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DISIDENTES EN LA
CELEBRACIÓN.
FIESTA Y POLÍTICA
EN LA ESCENA
CONTEMPORÁNEA
VICTORIA PÉREZ ROYO
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“La cuestión no es organizar una fiesta, sino En las próximas páginas analizo el trata-
encontrar gente que pueda disfrutarla”1. miento de la celebración en varias piezas
Esta cita sugiere que la corporalidad de la y propuestas que me han interesado en los
sociedad occidental, que ha terminado por últimos años: Batucada (2014) de Marcelo
colonizar el globo entero, impide disfrutar Evelin (Brasil), Danzad, danzad, maldi-
de la celebración como una expresión de tos (2014) del colectivo Gloria & Robert
vitalidad compartida: el espíritu comunita- (España) y Planetary Dance (1987-hasta
rio se ha quedado reducido a unos mínimos, hoy), iniciada por Anna Halprin (Estados
y los siglos de disciplinamiento de los cuer- Unidos). Lejos de defender sin reservas
pos a los imperativos del trabajo y el rendi- la celebración como ocasión empodera-
miento han minado su capacidad de goce. dora desde una perspectiva maniquea y
En este contexto, algunas experimentacio- polarizada entre fiesta y duelo, afirmación
nes e investigaciones en torno fiesta que se y tristeza, todas estas piezas abordan el
plantean en las artes escénicas actualmente fenómeno en su complejidad, estudiando su
se pueden entender como intentos de desa- entrecruzamiento con diversas formas de
rrollar corporalidades disidentes y de recu- violencia (las directas y evidentes, o las más
perar la potencia política del baile colectivo. insidiosas y silenciosas, vinculadas con el
imperativo biopolítico contemporáneo de la
1 Nietzsche en Josef Pieper, In Tune with the felicidad y del rendimiento), su cercanía con
World. A Theory of Festivity. Nueva York, Harcourt, la protesta y la rebelión, así como las intrin-
ENSAYO
Brace & World, 1965, p. 10 (traducción de la autora). cadas dinámicas de formación de un cuerpo
colectivo entre la turba y la communitas, integridad de los cuerpos, la afirmación
entre otras varias cuestiones. y desarrollo de sus potencias, el “poder
de existir” que Onfray toma prestado de
En la celebración, tal y como se verá en el Spinoza en su manifiesto hedonista5, la eco-
análisis de estas piezas, residen oportuni- nomía de máximos y la exuberancia por la
dades de empoderamiento y de crítica más que se rige la fiesta6, el carácter contagioso
que pertinentes en el contexto actual de lo de la alegría y la vitalidad que emana de
que Achille Mbembe llama “devenir negro los cuerpos reunidos moviéndose conjun-
del mundo”2. “Negro” fue una construcción tamente, tienen un carácter decididamente
racista fabricada dentro de un programa político.
de dominación y fabulación para justificar
y organizar la primera gran explotación de BATUCADA. ENTRE L A
cuerpos a escala global en los orígenes del TURBA Y L A COMMUNITAS
capitalismo. Pero el “negro” del devenir
negro del mundo hoy ya no se refiere al Batucada de Marcelo Evelin consiste en
sometimiento exclusivo de cuerpos racia- un híbrido entre fiesta, protesta, desfile y
lizados, sino a una fórmula para denunciar marcha política, organizada con unas cin-
la expansión de las lógicas violentas de cuenta personas de cuerpos muy diversos
desposesión y expoliación en la fase actual (enfermos, sanos, delgados y gordos, jóve-
del capitalismo neoliberal hacia migran- nes y viejos), seleccionadas por medio de
tes, refugiado/as, asilado/as y a toda la convocatoria pública en cada ciudad. Los
75 población que se considera excedente, y las participantes se reparten estruendo-
incluidos los y las trabajadoras precariza- samente entre el público golpeando ollas,
das del mundo occidental. Se trata de una tapas, cazos y desplegando una afirmación
“instrumentalización generalizada de la radical del cuerpo colectivo. Batucada es
existencia humana y la destrucción material carnavalesca, ofrece un espacio y tiempo
de cuerpos humanos y poblaciones”3 que no compartidos, una horizontalidad drástica,
es meramente puntual, sino que constituye una invitación indirecta a sumarse, un
la ley misma del espacio político en el que espacio con ausencia de protagonistas, la
vivimos. El concepto de necropolítica de irreverencia de la exposición de la desnudez
Mbembe permite así trabajar con catego- de quienes participan, el ruido, la potencia
rías fundadoras del pensamiento político de los cuerpos reunidos.
