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Rodríguez Cázares Noelani Belén

TRABAJO FINAL

ENSAYO DE LITERATURA COMPARADA SOBRE EL AMOR DESTRUCTIVO


EN LA MITOLOGÍA. LA TRANSFIGURACIÓN.
Lamentación de Dido, Fedra, Yuki Onna la mujer de nieve.

Desde siempre me ha interesado bastante la mitología, porque entiendes en parte la historia


y un supuesto origen de los pueblos, de la humanidad y de la civilización. Es incluso útil para
darte idea de cómo se originan los fenómenos que no podemos comprender del todo. Hablo
de la expresión “darte una idea” cuando quiero decir que le das una lógica a algo que no sabes
con precisión u objetivamente, y es por eso que lo menciono en estas líneas, la mitología no
es un libro de historia precisamente, ni siquiera una religión sino una consecuencia de la
crónica de un espacio y tiempo determinado por sus habitantes.
La mitología es parte y un recurso importante de la literatura, no sólo por la
inspiración de comunicar lo que nos interesa de ella, sino que es una parte de nuestras
costumbres e historia que te conlleva imaginación, alegoría, simbolismo, lógica, pensamiento
mágico y comparación o representación de la humanidad, sobre todo en el carácter y el
comportamiento humano.

El primer impulso que tuve para hablar sobre el tema del amor destructivo en la
mitología no tiene que ver con un hecho romántico o melodramático de mis gustos o
preferencias en la lectura. Recuerdo el primer acercamiento que me ligó a ello; fue en clases
de diplomado de análisis dramático por parte de un maestro de mi facultad. Leyendo a
Prometeo Encadenado (Esquilo) y a Antígona (Sófocles) se abrió el tópico de la pasión, entre
muchas cosas también del amor y la tragedia por destrucción. No soy una experta para definir
cada uno de estos conceptos, mucho menos me romperé la cabeza con el de amor, sin
embargo sí quisiera partir de la escuela de Luisa Josefina Hernández que el profesor Fernando
Martínez Monroy ha enseñado y para este trabajo hablaré acerca del amor como virtud y su
transformación a defecto: el odio y el amor destructivo. A su vez la pasión es el punto de
convergencia en el que puedo relacionar las tres obras que escogí.

Retomando el por qué escogí este tema, en las clases antes mencionadas salió a
colación el poema de Rosario Castellanos, Lamentación de Dido. La lectura en voz alta fue
lo que captó inmediatamente mi atención y enseguida me volví la fanática del mito de la
Reina Dido. Debo decir que, aunque sea un ensayo no puedo evitar desligar mi gusto personal
por este mito pero sigo diciendo con una intención objetiva desde el estudio de mi carrera
que Rosario Castellanos alcanzó (al menos en mí) la anagnórisis y a provocar una catarsis.
Ahondaré en ello más adelante, pero creo que esta obra no sólo es un poema sino un
monólogo del personaje Dido.

Al principio pensé en tomar tres obras que retomen mi mito predilecto,


específicamente La Eneida de Virgilio, Las Heroydas de Ovidio y Lamentación de Dido de
Castellanos. Después, por recomendación de mi profesor Carlos Azar, decidí también hablar
de cómo funciona la transfiguración en relación con el amor destructivo para la mitología,
por lo que escogí otras dos obras que tengan el punto de convergencia de la pasión y la
transfiguración. Las obras escogidas finalmente para este ensayo son: Lamentación de Dido,
Fedra del autor romano Séneca y un cuento del folclore japonés llamado Yuki Onna (la mujer
de nieve).

Pasión
Los humanos somos seres altamente complejos de estudiar debido a la mente y al
comportamiento no sólo por el instinto sino dentro de una sociedad, en una civilización y en
relación directa con la familia u otros núcleos. El carácter, el temperamento y la personalidad
son inherentes al cuerpo de la persona y la relación entre estas con las emociones y los
sentimientos nos llevan a experimentar cosas difíciles de expresar con palabras, incluso este
es el punto en el que nos sirve el arte, la poesía, la literatura, la música, etc.

