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Resumen:
Este documento busca realizar un análisis sobre la estructura universitaria de la Republica
Argentina. Si bien en nuestro país rige un sistema de gratuidad universitaria con prácticamente
nulos requisitos de admisión y permanencia, se observa que son los sectores de mayor ingreso
de la población los que verdaderamente se benefician de estas características. Por otro lado, se
exhibe que el nivel socioeconómico y educacional del núcleo familiar del estudiante son
determinantes que permiten lograr la permanencia y posterior concreción del titulo universitario.
De esta manera parecería generarse un circulo vicioso mediante el cual los estudiantes
provenientes de familias con menor ingreso no serian capaces de conseguir la graduación. Por
otra parte, dadas las características intrínsecas del régimen de educación superior, existe una
falla importante en el sistema de incentivos de los estudiantes, lo cual repercute en los costos y
en la eficiencia del mismo. Se concluye que cambios en la forma de financiamiento podrían
generar incentivos suficientes para un mayor aprovechamiento de los recursos y lograr una
verdadera inclusión de los sectores más vulnerables de la sociedad, vetados de facto de este
derecho.
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I. Introducción
En 1918 tuvo lugar en la Republica Argentina un acontecimiento que cambiaría para siempre al
país: la Reforma Universitaria. El objetivo de la misma era democratizar el acceso universitario y
acercar la universidad a la sociedad toda. Se buscaba distanciarse del modelo aristocrático y
elitista reinante hasta ese entonces. Dicha reforma propuso, entre otras cosas, la eliminación de
aranceles para posibilitar que cualquier persona tuviese la posibilidad de estudiar, permitiendo en
ultima instancia el ascenso social.
Sin embargo, habiendo pasado ya un siglo desde que este evento tuviera lugar, la realidad del
sistema universitario en Argentina dista enormemente de parecerse a aquel ideal por el cual
lucharon los revolucionarios.
Si bien el colectivo imaginario argentino se atrevería a afirmar que la gratuidad y las condiciones
de libre acceso y permanencia han permitido que gran parte de la población pueda gozar de los
beneficios de la educación superior, veremos que desafortunadamente la realidad se diferencia
formidablemente de la creencia popular.
Con la realización de este informe mostramos que son los sectores de mayor ingreso los que en
realidad se benefician del sistema publico de educación superior. Por otro lado, vemos que la
proporción de personas pertenecientes a los sectores de más bajos recursos tiene serias
dificultades para ingresar, permanecer y posteriormente concretar la graduación.
Para alcanzar nuestro objetivo nos servimos de diferentes estadísticas, informes y estudios
econométricos realizados por profesionales en el área.
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II. Nivel de educación de la población argentina
El horizonte de creencias argentino sostiene que una porción mayoritaria de los habitantes del
país es poseedora de un titulo de educación superior. Sin embargo, veremos que en los hechos,
esto supone ser más un mito popular que una realidad. De esta manera, nos servimos de la Tabla
1, la cual nos ayuda a descomponer a la población argentina por nivel educativo. Luego,
logramos advertir que la proporción de la población que es poseedora de un titulo universitario es
más bien baja. Solo el 12,3% de los habitantes del país habría completado sus estudios
superiores, a pesar de no existir aranceles ni requisitos de permanencia dentro del sistema
universitario nacional.
Tabla 1
Nivel de Educación
Elaboración propia en base a Encuesta Permanente de Hogares INDEC, tercer trimestre 2016.
Tabla 2
Habitantes poseedores de titulo de educación superior
Así, mientras Chile posee un sistema de educación mucho más restrictivo que el de Argentina, en
donde el pago anual promedio roza los USD 7000 (OECD, 2017) y donde además las
universidades establecen cupos de acuerdo a los resultados obtenidos en los exámenes de
ingreso, el rendimiento reflejado por el sistema universitario del país transandino parecería ser
sustancialmente mejor a los del argentino.
Sospechamos que este diferencial de rendimientos se debe al hecho que en Chile, se eligen
mayormente carreras universitarias que tienen una efectiva demanda laboral dentro del mercado.