“menos abstractas que razón, verdad, sujeto,
sino más palpables como vida y muerte”4. La experiencia de Batucada es intensa,
En este marco de una economía de muerte enérgica, agotadora, similar a las que des-
a gran escala, la defensa de la vida y de la cribe Edith Turner en su estudio antropo-
lógico sobre la communitas, concepto que
2 Achille Mbembe, Crítica de la razón negra propuso su marido Víctor Turner para un
(2013). Buenos Aires, Futuro Anterior Ediciones,
2016.
3 Achille Mbembe, Necropolítica. Seguido de 5 Michel Onfray, La fuerza de existir. Manifiesto
Sobre el gobierno privado indirecto (1999). Santa hedonista. Barcelona, Anagrama, 2008.
Cruz de Tenerife, Melusina, 2011, p. 11. 6 Georges Bataille, El límite de lo útil (1976).
4 Ibíd. Madrid, Losada, 2005.
fenómeno que ella continuó estudiando la cultura occidental ha querido ver en los
durante décadas. La investigadora carac- momentos comunitarios de celebración,
teriza la communitas con términos como la emergencia de la communitas y de las
alegría, empatía, interconexión liberadora, capacidades que los individuos alcanzan
creación de lazos duraderos, amor en grupo, mediante el rito están perfectamente
sensación de fraternidad, abolición de diseñados. Se trata de lo que Ehrenreich
jerarquías, unión, o gozo7. Se trata de una denomina, tomando el concepto prestado de
forma de placer de un grupo humano que Mircea Eliade, “técnicas del éxtasis”9 que
comparte experiencias comunes en las que contradicen la supuesta espontaneidad y
se abolen temporalmente las distancias y las desorden de la celebración de masas para,
jerarquías, así como las estructuras por las a cambio, subrayar una conciencia clara de
que se rige la vida cotidiana. En realidad, los protocolos de su ejecución. Evelin, como
se trata de una vivencia difícil de explicar coreógrafo, trabaja conscientemente sobre
porque, como señala Barbara Ehrenreich, la creación de esta corporalidad colectiva
nuestra cultura apenas dispone de vocabu- exuberante, si bien nunca por medio de
lario específico para expresar con fineza técnicas, sino de lo que él llama prácticas,
experiencias comunitarias de este tipo: siguiendo a Susan Manning10. Una práctica
no es asimilable a un entrenamiento, ni pre-
tenemos un lenguaje muy rico para senta un carácter instrumental en relación a
describir emociones que llevan a una la consecución de objetivos, ni se entiende
persona hacia otra, desde la atracción como ejercicio de superación personal para
sexual más efímera, pasando por el amor alcanzar mayores capacidades. Una práctica, 76
que disuelve el ego, hasta la fuerza des- de acuerdo con Evelin, consiste en una serie
tructiva de la obsesión. Lo que nos falta de situaciones y propuestas que determinan
son formas de describir y comprender el las condiciones para “la participación en un
‘amor’ que puede existir entre docenas tipo de acción corporal, mental o espacial”11.
de gente a la par. Este es el tipo de amor Plenamente situadas en el ámbito de la
que se expresa en un ritual extático8. investigación desde el cuerpo, se entienden
como problemas que solucionar colectiva
La communitas no solo surge de manera e individualmente. Por ejemplo, una de las
espontánea en momentos de transformación prácticas para la preparación de Batucada
social, sino que, como detalla Edith Turner consistía en “ser otro”, tratar de encarnar
en los numerosos casos que comenta en su a otra de las personas del grupo. Cada
libro, también se fabrica conscientemente participante debía encontrar formas de
por medio de rituales. En contradicción abordar esta tarea, ensayando e imaginando
con el aspecto caótico e incontrolable que
9 Ibíd., pp.16-20.
7 Edith Turner, Communitas. The Anthropology of 10 Susan Manning, The Minor Gesture. Durham
Collective Joy. Nueva York, Palgrave, 2012, pp. 1-3. y Londres, Duke University Press, 2016.