Hoy en día utilizamos a la pasión como un elemento del amor, de las relaciones
carnales, del sexo, del lívido, del querer a alguien o de sentir un gusto muy basto por algo.

La pasión que yo utilizaré para este trabajo es una que tiene más relación con su
etimología. Pasión viene del latín passio que significa “sufrimiento” y esta traducción viene
a su vez del griego páthos que es la acción de padecer. En clases de filosofía, como en la
Antigua Grecia, la pasión también se define como una enfermedad del alma, es decir, tiene
una connotación negativa.

La pasión es un momento en el que la persona se encuentra en un desequilibrio


emocional y está más en la locura que en la razón. Este estado del humano es destructivo si
no se logra recobrar la razón.

Transfiguración
El recurso de la transfiguración puede no ser explícito en muchas obras o en los mitos. Un
ejemplo que puede ser muy bueno, ya que está de moda, es la Sirenita, el cuento de Hans
Christian Andersen y no la princesa Disney referente de todos. La Sirenita se convierte en
espuma de mar después de terminar destruida viendo que su amado se queda con otra, pero
él será feliz aunque no sea a su lado.

En el mito de la Reina Dido, posterior a su brutal suicidio y destrucción de Cartago se asocia


con que ella se convierte en un sauce, perteneciente a la familia del sauce llorón que crecen
a la orilla de los ríos. En Fedra no vemos transfiguración en la obra de Séneca pero la mujer
se ha asociado con el fuego, con la soledad y las ramas atrapadas en la tierra que no pueden
crecer. En el cuento de Yuki Onna, vemos no el origen preciso del mito sino cómo el amor
destructivo lleva a la mujer de las nieves dejar su modo humano y convertirse en una ventisca
de nieve.

El amor
Hablar de amor es un dolor de cabeza porque al ser un concepto abstracto que no tiene forma
ni una relación objetiva o altamente explícita con las leyes de la física confunde por la
necedad de una definición. No puedo definir al amor, personalmente creo que no se puede en
su totalidad. En la química puede tener una explicación y definición suficiente pero que no
satisface a todas las mentes. El amor a como lo he entendido gracias a la literatura y a la vida
es una experiencia y como tal esa parte de esta cualidad no se podrá explicar con las palabras
que estoy escribiendo.

Así como uno tiene una definición por la Física de los colores, un rango en el espectro
electromagnético que se refleja y con la visión ocular podemos experimentar, nunca se
asimilará completamente hasta que lo experimentes en un laboratorio. Así es el amor de
complejo, en otro contexto el amor es una virtud y un estado en el que se encuentra un
equilibrio entre lo que uno es con lo amado que necesita de atracción y de dos partes.

El amor destructivo es el punto en el que el amor se convierte en una pasión, en un


defecto que te lleva a un error y como un ciego necio no se permite ver por carácter, por
temperamento o por la locura.

Fedra de Séneca
El mito de Fedra:

Fedra fue la hija de Minos y Pasifae, reyes de Creta y hermana de Ariadna


quien conoció a Teseo (rey de Atenas) en el laberinto del Minotauro. Ariadna y Teseo se
casaron y escaparon juntos de Creta. En una misión de Heracles, Teseo conoció a la reina
amazona Antíope, la secuestró y tuvieron un hijo llamado Hipólito, quien es también
protagonista de este mito. Al parecer Teseo también se casó con Antíope y para hacer la carga
más difícil, después fue arreglado en matrimonio con Fedra por lo que el rey tuvo que dejar
a las dos anteriores mujeres.

Durante la boda de Teseo y Fedra ocurre una batalla entre atenienses y amazonas
perdiendo estas últimas. Antíope muere durante la lucha e Hipólito se queda con Teseo.

