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11 de mayo del 2019

Misal
de
confirmación
MONICIÓN DE ENTRADA
CANTO DE ENTRADA (Coro)
MONITOR
Hermanos: nos hemos reunido para celebrar la Confirmación de algunos miembros de
nuestra comunidad de bautizados. La Confirmación es uno de los tres sacramentos de la
iniciación cristiana. Nuestro Padre Obispo, Luis Martín Barraza Beltrán, como
representante de Jesucristo en la diócesis, preside esta asamblea, en la cual el Espíritu
Santo, que ya habita en el corazón de los bautizados, se les infundirá con mayor plenitud,
a fin de hacerlos madurar y crecer como cristianos. Renovemos nuestra fe en la presencia
del Espíritu del Señor en medio de nosotros, y dispongámonos a recibir, tanto los que se
han de confirmar como los que ya lo estamos, una nueva efusión de sus dones.

SALUDO DEL OBISPO


Obispo:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R. Amén
La Paz esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.

ACTO PENITENCIAL
Queridos hermanos y hermanas:
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía nos llama ahora a
la conversión. Reconozcamos pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza
la misericordia de Dios.

Un Papá:
Nosotros: los padres, nos damos cuenta de que no siempre hemos dado ejemplo de vida
y de valores cristianos a nuestros hijos.
Todos: Perdónanos y enséñanos a dar testimonio de ti.

Una catequista:
A veces los catequistas olvidamos nuestro papel como educadores y no estamos entre
nuestros alumnos con una presencia activa y amistosa.
Todos: Perdónanos y enséñanos a formar hombres y mujeres de bien.

Joven por confirmarse:


Dios y Padre nuestro, tú nos pides que amemos a los demás como los amó Jesús. Pero a
veces no hemos sabido ser buenos compañeros y amigos, no hemos correspondido a los
esfuerzos de nuestros padres y no hemos respetado a nuestros maestros.
Todos: Perdónanos y enséñanos a amar.
Joven por confirmarse:
Dios y Padre nuestro, tú nos llamas a participar de tu vida. Pero a veces hemos preferido
los espectáculos, conversaciones y valores que nos alejan de ti.
Todos: Perdónanos y ayúdanos a descubrirte en nuestro mundo.
Obispo:
Dios Padre tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
R: Amén.

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SEÑOR TEN PIEDAD (Coro)
Gloria (Coro)

ORACIÓN COLECTA
Obispo
Envía Señor, sobre nosotros a tu Santo Espíritu, para que caminemos todos en la unidad
de la fe y sostenidos por la fuerza de su amor, podamos llegar a la madurez de la vida en
Cristo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
R: Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA
MONITOR:
Las lecturas de la palabra que escucharemos a continuación nos enseñarán cual es el
sentido de la vocación cristiana, y de la presencia del Espíritu Santo. Sentido y presencia
que hoy celebraremos con el rito de la confirmación. Escuchemos con atención.

PRIMERA LECTURA
“El Señor ha puesto sus ojos en mí y me ha salvado”
Lectura del libro Hechos de los Apóstoles 2, 42-47

Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la fracción del


pan y a las oraciones.
Toda la gente sentía un santo temor, ya que los prodigios y señales milagrosas se
multiplicaban por medio de los apóstoles. Todos los que habían creído vivían unidos;
compartían todo cuanto tenían, vendían sus bienes y propiedades y repartían después el
dinero entre todos según las necesidades de cada uno.
Todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y
compartían sus comidas con alegría y con gran sencillez de corazón. Alababan a Dios y se
ganaban la simpatía de todo el pueblo; y el Señor agregaba cada día a la comunidad a los
que quería salvar. Ésta es Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Alabemos al Señor, respondiendo del Salmo 27.

R. El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación. ¿A quién temeré?


El Señor es la fuerza de mi vida ¿Quién me hará temblar?
Cuando se acercan a mí los malhechores a devorar mi carne, son ellos, mis adversarios y
enemigos, los que sucumben.
R. El Señor es mi luz y mi salvación.

Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no teme.


Aunque estalle una guerra contra mí, también allí tengo confianza.
R. El Señor es mi luz y mi salvación.

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Una cosa he pedido al Señor, solamente busco: habitar en la casa del Señor todos los días
de mi vida para probar la dulzura del Señor y contemplar su santuario.
R. El Señor es mi luz y mi salvación

Él me dará cobijo en su cabaña en el día de desdicha, me esconderé en secreto en su


morada, sobre una roca me levantara.
Y ahora se alza mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, imploraré en su Casa
sacrificios de alabanza, cantaré al Señor himnos de alegría.
R. El Señor es mi luz y mi salvación.

ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO (Coro)


Aleluya, Aleluya.
R. Aleluya, Aleluya.
“Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu
amor”.
R. Aleluya, Aleluya.

EVANGELIO.
“Como tú me enviaste al mundo; al mundo los envió yo también”.
Lectura del evangelio según San Juan: 17, 18-26.

