Sie sind auf Seite 1von 22

Indicio adminiculable a la confesión

«El indicio o indicios con que ha de adminicularse la confesión judicial del procesado para
que haga prueba en contra de él, han de resultar de hechos existentes por sí, y
comprobados jurídicamente, y nunca extraños a los autos... (S. 8-2-1907. M. 1907. T. II.P.
164. Manrique Pacanins).

Los indicios deben estar probados

«...los indicios adminiculables han de resultar de hechos existentes por sí y comprobados,


y observa este Tribunal: que la responsabilidad criminal de F. y W por haber determinado
a J. a cometer el delito la deduce el tribunal sentenciador adminiculando la confesión de
los procesados con el indicio resultante del hecho de haber existido enemistad entre éstos
y el ofendido por cuestión de intereses; pero el hecho de la enemistad no está
plenamente comprobado» (S. 7-12- 1907. M. 1909, p. 398. Manrique Pacanins).

Los indicios deben estar probados

«... no constituye indicios 'aquella franqueza exagerada de G... al confesar autor del
fratricidio', y tampoco tiene valor indicial, la expresión dubitativa 'de que las dimensiones
de la herida que causó la muerte a R... concuerdan en cierto modo, con las dimensiones
del puñal que corre diseñado en el proceso» (S. 27-05- 1908. M. 1909. T. I, p. 474.
Manrique Pacanins).

No exige pluralidad de indicios

«Una de las condiciones…para que la confesión haga prueba es la de que haya en los
autos, 'algún indicio o presunción' por lo menos, contra el reo,... no exige pluralidad de indicios
o presunciones sino que basta que haya uno solo de ellos» (S. 9-8-1955.Corte de
Casación. Sala Penal. G.F.2a. E. N° 9. 1955, p. 205).

Los indicios para adminicular a la confesión pueden resultar de una prueba directa
o indirecta
«La ley no requiere que los indicios para completar la prueba de confesión resulten de las
declaraciones de testigos presenciales. Tales indicios (hasta uno solo según la regla
establecida en el artículo 247, circunstancia tercera, del CEC) pueden resultar de una
prueba directa o indirecta en relación con la comisión del delito» (S .1-10- 1956. Corte de
Casación. Sala Penal. G.F. 2a. Etapa N° 14 1956 ~ p. 13).
Más de un indicio adminiculable a la confesión

«... sentenciador consideró más de un indicio adminiculable a la confesión del reo y


procedió con sujeción a ley» (S. 21-04-1958, GE 20, 2a E., Vol. III, p. 179).
Prueba indiciaría corrobora confesión. La sentencia fue inmotivada

«... no se indicó la norma pertinente de la valoración de la prueba indiciaría que le sirvió al


sentenciador para corroborar la confesión inquisitiva del encausado..., omitiéndose en
este aspecto las razones de derecho de la sentencia, elementos esenciales...la sentencia
recurrida es inmotivada» (S. 21-4-1958. GF 20, E. Vol. III, p. 179. Machado).

La confesión es una misma aunque se haya rendido en distintas oportunidades

«...la confesión es una misma aunque se haya rendido en distintas oportunidades, y por
tanto no puede contener a la vez la prueba directa que emana de la declaración del reo, y
la indirecta o indiciaria...» (S. 4-7-1944. Sala Penal. Memoria 1945, p. 157).

Coacción al confesante debe probarse en autos. V: Libre y sin juramento.

CONFESIÓN

Concepto

La confesión es el reconocimiento que hace el procesado (investigado, imputado o


acusado) en un proceso penal, o fuera de él, de su autoría y de su culpabilidad en la
comisión de un hecho punible. Lo hace en forma oral o por escrito, de manera
espontánea o provocada.
La Casación Penal venezolana, en doctrina constante y pacífica, ha sostenido que,
para que exista confesión, es necesario que el reo se declare autor de un hecho delictivo
que se le imputa, que lo haga en términos precisos, y que no quede ninguna duda de que
está reconociendo su propia culpabilidad.

«Para que exista confesión es preciso que el reo al declararse autor del hecho delictivo
que se le imputa, lo haga en términos precisos, que no den lugar a ningún género de
duda acerca de la voluntad de arrojar sobre sí todo el peso de las consecuencias jurídicas
que su declaración puedan aparejar» (S. noviembre 14, 1931. M. 1932, p. 348, Machado).
«...no toda declaración rendida por el reo debe calificarse de confesión, la cual no es más
sino el reconocimiento libremente hecho por un individuo, de ser él el autor del hecho
delictuoso que se persigue, o de haber colaborado, de alguna manera eficaz, en la
ejecución de tal hecho,...» (S. Febrero 3,1936. M. 1937, T. II. p. 11, Machado).
«...confesión la declaración rendida por el reo que contenga el libre reconocimiento de ser
el autor del hecho delictuoso que se averigua, o de haber colaborado de una manera
eficaz, material o inte- lectualmente, en la ejecución de tal hecho» (S. julio 18,1949. GF
N°. 2, p. 340, Machado). «Confesar es... aceptar la imputación... aceptar la relación de
causalidad entre el delito y la acción...indubitada... debe surgir claramente de la
intención... de aceptar la participación en el hecho y sus consecuencias» (S. 26 junio,
1957)» S. 18 -7-73. GF 81, 3E. p. 352. Díaz Chacón, n. 253).