El nuevo matrimonio tiene dos hijos, Acamante y Demofonte. Hipólito parece ser un
misántropo y no mantiene una buena relación con las mujeres, mucho menos con Fedra. El
punto de partida del conflicto es que Hipólito es adorador de la diosa Artemisa, pero aborrece
a la diosa de la pasión, del amor o la lujuria, Afrodita. Afrodita celosa de Artemisa y molesta
porque Hipólito le odiaba hizo que Fedra se enamorara pasionalmente de Hipólito. En el
mito, Fedra le declara amor a su hijastro siendo rechazada ya que él no podía concebir una
relación con la esposa de su padre, mucho menos por ser incestuosa. Esto llevó a Fedra a la
locura y decidió suicidarse no sin antes culpar a Hipólito dejando una carta donde confesaba
que su hijastro trató de violarla.

Teseo encontró muerta a Fedra con la carta, creyó las palabras escritas en ella y le
pide a Poseidón, su padre el rey de los mares, que matara a Hipólito lo cual sucedió fatalmente
cuando Hipólito montaba en un carruaje siendo impactado por una ola gigante del mar.

La obra de Séneca nos narra este mito, sin embargo, retrata a Hipólito como un joven
misógino más que misántropo y ermitaño siendo seguidor de la caza y de Diana (mitología
romana) que vive en la selva. Fedra le confiesa su amor por tener un ardor en el pecho de la
pasión que siente, sin embargo, Fedra no se suicida, sino que le miente en persona a Teseo
diciéndole que su hijo trató de violarla. Teseo enfurecido comete el mismo asesinato que en
el mito y al concretarse, Fedra no puede con la culpa por lo que decide suicidarse. Teseo le
descubre y pregunta el motivo de su decisión a lo que Fedra confiesa honestamente. Teseo
se da cuenta del error que cometió al creer en Fedra y se lamenta por su hijo, entonces castiga
a Fedra mandándola bajo tierra viva.
Fedra fue desafortunada por amar a alguien imposible para ella, la intervención de los
dioses son recursos de la mitología que se utilizan para disfrazar el error humano. Por su
parte Hipólito tenía un carácter fuerte y despiadado sobre todo a las mujeres que potenció las
acciones de Fedra al ser rechazada. Fedra sí fue la víctima de un amor destructivo no solo
por amar a su hijastro, sino que ella estaba ya casada e importaba mucho su posición e
imagen. Fedra sentía un deseo carnal por Hipólito y el rechazo se convirtió en pasión, un
momento de locura que padecía y no soportaba. Al final, Fedra termina en la soledad y la
inminente muerte que seguro sentía en cámara lenta le esperaba. Al final Fedra se convierte
en una parte de la Tierra inmóvil y pasiva como lo es uno en la pasión.

Yuki Onna, la mujer de nieve. Leyenda del folclore japonés.


Hace varias semanas tuve un proyecto en mi escuela de japonés que trataba de escuchar un
cuento en japonés desde una cuenta de Youtube, PopoKids. Yo tuve que transcribir todo el
cuento en japonés y no traducirlo sino tratar de entenderlo en el idioma. El cuento me pareció
interesante a primer instinto. Decidí incluirlo en este trabajo para darle diversidad a las
mitologías que se pueden relacionar. La obra anterior perteneció a la mitología griega y
romana, esta a la japonesa.

Les contaré a grandes rasgos un poco de la mitología japonesa y de este mito, ya que el cuento
sólo se encuentra en japonés por el momento y pertenece a un autor anónimo.
En la religión, en el folclore y la mitología japonesa es recurrente encontrar espíritus
o espectros llamados youkai1. Yuki Onna se traduce como mujer de nieve, (yuki=nieve,
onna=mujer) es un espíritu representativo por su popularidad en la literatura, la animación y
el manga. Pertenece a una leyenda que viene desde los lugares más altos y del norte de Japón.
Yuki Onna es una mujer alta y muy blanca, hermosa, de cabello largo y profundamente negro
que suele aparecerse en las noches nevadas.