Jesús dijo a sus discípulos: “Yo los he enviado al mundo, como tú Padre me enviaste a mí.
Por ellos yo me consagro a ti, para que ellos también se consagren a ti, por medio de la
verdad. Pero no te ruego solamente por ellos, sino también por los que van a creer en mí
mediante su mensaje.
Te pido que sean uno lo mismo que lo somos tú y yo, Padre. Y que también ellos vivan
unidos a nosotros para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado a ellos
la gloria que tú me diste a mí, de tal manera que puedan ser uno, como lo somos nosotros.
Yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a la unión perfecta, y el mundo pueda reconocer
así que tú me has enviado, y que los amas a ellos como me amas a mí.
Padre yo deseo que todos estos que tú me has dado puedan estar conmigo donde este
yo, para que contemplen la gloria que me has dado, porque tú me amaste antes de la
creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido; yo, en cambio, te conozco y todos estos han
llegado a reconocer que tú me has enviado. Les he dado a conocer quién eres, y
continuare dándote a conocer, para que el amor con que me amaste pueda estar también
con ellos y yo mismo este con ellos.
Esta es palabra de Dios.
Todos: Gloria a Ti, Señor Jesús.

PRESENTACIÓN DE LOS CONFIRMADOS


Catequista:
Ahora presentaré al Sr. Obispo y a toda la comunidad a los candidatos a recibir el
sacramento de la Confirmación.

Señor Obispo, estos jóvenes fueron bautizados con la promesa de que serían “educados
en la fe” y que “un día recibirían por la confirmación la plenitud del Espíritu Santo”. Ese

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fue el compromiso que sus papás y padrinos adquirieron en el Bautismo. Como
responsable de la Instrucción catequética, tengo la satisfacción de poder decir a toda la
comunidad aquí presente y a usted, nuestro pastor, que estos jóvenes han recibido la
catequesis conveniente a su edad. Ellos son:

HOMILÍA

RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO


MONITOR:
Ahora los padrinos encenderán una vela que simboliza la luz que recibieron en el
bautismo estos jóvenes cuando eran niños. El Señor Obispo preguntará a los candidatos
a ser confirmados sobre su disposición para aceptar las responsabilidades que supone el
sacramento que van a recibir y les exhorta a recibir la luz de Cristo.

Obispo:
Ahora, antes de recibir el don del Espíritu Santo, conviene que renueven personalmente
la profesión de fe, que sus padres y sus padrinos hicieron, en unión con toda la Iglesia, el
día de su Bautismo, y renuncien a todo lo que aparta del Reino de Dios, prometiendo
seguir a Jesucristo con fidelidad de los Apóstoles y los mártires. Para ser verdaderos
cristianos, deben ustedes esforzarse por evitar todo aquello que lleve al pecado.

Confirmados:
Hoy que tenemos la edad y la madurez necesaria para aceptar y crecer en la fe que un día
nuestros padres y padrinos aceptaron por nosotros, estamos dispuestos a renunciar a
todo aquello que lleva al pecado, porque sabemos que es negación de Dios, y así
renunciamos:

Confirmados Hombres: al egoísmo, la violencia y la venganza, como contrarias a las


enseñanzas de Cristo.

Confirmados Mujeres: a la mentira, a la envidia y al odio, a toda injusticia que lesiona los
derechos de los demás.

Confirmados Hombres: buscaremos la ayuda de Dios para vencer la pereza, la cobardía,


la inclinación a la vida cómoda y a la sensualidad.

Confirmados Mujeres: amaremos a los demás a ejemplo de Cristo reconociendo lo bueno


que hay en los demás, perdonando sus errores, no burlándonos de sus diferencias,
ayudando a todo aquel que nos necesite.

Obispo:
Entonces, hagamos ahora con esta comunidad cristiana que hoy los recibe, una profesión
pública y solemne de nuestra fe: ¿Creen en Dios, Padre todopoderoso creador del cielo y
de la tierra?
Jóvenes por confirmarse:
Sí, creo

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Obispo:
¿Creen en la santa Iglesia Católica en la comunión de los santos, en el perdón de los
pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?
Jóvenes por confirmarse:
Sí, creo

ASENTIMIENTO DE LA COMUNIDAD
Todos:
Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos profesar en Cristo, Señor
nuestro.
R. Amén.

IMPOSICIÓN DE MANOS
Monitor:
Pueden apagar su vela. El día de Pentecostés, los Apóstoles recibieron una presencia muy
especial del Espíritu Santo. Los obispos, sus continuadores, trasmiten desde entonces el
Espíritu Santo como un don personal por medio del sacramento de la Confirmación, que
ahora se va a comenzar con la imposición de las manos del Obispo. La imposición de
manos es uno de los gestos que aparecen habitualmente en la historia de la salvación y
en la liturgia para indicar la trasmisión de un poder, de una fuerza, o de unos derechos.
Ahora el Señor Obispo les impondrá las manos y en el momento que les indique se
arrodillarán.
Unámonos a su plegaria y oremos en silencio al Señor.

Se ponen de pie.