1. Confesión. Prueba por excelencia

«La confesión del reo así en lo civil como en lo penal es la prueba por excelencia, la que
ofrece más seguridad para los fallos de la justicia, disminuyendo a límites extremos la
posibilidad de algún error porque casi siempre contiene la verdad cuando hecha en pleno
uso de las facultades mentales y sin apremios, perjudica a quien la ofrece; sin embargo,
nuestro legislador en su afán de garantizar al presunto culpable del delito no considera
suficiente su confesión exigiendo además algún indicio o presunción cuando menos» (S.
julio 4, 1914. M. 1945, T.II. p.155. Machado).

CONFESIÓN CALIFICADA

Concepto Confesión calificada o limitada

En la confesión calificada, el procesado confiesa la comisión de la transgresión


punible (autoría) pero la califica, la adjetiva, se excepciona, no acepta culpabilidad. Es lo
que se denomina la excepción de hecho. Se le llama limitada, también, porque limita su
culpabilidad, límite que llega hasta excluirla: cometió el delito, pero pone un límite, no es
culpable (éste el límite) y da sus razones.
Mitermaier define a la confesión calificada así: «Llámase también calificada la
confesión cuando, confesando el crimen, el acusado procura ponerse a cubierto por
medio de una excusa más o menos válida, sea que pretenda no haber podido tener
conocimiento de sus actos, o sea que sus justificaciones excluyan toda aplicación de la
pena, o que deban mitigar su rigor».73

«...confesión calificada es aquella en que el enjuiciado, a la vez que afirma la verdad del
hecho que se le imputa, se excepciona añadiéndole circunstancias que modifican,
desvirtúan o destruyen su naturaleza jurídica» (S. febrero 13, 1937. M. 1938. T.II, p. 26.
Machado. S. 8-4-1954. Corte de Casación. Sala Penal).

La confesión calificada y el principio de la indivisibilidad de la confesión

El maestro Angulo Ariza dice que


En materia penal no rige el principio de la indivisibilidad de la confesión, que es la ley
en el procedimiento civil.. .porque la confesión en materia procesal civil solamente se
conforma con la verdad formal, mientras que en el proceso penal donde la cuestión es de
orden público e interesa a la colectividad para la perfecta aplicación de una pena o la
absolución de un procesado, no basta la verdad formal que el reo se llame autor del
hecho punible como basta en el procedimiento civil en que el demandado convenga en la
demanda.79
Por su parte, afirma Mittermaier 80 que «... nada se opone a que pueda examinar (el
juez) si hay relación íntima y orden natural entre las diversas partes de la confesión, y aun
separar lo que debe separarse en las explicaciones que comprenden
Y Pietro Ellero81 dice que: «Dividir una confesión,...es aquel acto mental merced al
cual sólo se tiene por demostrada una parte del objeto a que la prueba se refiere, o bien
sólo se admiten ciertos efectos...».
La confesión calificada sí es divisible, porque para favorecer al reo, que se ha
excepcionado al confesar el hecho punible, se le acepta, se acoge la excepción de
hecho que adjetiva, califica a la confesión, y esto le favorece, pues en vez de tomar la
confesión como una prueba en su contra, se acoge como una defensa. Aquí, sí es
divisible si la excepción de hecho es verdadera o verosímil. Pero si la excepción de
hecho es falsa o inverosímil, entonces una confesión que iba a ser calificada, y por lo
tanto defensa a favor del procesado, se convierte en una confesión simple que es
prueba en su contra. La confesión simple no es divisible, porque no hay nada que
dividir, que seleccionar: se toma o se deja toda. Se le tiene por confeso o no se le tiene.
Como es falsa o inverosímil la excepción, ya no es calificada la confesión, y deviene en
confesión simple, la cual se acoge tal cual es, simple, sin aditamentos: es prueba contra
el confesante, no hay nada que dividir.
Excepción de hecho

