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Un camino en cuatro etapas

Plan de formación cristiana siguiendo los evangelios

Volumen I

Primera etapa: El evangelio de Marcos

Segunda etapa: El evangelio de Mateo

Volumen II

Tercera etapa: El evangelio de Lucas

Cuarta etapa: El evangelio de Juan

José Carlos Sampedro Forner

Marcos. 1
PRÓLOGO

Queriendo encontrar la riqueza encerrada, no solamente en la Palabra de Dios, sino


también en la forma e intencionalidad con que esa palabra fue transmitida
fielmente por los evangelistas, José Carlos Sampedro Forner ha preparado UN
CAMINO EN CUATRO ETAPAS, que resulta ser un maravilloso instrumento
para el conocimiento del Evangelio. Este libro tiene la habilidad de irnos
adentrando en el amor a la buena noticia de Dios de una manera agradable y
profunda. El agrado está en la pedagogía empleada. que hace crecer el interés, y el
lector se siente implicado y como protagonista de lo que va leyendo. Es decir: que
se hace caminante de ese camino.

Es un libro de s61ido contenido catequético, actualizado en lo bíblico y en lo


teol6gico, y dentro de la mejor eclesiología del Concilio Vaticano II. El autor ha
tenido la habilidad de centrar puntos tan importantes para la formaci6n cristiana,
como son la persona de Jesús, la comunidad, la misi6n evangelizadora, la gracia y
los signos de salvaci6n, en el marco de los cuatro Evangelios.

Un libro sumamente útil para la lectura personal, para la formaci6n de catequistas,


para comprender mejor el Evangelio, para la reflexi6n y para el trabajo de grupo.
Los cuestionarios, las síntesis, el encadenamiento entre unos temas y otros, la
constante llamada a la revisi6n de vida, hacen de este “camino en cuatro etapas"
un excelente método catecumenal para el seguimiento y maduraci6n de la fe.

Carlos Amigo Vallejo

Cardenal Arzobispo de Sevilla

Marcos. 2
INTRODUCCION

Pasó el tiempo en que estuvieron de moda las publicaciones sobre la "Vida de Jesús". Era la
época del concordismo. Por encima de todo, había que buscar la concordancia y coincidencia de
los cuatro evangelios. Se trataba de fusionar los cuatro relatos en uno solo para ofrecer a los
lectores una biografía completa sobre Jesús de Nazaret. Los estudios críticos que ocuparon
prácticamente todo este siglo derivaron hacia otros derroteros la atención de los estudiosos. La
palabra "evangelio" es nombre común que hace entroncar los cuatro libritos en la persona y en la
enseñanza de Jesús. Pero "según san Marcos", "según san Mateo", "según san Lucas" y "según
san Juan" hacen las veces de apellidos diferenciadores que nos obligan a buscar las diferencias
dentro de las semejanzas.

Primero se planteó la "cuestión sin óptica" tratando de explicar cómo se escribieron los tres
primeros evangelios de modo que fueron tantas sus convergencias y tantas sus divergencias. La
conclusión comúnmente hoy aceptada es que Marcos fue el primero que se escribió, sirviendo de
base a los otros dos, quienes a su vez utilizaron una común fuente de "palabras" del Señor,
además de los propios recursos de que se valió cada uno de ellos.

Establecido este origen escrito de los evangelios, la Crítica siguió preguntando qué había
ocurrido antes. Es decir, qué camino siguió la Palabra desde que salió de los labios de Jesús hasta
que fue consignada por escrito. Fue la "Escuela de las Formas" con sus principales voceros
Dibelius y Bultmann, quienes plantearon y trataron de resolver esta cuestión. Fueron notables sus
aciertos, pero sus prejuicios racionalistas enturbiaron muchas de sus conclusiones.

Un ulterior paso era el estudio y análisis profundo de la labor redaccional de cada uno de los
evangelistas. No se puede considerar a éstos como meros compiladores de escritos o tradiciones
orales preexistentes, sino que cada uno realizó su trabajo con una intención premeditada.

Aunque todavía recientes en el tiempo, se pueden considerar ya como clásicos en este tema los
estudios de Marxen sobre el evangelio de Marcos, de Trilling sobre Mateo y de Conzelmann
sobre Lucas. Fruto de estos estudios de la "Historia de la Redacción" es considerar cada uno de
los evangelios como una verdadera catequesis con una finalidad propia que lo diferencia de los
demás.

¿Qué camino siguió la Palabra desde que salió de labios de Jesús hasta que fue puesta por
escrito? La Constitución sobre la Divina Revelación (nQ 19) del Concilio Vaticano II lo resume
con estas palabras:
 Los cuatro evangelios narran fielmente lo que Jesús, el Hijo de Dios, viviendo entre los
hombres, hizo y enseñó realmente hasta el día de la Ascensión.
 Después de este día, los Apóstoles comunicaron a sus oyentes esos dichos y hechos con la
mayor comprensión que les daban la resurrección gloriosa de Cristo y la enseñanza del
Espíritu de la Verdad.
 Los autores sagrados compusieron los cuatro evangelios escogiendo datos de la tradición oral
o escrita, reduciéndolos a síntesis, adaptándolos a la situación de las diversas iglesias,
conservando siempre el estilo de la proclamación: así nos transmitieron datos auténticos y
genuinos acerca de Jesús.

Marcos. 3
Siguiendo este esquema, se puede hablar de tres etapas en la redacción de los evangelios.

a. Predicaci6n de Jesús y primeros testigos

Es la primera etapa. Jesús se hizo acompañar de los discípulos que él mismo eligió. Ellos fueron
testigos presenciales desde el principio, viendo sus obras y escuchando sus palabras. Jesús en la
exposición oral de su doctrina, se adaptó a la manera de pensar y de hablar de su tiempo,
utilizando parábolas y otras formas de decir que fácilmente se grabasen en la memoria.

A pesar de ser testigos presenciales, los discípulos no siempre comprendieron cuanto Jesús decía.
Repetidas veces los evangelistas hacen notar esta incomprensión de los discípulos. El mismo
Jesús les dice en la última noche que no son capaces de comprender cuanto les tiene que decir; lo
comprenderán cuando reciban el Espíritu de la Verdad.

b. Predicación apostólica y formación de escritos

Segunda etapa. Los discípulos reciben de Jesús el encargo de ser sus testigos hasta los confines
de la tierra. y lo cumplen. Pero antes de comenzar esta etapa ocurren dos hechos extraordinarios:
la resurrección del Señor y la venida del Espíritu el día de pentecostés. Estos dos
acontecimientos marcan definitivamente a los discípulos dándoles una comprensión plena de
cuanto antes habían recibido. No quiere esto decir que falsearan su predicación idealizando la
persona de Cristo, sino que su fidelidad a lo recibido se ve fortalecida por esta más profunda
comprensión.

También en su predicación los discípulos se adaptan a las distintas circunstancias de sus oyentes.
Tendrán en cuenta si éstos son judíos o gentiles; si por vez primera escuchan el nombre de Jesús
o son oyentes asiduos; si se trata de una catequesis o de una celebración.... En cada caso habrá
que escoger el contenido y el modo de expresión.

Es de suponer, aunque no tengamos testimonios fehacientes, que para ello escribieran esquem3$
y fichas de predicación, que utilizaría cada uno y pasarían de mano en mano.

c. Redacción de los evangelios

Esta predicación oral y estos breves escritos fueron la base para que los autores sagrados
consignaran en los cuatro evangelios la enseñanza de Jesús, según el fin que cada uno de ellos se
proponía. Entre todos los elementos recibidos, escogieron cuidadosamente lo que les parecía más
idóneo para su finalidad, desarrollando unos temas y abreviando o suprimiendo otros. Las
mismas palabras de Jesús no siempre las transmitieron con el mismo contexto, sino en el que me-
jor se adecuaba a los fines propuestos.

No se opone a la verdad de un relato que los evangelistas reflejen las palabras y los hechos del
Señor de maneras distintas, y que expresen sus declaraciones no "a la letra" sino, conservándoles
toda su significación, de maneras diversas. Como dice san Agustín: "Es muy probable que cada
uno de los evangelistas haya creído su deber ordenar su relato de tal modo como Dios sugería a
su memoria el recuerdo de lo que ellos transmitían, porque el Espíritu distribuye a cada uno sus
dones según quiere".
Marcos. 4
¿Podemos conocer la intención de cada uno de los evangelistas?
Eso es lo que aquí pretendemos. Queremos adentrarnos en la lectura de los evangelios para
obtener cuatro imágenes de Cristo, o mejor, una imagen desde cuatro ángulos distintos. Ese es
nuestro proyecto:
 En Marcos encontraremos la persona de Jesús.
 En Mateo descubriremos su comunidad.
 Lucas nos mostrará el carácter misionero de esa comunidad.
 Con Juan nos elevaremos, con ayuda del simbolismo, a las cumbres del sacramentalismo y
de la mística.

Con razón podemos decir que se trata de UN CAMINO EN CUATRO ETAPAS.

No vamos a recorrer solos ese camino: Es el camino que nos lleva a Jerusalén, en donde hemos
de participar del misterio pascual, de la muerte y resurrección de Cristo. El recorrió primero ese
camino, y él nos acompaña hoy en el caminar.

***

Esta publicación puede ser un servicio para cualquier persona que se imbuya en su lectura y haga
de ella objeto de su reflexión y oración. Pero quiere ser, al mismo tiempo, una ayuda de trabajo
para movimientos apostólicos, grupos parroquiales, colegios, comunidades catecumenales, para
cuantos encuentren aquí alguna utilidad. Muchos de estos grupos comienzan el curso buscando
"materiales" para sus reuniones. y no siempre es fácil encontrarlos, aunque ciertamente
"haberlos, haylos ". Estos temas quieren unir la parte doctrinal con la reflexión del grupo. Por su
contenido y orientación pueden adaptarse tanto a jóvenes como a adultos.

Las comunidades catecumenales han proliferado en nuestra Iglesia siguiendo esquemas diversos;
aquí les ofrecemos un camino posible, con la garantía de apoyarse en la palabra de cada uno de
los evangelios tal como fueron escritos y leídos en la comunidad primitiva. Otro soplo del
Espíritu son los grupos de Confirmación, que también aquí pueden encontrar un contenido
adecuado. Cada grupo, por supuesto, necesitará adaptar los temas (sobre todo, los cuestionarios)
a su situación ya sus necesidades.

He querido -y creo que he logrado- evitar los dos extremos: el de la pura teoría y el de exceso de
actividades.

Cuantos han tenido la noticia de este proyecto y han querido aportar algunas sugerencias, han
incidido fundamentalmente en la dificultad de descender a la práctica. Por eso será necesario
partir siempre de hechos muy concretos y llegar a compromisos muy determinados y posibles; de
lo contrario, quedaríamos en el campo de las ideas sin llegar a la vida.

Para poder llegar a ese terreno más práctico y vivencial, ofrecemos en cada tema unos materiales
de trabajo que pueden ser de utilidad para las distintas reuniones de grupo, aunque las más de las
veces tendrán que adaptarse a la realidad de los reunidos, a sus necesidades concretas ya su nivel
de formación y de vivencia cristiana. Entre los distintos métodos que pudiéramos utilizar, hemos
optado por el llamado "Revisión de vida”. Creemos que es realmente válido para orientar toda
una vida. Además, ha sido sancionado por el Concilio Vaticano II, en el Decreto sobre el
Apostolado Seglar (n229), cuando dice: " Aprenda el seglar poco a poco y con prudencia desde
Marcos. 5
el comienzo de su formación, a VERLO, a JUZGARLO ya HACERLO todo a la luz de la fe, a
formarse ya perfeccionarse a sí mismo por la acción con los demás ya entrar así en el servicio
activo de la Iglesia".

Un método: la revisión de vida

Se ha confundido muchas veces la "Revisión de Vida" con una especie de confesión pública a
hacer en la reunión. De ahí ha nacido en gran parte su descrédito.

No se trata de una "revisión de vida personal, sino de una revisión -nueva visión- de la vida en la
que estamos involucrados. Naturalmente, al revisar esta vida, si nos sentimos parte de la misma y
no meros espectadores, tenemos que abordar nuestra propia religión y . . ,
nuestra propia conversión.

Vamos a permitirnos exponer una breve síntesis de este método para justificar los cuestionarios
que en cada tema proponemos.

a) Ver. El primer paso en la "Revisión de Vida" es "Ver". Con demasiada frecuencia, vivimos
con un profundo desconocimiento de cuanto ocurre a nuestro alrededor. Se trata de ver la vida
"como Dios la ve". No basta mirar atentamente y señalar hechos. Hay que abrir el corazón para
que Dios lo ilumine con su mirada. No es suficiente un "Ver" solamente exterior, como una
acumulación de hechos y de las personas que los protagonizan. En el descubrimiento de esas
causas nos veremos muchas veces retratados, porque son las mismas motivaciones que a
nosotros nos impulsan a obrar, aunque participemos en hechos totalmente distintos de los que se
estén analizando. Si este "Ver" es profundo, llegando a las verdaderas causas, nos lleva ya a una
exigencia de renovación personal.

b) Juzgar. Si el "Ver" nos sitúa en un conjunto que es el mundo, la Iglesia, no es para dejarnos
como simples espectadores. Estamos comprometidos en la marcha de la vida, estamos de viaje,
conscientes o no, a gusto o a disgusto. Es necesario avanzar y permanecer con los demás. De lo
contrario, uno se aísla y se pierde.

Este "juzgar" no consiste solamente en enfrentarse con la Verdad, sino en dejarse transformar en
la Verdad y por la Verdad.

En este apartado proponemos tres preguntas en cada uno de los temas, que responden a tres
momentos de nuestro "juzgar".

La primera pregunta nos pide un juicio espontáneo, que brota naturalmente de nuestro sentido
común, de nuestra propia formación, de nuestra visión de la vida.

La segunda pregunta nos enfrenta con un juicio más profundo y razonado, que muchas veces
servirá para confirmar nuestro juicio espontáneo, y otras veces nos llevará a modificarlo porque
en nuestra reflexión hemos descubierto puntos de vista que antes no habíamos tenido en cuenta.
La tercera pregunta nos exige un juicio cristiano. Aquí ya no somos propiamente nosotros
quienes juzgamos, sino la Palabra del Evangelio quien nos juzga a nosotros. Tal vez nuestro
juicio no era tan cristiano como pensábamos en un principio.
Marcos. 6
Lógicamente este juicio sincero nos lleva también a una exigencia de renovación personal, tanto
en nuestra mentalidad como en nuestras actitudes y acciones.

c) Actuar. La realidad, ya clarificada en la Revisión de Vida, está ahí y nos empuja como Dios
sabe hacerlo. Una elección obligada: comprometerse o abandonar.

No es una elección pasajera para mañana hacer otra. Se trata de escogerme a mí mismo. y no
puedo de una manera sensata escogerme veraz en tal hecho y falso en tal otro. Cada hecho es un
testigo que va a favor mío o en contra mía, que me aprueba o me condena.

El "Juzgar" nos ha conducido a una opción fundamental iluminada por la fe. No hay más que una
realidad: la de Dios. Pero el pecado la ha torcido. Desde entonces la realidad única tiene dos
caras: una, torcida por el pecado, a la que llamamos "mundo"; y otra, enderezada por Cristo, a la
que llamamos "Reino de Dios". Los cristianos estamos como sumergidos en dos mundos, como
divididos en nuestro propio interior. Hemos nacido en un campo de batalla. Si todos los actos de
nuestra vida se sitúan en este combate universal, resulta que el combate no se realiza fuera de
nosotros, sino en nuestro propio interior. De ahí que nuestro compromiso de acción exige
ineludiblemente una renovación personal.

***
Una última palabra para acabar la introducción. Más que los comentarios, interesa el encuentro
personal y directo con el texto mismo del evangelio. Es en esa palabra viva donde hemos de
encontrar la luz para nuestro camino, este camino en cuatro etapas que nos disponemos a
emprender.

Marcos. 7
INTRODUCCIÓN AL EVANGELIO DE MARCOS

EL EV ANGELIO DE MARCOS ha sido el menos comentado en la antigüedad cristiana. No nos


debe parecer raro porque cuanto él Contiene se encuentra en los otros, que añaden importantes
discursos y relatos. Hoy, en cambio, está encontrando un puesto de privilegio entre los
comentaristas que han descubierto la importancia de su contenido y la fuerza de su relato.

Hoy están de acuerdo todos los comentaristas en afirmar que el evangelio de Marcos fue el
primero que se escribió, entre los cuatro que nos conserva la Biblia. Es igualmente el más breve
entre los cuatro. Su brevedad se debe a que omite casi por completo la doctrina de Jesús,
limitándose a presentarnos su persona y su actuación en medio de los hombres. Encontramos en
este escrito un punto que puede considerarse como centro, dividiéndolo en dos partes. Es el
episodio de Cesarea de Filipo (8,27-30). Hasta entonces, a lo largo de todo lo que podríamos
llamar primera parte del Evangelio, está latente la pregunta que repetidas veces se hace
manifiesta: “¿ Quién es éste?'. A partir de entonces, en la segunda parte, se aclara el misterio de
Jesús: es el Mesías que ha venido a morir y resucitar.
dentrarnos, pues, en el evangelio de Marcos significa ponemos en camino para la gran aventura
del descubrimiento de Jesús. No nos ofrece Marcos un descubrimiento teórico a base de
discursos teológicos, sino un descubrimiento vivencia! e íntimo.

En las páginas que siguen no se pretende recorrer el evangelio de Marcos paso a paso. Se han
espigado unos cuantos puntos clave que favorezcan ese descubrimiento del misterio de Jesús y
que permitan el encuentro personal con Él.

“…Y VOSOTROS, ¿QUIÉN DECÍS QUE SOY YO?”

Lo aceptan Es el Mesías
lo abandonan, 6 7 que ha de morir
lo persiguen y resucitar
Su palabra es eficaz El verdadero discípulo
aun entre 5 8 sigue el mismo camino
dificultades
Se hace acompañar Oración,
por un grupo 4 9 desprendimiento,
de amigos seguimiento
Acompaña la palabra Manifestar la vida
con signos 3 10 – 11 Interior con obras
salvadores Luchar con esperanza
de victoria
Enseña con autoridad Miembros del nuevo
Frente a tradiciones 2 12 Pueblo de dios
rutinarias
Anuncia la Muertos y resucitados
Buena Noticia 1 13 con Cristo
Marcos. 8
del Reino
BUSCAMOS LA PERSONA DE JESÚS

TEMA I

La “Buena Noticia”

Comienza el Evangelio de Jesús

Hay quien compra el periódico sólo por leer las esquelas.


Tenemos un afán morboso de conocer desgracias.
Aquí tenemos una invitación a cambiar de aires,
a abrir las ventanas de par en par
para que entre aire fresco.
El Evangelio nos trae una BUENA NOTICIA.

1. El Evangelio es Buena Noticia

Mc 1,1-13

Decir que comienza el Evangelio equivale a decir que comienza a anunciarse una Buena Noticia,
que toma inicio una gran novedad. Este es el sentido primitivo de "Evangelio", que sólo más
tarde pasará a designar los libros escritos. En ese sentido original dice san Pablo que "el
Evangelio es fuerza salvadora para todo el que cree" (Rm 1, 16).

La Buena Noticia, cuyo comienzo se nos anuncia, es la presencia de Jesús en medio de nosotros.
Evangelio de Jesús se identifica con "Evangelio de Dios" (1, 14).

Atribuye a Jesús dos títulos: "Cristo" e "Hijo de Dios". Más que leer "Jesucristo" como tenemos
costumbre de hacer, habrá que separarlo "Jesús, el Cristo", pues se trata de un título con el que se
designa la persona de Jesús.

No es todavía el momento de preguntarnos qué significan estos dos títulos y cuál es su contenido
teológico. Lo iremos descubriendo a lo largo del escrito de Marcos. Nos basta ahora constatar
que se trata de dos títulos que Marcos supone conocidos para la comunidad primitiva a la que se
dirige, que confesaba de esa manera su fe en Jesús. Su importancia queda manifiesta por el
hecho de ser usados ya desde el principio. Bien estará que, también desde el principio, demos a
conocer el significado que más tarde encontraremos:

- CRISTO es la palabra griega que traduce el hebreo "Mesías", que en castellano significa
"Ungido". Con este término se hacía referencia a la unción divina de sacerdotes y reyes. Pedro
confiesa su fe en Jesús atribuyéndole este título en el centro mismo del Evangelio (8, 29-30).
Pero Jesús le impone que guarde silencio. El mismo Jesús aceptará públicamente este título en su
juicio ante el Sanedrín (14,61-62).

- HIJO DE DIOS. Hoy conocemos su sentido profundo de identidad sustancial con el Padre. En
Marcos. 9
el Antiguo Testamento se usaba con un significado más amplio, cuando se atribuía este título a
los profetas, a los reyes, a los jueces, o al mismo pueblo elegido. Antes de la resurrección,
probablemente los discípulos no pasaron de este sentido amplio veterotestamentario. El Padre le
designa como Hijo en el bautismo del Jordán (1, 11) y en el episodio de la transfiguración (9,7).
Algunos demonios que son expulsados también lo reconocen como el "Hijo de Dios" y reciben la
orden de guardar silencio (3, 11; 5, 7). Lo mismo que el título de "Cristo", Jesús acepta
públicamente el de "Hijo de Dios" en su juicio ante el Sanedrín (14, 61-62). De manera
inesperada, el centurión romano le confiesa "Hijo de Dios" cuando lo ve morir en la cruz (15,
39).

Disponernos a conocer el evangelio de Jesús nos pide llenarnos de alegría porque se nos va a
anunciar la buena noticia de Jesús.

Cita Marcos unas palabras de los profetas. Con ello enlaza la buena noticia de Jesús con los
anuncios y esperanzas del Antiguo Testamento. Más aún: como sin darle importancia, atribuye a
Jesús palabras que el Antiguo Testamento refería directamente a Yahveh. Aunque la primera
parte es del profeta Malaquías, se cita sólo a Isaías. Sus palabras se refieren a la vuelta del
destierro de Babilonia. De modo metafórico, el profeta pide al pueblo que allane el camino por
donde ha de pasar el Señor que viene encabezando el grupo de los repatriados. Esa es la buena
noticia que les comunica el profeta. Si esa vuelta del destierro era considerada como el "segundo
éxodo" porque se trata de una nueva liberación semejante a la de Egipto, ahora con esas palabras
Juan Bautista prepara la venida de Jesús; es el tercer éxodo: la liberación definitiva.

Si queremos seguir con ese lenguaje metafórico, podemos considerarnos como desterrados, lejos
del Señor. La aventura que ahora emprendemos quiere ser como un retorno. El Señor mismo
precede nuestra tarea: es él quien nos llama porque se nos quiere manifestar. El mismo es el
"Evangelio", la "Buena Noticia".

2. Juan el Bautista

La larga esperanza de salvación, alimentada en el pueblo de Israel por la voz de los profetas, está
ya para cumplirse. Juan Bautista recoge los últimos ecos y anuncia la presencia de Jesús dando
comienzo a la Nueva Alianza.

Juan pertenece todavía al Antiguo Testamento porque la salvación aún no se ha realizado; pero
Juan sabe que ese futuro es ya próximo. Su mismo ministerio es breve y provisional. Detrás de él
viene otro que es mayor y más fuerte. El bautismo de agua que Juan administra en el Jordán es
preparación del verdadero bautismo en el Espíritu Santo del que es portador Jesús. Lo mismo
que Juan sumerge a las gentes en las aguas del Jordán, Jesús las sumergirá en el Espíritu y las
dejará empapar por el Espíritu. Este don del Espíritu marca la línea divisoria entre Juan y Jesús,
entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, entre la esperanza de salvación y la realidad ya llegada.
El testimonio de vida da credibilidad a la palabra de Juan. Pide conversión y anuncia perdón. El
bautismo en el Jordán es signo de esa conversión aceptada por los hombres y de ese perdón
concedido por Dios. Como Juan es el precursor, el ministerio de Jesús dará comienzo cuando
"detengan a Juan" (1,14).

Juan tenía un papel de mediador. No buscaba discípulos para sí, sino para presentarlos más tarde
a Jesús. Ese papel es el que puede desempeñar con nosotros el Evangelio de Marcos. No
Marcos. 10
pretendemos conocer mejor a Marcos, sino que él nos tome de la mano para acercarnos a la
persona de Jesús.

3. Bautismo de Jesús

La popularidad y aceptación de Juan queda manifiesta cuando leemos que "acudía a él gente de
Judea entera y de toda Jerusalén"(I, 5). Jesús se une a ese grupo de seguidores, comenzando así
su ministerio en solidaridad con estas gentes que confiesan sus pecados.

El bautismo de Jesús no se describe, sino simplemente se enuncia: "Juan lo bautizó en el Jordán".


Interesa más la revelación que lo acompaña y sigue, cuando el mismo Padre interviene para
presentarlo públicamente y garantizar su ministerio.

La narración está llena de símbolos del Antiguo Testamento: "rasgarse el cielo" es signo de la
presencia de Dios. Nos recuerda aquellas palabras de Isaías (63, 19): "Ojalá rasgases el cielo y
bajases". Jesús responde a ese deseo bajando hasta nosotros, cumpliendo así la esperanza de
Israel. La salvación está cerca. El mismo Dios se nos hace más visible en la presencia de Jesús;
ya no está cerrado el cielo sino que se ha rasgado ante nuestra vista. Con un simbolismo
semejante, al morir Jesús "se rasga el velo del templo" (15,38), derribando toda separación entre
judíos y gentiles. En el relato parece ser Jesús el único destinatario a quien se dirigen las palabras
del Padre: "Tú eres mi hijo amado, mi predilecto". Los hombres sólo más adelante tomarán
conciencia de este misterio.

Otras palabras de Isaías (42, 21) se cumplen cuando el Espíritu Santo desciende sobre él y lo
llena con su presencia. Desde ahora, Jesús podrá bautizar en el Espíritu Santo.

En este momento Jesús toma conciencia de que ha llegado la hora de llevar a término la misión
salvadora que Dios le encomienda comienza a cumplirla identificándose, a través del bautismo,
con el Israel pecador.

Para nosotros puede ser una primera intuición de la grandeza del misterio del que es portador
Jesús. y puede hacer referencia a esos momentos clave de nuestra propia misión. Para ello
necesitamos que se rasgue el cielo y Dios se nos manifieste; que abramos el oído para escuchar
la voz del Padre.

4. Tentaciones en el desierto

Ese mismo Espíritu lo empujó hacia el desierto.

El desierto fue para Israel lugar de intimidad con Dios, en donde se selló la alianza. Fue, al
mismo tiempo, lugar de dificultades y tentaciones: allí desconfiaron de Moisés y de Dios; allí
quisieron renunciar a su libertad recién conquistada y volver a Egipto, cuya opresión había
quedado atrás. Todo esto queda asumido por el relato. Jesús es sometido a prueba, es tentado en
el desierto durante cuarenta días. Fácilmente nos recuerda este número los cuarenta años que
caminó el Pueblo por el desierto, o los cuarenta días de intimidad de Moisés con Yahveh en la
cumbre del monte, sin comer ni beber (Ex 34, 28).

