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UNIVERSIDAD PÚBLICA EN ARGENTINA

UN ANÁLISIS EMPÍRICO SOBRE EL SISTEMA

Luraschi, Matias Santiago


matias_luraschi@icloud.com

Resumen:
Este documento busca realizar un análisis sobre la estructura universitaria de la Republica
Argentina. Si bien en nuestro país rige un sistema de gratuidad universitaria con prácticamente
nulos requisitos de admisión y permanencia, se observa que son los sectores de mayor ingreso
de la población los que verdaderamente se benefician de estas características. Por otro lado, se
exhibe que el nivel socioeconómico y educacional del núcleo familiar del estudiante son
determinantes que permiten lograr la permanencia y posterior concreción del titulo universitario.
De esta manera parecería generarse un circulo vicioso mediante el cual los estudiantes
provenientes de familias con menor ingreso no serian capaces de conseguir la graduación. Por
otra parte, dadas las características intrínsecas del régimen de educación superior, existe una
falla importante en el sistema de incentivos de los estudiantes, lo cual repercute en los costos y
en la eficiencia del mismo. Se concluye que cambios en la forma de financiamiento podrían
generar incentivos suficientes para un mayor aprovechamiento de los recursos y lograr una
verdadera inclusión de los sectores más vulnerables de la sociedad, vetados de facto de este
derecho.

Universidad Nacional de Córdoba - Facultad de Ciencias Económicas


1
Indice
I. Introducción 3
II. Nivel de educación de la población argentina 4
III. Distribución de los graduados universitarios de acuerdo a su nivel de ingreso 5
IV. Gastos en educación superior 7
V. Incentivos y eficiencia dentro del sistema 7
VI. 1. Características sobre el entorno socioeconómico de la población universitaria. 9
VI. 2. Diferencias entre los estudiantes de instituciones privadas y publicas. 11
VII. Comentarios finales 11
VIII. Bibliografía 13

2
I. Introducción


En 1918 tuvo lugar en la Republica Argentina un acontecimiento que cambiaría para siempre al
país: la Reforma Universitaria. El objetivo de la misma era democratizar el acceso universitario y
acercar la universidad a la sociedad toda. Se buscaba distanciarse del modelo aristocrático y
elitista reinante hasta ese entonces. Dicha reforma propuso, entre otras cosas, la eliminación de
aranceles para posibilitar que cualquier persona tuviese la posibilidad de estudiar, permitiendo en
ultima instancia el ascenso social.


Sin embargo, habiendo pasado ya un siglo desde que este evento tuviera lugar, la realidad del
sistema universitario en Argentina dista enormemente de parecerse a aquel ideal por el cual
lucharon los revolucionarios. 


Si bien el colectivo imaginario argentino se atrevería a afirmar que la gratuidad y las condiciones
de libre acceso y permanencia han permitido que gran parte de la población pueda gozar de los
beneficios de la educación superior, veremos que desafortunadamente la realidad se diferencia
formidablemente de la creencia popular.

Con la realización de este informe mostramos que son los sectores de mayor ingreso los que en
realidad se benefician del sistema publico de educación superior. Por otro lado, vemos que la
proporción de personas pertenecientes a los sectores de más bajos recursos tiene serias
dificultades para ingresar, permanecer y posteriormente concretar la graduación.

Para alcanzar nuestro objetivo nos servimos de diferentes estadísticas, informes y estudios
econométricos realizados por profesionales en el área.

Este documento se desarrollará de la siguiente manera: en la sección II y III esbozamos


escuetamente algunas características de la población universitaria. Posteriormente, en las
secciones IV y V analizamos los erogaciones que supone al erario publico la financiación del
sistema universitario y como, debido a las características intrínsecas del mismo, existe una
perdida de incentivos que repercute negativamente en los costos de la educación.

Consecutivamente en la sección VI nos basamos en los estudios realizados por Gonzales y


Menendez (2001) para analizar las características principales del contexto socioeconómico de la
población universitaria. Luego, en la sección VII se realizan breves comentarios finales y se
propone una potencial alternativa que ayudaría a mejorar la eficiencia del sistema. Por ultimo, la
bibliografía utilizada se encuentra en la sección VIII.