8 Barbara Ehrenreich, Dancing in the Streets. A 11 Marcelo Evelin y Victoria Pérez Royo,
History of Collective Joy. Londres, Granta Books, 2007, “Corporalidades disidentes”, conversación
pp. 13-14. Hay traducción española: Una historia de la en el Colóquio Internacional Pensar a Cena
alegría. El éxtasis colectivo de la Antigüedad a nues- Contemporânea, Universidade do Estado de Santa
ENSAYO
Las razones para pensar en esta danza Las resonancias de Danzad, danzad, mal-
colectiva de varias horas como una ditos con la película contribuyen también a
celebración empoderadora son varias. enturbiar toda posibilidad de comprender la
Abarcan desde el “vínculo muscular”, un celebración desde un punto de vista mera-
“sentimiento eufórico de hermandad que mente afirmativo. La maratón de Pollack
el movimiento muscular y rítmico prolon- carece por completo de espíritu comuni-
gado genera entre prácticamente todos los tario, alegría contagiosa, liberación de la
participantes en tales ejercicios”18 y que comunidad danzante, expresión de vita-
constituye una base fundamental para la lidad compartida y excedente de energía.
cohesión social, hasta los estados de pasión Al contrario, como mezcla de competición
o éxtasis inducidos por medio de rituales de y espectáculo, la posible potencia política
canto y baile en comunidad que Durkheim del baile colectivo se ve arruinada. En su
denominó momentos de “efervescencia lugar, se exponen cuerpos extenuados, al
colectiva”19. Pero lo que está en cuestión en límite de sus capacidades, en lucha entre
esta maratón no es tanto la capacidad empo- sí, sometidos a un proceso de animalización
deradora de la celebración, sino la posibili- y rendimiento que contrasta salvajemente
dad misma de nuestros cuerpos de acceder con el relato espectacularizado que el pre-
a tales estados en la situación actual. Hay sentador de la maratón va desplegando a lo
cuestiones que lo dificultan, como la hosti- largo de esos días, centrado en un discurso 80
lidad de la sociedad occidental a la danza y excesivamente positivo de autosuperación y
a la economía festiva, o el sometimiento de sana competencia, de exaltación de los valo-
los cuerpos a la sociedad del rendimiento. res cívicos de entrega al trabajo e iniciativa
Tal y como explica Barbara Ehrenreich, a personal.
partir del siglo XVII, desde la sobriedad
protestante y el criterio capitalista de apro- La fiesta se ha entendido en ocasiones
vechamiento de toda la energía humana en por oposición al trabajo, por la renuncia al
trabajo, toda forma de práctica colectiva principio del cálculo de la utilidad, por un
festiva exuberante -al principio exclusiva- excedente de energía disponible que no se
mente las de las poblaciones sometidas en emplea ni en el crecimiento ni en la repro-
las colonias y poco a poco toda expresión ducción de lo dado, sino que se derrocha21.
colectiva en las clases bajas europeas tam- Cuando la actividad de baile en comunidad
bién-20 empieza a ser sospechosa de regre- se rige en cambio por una lógica instru-
mental, de persecución de un fin monetario,
18 William H. McNeill, Keeping Together in Time. especialmente en condiciones de precarie-
Dance and Drill in Human History. Cambridge, dad como es el caso de Estados Unidos des-
Harvard University Press, 1995. (Libro electrónico), pués de la crisis de 1929, todo su potencial
posic. 68.
empoderador se disuelve en la economía de
19 Émile Durkheim, Las formas elementales de la
trabajo y del rendimiento, una de las formas
vida religiosa (1912). Madrid, Alianza, 2003,
20 Barbara Ehrenreich, Dancing in the Streets…
ENSAYO
/ nada productions, 2015, pp. 287-288. encontrara al asesino (y de si se quieren vincular los
continuar con ese trabajo celebratorio ritual el tiempo”37. La autenticidad del ritual, así,
una vez al año durante los siguientes cua- no depende de una supuesta fidelidad a las
tro, expandiendo su propósito del fin de la formas heredadas y transmitidas en una
violencia más allá de la montaña hacia otros cultura, sino de su recreación y reinvención
territorios y comunidades, hasta llegar a la de acuerdo a las necesidades de los contex-
pieza Circle the Earth (1986). La estructura tos que desarrollan y practican el ritual. Su
y las herramientas generadas para fabricar valor reside únicamente en la medida en
ese tipo de ritual colectivo se comenzaron la que se prestan a expresar las preocupa-
a exportar y tomaron vida propia en las ciones actuales, a activar sus posibilidades
comunidades del mundo donde la pieza se emancipatorias en el presente.