Su apariencia puede ser aterradora por la transparencia o palidez de la piel, usa un


kimono blanco o también se ha representado como una mujer desnuda en la nieve. Como es
común en las leyendas japonesas, este espíritu no tiene pies por lo que se desliza a través de
la nieve sin dejar huella.

El cuento comienza con un hombre llamado Minokichi que se encuentra en una


montaña buscando refugio para pasar la noche durante la tormenta de nieve. Sutilmente
gracias a la dirección por la que lo lleva la ventisca llega a una cabaña donde logra
establecerse. En la noche se le aparece el espíritu de Yuki Onna para conocerlo y decirle que
debe ayudar a todo aquel que le pida refugio, pero antes de eso le pide que haga una promesa,
nunca debe contarle a nadie, en ninguna circunstancia sobre ella ni de su aparición.

Mas tarde, en la cabaña alguien toca la puerta pidiendo ayuda. Minokichi abre y ve a
una mujer envuelta en mantas que le pide refugio al menos por unos momentos. Minokichi
duda al principio, pero acepta en ayudarle.

Estando los dos dentro de la cabaña, Minokichi se da cuenta que es una mujer muy
hermosa y esta le dice su nombre, Oyuki. Después de pasar un rato juntos, se dan cuenta que
se gustan. Pasa el tiempo, ellos siguen juntos, tienen hijos y son felices.

Durante una tormenta de nieve Oyuki y Minokichi están hablando y el hombre le


confiesa lo que le pasó hace bastantes años con la aparición de la mujer de nieve. En ese
momento Oyuki se pone triste y seria, mira a Minokichi y le contesta: “los humanos no
cumplen sus promesas”. Oyuki deja su forma como humano y se transforma en Yuki Onna.
Como Minokichi rompió su promesa Oyuki, o mejor dicho la mujer de nieve, decide irse, le
dice que lo ama, que cuide a sus hijos y que cumpla sus promesas. Sale por la puerta, se
convierte en nieve y la ventisca crece más. Minokichi se queda esperando que le perdone,
pero no pasó… Yuki Onna pasó a ser parte de la tormenta de nieve.

Puede que este relato haya sido algo simple pero nos muestra cómo un espíritu que
puede cambiar su apariencia a voluntad quiso vivir como humano y lo logró, pero las
promesas son valiosas y fuertes las cuales no deben romperse en ninguna ocasión y al hacerlo
se rompe también el corazón. La mujer de las nieves se relaciona como una depredadora de
hombres. Es una leyenda que trata de darle un sentido al congelamiento de las personas en
las montañas nevadas durante alguna ventisca. Tiene la forma de una mujer por el sentido de

1
Espectros o espíritus que por lo general tienen partes humanas, animales y cualidades también de ambos.
seducción y ternura que se le quiere dar a la historia y aunque no sea estrictamente un amor
destructivo, fue una desilusión y la ruptura de una promesa seria. ¿qué sería del humano sin
los acuerdos? O de las reglas…

Oyuki regresa a ser nieve después de descubrir que su esposo, a quien amó y con quien
compartió parte de su vida, se olvidó de la promesa, no pudo cumplir el guardar un secreto.

Lamentación de Dido de Rosario Castellanos


Rosario Castellanos escribió un poema sublime, un monólogo personal donde hay
sufrimiento, dolor, melancolía, soledad y desesperación. La pasión es un elemento
indiscutible que profesa la decisión de Dido.

El mito de Dido va en que ella ahora es una reina que ayudó a fundar la ciudad de
Cartago en el continente africano donde hay varios pueblos los cuales algunos se encuentran
en disputa, sin mencionar la guerra de la que viene el protagonista Eneas.

La historia de Dido está representada más ampliamente en la Eneida del autor romano
Virgilio. El pueblo confía en Dido y al llegar el embarque de unos desconocidos los someten
a un juicio para decidir si queman sus tropas y toman como prisioneros a los náufragos o los
acogen como visitantes y refugiados en la ciudad. Dido, con la fama de ser una reina justa y
balanceada, tiene piedad por lo que las tropas de Eneas son bien recibidas en la costa.