Marcos no detalla las tentaciones. Es tentación todo lo que se opone a los planes de Dios. Sólo
Marcos. 11
en este sentido se pueden entender las tentaciones de Jesús: se le hace una propuesta de caminos
distintos a los señalados por el Padre. La respuesta de Jesús es la respuesta de total aceptación a
la revelación recibida en el bautismo. El Padre lo ha proclamado "mi Hijo predilecto". Ahora,
con actitud filial, acepta los planes del Padre, venciendo así toda tentación. No sería Hijo de Dios
si no se mostrara dispuesto a vivir como tal.

Su actitud es diametralmente opuesta a lo ocurrido con Adán que "quiso ser como Dios" (Gen 3,
5), pero escogió el camino de desobediencia a los planes de Dios. Jesús tiene el éxito asegurado
porque está poseído por el Espíritu, y los que se dejan guiar por el Espíritu "ésos son los hijos de
Dios" (Rm 8, 14). La victoria frente a Satanás es segura.

Si el hecho de la tentación nos hace recordar a Adán, la convivencia pacífica con las fieras nos
hace pensar también en los primeros días del Paraíso. La felicidad del Paraíso quedó rota por la
desobediencia de Adán. La obediencia de Jesús al Padre, frente a la tentación, nos devuelve la
paz idílica, signo de los planes de Dios que nos ha creado para la felicidad.

El Reino de Dios, hasta entonces objeto de esperanza, se convierte en una realidad asumida ya
por el hombre Jesús y puesta al alcance de todos los hombres.

Al iniciar este camino nos hemos propuesto conocer el Evangelio, la Buena Noticia que es Jesús
mismo. Nuestra tentación puede consistir en querer conocer a Jesús por caminos distintos de los
que él mismo recorrió. O querer encontrarnos con Dios sin conocer y aceptar sus planes sobre
nosotros. Para realizar nuestro encuentro con Jesús las disposiciones personales serán:
- alegría por la Buena Noticia,
- actitud de conversión,
- escucha de la palabra del Padre,
- aceptación de los planes de Dios.

TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO:

a) Jesús es Buena Noticia: hay que acogerla con alegría.


El Evangelio es el mismo Cristo. Necesidad de encontrarnos personalmente con él y de
aceptarlo, mediante la conversión.

b) Juan Bautista es puente para llegar a Cristo y nos ofrece el testimonio de su vida y de su
palabra.

c) Bautismo de Jesús: se solidariza con el pueblo pecador:


*"Se rasga el cielo": Dios se deja conocer.
*"Tú eres mi Hijo": conciencia de su misión.
*Se deja poseer por el Espíritu.

d) Tentaciones. Retiro y reflexión: intimidad con el Padre. Vence las tentaciones por la
aceptación del plan de Dios.

2. C U E S T ION A R I O:
Marcos. 12
a) Ver
-Señala algunos hechos concretos, de tu ambiente o dé tu vida, que puedas calificar como
noticias buenas o malas.
-Descubre lo mismo, a nivel más amplio, en los medios de comunicación. -Principales causas (a
tu parecer) por las que se acepta o se rechaza el evangelio como una buena noticia.

b) Juzgar
-Los hechos expuestos en el apartado anterior, y sus causas, ¿qué juicio te merecen, positivo o
negativo?
-Razona detenidamente el juicio aportado.
-Los textos leídos del evangelio de Marcos, ¿aportan alguna luz nueva a este juicio tuyo?

c) Actuar
-A la luz del tema leído, ¿qué actuaciones concretas sugieres?
-Entre todo el abanico de sugerencias propuestas por el grupo, elegir una acción concreta a
emprender.
-¿Qué renovación personal, de criterios o actitudes, te pide este tema?

Marcos. 13
TEMA II

Ser coherentes

Jesús inicia su mensaje

Lo nuevo y lo viejo no se llevan bien.


Preguntamos por novedades: "¿qué hay de nuevo?".
Pero vivimos de recuerdos: "Antes no se hacía así".
Nos falta coherencia. Nos falta estar convencidos.
La novedad del Reino nos pide novedad de vida.

1. El Reino de Dios está cerca

Mc 1,14-15

En el desierto, Jesús ha sido tentado por Satanás, el espíritu del mal, y ha salido victorioso de la
prueba optando por cumplir el plan del Padre. Así se presenta como portador de un mundo
nuevo, en el que se haga real la paz del Paraíso. Es el Reino de Dios que ahora anuncia por toda
Galilea. En Galilea comienza el anuncio del Reino y en Galilea se encontrarán más tarde los
discípulos con el Resucitado (16,7).

Comienza a pregonar de parte de Dios la "Buena Noticia". Es el Evangelio de Dios, porque Dios
es su pregonero y es su contenido, y porque este anuncio nos da a conocer el verdadero rostro de
Dios. Se le llama igualmente el "Evangelio de Cristo" porque Cristo es quien nos ofrece el
reflejo del rostro de Dios, siendo él mismo el Hijo.

Cuando Jesús acepta cumplir los planes del Padre, comienzan a volver las cosas a sus cauces
primitivos. El proyecto de Dios que en el Paraíso fue roto por el pecado comienza ahora a ser
reconstruido. En el episodio del desierto no nos ha dicho Marcos en qué consistió la tentación;
tampoco ahora nos delimita los planes de Dios; simplemente nos dispone a aceptarlos a medida
que los vayamos conociendo. Es una primera opción radical.

Con Juan Bautista el futuro estaba próximo. Ahora se ha cumplido ya el plazo, y el Reino se ha
hecho presente: han comenzado los "últimos tiempos". Seguiremos con esperanza de futuro,
porque no es perfecta la aceptación del Reino. Encontramos a nuestro alrededor realidades tan
contrarias al Reino que nos parece estar soñando. Pero el germen de la vida está ya en nosotros.
Hemos de aceptar esa Buena Noticia, aunque aún en la oscuridad de la fe.

El Evangelio de Dios se concreta en tres expresiones:


- Anuncio del Reino de Dios.
- Exhortación a la conversión.
- Fe en el Evangelio.

El Reino de Dios es un acontecimiento más que un territorio. Está ya presente y aún se espera.
Comenzó ya, pero no ha llegado a su plenitud. No ha sido reconocido universalmente por todos
los hombres, ni se ha consumado definitivamente. Existe ya en medio de nosotros, y está todavía
Marcos. 14
en periodo de formación hasta que todas las cosas queden sometidas a Cristo y, por Cristo, al
Padre.
Esta presencia del Reino tendrá unos momentos estelares de manifestación cuando Jesús,
expulsando a los demonios, manifieste que su poder es más fuerte, cuando cure a los enfermos
como signo de liberación de todo mal, y cuando comience a formar la nueva comunidad de los
discípulos que aceptan la llegada del Reino.
Para poder entrar en el Reino se pide a los oyentes dos disposiciones fundamentales: el
arrepentimiento o conversión, y la actitud de fe. Creer en el Evangelio es creer en la Buena
Noticia. Tendríamos que insistir en estas disposiciones. Para aceptar el Evangelio como Dios
quiere es preciso acogerlo como una buena noticia salvadora, con la alegría de quien ve
satisfechos sus deseos y colmadas las esperanzas que le golpeaban el corazón. Lo fundamental
de la fe es la aceptación de la persona en quien creemos. Una fe cristiana sin plena aceptación de
la Persona de Cristo, con sus actitudes y sus criterios, sería pura vaciedad teórica.

2. Enseña con autoridad

Mc 1, 21.27

La enseñanza de Jesús en la sinagoga de Cafarnaún produce admiración y asombro porque


"habla con autoridad, no como los letrados". Esta autoridad de Jesús puede entenderse desde dos
puntos de vista. En primer lugar porque habla como verdadero maestro no limitándose a repetir
las enseñanzas de otros maestros precedentes, como era costumbre de los letrados; antes de
enseñar, asimila la doctrina y la hace vida propia. Pero no es sólo eso. Su autoridad se muestra,
por otra parte, en la eficacia de su palabra que es salvadora, mientras que la ley antigua era
insuficiente para salvar.

En el texto se cruza otro motivo de admiración, que es la curación de un endemoniado presente


en la sinagoga. Pero no es éste el punto de insistencia. Se quiere subrayar la autoridad de su
palabra; por eso se repite al principio y al final del episodio. Esa autoridad se muestra como algo
nuevo, nunca visto.

Ante esa maravilla, muchos se preguntan: "¿Quién es éste?". Es la pregunta que se repetirá con
frecuencia en esta primera parte del evangelio. Nadie se atreve a responderla. Sólo el espíritu
inmundo, que acaba de ser vencido, se decide a hablar: "Sé quién eres: el Consagrado por Dios".
Jesús le manda callar.

3. Enseña contra las tradiciones

Mc 2,18-22

En nuestros oídos puede resbalar con indiferencia la palabra de Jesús con la que se designa como
"el esposo" que está presente. Era en cambio una expresión audaz para los oídos de sus
contemporáneos, acostumbrados como estaban a la palabra de los profetas que presentan a Dios
como "el esposo" que eligió a Israel en su juventud y selló con el pueblo una alianza de amor
(Os 11, 1-4; Ez 16, 8). En esas circunstancias designarse a sí mismo como "el esposo" equivale a
suplantar el puesto de Dios. La presencia del esposo, aunque no sea definitiva, es motivo de
alegría para sus amigos y resulta incompatible con la austeridad del ayuno y de las privaciones.
Marcos. 15
Es una de las insinuaciones con que Jesús irá jalonando su palabra y su actividad, para que las
gentes puedan responder a la pregunta "¿quién es éste?". Una simple insinuación que deja en
penumbra el misterio.

La alusión al paño ya los odres tiene valor de parábola. Con toda sencillez inculca la
incompatibilidad de lo viejo con lo nuevo. La Buena Noticia, que es novedad, choca en muchos
aspectos con la mentalidad y las tradiciones de fariseos y de letrados. No es una doctrina más la
que Jesús anuncia, sino una doctrina nueva que declara viejas y caducas a las anteriores. Sólo un
corazón joven y limpio, sin ataduras a viejas tradiciones, es capaz de dar acogida a la novedad
del Evangelio. Más adelante se dirá con mayor dureza que ha quedado abolida la Antigua
Alianza para dar paso a la nueva y definitiva.

Mc 2, 23-28

La misma enseñanza con una formulación distinta. Los fariseos critican a los discípulos porque
arrancan espigas de un sembrado en día de sábado. No se les acusa de delito contra la propiedad,
pues ese rebusco estaba autorizado por la ley (Dt 24, 19-22). La crítica se apoya en que el
arrancar espigas era trabajo no autorizado en día de sábado, yen la mentalidad farisaica el
cumplimiento de la leyes el supremo valor. El criterio de Jesús es distinto: hay cosas más
importantes que la ley, como puede ser en este caso el satisfacer la necesidad que el hombre tiene
de comer. Toda ley está al servicio del hombre, no como yugo que le oprime y le esclaviza. Por
eso Jesús sale en defensa de sus discípulos no aceptando el planteamiento de los fariseos. La
novedad del Reino excluye las leyes, normas y tradiciones que siguen sometiendo a esclavitud.
David, el rey según el corazón de Dios, se dio cuenta de esto y actuó con sana libertad.

No importa a Jesús tanto la anécdota de un hecho concreto sin mayor trascendencia, como el
planteamiento de unas estructuras morales que todo lo reducen a "permitido" o "prohibido".
Dios, cuyo Reino anuncia él ya presente, quiere en todo el bien del hombre.

"El sábado ha sido hecho para el hombre y no el hombre para el sábado". La ley tiene una
finalidad liberadora y no opresora. Cualquier ley que derive en perjuicio del hombre queda sin
validez porque ha dejado de cumplir su finalidad. La ley del sábado, aun siendo de origen divino,
cede ante la necesidad del hombre.

¿Qué significa el "Hijo del hombre"? No faltan comentaristas que lo entienden de cualquier
hombre, en el sentido de que cualquier hombre puede disponer del sábado y declararlo sin
validez. No parece ser ésa la interpretación más aceptable, pues Marcos suele dar a la expresión
el "Hijo del hombre" una significación mesiánica. Es el Mesías quien puede interpretar la ley del
sábado, y la interpretación auténtica que nos ofrece es que está al servicio del hombre.

No es la única ocasión en que se aborda este tema. En 7, 1- 23, por ejemplo, se critica a los
discípulos porque se han sentado a la mesa sin cumplir con la costumbre de lavarse previamente
las manos. Jesús se enfada duramente con los fariseos y les reprocha: "jQué bien profetizó Isaías
de vosotros, so hipócritas! Así está escrito: jEste pueblo me honra con los labios, pero su
corazón está lejos de mí! ". Dios no se interesa por las acciones externas, sino por las actitudes
del corazón. Es la intención la que hace buenas o malas las acciones.

La ley de suyo no es mala. Es necesaria para nuestra convivencia. El mismo Jesús habitualmente
Marcos. 16
cumple los preceptos de la ley. La enseñanza de estos episodios es que la ley no es el supremo
valor sino que el valor máximo, al que todos los demás se deben subordinar, es el bien del
hombre. Todas las leyes deben encaminarse a este fin.

4. La predicaci6n va acompañada de oraci6n

Mc 1,35-37
Mc 6,45

Solidario y solitario. Toda la gente lo busca. Jesús huye de la tentación de la popularidad y se


entrega a la oración íntima con el Padre, en la montaña o en lugar descampado. En su propia
relación filial va descubriendo el sentido de su vida. En la oración encuentra la libertad que
necesita para dedicarse a su misión. También recurrirá a la oración en momentos decisivos y
especialmente graves, como en la agonía de Getsemaní (14,32-42).

En los dos casos aquí citados ha de tomar una decisión de considerable importancia. Se le
presenta como una tentación la disyuntiva de ceder a las exigencias del pueblo convirtiéndose en
un líder de las muchedumbres, o buscar en cada momento los planes del Padre que ha de
cumplir. La decisión la tiene tomada ya desde que el Padre lo manifestó como su Hijo amado, en
el momento del bautismo. La oración no es para él una evasión, sino que desde ahí vuelve de
nuevo a las gentes para seguir proclamando la Buena Noticia del Reino.

Marcos. 17
TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO:

a) El Reino de Dios consiste fundamentalmente en vivir el plan de Dios. Este Reino se ha hecho
real en la persona de Cristo. Está en nosotros, si aceptamos a Cristo

b) Jesús enseña con autoridad. Es decir, convencido de lo que dice y viviendo lo que enseña.

c) En sus actitudes y en su palabra se opone a las tradiciones recibidas. Ni la pura letra de la


ley ni las costumbres rutinarias tienen sentido. El Espíritu ha de estar abierto a la novedad de
vida. El objetivo de toda leyes el bien del hombre.

d) Jesús busca en la oración la intimidad del Padre, para conocer y cumplir con entrega filial
los planes del Padre.

2. C U E S T ION A R I O:

a) Ver

-Descubre en el ambiente en que vives "costumbres cristianas" que no te parecen ajustadas al


Evangelio.
-Describe una "imagen-robot" del fariseo de hoy.
-Principales causas ( a tu parecer) por las que se aceptan estas costumbres rutinarias sin entrar
en el espíritu que las anima.

b) Juzgar

-Los hechos expuestos en el apartado anterior, y sus causas, ¿qué juicio positivo o negativo te
merecen?
-Razona detenidamente el juicio aportado.
-Los textos leídos. con las novedades que ofrece el anuncio del Reino, ¿qué imagen-robot nos
presenta del auténtico cristiano? ¿Qué puesto ocupa la oración en esa imagen-robot?

c) Actuar

-A la luz del tema leído, ¿qué actuaciones concretas sugieres?


-Entre todo el abanico de sugerencias propuestas por el grupo, elegir una acción concreta a
emprender.
-¿Qué renovación personal, de criterios o actitudes. te pide este tema?

Marcos. 18
TEMA III

Cansados de palabras

Jesús acompaña su predicación con signos

Bla, bla, bla. . . Palabras, palabras, palabras. . .


No nos fiamos de las palabras. Pedimos una garant{a,
un aval. Jesús acredita sus palabras con signos.
Signos de salvación, de liberación.
Por eso lo podemos aceptar como "Salvador".

Jesús ha visto rasgarse los cielos y ha escuchado la voz del Padre. En la intimidad con el Padre,
durante los cuarenta días de desierto, ha ido descubriendo los caminos del Padre. Pero ¿qué
garantía tenemos nosotros, o los que entonces le escuchaban, de que realmente es el "Hijo
predilecto"? Los oyentes reconocen que "enseña con autoridad, no como los letrados". Pero ¿qué
garantías tienen de que no se trata de un embaucador, sino que habla realmente en nombre de
Dios?

Jesús -por eso- trata de acompañar su predicación con signos para acreditar su propia
personalidad: son lo que llamamos "milagros ". El Evangelio los llama "signos", porque son las
señales, las pistas, que Dios va dejando en la actuación de su Hijo. Signos para ir descubriéndolo
y poder aceptarlo. Ante estos signos, más que preguntarnos "¿qué hizo Jesús realmente?",
tendríamos que preguntarnos: "¿qué significa esto? ¿Por qué hizo esto Jesús?".

1. Liberación del espíritu del mal

Mc1,21-28

Es el primer relato de milagros que nos presenta el evangelio de Marcos, con el que comienza a
indicarnos la manifestación del poder de Jesús. Se trata precisamente de un exorcismo. Parece
que tiene prisa el evangelista para presentarnos, ya desde el principio, la actividad de Jesús como
una lucha y victoria frente a Satanás. El efecto de la acción de Jesús es la liberación de aquel
hombre que estaba dominado por el espíritu inmundo.

La presencia del Reino supone una liberación del pecado, abriéndonos una nueva forma de vida.
Si hemos visto anteriormente que el Evangelio de Jesús es una doctrina nueva proclamada con
autoridad, ahora se nos revela como eficaz liberando al hombre del mal que lo aqueja; en este
caso, del espíritu mismo del mal.

A la proclamación del Reino se opone cualquier otro reino, principalmente el reino del mal. El
espíritu inmundo, el que tentó a Jesús en el desierto, lo va a tentar repetidas veces durante su
ministerio público. Los críticos del evangelio consideran las expulsiones de demonios como los
milagros de mayor credibilidad histórica. ¿ Quién es Satanás? Se trata de una personalización,
una verdadera persona que encarna todo lo que hay de malo. Todos tenemos la experiencia de
Marcos. 19
hacer a veces el mal como dominados por una fuerza superior que nos vence. Esa fuerza no
puede ser Dios, que todo lo ha hecho bien. El pueblo de Israel lo considera como un espíritu
superior a nosotros, pero. sometido a Dios. Lo designa con diversos nombres: diablo, demonio,
maligno, tentador, satanás.... A él se atribuye todo lo malo que hay en el mundo; por ejemplo, las
enfermedades. Sobre todo, las que resultan desconocidas para el hombre de aquel tiempo, como
puede ser la epilepsia. Jesús vive en ese ambiente y parece participar como hombre de esa
mentalidad. Pero la fuerza de Dios que actúa en Jesús vence al espíritu del mal. El exorcismo
muestra que el espíritu ha sido vencido.

Se le llama "espíritu inmundo" porque es lo más opuesto a Dios, que es "puro y santo". No puede
establecer relación alguna con Dios. De esa manera se convierte en símbolo de
incomunicabilidad entre Dios y los hombres, símbolo de lo que hay en nosotros de radical
oposición a Dios. Su voz, sus gritos, sus violentas convulsiones expresan la fuerza de este
espíritu.

La multitud queda sobrecogida por esta violencia que la aplasta. Pero Jesús, con serenidad y con
paz, se impone y lo vence. La multitud admirará desde ahora la autoridad de Jesús. Se preguntan:
"¿quién es éste?". Cuando el espíritu, que acaba de ser vencido, lo proclama "el consagrado de
Dios", Jesús lo manda callar. Muy poco a poco iremos descubriendo la respuesta a esta pregunta.
La fe unas veces ilumina con claridad nuestros pasos, y otras veces sólo nos permite caminar
palpando en la oscuridad como ciegos.

Este primer signo que Jesús realiza viene a decirnos con claridad que él ha vencido al espíritu del
mal.

Muchos encuentran hoy dificultad para creer en la existencia del demonio. Sus efectos son
evidentes y sus encarnaciones palpables en la ambición de poder y de dinero, en la manipulación
política yen las opresiones de unos hombres y pueblos contra otros, en toda clase de violencias,
de envidias, de rencores y de incomprensiones. Todo lo que se opone a otro hombre es
manifestación del espíritu del mal. Hoy estamos seguros de poder vencerlo, porque nos precede
la victoria de Jesús.

2. Liberación de 1a enfermedad

Mc 1,29-34

Cuando Jesús entra en casa de Simón, entra con él la salvación. La suegra de Simón y todos los
demás enfermos que le traen al anochecer encuentran en él la curación.

Según la mentalidad de la época, la enfermedad era manifestación del espíritu del mal. Vencido
éste, desaparece la enfermedad. Por eso Marcos no se detiene en detallar el tipo de enfermedad
de que se trata. Brevemente quiere hacer ver el contraste: la enfermedad la tiene atada a la cama;
la presencia de Jesús le da la libertad. Y, porque es libre, se pone a servirles.

Frente a las enfermedades y toda clase de males que nos oprimen, nuestra actitud es con
frecuencia la de puras plañideras. En nuestro reducido círculo, nos quejamos. Si se trata de males
públicos, se hacen "enérgicas manifestaciones de protesta". Con eso, el mal sigue su curso. La
actitud de Jesús es distinta: busca directamente la curación de quienes se ven afectados por el
Marcos. 20
mal. Si nos dejamos vencer por la inseguridad, la frustración, la soledad, caeremos en el "stress"
que es la enfermedad de nuestros días. Tal vez encontremos curación en el psiquiatra. Pero la
angustia ante la muerte sólo encuentra curación en la aceptación confiada del Evangelio.

3. Liberaci6n de la marginaci6n

Mc 1,40-45

En la Encarnación, Dios "viene" a los hombres. Jesús vino y todavía viene a buscar a los
hombres. Pero también los hombres tienen que ir en busca de Jesús. Precisamente el primero que
va es un leproso. Al final del pasaje, la multitud viene de todas partes. El acento está en que el
primero que se acerca es un leproso.

Era el menos indicado para acercarse. El leproso debía mantenerse lejos de los hombres, fuera de
la ciudad. Todo leproso era impuro y no podía relacionarse con las gentes para evitar que éstas
cayeran igualmente en impureza.

Sin embargo este leproso se acerca a Jesús, con lo que muestra que se siente liberado de la ley.
Más fuerte que el yugo de la leyes la confianza que le inspira Jesús. Una confianza que se
convierte en auténtica fe: "si quieres, puedes limpiarme".

El atrevimiento de Jesús es aún mayor. No le prohíbe acercarse, sino, al revés, "extendió la mano
y lo tocó". Esto, ante la ley, lo convertía en "impuro" y lo obligaba a separarse de la sociedad.
Jesús no sólo no se considera impuro, sino que se sabe comunicador de pureza: "quiero, queda
limpio".

A continuación la actitud de Jesús se muestra desconcertante: lo empuja fuera, le avisa muy en


serio, le prohíbe.;. También en otras ocasiones Jesús simula que rechaza (7, 27), se duerme (4,
38), se aleja (6, 48). Jesús rechaza toda popularidad porque los mismos milagros pueden
convertirse en obstáculo para que la gente capte su mensaje. Si dice al leproso que vaya a
presentarse al sacerdote, más que por observar la leyes para que tenga el certificado de curación
que le permita reintegrarse a la vida social. Jesús ha venido a curar su lepra pero, sobre todo, a
librarlo de la marginación. En este sentido podemos considerar leprosos hoya todos los
marginados, cuya reintegración social hemos de procurar si escuchamos la palabra del
Evangelio.

4. Liberaci6n del pecado

Mc 2, 1.12

En la presentación que hace Marcos de los signos de Jesús ha comenzado por presentarlo como
vencedor frente al espíritu inmundo. Todavía en el capítulo primero de su evangelio lo presenta
como liberador de la enfermedad y de la marginación, que son manifestaciones del espíritu del
mal. El comienzo del capítulo segundo nos lleva ya al punto neurálgico del mal en el hombre: el
pecado.
Marcos. 21
El paralítico y los que lo llevan sólo buscan una curación de tipo corporal. Pero Jesús se dirige
sin dilación a la raíz del problema: "tus pecados quedan perdonados". No es que la enfermedad
sea consecuencia de pecados personales, pero el pecado es la causa del sufrimiento humano.
Sólo eliminando el pecado se puede conseguir la curación plena.

Hoy nos resulta especialmente difícil de entender este pasaje porque uno de los males de
nuestros días es haber perdido el sentido del pecado. En el relato encontramos dos aspectos que
se iluminan mutuamente. Por una parte, el perdón del pecado lleva a la curación total. Por otra, la
curación se muestra como signo de que se ha perdonado realmente el pecado: "para que veáis...".
De esta manera Jesús se muestra como portador del poder divino de perdonar pecados. Tienen
razón los letrados cuando piensan que sólo Dios puede perdonar pecados. Jesús, perdonando
pecados, nos da un signo de su poder divino.

Una vez más la multitud queda sobrecogida, pero no es capaz de dar una explicación de lo que
está presenciando. Se limita a decir: "Nunca hemos visto cosa igual".

La relación de Jesús con los pecadores será siempre un tema polémico. El mismo se verá
obligado a defenderse diciendo que ha venido a buscar a los pecadores, lo mismo que el médico
debe buscar a los enfermos (2, 17). Es también significativo que el perd6n de los pecados
provoca el primer rechazo serio hacia Jesús: "está blasfemando". Lo mismo que el sentarse a la
mesa con pecadores será motivo de crítica porque se rodea de gente de mal vivir.

Hoy el hombre es más insensible a la realidad del pecado. Esta puede ser una de las misiones de
los cristianos en el mundo actual: ser conciencia viva de pecado en nuestro mundo. Ayudar a
descubrir a los hombres que hay un mal más grave y más profundo que los males periféricos que
los angustian. Delatar todo lo que hay de pecado en las calamidades que afligen a nuestra
sociedad: el pecado que subyace en todo acto terrorista, en la contaminación del ambiente, en
todo mal que nos rodea. Al revés de lo que podría parecer, descubrir a los hombres su pecado es
abrirlos a la esperanza. Porque Dios quiere borrar sus pecados, quiere abrir un camino de
salvación en este mundo sin salida. Reconocer el pecado ante Dios es abrirse al perdón y al amor
regenerador de Dios, que quiere hacer nuevas todas las cosas empezando por nuestro corazón;
porque sólo un corazón nuevo, un corazón limpio, puede captar la alegría de la Buena Noticia
del Evangelio.

5. Liberación de la muerte

Mc 5,21-43

Los signos referidos hasta ahora bastarían para presentar la acción liberadora de Jesús. Así lo ha
entendido Marcos que los ha agrupado al comienzo de su evangelio. Más adelante, a lo largo del
ministerio de Jesús, nos habla de otros signos; los traemos aquí para completar el tema.