iba desarrollando, de modo que, tal y como
relata Halprin, solo se dio un paso más para El valor actual de estas danzas y rituales
llegar a Planetary Dance. El movimiento bailados, en concreto de Planetary Dance, se
consistió en unir las diferentes comunida- puede desglosar en varios aspectos. En un
des que habían bailado Circle the Earth y nivel muy básico, lo que la pieza quizá tome
otras que estaban interesadas, cada una de de las danzas colectivas se basa en la capaci-
ellas enmarcando la partitura de la danza en dad inherente al ser humano para la simpatía
un ritual propio de la cultura o la comuni- cinestética, que se puede plantear tanto en
dad, y decidiendo los relatos concretos con un plano muscular38, neuronal39, visual-mo-
los que se quiere trabajar36. tora40, o imaginativa-afectiva41, entre otros, y
que pueden contribuir sustancialmente a la
85 Tal y como se ve en el origen de esta danza creación y afianzamiento de comunidades y
planetaria, Halprin ha trabajado intensa- a la fabricación de lazos colectivos.
mente con mitos y rituales. Pero éstos no se
organizan en torno a protocolos heredados, Pero más allá de este nivel, Halprin trabaja
sino que se deben fabricar o descubrir para en sus danzas rituales con movimientos,
cada ocasión. Su trabajo tiene un fuerte patrones e imágenes arquetípicas par-
carácter experimental. Así lo explica: “Los tiendo de la convicción de que constituyen
rituales contemporáneos necesitan man- archivos que contienen la promesa de la
tener una actitud experimental si quieren recuperación de corporalidades previas a la
ser auténticos. […] Para hacer rituales que expropiación capitalista del cuerpo y que
puedan cambiar las cosas necesitamos permiten abordarlo en su integridad. Una
permanecer en un modo experimental, a
la par que sujetarnos fuertemente a los
37 Íbid., p. 236. Traducción de la autora.
elementos de nuestros rituales con peso en 38 William H. McNeill, Op.cit.
39 Vittorio Gallese, “The Roots of Empathy: The
hechos de modo más o menos causal), el gran éxito Shared Manifold Hypothesis and the Neural Basis
de la obra radica en que contribuyó sustancialmente of Intersubjectivity”, en Psychopathology núm. 36,
a que el pueblo se hiciera responsable y se decidiera 2003, pp. 171-180.
a reclamar su montaña en un ejercicio de empodera- 40 John Joseph Martin, Introduction to the Dance.
miento colectivo. Nueva York, W. W. Norton, 1939.
36 Para conocer el guión de base y saber más 41 Maaike Bleeker, Visuality in the Theatre. The
sobre los principios que la guían, cfr. (Ibíd., pp. Locus of Looking. Nueva York y Hampshire, Palgrave
238-244) MacMillan, 2008.
de las vías de trabajo está basada en una Todas estas piezas interrumpen aunque sea
exploración de la conexión profunda entre durante unas horas las lógicas y dinámicas
el movimiento y la emoción, entre determi- necropolíticas, promoviendo corporalidades
nadas dinámicas y las energías corporales afirmativas que puedan ayudar a tomar con-
que desatan, en las que reside gran parte ciencia de ellas de modo corporal y a contra-
de su capacidad transformadora, tanto en rrestarlas. Lo hacen por medio de una serie
un nivel individual como social. Tal y como de prácticas coreográficas y dancísticas en
explica Halprin42, su investigación ha estado las que las personas que participan tienen
muy influenciada por el trabajo bioenergé- la oportunidad de transformar los modos
tico que ella y su grupo desarrollaron con de sentir y de habitar el propio cuerpo. La
John Rinn en el San Francisco Dancer’s promoción de corporalidades disidentes no
Workshop, dedicado a la exploración de es una tarea solitaria ni individual, sino una
determinadas acciones corporales (pataleos que llevar a cabo colectivamente por medio
o temblores, por ejemplo) como vías para del encuentro que en ocasiones propician
generar estados anímicos, liberar tensiones las artes escénicas.
y romper controles del cuerpo, o para dar
expresión a emociones ocultadas y reprimi-
das durante mucho tiempo.
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ENSAYO