3
II. Nivel de educación de la población argentina

El horizonte de creencias argentino sostiene que una porción mayoritaria de los habitantes del
país es poseedora de un titulo de educación superior. Sin embargo, veremos que en los hechos,
esto supone ser más un mito popular que una realidad. De esta manera, nos servimos de la Tabla
1, la cual nos ayuda a descomponer a la población argentina por nivel educativo. Luego,
logramos advertir que la proporción de la población que es poseedora de un titulo universitario es
más bien baja. Solo el 12,3% de los habitantes del país habría completado sus estudios
superiores, a pesar de no existir aranceles ni requisitos de permanencia dentro del sistema
universitario nacional.

Tabla 1
Nivel de Educación

Total Gral Primario Primario Secundario Secundario Universitari Universitari Sin


incompleto completo Incompleto Completo o/Superior o/Superior Instrucción
incompleto Completo

Cantidad de 27.344.830 3.973.608 3.919.484 5.623.879 5.035.937 2.902.032 3.365.943 2.523.947


personas

Porcentaje 100,00% 14,50% 14,30% 20,60% 18,40% 10,60% 12,30% 9,20%

Elaboración propia en base a Encuesta Permanente de Hogares INDEC, tercer trimestre 2016.

Buscamos contrastar la situación de la Argentina con la de algunos de los paises de la región. De


esta manera surge la Tabla 2, la cual realiza una comparación que incluye a Brasil, Uruguay y
Chile. Logramos encontrar que a pesar del hecho que Brasil y Chile poseen sistemas de
educación superior con características diametralmente opuestas a las de Argentina, la proporción
de habitantes con titulo universitario son mayores a la de nuestro país. Por otro lado, la Republica
Oriental del Uruguay, la cual posee un sistema de educación superior similar al nuestro, sostiene,
también, resultados semejantes a los conseguidos por la Argentina. Sorprendentemente, la
mayor restrictividad relativa de los sistemas chileno y brasileño, no reflejarían a priori, una tasa
menor de personas capaces de obtener el titulo universitario, sino todo lo contrario.

Tabla 2
Habitantes poseedores de titulo de educación superior

País Argentina Chile Brasil Uruguay

Proporción 12,3 % 19 % 14 % 11 %


Elaboración propia en base a INDEC, INE Chile, INE Uruguay, IBGE Brasil.

Así, mientras Chile posee un sistema de educación mucho más restrictivo que el de Argentina, en
donde el pago anual promedio roza los USD 7000 (OECD, 2017) y donde además las
universidades establecen cupos de acuerdo a los resultados obtenidos en los exámenes de
ingreso, el rendimiento reflejado por el sistema universitario del país transandino parecería ser
sustancialmente mejor a los del argentino.

Sospechamos que este diferencial de rendimientos se debe al hecho que en Chile, se eligen
mayormente carreras universitarias que tienen una efectiva demanda laboral dentro del mercado.
Luego, debido a los costos explícitos de la educación, el estudiante tiene incentivos a terminar su
carrera y conseguir el titulo universitario habilitante. Esto ultimo surge de derivar que el costo de
oportunidad de las familias es verdaderamente alto, luego, para poder hacer frente al pago de los
aranceles, el alumno deberá encontrar un trabajo que le proporcione un rédito lo suficientemente
alto.

4
III. Distribución de los graduados universitarios de acuerdo a su nivel de ingreso
En la Tabla 3 podemos observar la composición de la población de graduados universitarios de la
Argentina dentro de la franja etaria de 18 a 30 años. En esta tabla se aprecia claramente una
brecha en el logro del titulo entre aquellos individuos pertenecientes a los hogares de mayor
ingreso con respecto a los de menor ingreso per capita familiar.

Esto acusa, en ultima instancia que, a pesar de que la educación superior este subsidiada, en los
hechos esto no seria suficiente para permitir la concreción del titulo universitario de los individuos
pertenecientes a las clases sociales más bajas. Luego, es posible notar una concentración
mayúscula del 20% más rico de la población en la proporción de graduados, llegando a ser de un
36% en el año 2013.