Si se ha mostrado ya vencedor del demonio, de la enfermedad y del pecado, ahora quiere


mostrarse como dueño de la vida y de la muerte.

La curación de la hija de J airo y de la mujer del flujo de sangre son tan parecidas entre sí que
Marcos las funde en un solo relato. En ambos casos se trata de una mujer en situación
Marcos. 22
angustiosa: una que pierde la sangre y con ella la vida; la otra que ya ha muerto. La hemorroísa
tiene una fe inmadura; cree en el poder de Jesús a escondidas, y se quiere mantener en el
anonimato. Jesús la busca, a pesar de la oposición de los discípulos. Jairo, en cambio, ocupa un
puesto distinguido como jefe de la sinagoga; varias veces se menciona su nombre y su cargo.

En su contexto real vuelven a coincidir. Ambas se encuentran rodeadas por gentes incapaces de
solucionar su situación; la mujer hemorroísa, rodeada de gente que la ignora y la margina; la
niña, con gentes que se limitan a llorar su muerte, plañideras profesionales.
En ambos casos Jesús derrama vida: a quien está perdiendo su vida con la sangre, o a quien ya la
ha perdido. Quiere así estar en contacto con las situaciones desesperadas de enfermedad
incurable y de muerte en plena adolescencia. También nos escucha y nos salva en nuestras
situaciones límite.

6. Liberaci6n de todo peligro

Mc 4, 35-41

La mar agitada, la pequeñez de la barca, el torbellino de viento, el caer de la tarde, Jesús


dormido..., todo sirve para agrandar la situación de angustia que viven los discípulos, ya en el
borde de la desesperación: " ¿No te importa que nos hundamos?".

Jesús se dirige al mar con las mismas palabras con que había vencido al espíritu inmundo:
"jCállate!". Enfrentándose con el mar, se enfrenta con el mal y lo vence con la fuerza de su
Palabra.

Después del milagro, la reacción lógica sería la de alegría y de acción de gracias. Los discípulos,
en cambio, se llenan de miedo ("les entró un miedo atroz"). Es el temor ante lo incomprensible:
no comprenden a Jesús. Por eso el relato termina con un interrogante sin respuesta, con el
interrogante que ya conocemos: " ¿quién es éste?".

La acción de Jesús es liberadora de todo tipo de mal. Del mal que hoy nos agobia, sea de la clase
que sea. De la angustia que experimentamos cuando no acertamos a ver el rumbo de nuestras
vidas, obligándonos a exclamar con una frase paralela: " ¿dónde vamos a parar?". Mientras tanto,
Jesús parece dormir y nuestra fe se tambalea.

La pregunta: " ¿quién es éste?", si es auténtica, nos lleva a una búsqueda sincera e incansable.
Nunca llegamos a conocer del todo a Cristo porque desborda nuestra capacidad de conocimiento.
Pero la pregunta nos lleva a plantearnos en cada ocasión nuestra actitud ante él: cuál es nuestro
nivel de fe, de aceptación personal.

TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO:

La autoridad que muestra Jesús en el hablar queda acreditada con signos:


Marcos. 23
a) La presencia de Cristo es victoria frente al esp(ritu del mal. El esp(ritu del mal se opone al
Reino de Dios.
b) La victoria sobre el mal flsico es signo del Reino. Libres para servir.
c) Acercarse a los marginados es presencia del Reino.
d) Liberación del pecado, liberación de la ra(z de todo mal.
e) Jesús es portador de vida.
j) El peligro en que nos encontramos nos pide una actitud de fe.

2. C U E S T ION A R I O:

a) Ver
-Expón los principales males de nuestra sociedad, de los que necesitamos ser liberados.
-¿Está el hombre de hoy pose(do por el mal? ¿Qué realidades de hoy podemos considerar
pecado? ¿Qué clases de marginación conocemos?
-Principales causas (a tu parecer) de los hecllOs expuestos.

b) Juzgar

-Según tus criterios y tu actitud de vida, ¿qué juicio te merecen los hechos expuestos en el
apartado anterior?
-Razona detenidamente el juicio aportado.
-A !a luz de los textos le(dos. ¿cuál te parece que debe ser la actitud cristiana ante:
*La enfermedad y los enfermos.
*La marginación y los marginados.
*El pecado y los pecadores.

c) Actuar

-¿Qué signos -que no son milagros- podemos ofrecer al mundo para posibilitarle creer?
Como individuos.
*Como comunidad cristiana.
-Entre todo este abanico de sugerencias propuestas por el grupo, elegir una acción concreta a
emprender.
-¿Qué renovación personal. de criterios o actitudes. te pide este tema? ¿Es tu vida "signo" o
"contra-signo" del Reino de Dios?

Marcos. 24
TEMA IV

En busca de amigos

La comunidad del Reino

Necesitamos una familia. Necesitamos maestros.


Necesitamos, sobre todo, amigos.
No podemos vivir solos, porque estamos hechos
para vivir en compañía.
Jesús elige un grupo de amigos.
A los que Él quería… para que estuvieran con Él…
Y para enviarlos en su nombre.

1. Primeros discípulos

Mc 2,13-14

Desde el primer momento Jesús no quiere actuar solo. Comienza a reclutar discípulos que lo
acompañen en la tarea, formando así la primera comunidad en la que vaya tomando cuerpo el
Reino de Dios.

Comienza a actuar en Galilea, y en Galilea recluta a los primeros discípulos. Galilea será el lugar
entrañable del encuentro, como signo anticipado de su predilección por los marginados. Separada
de Jerusalén, poblada en gran parte por gentiles nacionalistas, su ortodoxia era más que discutida
por los judíos observantes. Allí brotan los primeros gérmenes de enfrentamiento por parte de los
fariseos, y se marcan las primeras diferencias entre la libertad y la gracia del Evangelio y el
rigorismo y dureza de la Ley.

A los cuatro primeros los encuentra junto al lago, ocupados en sus tareas de pesca, echando las
redes o remendándolas junto a la barca. El texto siguiente nos presenta a Leví en su puesto de
trabajo, en la mesa de contribuciones. Jesús busca a cada uno en el lugar en donde se encuentra.
Los pescadores volverán alguna vez a sus barcas porque es un oficio honesto. Leví, en cambio,
romperá por completo y definitivamente con su trabajo porque es fuente de latrocinios.

Podemos suponer que ya estos hombres conocían a Jesús, tal vez habían hablado con él y habían
escuchado su mensaje del Reino, quizá les había pedido ya su colaboración anteriormente
encontrándolos indecisos. Podemos suponer todo esto porque una aceptación tan radical no se
improvisa.

Esta decisión es la que ahora les pide. Con una palabra muy directa y personal, y con la
exigencia de una ruptura con su pasado porque han de comenzar una vida nueva.

La invitación no es muy detallada. No les dice qué han de hacer, sino de un modo muy genérico
e impreciso: "veníos conmigo", "sígueme". Puede parecer imprecisa y genérica la invitación; en
realidad expresa lo más significativo del discipulado al que les llama: el seguimiento.

Nos encontramos con una frase misteriosa: "Os haré pescadores de hombres". Es una metáfora
Marcos. 25
tomada de su oficio. No es cuestión de "pescar o engatusar" a nadie, sino de ofrecer a otros
gratuitamente el gozoso hallazgo que han hecho. Más tarde descubrirán todo su significado, les
basta ahora confiar en su palabra y en su persona.

Marcos subraya igualmente la instantaneidad, la urgencia de la respuesta: todos aceptan en


seguida, dejando su trabajo y su familia. Hay urgencia en el seguimiento, porque es urgente
comenzar a formar la comunidad del Reino. Los pescadores debían ser gente buena, sencilla, de
pueblo, de quienes Jesús se puede fiar. El caso de Leví es distinto. Leví está en el mostrador de
los impuestos. Es un "aduanero", un recaudador de impuestos. Estos recaudadores eran muy mal
vistos por el pueblo. Eran considerados ladrones de oficio, además de colaboradores del
Gobierno en connivencia con los romanos. Se aprovechan de su cargo cobrando abusivamente.
Los fariseos los llaman "descreídos" porque no seguían sus normas y vivían según las
costumbres romanas. Jesús, sin embargo, se dirige a él. Es la ocasión para que esta clase
despreciada se acerque a Jesús. Jesús rompe otra barrera de discriminación. Para él, el hombre
vale por sí mismo y es recuperable. Jesús lo invita con el "sígueme" a ser su discípulo. Jesús va a
uno ya otro y los llama. Quizá para indicar que no es mérito de Simón ni de Juan. Es iniciativa
de Jesús, que llama a quien quiere. Así se forma este primer grupo, esta primera comunidad del
Reino.

Esta primera llamada de Jesús podría ser para nosotros un recuerdo de nuestra primera llamada.
De esa llamada, inconsciente por parte nuestra, de nuestro propio bautismo que fue el primer
encuentro personal con Cristo. O, ya más consciente, la primera vez que nos decidimos a aceptar
a Cristo ya seguirlo. El nos llamó en nuestra situación, honesta y honrada, o quizá en nuestra
situación descarriada. El nos invita a tomar conciencia de que es él quien nos ha llamado; y
conciencia agradecida: si lo consideramos un bien, un don de Dios, tendremos que estar
agradecidos a su bondad. Nos ha llamado, aun sabiendo que no hay en nosotros grandes valores.
Jesús nos considera ya su grupo de amigos y seguidores.

Sería bueno que leyéramos aquí de nuevo los textos de Mc 2, 1822 y 2, 23-28, que ya fueron
comentados en el tema segundo, a propósito de la actitud de Jesús frente a las tradiciones. Aquí
podríamos subrayar otro matiz: cómo Jesús, cuando se presenta la ocasión, sale en defensa de sus
discípulos frente a las acusaciones que se les hacen.

2. Elecci6n de los Doce

Mc 3,13-19

No s6lo hemos cambiado de capítulo en el evangelio de Marcos, sino de escenario. No estamos


ya en la placidez del lago sino en lo alto del monte.

El ambiente en que esto ocurre hay que encontrarlo en el texto inmediatamente anterior, Mc 3, 7-
10: «Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago. Mucha gente de Galilea, Judea y
Jerusalén, de Idumea y Transjordania y de las cercanías de Tiro y de Sidón, que se habían
enterado de las cosas que hacía, acudieron a él. El encargó a los discípulos que le tuvieran
preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío; pues, como había curado a tantos, todos los
que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo».

En el texto se nos habla con mayor amplitud de la gran popularidad de Jesús y la aceptación que
Marcos. 26
tiene en la gente: vienen a él de todas partes, de las aldeas vecinas de Galilea, de la religiosa
Judea con su capital Jerusalén, y de lugares de gentiles; se agolpan, lo aprietan. Le traen multitud
de enfermos. Es el momento en que aparece Jesús más seguro de sí mismo, y los seguidores más
gozosos de haber aceptado esa invitación del Maestro.

No se trata ya simplemente de los pescadores del lago, sino de una multitud inmensa de
enfermos y necesitados, de personas ansiosas de oír su palabra que vienen de todos los lugares.
Jesús se fija en ellos y se va en su compañía.

En el Antiguo Testamento el hecho de subir a la montaña suele llevar consigo el significado de


aislamiento y de soledad. Podemos recordar, por ejemplo, a Moisés que sube a la montaña para
encontrarse a solas con Dios. También Lucas dirá en el mismo sentido que Jesús subía a la
montaña solo para hacer oración (Lc 6, 12). Pero aquí Jesús no sube solo, sino acompañado por
aquella inmensa muchedumbre que lo sigue.

De entre toda esa muchedumbre, Jesús fue llamando nominalmente a unos cuantos para formar
con ellos un grupo estable. No se trata de una elección impensada y ocasional. Marcos dice
literalmente: "Fue llamando a los que Él quería y se reunieron con él". Todo tiene su sentido:

Jesús //ama. Es un verbo de significado especial en Marcos, que lo emplea repetidas veces,
siendo siempre Jesús quien llama o convoca a sus discípulos. Trata, pues, de describir una acción
exclusiva de Jesús. Una palabra que tendrá el sentido técnico de la "vocación". Este llamamiento
de Jesús es una manifestación temporal de su elección eterna.

A /os que quería. El verbo griego está expresado en pretérito imperfecto indicando una acción
duradera y repetida. Muchas veces había pensado en ellos y se habían ido conviniendo en .sus
predilectos. Podríamos leer: "a los que llevaba en el corazón". No se trata, pues, de una elección
improvisada y casual, sino muy ponderada y significativa de una predilección. No señala
ninguna cualidad especial o mérito en los elegidos. La iniciativa es totalmente de Jesús.

Se reunieron con é/. En la primera llamada, junto al lago, la respuesta fue de seguimiento; a ésos
mismos se les llamaba: "veníos conmigo", "sígueme". Se expresaba así la idea del discipulado:
el Maestro va delante y los discípulos siguen sus pasos. Aquí cambia el planteamiento: no lo
siguen sino que se acercan y se reúnen con él. La manifestación externa es clara; salen de entre
la muchedumbre para formar grupo aparte en torno a Jesús.

De esta manera designó al grupo de los Doce y le dio estabilidad. Marcos señala a esa elección
una doble finalidad: para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar.

Para que estuvieran con é/. Es la frase principal gramaticalmente, ocupando así el centro de la
escena. La finalidad de la elección es "para estar Con él", para acompañarlo. En esa convivencia
física es donde se pone el acento. La característica principal de estos hombres no es una adhesión
intelectual a su predicación, sino que estaban siempre físicamente con él acompañándolo por
todos los caminos. Este "estar" es lo primero a lo que Jesús llama.

La finalidad inmediata no es que sean discípulos suyos, que lo acojan, lo acepten, lo obedezcan.
Sino que subraya ante todo el "estar físico", que supone también un "estar cordialmente". Este es
el objeto mismo de la llamada, de la elección. Del estar con él deriva pues otro verbo: enviarlos.
Marcos. 27
Y para enviar/os a predicar. Los llama para que estén Con él; quiere que estén Con él porque ha
de enviarlos a predicar. Su predicación fundamental será dar testimonio de lo que han visto y
oído, por eso es necesario que previamente hayan estado Con él. Anunciar el Reino es anunciar
la persona de Jesús como iniciador del mismo. No puede ir a predicar quien no ha estado
previamente con Él.
Los discípulos son Jesús mismo que prolonga su acción. No son meros repetidores de lo que han
visto y oído, sino que son la acción de Jesús que se ensancha y se prolonga. Así podemos
comprender mejor la importancia de “estar con Él”, no tanto para imitar algunas palabras o
recoger algunas frases, sino para identificarse con su manera de vivir y de actuar. Para
testimoniarlo y repetirlo a Él de la misma forma como Él actuaba, “con autoridad”.

Así ha preparado Jesús a los suyos, y así prepara a todos aquellos que en la Iglesia han de
continuar su ministerio de anuncio de la Buena Noticia.

3. Mlsi6n de los Doce

Mc 6, 6b-13

La elección de los Doce para “estar con Él”, se prolonga en el encargo misionero. Jesús no
quiere formar un guetto, o un grupo cerrado de “puros” o “iluminados”. Los Doce son tipo del
nuevo Pueblo de Dios que debe reunir a todos los pueblos, tribus y naciones. Todos son
enmviados. Esto puede significar que todos deben sentir la responsabilidad de la evangelización
y que nadie puede creerse dispensado.

Jesús los envía bajo el providencialismo más grande: fiados únicamente de su palabra y de su
persona. Han de practicar lo que van a predicar. El no ponerse dos túnicas significa no aparecer
como los ricos que solían ponérselas. Son enviados con la mayor pobreza de medios. La única
riqueza que les acompaña es la de Cristo. La misión es un riesgo constante.

Esta ausencia total de medios materiales es ya un grito frente a una sociedad que busca
incansable estos medios y afirma su absoluta necesidad. Concede, al mismo tiempo, a los
predicadores la mayor libertad e independencia, sin que se sientan atados a nadie ni a nada. Su
primera predicación es este mismo testimonio de vida. Desde el silencio, sin necesidad de
pronunciar palabra, están afirmando con su actitud que lo importante no es el "tener". Están
despreciando los valores que la sociedad llama importantes: dinero, alimento, vestido, buena
presencia. Es una palabra silenciosa, pero altamente eficaz.

Con esta actitud, los Doce están pidiendo una "conversión". Lo importante no es la túnica o el
báculo del camino. Estos son meros signos que llevan a realidades más profundas, es decir a
establecer una nueva relación con Dios, que llevará más tarde a una revisión del comportamiento
en lo relacionado con el pan, con el vestido o con el dinero. Pero la "conversión" no puede
estancarse en estas realidades, sino que ha de rechazar toda adhesión al mal.

Si los Doce reciben también el poder de echar demonios es porque han de vencer al espíritu del
mal; en ello residirá la eficacia de su palabra y la autenticidad de la conversión de quienes los
escuchan. Es lo que ya había realizado Jesús al comienzo de su ministerio en la sinagoga de
Cafarnaún.
Marcos. 28
Una última exigencia: "Si no os escuchan, marchaos a otro sitio", Reciben la consigna de no
insistir en la urgencia de la conversión. El Señor invita siempre desde la libertad. No impone su
mensaje, sino que lo ofrece para que se acepte libremente. Cuando un pueblo o individuo lo
rechaza, hay que dirigirse a otros que lo quieran escuchar. Sólo cuando uno se siente
verdaderamente libre puede ponerse a servir a los demás.

Este ha sido siempre el destino de la Buena Noticia: unos que la aceptan, porque están dispuestos
a la conversión; los que se sienten débiles y pobres; los que desean un mundo mejor para sí y
para los demás. Otros la rechazan: los que prefieren que todo siga igual; aquéllos a quienes sólo
mueve su afán de poder y de riquezas.

Esto hay que tenerlo en cuenta, sin extrañarnos de que sea rechazado el Evangelio.

Pero también hay que tener en cuenta que no siempre que los cristianos o la Iglesia son
rechazados o perseguidos lo son a causa del Evangelio.

A veces somos despreciados porque nuestras actitudes en nada se parecen al Evangelio. Quizá
porque no nos fiamos de ir sin dinero en la faja y sin pan en la mano, con una túnica sola y con el
bastón como único apoyo. Queremos otros apoyos humanos: comodidades, prestigio, alianzas
con los poderosos. Muchas veces somos despreciados por eso. Habremos de ver si nos
desprecian o persiguen por la Palabra de Cristo o porque no nos fiamos de la Palabra de Cristo.

La Iglesia, continuadora de esta misión, debe ser también liberadora de tantas esclavitudes como
sufre el hombre hoy. Todos debemos sentirnos animados de un auténtico sentido profético, del
espíritu de Cristo Resucitado que nos da fuerza para denunciar el mal y conquistar un verdadero
espíritu de libertad interior. Jesús no nos ha dejado solos.

En Mc 6,30-31, cuando vuelven los Doce de esta misión, Jesús los invita a descansar. Para
prolongar aquel “estar con Él”. Después les dará de comer, multiplicando los panes, como
respuesta a esa pobreza exigida.

TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO:

a) Jesús busca discípulos que lo sigan para formar comunidad. A cada uno lo busca en el sitio
donde está. Llama a la gente sencilla ya la gente de mala fama.

b) Eligi6 a los que él quería. Para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar.

c) Envía a los Doce sin medios materiales en que apoyarse. A predicar el arrepentimiento,
acompañando la predicaci6n con signos. El mensaje se ofrece, no se impone.

2. C U E S T ION A R I O:

a) Ver
Marcos. 29
-La comunidad cristiana de la queformamos parte, ¿qué signos da de vocaci6n cristiana?
*De alegrfa por la llamada.
*De generosidad en la respuesta.
-La Iglesia hoy, ¿ofrece el mensaje cristiano o lo impone?
-Principales causas (a tu parecer) de los hechos expuestos.

b) Ju¡gar
-¿Qué juicio te merecen los hechos expuestos en el apartado anterior? -Razona detenidamente
este juicio aportado.

-A la luz de los textos leídos, ¿cuál te parece que debe ser la actitud cristiana ante:
*la vocaci6n apost61ica,
*la vida de intimidad con Cristo,
*el desprendimiento de medios materiales.

c) Actuar
-Para "dejar la barca y seguirle", ¿en qué cosas debeíamos insistir de manera especial: escucha
de la Palabra, sentido de grupo, intimidad en la oraci6n, desprendimiento....?

-Entre todo este abanico de sugerencias propuestas por el grupo, elegir una acci6n concreta a
emprender. (Una comunitariamente, o una cada individuo).

- ¿ Qué renovaci6n personal, de criterios o actitudes, te pide este tema? . ¿ T e has preocupado
por discernir tu propia vocaci6n dentro de la vida cristiana?

Marcos. 30
TEMA V

¡Seamos realistas!

Parábolas de la semilla

No todo lo que reluce es oro.


Ni todo el monte es orégano.
Ni en cualquier terreno puede germinar el trigo.
La Palabra de Dios es eficaz, pero necesita
un terreno adecuado para que pueda dar fruto.
Si el terreno es bueno, la pequeña semilla
se convierte en un árbol frondoso.

El capítulo cuarto de Marcos nos presenta tres parábolas, que tienen como fondo común la
"semilla", aunque cada una nos ofrece distintos puntos de vista y, por consiguiente, distintas
enseñanzas.

Una interpretación bastante difundida entre los comentaristas sugiere que Jesús piensa en voz
alta sobre las vicisitudes de su obra en Galilea, con su mezcla de fracasos y éxitos. En efecto,
como veremos más adelante, al éxito inicial de Jesús en Galilea siguió una profunda crisis.
Responde al mismo tiempo a la posible pregunta de los discípulos acerca de la escasa aceptación
que encuentra la Palabra de Jesús.

No sería extraño que también hoy cualquier grupo cristiano, que comienza a seguir a Jesús, note
cansancio y comience la retirada al poco tiempo. Este capítulo de Marcos puede ofrecer una
explicación y puede ser una voz de aliento para quienes están en peligro de desertar.

1. Parábola del sembrador

Mc 4,2-9

Jesús había anunciado: "El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca" (1, 15). Pero los
oyentes son testigos de las dificultades de acogida a este Reino de Dios. Jesús trata de contestar
usando un género literario que era frecuente en su época: las parábolas.

Compara a los oyentes con diversas clases de terreno, en las cuales cae la misma semilla, que es
la Palabra de Dios, que por propia naturaleza es eficaz, debiendo dar fruto. El profeta Isaías
había escrito: "Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos, y no vuelven allá sino después
de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan
al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi
voluntad y cumplirá mi encargo" (Is 55, 10-11).

Efectivamente, la Palabra de Dios es buena y eficaz; bien presentada debe dar fruto. Pero esto no
depende sólo de la palabra, sino de las distintas disposiciones de la tierra que la recibe. No
podemos juzgar la Palabra sólo desde el punto de vista de la eficacia y el pragmatismo. Es una
oferta que Dios hace al hombre, que puede ser aceptada o rechazada.
Marcos. 31
Los discípulos, llamados a "estar con él", vivirán este misterio día a día, escuchando la Palabra
Con el riesgo de rechazarla.
Es también signo de la humildad de la palabra que,. siendo absolutamente eficaz, acepta el ser
acogida por el duro camino por el terreno pedregoso o lleno de zarzas, de modo que no
fructifique.

Si la Palabra de Jesús no recibía mayor adhesión no era debido a la Palabra misma sino a las
disposiciones muy diversas de los oyentes.

Por lo demás, en la enseñanza de Jesús se revelaba una pedagogía que iba procediendo de
manera progresiva. La idea que en torno a Jesús se iba formando la gente acerca del Reino
mesiánico era parcia1mente inexacta: la gente esperaba un Reino que fuera a la vez espiritual y
temporal. Insistiendo de manera especial en lo temporal, esperaban en aquellas circunstancias
concretas que vivían verse libres del opresor romano. Jesús fue rectificando progresivamente esta
opinión. Hizo que en este punto sus discípulos inmediatos evolucionaran más rápidamente que
las personas que sólo tenían con él relaciones esporádicas.

Sin embargo, Jesús tenía que dirigirse simultáneamente a diversas categorías de oyentes en no
raras ocasiones. La utilización de las parábolas le abría camino para atender a esta necesidad. No
chocaba de frente con nadie: cada uno captaba solamente lo que era capaz de comprender. Hacía
falta, además, que cada cual tratara de comprender lo mejor posible. A esto exhorta la frase final:
"Quien tenga oídos para oír que oiga". A esto se refiere igualmente la distinta cantidad de fruto:
treinta, sesenta, ciento.

2. Explicación de la parábola

Mc 4,10-20

"A vosotros os ha sido dado a conocer el misterio del Reino de Dios". Marcos emplea misterio
en singular porque lo concibe como una unidad indivisa, no como un todo compuesto de partes.
¿Qué entiende por misterio? La oposición que hace entre el conocimiento del misterio que tienen
los discípulos y el conocimiento en parábolas de las gentes parece indicar que entiende por
"misterio" todo lo referente al Reino de Dios, sin que nos sea lícito minimizarlo refiriéndolo sólo
a la mesianidad de Jesús o a algún punto concreto de su doctrina. "Os ha sido dado", porque ha
comenzado ya la manifestación del misterio, y permanece en ellos el fruto de esa revelación.

Establece una distinción clara entre "vosotros" y "los otros", es decir, entre los discípulos y la
muchedumbre, que localmente coincide con los que están en la barca y los que permanecen en la
orilla. Para justificar el motivo por el que habla en parábolas, cita libremente unas palabras de
Isaías (6, 9-10). Para traducir correctamente estas palabras hay que tener en cuenta que los
semitas no tienen riqueza de vocabulario ni flexibilidad de pensamiento para distinguir entre
causa y ocasión, entre finalidad intentada y resultado obtenido. De hecho, el ministerio de Isaías
fue en gran parte un fracaso; sus oyentes no escuchan, no entienden, no se arrepienten, no se les
perdona... No pretendía esto Isaías, pero ésos fueron los efectos que se siguieron.

Marcos. 32
Algo semejante va a ocurrir con las parábolas. Es fácil entender la “historieta”, pero no es fácil
entender su sentido, su aplicación al Reino. Los discípulos preguntan el sentido y se les explica.
“Los otros” ni entienden ni preguntan; por eso no se convierten ni se les perdona.

La misión de Jesús es de misericordia y de perdón, tanto antes como después de las parábolas del
lago, este discurso no constituye un paréntesis sino que está plenamente de acuerdo con el resto
de su vida y de su doctrina. Los fariseos, ciertamente, rechazan a Jesús, pero el pueblo no. Sin
embargo, el pueblo no está exento de culpa, puesto que se detiene en la corteza de los discursos y
milagros, sin llegar al meollo, sin manifestar jamás un deseo de conversión. Esta actitud merecía
un castigo, pero no el rechazo definitivo. En este momento se inaugura el método de las
parábolas.