Luego, debido a los costos explícitos de la educación, el estudiante tiene incentivos a terminar su
carrera y conseguir el titulo universitario habilitante. Esto ultimo surge de derivar que el costo de
oportunidad de las familias es verdaderamente alto, luego, para poder hacer frente al pago de los
aranceles, el alumno deberá encontrar un trabajo que le proporcione un rédito lo suficientemente
alto.
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III. Distribución de los graduados universitarios de acuerdo a su nivel de ingreso
En la Tabla 3 podemos observar la composición de la población de graduados universitarios de la
Argentina dentro de la franja etaria de 18 a 30 años. En esta tabla se aprecia claramente una
brecha en el logro del titulo entre aquellos individuos pertenecientes a los hogares de mayor
ingreso con respecto a los de menor ingreso per capita familiar.
Esto acusa, en ultima instancia que, a pesar de que la educación superior este subsidiada, en los
hechos esto no seria suficiente para permitir la concreción del titulo universitario de los individuos
pertenecientes a las clases sociales más bajas. Luego, es posible notar una concentración
mayúscula del 20% más rico de la población en la proporción de graduados, llegando a ser de un
36% en el año 2013.
Puede observarse que existe un alto nivel de regresividad en la distribución de graduados por
quintiles. A pesar de lo anteriormente dicho, han habido progresos en los ultimo años con
respecto a los sectores más populares. Así, el 40% más pobre de la población pasó de
concentrar solo un 10% del total de graduados dentro del grupo analizado en el año 2004 a un
13% en el año 2013. Sin embargo, el cuadro anterior exhibe de todas maneras, niveles de
desigualdad mayúsculos en la concreción del titulo universitario.
Así, Gonzales Rozada y Menendez (2001) comprueban nuestra tesis afirmando que las personas
que asisten a la universidad pertenecen a los deciles del ingreso más altos y a familias que
poseen altos niveles de capital humano. Justamente, alrededor de un 90% de los estudiantes
pertenecientes a las universidades publicas tiene un ingreso per capita mayor que la media
nacional y casi el 50% asistió a escuelas privadas. Lo que, en ultima instancia comprueba sus
altos niveles de ingreso.
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Gráfico 1. Composición de graduados universitarios por quintiles.
5 %
9 %
15 %
52 %
Primer Quintil
19 % Segundo Quintil
Tercer Quintil
Cuarto Quintil
Quinto Quintil
Tabla 4
Estudiante trabajador. Cantidad de horas trabajadas. Nuevos inscriptos.
No indica 27,5 %
De 20 a 35 horas. 5 %
No trabaja. 50,8 %
Elaboración propia en base al Anuario Estadístico de la Secretaria de Políticas Universitarias.
Analizando estos resultados, es valido reflexionar acerca de cual es el verdadero aporte que
realiza el sistema universitario a las clases populares. Sabemos que uno de los pilares
fundamentales del Estado de Bienestar es la educación. Luego, en nuestro país, el sistema de
educación superior gratuito e irrestricto supone ser una de las razones de mayor consideración
que sirven para justificar el tamaño del Estado. Veremos a continuación que, a pesar de lo que
establece la creencia popular, los aportes del tesoro destinados a la educación superior suponen
ser una fracción muy reducida del gasto total dentro del presupuesto gubernamental. Será natural
que posteriormente surja el interrogante sobre si es valido aceptar la actual presión impositiva,
teniendo en cuenta que, una parte minoritaria de los recursos del tesoro es invertida en uno de
los fundamentales del Estado.
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IV. Gastos en educación superior
En esta sección analizaremos la asignación presupuestaria del sistema universitario argentino.
Para lograr nuestro objetivo observamos la Tabla 5 en la cual vemos que el presupuesto
destinado a universidades nacionales entre los años 2010 y 2015 rondó un valor aproximado al
5% del gasto presupuestado del gobierno nacional. Este dato, sin duda, resulta cuando menos
sorprendente, ya que, a priori, cabria la posibilidad de concebir que eslabones esenciales de un
Estado benefactor recibirían una fracción mucho mayor dentro de las expensas totales del
presupuesto.