Tabla 3. Proporción de egresados universitarios de 18 a 30 años sobre el total de


universitarios por quintil de ingreso per capita familiar.
Año Primer Segundo Tercer Cuarto Quinto Total
Quintil Quintil Quintil Quintil Quintil

2004 5 % 5 % 9 % 11 % 29 % 15 %

2005 5 % 6 % 12 % 15 % 31 % 17 %

2006 4 % 4 % 8 % 16 % 26 % 15 %

2007 7 % 5 % 8 % 13 % 35 % 17 %

2008 7 % 7 % 11 % 15 % 34 % 17 %

2009 9 % 5 % 13 % 17 % 35 % 19 %

2010 5 % 9 % 14 % 18 % 35 % 19 %

2011 6 % 7 % 12 % 20 % 35 % 19 %

2012 5 % 5 % 12 % 18 % 35 % 17 %

2013 6 % 7 % 13 % 14 % 36 % 17 %


Fuente: Garcia de Fanelli (2015) en base a EPH INDEC, tercer trimestre de 2013.

Puede observarse que existe un alto nivel de regresividad en la distribución de graduados por
quintiles. A pesar de lo anteriormente dicho, han habido progresos en los ultimo años con
respecto a los sectores más populares. Así, el 40% más pobre de la población pasó de
concentrar solo un 10% del total de graduados dentro del grupo analizado en el año 2004 a un
13% en el año 2013. Sin embargo, el cuadro anterior exhibe de todas maneras, niveles de
desigualdad mayúsculos en la concreción del titulo universitario.

Luego, si analizamos la composición de graduados, ya teniendo en cuenta no solo el grupo de 18


a 30 años sino el total de la población, podemos observar que se consolida la tendencia vista
anteriormente. De esta manera, a través del Gráfico 1 es posible advertir que que el 71% de los
egresados universitarios pertenece a los dos quintiles de mayor ingreso, mientras que, la
proporción no llega al 15% cuando tomamos a los dos quintiles de ingreso más bajos.

Así, Gonzales Rozada y Menendez (2001) comprueban nuestra tesis afirmando que las personas
que asisten a la universidad pertenecen a los deciles del ingreso más altos y a familias que
poseen altos niveles de capital humano. Justamente, alrededor de un 90% de los estudiantes
pertenecientes a las universidades publicas tiene un ingreso per capita mayor que la media
nacional y casi el 50% asistió a escuelas privadas. Lo que, en ultima instancia comprueba sus
altos niveles de ingreso.

5
Gráfico 1. Composición de graduados universitarios por quintiles.

5 %
9 %

15 %
52 %

Primer Quintil
19 % Segundo Quintil
Tercer Quintil
Cuarto Quintil
Quinto Quintil

Fuente: Garcia de Fanelli (2015) en base a la EPH 2012, tercer trimestre.

Podemos corroborar los datos anteriormente mencionados mediante el régimen de estudiante


trabajador. La Tabla 4 indica que la mitad de los nuevos inscriptos a la universidad nacional no
trabaja. Mientras que, solo un 7% indica trabajar a tiempo completo. Puede deducirse entonces
que si el estudiante no trabaja, deberá tener dedicación exclusiva al ámbito universitario, luego, el
estudiante es proveído por alguien con los fondos necesarios para poder subsistir. Dicho de otra
forma, el estudiante proviene de un estrato social lo suficientemente alto.

Tabla 4
Estudiante trabajador. Cantidad de horas trabajadas. Nuevos inscriptos.

No indica 27,5 %

Trabaja numero no indicado de horas. 2,2 %

Menos de 20 horas. 7,5 %

De 20 a 35 horas. 5 %

Más de 35 horas. 7 %

No trabaja. 50,8 %
Elaboración propia en base al Anuario Estadístico de la Secretaria de Políticas Universitarias.

Analizando estos resultados, es valido reflexionar acerca de cual es el verdadero aporte que
realiza el sistema universitario a las clases populares. Sabemos que uno de los pilares
fundamentales del Estado de Bienestar es la educación. Luego, en nuestro país, el sistema de
educación superior gratuito e irrestricto supone ser una de las razones de mayor consideración
que sirven para justificar el tamaño del Estado. Veremos a continuación que, a pesar de lo que
establece la creencia popular, los aportes del tesoro destinados a la educación superior suponen
ser una fracción muy reducida del gasto total dentro del presupuesto gubernamental. Será natural
que posteriormente surja el interrogante sobre si es valido aceptar la actual presión impositiva,
teniendo en cuenta que, una parte minoritaria de los recursos del tesoro es invertida en uno de
los fundamentales del Estado.