La excepción de hecho modifica sustancialmente el hecho confesado. La excepción


de hecho en la confesión calificada, consiste en la modalidad que el confesante da a su
declaración sobre la transgresión punible, que la hace variar de naturaleza o cambiar la
tipicidad. Amortigua su conducta en la transgresión o la justifica; o bien, el procesado se
pone a cubierto por medio de una excusa más o menos válida.74

Como tiene asentado la Casación venezolana, el hecho se excepciona añadiéndole


circunstancias que modifican, desvirtúan o destruyen la naturaleza jurídica de la
transgresión punible: el procesado que confiesa haber dado muerte a una persona, pero
se excepciona diciendo que lo hizo en legítima defensa; el que confiesa que entró en un
banco y hurtó un dinero y no, como se le quiere atribuir, que lo hizo por la fuerza,
acompañado de cómplices y apoyado en armas largas; es decir, acepta una situación
pero no la otra. O una declaración que no es confesión, porque no está admitiendo la
comisión del hecho punible, sino que, por el contrario, lo está negando; por ejemplo,
alguien declara que no hurtó un objeto, y así le pone un límite a su actuación, aduciendo
que no hurtó porque ese objeto es de él y muestra la factura de cuándo lo compró y
cuánto le costó.
Entiéndase, en todo caso, que la excepción de hecho debe consistir en expresiones
de circunstancias de conducta de hechos reales, objetivos y no meros alegatos jurídicos.
No basta aducir «lo hice en legítima defensa», sino que es necesario detallar los hechos
a fin de que el juez aprecie si procede o no la eximente.
El artículo 247, del derogado Código de Enjuiciamiento Criminal, decía que cuando
la confesión fuera calificada, es decir, cuando el confesante se excusaba, se exculpaba,
se excepcionaba, el juez debía comparar la excepción de hecho con todas las demás
pruebas existentes en autos; no obstante, si se mira bien, no es necesario compararla
con todas, sino con aquellas que tengan relación con el asunto.
Cuando el juez, a su juicio, consideraba que la excepción de hecho era falsa o
inverosímil, según las demás pruebas que arrojaban los autos, la desechaba, y debía
fundamentar su fallo en las razones por las cuales tomaba tal decisión. Hoy en día es por
la sana crítica.
La doctrina sentada por la Casación venezolana es que no solamente está facultado
para desechar la excepción de hecho, sino que tiene que hacerlo, «pues el norte de la
actividad en el proceso penal es la consecución de la verdad, pero la genuina verdad
material, efectiva, histórica, de lo realmente acaecido, no de una construcción de los
hechos realizada convencionalmente por el reo al amparo de la generosa disposición del
artículo 247 del Código de Enjuiciamiento Criminal» (Sentencia del 3 de noviembre de
1956. Corte de Casación en la Sala Penal).
Conviene precisar qué se entiende por inverosímil. Es lo que resulta contrario a la
naturaleza de las cosas, lo que no es material o humanamente posible que suceda.

CONFESIÓN SOBRE UN HECHO CIRCUNSTANCIAL

«...confesión puede recaer sobre un hecho circunstancial siempre que... sea personal del
que confiesa y tenga alguna relación con el hecho principal,... autoriza al juez en caso de
la confesión... calificada a desechar la excepción de hecho... a su juicio y por los
fundamentos que deberá expresar,... sea falsa...según las demás pruebas... (S. enero
10,1914, M. 1915, p. 222. Manrique Pacanins).

«Alega el reo que su confesión es calificada... e invoca la definición dada por la Corte
Federal y de Casación...lo que ha tratado de desvirtuar el reo, no es el hecho mismo que
se le imputa sino su confesión sobre la comisión del delito... la cual no es confesión cali-
ficada y el problema jurídico se reduce a si hay o no dicha prueba plena contra la
confesión ...dicha prueba plena no existe... su con- festón queda en pie y es
perfectamente adminiculable con los demás indicios del proceso...» (S. 6-7-1955. Corte
de Casación. Sala Penal, G.F. 2a. Etapa N° 9. 1955, p. 12).

CONFESIÓN COMPLEJA

«...aquella que a más del hecho doloso contiene otro u otros hechos distintos conexos o
no conexos con el delito, pero que también han sido opuestos como descargo de la
responsabilidad del procesado. Esta confesión para los efectos de la prueba, es como la
anterior, indivisible, porque nuestro código no hace distingos al respecto;... el
juez...puede, como en el caso de la confesión calificada, desecharla igualmente en todo o
en parte, cuando sea falsa o inverosímil...» (S. enero, 1931.M. 1945. T. II, p. 29. Ma-
chado).
CONFESIÓN EXTRAJUDICIAL