Si entonces a uno de los justificantes del Estado de Bienestar se le destina solo el 5% del
presupuesto nacional, ¿en que se gasta el resto?. Luego, ya teniendo en cuenta que el sistema
universitario es aprovechado en su mayoría por los sectores con mayores ingresos de la
sociedad, ¿No resulta contradictorio apelar a un Estado de grandes proporciones para generar
inclusión social, cuando uno de sus justificantes es pobremente financiado y no puede ser
aprovechado por quienes en ultima instancia deberían ser sus beneficiarios?
Tabla 4
Presupuesto Universitario. En millones de pesos por año.
Fuente: Elaboración propia en base a Ley de Presupuesto 2010-2015. Para calcular el PBI se utilizan las
estimaciones del Banco Mundial debido a la poca fiabilidad de las cifras vertidas por el INDEC en el periodo
2007-2015.
La eficiencia del sistema universitario argentino se ve afectada por las características intrínsecas
del mismo. Es que, debido a la inexistencia de aranceles y copagos y a la laxitud de las políticas
de ingreso y permanencia, la estadía de los estudiantes se ve prolongada sobremanera debido a
la perdida de incentivos para la concreción del titulo universitario.
Con el objetivo de analizar la eficiencia del sistema hemos elaborado un índice de eficiencia
relativa. Para confeccionar el mismo tenemos en cuenta que la duración promedio estipulada de
una carrera es de 5 años. Luego, tomamos el numero de ingresantes en un año T y lo dividimos
por el numero de egresados del año T+5. Los resultados se presentan en la Tabla 5.
Este índice nos estaría indicando que, en promedio, menos de 3 de cada 10 estudiantes, se
recibe en el tiempo teórico establecido de la duración de su carrera. Inferimos que este
comportamiento tiene lugar debido a que la falta de aranceles suponen un costo de oportunidad
nulo para los estudiantes.
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Tabla 5
Indice de Eficiencia del Graduado Universitario
Así las cosas, estos bajos niveles de eficiencia que presentan las universidades nacionales se
materializan también al observar el progreso académico de los estudiantes. Vemos en la Tabla 6
que un 34% de los alumnos inscriptos no aprobó ninguna materia en el año académico anterior,
mientras que, la suma total de alumnos que aprobaron 5 o más materias es inferior al 20%.
Tabla 6
Cantidad de materias aprobadas en el ultimo año
0 1 2 3 4 5 6 o más
Por otro lado, la baja eficiencia en la tasa de graduados repercute naturalmente en la financiación
y en el costo que conlleva graduar un estudiante. De esta manera podemos ver estos costos
expresados en la Tabla 7. Los números obtenidos concuerdan con lo calculado oportunamente
por el Centro de Estudios de la Educación Argentina (2014). Dicha institución llegó a la conclusión
que en promedio, resultaba más costoso obtener un egresado en una universidad nacional, que
hacerlo en la universidad privada más cara del país.
El costo por egresado surge de dividir el total del presupuesto destinado a educación superior de
un año en la cantidad de egresados de este mismo año. Se lo expresa en dólares debido a que
las altas tasas de inflación de los últimos años tornan mucho más dificultoso realizar un correcto
análisis.
Tabla 7
Año Presupuesto Cantidad de Costo por Costo por Costo
por alumno en Egresados Egresado en Egresado en Promedio por
pesos. Pesos Dólares egresado en
dólares
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Posteriormente hacemos un análisis sobre el costo por graduado en algunas universidades
nacionales. Los resultados se muestran en la Tabla 8. Del total de universidades, hemos tomado
las dos instituciones que presentan el menor costo por graduado (Lomas de Zamora y La
Matanza), luego las cuatro más grandes y de mayor trayectoria (Rosario, Buenos Aires, Córdoba y
La Plata) y por último las tres universidades con mayor costo por egresado (San Juan, Chilecito y
Patagonia Austral).