6
IV. Gastos en educación superior
En esta sección analizaremos la asignación presupuestaria del sistema universitario argentino.
Para lograr nuestro objetivo observamos la Tabla 5 en la cual vemos que el presupuesto
destinado a universidades nacionales entre los años 2010 y 2015 rondó un valor aproximado al
5% del gasto presupuestado del gobierno nacional. Este dato, sin duda, resulta cuando menos
sorprendente, ya que, a priori, cabria la posibilidad de concebir que eslabones esenciales de un
Estado benefactor recibirían una fracción mucho mayor dentro de las expensas totales del
presupuesto.

Si entonces a uno de los justificantes del Estado de Bienestar se le destina solo el 5% del
presupuesto nacional, ¿en que se gasta el resto?. Luego, ya teniendo en cuenta que el sistema
universitario es aprovechado en su mayoría por los sectores con mayores ingresos de la
sociedad, ¿No resulta contradictorio apelar a un Estado de grandes proporciones para generar
inclusión social, cuando uno de sus justificantes es pobremente financiado y no puede ser
aprovechado por quienes en ultima instancia deberían ser sus beneficiarios?

Tabla 4
Presupuesto Universitario. En millones de pesos por año.

Año Presupuesto Presupuesto Presupuesto PBI Precios Presupuesto


Universidades Estado Universitario/ Corrientes Universitario/
Nacionales Nacional Presupuesto PBI
Nacional

2010 12.844 236.242 5,44% 1.442.655 0,89%

2011 16.939 322.631 5,25% 1.842.022 0,92%

2012 21.699 441.342 4,92% 2.164.246 1,00%

2013 27.577 557.896 4,94% 3.341.834 0,83%

2014 37.674 762.072 4,94% 4.144.247 0,91%

2015 50.643 1.089.381 4,65% 4.962.709 1,02%

Fuente: Elaboración propia en base a Ley de Presupuesto 2010-2015. Para calcular el PBI se utilizan las
estimaciones del Banco Mundial debido a la poca fiabilidad de las cifras vertidas por el INDEC en el periodo
2007-2015.

V. Incentivos y eficiencia dentro del sistema

La eficiencia del sistema universitario argentino se ve afectada por las características intrínsecas
del mismo. Es que, debido a la inexistencia de aranceles y copagos y a la laxitud de las políticas
de ingreso y permanencia, la estadía de los estudiantes se ve prolongada sobremanera debido a
la perdida de incentivos para la concreción del titulo universitario.

Con el objetivo de analizar la eficiencia del sistema hemos elaborado un índice de eficiencia
relativa. Para confeccionar el mismo tenemos en cuenta que la duración promedio estipulada de
una carrera es de 5 años. Luego, tomamos el numero de ingresantes en un año T y lo dividimos
por el numero de egresados del año T+5. Los resultados se presentan en la Tabla 5.

Este índice nos estaría indicando que, en promedio, menos de 3 de cada 10 estudiantes, se
recibe en el tiempo teórico establecido de la duración de su carrera. Inferimos que este
comportamiento tiene lugar debido a que la falta de aranceles suponen un costo de oportunidad
nulo para los estudiantes.

7
Tabla 5
Indice de Eficiencia del Graduado Universitario

Año 2010 2011 2012 2013 2014 2015 Eficiencia


Promedio

Eficiencia 25,3 % 27,3 % 27,4 % 30 % 28,2 % 27 % 27,5 %


Elaboración propia en base al Anuario Estadístico de la Secretaria de Políticas Universitarias 2010-2015.

Así las cosas, estos bajos niveles de eficiencia que presentan las universidades nacionales se
materializan también al observar el progreso académico de los estudiantes. Vemos en la Tabla 6
que un 34% de los alumnos inscriptos no aprobó ninguna materia en el año académico anterior,
mientras que, la suma total de alumnos que aprobaron 5 o más materias es inferior al 20%.

Deducimos que la laxitud de las condiciones de permanencia repercuten en el rendimiento. La


inexistencia de requisitos académicos mínimos y la falta de aranceles llevaría a que los
estudiantes no lograran internalizar el verdadero costo de oportunidad de la educación superior,
entendiendo a este ultimo como el tiempo y los recursos financieros.