Ante la muchedumbre, expone la parábola del sembrador. Distintas clases de tierra, que hacen
posible o imposible la germinación de la semilla. La enseñanza general sería ésta: siendo una
misma la Palabra, unos la aceptan y otros la rechazan, según las actitudes de cada uno. A loS
discípulos explica Con más detalles las disposiciones interiores que dificultan o imposibilitan la
aceptación de la Palabra:

- La semilla comida por los pájaros. Establece un antagonismo entre la labor del sembrador y
Satanás que arrebata la semilla para que no fructifique. A Satanás se le menciona en las
tentaciones del desierto (1, 13) y en el episodio de Cesarea de Filipo (8,33), en el que se da a
Pedro el nombre de Satanás, porque no comprende loS caminos de Dios. Esa incomprensión de
los planes de Dios hace imposible el fruto. Escuchar la Palabra Con esa mentalidad torcida es
Como semilla comida por losa pájaros.

- La semilla sin raíces. La semilla que cae en terreno pedregoso no puede echar raíces. Señala
dos causas principales para esa falta de arraigo: en primer lugar, la falta de atención, de reflexión,
de constancia. Se recibe Con alegría, pero se olvida Con ligereza. La segunda causa es posterior
a la siembra: se cede ante cualquier dificultad o persecución. No hay verdadero convencimiento
para resistir en las pruebas.

- La semilla ahogada. Las zarzas simbolizan las preocupaciones, los agobios, los problemas, el
afán de dinero... Las demasiadas preocupaciones restan atención a la escucha de la Palabra. Más
aún, "ahogan el mensaje", es decir, endurecen el corazón y lo incapacitan para la conversión.

3. Parábola de la semilla

Mc 4, 26-29

Esta parábola nos describe la vida rutinaria del sembrador hasta que llegue el momento de la
siega. Desde el punto de vista de la Biblia, todo crecimiento de la planta aparece como un
milagro de la vida, que provoca el agradecimiento a Dios. El punto culminante es el momento de
la siega, como símbolo del tiempo final. Pero esta parábola subraya de manera especial el
misterio del crecimiento, que muestra el poder de Dios, sin negar la importancia y necesidad del
que siembra y prepara el terreno.

Marcos. 33
Esta parábola parece la antítesis de la anterior, cosa no rara en el evangelio que con frecuencia
presenta distintos puntos de vista para completar una realidad. Si la primera nos decía que la
Palabra no da fruto por sí sola, aquí nos dice que germina espontáneamente, sola.

Es una llamada de atención a los discípulos que pueden desmoralizarse porque ven que la
Palabra es rechazada y no da fruto a su tiempo. Se nos invita a confiar en que la Palabra
sembrada seguirá adelante, en el silencio, hasta dar fruto. Hay que lanzar la Palabra aunque nos
parezca que el terreno no está dispuesto. Una vez que el predicador ha sembrado la Palabra,
puede ir a dormir sin pensar más en ella; ella sola dará fruto. El realismo de la parábola del
sembrador se completa con esta llamada a la confianza absoluta: la Palabra fructificará a su
tiempo.

Es ésta otra enseñanza de la parábola: para que la semilla germine se requiere tiempo; se
menciona la sucesión de días y noches, hasta que llega el tiempo de la cosecha. Este tiempo
(necesario para que la Palabra, como toda semilla, germine) es un componente esencial en el
Reino. Puede parecer una consideración superflua, pero a menudo nos cuesta aceptar esta
realidad. Vista en su conjunto, puede estar dirigida a aquellos que esperaban que el Reino de
Dios se instaurase de inmediato de manera visible.

Otro dato importante: el fruto, la cosecha, no sería posible sin el trabajo del hombre: es él quien
echa la semilla, ya él se le vuelve a encontrar al final para meter la hoz. Sin embargo, el hombre
apenas ha hecho nada importante. La semilla va germinando porque la tierra va produciendo, ella
sola, primero los tallos, luego la espiga. Es imprescindible el trabajo del hombre, pero no es el
hombre quien le da el crecimiento.

Si a los ojos de Marcos el hombre no tiene nada que hacer es porque Dios lo hace todo. Pablo lo
refleja diciendo: "Lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano (de
trigo, por ejemplo, o alguna otra semilla). y Dios le da un cuerpo a su voluntad: a cada semilla un
cuerpo peculiar" (1 Co 15, 37 s). "Ni el que planta ni el que riega..."(l Co 3, 6). Sólo Dios puede
hacer germinar el grano y al hombre no le queda otra cosa que hacer, sino dormir .

Es necesario tener una mirada creyente sobre la presencia eficaz y activa de Dios en el mundo
para que esta frase no nos parezca una invitaci6n a la pereza. Dice el salmo 127: "Si el Señor no
construye la casa, en vano se cansan los albañiles; / si el Señor no guarda la ciudad, en vano
vigilan los centinelas. / Es inútil que madruguéis, que retraséis el descanso, / que comáis un pan
de fatigas; / ¡si Dios lo da a sus amigos mientras duermen! ".

De todo esto se desprende una doctrina que recuerda la parte privilegiada que tiene Dios en el
crecimiento del Reino. Pero no por eso está condenado el hombre a la pasividad. La parábola
supone la actividad humana y la requiere, como requiere el salmo la de los constructores o la de
los centinelas. No construye Dios la casa, pero sin él nada sería el trabajo de los albañiles.

El Reino, cualesquiera que sean las formas en que se manifieste, no es fruto del activismo
humano, pero requiere la actividad del hombre. O, si lo preferimos, al revés: requiere la actividad
del hombre, pero no es fruto del activismo humano.

4. Parábola del grano de mostaza


Marcos. 34
Mc 4, 30.32

En ocasiones se reúnen grandes muchedumbres para escuchar a Jesús, pero pronto marchan y
queda sólo el pequeño grupo de los discípulos. ¿Por qué tan pocos seguidores?

Jesús contesta con esta parábola del grano de mostaza que, a pesar de sus comienzos
insignificantes, llega a adquirir grandes proporciones.
La gente espera que compare el Reino de Dios con el cedro, que es figura de grandeza. El profeta
Ezequiel (17, 22 ss) habla del cedro que es plantado en lo alto del monte hasta hacerse frondoso
de modo que vengan a anidar en él los pájaros del cielo. Jesús los sorprende comparándolo con
el grano de mostaza, símbolo de lo pequeño e insignificante. Así es el comienzo del Reino. No es
llamativo, pero irá creciendo poco a poco. A pesar de los débiles comienzos, llegará a fructificar
el Reino de Dios. De lo poquísimo se desarrollarán cosas inmensas.

El Reino de Dios, en primer lugar, es una realidad que ya está presente, que ya actúa en la vida y
en la predicación de Jesús. y el crecimiento de este Reino implica su apertura a los gentiles, a
todos los pueblos. Este pequeño principio tendrá un final universalista.

El crecimiento del Reino supone una desproporción absoluta entre la debilidad de los medios
puestos en juego y la brillantez de los resultados esperados. ¿Cómo puede explicarse esta
desproporción? Por los motivos subrayados, porque es obra de Dios y ha de ser manifestación
del poder divino.

Se nos puede contagiar con facilidad la impaciencia de los discípulos, haciéndonos sufrir el
pequeño número de seguidores que encuentra el Reino y nuestra propia pequeñez como
portadores suyos. El Reino ha de seguir creciendo en número de seguidores. Pero ha de crecer
también en nuestro interior desarrollando los gérmenes de la fe que recibimos en un principio.

La presencia del Reino no se manifiesta de manera esplendorosa, renovando el mundo y


solucionando sus tragedias como por arte de magia. Sus manifestaciones pueden parecer
insignificantes. Puede ser simplemente una sonrisa a un desconocido, un deseo de hacer el bien,
una mirada limpia, una palabra de aliento... Estas insignificancias pueden llegar a convertirse en
árboles frondosos.

TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO:

a) Parábola del sembrador: la Palabra de Dios es eficaz. Pero su germinación depende de las
condiciones del terreno.

b) Explicación de la parábola: a los discípulos se les revela en plenitud el misterio del Reino. A
los otros, en parábolas. Dificultades para el fruto:
Marcos. 35
*no comprender los planes de Dios;
*falta de reflexi6n y atenci6n;
*exceso de preocupaciones;
*afán de dinero.

c) Parábola de la semilla: el Reino crece por dinamismo interno.

d) Grano de mostaza: pequeñez de los comienzos.

2. C U E S T ION A R I O:

a) Ver

-Descubrir las dificultades de tipo "sociol6gico" y de tipo 'psicol6gico" que encuentra hoy la
Palabra para ser acogida.
-Tratar de descubrir igualmente 'pequeños grupos " que acogen la Palabra y trabajan por el
Reino.
-Principales causas (a tu parecer) de los hechos negativos y positivos presentados.

b) Juzgar

-¿.Qué juicio te merecen los hechos expuestos en el apartado anterior? -Razona detenidamente
este juicio aportado.
-A la luz de los textos leídos:
*c6mo valorar lo pequeño y lo sencillo;
*c6mo valorar el "activismo" y la 'pasividad";
*cómo valorar las impaciencias y prisas.

c) Actuar
-La pequeña acogida al Reino, en nuestros ambientes y en nuestro interior, no debe dejarnos
indiferentes ni agobiarnos excesivamente. ¿Qué acciones podíamos emprender?
-Entre todo este abanico de sugerencias propuestas por el grupo, elegir una acción concreta a
emprender.
-¿Qué renovaci6n personal te exige este tema, de cara a tu propia acogida al Reino?

Marcos. 36
TEMA VI

Sondeos de opinión

¿Quién dicen las gentes que es Jesús?

"Según las últimas encuestas. . ."


Es la moda de nuestro tiempo.
Con el micro en la mano y la cámara al hombro. . .
Hay que salir para saber qué piensa la gente.
¿Qué dice hoy la gente de Jesús? ¿Qué pensamos nosotros de él?
No: " ¿qué dice el catecismo?", sino:
" ¿cómo se encarna en nuestra vida el misterio de Cristo?".

1. El primer éxito

El ministerio de Jesús en Galilea comenzó con un éxito notable que se hace patente en las
muchedumbres que se acercan a él para escucharlo. En un breve recorrido por toda la primera
parte del evangelio podemos descubrir este éxito:

- Su fama se extendió en seguida a todas partes, llegando a toda la comarca circundante a Galilea
(Mc 1, 28).

- Cuando se fue (el leproso que acababa de ser curado), se puso a pregonarlo a más y mejor,
divulgando las cosas hasta tal punto que Jesús no podía ya entrar abiertamente en ningún pueblo;
se quedaba afuera, en despoblado, pero acudían a él de todas partes. Jesús impone silencio:
es el llamado "silencio mesiánico". Pero Jesús no puede pasar desapercibido, aunque se retire al
desierto. El Evangelio no puede pasar de incógnito porque es una luz que fácilmente atrae las
miradas (Mc 1, 45).

- Acudieron tantos (en Cafarnaún) que no quedaba sitio ni a la puerta, y él les explicaba su
mensaje (Mc 2, 2).

- Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago. Mucha gente de Galilea, Judea y Jerusalén,
de Idumea y Transjordania y de las cercanías de Tiro y Sidón, que se había enterado de las cosas
que hacía, acudieron a él. Es el momento de mayor éxito. Todo el mundo se le acerca (Mc 3, 7).

- Fue a casa y se juntó de nuevo tanta gente que no lo dejaban ni comer (Mc 3, 20).

- Se puso a enseñar otra vez junto al lago. Se reunió un gentío tan enorme que tuvo que subir a
sentarse en una barca metida en el agua, y la gente se quedó en tierra junto a la orilla (Mc 4, 1 ).

- Jesús atravesó de nuevo en barca a la orilla de enfrente, se le reunió otra vez mucha gente
alrededor y se quedó junto al lago (Mc 5,21).

Esta primera oleada de entusiasmo, que se marca de manera especial en 3, 7, fue bajando
gradualmente por motivos variados. Jesús emplea expresiones que denotan a las claras que
mucha gente que lo sigue no llega a dar la talla que él espera. Por ejemplo: "Jesús dio un
Marcos. 37
profundo suspiro y dijo: ¿Por qué esta gente busca una señal?" (8, 12). "Se extrañó de aquella
falta de fe" (6, 6). "¿No acabáis de entender ni de comprender? ¿Tan cerrados sois?" (8, 17).
"¿No acabáis de comprender?" (8,21). "Quien tenga oídos para oír que oiga" (4, 9). "jQué bien
profetizó de vosotros Isaías, so hipócritas: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón
está lejos de mí" (7, 6).

Hay gente que lo sigue, que lo escucha en determinadas ocasiones, pero sólo por motivos
externos y no sabe ver el fondo de las cosas. En toda esta primera parte del evangelio -hasta
8,29- la muchedumbre se pregunta: "Quién es éste?".

En Cafarnaún se asombran de su enseñanza y de la autoridad con que habla (1,21.22.27).


Después de la curación del paralítico, las gentes dicen: "Nunca hemos visto cosa igual" (2, 12).
No llegan a más.

Frecuentemente y en gran número, le llevan enfermos para que¡ los cure. Como no penetran en
el misterio de la persona de Cristo, la: misma admiración se va convirtiendo en escándalo (6,1-
13).

Sólo en 6, 14-15 se atreven las gentes a insinuar una opinión que dé respuesta a este interrogante:
"¿Quiénes éste?". Para unos es una reencarnación de Juan Bautista. Para otros es un profeta;
quizá Elías, que tema que venir.

Las muchedumbres generalmente se acercan a Jesús, escuchan su palabra y vuelven a sus casas
sin profundizar en el contenido del mensaje. Esto explica la insistencia de Jesús: "Quien tenga
oídos para oír que oiga ". Porque es gente que no sabe entender bien, es gente que ve y no
entiende, escucha y no comprende. Y, por lo tanto, no se convierte y no es perdonada. (4,9-12).

2. Del éxito a 1a crisis

Este éxito primero, este entusiasmo desbordante, se vio seguido paulatinamente por una
desconfianza gradualmente mayor, un cansancio, una separación, un rechazo total. El evangelio
de Marcos no lo oculta, sino que nos da suficientes pistas para descubrir esa crisis. A veces
generaliza o habla de amplias colectividades. Veamos algunos ejemplos:

- Jesús aparece rechazado por sus propios parientes, que piensan de él "que no está en sus
cabales". Quieren reducirlo de nuevo a su pueblo para que las gentes no se rían y lo
tomen a burla (Mc 3,20-21).

- Sus paisanos de Nazaret se escandalizan de él y lo rechazan. Después, la situación se


extiende más allá de Nazaret (Mc 6, 3).

- "Jesús, exhalando un profundo suspiro, dijo: ¿Por qué esta generación pide un signo? En
verdad os digo que no le será dado ninguno..., y se fue al otro lado del lago" (Mc 8, 12).

A medida que vamos adentrándonos en el misterio cristiano, podemos incidir en esa misma
crisis. Si comenzamos a tomarnos en serio la vida cristiana, la gente nos dice que estamos locos.

Marcos. 38
No es raro que ese miedo nos haga parar los pasos y hasta volver atrás. La "Buena Noticia " del
Reino choca con los criterios de la sociedad en que vivimos, hasta tal punto que, si nos
identificamos con los criterios de Cristo, se nos considera Como unos raros o perturbados
mentales.

Podemos caer en el fanatismo. Es un extremo a evitar. Pero no debe preocuparnos que nos
tachen de fanáticos. La “prudencia”, el “equilibrio”, la “discreción” son virtudes cristianas. Pero
fácilmente las confundimos con la "mediocridad" y la indecisión. El camino adecuado lo
descubrimos en la serena reflexión sobre el plan de Dios.

"Los parientes y los paisanos no lo comprenden y se escandalizan por Él. Pero son
principalmente los fariseos y letrados quienes o desprecian, lo calumnian y lo persiguen.
Veamos algunos textos:
- Lo acusan de blasfemo porque se atreve a perdonar pecados. Jesús responde: "Para que
veáis que este Hombre tiene poder de perdonar pecados…” La curación del paralítico es
un signo de sus poderes divinos, pero sus enemigos no lo reconocen. .
- Lo critican por sentarse a la pecadores, en casa de Leví el de Alfeo. Jesús responde: "No
he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Lo mismo que el médico busca a los
enfermos y no a los sanos" (Mc 2,15-17).
- Echan en cara a Jesús que no ayunen sus discípulos cuando lo hacen los discípulos de
Juan y de los fariseos. Jesús responde: "Ya llegará el dís en que ayunen; no lo pueden
hacer mientras el esposo está con ellos. (Mc 2,18).
- Se enfrentan con los discípulos de Jesús porque arrancaban espigas en día de sábado.
Jesús responde: "El sábado se hizo para el hombre, no el hombre para el sábado” (Mc 2,
23-24).
- Acechan a Jesús para ver de qué lo pueden acusar. Cuando lo ven curar a un hombre en
día de sábado, se asocian con los herodianos –politizando así la cuestión religiosa- para
planear el modo de acabar con Él (Mc 3,1-16).
- Jesús dirá más adelante: "Cuidado con lla levadura de los fariseos y con la de
Herodes"(Mc 8,15).
- Las acusaciones van subiendo de tono: lo llaman "endemoniado". "Echa los demonios
con el poder del jefe de los demonios". Jesús responde: “Si Satanás se hace la guerra a sí
mismo, está perdido” (Mc 3,22)
- El hecho de sentarse a la mesa sin lavarse las manos es motivo de crítica. El hecho
puede parecer trivial, pero debió colmar el vaso de paciencia de Jesús, que los increpa
durísimamente (Mc 7, 1 ).
- No son suficientes los signos que Jesús realiza. Le exigen una señal que venga del cielo
(Mc 8,11).
- Jesús los dejó de nuevo y se fue a la orilla de enfrente (Mc 8, 13).

Jesús se presenta como una Persona que no se deja encasillar. No es fácil etiquetarlo porque
rompe todos los moldes. No se deja encorsetar por normas oficiales, ni siquiera por tradiciones
de tipo religioso. Habla y actúa con autoridad propia.

Ante esa realidad, la repuesta de los dirigentes del pueblo es la no aceptación y el rechazo.
Irónicamente, sus paisanos lo rechazan porque creen tenerlo encasillado, porque conocen a su
familia y saben quién es él (6, 2-3).

Marcos. 39
Los cristianos, curiosamente, repetimos las posturas negativas de los hombres contemporáneos
de Jesús. Seguimos fijándonos, como los fariseos, más en los actos externos que en la
interioridad del Evangelio.

3. Actitud de los discípulos

El pequeño grupo de los discípulos no lo rechaza como los fariseos, ni lo abandona como las
gentes. Ellos lo siguen, pero Con incomprensión y ceguera. Algunos episodios significativos:

- Con ocasión de la tempestad que los sorprende estando en la barca con Jesús, los discípulos
muestran las deficiencias de su fe. Despiertan a Jesús a gritos porque temen hundirse. Echan en
cara al Maestro su despreocupación. Jesús les responde duramente: II ¿Por qué sois tan
cobardes?, ¿cómo es que no tenéis fe?". La última respuesta de los discípulos no es de
aceptación, sino de "miedo atroz" (Mc 4, 35-41).

- En el episodio de la multiplicación de los panes se muestran desconcertados. Comienzan por


pedir a Jesús que despida a la gente: "Estamos en despoblado y es ya muy tarde. Despídelos, que
vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer". No entienden cómo pueden
ser ellos capaces de darles de Comer: "¿Vamos a comprar de pan medio año de jornal para darles
de comer? Poco después, Jesús que había marchado solo vuelve a ellos y amaina el viento que
les era contrario en la navegación: "Su estupor llegó al colmo, porque tenían la cabeza dura y no
habían entendido lo de los panes" (Mc 6, 30-52).

- Suben a la barca y se les olvida coger pan. Lo comentan: "No tenemos pan". Jesús los
reconviene con dureza: " ¿Por qué comentáis que no tenéis pan? , ¿no acabáis de ver ni de
comprender? , ¿tan cerrados sois? ¿Para qué tenéis ojos, si no veis, y oídos si no oís? ¿No
recordáis cuántas cestas recogisteis de sobras cuando repartí cinco panes entre cinco mil? y ¿no
acabáis de comprender?" (Mc 8, 14-21).

- El ciego de Betsaida, con cuya curación termina la primera parte del evangelio de Marcos,
puede ser el símbolo de la ceguera-seguimiento de los discípulos. Su curación gradual ("veo a la
gente", "me parecen árboles que andan ") es símbolo de la dificultad de comprensión por parte de
los discípulos. Sirve de puente entre la incomprensión de los discípulos y la fe de Pedro de la que
hablará a continuación (Mc 8, 22-26).

No es nada extraño que también nosotros, como los discípulos, encontremos dificultades para
creer y experimentemos en ocasiones "crisis de fe". Nos desconcierta nuestra personal falta de
progreso en la vida cristiana; nos encontramos siempre con las mismas deficiencias y con
nuestro débil compromiso de vida. El mismo Cristo nos parece un extraño. Algo semejante
podemos decir de la sociedad que nos rodea: le cuesta aceptar la fe y le cuesta dar fruto.

4. ¿Quién dice la gente que soy yo?

Mc 8,27-30

Marcos. 40
El episodio de Cesarea de Filipo es el punto central del evangelio de Marcos. Viene a ser como
un resumen de la primera parte, en la que ha ido manifestándose lentamente el misterio de
Cristo. A partir de aquí -en la segunda parte de este evangelio- se presentará a Jesús como
realizador de la obra mesiánica anunciada por los profetas, una obra mesiánica difícil de
comprender y de aceptar.

Jesús va a plantear, en tierra pagana, a sus discípulos la pregunta que llevará a la confesión de fe
mesiánica de Pedro. Los discípulos han vivido con él en mayor intimidad. Fueron llamados para
"estar con él". Por eso corren menos riesgo de equivocarse a propósito de su mesianidad.

Antes de que los discípulos se definan sobre Jesús, recogen las diversas opiniones de la gente
acerca de él.

La opinión popular lo considera como alguien importante, pero no como Mesías. En todo caso,
como alguien que prepara la venida del Mesías: Juan Bautista, Elías o uno de los profetas. Estas
opiniones estaban ya recogidas en el evangelio (6, 14-16).

A estas opiniones se opone la fe propiamente mesiánica de los Doce y de Pedro, como portavoz,
que han comprendido que Jesús no vino a preparar la venida de otro, sino que es el salvador
definitivo.

El libro de Marcos nos detalla las etapas que necesita recorrer el discípulo para llegar a conocer
la persona y la misión de Jesús. Para ello emplea una pedagogía totalmente respetuosa con los
lectores. Procede por etapas sucesivas, atendiendo a la lentitud de los . espíritus y su dificultad en
aceptar el mensaje propuesto. Jesús ha ido ofreciendo pistas para que se le conozca: "El Hijo del
Hombre" tiene el poder de perdonar pecados" (2, 10). "No he venido a llamar justos, sino
pecadores" (2, 17)... Los oyentes no responden con afirmaciones explícitas, sino que se
interrogan: " ¿Quién es éste?". Se maravillan por la autoridad que muestra en su enseñanza
(1,27), y porque "todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos" (7, 37).
Termina esta primera parte con la pregunta directa de Jesús: "Vosotros, ¿quién decís que soy
yo?".

T oda la segunda parte del Evangelio trata de dar respuesta a esta pregunta.

TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO:

a) Éxito de los comienzos.


b) Del éxito a la crisis: muchos desconfían y lo dejan, otros lo desprecian y rechazan.
c) Actitud de los discípulos: lo siguen con incomprensi6n y ceguera.
d) ¿Quién dice la gente que soy yo?
*Un profeta enviado por Dios.
*Tú eres el Mesías (Pedro).

2. C U E S T ION A R I O:

Marcos. 41
a) Ver

- Descubrir en nuestro ambiente:


*Fen6menos que despiertan euforia y entusiasmos momentáneos.
* ¿Algunos comenzaron con nosotros y ya no están en el grupo?
-En nosotros mismos ¿qué signos encontramos de "seguimiento" o de "cansancio"?
-Principales causas ( a tu parecer) de las actitudes de algunos de desconfianza, de desprecio o
de persecuci6n hacia Cristo o hacia los cristianos.

b) Juzgar

-¿Qué juicio te merecen los hechos expuestos en el apartado anterior? -Razona detenidamente
el juicio aportado.
-A la luz de los textos leídos. c6mo juzgar:
*El deslumbramiento por los primeros éxitos.
*Los cansancios y retiradas.

c) Actuar

-Qué acciones podríamos emprender para:


*Dar a conocer el Reino a otras personas y grupos.
*Revisar nuestro propio grado de aceptaci6n y seguimiento.
-Entre todo el abanico de sugerencias propuestas por el grupo. elegir una acci6n concreta a
emprender.
-Plantear una seria revisi6n personal que pueda dar respuesta a la pregunta: ¿Quién es para mí
Jesús?

Encontrándonos en la mitad del Evangelio. podría hacerse un acto comunitario (convivencia,


celebraci6n...) para revisar la situaci6n personal y del grupo de cara a la Buena Noticia del
Reino, de cara a la Persona misma de Jesús , lo que nos atrae y lo que nos asusta de él, el
fenómeno del cansancio de los buenos, de la falta de seguimiento, de las crisis de fe...

Marcos. 42
TEMA VII

¿ Quién es Jesús ?

Jesús es el Mesías

No es bueno dar golpes al aire.


Ni es rentable vagar por el desierto.
Para llegar a la meta, hay que conocer el camino
y seguirlo sin desviarse.
Jesús sabe que camina hacia Jerusalén,
en donde será entregado a la muerte,
para después resucitar.
La fe inmadura no entiende el camino del sufrimiento.

Con el episodio de Cesarea de Filipo comienza la segunda parte del evangelio de Marcos. Jesús
ya no se va a limitar a dar pistas para que lo conozcan, sino que se manifestará abiertamente.

Pedro lo ha confesado como Mesías. Ha interpretado -a la luz de la fe- las pistas que Jesús ha ido
ofreciendo. Pero su idea mesiánica era demasiado humana. Los tres anuncios que hace Jesús de
su propia muerte y resurreci6n dan el enfoque de esta segunda parte. Entramos en lo más
profundo del misterio del Reino de Dios.
A la pregunta formulada repetidas veces en la primera parte, que es la pregunta/título de este
tema, se van a ofrecer diversas respuestas.

1. Respuesta del mismo Jesús

Mc 8,31

La enseñanza de Jesús adquiere un cariz nuevo. En toda la primera parte del evangelio no
habíamos escuchado nada semejante.

El título "Hijo del hombre" tiene un doble sentido. Por una parte, tiene carácter mesiánico,
haciendo referencia a la profecía de Daniel (Dn 7,13), tal como el mismo Jesús explicará ante el
Sanedrín que lo juzga citando literalmente las palabras de Daniel (14, 61-62). Pero puede tener
otro sentido mucho más amplio, significando "cualquier hombre", y Podría traducirse entonces
por "este hombre". Sería una manera de ocultar su verdadera condición, en la línea del llamado
"secreto mesiánico".

El ha aceptado los planes de Dios y en esos planes entran sus propios sufrimientos y muerte,
pues ha de encarnar al "siervo paciente de Yahveh" que había anunciado el profeta Isaías (ls
53,3). "Es necesario" que todo esto se cumpla.

