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Prócer de la independencia, el primer representante de la intelectualidad peruana que se refirió al

Perú usando la palabra “patria”. Fundador de escuelas médicas, cementerios, sistemas aduaneros
y demás organismos de servicio público. Uno de los primeros ministro después de declarada la
libertad de España. Su nombre identifica a decenas de colegios en todo el país y una Gran Unidad
Esclar -hoy Institución Educativa Emblemática- ubicada en el Cercado de Lima, en la Unidad Vecinal
Mirones, también fue bautizada en su honor, en 1948, año de su fundación. La Facultad de
Medicina de la Universidad Nacional Federico Villarreal lleva su nombre y una estatua suya
adorna la Facultad de Medicina de la universidad Nacional Mayor de San Marcos(conocida
como San Fernando, que él mismo ayudó a fundar). Incluso su rostro fue usado en los billetes de
100 Soles de Oro, que estuvieron en circulación durante las décadas de los años 70 y 80. Pero
¿quién fue realmente Hipólito Unanue? Conozcámoslo en esta nota:

José Hipólito Unanue y Pavón, (Arica, Virreinato del Perú, 13 de agosto de 1755 – Cañete, 15 de
julio de 1833), fue médico, naturalista, meteorólogo, catedrático universitario, político, precursor
peruano de la independencia, reformador de la medicina y fundador de la escuela de medicina de
San Fernando, actualmente facultad de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Destacó
también como miembro de la Sociedad de Amantes del País y colaborador del Mercurio Peruano,
publicación ésta que tanta importancia tuvo para el fortalecimiento de la idea de la patria peruana en
las postrimerías de la colonia. Como político colaboró con los últimos virreyes del Perú, y luego con
los libertadores José de San Martín y Simón Bolívar, actitud que no debe ser interpretada como
acomodaticia, sino como un loable deseo de servir al país en el que nació, aportando su talento. Fue
ministro de Hacienda (1821-1822 y 1824-1825), ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores (1824
y 1825) y presidente del Consejo de Gobierno (1825-1826), cargo éste último que correspondía a la
más alta función ejecutiva de la nación. También fue diputado y presidente del primer Congreso
Constituyente del Perú (1822-1823).
Nació en la ribereña ciudad de Arica que pertenecía al Virreinato del Perú. En su ciudad natal estudió
las primeras letras bajo dirección de maestros privados. Por vinculaciones familiares con el clero, se
inclinó por el sacerdocio; en consecuencia, viajó a Arequipa e ingresó al Seminario de San Jerónimo
en donde cursó Humanidades, Filosofía y Principios de Jurisprudencia.
Hacia 1777 se trasladó a Lima e ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
poniendo de relieve su verdadera inclinación: las Ciencias Naturales. Encontró el estímulo oportuno
de parte de su tío, profesor de Anatomía, dedicándose entonces, con tesón y entusiasmo, a la carrera
de médico, no muy promisoria en aquellos tiempos y en el medio en que le tocaría vivir. En 1783 se
graduó de bachiller en Medicina, prestando juramento en diciembre de 1786 en la capilla de
la Universidad de San Marcos.
Contribuyó a la formación de la Sociedad de Amantes del País (1790), en cuya publicación,
el Mercurio Peruano, empezó a escribir bajo el pseudónimo de “Aristo”. Los temas del Mercurio
Peruano eran diversos y de un interés notable.
Unanue contribuyó con artículos cuya importancia ideológica se anunciaba en la Idea General del
Perú aparecida en su primer número, un ensayo analítico encaminado a que el Perú fuera conocido
no solo por los peruanos sino también en el extranjero. A través de esa importantísima publicación,
perfiló la idea de la patria peruana, al presentar al Perú como una unidad geográfica, así como insistir
en la búsqueda de una identidad.
El virrey José Fernando de Abascal solicitó su consejo, lo nombró Protomédico General en 1807,
y facilitó que se realizara el anhelo mayor de Unanue: crear y poner a funcionar un Colegio de
Medicina. Como agradecimiento al virrey por su cooperación decisiva, se bautizó a este centro de
estudios con el nombre de Real Colegio de Medicina de San Fernando (1808). También a instancias
de Unanue, el virrey instaló el cementerio en las afueras de Lima (hoy Cementerio Presbítero
Maestro), pues hasta entonces los entierros se hacían en los recintos religiosos.
A solicitud del virrey, integró como secretario la delegación realista que se entrevistó en Miraflores
con los emisarios del general José de San Martín. Cuando la ciudad de Lima fue ocupada por los
patriotas, fue uno de los firmantes del Acta de Declaración de la Independencia, aprobada en sesión
de Cabildo Abierto el 15 de julio de 1821. Proclamada la Independencia del Perú por San Martín e
instalado el gobierno protectoral, a Unanue se le encomendó el Ministerio de Hacienda, hasta
septiembre de 1822.
Como diputado por Puno integró el primer Congreso Constituyente del Perú, cuya presidencia
ejerció. Su labor en el Congreso Constituyente fue infatigable y fecunda y con esa mística de servicio
se dio por entero a participar en los trabajos de la comisión encargada de redactar el proyecto de
Constitución de la República con otros miembros de la Cámara. En el marco de la disputa entre el
Congreso y el presidente José de la Riva Agüero, siguió a éste hasta Trujillo, y aunque lo
nombraron senador por Tacna del Congreso instalado en dicha ciudad, no aceptó y retornó a Lima.
Se entrevistó con Simón Bolívar no bien éste llegó al Perú y pronto se ganó su confianza. Ofició
como su médico cuando el Libertador estuvo seriamente afectado de salud en el histórico sitio de
Pativilca. Bajo el gobierno de Bolívarfue ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores, y ministro de
Hacienda. Luego ejerció la vicepresidencia del Consejo de Gobierno, cuerpo encargado del gobierno
en Lima cuando Bolívar emprendió su gira al sur en abril de 1825.
La presidencia de este Consejo de Gobierno debía ejercerla el mariscal José de La Mar, pero por
ausencia de éste, Unanue se encargó de presidirla, de 10 de abril de 1825 a 5 de enero de 1826;
fue así como este sabio ariqueño estuvo a la cabeza del poder ejecutivo en el Perú, hasta que La
Mar asumió dicha función.
En el aspecto económico, dictó el primer reglamento de comercio, estableció el personal de aduanas
y dio impulso a la agricultura, minería e industria manufacturera. En el aspecto educacional, restauró
los colegios que ya no funcionaban, fundó otros colegios en Lima y en provincias, organizó la
Dirección General de Estudios y creó sociedades con fines culturales como la Sociedad Filarmónica
y el Museo de Ciencias Naturales. Además, creó la primera junta de beneficencia pública, fundó
establecimientos hospitalarios y propagó la vacunación para erradicar la viruela.