Obispo:
Oremos hermanos, a Dios Padre todopoderoso por estos hijos tuyos que renacieron ya a
la vida eterna en el bautismo, para que envié abundantemente sobre ellos al Espíritu
Santo, a fin de que este mismo Espíritu los fortalezca con la abundancia de sus dones, los
consagre con su unción espiritual y haga de ellos imagen fiel de Jesucristo.

(Pasan al altar a la imposición de manos)

Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que has hecho nacer de nuevo a
estos hijos tuyos por medio del agua y del Espíritu Santo, librándolos del pecado, escucha
nuestra oración y envía sobre ellos al Espíritu Santo consolador: Espíritu de sabiduría y de
inteligencia, Espíritu de consejo y de fortaleza, Espíritu de ciencia, de piedad y de tu Santo
temor.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

CRISMACIÓN
MONITOR:
Hemos llegado al momento culminante de la celebración. El padrino se pondrá detrás de
su ahijado y colocará su mano derecha sobre el hombro de éste. El Obispo les impondrá
la mano y los marcará con la cruz gloriosa de Cristo para significar que son propiedad del

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Señor: dar testimonio de la verdad y ser, por el buen olor de las buenas obras, fermento
de santidad en el mundo.
Los padrinos pueden pasar con sus ahijados.

(El Obispo unge con el Santo crisma y hace la señal de la cruz sobre la frente del
confirmado diciendo):

Obispo:
N., RECIBE POR ESTA SEÑAL + EL DON DEL ESPÍRITU SANTO.
Confirmado: Amén.
Obispo: La paz sea contigo
Confirmado: Y con tu espíritu.

ORACIÓN DE LOS FIELES


Obispo:
Queridos hermanos: Oremos a Dios Padre, unidos en la misma fe, en la misma esperanza,
en la misma caridad, que proceden del Espíritu Santo.
Confirmado:
Por nosotros, los que acabamos de ser confirmados, para que el don del Espíritu Santo
que nos ha hecho miembros más perfectos del pueblo de Dios nos arraigue en la fe y nos
haga crecer en el amor, y así demos con nuestra vida testimonio de Jesucristo.
Roguemos al Señor
Todos: Te rogamos Señor.

Confirmado:
Por nuestros padres y padrinos, para que, con su palabra y ejemplo, nos ayuden a seguir
a Cristo y a ser fieles a nuestros hermanos.
Todos: Te rogamos Señor.

Confirmado:
Por la santa Iglesia de Dios congregada por el Espíritu Santo: para que en comunión con
el Papa Francisco I, nuestro Obispo Luis Martín, y todos los obispos, crezca en la unidad
de la fe y el amor hasta que el Señor vuelva.

Todos: Te rogamos Señor.


Confirmado:
Por toda la humanidad, para que los hombres y mujeres que tienen un mismo Creador y
Padre, se reconozcan hermanos, sin discriminación de raza o de nación, y busquen con un
corazón sincero el Reino, que es paz y gozo en el Espíritu Santo.
Todos: Te rogamos Señor

Obispo:
Señor, que enviaste a tus Apóstoles el Espíritu Santo y quisiste que por medio de ellos y
sus sucesores, ese mismos Espíritu fuera comunicado a los demás creyentes: te rogamos
que estos nuevos confirmados puedan difundir en el mundo los mismos frutos que
produjo la primera predicación evangélica.

Todos: Amén.

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LITURGIA EUCARÍSTICA
CANTO DE OFERTORIO (Coro)

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Obispo:
Recibe, Señor, las oraciones y ofrendas de tus fieles, y tú que has perfeccionado en ellos
la semejanza con tu Hijo, haz que por la participación en el memorial de su sacrificio, que
nos mereció a tu Espíritu Santo, pueden dar con su vida testimonio del Señor resucitado.
El cual vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Obispo:
Bendice, Señor, sin cesar a estos hijos tuyos, que has consagrado con la unción del Espíritu
Santo y alimentado con el sacramento de tu Hijo, para que superen todas las
adversidades, alegren a tu iglesia con la santidad de su vida, y que con su trabajo y con su
amor hagan crecer tu reino por todo el mundo. Por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.

Bendición de cruces (Obispo)

BENDICIÓN Y DESPEDIDA
Obispo:
Que Dios todopoderoso, que los ha adoptado como hijos, haciéndolos renacer del agua y
del Espíritu Santo, los bendiga y los haga siempre dignos de su amor paternal.
Todos: Amén

Que el hijo Unigénito de Dios, que prometió a su Iglesia la presencia continua del Espíritu
de verdad, los bendiga y los confirme en la confesión de la fe verdadera.
Todos: Amen.

Que el Espíritu Santo, que encendió en el corazón de los discípulos el fuego del amor, los
bendiga y, consagrándolos en la unidad, los conduzca a través de la vida, a los gozos del
Reino eterno.
Todos: Amén.

Y que a todos ustedes, aquí presentes, los bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo y
Espíritu Santo.
Todos: Amén.

Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden irse en paz, nuestra celebración
ha terminado.
Todos: Demos gracias a Dios.

CANTOS DE SALIDA (Coro)

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