Podemos observar que existen enormes diferenciales en los costos por egresado dependiendo
de la universidad. Luego, al analizar estos datos resulta legitimo preguntarse si en vez de
subsidiar la oferta, es decir, a los establecimientos universitarios, no seria más eficiente un
subsidio a la demanda, en donde, se otorgue a los estudiantes de la posibilidad de obtener
educación pero a la vez, se genere un sistema de incentivos que permita una mejor asignación
presupuestaria y mejores índices de graduados.
Tabla 8
Universidad Cantidad de egresados Presupuesto por egresado en
USD
Chilecito 70 228.504
Con respecto a la relación existente entre la educación de los padres y el acceso a la educación
superior por parte de sus hijos, logra inferirse que la educación parental (o del núcleo familiar), es
un insumo directo en la función de producción de la educación de sus hijos. Esto quiere decir, en
ultima instancia, que cuanto mayor sea el nivel educativo de los padres, mayor serán las
probabilidades que sus hijos asistan a un establecimiento de educación superior. Esto puede
contrastarse con el hecho que, de acuerdo a la muestra, una proporción muy pequeña de
quienes tienen acceso a la educación superior vienen de familias que poseen un bajo capital
humano.
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Estos datos pueden ser contrastados
con los recolectados por Garcia de Gráfico 2. Nivel Educativo máximo
Fanelli (2015). Se asume que la alcanzado por la población mayor de
educación de los padres es una 25 años y por los padres de los
variable proxy del nivel estudiantes de la UBA
socioeconómico del capital cultural de
la familia. Como es posible apreciar en 26,8 %
Univ.
el Gráfico 2, los hijos de padres con 9,9 %
titulo universitario tienen mas
6,9 %
posibilidad de asistir a la universidad Sup. No Univ.
que los de nivel educativo bajo (sin 6,3 %
instrucción-primaria incompleta y 33,8 %
Secund.
completa). Empero, es destacable la 28,1 %
alta participación entre los estudiantes
del segmento medio de la población, 25,9 %
Prim.
cuyos padres tienen secundaria 39 %
completa y terciaria o universitaria 6,5 %
incompleta. Además, solo un tercio de Sin Inst.
16,7 %
los alumnos de grado de la UBA
provienen de un hogar con bajo nivel 0 0,1 0,2 0,3 0,4
de capital cultural.
UBA Población general
0,375
0,25
0,125
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Nuevamente podemos verificar esta hipótesis mediante la información compilada por Garcia de
Fanelli (2015). Mediante el Gráfico 3, observamos que existe una tendencia decreciente en el
abandono de la educación superior a medida que aumenta el nivel de ingreso de las familias.
Esto indica en ultima instancia que son los miembros de las familias de altos ingresos las que
permanecen en el sistema universitario.
Este simple análisis descriptivo muestra que existe una importante diferencia entre el entorno
socioeconómico de quienes están inscriptos en la universidad y de aquellos que no.
Estos resultados, indican claramente que en Argentina, los individuos que asisten a la universidad
pertenecen a las familias más ricas. Casi el 50% de los estudiantes de universidades publicas
perecen al 20% más alto de la distribución del ingreso, mientras que el 90% de estos estudiantes
tiene un ingreso per capita familiar más alto que la media nacional y casi el 50% asistió a
escuelas secundarias privadas. También logra comprobarse que estudiantes de universidades
publicas y privadas son similares en muchas dimensiones (Gonzales Rosada y Menendez, 2001).
Por otro lado hemos mostrado que la participación del presupuesto universitario dentro del
presupuesto nacional ronda solo el 5%. La implementación de aranceles que permitan costear
parte de la educación superior permitiría liberar al Estado de esa carga. Luego, se habría
derribado uno de los mayores justificantes del Estado de Bienestar. Cabría por lo tanto la
posibilidad de avanzar en un posterior proceso de reformas del Estado que incluya baja de
impuestos y reducción de la sofocante presión tributaria que sufren los contribuyentes
argentinos.
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VIII. Bibliografía
Gonzales Rozada y Menendez (2001). “Public university in Argentina: Subsidizing the rich?”.
Economics of Education Review. Buenos Aires, Argentina.
OECD (2017). “Education at a Glance 2017: OECD Indicators”, OECD Publishing, Paris.
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