La diosa Juno (de los personajes principales de la Eneida) tiene desprecio por el
pueblo al que pertenece Eneas por lo que Cartago ahora es aborrecible para ella. Habla con
Venus y ésta al ser la diosa del amor, somete un plan en el que el héroe Eneas y la Reina
Dido se encuentren presos en una cueva donde se enamoran y comparten cuerpo. Es cierto,
que los dos se enamoran y también ambos poseen temperamentos fuertes. Sin embargo,
Eneas es bastante más ambicioso y centrado en sus misiones, no duda en abandonar el amor
por su supuesto deber.

Júpiter manda a Mercurio como mensajero para Eneas, él tiene que dejar esas tierras
para retomar su misión y ayudar a fundar Roma, luchar en la guerra y ganar. Eneas decide
dejar a Dido y comenzar a embarcar, pero es descubierto por la reina y discuten entre ellos.
Eneas parte el corazón de Dido cuando le dice que no puede estar con ella y debe seguir su
destino, que se lo han impuesto los dioses y él prefiere hacerlo así. Sin embargo, Eneas nunca
le dio un adiós. Eneas parte en sigilo, sin decirle a nadie. Mientras, Dido regresa al pueblo en
busca de su hermana para buscar ayuda y consejo, le manda a poner en una pira bajo un
acantilado todas las ropas y armas que Eneas dejó, entre ellas va una espada que será parte
de una gran tragedia. La ciudad de Cartago es atacada por la furia de Juno, por los enemigos
de Eneas y por la guerra. Dido está perdiendo todo e incluso ya no regresa con la misma
imagen que tiene. Es más, Dido no regresó siendo la reina del pueblo, sino sólo a armar el
plan del suicidio pues no puede soportar que Eneas, el hombre que más ha amado, se haya
ido. Ni siquiera el dolor se compara a cuando murió su antiguo esposo.

La hermana de Dido, Ana, se encarga del desvarío que causó la intrusión de los
pueblos enemigos, por lo que no reconoce las verdaderas intenciones de la reina. Eneas partió
y en medio del mar contempla la destrucción de las nobles tierras que lo habían recibido con
cariño y amabilidad. Sin embargo, es muy tarde, la ciudad está destruida y Dido con los pies
arrastrando, llenos de dolor y vergüenza sube hasta la cima de donde se tira para caer sobre
la pira que alzó con las cosas de Eneas. Ana se lamenta, mientras Dido moribunda termina
por rezar a los dioses piedad por su pueblo.

Dido murió sin venganza porque su corazón no lo aclamaba, su suicidio no solo fue
por la desesperación de un corazón roto y de una reina en ruinas. Con el saco de vergüenza
y de culpa por desatender al pueblo quiso que su muerte significara un sacrificio para los
dioses y entonces dejaran su tierra en paz. Lo logró, pero después de un tremendo acto.

Esta es la historia que nos narran en la Eneida Libro IV, Rosario Castellanos escribe la Dido
de Virgilio pero impregnándola de algo más de pasión y desesperación. La lamentación de
Dido es la historia que el personaje nos quiere contar, nos explica lo que ella fue, lo que es y
cómo terminó destruyéndose.

“Dido la abandonada, la que puso su corazón bajo el hachazo de un adiós


tremendo.”

La transfiguración en Dido es representada como una metamorfosis a un sauce llorón, de los


que crecen a las orillas de los ríos. Precisamente creo que se vuelve una rama de un sauce,
pues este tiene muchas ramas y con eso hace alusión a que Dido es una de las tantas mujeres
que viven el abandono y pasa a ser la misma historia, como Castellanos menciona:
“Destinos como el mío se han pronunciado desde la antigüedad
con palabras hermosas y nobilísimas.
Mi cifra se grabó en la corteza del árbol enorme de las tradiciones.”