Tabla 6
Cantidad de materias aprobadas en el ultimo año

0 1 2 3 4 5 6 o más

Porcentaje 34,4 % 18 % 11,9 % 9,4 % 7,5 % 5,8 % 13 %


Elaboración propia en base a Anuario Estadístico de la Secretaria de Políticas Universitarias

Por otro lado, la baja eficiencia en la tasa de graduados repercute naturalmente en la financiación
y en el costo que conlleva graduar un estudiante. De esta manera podemos ver estos costos
expresados en la Tabla 7. Los números obtenidos concuerdan con lo calculado oportunamente
por el Centro de Estudios de la Educación Argentina (2014). Dicha institución llegó a la conclusión
que en promedio, resultaba más costoso obtener un egresado en una universidad nacional, que
hacerlo en la universidad privada más cara del país.

El costo por egresado surge de dividir el total del presupuesto destinado a educación superior de
un año en la cantidad de egresados de este mismo año. Se lo expresa en dólares debido a que
las altas tasas de inflación de los últimos años tornan mucho más dificultoso realizar un correcto
análisis.

Tabla 7
Año Presupuesto Cantidad de Costo por Costo por Costo
por alumno en Egresados Egresado en Egresado en Promedio por
pesos. Pesos Dólares egresado en
dólares

2010 9.777,00 68.348 187.921 47.939 61.111

2011 12.041,00 70.398 240.618 58.214

2012 15.405 70.299 308.667 67.750

2013 19.651 76.923 358.501 65.362

2014 26327 77.959 483.254 59.494

2015 34859,0 80.648 627.951 67.909

Elaboración propia en base al Anuario Estadístico de la Secretaria de Políticas Universitarias 2010-2015.


Para el calculo del precio del dólar se utilizo el valor promedio anual.

8
Posteriormente hacemos un análisis sobre el costo por graduado en algunas universidades
nacionales. Los resultados se muestran en la Tabla 8. Del total de universidades, hemos tomado
las dos instituciones que presentan el menor costo por graduado (Lomas de Zamora y La
Matanza), luego las cuatro más grandes y de mayor trayectoria (Rosario, Buenos Aires, Córdoba y
La Plata) y por último las tres universidades con mayor costo por egresado (San Juan, Chilecito y
Patagonia Austral).

Podemos observar que existen enormes diferenciales en los costos por egresado dependiendo
de la universidad. Luego, al analizar estos datos resulta legitimo preguntarse si en vez de
subsidiar la oferta, es decir, a los establecimientos universitarios, no seria más eficiente un
subsidio a la demanda, en donde, se otorgue a los estudiantes de la posibilidad de obtener
educación pero a la vez, se genere un sistema de incentivos que permita una mejor asignación
presupuestaria y mejores índices de graduados.

Tabla 8
Universidad Cantidad de egresados Presupuesto por egresado en
USD

Lomas de Zamora 3.146 18,474

La Matanza 2.133 25.998

Rosario 7.024 29.567

Buenos Aires 21.034 32.656

Córdoba 7.559 36.931

La Plata 6.813 40.860

San Juan 633 197.040

Chilecito 70 228.504

Patagonia Austral 120 332.677


Fuente: Centro de Estudios de la Educación Argentina (2014) en base a Ley de Presupuesto y Anuario de
Estadísticas Universitarias.

VI. 1. Características sobre el entorno socioeconómico de la población universitaria.


En un trabajo de investigación realizado por Gonzales Rosada y Menendez (2001) realizado para
la zona de Capital Federal y el Gran Buenos Aires, se comparan estudiantes que asisten a
universidades publicas y privadas para intentar encontrar diferencias en su composición
socioeconómica. De esta manera, se analiza un grupo de individuos de entre 18 y 35 años que
todavía no posee un titulo universitario e inmediatamente se observa que el 18% de este grupo
esta inscripto en la universidad. Luego, la diferencia más significativa entre quienes asisten a la
universidad y quienes no lo hacen viene dada por dos factores principales: el nivel educativo de
los padres y el ingreso familiar.

Con respecto a la relación existente entre la educación de los padres y el acceso a la educación
superior por parte de sus hijos, logra inferirse que la educación parental (o del núcleo familiar), es
un insumo directo en la función de producción de la educación de sus hijos. Esto quiere decir, en
ultima instancia, que cuanto mayor sea el nivel educativo de los padres, mayor serán las
probabilidades que sus hijos asistan a un establecimiento de educación superior. Esto puede
contrastarse con el hecho que, de acuerdo a la muestra, una proporción muy pequeña de
quienes tienen acceso a la educación superior vienen de familias que poseen un bajo capital
humano.