Explica con claridad el rechazo que va a sufrir de parte de las autoridades del pueblo. La
dificultad que los discípulos tienen para entenderlo no es de tipo gramatical, sino de tipo
teológico: no comprenden cómo, siendo el Mesías, ha de sufrir, ni entienden qué es eso de la
resurrección. Aquí tenemos expresado en síntesis todo el misterio de la Redención, Con el que
han de ir familiarizándose los discípulos. A partir de este momento, el carácter paciente del
Marcos. 43
Mesías se convierte, en Marcos, en idea obsesiva.

Mc 9, 30.31

Segundo anuncio de la pasión. Forma parte de una larga instrucción reservada en exclusiva a
los discípulos. Bajando de Cesarea de Filipo ha atravesado Galilea sin detenerse, con prtisas por
llegar a Jerusalén.

El punto central de la instrucción es su muerte y resurrección. Jesús, en su misterio redentor, se


convierte así en centro absoluto del Evangelio. Este es el Jesús a quien los discípulos han de
aceptar y seguir. Sólo lo podrán aceptar quienes se dejen conducir por la fe.

En el texto anterior anunciaba que sería rechazado por los senadores, sumos sacerdotes y
letrados. Aquí generaliza mucho más diciendo "lo van a entregar en manos de los hombres". Así
aparecen más fuertes los contrastes: el Hombre va a ser entregado a los hombres. Los hombres
que lo llevan a la muerte serán los beneficiarios de esa misma muerte.

Mc 10,32.34

Tercer anuncio. La meta del viaje es Jerusalén, el lugar del suplicio. No obstante, Jesús "les
llevaba la delantera" porque estaba decidido a cumplir su misión, y quiere que se realice cuanto
antes. Por contra, los discípulos "iban asustados", sumidos en su ignorancia e incomprensión. En
definitiva, expresa la actitud del discípulo que no es otra que "seguir al Maestro".

El evangelio se centra en la persona y en la Palabra de Jesús. Pero deja entrever otras cosas. El
tiempo está muy avanzado y se encuentran en la cercanía de Jerusalén. Los discípulos habrán
captado, no sólo por las palabras de Jesús sino por las reacciones de la gente, el ambiente de
hostilidad de los jefes del pueblo frente a Jesús. Evidentemente les preocupa y les llena de
miedo. Necesitan ver ese espíritu resuelto de Jesús para levantar un poco el ánimo.

A diferencia de los dos anuncios anteriores, aquí se habla con más detalle de algunos de los
suplicios que acompañarán a su muerte: "le escupirán, lo azotarán". Los discípulos han de verlo
cada vez con mayor claridad, para que cuando ocurra tengan el espíritu alerta.

Cuando reflexionamos sobre estos textos es frecuente que nos quedemos viendo la actitud de los
discípulos. y nos mostramos incomprensivos con su incomprensión. En realidad seguimos siendo
Torpes para comprender el valor y el mérito del sufrimiento redentor. Es uno de los aspectos en
los que quiere insistir la palabra de Jesús. Pero hay algo más. Cuando Marcos recoge es Palabra
quiere ante todo, mostrarnos la Persona de Jesús con su aceptación plenamente consciente y
responsable de los planes del Padre, sabiendo que en esos planes está consignada su muerte
violenta acompañada de atroces sufrimientos.

Él va delante para que lo sigamos, diciéndonos desde el primer momento cuál es la meta hacia la
cual caminamos. Con lealtad nos advierte los sufrimientos que nos esperan y nos abre al mismo
tiempo a la esperanza anunciando que el fin último será la resurrección.

" ¿Quién es Jesús?". Él mismo se nos presenta como el Mesías que viene a padecer ya morir. Si
Marcos. 44
lo queremos aceptar y seguir, es así como lo hemos de aceptar y seguir. La actitud misma de
Jesús ha de estimular nuestra decisión y ha de despertar en nosotros una acción de gracias por el
alto precio que está dispuesto a pagar para nuestra salvación. Ésa es la llave que nos abre la
puerta del Reino.

2. Repuesta desde 1a fe inmadura

Mc 8, 32-33

En la primera parte del evangelio sólo el Padre, en el bautismo del Jordán, y el demonio que es
expulsado del poseso ha confesado la dignidad de Jesús. Ahora hemos escuchado a Pedro
responder abiertamente que Jesús es el Mesías (8,29). Sólo la fe recibida del Padre puede darle
claridad para ese reconocimiento. Pero inmediatamente se va a manifestar que esa fe es
inmadura, está en sus inicios.

El concepto mesiánico que tiene Pedro y los planes del Padre aceptados por Cristo son
diametralmente opuestos. Pedro tiene una concepción gloriosa y triunfalista del Mesías que viene
a reinar y a librar a su pueblo de la opresión. No puede por eso aceptar el programa de Jesús que
pasa por el rechazo, por la persecución y la muerte.

Pedro actúa con lógica, pero con una lógica humana. Para él resulta absurdo que Jesús piense en
su propia pasión. En su mentalidad, la idea del sufrimiento mentalidad, la idea de sufrimiento no
casa en absoluto Con la idea de Mesías. Acepta, por amistad y por lealtad, la persona de Jesús.
Acepta, iluminado por la fe, que es el Mesías. Pero no acepta de ninguna manera el programa
que Jesús ofrece.

Se atreve a regañar a Jesús. Quiere disuadirlo de su empeño, insinuándole que cumpla su


mesianismo por otros caminos. Es decir, está repitiendo las tentaciones del desierto. Por eso
Jesús lo apostrofa llamándole "satanás", puesto que le está insinuando un mesianismo glorioso y
triunfante, lleno de poder. Pero no es ése el plan de Dios.

La fe incipiente de Pedro, y de los demás discípulos, no tiene la suficiente madurez para


comprender y aceptar las palabras de Jesús.

Mc 9, 32

Segundo anuncio de la pasión. Segunda constatación de la incomprensión de los discípulos. Ni


entienden ni quieren entender: les da miedo preguntar. Su única preocupación es saber quién será
el mayor en el Reino (9,34). Para ellos el mesianismo va unido a los puestos de prestigio y de
poder. Les horroriza pensar que la realidad sea otra, como comienza a decir Jesús; les da miedo
preguntar.

Después del tercer anuncio de la pasión ( lO, 32- 34 ), nada se dice de la incomprensión de los
discípulos. Pero se presenta a Juan ya Santiago discutiendo sobre los Primeros puestos (10, 35-
45).

Marcos. 45
3. Respuesta del Padre

Mc 9, 2-10

Marcos pone este episodio en el contexto de los anuncios de la pasión. Ocurre "seis días
después"; es decir, no se ha cumplido aún la medida habitual del tiempo, que es la semana. Por
eso hay que considerarlo dentro del contexto anterior. Estamos aún en el tiempo de la
preparación.

El grupo de los discípulos de Jesús está en plena crisis. Los Doce han aceptado que Jesús es el
Mesías, pero lo aceptan con la visión que ellos tienen del mesianismo y con la ambición de
situarse en el poder que se va a instaurar. No aceptan el programa de Jesús de renuncia al poder y
al triunfo, de adhesión a los sufrimientos ya la muerte.

En este marco está el texto de la transfiguración. Jesús lleva a Pedro, a Santiago ya Juan a una
montaña alta y apartada. Estos tres fueron testigos de la resurrección que Jesús ha realizado (5,
37). Serán también testigos de su mayor sufrimiento en la agonía de Getsemaní (14, 33). En este
mismo contexto en que nos encontramos, son quienes muestran mayor dificultad en comprender
el camino del Mesías.

Se transfigura delante de ellos. El "blanco deslumbrador" es signo de la presencia divina: Jesús


está revestido de la gloria de Dios. Se aparecen Elías y Moisés, que conversan con Jesús. Elías
representa a los profetas; Moisés, a la ley. Es todo el Antiguo Testamento, la ley y los profetas, el
que conversa con Jesús. Esta ley y profetas en donde ya estaba anunciado el Mesías paciente.

La nube, la sombra y la voz nos recuerdan las teofanías o apariciones divinas. Claramente, pues,
se nos indica que es el mismo Dios quien va a hablar.

"Este es mi Hijo amado. Escuchadlo". Es la voz del cielo. La misma que se había dejado oír en
el Jordán. Ya no hay que escuchar a Moisés ya Elías, porque la ley y los profetas, la antigua
alianza, ha llegado a su fin. Sólo hay que prestar atención a Jesús. Esta es la prueba de que la
idea que Jesús tiene de su propio mesianismo es la idea de Dios.

La reacción de Pedro es lógica. Para él, Elías y Moisés, la ley y los profetas, Son todavía válidos,
quiere unir lo nuevo y lo viejo. Marcos nos comenta que "Pedro no sabía lo que decía ".

De pronto, sólo se ve a Jesús. El Antiguo Testamento ha quedado anulado por completo. Han
desaparecido la ley y los profetas. Ha quedado derogada la antigua alianza. Sólo queda en pie la
Promesa, que se cumple en Jesús, descendencia de Abraham.

Jesús les dice que no cuenten a nadie nada hasta la resurrecci6n. Esto se les queda bien grabado a
los discípulos, pero no acaban de entender el significado de la resurrección.

La expresión de Pedro: "jQué bien se está aquí!", nos habla de la paz y sosiego de quienes
experimentan la relación de intimidad Con Cristo. Basta contemplarlo a él y todo lo demás está
de sobra. Pedro piensa en dar cobijo a Jesús, a Moisés ya E1ías; no le preocupa que él y sus
compañeros queden a la intemperie.

Marcos. 46
La respuesta del Padre es definitiva. Para saber quién es Jesús hay que seguir escuchándolo a él.
Hoy como entonces. Esa manifestación gloriosa es como un anticipo de la resurrección. Los
discípulos no acaban de entenderla, pero ha sido una experiencia que les fortalece la esperanza.

TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO:

a) Respuesta de Jesús:
*es el Mesías que será rechazado;
*ha de morir;
*resucitará al tercer día;
*se encamina resueltamente a cumplir la voluntad del Padre.

b) Respuesta desde la fe inmadura:


*los discípulos esperaban un Mesías glorioso y triunfante;
*no entienden el sentido del sufrimiento;
*es actitud "satánica" querer apartarlo de los planes del Padre.

c) Respuesta del Padre:


*el Padre está presente en el camino de Jesús;
*acredita la decisión de Jesús;
*es un anticipo de la resurrección.

2. C U E S T ION A R I O:

a) Ver
-Descubrir en nuestro ambiente cómo se valora el esfuerzo por cumplir el propio deber, aunque
suponga sufrimientos.
-Aducir casos concretos de nuestra propia valoración del esfuerzo.
-Principales causas ( a tu parecer) por las que dejamos muchas veces incompletas nuestras
tareas sin rematarlas debidamente.

b) Juzgar
-¿Qué juicio te merecen los hechos expuestos en el apartado anterio;-?
-Razona detenidamente el juicio aportado.
-A la luz de lo leído en este tema:
* ¿Crees que la incomprensión de los discípulos está vigente en nosotros?
* ¿Cómo valoras el esfuerzo del sufrimiento?

c) Actuar
- ¿ Qué acciones deberíamos emprender para dar a conocer la "obra bien hecha", del "deber
cumplido", "de la propia entrega afavor de los demás"?
Marcos. 47
-Entre todo el abanico de sugerencias propuestas por el grupo. elegir una acción concreta a
emprender .
-¿Qué renovación personal te exige este tema?

TEMA VIII

Siguiendo sus pasos


El verdadero discípulo

"Caminante, no hay camino:


se hace camino al andar".
Estas palabras del poeta valen para el trotamundos
y para el hombre inquieto que busca nuevas metas
y los caminos que a ellas conducen.
El cristiano tiene clara su meta
y sabe que Jesús es el camino.
Por eso se propone seguir sus pasos.

I. Transposición a los discípulos

En las tres predicciones que Jesús hace de su pasión, termina haciendo una transposición a los
discípulos, que han de seguir su mismo camino.

Mc 8,34-38

"Llamó a la gente con sus discípulos". En el grupo de los discípulos de Jesús se ha producido
una fuerte crisis. Jesús invita ahora a la gente a unirse a los discípulos para darles una enseñanza
conjunta. Es como decir a los discípulos que hay que comenzar de nuevo, que están como en los
principios, que aún no han entendido nada, Tendrán que plantearse de nuevo en qué consiste el
seguimiento de Jesús.

"El que quiera...", La decisión ha de ser libremente aceptada sin imposiciones desde afuera. Para
seguir a Jesús las condiciones son:

- Negarse a sí mismo. Renunciar a los propios gustos, a las ambiciones personales, a los
deseos personales, para adoptar los de Cristo. Es lo mismo que hará Jesús en Getsemaní
aceptando la voluntad del Padre ( 14, 36). Es lo que expresa Pablo cuando dice: "Vivo yo,
pero no yo, es Cristo quien vive en mí.... (Gal 2, 20).

- Tomar la cruz. Es decir, aceptar hasta las últimas consecuencias la decisión tornada.
Aceptar para sí el mismo destino de Jesús, que "se hizo obediente hasta la muerte, y
Marcos. 48
muerte de cruz" (Flp 2, 8).

- Seguir a Cristo. Toda la vida llevada en fidelidad a Cristo. Fue la primera vocación
junto al lago (2, 14) y la finalidad de la elección de los Doce "para que estuvieran con él"
(3, 14).

Las dos primeras condiciones son decisiones que se toman en un momento determinado. En un
momento de especial intimidad con Cristo se asume la decisión de "negarse a sí mismo" y de
"tomar la cruz". Tal vez se falle y haya que repetir la decisión con frecuencia. Pero se trata de
una acción puntual que en el original griego está expresado por un imperativo de aoristo. En
cambio, el seguimiento está expresado por un imperativo de presente: se trata de una acción
duradera, de una decisión tomada de una vez para siempre, que hay que actualizar en cada
momento.

Jesús aporta tres razones que fundamentan estas exigencias:

- "Quien quiera salvar su vida...". Los discípulos estaban preocupados por su triunfo
personal, por los primeros puestos que quieren ocupar en el Reino. Es un deseo de
"situarse” de "instalarse". A eso se refiere Jesús cuando habla de "querer salvar la vida".
Jesús les pide, por el e1 contrario, que arriesguen su vida por Él y por el Evangelio. Es el
único modo seguro de salvarla. Dar la vida por Él y por el Evangelio (que, en definitiva,
son sinónimos) es ser fieles al mensaje, y esto tiene como fin la salvación total pues Dios
es vida y quiere la vida.

- "¿De qué le sirve al hombre...?". Aferrarse a la conquista del poder y del triunfo es
apartarse de los planes de Dios, es ceder a la tentación de Satanás. Cuando el hombre
entrega su vida por la conquista de un "valor" que resulte ser falso, ¿qué aportará después
para que le devuelvan la vida que ha perdido engañado?

- "Si uno se avergüenza...". Si cuando llegue la oposición y el desprecio y la persecución,


que ciertamente llegarán, los discípulos se avergüenzan del nombre de Cristo y renuncian
a servir al Evangelio, también Jesús se avergonzará de ellos en el día final. Pablo lo
expresa cuando dice: "Si con Él morirnos, reinaremos con Él" (2 Tm 2, 11). En el día
último lo que interesa es estar con él, ser sus amigos, compartir su suerte. Todo esto lo
perderán si no aceptan la persecución que ha de venir.

Asumir la condición humana y actuar como Jesús significa, además, sentirse en solidaridad y en
comunión con los demás hombres, en las luchas, en las angustias, en las esperanzas. Significa
saberse guiados por Alguien que ha salido victorioso de todo esto. El camino está abierto y no lo
recorremos a tientas ni en solitario.

Lo mismo que Pedro rechazaba la realidad futura del sufrimiento anunciado por Cristo, también
los discípulos somos torpes para entender que ése ha de ser nuestro mismo camino. La única
fuerza que nos mueve a aceptarlo es la relación personal de fe que hemos establecido con el
mismo Cristo.

2. Servicio y acogida
Marcos. 49
Mc 9, 32.37

Marcos presenta aquí a Jesús instruyendo en secreto a sus discípulos. A la predicación pública
sigue ahora la explicación privada. No les habla hasta que han llegado a casa.

Jesús ha dejado a sus discípulos discutir por el camino. Marcos aclara por qué los discípulos no
entendían nada y por qué les daba miedo preguntar a Jesús. Ellos estaban sumidos en su
ambición personal. Su discusión había versado sobre quién de ellos era el más Importante. y
ellos se daban cuenta de que eso no agradaba a Jesús. Jesús no quiere ser un líder de masas, que
es precisamente lo que quieren ser los discípulos. Por eso están incapacitados para comprender.

El asunto es importante y no lo va a tratar a la ligera: Jesús se sienta y llama a los Doce. La


enseñanza va a ser pausada. Tiene estos puntos fundamentales:
- El servicio. "Quien quiera ser el primero, sea el último y el servidor de todos". Ese es el
modo de ser importante en el grupo de los discípulos o en la Iglesia: los discípulos deben
distinguirse por su actitud de servicio para con los demás. Jesús, dando su propia vida, va
a mostrar hasta dónde llega este servicio y cuál es el modo de ser el primero. Es la idea
que completará en el capítulo siguiente. Después del tercer anuncio de la pasión no habla
Marcos de la ceguera de los discípulos, que son incapaces de comprenderlo; pero dice
algo equivalente: nos presenta a Juan y a Santiago, los dos hermanos hijos de Zebedeo,
que se acercan a Jesús para pedirle los primeros puestos en el Reino. No entienden lo que
piden: no se trata de ocupar puestos de prestigio y de poder, sino de seguir a Jesús en los
sufrimientos de la pasión (10, 35-40): " ¿Sois capaces de pasar el trago que voy a pasar
yo?". y termina diciéndoles: "Sabéis que los que pretenden gobernar a los pueblos, los
tiranizan, y que los grandes los oprimen, pero no ha de ser así entre vosotros; al contrario,
el que quiera subir, sea servidor vuestro, y el que quiera ser el primero, sea esclavo de
todos, porque tampoco este Hombre ha venido para que le sirvan, sino para servir y para
dar su vida en rescate por todos" (10,42-45).

Es el ejemplo del mismo Jesús, que va por delante. La muerte de Jesús, que "da" su vida, es
considerada como un "servicio". Los discípulos, que no entienden el servicio de Jesús, no pueden
entender que ellos mismos están llamados a este servicio.

Marcos tiene la vista puesta en una comunidad, de la que es imagen el grupo reunido por Jesús
en aquella casa de Cafarnaún: es decir, piensa en la Iglesia. Esta comunidad tiene una jerarquía,
puesto que algunos quieren ser "los primeros" en ella. Jesús no recorta las alas de esta ambición,
sino que indica el modo de hacerla realidad: sólo aceptando el servicio podrán llegar a ocupar los
primeros puestos. Dicho Con otras palabras: Él mismo es el primero, es el Maestro que está
formando su grupo de discípulos. Ellos, los miembros de la comunidad, sólo tienen un camino
para ocupar los primeros puestos, que es la imitación de quien, siendo el primero ante los Doce,
se hace su "servidor", con un servicio que llega hasta dar la vida como rescate por todos.

La tentación de ocupar los primeros puestos puede tener una vertiente de tipo personal. Pero
puede tener también una connotación colectiva, pretendiendo que siempre nuestro grupo, nuestra
Iglesia, ocupe un lugar de privilegio. Por el contrario, la pregunta que constantemente ha de
formularse todo cristiano y todo grupo de Iglesia es cómo servir mejor a los demás, cómo salir
de nosotros mismos para servir mejor al mundo, cómo ser fermento para que en la sociedad que
Marcos. 50
nos rodea haya más amor, más justicia, más atención a los pobres, mayor solidaridad. Ese
servicio es condición indispensable para ocupar los primeros puestos.

- La acogida. Una segunda enseñanza se refiere a la acogida a los niños. El servicio generalizado
que los discípulos han de prestar a la comunidad se ha de concretar en un servicio a los niños.

Un niño, puesto en el centro del grupo, es ocasión para esta nueva enseñanza. El niño no puede
aspirar a los primeros puestos en la comunidad, sino que está en total dependencia de otros.
Además, el que aspire a los primeros puestos tiene que ser servidor en primer lugar de los que
-como los niños- tienen mayor necesidad de ser servidos y menos ocasión de agradecerlo y de
corresponder a los servicios recibidos.

Después del servicio, acogida a los pequeños. Podríamos hoy hablar tanto de niños como de
jóvenes. Acoger a los jóvenes y a quienes tienen menos dinero y menos cultura. Acogida que no
significa dejarles que vengan para que hagan lo que a nosotros nos gusta, sino dejarles que
puedan ser cristianos -seguidores de Cristo según su manera de serlo. Esto, ciertamente, será una
permanente fuente de conflictos y nos obligará a flexibilizar determinados esquemas. Pero
solamente así la Iglesia será fiel a esta exigencia de Jesús.

3. Espíritu abierto

Mc 9, 38-41

Merece la pena reflexionar sobre la expresión que emplea Juan. Jesús había llamado a algunos -a
los Doce- "para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, con poder de expulsar
demonios" (3, 14). Los había llamado para enseñarles a comprender ya vivir su mensaje de amor,
de libertad, de entrega, para que penetraran en su propia comprensión de Dios. Pero tropieza con
la inevitable estrechez de miras que queda reflejada en esa expresión: "Este no es de los
nuestros". No habían comprendido aún a Jesús, pero les había entrado el complejo de grupo.

Este es un peligro grave que afecta a todo grupo, cristiano o no cristiano. Fácilmente nos
inclinamos a juzgar a una persona, o una actuación, desde el prisma especial de la pertenencia o
no a nuestro grupo. La única manera que encontramos de afirmar nuestro propio grupo es la
oposición, distinción o separación de los demás. En nuestra manera de hablar, decir que "es de
los nuestros" o "no es de los nuestros" equivale a identificar a los nuestros con los buenos y a los
malos con los demás. Igualmente, las faltas de los nuestros Son justificables; las de los demás
son de una extrema malicia.

También desde el punto de vista de la fe nos resistimos a aceptar que los que no son de los
nuestros puedan hacer el bien "en nombre de Cristo" (que equivale a decir en nombre de la
Verdad, de la justicia y de la Paz) y que puedan vencer eficazmente el mal del mundo con la
fuerza del Señor (que equivale a decir que "echan" demonios). Nos cuesta aceptar que las
organizaciones de "los otros" tengan resultados positivos en cualquier sentido. Cuando actuamos
esa manera hemos convertido nuestro grupo en un ghetto.

"El que no está contra nosotros, está a favor nuestro". Esta es la respuesta propia del Hombre de
Marcos. 51
corazón grande. Todo hombre que hace el bien vive ya según el Espíritu, esté donde esté
encuadrado.

Tal vez recordemos otra frase de Jesús que parece contradecir a a: "Quien no está conmigo está
contra mí, y el que no recoge conmigo desparrama" (Mt 12, 30). Hay que tener en cuenta dos
cosas:
a) Esta afirmación, en Mateo, responde a la grave acusación que le hacen los fariseos:
"Expulsa a los demonios con el poder de Belzebú". No se trata de un desconocimiento de
Jesús, o de una indiferencia frente a él, sino de un enfrentamiento directo.

b) Hay otra diferencia sustancial: Jesús es el absoluto; no se le puede rechazar


impunemente. El grupo de Jesús, la Iglesia, no es el absoluto.

Somos miembros de la Iglesia, somos una comunidad. Nos define precisamente confesar a Dios
Padre y seguir a Jesucristo; es decir, confesar que Dios es Padre de todos los hombres, no sólo de
nosotros. Que su Espíritu se encuentra en el corazón de todos aquellos que viven según el
Evangelio. Esto define a la Iglesia como comunidad abierta que confiesa la presencia de Dios allí
donde haya pequeñas manifestaciones de Verdad y Justicia, de Paz y de Libertad. Aunque
quienes lo realicen “no sean de los nuestros”, porque entonces “ya son de los nuestros”.

TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO

a) Transposición a los discípulos


*negarse a Sí mismo
*seguir a Jesús;
* la muerte lleva a la vida.

b) Espíritu de servicio:
*ocupa el primer puesto el que mejor sirve;
*acoger a todos, especialmente al débil

2. C U E S T ION A R l O:

a) Ver.

Descubrir en el ambiente en que vivimos


-Actitudes negativas de egoísmo:
*"instalarse";
*ocupar los primeros puestc
*poder y dominio;
*espíritu de ghetto.

-Actitudes positivas:
*servicio desinteresado;
Marcos. 52
*acogida al débil y al marginado
*sentido del pluralismo y convivencia

-Principales causas (a tu parecer) de las actitudes negativas y positivas señaladas.

b) Juzgar

-¿Qué juicio te merecen las actitudes señaladas en el apartado anterior?


-Razona detenidamente el juicio aportado
-A la luz de los textos leídos, ¿cómo juzgar el pluralismo y el uniformismo?

c) Actuar
-¿Qué acciones podríamos emprender para…?
*Prestar mayor servicio a la sociedad
*Abrir nuestra mentalidad a la comprensión y acogida a los demás
-Entre todo este abanico de sugerencias propuestas por el grupo, elegir una acción concreta a
emprender.
-Personalmente, ¿qué renovación deberías plantearte?

TEMA IX

Es hora de decidirse

Tres encuentros con Jesús

". . .y cogiendo una nuez verde


en la cáscara la muerde,
lo que le supo muy mal. . ."
Malo es quedarse en la corteza, en lo superficial y externo.
Es hora de decidirse, de dar un paso adelante:
fe profunda y oración, desprenderse de toda rémora
y dejarse iluminar por Cristo.

En el contexto de enseñanzas a los discípulos, Marcos nos presenta tres encuentros de Jesús Con
otras tantas personas, que Son ocasión de ofrecer a los discípulos distintos aspectos de su
doctrina, verdaderas exigencias para el seguimiento.

I. El niño epiléptico

Mc 9, 1-4-29

Este episodio sigue inmediatamente a la transfiguración. Jesús y los tres discípulos que le
acompañaban se encuentran con el resto del grupo que están acalorados en una discusión con las
gentes que les rodean. La presencia de Jesús es bien acogida Porque van a remitirle el tema de la
discusión para que él trate de resolver. Grave debía el tema, pues a todos interesa y el mismo
Marcos. 53
Jesús comienza preguntando por él. Los mismos discípulos se ven gravemente acusados por no
haber sido capaces de realizar el exorcismo. ¿ Por qué?

Toma la palabra el padre del niño, que es sin duda el afectado. Expone la situación en que se
encuentra su hijo, violenta , frecuentemente por el espíritu que lo posee. Termina acusando a loa:
discípulos: "Les he pedido que lo echen y no han podido". Esta incapacidad manifiesta provoca
una crisis de fe, pues Jesús les había dado poder sobre los espíritus (3, 13-15). ¿No tiene valor
ese poder recibido?

Jesús, tras una fuerte reprensión por la falta de fe, pide que le traigan al niño. Quiere ser testigo
presencial de la situación, sin conformarse con meros comentarios. y efectivamente es testigo
porque "en su presencia se puso el espíritu a retorcer al niño". Tal vez sea ésta la primera
lección que quiere ofrecer a los discípulos: la necesidad de conocer los problemas en su mismo
ambiente, en sus; circunstancias concretas.