Parte de la lamentación de Dido es no haber sido suficiente para detener a Eneas, ni para
acompañarlo, ni para ella misma. Habla del amor pasional como la embriaguez, el momento
en que la pasión se acaba y prevalece para equilibrarse se convierte en amor pero si se
mantiene en la locura o en su defecto, este se desvanece, da lugar al dejo que también provoca
la embriaguez; la locura, la soledad y el abandono.

“Pero el hombre está sujeto durante un plazo menor a la embriaguez.


Lúcido nuevamente, apenas salpicado por la sangre de la víctima,
Eneas partió.

Nada detiene al viento. ¡Cómo iba a detenerlo la rama


de sauce que llora en las orillas de los ríos!”

Y una de las cosas más bellas de la obra es definitivamente la definición que nos da de la
pasión:
“Ah, los que aman apuran tósigos mortales. Y el

Veneno enardeciendo su sangre, nublando sus ojos,

Trastornando su juicio, los conduce a cometer actos

Desatentados; a menospreciar aquello que tuvieron

en más estima; a hacer escarnio de su túnica y a

arrojar su fama como pasto para que hocen los cerdos.

Así, aconsejada de mis enemigos, di pábulo al deseo y

Maquiné satisfacciones ilícitas y tejí un espeso

Manto de hipocresía para cubrirlas.

Pero nada permanece oculto a la venganza. La

tempestad presidió nuestro ayuntamiento; la

reprobación fue el eco de nuestras decisiones.”


En el poema de Rosario Castellanos, básicamente Dido no muere.

“Ah, sería preferible morir. Pero yo sé que para mí no hay muerte.

porque el dolor- ¿y qué otra cosa soy más que

dolor?- me ha hecho eterna.”

Se dice que la demencia la persigue y que la vergüenza es algo que suma haciendo que se
vuelva insoportable vivir. Dido no muere, porque se siente ya muerta de tanto dolor.
El sauce llorón es metáfora de las miles de mujeres o personas que sufren el abandono, pero
entonces ¿cómo funciona la transfiguración para la mitología? En este caso tuvimos la
oportunidad de ver ejemplos de la mitología romana, griega y japonesa.
En resumen, la transfiguración es un símbolo del duelo y la muerte de una pasión y por la
misma mano de la pasión. La mitología y la literatura utilizan la transfiguración como una
metáfora de la muerte y el renacer. Hay una cadena que está destinada a la muerte
comenzando con la atracción, transformándose en amor, pasando por la pasión hacia la
desilusión o la traición. Después de esto, la persona vive un proceso de duelo que tiene que
sufrir y soportar. En el último caso, Dido se suicida porque no logró aguantar tanta desgracia.
Fedra tuvo su castigo y se asocia con el fuego que se consume tanto que termina destruida y
sola. Yuki Onna, sufrió la decepción y regresó a ser un espíritu, se convirtió en la nieve que
había dejado de ser antes para volverse fuego con Minokichi. Dido sufrió por su primer
esposo, Siqueo, a quien vengó. Sin embargo, ya no pudo hacer lo mismo con Eneas pues el
amor no fue suficiente y en Dido estalló hasta ser destructivo, murió y se convirtió en parte
de la naturaleza. Las tres murieron, pasaron por un duelo y renacen de forma que su
sufrimiento se ha inmortalizado, tal cual lo hizo Rosario Castellanos con su poema
Lamentación de Dido.

FIN.
 Mitología griega- Mito de Dido y de Fedra. Lamentación de Dido de Rosario
Castellanos.
 Escritura romana- Fedra de Séneca.
 Mitología japonesa- Leyenda Yuki Onna (la mujer de nieve). Se retoma en varios
mangas y cuentos.

Fuentes de consulta:
VIRGILIO. Eneida. Trad. Francisco Montes de Oca, Editorial Porrúa. México. 2012.

SÉNECA. TRAGEDIAS II Fedra. Trad. Jesús Luque Moreno. Editorial Gredos. Madrid.
1980.

Cuento Yuki Onna. Tomado de: https://www.youtube.com/watch?v=HLLzxi58QPY Consultado


el 29 de junio de 2019.

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