9
Estos datos pueden ser contrastados
con los recolectados por Garcia de Gráfico 2. Nivel Educativo máximo
Fanelli (2015). Se asume que la alcanzado por la población mayor de
educación de los padres es una 25 años y por los padres de los
variable proxy del nivel estudiantes de la UBA
socioeconómico del capital cultural de
la familia. Como es posible apreciar en 26,8 %
Univ.
el Gráfico 2, los hijos de padres con 9,9 %
titulo universitario tienen mas
6,9 %
posibilidad de asistir a la universidad Sup. No Univ.
que los de nivel educativo bajo (sin 6,3 %
instrucción-primaria incompleta y 33,8 %
Secund.
completa). Empero, es destacable la 28,1 %
alta participación entre los estudiantes
del segmento medio de la población, 25,9 %
Prim.
cuyos padres tienen secundaria 39 %
completa y terciaria o universitaria 6,5 %
incompleta. Además, solo un tercio de Sin Inst.
16,7 %
los alumnos de grado de la UBA
provienen de un hogar con bajo nivel 0 0,1 0,2 0,3 0,4
de capital cultural.
UBA Población general

Fuente: Garcia de Fanelli 2015 en base a INDEC y UBA.

Con respecto a la segunda determinante de asistencia a la universidad, o sea, el nivel de ingreso


familiar, se observa que casi el 70% de los estudiantes universitarios pertenece al 30% más rico
de la población. En contraste, solo el 11% de los estudiantes universitarios pertenece a la mitad
más baja de la distribución del ingreso. La estimación muestra que el coeficiente en el ingreso per
capita es positivo y significativo, denotando, en ultima instancia, que aquellos que provienen de
familias con un ingreso familiar mayor tienen una probabilidad mayor de asistir a la universidad
(Gonzales Rosada y Menendez, 2001).

Gráfico 3. Jóvenes de 18 a 30 años que


abandonaron sin graduarse dentro del grupo de
los que asistieron a la educación superior y ya
no asisten más.
0,5

0,375

0,25

0,125

49,8 % 42,6 % 32,5 % 29,8 % 20,7 %


0
Quintil I Quintil II Quintil III Quintil IV Quintil V

Quintiles del ingreso

Fuente: Garcia de Fanelli (2015) en base a EPH 2013

10
Nuevamente podemos verificar esta hipótesis mediante la información compilada por Garcia de
Fanelli (2015). Mediante el Gráfico 3, observamos que existe una tendencia decreciente en el
abandono de la educación superior a medida que aumenta el nivel de ingreso de las familias.
Esto indica en ultima instancia que son los miembros de las familias de altos ingresos las que
permanecen en el sistema universitario.

Este simple análisis descriptivo muestra que existe una importante diferencia entre el entorno
socioeconómico de quienes están inscriptos en la universidad y de aquellos que no.

VI. 2. Diferencias entre los estudiantes de instituciones privadas y publicas.


Por otro lado, tanto quienes asisten a universidades publicas como quienes se educan en
instituciones privadas parecen ser similares en varios aspectos. 

En primer lugar, la educación de los padres no es estadísticamente diferente entre los dos
grupos. Lo que indicaría, en ultima instancia, que tanto estudiantes de universidades publicas
como privadas provienen de núcleos familiares con alto nivel de capital humano.

En segundo lugar, la media del ingreso per capita familiar de los estudiantes de universidades
publicas es un 72% de los de la contraparte privada para toda la muestra. A primera vista
parecería que aquellos que asisten a la universidad, sea esta publica o privada, tienen Ingresos
superiores que aquellos que no lo hacen. Con respecto a la educación secundaria, se observa
que dentro de los estudiantes de las universidades privadas, 69% habían asistido a escuelas
secundarias privadas, mientras que, la proporción entre aquellos que asisten a la universidad
publica era del 46%. Por ultimo, esta cifra es de solo el 13% dentro de aquellos individuos que
no asisten a la universidad. 