Es igualmente testigo de la débil fe del padre: "Ese 'si puedes'! Todo es posible al que tiene fe".
La acusación que el padre acaba de hacer a los discípulos se vuelve ahora contra él. La verdadera
dificultad que imposibilita el exorcismo es la falta de fe. y él participa de esa falta de fe.
También él es, pues, culpable del sufrimiento de su hijo. Jesús está marcando las verdaderas
dimensiones del problema. No se trata sólo de la situación física del niño, sino que hay que
elevarse a la falta de fe como verdadera causa de la tragedia.

En otras ocasiones hemos visto que se pide a Jesús una curación física y responde con el perdón
de los pecados. Nos encontramos aquí con un caso semejante, pero con una diferencia: primero
ha de curar la incredulidad del padre, para sanar a continuación la enfermedad del niño. Así lo
entiende el padre que responde con sinceridad: "Tengo fe, pero ayuda mi debilidad". Si esa fe
madura, será posible el exorcismo.

Conseguido el clima adecuado, Jesús realiza el exorcismo propiamente dicho. Dos veces dice
que el niño quedó como muerto y dos veces también emplea expresiones propias de la
resurrección: "Lo levantó, se puso en pie". Como en otras ocasiones hemos visto, estos hechos
extraordinarios de Cristo son signos de su acción salvífica, anticipo de la auténtica victoria que
es la resurrección.

El hecho ha sido público. Todos los presentes han sido testigos de lo ocurrido. A los discípulos
va a dedicar una explicación cuando se encuentran a solas. Ellos no han podido expulsar al
espíritu porque no han recurrido a la oración que nos sitúa en relación íntima con el Padre.

Esta invitación de Jesús a la oración nos abre el corazón a la esperanza: con ella adquirimos la
fuerza necesaria para superar lo que parecía insuperable, para alcanzar lo inalcanzable, para
cambiar lo incambiable. "Todo es posible al que tiene fe".

2. El hombre rico

Mc 10, 17-31

Dentro de las enseñanzas dirigidas a los discípulos, una nueva cuestión: la dificultad que
Marcos. 54
suponen las riquezas para entrar en el' Reino de Dios.

Jesús estaba ya de camino. Pero cuando se le acerca uno que lo necesita, pierde las prisas
olvidando toda preocupación. Aquel hombre (Mateo dirá que era un Joven) llego corriendo y se
postró de rodillas. Es postura habitual ante un personaje importante a quien se quiere pedir un
favor.

Su problemática es directamente religiosa: ¿Qué tengo que hacer para alcanzar la vida eterna?".
Parece que sus disposiciones interiores son buenas.

Jesús, como buen pedagogo, comienza por exigirle lo más elemental, lo que es imprescindible
para todos los que quieran entrar en el Reino: el cumplimiento de los mandamientos. Es de notar
que Jesús cita los más relacionados con el amor al prójimo: no matarás, no cometerás adulterio,
no robarás. . .

El joven ha empleado la expresión "heredar". La "herencia ", en el lenguaje del Antiguo


Testamente, se refiere a la tierra prometida, son los bienes que portará el Mesías, es el Reino de
Dios que Jesús ha venido a inaugurar.

El joven conoce y cumple los mandamientos; lo ha hecho desde la infancia; es un hombre


honrado a carta cabal. No hay ningún indicio de que esté mintiendo. Si pregunta por ellos es
porque suponía que Jesús añadía algunas enseñanzas especiales.

Jesús, viendo su sinceridad y su honradez, lo miró y le tomó cariño. Precisamente de ese amor
que Dios derrama brotan exigencias mayores. Jesús le va a Pedir, a partir de ese momento, un
desprendimiento mayor. A cambio, le va a ofrecer un puesto entre sus discípulos: "Anda, vente
conmigo". El hombre rico, precisamente porque tenía muchas posesiones, no estaba dispuesto a
renunciar a ellas. Se le ensombreció el rostro, se llenó de tristeza y se marchó. Tiene el corazón
pegado a las riquezas y renuncia al seguimiento de Jesús.

Jesús, viéndolo marchar y sabiendo que no ha de volver, se desahoga con sus discípulos: “Qué
difícil va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!".

Para acentuar la gran dificultad, recurre a la hipérbole del camello que no puede pasar por el ojo
de una aguja. Se ha querido explicar esta frase de distintas maneras:
- En vez de "camello” se podría traducir “maroma”; lo cual estaría más en consonancia
con el ojo de la aguja, y se mantendría igualmente la gran dificultad.
- El "ojo de la aguja" puede referirse a una de las puertas de entrada en la muralla dce
Jerusalén. Por tener poca altura, sería difícil el paso de un camello.

En cualquier caso, no se trata de una expresión para tomar a la letra, sino de una hipérbole para
hacer notar la extraordinaria dificultad.

Lo que Jesús pretende no es señalar un estado de perfección, al que sólo son llamados unos
pocos entre los cristianos, sino decir a todos que para entrar en la esfera del Reino hay que
cambiar totalmente la jerarquía de valores y aceptar de verdad que el dinero no es un valor por
Marcos. 55
el que tengamos que luchar denodadamente y al que estemos pegados inseparablemente. Pero
eso no es posible sino en la medida en que descubramos ese otro valor radical que es Dios . Este
descubrimiento relativiza todo lo que habitualmente llamamos valores.

Las exigencias de Jesús son duras y. si nos paramos a reflexionar cómo las cumplimos nosotros,
podemos quedar bastante asustados. No es que las riquezas sean malas en sí mismas, pero
suponen una dificultad muy seria para aceptar el Reino de Dios. Si nos cautiva el deseo de
conseguir y poseer riquezas, fácilmente pisoteamos otros valores esenciales para el Reino.
Podemos renunciar a las riquezas de una manera radical, con un desprendimiento total de una
vez para siempre. O podemos aceptar otro modo menos radical, que consiste en una escucha
atenta a lo que en cada momento nos exige el Evangelio: cómo usar nuestros bienes, cómo
compartirlos con los necesitados, cómo prescindir de lo que no sea absolutamente necesario,
cómo dedicar tiempo y atención a quienes nos puedan necesitar. En cualquier caso, el signo de
sinceridad en el desprendimiento es el compartir efectivamente con otros.

3. El ciego de Jerlc6

Mc 10, 46-52

Una escena de gran viveza, rica en detalles: lugar donde ocurre, nombre del ciego, gritos que éste
profiere, las gentes que quieren hacerle callar, la actitud de Jesús, el gesto del ciego que deja el
manto, da un salto y se presenta ante Jesús, a quien "sigue" a continuación.

Regañan al ciego y le quieren hacer callar porque creen que sus gritos molestan a Jesús; o tal vez
porque les molestan a ellos. También porque, siempre que se ha reconocido a Jesús como
Mesías, él les ha impuesto silencio. El ciego está aclamándole como Mesías, hijo de David. Esto
suponía proclamar públicamente ante la multitud lo que Jesús había querido dejar en secreto.

En Jesús, dos reacciones a tener en cuenta. En primer lugar, aunque lo acompañan los discípulos
y "bastante gente", prescinde de todos, como si se encontrara completamente solo, para
interesarse por este hombre que lo necesita de una manera especial. Así de personal es el trato de
Jesús. En segundo lugar, Jesús no se siente molesto. Antes al contrario, manda llamar al ciego,
quiere establecer una conversación personal, no le impone silencio por su manifestación
mesiánica y con la curación aprueba su testimonio de fe. La curación del ciego aparece así como
una señal mesiánica.

Jesús cambia aquí de actitud. Hasta este instante ha ocultado su mesianidad a la multitud.
Cuando Pedro lo confesó Mesías en Cesarea de Filipo, le impuso silencio, lo mismo que a los
otros discípulos. Tras la transfiguración, la consigna fue la misma. Pero ahora Jesús se deja
aclamar públicamente por el ciego con el título mesiánico de "hijo de David" y con la curación
manifiesta lo bien fundado de este apelativo. Hará pronto su entrada triunfal en Jerusalén,
expulsará a los vendedores del Templo y se presentará como Hijo de Dios en la parábola de los
viñadores homicidas, que escucharán hasta sus enemigos: sumos sacerdotes, escribas y
ancianos.

Bartimeo tenía necesidad de encontrarse con Jesús porque le faltaba algo vital: ver. Intuía que si
se encontraba con él ya nada seguiría siendo igual en su vida: todas las tinieblas se convertirían
para él en luz, en forma y color. Y así fue. Ver por la mano de Cristo es conseguir una vida
Marcos. 56
distinta. Bartimeo no temía a la luz que deseaba. Como signo de su disposición de ánimo, "dejó
el manto" que era toda su riqueza y, al mismo tiempo, la impedimenta que no le permitía caminar
con agilidad.

Marcos refiere las curaciones de dos ciegos. El primero en Betsaida (8, 22-26); el segundo,
Bartimeo, a la salida de Jericó. Los dos casos vienen a simbolizar y resumir la actitud de los
discípulos. y ambos vienen a rematar dos etapas distintas en su formación. El ciego de Betsaida
era figura de la incomprensión de los discípulos, que muy lentamente van aceptando a Jesús:
aquella curación fue lenta y gradual. Con ella terminaba la primera parte del Evangelio de
Marcos. Con el ciego de Jericó finaliza una segunda etapa: los discípulos han sido instruidos
claramente sobre la mesianidad de Jesús y sobre el modo de cumplir su misión mesiánica:
muerte y resurrección. Se les ha dicho a ellos a solas. Aún les cuesta aceptarlo. Jesús va
decididamente a Jerusalén, ellos lo siguen dificultosamente.

El ciego de Jericó manifiesta públicamente su fe en la mesianidad de Jesús, delante de las gentes,


y "sigue" a Jesús. Se convierte así en figura de los discípulos dispuestos a compartir los
sufrimientos de Jesús.

El ciego que ha recobrado la vista se convierte igualmente en símbolo del cristiano. Como
cristianos iluminados por Cristo, tenemos que sensibilizamos frente a las injusticias de nuestros
hermanos obligados a pedir limosna, sin permanecer insensibles ante su ignorancia de la
salvación universal de Cristo. También hoy Jesús pasa con sus discípulos con ganas de iluminar a
todos los que no han hallado aún la luz que esperan en el fondo de su corazón.

Marcos. 57
TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO:

a) Necesidad de la fe y de la oración para vencer al mal.

b) Hay que superar una bondad superficial y cómoda Con Un desprendimiento efectivo
de lo que nos dificulta entrar en el Reino.

c) Dejarnos iluminar por Cristo para seguirlo.

2. C U E S T I O N A R I O:

a) Ver

-Descubrir en nosotros y en nuestro ambiente actitudes de injusticia provocadas por el afán de


dinero.
-Un "termómetro" de fe puede ser nuestra actitud de oración ¿Qué temperatura marca en
nuestra vida y en nuestro grupo?
-Principales causas (a tu parecer) de los hechos señalados-

b) Juzgar
-¿Qué juicio te merecen los hechos señalados en el apartado anterior?
-Razona detenidamente el juicio aportado
-A la luz de los textos leídos, cómo juzgar:
*El afán de dinero y comodidades.
*La actitud de oración o la falta de oración.

c) Actuar
- Para vencer el mal es necesaria la fe y la oración; para aceptar la llamada de Cristo es
necesario el desprendimiento de los bienes materiales; para seguir a Cristo es necesario que él
nos ilumine. Teniendo en cuenta todo esto, ¿qué acciones deberíamos emprender?
-Entre todo el abanico de sugerencias propuestas por el grupo, elegir una acción concreta a
emprender.
-Personalmente, ¡qué actitud deberías revisar?

Marcos. 58
TEMA X

¿Somos personas o números?


Fin de la Antigua Alianza

Se habla hoy de cristianos creyentes y no practicantes ,


y de cristianos practicantes no creyentes .
Todo árbol se da a conocer por sus frutos….
Si la vida cristiana no se manifiesta en frutos
abundantes, más que personas cristianas
somos fríos números en una lista.

1. Entrada en Jerusalén

Mc 11,1-11

Están para cumplirse los anuncios de Jesús. Comienza el desenlace del drama. Hemos llegado a
Jerusalén, en donde se va a realizar todo lo que ha sido anunciado. No sólo cuanto ha dicho Jesús
días atrás, sino cuanto está escrito en los profetas desde hace siglos.

La entrada solemne en Jerusalén va precedida por el episodio de la búsqueda del pollino. Jesús
quiere preparar este episodio hasta en sus más mínimos detalles, porque va a ser una
manifestación pública de su carácter mesiánico. El profeta Zacarías (9, 9) había anunciado esta
entrada del Mesías montado en un pollino. Marcos cita el hecho sin aludir a su carácter profético.
La entrada en la ciudad es solemne y, al mismo tiempo, sencilla; no es un guerrero montado a
caballo, sino el Mesías sencillo y pacífico sobre un humilde pollino. El signo será válido para
quienes quieren reconocerlo, pero pasará desapercibido para quienes se niegan a aceptarlo.

Los gritos de la gente son también manifestación de su carácter mesiánico. El es "el que viene en
nombre del Señor", es el Mesías esperado, el que tenía que venir. Con él viene "el Reino de
David, su padre". No se trata de instaurar de nuevo en Jerusalén el reino davídico, expulsando a
los romanos, sino de dar cumplimiento en aquella época de expectación mesiánica al Reino de
David en su descendiente el Mesías. Viene Jesús y viene el Reino: el Reino se identifica con la
Persona de Jesús. Descendiente del Rey David y rey del nuevo Reino, Jesús llega a Jerusalén con
un aparato modestísimo, signo del tipo de fraternidad que Él quiere implantar.

Junto a estos gritos de aclamación, los mantos por el suelo a modo de alfombras, las ramas en las
manos. . . Todo ello es signo de que el pueblo -el pueblo sencillo- lo acepta y reconoce como
Mesías. Es lo único que pretende decirnos Marcos. Nada dice del rechazo de los jefes, como
indicarán los otros evangelistas.

Es una manera de invitarnos a que también nosotros nos situemos como discípulos, o como gente
sencilla, en actitud de aceptación, porque va a quedar abolida la antigua ley y sólo los que le
reconozcan como Mesías tendrán parte en la nueva alianza.

Marcos. 59
2. La maldición de la higuera

Mc 11,12-14
Mc 11,20-25

Marcos nos ofrece el relato como una historia en dos partes. Lucas más tarde lo convertirá en
parábola (Lc 13,6-9). Tal vez se trate de una acción simbólica, como ocurría frecuentemente en
los profetas. Estas acciones simbólicas tienen algo extraño que excita la curiosidad y hace
sospechar que allí hay un punto de misterio, impulsando a quienes las contemplan a que
profundicen hasta descubrir su verdadero sentido.

Jesús se sirve de aquella higuera para hacer comprender a los discípulos la responsabilidad del
pueblo, que se niega a dar fruto; es decir, que se niega a reconocer al Mesías que se le está
manifestando. Jesús tiene un hambre que la higuera no le puede satisfacer. Marcos hace notar
que “no era tiempo de higos”, con lo cual está quitando fuerza a su carácter histórico. Jesús no
exige higos a una higuera fuera de tiempo, sino que exige fruto a un pueblo que tiempo ha tenido
para ofrecerlo.

La maldición de Jesús viene a decir que la antigua alianza con el Pueblo ha quedado anulada.

Cuando al día siguiente observan que la maldición se ha cumplido, Jesús hace una referencia a la
fe ya la oración. Tal vez Jesús pronunció estas sentencias en otra ocasión., pues aquí no quiere
hablar de la necesidad de la fe y de la eficacia de la oración, sino que quiere manifestar mediante
una parábola en acción la suene del pueblo rebelde a la fe. La enseñanza fundamental de toda
esta sección es el fin de la antigua alianza.

3. Los vendedores del Templo

Mc 11,15-219

Cuando llegó Jesús a Jerusalén, inmediatamente se dirigió al Templo, dio un vistazo todo
alrededor porque era ya tarde y se marchó a Betania con los Doce (11, 11). Allí, en Betania, se
hospedará en estos días.

Al día siguiente vuelve al Templo, ya sin prisas. La entrada en Jerusalén y la purificación del
Templo están unidas íntimamente como un símbolo de la crisis final.

Está cerca la fiesta de la Pascua, una de las fiestas de peregrinación. Todo buen israelita ha de
ofrecer un sacrificio en el Templo: un buey o un cordero los ricos y una paloma los pobres.
Además, todo israelita ha de pagar anualmente sus impuestos al Templo, no considerando válida
para este fin sagrado la moneda romana entonces en uso. Para dar facilidades a a los peregrinos,
se establecen junto al templo (y más tarde en el mismo templo, en el atrio de los gentiles) puestos
de venta de animales y mesas para el cambio de moneda. Muy pronto lo que era un servicio para
Marcos. 60
los peregrinos se convierte en un abuso. Con esto, el recinto del templo se ha convertido en un
mercado, con la aprobación d elos sacerdotes que encuentran en ello una buena fuente de
ingresos.

La acción de Jesús es una protesta enérgica contra la injusticia y el abuso del sistema del
Templo. No se dirige primeramente contra los cambistas o negociantes, sino contra las
autoridades responsables. Más aún, podemos intuir que se trata de un preanuncio de que ya los
sacrificios dejan de ser necesarios y el mismo templo pierde su utilidad. Con mayor claridad,
aunque todavía de manera simbólica, nos dirá Marcos (15,38) que, en la muerte de Jesús, “la
cortina del santuario se rasgó en dos, de arriba abajo” , con lo cual indica el fin del sistema
del Templo.

El Mesías tenía que purificar el templo de los negocios y del dinero. Hecho esto, comienza a
enseñar con toda claridad. Cita palabras de Isaías (56, 7) y de Jeremías (7,11). Por una parte,
dice que el Templo es casa de oración “para todos los pueblos”, lo cual resulta inaceptable y
hasta escandaloso para los responsables del Templo. Por otra parte, denuncia que lo han
convertido en una “cueva de bandidos”, lo cual es una clara acusación contra los sumos
sacerdotes que lo favorecen o, al menos lo toleran.

Nada extraño que comenzaran a buscar medios para acabar con Él.

4. Parábola dela viña y los viñadores

Mc 12,1-12

La imagen de la viña es conocida por los profetas (Is 5 y Os 10). Pero Jesús llega más lejos: los
profetas hablan contra la viña, que es el Pueblo de Dios, por sus infidelidades .con las que se
apartaba de la alianza. Pero Jesús condena abiertamente a los viñadores mismos, es decir, a los
jefes de ese pueblo.

En la parábola, Jesús ofrece un resumen de toda la historia de Israel. Los criados enviados son
los profetas que fueron condenados en el pasado. Ahora quieren matar al heredero, al hijo
mismo. Dios, como castigo, anuncia que ha acabado su papel histórico, precisamente porque
quieren matar -y matarán- al Hijo, al heredero. La parábola prácticamente se convierte en
alegoría.

Está clara la finalidad de Jesús al pronunciar estas palabras. Por una parte, poner al descubierto
la intención de asesinarlo que tienen sus interlocutores, que son los sumos sacerdotes, los
letrados y senadores (11, 27), que ciertamente se dieron por aludidos. En segundo lugar (quizá
como intención primordial) manifestar que ha terminado el tiempo de Israel, que ha sido anulada
la Antigua Alianza.

El tema de la "piedra" (Sal 118, 22-23) rechazada por los edificadores que se convierte en
"piedra angular" , presenta un aspecto nuevo en la estructura de la parábola-alegoría. Esta cita da
un aspecto triunfal al texto, mientras que hasta ahora sólo había hablado de la muerte. Jesús
ahora anuncia que con su muerte va a comenzar a levantarse un nuevo edificio. Por eso es lógico
destacar como complemento el aspecto de glorificación.
Marcos. 61
Ellos comprenden claramente que la parábola los aludía y era una denuncia frontal de su sistema.
Pero tienen miedo a la gente, porque Jesús tiene a su favor la popularidad. Entonces, ¿cómo
matarlo?

Jesús ha llegado de un modo triunfal a Jerusalén y se manifiesta abiertamente como Mesías.


Con la maldición de la higuera, condena al pueblo que no ha sido capaz de dar fruto.

Purifica el templo y anunciIa su caduidad.

Se opone duramente a los responsables del pueblo, a quienes "se quitará la viña" para darla a
otros.

El antiguo régimen, la antigua alianza, ha llegado a su término.

¿Somos personas o solamente números? ¿Nos adherimos al grupo de los seguidores de Cristo
con plena responsabilidad? ¿Ocupamos simplemente un puesto que , recibimos por tradición y
conservamos por inercia? Sólo la adhesión a Cristo por la fe, una fe consciente y activa, nos
autoriza a considerarnos verdaderos discípulos. Si somos, por el contrario, meros números de los
oficialmente considerados cristianos, sin una respuesta comprometida que se manifieste en frutos
de vida cristiana, podemos sentirnos interpelados por las palabras de Jesús: "acabará con esos
labradores y dará la viña a otros".

La alianza con Israel era parcial y caduca. Cristo la considera ya abolida. La Nueva Alianza es
universal y definitiva: no será sustituida por otra alianza posterior. Pero ninguno de nosotros
tiene seguridad de permanecer en este pueblo de Dios, si falta la respuesta personal, consciente y
cargada de fruto.

TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO:

a) El pueblo sencillo acoge y aclama a Jesús como Mesías, en medio de un ambiente


adverso.
b) Es necesario manifestar la vida interior con obras externas.
c) La aceptaci6n del Evangelio supone una Buena Noticia y U/la novedad de vida. Las
antiguas instituciones son caducas.
d) La historia antigua ha tenido un desenlace fatal. Hay que iniciar una historia nueva,
la del nuevo Pueblo de Dios.

2. C U E S T ION A R I O:

a) Ver
-Qué frutos creemos que necesita dar nuestra "sociedad cristiana" que sean frutos de
autenticidad.
Marcos. 62
-C6mo transcribiríamos en nuestros días, con un lenguaje actualizado, la parábola de la viña y
los viñadores.
-Principales causas ( a tu parecer) de la falta de fruto y de la caducidad de algunas de nuestras
instituciones.

b) Juzgar
-¿Qué juicio te merecen los hechos expuestos en el apartado anterior? -Razona detenidamente
este juicio aportado.
-A la luz de los textos leídos, c6mo juzgar:
*Nuestra religiosidad rutinaria y vacía.
*Nuestros grupos cristianos faltos de fruto y de compromiso serio.

c) Actuar
-¿Qué acciones podríamos emprender para revitalizar nuestros grupos cristianos?
-Entre todo el abanico de sugerencias propuestas en el grupo, elegir una acci6n concreta a
emprender.
-¿De qué manera nos sentimos interpelados por este tema?
-¿Qué fruto deberíamos dar personalmente?

Marcos. 63
TEMA XI

Siempre ganan los mismos

Enfrentamientos directos de Jesús

En una sociedad corrompida


cualquier hombre honrado resulta “persona no grata”.
Hay presos políticos, exiliados políticos, personas “desaparecidas”.
Para que mi autoridad no se tambalee,
Lo mejor es acabar con los que no piensan como yo.

1. Con el Sanedrín

Mc 11, 27.33

Jesús se encuentra en el Templo. Se le acercan los responsables del orden en aquel lugar sagrado;
es decir, los tres grupos que componen el Sanedrín: sumos sacerdotes, letrados y senadores. ¿Fue
la expulsión de los vendedores la última chispa que provocó este enfrentamiento? Aunque
Marcos une los dos episodios en el relato, la pregunta es más general: "¿Con qué autoridad
haces esto?", Vienen todos juntos, aunque sean enemigos entre sí, para atacar a Jesús.

La pregunta "¿con qué autoridad haces esto?" pretende llevar a Jesús al terreno de lo oficial, al
campo del legalismo. Únicamente les preocupa el cumplimiento de la ley. Solamente ellos
Podrían legalmente autorizar semejantes acciones de Jesús.

Las autoridades no se preguntan si tiene razón o no en lo que ha hecho. Le exigen el "permiso",


pues ellos son la "autoridad". Ellos sabían muy bien que el pueblo lo aclamaba como Mesías.
Ahora tal vez lo que más les inquieta es que en la expulsión de los mercaderes ha atacado sus
propios intereses.

Jesús responde a esta pregunta con una nueva cuestión, al estilo rabínico, que muestra que Jesús
se sitúa en el espíritu de su misión como continuador de la misión de Juan Bautista. No le
importa tanto el cumplimiento de la ley cuanto la conversión, la renovación de vida, predicada
por Juan Bautista y por él mismo ya al comienzo de su ministerio.

Esta pregunta de Jesús va a condicionar que él responda o no a la que ellos le han formulado. Les
interroga pidiéndoles que interpreten y tomen postura ante la actitud de Juan Bautista. Juan no
había sido una amenaza directa al Sistema vigente, puesto que se quedaba en una conversión
individual. Si responden que el bautismo de Juan era cosa de Dios, no han sido consecuentes
puesto que ellos no lo creyeron. Si responden que era cosa humana, se comprometen ante el
pueblo que tiene a Juan por profeta. Por eso callan y no responden a Jesús. Se excusan con un
cómodo "no lo sabemos".

Su torpe respuesta demuestra su incapacidad. Si, después de todo lo que vieron en el Bautista, no
Marcos. 64
se han formado juicio sobre él, por el mismo motivo no podían formárselo sobre Jesús. Los
"signos", los innumerables milagros que había hecho, acreditaban de sobra lo que era. Pero a
quienes iban con fines preconcebidos no les interesaba la verdad. No podía responder a los que
de antemano no querían comprender.

La reflexión que hemos emprendido acerca del evangelio quiere llevarnos a iluminar y fortalecer
nuestros criterios para poder dar "razón de nuestra esperanza" (1 Pe 3, 15), de modo que nuestra
respuesta no sea nunca "no sabemos", no por los conocimientos teóricos de unas doctrinas, sino
porque hemos aceptado y asimilado personalmente los planes de Dios sobre nuestra vida.

2. Con los herodianos

Mc 12, 13-17

Segundo conflicto que Marcos pone en relación con el primero. Ellos (los sumos sacerdotes,
letrados y senadores) le envían unos fariseos y herodianos. No se atreven a actuar contra Jes~s
porque el pueblo está a su favor, pero quieren quitarle popularidad. Lo mejor será desprestigiarlo
ante el pueblo. Con este fin, le quieren tender una trampa.

El tributo del denario resultaba particularmente odioso a los judíos, porque era señal de su
sometimiento a los romanos.

¿En qué consiste la trampa? Con fingimiento, alaban a Jesús y le plantean la pregunta en la que
quieren cogerlo. Cualquier contestación que diera les valía para acusar a Jesús. Si decía que
había que pagar el tributo, se enfrentaba con el pueblo, pues podía ser acusado de
antinacionalista y de traidor. Si decía que no había que pagar tributo, entonces se enfrentaba
directamente con los romanos que tenían su guarnición junto al mismo Templo y lo detendrían.

