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De la misma manera que el título Hijo de Hombre expresa la naturaleza humana

recibida de la madre María, igualmente el título Hijo de Dios denota la naturaleza divina
que poseía; esto es, su deidad. Rev. Luis M. Ortiz

De la misma manera que el título Hijo de Hombre expresa la naturaleza humana
recibida de la madre María, igualmente el título Hijo de Dios denota la naturaleza divina
que poseía; esto es, su deidad. El Padre celestial dio testimonio audible de que Cristo es
su Hijo, en ocasión de su bautismo en el río Jordán, “hubo una voz de los cielos, que
decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.

“Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo:


¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el
Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros,
¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del
Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás,
porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.” Mateo
16:13-17.

Como podemos notar, en el pueblo había opiniones diversas y distintas, acerca de la


persona y de la identidad de Cristo, pero todas equivocadas, y hasta mal intencionadas,
como la de los fariseos, que le tildaban de sedicioso ante las autoridades políticas, y de
blasfemo ante las autoridades religiosas. La única respuesta correcta salió de los labios
del apóstol Pedro, la que le fue dada por revelación divina. Esta verdad revelada
divinamente establece la deidad de nuestro Señor Jesucristo.

ALGUNAS OPINIONES DE HOY DÍA

Los bahaíes dicen que Cristo fue una manifestación de Dios. Los hare krisna, que Cristo
fue uno de sus gurús. Los islámicos aseguran que Cristo fue un profeta, pero que fue
invalidado por Mahoma. Los del hinduismo afirman que Cristo fue uno de muchos
mesías, y que sus sufrimientos fueron como los de cualquier profeta. Los rosacruces
dicen que Jesús es un hombre reencarnado, un iluminado. Los teosofistas sostienen que
Cristo era un maestro. Los masones aseveran que Jesús de Nazaret fue un hombre como
nosotros. Los espiritistas dicen que Jesús fue un notable médium judío.

Los testigos de Jehová afirman que Jesús es un ser creado como nosotros. Los unitarios
o Jesús Solo dicen reconocer la deidad de Cristo, pero rechazan la deidad del Padre y la
del Espíritu Santo. Los mormones, o sea los llamados Santos de los Últimos Días,
sostienen que Cristo es un espíritu preexistente, uno de muchos dioses. Los de la
Ciencia Cristiana aseguran que Jesucristo no es Dios. Los de Unity consideran que
Jesús es el yo nuestro. Los de la Meditación Trascendental dicen que Cristo es un
iluminado. Los del coreano Moon, de la Iglesia para la Unificación, aseveran que Cristo
fue un mesías fracasado. El romanismo coloca a Cristo en un lugar secundario en
relación con María, a la que llama la madre de Dios. Los ateos dicen que no hay Dios,
según ellos Jesucristo no es el Hijo de Dios.

Y también en nuestros días, hay hombres con mentes tan depravadas que presentan a
Cristo en películas como bohemio, como fornicario, como inmoral, como homosexual.

LA EXISTENCIA ETERNA DE CRISTO

La Biblia claramente enseña la existencia eterna de Cristo, desde antes de su


manifestación histórica en el pesebre de Belén. Mencionaremos solamente algunos
versículos:

El profeta Isaías le llamó “Emanuel”, que significa “Dios con nosotros” (Is. 7:14; Mt.
1:23), también le llamó “Dios Fuerte, Padre Eterno” (Is. 9:6). El profeta Miqueas le
llamó: “Señor en Israel… desde los días de la eternidad” (Mi. 5:2). El apóstol Juan
escribe: “En el principio era el Verbo (Cristo), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios. Este era en el principio con Dios” (Jn. 1:1-2). El apóstol Pablo escribe que “todo
fue creado por medio de Él [de Cristo] y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y
todas las cosas en Él subsisten” (Col. 1:16-17). También le llama “nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo” (Tit. 2:13).

TÍTULOS DIVINOS

Hay varios títulos de Cristo que establecen firmemente su divinidad. Solo


mencionaremos dos de estos:

• Hijo de Dios. De la misma manera que el título Hijo de Hombre expresa la naturaleza
humana recibida de la madre María, igualmente el título Hijo de Dios denota la
naturaleza divina que poseía; esto es, su deidad. El Padre celestial dio testimonio
audible de que Cristo es su Hijo, en ocasión de su bautismo en el río Jordán, “hubo una
voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mt.
3:17). Y en el monte de la transfiguración, estando tres de sus apóstoles presentes: “he
aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia; a Él oíd” (Mt. 17:5).
En los cuatro Evangelios y en el libro de los Hechos, Jesucristo es llamado “Hijo de
Dios” 59 veces. Y en el resto del Nuevo Testamento, 51 veces.

• Señor. Hay otro título que también denota claramente su deidad, este es Señor; este
título pertenece realmente a Dios. Los hebreos lo aplican exclusivamente a Dios. En los
cuatro Evangelios, Jesucristo es llamado Señor 133 veces. En el libro de los Hechos de
los Apóstoles, 84 veces. En el resto del Nuevo Testamento, 150 veces.

En estos dos títulos, “Hijo de Dios” y “Señor”, el Nuevo Testamento proclama 467
veces la deidad de nuestro Señor Jesucristo. Y Cristo mismo, consciente de su
identidad, se refirió a sí mismo en muchas ocasiones como “Hijo de Dios” y “Señor”.

Amado lector, por qué no te haces amigo del Hijo de Dios, por qué no le pides que
perdone todos tus pecados. Pídeselo en este instante. Amén.

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