Logra dilucidarse que existen muy pocos estudiantes universitarios que pertenecen a la mitad
más pobre de la población. Menos del 12% de los estudiantes de universidades publicas o
privadas pertenecen a este segmento de la distribución del ingreso, mientas que la mayoría de
los estudiantes de gestión publica o privada, pertenecen al 30% más rico de la población.

Estos resultados, indican claramente que en Argentina, los individuos que asisten a la universidad
pertenecen a las familias más ricas. Casi el 50% de los estudiantes de universidades publicas
perecen al 20% más alto de la distribución del ingreso, mientras que el 90% de estos estudiantes
tiene un ingreso per capita familiar más alto que la media nacional y casi el 50% asistió a
escuelas secundarias privadas. También logra comprobarse que estudiantes de universidades
publicas y privadas son similares en muchas dimensiones (Gonzales Rosada y Menendez, 2001).

VII. Comentarios finales


Los datos recopilados para la realización de este informe permiten deducir que los individuos que
asisten a la universidad forman parte de los deciles más altos de la distribución del ingreso y
pertenecen a familias con alta educación. No existe una diferenciación muy marcada entre
aquellos que asisten a la universidad publica y la privada. Ambos grupos son muy similares con
respecto al ingreso y a su entorno familiar. Estos hechos implican que existe una transferencia
implícita de recursos a los sectores mas ricos de la sociedad. La equidad y la eficiencia del
sistema podrían ser mejoradas al implementar aranceles que permitieran internalizar el verdadero
costo de oportunidad que supone la educación superior, tanto para el Estado proveyendo los
recursos financieros como el costo de oportunidad del tiempo de los estudiantes.
Complementariamente a esta política, becas selectivas y prestamos estudiantiles podrían
ofrecerse para atraer a los estudiantes más talentosos de los sectores más pobres. 


La información recabada indicaría que la mayoría de los estudiantes de las universidades
publicas tendría la capacidad de pagar algún nivel de arancelamiento. Este potencial arancel
cubriría, al menos, parte del costo que supone al erario publico la provisión de educación
superior. Este ingreso permitiría liberar fondos públicos que podrían ser relocalizados en otras
áreas, por ejemplo, en mejorar la calidad de la educación primaria y secundaria, mejorando a
futuro, las posibilidades de asistir a la universidad y en ultimo termino la equidad. Por otro lado,
11
estos fondos podrían ser utilizados para desarrollar o extender un sistema de becas selectivas, en
la cual se ponga énfasis en los estudiantes más talentosos que vengan de familias pobres, que,
de otra manera, de acuerdo se ha probado, no pueden concretar sus estudios ni beneficiarse en
ultima instancia del sistema universitario.

Por otro lado hemos mostrado que la participación del presupuesto universitario dentro del
presupuesto nacional ronda solo el 5%. La implementación de aranceles que permitan costear
parte de la educación superior permitiría liberar al Estado de esa carga. Luego, se habría
derribado uno de los mayores justificantes del Estado de Bienestar. Cabría por lo tanto la
posibilidad de avanzar en un posterior proceso de reformas del Estado que incluya baja de
impuestos y reducción de la sofocante presión tributaria que sufren los contribuyentes
argentinos. 


12
VIII. Bibliografía
Gonzales Rozada y Menendez (2001). “Public university in Argentina: Subsidizing the rich?”.
Economics of Education Review. Buenos Aires, Argentina.

Garcia de Fanelli A. (2015). “La cuestión de la graduación en las universidades nacionales de la


Argentina: Indicadores y políticas publicas a comienzos del siglo XXI”. Facultad Latinoamericana
de Ciencias Sociales.

Garcia de Fanelli A. (2015). “Inclusión social en la educación superior argentina: Indicadores y


políticas en torno al acceso y a la graduación”.

Universidad Nacional de Córdoba (2016). Anuario Estadístico. Secretaria de Asuntos


Académicos - Programa de Estadísticas Universitarias.

Secretaria de Políticas Universitarias (2015). Anuario Estadístico. Estadísticas Universitarias


Argentinas. Departamento de Información Universitaria.

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INDEC (2015). Anuario Estadístico de la Republica Argentina.

OECD (2017). “Education at a Glance 2017: OECD Indicators”, OECD Publishing, Paris.

Centro de Estudio de la Educación Argentina (2014). “El presupuesto de las universidades


nacionales”. Universidad de Belgrano.

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