento colectivo. Nueva York, W. W. Norton, 1939.
36 Para conocer el guión de base y saber más 41 Maaike Bleeker, Visuality in the Theatre. The
sobre los principios que la guían, cfr. (Ibíd., pp. Locus of Looking. Nueva York y Hampshire, Palgrave
238-244) MacMillan, 2008.
de las vías de trabajo está basada en una Todas estas piezas interrumpen aunque sea
exploración de la conexión profunda entre durante unas horas las lógicas y dinámicas
el movimiento y la emoción, entre determi- necropolíticas, promoviendo corporalidades
nadas dinámicas y las energías corporales afirmativas que puedan ayudar a tomar con-
que desatan, en las que reside gran parte ciencia de ellas de modo corporal y a contra-
de su capacidad transformadora, tanto en rrestarlas. Lo hacen por medio de una serie
un nivel individual como social. Tal y como de prácticas coreográficas y dancísticas en
explica Halprin42, su investigación ha estado las que las personas que participan tienen
muy influenciada por el trabajo bioenergé- la oportunidad de transformar los modos
tico que ella y su grupo desarrollaron con de sentir y de habitar el propio cuerpo. La
John Rinn en el San Francisco Dancer’s promoción de corporalidades disidentes no
Workshop, dedicado a la exploración de es una tarea solitaria ni individual, sino una
determinadas acciones corporales (pataleos que llevar a cabo colectivamente por medio
o temblores, por ejemplo) como vías para del encuentro que en ocasiones propician
generar estados anímicos, liberar tensiones las artes escénicas.
y romper controles del cuerpo, o para dar
expresión a emociones ocultadas y reprimi-
das durante mucho tiempo.

Por último, la investigación corporal y coreo-


gráfica de Halprin no se puede desvincular
de un impulso ecológico. Una dimensión 86
básica y esencial de su trabajo se organiza
en torno a una corporalidad no limitada
exclusivamente a la figura humana, sino que
se extiende a los seres y cosas que habitan
el entorno alrededor. La necropolítica no
implica solo la explotación de los cuerpos,
sino también de los recursos naturales que
necesitamos para la supervivencia. En rela-
ción a ello, estos rituales comunitarios y dan-
zas colectivas están orientadas también al
desarrollo y la articulación de relaciones no
instrumentales con el entorno, no centradas
en la utilidad y el provecho, sino ecológicas
en su respeto y escucha a lo que hay alrede-
dor, promoviendo corporalidades que invitan
a abandonar la oposición sujeto soberano
frente a mundo objetivado y domesticado.

***
ENSAYO

42 Op. cit., pp. 111-112.

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