La pregunta era una trampa, de lo cual se da perfecta cuenta Jesús. De ahí su respuesta que deja
atónitos a quienes le preguntan. "Dar al César lo que es del César" admite una doble
interpretación. Puede entenderse como una exigencia de pagar el tributo según prescribe la ley.
Puede entenderse también en el sentido de devolver el dinero a Roma, romper las relaciones con
Roma, sacudirse su yugo. Aquel dinero con la efigie del emperador no les pertenece, pues es
símbolo del colonialismo romano. Tal vez podríamos entenderlo en otro sentido: dar a cada uno
lo que le corresponde: a las autoridades lo que les es debido ya Dios lo que le pertenece, 0 sea, el
mundo entero incluido el César de Roma.

3. Con los saduceos

Mc 12, 18-27

Una nueva pregunta que es una nueva trampa. El ataque viene ahora de parte de los saduceos,
que tenían una mentalidad "materialista": negaban la existencia de los ángeles y de los espíritus,
Marcos. 65
negaban la espiritualidad e inmortalidad de las almas, igualmente negaban la resurrección de los
cuerpos (Hch 23, 8).

Los saduceos sólo aceptaban la doctrina de Moisés, negando todas las demás tradiciones
doctrinales. Por eso su pregunta se apoya en un texto de Moisés, la conocida ley del "levirato"
(Dt 25, 5-6).

Con su pregunta pretenden mostrar lo absurdo que resulta aceptar la resurrección: en el caso
propuesto, esa mujer tendría siete maridos legítimos.

La respuesta de Jesús es que los saduceos están muy equivocados tanto en su idea sobre la
"presunta " vida de los resucitados, como en general en su interpretación de las Escrituras.

En primer lugar, los cuerpos resucitados no serán como nuestros cuerpos mortales, los que aquí
tenemos. Los cuerpos resucitados no necesitan reproducirse, entre otras cosas porque son
inmortales y no es necesaria por tanto una continuidad de la especie mediante la procreación.
"Serán como los ángeles en el cielo": con ello se destaca la inmortalidad y la no-reproducción
sexual.

Jesús va más allá: les cita a Moisés, que es lo único que ellos aceptan, y les demuestra que no
conocen las Escrituras, ellos que son los representantes de la Religión ante el pueblo. Dios es un
Dios de vivos y ellos no creen en su poder de resucitar de la muerte. Si Dios, en tiempos de
Moisés, se autodenomina "El Dios de Abraham..." que había muerto siglos atrás, quiere decir que
Abraham "aún vive" en tiempos de Moisés, puesto que es Dios de vivos, no de muertos. Sólo se
explica por la inmortalidad.

Podríamos decir más. La expresión de Dios viene a significar: "Yo soy el Dios que ha protegido
a Abraham, a Isaac ya Jacob..." Esta protección no hubiera sido total y definitiva si no los
hubiera liberado de la muerte. Si la muerte les hubiera vencido para siempre, Dios habría
fracasado en la función asumida de "protector" respecto de ellos. Los patriarcas han vencido la
muerte. En .el fondo, está latente la idea semita de vida, que no se concibe sin el cuerpo, puesto
que el hombre es un ser indivisible y la vida humana ha de ser plena. También los saduceos han
sido vencidos en su enfrentamiento a Jesús. Junto a ellos somos vencidos nosotros cuando
intentamos interpretar las Escrituras a partir de nuestros prejuicios, en vez de dejarnos juzgar por
la Palabra de Dios.

4. Con los letrados

Mc 12, 28-34

No parece aquí que se trate de una pregunta insidiosa, más bien Marcos Supone buena voluntad
en este letrado que se acerca a preguntar a Jesús. Mateo, en cambio, hace notar en esta ocasi6n:
"Le hizo esta pregunta con intenci6n de tentarlo" (Mt 22, 35).

De hecho, la pregunta que le hace el letrado era entonces una cuesti6n muy debatida en las
escuelas rabínicas. Entre los 248 preceptos y las 365 prohibiciones que distinguían en la ley, unas
eran consideradas graves y otras leves y discutían tratando de establecer una gradaci6n. La
pregunta, pues, trataría de hacer que Jesús tomara partido por una escuela determinada, lo cual le

Marcos. 66
acarrearla descrédito ante las otras.

Jesús no se limita a dar una respuesta, sino que quiere fundarla adecuadamente. Comienza
citando las palabras del "Shema, Israel" (Dt 6, 4-5), que todo buen israelita recitaba diariamente.
La argumentación se basa en que Dios es único; luego exige la plenitud de amor y servicio. Si
hubiera varios dioses, sería equitativo dividir el corazón entre ellos. El amor brota del centro de
la personalidad. No se trata de dividir al hombre en distintas facultades o potencias, sino de
insistir en la totalidad de la respuesta de la persona humana a Dios en el amor. El hombre debe
vivir centrado en Dios por entero.

Esta respuesta hubiera bastado, ya que sólo le preguntaba sobre el primero de los mandamientos.
Pero Jesús quiso asociarlo estrechamente con el segundo, que es el amor al prójimo, citando el
texto del libro del Levítico (19, 18).

En el Levítico se entiende por "prójimo" a todo israelita, al que está "próximo", excluyendo a
todos los demás. Así lo entendían en tiempo de Jesús. Aquí no quiere Jesús pronunciarse sobre
esta extensión del término, aunque lo hará en otras ocasiones (Lc 10, 2937) ampliando su
significado hasta abarcar a todos los hombres. El letrado, que había comenzado alabando a Jesús
por lo bien que había contestado a los saduceos, vuelve a alabarlo por la respuesta que acaba de
dar a su pregunta.

Jesús le responde que su rectitud moral lo está aproximando al Reino de Dios.

5. Contrarréplica de Jesús

Mc 12, 35-37

Cuando nadie se atrevía a hacerle más preguntas (12,34), toma él la iniciativa de plantearlas.

Jesús aborda la cuestión de fondo que está provocando la enemistad de los dirigentes del pueblo.
A Jesús lo han proclamado públicamente como Mesías. El pueblo sigue pensando en la restau-
ración de la dinastía davídica, es decir, esperan un Mesías que los libere políticamente del poder
de los romanos. La pregunta que se plantea es: "¿Va a conseguir el poder o no?". Se le ha
aclamado como "hijo de David", que se suele entender como sucesor de David. Jesús es hijo de
David, pero no va a instaurar el Reino davídico.

La pregunta de Jesús es más profunda: si se considera al Mesías simplemente como descendiente


y sucesor de David en línea carnal, no es suficiente para valorar adecuadamente su personalidad.
Jesús cita el salmo 110 que siempre ha sido considerado como mesiánico; en concreto, David se
refiere al Mesías en el texto aquí citado. A partir de estos datos, argumenta Jesús: si David llama
al Mesías " mi señor" no es suficiente decir que es su descendiente.

Es interesante la observación última de Marcos: "la gente disfrutaba escuchándolo".

Siempre ganan los mismos: los poderosos, los jefes. Aquí, aparentemente, ha ocurrido lo
contrario. Ha sido Jesús quien ha obligado a callar a sus adversarios, porque claramente es él
Marcos. 67
quien tiene razón. El desenlace último dará la victoria a "los de siempre": serán los jefes quienes
harán callar a Jesús llevándolo hasta la muerte. Pero será aquí donde podremos hablar de
"victoria aparente": el vencido, el crucificado será el vencedor definitivo.

TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO:

a) No dejarse vencer por el pesimismo.


b) No claudicar ante la oposición.
c) Luchar con esperanza.

2. C U E S T ION A R I O:

a) Ver

-Lo mismo que en estos textos quieren "cazar'. a Jesús, ¿conoces casos en que el hombre
honrado resulte molesto o se le quiera "cazar"?
-Ante esta oposición, señala casos de resistencia valiente o de cobarde claudicaci6n.
-Principales causas (a tu parecer) de los hechos indicados.

b) Juzgar

-¿Qué juicio te merecen los hechos expuestos en el apartado anterior?


-Razona detenidamente el juicio aportado.
-Ilumina este juicio con los textos leídos. notando de manera especial la actitud de Jesús ante
sus adversarios.

c) Actuar

-Ante la oposición que recibimos, como individuos o como grupo, ¿qué acciones podríamos
emprender?
-Entre todo el abanico de sugerencias propuestas en el grupo, elegir una acci6n concreta a
emprender.
-Los textos leídos, ¿qué actitud de conversi6n personal exigen?

Marcos. 68
TEMA XII

Hombre roto

La nueva y definitiva alianza

Cuando uno se siente solo, criticado, abandonado, traicionado. . .


se siente realmente roto.
El único medio para poder recomponerse
es encontrar una unidad interior
en fidelidad a sí mismo y en fidelidad a la propia misión.
Como es la vida, así es el fin.

En el tema décimo hemos ido descubriendo cómo Jesús lleva a su fin la antigua alianza; lo cual
él mismo va anunciando de manera simbólica con sus diversas acciones y actitudes. A partir de
su entrada mesiánica en Jerusalén, Jesús se encuentra Con la más radical y absoluta oposición
por parte de los responsables del pueblo.

En el siguiente tema hemos visto esa oposición sistemática en diversos enfrentamientos


dialécticos, apoyados en las preguntas que le presentan los más representativos detentores de la
autoridad: Sanedrín, fariseos, herodianos, saduceos y letrados. Todas estas disputas tienen lugar
en el interior del Templo o en sus alrededores, en donde se mueven a sus anchas los enemigos de
Jesús.

A partir de aquí, la oposición -más que dialéctica- va a ser personal. Aparentemente el derrotado
va a ser Jesús, que es condenado a muerte y muere en la cruz. Pero su muerte va a terminar en
resurrección. Antes de morir, anuncia que el Templo ha de ser destruido, sin que quede de él
piedra sobre piedra (13,2). El fin del Templo y de Jerusalén, con toda la angustia que Supone, no
coincide con el fin del mundo. Estos son sólo los primeros dolores, pero antes de que el mundo
acabe ha de ser predicada la Buena Noticia a todos los pueblos (13, 10) y los discípulos han de
sufrir persecución (13, 9). En este tiempo intermedio se va realizando el Reino de Dios en el
tiempo y en el mundo. Jesús anuncia el fin del poder político y religioso del pueblo judío,
mientras que los responsables del pueblo buscan acabar con Jesús.

1. Complot para matar a Jesús

Mc 14, 1.2

Mc 14,10.11

Con este capítulo 14 de Marcos comienza propiamente la historia de la Pasión. Marcos coloca al
principio un episodio que aclara todos los demás, al menos en cuanto dependen de los consejos
humanos. Pontífices y letrados, los dos grupos más influyentes del Sanedrín, se ponen de
acuerdo para “acabar" con Jesús. Celebran un conciliábulo con este fin dos días antes de la
Pascua y los Ácimos.

Marcos. 69
Al principio, la Pascua y los Ácimos designaban dos fiestas distintas. La Pascua era el sacrificio
del cordero, que se comía al atardecer del día 14 del mes de Nisán, aproximadamente nuestro
mes de abril, en recuerdo de la salida de Egipto. La fiesta de los panes ácimos -sin levadura-
comenzaba al día siguiente y duraba siete días. Pero ambas expresiones se empleaban para
designar las dos fiestas en su totalidad.

Los sumos sacerdotes y los letrados se reúnen para buscar el medio de apoderarse de Jesús,
valiéndose de una estratagema, para matarlo. Era necesaria la estratagema para evitar un
alboroto en el Pueblo durante las fiestas. Es preciso terminarlo todo antes de la Pascua, o dejar
el arresto para más tarde; pero, en este caso, Jesús podía escapar a Galilea. No les importa la
justicia y legalidad del caso; les importa únicamente guardar las apariencias, que el pueblo no se
les ponga en contra, que todo se realice con aparente normalidad.

La intervención de Judas precipita el acontecimiento al ofrecer a los sacerdotes el medio de


prender a Jesús clandestinamente, sin riesgo de tumulto. Marcos narra la gestión de Judas, sin
indicar los motivos que le inducen a este acto que será recordado Como la mayor traición en toda
la historia. Es de notar que nunca había nombrado a Judas en su escrito, salvo en la lista de los
Doce. Podemos imaginar que, a pesar de vivir en la intimidad con Jesús, no ha llegado a aceptar
decididamente los nuevos valores del Reino que Jesús presenta. Tal vez se sienta decepcionado
porque, después del episodio del Templo, está viendo el fracaso de Jesús que se avecina a pasos
agigantados. Por eso Judas vuelve a los valores antiguos, a los que nunca había renunciado del
todo: a la aceptación del dinero Como máximo valor ya la sumisión a la autoridad para que,
cuando llegue el momento del fracaso total, vuelva a ser admitido en el sistema triunfador.

Judas escribe una página negra que es recordada con horror, aun pasados los siglos. Es la página
de la traición, de la deslealtad, de la negación de la amistad y del triunfo del dinero. Nos
produce horror mencionar el nombre de Judas. . . tal vez con una actitud tan formalista como la
de los miembros del Sanedrín. Será hipócrita nuestra actitud de rechazo a Judas, si seguimos
estimando el dinero por encima de todos los demás valores, si no nos importa perder una amistad
o pisotear la justicia con tal de alcanzar unos beneficios económicos.

2. Unci6n en Betania

Mc 14, 3-9

Marcos nos da muchos detalles sobre el episodio: la clase del perfume, el precio que podía tener,
(trescientos den arios equivalen a un jornal medio de casi un año entero), el gesto de la mujer
rompiendo el frasco.

Cuando Jesús dice la palabra: “A los pobres siempre los tendréis Con vosotros”', Marcos
explica su sentido: "Podéis socorrerlos cuando queráis”. No quiere justificar la presencia
permanente de pobres como si ésta fuera la voluntad de Dios, sino que una buena obra no impide
la otra. Incluso completa la alabanza a la mujer: “Ha hecho lo que ha podido”, y la explica
como una anticipación de la sepultura.

Marcos. 70
Los judíos dividían las buenas obras en limosnas y acciones caritativas. Se juzgaba estas últimas
como superiores, incluyendo en ellas, entre otras, la inhumación de cadáveres. Jesús alude a esto
cuando indica que la mujer ha hecho una acción más excelente que la limosna, proveyendo a la
sepultura de Jesús. Deja en cambio Marcos cosas sin aclarar: no nos dice quién es la mujer
portadora del perfume, ni quiénes Son los que critican su acción. Lo sabremos por otros
evangelistas.

Jesús concluye con una especie de profecía: el recuerdo de esta mujer no podrá separarse del
relato de la Pasión y Muerte de Jesús. Todos los predicadores del Evangelio la cantarán y todos
los amigos de Cristo la bendecirán por haber hecho lo que cada uno de ellos hubiera querido
hacer: preparar con dignidad la sepultura de Jesús. El tiempo no borrará el recuerdo de lo que
ella hizo.

No es raro que critiquemos y nos Opongamos a determinadas obras buenas Con la excusa de
otras que juzgamos mejores o más urgentes. Pero dejamos por hacer unas y otras, manifestando
claramente que no era sincero el motivo de la crítica. Unas veces nos referimos en concreto 'a
este episodio queriendo rechazar cualquier obra que no sea la atención a estos pobres que
siempre tenemos con nosotros. Otras veces, en cambio, buscamos el sentido opuesto queriendo
justificar las controvertidas joyas y riquezas de la Iglesia porque hay que ofrecer al Señor lo
mejor. En el fondo, se están valorando las joyas y riquezas como supremos valores. De acuerdo
con que hay que ofrecer a Dios lo mejor, pero ¿con qué criterio valoramos lo mejor?

3. Cena pascual de Jesús

Mc 14,18-26

Dadas las circunstancias, Jesús no puede ir en pleno día a la casa en donde ha de celebrar la cena
de Pascua; envía a dos discípulos (14, 13). Cuando caiga la noche, él y los otros irán a reunirse
con ellos (14, 17).

Los discípulos no conocen al dueño de la casa, ni saben dónde vive. Lo cierto es que no pueden
quedarse en Betania, porque fácilmente serían descubiertos; mejor ir a la ciudad y perderse entre
la gente. Está ya en marcha el complot para perder a Jesús. Por eso da a los discípulos una
contraseña clandestina (14, 13-15) y no unas indicaciones claras. Debía haber un acuerdo previo
entre Jesús y el amigo que le va a ceder la casa para que celebren la cena.

Reunidos en tomo a la mesa, la alegría de una cena de amistad y de la fiesta solemne de la


Pascua queda empañada por ese halo misterioso que pesa sobre ellos. Jesús, el más intuitivo,
penetra profundamente en la situación. Comer juntos es el gran signo de amistad pero hay en
medio de ellos un traidor, uno que está sentado a la mesa y finge ser su amigo, cuando ya ha
prometido entregarlo a las autoridades. Por dolorosa que resulte la traición de uno de los suyos,
Jesús no desiste de su propósito que es cumplir hasta el final , los planes del Padre: "Este hombre
se va como está escrito de él".

El texto que relata la institución de la Eucaristía está excesivamente estilizado. Aquí, más que en
ningún otro sitio, se ve que el autor no tiene intención de narrar todo lo ocurrido, sino la línea
esencial tal como se recordaba cuando es puesto por escrito.

Marcos. 71
Lo primero que hace notar es que esta celebración -y el rito cristiano que instituye- debe situarse
dentro del banquete pascual del pueblo judío. Toma, pues, toda la densidad que para los judíos
tenía aquella celebración que les recordaba la antigua liberación de la esclavitud de Egipto, y le
añade una nueva nota que da cumplimiento a la antigua Pascua, llevándola a su perfección
definitiva. Para el pueblo de Israel, la Pascua era una solemne acción de gracias:

- por los bienes de la tierra, al comenzar la cosecha en primavera;


- por la liberación de la esclavitud de Egipto, que se realizó en una noche de Pascua;
- por la preservación de la muerte de los primogénitos, gracias a la sangre del cordero con
la que se señalaron las puertas de las casas;
- por el paso del Mar Rojo, que significó dejar atrás la esclavitud precedente;
- por la entrada en la tierra prometida, comenzando a vivir como un pueblo
independiente.

Todo esto adquiere mayor altura dentro de la perspectiva cristiana en la que en la Pascua se
celebra la muerte del nuevo cordero pascual. También los elementos que van a expresar la
Pascua cristiana tienen una gran riqueza de significado:

- el pan ácimo, recuerdo del pan de la salida de Egipto que no tuvo tiempo de fermentar, es
en lo sucesivo el Cuerpo de Cristo roto por el sufrimiento y la muerte y entregado a
todos;
- el vino de la copa, sangre del racimo de uvas, será en adelante la sangre derramada por
muchos. Esta expresión nos remite a los poemas del Siervo de Yahveh (Is 53,4. 11. 12).
Según la concepción bíblica, una alianza debe ser sellada siempre con sangre.

Así lo hicieron Abraham (Gn 15, 17) y Moisés (Ex 24, 5-8). Así, pues, va a concluirse una
Nueva Alianza. Es la Alianza que había anunciado Jeremías (31, 31-33): "Mirad que llegan días -
oráculo del Señor- en que haré Con la casa de Israel y la casa de Judá, una alianza nueva. No
como la alianza que hice Con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto:
Ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor -oráculo del Señor-. Sino que así será la
alianza que haré con ellos, después de aquellos días -oráculo del Señor-: Meteré mi ley en su
pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo".

La separación del cuerpo y de la sangre, que se recuerda Con las palabras y se recoge en el
doble rito del pan y del vino, refuerza aún más la idea de muerte: la sangre es para el semita
vehículo de vida (Lev 17, 11 ). Perder la sangre es perder la vida.

Pero la muerte de Jesús no es el punto final. Como tampoco el rito que la recuerda y actualiza.
La muerte desemboca en la resurrección y en el Reino escatológico que Jesús no ha hecho más
que inaugurar. Esto es lo que quieren decir las últimas palabras de Jesús: "Os aseguro que no
beberé ya más del fruto de la vid hasta el día en que lo beba, pero nuevo, en el Reino de Dios".
Con su resurrección Jesús instaura su Reino simbolizado aquí como en muchos otros pasajes por
la imagen del banquete escatológico. A partir de la .Resurrección de Jesús se han abieno las
puertas de la gran etapa y comienza ya el Reino escatológico. Con la Resurrección comienzan
"los últimos días". De hecho, a partir de la mañana de Resurrección veremos a los discípulos
comer Con Cristo Resucitado para retomar su comunidad de vida con ellos. y estas comidas han
tomado gran importancia a los ojos de los discípulos (Hch 10, 41). La perspectiva escatológica
es, pues, esencial al banquete eucarístico.
Marcos. 72
El pan y el vino que partimos en la mesa de la Eucaristía no pueden ser para nosotros Cristo
muerto, sino muerto y resucitado. Son cuerpo y sangre de Cristo tal como salió de la muerte por
su resurrección.

Esta es la suma de las maravillas cumplidas por Dios en favor de su pueblo, desde la elección de
Abraham hasta el fin de los tiempos; esto es lo que nosotros celebramos y por lo que damos
gracias, pasando por el gran acontecimiento de nuestra historia que fue la Pasión gloriosa del
Señor.

Terminada la cena, Jesús y sus discípulos entonan un himno de acción de gracias, como se
acostumbraba a hacer en el banquete pascual. y salen de la casa para dirigirse al huerto de los
olivos.

Por el camino, Jesús anuncia de nuevo su propia muerte y el abandono de los discípulos, incluida
la triple negación de Pedro. Cuando resucite -les dice- volverán a encontrarse en Galilea (14,27-
31).

TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO:

a) Afrontar con ánimo las traiciones de los amigos.


b) Discernir la raz6n o la sinraz6n de las críticas que se nos hacen. c) Celebrar la Eucaristía
como:
*Ofrenda personal con Cristo.
*Nuestra Pascua = liberación de nuestras servidumbres.
*Miembros del nuevo Pueblo de Dios.

2. C U E S T ION A R I O:

a) Ver
-Descubre en tu ambiente si hay actitudes de crítica que quieren justificar la propia pasividad.
-Descubre también si se dan traiciones, pequeñas o grandes. dentro de un grupo de amigos.
-Principales causas (a tu parecer) de los hechos indicados.

b) Juzgar
-¿Qué juicio te merecen los hechos expuestos en el apartado anterior?
-Razona detenidamente el juicio aportado.
-A la luz de los textos leídos:
*Juzgar las críticas y traiciones.
*Valorar nuestras celebraciones de la Eucaristía.

c) Actuar
-Ante las críticas que recibimos como grupo cristiano. ¿qué acciones podríamos emprender?
-Entre todo el abanico de sugerencias propuestas por el grupo, elegir una acci6n concreta a
emprender.
Marcos. 73
-¿Qué actitud personal debemos cambiar, a la luz de este tema?

TEMA XIII

La luz vence a la tiniebla

Pasión, muerte y resurrección

"No llores porque se ha puesto el sol:


las lágrimas te impedirán ver las estrellas".
La muerte no es el punto final.
El sepulcro no lo encierra todo.
Cuando la noche se cierra, está próximo el amanecer.

A cualquier lector del evangelio le llama la atención el lugar tan importante que ocupan los
relatos de la Pasión. ¿No sería más humano que ellos -los evangelistas-, testigos de Cristo
Resucitado, se ocuparan más de los aspectos positivos de la vida de Cristo y pasaran muy por
encima el "incidente" de la Pasión?

Ciertamente la Resurrección no ha favorecido una religión de evasión; este hecho -la


Resurrección- lleva a los discípulos a saber valorar en todos sus aspectos la vida de Jesús,
incluso los más desconcertantes, como éste de la Pasión.

Con mirada humana y comparándola con la Resurrección, la Pasión es una derrota, es una
humillación. Sin embargo, la gloria del Resucitado muestra que la Pasión no era en realidad una
derrota, sino un combate victorioso. Entonces el cristiano aprecia lo que de valor tiene la Pasión,
sobre todo de cara a nuestra vida, porque no nos evadimos de la realidad de la vida diaria, sino
que le damos otro enfoque y la superamos.

Una segunda constatación viene a precisar la primera. El relato de la vida pública de Jesús se nos
presenta en episodios fácilmente destacables unos de otros, sin embargo el de la Pasión nos
aparece todo muy ensamblado. Hasta el evangelio de Juan coincide en este relato de la Pasión
con los otros tres. Todo esto nos lleva a pensar que el relato de la Pasión fue hecho en un
esquema anterior a los evangelios. Luego, los evangelistas lo tomaron y lo completaron con los
testimonios que les llegaron. Cada evangelista ha reflejado en el relato su propia personalidad.
La Iglesia no es una comunidad inorgánica: tiene unos discípulos autorizados para velar por la
fidelidad del mensaje revelado. Sin embargo, los materiales utilizados en la exposición del
mensaje no son los mismos. Cada evangelista tiene sus peculiaridades propias. Marcos, en
concreto, nos presenta un relato sobrio, sin miedo a asustarnos. N o sólo expone el relato en su
Marcos. 74
cruda realidad, sino incluso buscando los contrastes y la paradoja. Quiere arrancarnos el acto de
fe, la sumisión al misterio (15, 39).

Hemos dicho que el relato de la Pasión es largo. En Marcos comprende dos capítulos; se le
dedica un espacio extremadamente desproporcionado respecto al resto. Para cada uno de
nosotros esto quiere decir que la Pasión requiere una larga consideración; que es necesario
contemplar mucho tiempo la Pasión del Señor; que debe tener parte importante en nuestro
conocimiento.

1. Oración en Getsemaní

Mc 14, 32-42

Ante la inminencia del desenlace que se avecina, Jesús se retira a orar. Empezó a sentir horror y
angustia. No es sólo la angustia ante la muerte, sino sobre todo ante la clase de muerte que le
espera. Es la angustia de morir como un criminal, abandonado de todos, incluso por el pueblo y
por los discípulos.

En Getsemaní encuentra sentido todo el relato de la Pasión, por la aceptación confiada que hace
Jesús de la voluntad del Padre (14, 36). Esta libre aceptación había sido anunciada por el Profeta
(Is 53, 7). Varios episodios la subrayan:

- "Se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura" (14, 8).


- “El Hijo del hombre se va como está escrito de él". Jesús entra en un designio, que es el
designio del Padre (14, 21).
- "Esta es la sangre que se derrama por muchos". La Eucaristía es el misterio que enseña
cómo Jesús acepta de corazón y adelanta en sí la Pasión (14, 24).

La única cosa que puede dar sentido a nuestros sufrimientos es que también nosotros lleguemos a
aceptarlos con Jesús.

Esto resulta a veces fácil, cuando percibimos los sufrimientos como tales (por ejemplo,
enfermedades no demasiado graves) y podemos tomarlos de la mano de Dios con paciencia,
ofreciéndolos ! por los demás. Pero cuando los sufrimientos se transforman en dificultades que
se identifican con nuestro ser, cuando terminamos por encontrarnos en situaciones a las que es
extremadamente difícil dar un sentido, entonces su aceptación es más problemática, porque no
nos sentimos libres y desprendidos ante ellos. Algunas veces lo más difícil de aceptar somos
precisamente nosotros mismos.

Jesús nos enseña que hasta que no lleguemos a esta aceptación libre y consciente, nuestros
sufrimientos no tienen sentido, y que empezarán a tenerlo cuando, de alguna forma, los hayamos
mirado a la cara, como lo hizo Él, y los hayamos aceptado con Él.