En junio de 1826 fue nombrado ministro de Justicia y Negocios Eclesiásticos, pero tras la partida
de Bolívar se retiró a su hacienda San Juan de Arona, en Cañete. Enfermo, tuvo que soportar
todavía el dolor de perder a su segunda esposa, Josefa de la Cuba. Él mismo, ya en sus días últimos,
frecuentó a un vecino ilustre, el ex director supremo de Chile, Bernardo O’Higgins, dueño de la
hacienda Montalván. Falleció el 15 de julio de 1833, a los 78 años de edad.
RESUMEN

La vía subcutánea se presenta como una alternativa a la vía oral cuando ésta no es
posible. En el manejo de los pacientes paliativos está extendido el uso de esta vía,
pero no es así en el resto de pacientes. Existen distintas situaciones en Atención
Primaria donde nuestros enfermos se pueden beneficiar en numerosas ocasiones del
uso de esta forma de administración de fármacos.
Revisamos varios artículos, capítulos de libros y guías clínicas donde se precisan las
ventajas e inconvenientes de esta vía, las principales indicaciones, las técnicas de
administración subcutánea de fármacos en bolo o en infusión continua y los fármacos
más empleados. En definitiva, intentamos hacer una revisión del uso de la vía
subcutánea útil para el médico de familia y para los diplomados en enfermería que
trabajan en atención primaria, tanto en la consulta diaria como en la atención
continuada.

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