Al acercarse Jesús a sus discípulos los encuentra adormilados. Jesús sigue orando mientras ellos
duermen. Así aparece clara su irresponsabilidad, su miedo y su falta de realismo. Ellos no
quieren ver la realidad, la gravedad de la situación. No quieren afrontar los hechos como son.
Jesús, sin embargo, sí afronta la realidad. La prueba viene a todos y sólo la resiste el que ora,
porque la fuerza viene de Dios. Por eso Jesús, tras su oración, vuelve a ser él mismo.
Marcos. 75
Absolutamente dueño de sí, afronta la realidad: "Ha llegado la hora: este hombre va a ser
entregado en manos de pecadores".

2. Prendimiento

Mc 14, 43-52

La hora de Jesús queda determinada por la llegada de Judas. Marcos busca el choque de los
hechos, la dura realidad, el estilo directo:

- Judas / uno de los Doce. - Un beso/una traición.


- Con espadas y palos / estaba todos los días con vosotros.

La escena termina con el abandono de todos.

3. Juicio ante el Sanedrín

Mc 14, 53-72

Los evangelistas no nos narran todo el proceso detalladamente. Sólo aquellos aspectos que, a la
luz de la revelación, podemos considerar Como más interesantes.

Marcos insiste en la dignidad mesiánica y en los malos tratos. Después de haber situado el
episodio y presentado a los personajes (14, 53-55) narra el sumario. Se busca "hacer morir" a
Jesús (14, 55); pero no hay pruebas válidas. Marcos cita sólo lo de la destrucción del Templo,
señalando las contradicciones en los testigos. La reacción del sumo sacerdote ante la afirmación
mesiánica de Jesús es la contraria de la que cabría esperar. Acusaciones de blasfemo, ultrajes, es
reo de muerte (14, 64-65). Hasta su más ardiente discípulo lo niega. Se nota el contraste de la
dignidad de Jesús y los ultrajes de que es objeto.

Dos escenas paralelas: Jesús en el piso de arriba, donde confiesa ante el Consejo que él es el
Mesías. Pedro, en el piso de abajo, que reniega de Jesús.

Marcos no cita el nombre del sumo sacerdote, quizá para indicar que la injusticia es de la
institución misma. El Consejo en pleno busca un testimonio para condenarlo a muerte (55). Esto
es, Jesús ya estaba condenado. De lo que se trata es sólo de cumplir los trámites legales del
sistema, de darle aspecto legal al asesinato. Jesús, mientras tanto, calla. No hay posibilidad de
diálogo y de defensa ante la mala fe.

Continúa el interrogatorio: " ¿Tú eres el Mesías?". Jesús ya se había declarado Mesías en la
entrada en Jerusalén. Pero aquí rompe su silencio y contesta claramente: "Yo soy". Ya no se le
puede confundir con un zelote porque él se ha entregado sin violencia a la policía cuando fue a
detenerlo. Y añade: "Veréis que este Hombre, sentado a la derecha del Todopoderoso, viene
entre las nubes del cielo". Es como decir: vosotros me condenáis a muerte, pero yo soy el Mesías
y Dios está conmigo. Por eso, con mi muerte, voy a comenzar a reinar

Para el sumo sacerdote y los que lo rodean, Jesús ha blasfemado porque ha dicho que ellos se
oponen a Dios. Y se rasga las vestiduras. Todos se pusieron a escupirle ya darle bofetadas. . .
Marcos. 76
porque lo odiaban. Le tenían rencor desde el enfrentamiento del Templo. Toda la rabia, el coraje
y la agresividad acumulados ante Jesús les salen ahora de dentro y por eso lo maltratan. y
también los guardias lo recibieron a bofetadas, como sus amos.

4. Juicio ante Pilato

Mc 15, 1.20

El interrogatorio que nos presenta Marcos es esquemático hasta la oscuridad. No se nos da


ninguna explicación. De nuevo el contraste de personajes y situaciones.

El proceso romano es el proceso de los judíos contra el Rey de los judíos. Proceso extraño. Pilato
trata de informarse. Jesús calla. Pilato está desconcertado. Para liberarlo, lo pone a nivel de un
vulgar homicida. El pueblo, instigado por los sacerdotes, prefiere al homicida y pide la cruz para
Jesús. Pilato cede. Los soldados romanos se inspiran en el título de Jesús para sus crueles burlas.

Es de subrayar el silencio de Jesús, el interés de los sacerdotes por conseguir su condena y la


resistencia del gobernador a acceder a ello, cediendo finalmente al deseo de la multitud; una
multitud que estaba al lado de Jesús en las controversias con las autoridades de Jerusalén, pero
que ahora se deja manipular por los sacerdotes. El evangelista nos presenta a Jesús como Rey y
Mesías condenado a muerte.

5. Crucifixión y muerte

Mc 15, 21-41

La muerte de Jesús es el suceso capital de la historia de salvación. El Evangelio nos invita a una
consideración más atenta que nunca. Podríamos distinguir el desarrollo del relato y la revelación
de Cristo.

En el desarrollo del relato nos encontramos diversos momentos:


- Episodio de Simón. Nos da los nombres, como más adelante el de las santas mujeres,
para que el que quiera consulte a los testigos.
- Crucifixión. Jesús es reconocido como "rey de los judíos", pero en un contexto que
contradice totalmente esa dignidad.
- Burlas . Se le echa en cara que no sea capaz de bajar de la cruz. Así nos manifestaría su
mesianismo. El evangelista nos lo narra para llevarnos al misterio.
- Tinieblas. Es la hora del juicio de Dios. Aparentemente da la razón a los hombres. En
medio de las tinieblas, Jesús da un grito (cita del salmo 22). De momento, todo queda
enigmático. Sin embargo, Dios se ha dado plenamente.
- Muerte de Jesús y repercusiones. Parece que todo se haya acabado, en el sentido
negativo de la expresión. En realidad, todo ha acabado, pero en sentido positivo: todo se
ha cumplido. Dos signos lo atestiguan: el velo del Templo se rasga y la profesión de fe
del centurión. Estos signos nos fijan el sentido del suceso.
- Mención de las santas mujeres.

Este relato también nos muestra una revelación de Cristo. Hay elementos anteriores en la
revelación que, sin este final, se quedan en enigma; y, del mismo modo, el final, sin otros
Marcos. 77
elementos anteriores, es inexplicable.

- La persona de Jesús. El signo más definitivo sobre la persona de Jesús es la confesión


de fe del centurión. Por un lado, es un contraste frente a las burlas de los sacerdotes, que
necesitaban verlo bajar para creer. Por otro lado, apoya la solemne declaración de Cristo.
- La declaración solemne. Jesús se afirma Mesías, Hijo de Dios, en un sentido que es
juzgado blasfemo por los judíos. Para ellos, una cosa era el Mesías del salmo 110 y otra
el "hijo del hombre" de Dan 7 , 13. Por eso, al unir Jesús los dos nombres, ésa era para
ellos una innovación extraña.
- Tradición mesiánica. El salmo 110 se sitúa en la línea del mesianismo davídico, pero
nada nos dice de que la escena de sentarse sea celeste; pudiera tratarse de una
participación terrestre del poder de Dios.
- Tradición apocalíptica. La visión de Daniel se sitúa en la línea de las visiones o
teofanías impresionantes, donde se revela la gloria de Yahveh. Sin embargo, se distingue
de las otras teofanías:
. No es una aparición de Dios sobre la tierra, es sobre las nubes del cielo (Dan 7,
13).
. No aparece un solo personaje, sino dos: el anciano de los días (7, 9) ya
continuación, el hijo del hombre (7, 13).
. En otras teofanías, todo el que se acerca a Dios va temblando; aquí el "hijo del
hombre" se acerca a recibir el poder divino, casi al mismo plano de Dios. Sin
embargo, la profecía queda confusa, porque no nos dice quién es este "hijo del
hombre". ¿Es ángel u hombre? , ¿colectividad o individuo? No nos lo aclara.

- Unión de las tradiciones. La declaración de Jesús realiza la unión de dos textos. Esto es una
revelación nueva. El hijo del hombre es un hombre verdadero, no aparición misteriosa.
Descendiente de David, en el que se realizan las profecías mesiánicas, y sentado a la derecha del
poder divino. Su poder se ejerce en y desde un plano celestial. Esta afirmación de Jesús provoca
la acusación de blasfemo.

- Tradición del justo que sufre. Las dos tradiciones anteriores se completan con esta tercera del
poema del siervo de Yahveh (Is 53) según el cual, antes de llegar la glorificación, viene el
máximo abatimiento. Esto está en la línea del AntiguoTestamento (Isaac, José, Moisés, los
profetas, los justos de los salmos. . .). Por este sacrificio (Is 53, 10) obtiene la justificación de
muchos (53, 11) y llega a la glorificación (53, 12). En medio del aspecto tenebroso de los
sucesos últimos en Marcos, el único rayo de luz es la declaración del centurión. De ahí su
importancia.

- La obra de Cristo. El rasgarse el velo del templo tiene una importancia extraordinaria. En el
juicio ante el Sanedrín, el único testimonio contra Jesús que cita Marcos es la destrucción del
Templo. Tiene todos los aspectos de ser una profecía de Cristo. El morir Cristo y rasgarse el velo
quiere decir que el antiguo orden de las cosas ha terminado, la presencia de Dios ha abandonado
el templo y este templo viejo ha sido reemplazado por otro templo nuevo: el Cuerpo de Cristo, al
que tienen acceso también los gentiles.

- Relación con los otros temas. Cuando David quiere construir un templo a Dios, Dios no acepta.
Será el mismo Dios quien se lo construya a David en un descendiente suyo (2 Sam 7, 1-16). Más
allá incluso de las destrucciones sucesivas del templo, la promesa de Dios conserva su valor.
Marcos. 78
Jeremías lo atestigua (33, 1422). Por eso el tema del templo une también los otros temas: el del
siervo de Yahveh (= destrucción del templo) y la profecía de Daniel (=glorificación).

El suceso del Calvario, pues, en Marcos fusiona todas las profecías que de otro modo serían
ininterpretables. El suceso del Calvario revela la persona y la obra del Hijo de Dios, nuevo
Templo.

6. Sepultura

Mc 15, 42-47

José de Arimatea era miembro del Sanedrín, pues era un distinguido consejero. Aguardaba el
Reino de Dios. Comprende que no ha estado bien lo que han hecho, aunque él ha participado en
la condena. Éste es el que pide el cuerpo de Jesús armándose de valor.

Y Jesús es puesto en el sepulcro cuya entrada queda cubierta con una losa. Esto simboliza el fin
de la historia. Pero la muerte de Cristo no es un punto final, sino un punto de partida. Las
mujeres observan dónde lo ponen, Estas mujeres serán el eslabón que une la muerte de Cristo
con su resurrección (vv 40-41).

7. Resurrecci6n

Mc 16, 1.8

Es un dato admitido hoy por los exegetas que el evangelio de Marcos termina en 16, 8. El resto
es una recopilación posterior tomada de los otros evangelistas.

Los cuatro primeros versículos, que enlazan con el relato de la sepultura (Marcos hace notar que
las mujeres observaban dónde lo colocaban), son puramente descriptivos. Las mujeres van al
sepulcro para embalsamar el cuerpo de Jesús, ya que la fiesta del sábado no les había permitido
dedicarle el tiempo necesario. Les preocupa la gran piedra que cubre la puerta del sepulcro.
¿Quién la removerá?

Apenas llegan," se suceden las sorpresas. La piedra ha sido ladeada, Ven a un joven, con túnica
blanca, sentado a la derecha. Las mujeres quedaron sobrecogidas de espanto.

Todos los detalles del relato nos hacen pensar en la aparición de un personaje celeste. Sigue el
mismo esquema con que en la Biblia se relatan estas apariciones. Lógicamente, la primera
palabra de este personaje es “no temáis". El joven es portador de un mensaje que debe ser
escuchado: “Buscáis a Jesús, el nazareno, el crucificado; no está aquí. Ha resucitado". Después
añadirá: “Mirad el lugar donde lo pusieron". Se trata de la revelación explícita de un hecho de
fe: "Ha resucitado ". La constatación del sepulcro vacío es un hecho posterior que sirve para
confirmar la verdad fundamental. De ningún modo es una premisa de una argumentación
apologética. No creen las mujeres en la resurrección porque ven el sepulcro vacío; creen por la
palabra del joven y entonces observan -no antes- que el sepulcro está vacío.

A continuación, el joven les da un encargo: deben decir a los discípulos, y especialmente a


Pedro, que vayan a Galilea; allí se les manifestará como les había dicho. Galilea, el lugar en
Marcos. 79
donde se desarrolla en su mayor parte el evangelio de Marcos y en donde Jesús llama a los
discípulos, será también el lugar donde es reconstruida la comunidad de los Doce.

El relato termina de un modo desconcertante. El silencio de las mujeres deja sin cumplir la orden
recibida. Las mujeres, cuya única preocupación era embalsamar el cadáver, huyen llenas de
turbación. Su huída nos recuerda la de los discípulos, porque tampoco entienden el misterio de
Jesús.

Este silencio encaja perfectamente en el "secreto mesiánico" tan cuidado por Marcos:
- no hay testigos en el bautismo (1, ll);
- impone silencio a los malos espíritus (1, 24-25. 34; 3, 11-12);
- a los enfermos curados (1,44; 5,43);
- a los discípulos (8,27-33);
- en el monte de la transfiguración (9,2-10).

Hay que esperar a la hora de morir Jesús para que un hombre, un pagano, lo reconozca como
Hijo de Dios (15, 39). Ahora la revelación suprema, la de la resurrección del crucificado, llena a
las mujeres de terror, de modo que caen en el mutismo. Pero el secreto de Jesús había de
manifestarse un día (4,21-22; 9,9) yel silencio de las mujeres debía cesar. Su desconcierto en la
mañana de Pascua pone fin a la evocación dramática, a lo largo de todo el evangelio de Marcos,
de la impotencia humana para penetrar el misterio revelado de Jesucristo.

Así, pues, todo el relato se ordena en torno a la revelación, proveniente de Dios, del misterio de
la resurrección del crucificado. Dirigido a unas mujeres que sólo piensan en un muerto y en
arreglar el sepulcro en que ha sido encerrado, pero en el cual no se encuentra ya nada de él, la
revelación adquiere un relieve impresionante y deja a quienes la oyen en completa turbación.

Esto es lo esencial, en torno a lo cual se organizan todos los elementos del relato. De los
personajes no se dice más que lo indispensable para el relato. Sus reacciones ante la aparición del
ángel, y luego respecto a su mensaje, sólo se indican por una cierta preocupación psicológica. Su
única función es enfrentarse, o mejor verse enfrentadas, a pesar suyo, con un misterio
impenetrable y sentirse presas del temor que expresa en la Biblia el total desconcierto del
hombre ante las manifestaciones de Dios. Así mismo, la única función del ángel es revelar ese
misterio, esa intervención de Dios, remitiendo al mismo tiempo a la revelación de que han de
beneficiarse los discípulos, y especialmente Pedro. Estamos muy lejos de un relato
circunstanciado sobre una experiencia vivida y contada en el plano de la psicología humana. El
significado teológico de la escena eclipsa cualquier otro interés: la resurrección del crucificado
no es idea de un hombre, sino un acto de Dios. Sólo puede ser revelada contra toda expectativa
humana. El evangelio de Marcos alcanza aquí su cima más alta.

De todas formas, está claro que Marcos no nos habla de la resurrección sólo en estos ocho
versículos. Si nos fijamos bien, este evangelio se debe leer desde el principio bajo la luz de la
presencia de Jesús viviente. Empieza en efecto con estas palabras: "Evangelio de Jesucristo, hijo
de Dios". La actividad de Jesús se proyecta como presencia entre nosotros del Hijo de Dios, que
la muerte no puede anular. Aquel Hijo en el que Dios se complace y, por lo tanto, aquél en que
vive. En consecuencia, todo el relato está hecho no sobre un Jesús pasado y acabado, sino sobre
un Jesús que es el viviente. Por lo tanto, tiene valor la consideración de las llamadas de Jesús, los
Doce con él, la mutua comunión de vida; esta experiencia es permanente porque Jesús es el Hijo
Marcos. 80
de Dios que no se ha quedado en la muerte, sino que vive. Las palabras que leemos tienen un
sentido hoy y se dirigen a nosotros.

El evangelio de Marcos está escrito y meditado en la certeza de la aceptación de que Jesús vive y
habla hoya los suyos y los llama, así como ha llamado junto al lago o en el monte, y continúa
explicando su verdadera identidad a la Iglesia.

Se podría, quizá, valorar también de esta forma el uso del presente: Jesús va, pasa, llama, dice.
Esta forma Podría -no desde el enfoque de rígida Prueba estética, sino en la fe- haber sido
elegida para presentar a Jesús como aquel que hoy vive, llama, anuncia, exige, invita, reprocha.
Jesús se presenta Como aquel que vive en la Iglesia y Puede por tanto ser fuente de llamada.
Una persona que puede ser concretamente seguida, aceptada, reconocida, amada. No es una
catequesis del pasado, sino una presentación de las exigencias de Jesús: viviente ahora en la
Iglesia.

TRABAJO EN GRUPO

1. EN ESTE TEMA HEMOS DESCUBIERTO:

a) Importancia del sufrimiento en la propia vida y aceptación consciente.


b) Actuar con dignidad ante un juicio injusto.
c) Contemplar la muerte de Cristo como desenlace de su vida.
d) Encuentro con Cristo a la luz de la resurrección.

2. C U E S T ION A R I O:

a) Ver
-¿Qué situaciones podríamos señalar, de nuestra vida o de nuestro ambiente, que reflejen
-por semejanza o por contraste- las situaciones que encontramos en el tema?
-Principales causas (a tu parecer) de esas situaciones expuestas.

b) Juzgar

-¿Qué juicio te merecen los hechos indicados en el apartado anterior? -Razona


detenidamente el juicio aportado.
-A la luz de los textos leídos, cómo valorar:
*Los sufrimientos.
*La muerte.
*La esperanza de resurrección.
Marcos. 81
c) Actuar

-Para que todo esto tenga reflejo en nuestra sociedad, ¿qué acciones podríamos emprender?
-Entre todo el abanico de sugerencias propuestas por el grupo, elegir acción concreta a
emprender.
-¿Qué renovación personal, de criterios o actitudes, exige este tema?

Marcos. 82
Resumen - conclusión del evangelio de Marcos
Paso a paso, día a día, hemos ido descubriendo la Persona de Jesús, Al final de cada tema hemos
presentado un resumen de lo descubierto, Queremos ahora, acabada la primera etapa que es el
evangelio de Marcos, ofrecer un resumen acumulativo en el que veamos con un solo golpe de
vista la figura de Jesús.

PRIMER MOMENTO: ¿QUIEN ES JESUS?

Jesús es la Buena Noticia que es preciso acoger con alegría, El Evangelio se identifica con el
mismo Cristo. Para encontrarnos personalmente con él y aceptarlo necesitamos la conversión, es
decir un cambio de mentalidad y de actitudes.

Juan Bautista, puente de enlace entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, precursor inmediato de
Jesús, nos ofrece el testimonio de su vida y de su palabra para disponer a la conversión a cuantos
quieran escucharlo.

Jesús, solidario con el pueblo pecador, se acerca al Jordán para ser bautizado por Juan, Al
instante se rasga el cielo y se deja oír la voz del Padre: "Tú eres mi Rijo", Jesús toma conciencia
de su misión y se deja poseer por el Espíritu, En el retiro del desierto es tentado por Satanás,
pero su intimidad con el Padre lo ayuda a vencer las tentaciones aceptando plenamente el plan de
Dios sobre Él.

En eso consiste fundamentalmente el Reino de Dios: aceptar y realizar el plan de Dios. Este
Reino se ha hecho, pues, presente en la persona de Jesús. Y está en nosotros si lo aceptamos.

Jesús comienza su ministerio enseñando con autoridad, es decir, convencido de lo que dice y
viviendo lo que enseña: es coherente consigo mismo.

En sus actitudes y con su palabra se opone a las tradiciones recibidas, puesto que ni la pura letra
de la ley ni las costumbres rutinarias tienen sentido. El espíritu ha de estar abierto a la novedad
de vida. La ley no ha de esclavizar al hombre, sino que, poniéndose a su servicio, ha de
conseguir su bien.

En la oración busca Jesús la intimidad del Padre, como medio para descubrir sus planes y
cumplirlos con entrega filial.

La autoridad que muestra Jesús quedaría vacía si se redujera a solas palabras. Está, en cambio,
acreditada con signos numerosos que son anticipo de su misión salvadora. La presencia de
Cristo es victoria frente al espíritu del mal, frente a todo lo que se opone al Reino de Dios. Un
signo más palpable es la victoria sobre la enfermedad y todo mal físico, haciéndonos libres para
servir.

Es igualmente signo de la presencia del Reino la aproximación a los marginados, a quienes


reintegra a la sociedad de la que están excluidos.

Menos visible, pero no menos real, es la liberación del pecado, que es raíz de todo mal.
Marcos. 83
También es vencida la muerte como anticipo de una vida que no acaba. El Reino ya presente es
portador de vida.
¿Quién es éste capaz de realizar tales signos?

Desde el primer momento, Jesús toma la decisión de no actuar solo. Busca discípulos que lo
sigan para formar comunidad. A cada uno lo busca en el lugar en donde está. Llama a gente
sencilla ya gente de mala fama.

Entre todos los que lo seguían y escuchaban sus palabras, eligió a los que él quería, Doce, para
que estuvieran con él y para enviarlos a predicar .

Envió a los Doce a pueblos y aldeas, sin medios materiales en que apoyarse. Ofrecen a todos, sin
imponerlo, un mensaje de salvación, predicando el arrepentimiento y acompañando su
predicación con signos.

Muchos son los que siguen a Jesús y oyen su predicación. Unos aceptan su Palabra y creen en él.
Otros, en cambio, endurecen el corazón y lo rechazan. Ciertamente la Palabra de Dios es eficaz,
pero su germinación depende de las condiciones del terreno.

A los discípulos se revela en plenitud el misterio del Reino. A los otros, sólo en parábolas. Por
falta de comprensión y de reflexión, por exceso de preocupaciones y por afán de dinero, queda
sin fructificar la semilla, que es la Palabra de Dios.

El Reino, pequeño e insignificante en sus comienzos, crecerá y se desarrollará por la misma


fuerza interior de la Palabra.

Los comienzos de la predicación de Jesús alcanzaron un éxito deslumbrador: de todas partes


acudían a él las gentes.

Pronto al éxito siguió la desconfianza, el cansancio, el abandono, el desprecio y el rechazo


frontal.

Sólo los discípulos, pocos en número, lo siguen, aunque llenos de incomprensión y de ceguera.
Las gentes no llegan a interpretar los signos que Jesús ofrece, sólo intuyen que se encuentran
ante un personaje importante, un profeta enviado por Dios, tal vez Juan Bautista vuelto a la vida,
o Elías que viene a preparar la llegada del Mesías.

Únicamente Pedro confiesa abiertamente: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios".

Esta respuesta marca el centro del Evangelio.

SEGUNDO MOMENTO: EL MESÍAS HA DE MORIR Y RESUCITAR

Jesús acepta la respuesta de Pedro, pero necesita matizarla, Efectivamente es él el Mesías, el


Cristo; pero el Mesías que ha de ser rechazado. Ha de morir y resucitará al tercer día. Se
encamina resueltamente a cumplir la voluntad del Padre.
Marcos. 84
La actitud de los discípulos denota una fe inmadura. Ellos se esperaban un Mesías glorioso y
triunfante y no entienden el sentido del sufrimiento. La Postura de Pedro aparece como
"satánica" porque quiere apartarlo de los planes del Padre.

"Como en el Jordán, también ahora el Padre deja oír su voz,' se hace presente en el camino de su
Hijo y acredita la decisión de Jesús, ofreciendo como un anticipo de la Resurrección.

Cuanto dice Jesús de su propio destino debe trasponerse a los discípulos: han de negarse a sí
mismos y seguir a Jesús porque sólo la muerte lleva la vida.

El discipulado exige espíritu de servicio, de modo que ocupe el primer puesto quien más
dispuesto esté al servicio, con actitud de acogida a todos, especialmente al más débil, y actitud de
apertura y comprensión.

Gradualmente va Jesús aleccionando a sus discípulos: es necesaria la fe y la oración para vencer


al mal. Es necesario superar una bondad superficial y cómoda, con un desprendimiento efectivo
de cuanto nos dificulta la entrada en el Reino. Sólo dejándonos iluminar por Cristo podemos
seguirlo.

Cuando llega Jesús a Jerusalén, el pueblo sencillo lo acoge y aclama como Mesías, en medio de
un ambiente adverso. Los responsables del pueblo, en cambio, acentúan su hostilidad. La
Antigua Alianza está tocando a su fin.

La higuera que no da fruto no merece ocupar un lugar. Es necesario manifestar la vida interior
con obras externas.

La aceptación del Evangelio supone una Buena Noticia y una novedad de vida. Las antiguas
instituciones -incluso el Templo- son caducas y deben ya desaparecer. La historia antigua ha
tenido un desenlace fatal. Hay que iniciar una historia nueva, la del nuevo Pueblo de Dios.

Jesús se ve asediado por los fariseos, por los herodianos, por los saduceos y por los letrados, pero
no se deja vencer por el pesimismo, a pesar de saber que lo buscan para condenarlo. No claudica
ante la oposición, sino que lucha con esperanza de victoria. Jesús se encuentra roto por la fuerza
brutal de los acontecimientos, por la decisión del Sanedrín que quiere darle muerte, por la
traición de uno de sus amigos y por las críticas indiscriminadas que le hacen.

En este ambiente tenso, y con el corazón lacerado, celebra la Cena de Pascua. En ella ofrece su
sangre como sello de una Alianza Nueva. Es la nueva Pascua, la liberación de nuestras
servidumbres, iniciando el nuevo Pueblo de Dios.

Cara a cara con el sufrimiento y con la muerte, ratifica su voluntad de aceptar plenamente la
voluntad del Padre. Ante el juicio inicuo se comporta con toda dignidad. Su propia muerte
arranca el grito de fe del capitán que lo contempla.

El encuentro con el Resucitado cambia por completo la visión de las cosas . La luz vence a la
tiniebla.

Marcos. 85
***
Así nos presenta Marcos la Persona de Jesús. ¿La aceptamos? ¿Nos parece que vale la pena
seguirlo? Podríamos reunirnos en grupo, sin prisas, en una reunión larga y distendida, en un
retiro o convivencia. A la luz de todo lo visto, resumir lo más característico de la Persona de
Cristo y de su mensaje; hacer una síntesis de la vida del discípulo de Cristo y de los criterios
fundamentales que lo distinguen.

Y CELEBRARLO.

Celebrar la alegría de la Buena Noticia que hemos escuchado, la alegría del encuentro personal
con Cristo, la alegría de la fe que en nosotros ha comenzado a germinar.

Celebrar litúrgicamente todo esto sería digno colofón de esta primera etapa del Camino, a la que
seguirán otras tres etapas.

Marcos. 86

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