La clasificación de la confesión, en el Código de Enjuiciamiento Criminal, tenía su


importancia, porque, dependiendo de si se rendía en el juicio (judicial) o fuera del juicio
(extrajudicial), o ante los organismos de policía judicial, existían diferentes formas de
valorarla, de apreciarla. Hoy en día, cualquiera de ellas se aprecia, como la totalidad de
las pruebas, por sana crítica. Por lo tanto, esa clasificación ya no es útil.
En su lugar, sí tiene importancia, hoy en día, hablar de confesión procesal, la que
ocurre dentro del proceso, en cualquiera de sus fases, y la extraprocesal, aquella rendida
fuera del proceso. Por ejemplo, en una fiesta, y con las desinhibiciones que produce el
vino, una persona comenta, ante otras, que cometió tal delito, sobre todo los de
«jactancia»: la mejor «comisión», en tal contrato, en tal o cual Ministerio, la logró él; la
chica que raptaron en el barrio, fue él el raptor. Esta confesión, fuera del proceso, se
prueba con testigos.

«...emitida oralmente o por escrito, ante personas fuera del proceso» (S. 6-10- 1960. GF
30, 2E p.42. Díaz Chacón, n. 260).

«Cuando el artículo 248 (del CEC) habla de la confesión extra- judicial y la rendida ante
las autoridades de Policía Judicial se refiere a la confesión que no es ante el Tribunal»
(S.4-3-1969. Repertorio Forense, Tomo II, p. 410).
Confesión procesal y confesión extraprocesal (Confesión rendida ante la policía
judicial también puede ser calificada)

«...confesión... ante la Policía Técnica Judicial requiere para hacer plena prueba que se le
adminiculen por lo menos otra presunción; y la confesión contenida en la indagatoria
igualmente requiere otra presunción con la cual adminicularla para formar la plena prueba
. . . confesión extrajudicial como la rendida ante las autoridades de Policía Judicial,...
puede ser también calificada, por lo que al sentenciador no le es dado desecharla sino
cuando ella resulta falsa o inverosímil según las demás pruebas que arrojen los autos»
(S.19-01-1967 Repertorio Forense, Tomo II, p. 296 TD).

Probada en autos

«...para que un dicho del reo pueda tomarse como confesión extrajudicial, es necesario
que esté probado en autos, como se requiere, en general, con todos los hechos jurídicos
de los cuales se pretende deducir presunciones» (S. 13-6-1908. M.1909, T. I, p. 505.
García Iturbe, p.165).
«...comprobado en autos las declaraciones del Jefe Civil, y agentes de policía,... les
confesó ser el autor de la herida inferida a X...aceptar la confesión extrajudicial del reo,...
encontraron (los jueces) que estaba comprobada, y que en ella concurrían las cir-
cunstancias legales para ello» (S. diciembre 2 de 1918. M. 1919, p. 386, Manrique
Pacanins).
Confesión extrajudicial probada con un testigo referencial no será considerada si
no es corroborada
«...probada la confesión extrajudicial con la declaración de un testigo que se refiere a
otro, sin que éste la haya corroborado, no obstante haber sido interrogado por los
particulares que el testigo de referencia ponía en boca de aquél.» (S. 2-6-1941. Corte de
Casación. Sala Penal. Memoria de la Corte Federal y de Casación, 1942, (T-II), pág. 174).

Prueba de la confesión extrajudicial

«El medio corriente universalmente aceptado de probar una confesión extrajudicial es la


prueba de testigos, sin necesidad de apoyarla en ninguna otra» (S: julio 17, 1945. M.
1946, T.II, P. 155. Machado).
«Es universalmente aceptado por la doctrina y la legislación que la confesión que hace
plena prueba es la judicial, o la extrajudicial comprobada por los medios legales, cuando
ellas reúnan todos los requisitos que señala la ley...si esa confesión es extrajudicial, para
que haga plena prueba se requiere, en esto es abundante la doctrina de Casación, que
ella esté comprobada por los medios legales. En el caso concreto solamente un testigo da
fe de haber oído la confesión de B. y ello, indudablemente es, a todas luces, insuficiente
para dejar de manifiesto la ya tantas veces referida confesión» (S. 28-6-1951. Tribunal
Superior Penal Estado Trujillo. JTR Vol. I).

«...confesión plena...ante Policía Técnica Judicial requiere para hacer plena prueba que
se le adminiculen por lo menos, otra presunción,... puede ser también calificada...» (S. 19-
1-1967. Repertorio Forense, Tomo II, p. 296 TD).

FICTA. CONFESIÓN- . NO HAY CONFESIÓN FICTA. Véase: No hay confesión


El silencio de las partes -en materia penal- no dará por reconocido un instrumento. No
hay confesión ficta o tácita. «... tales recibos no fueron reconocidos ni negados por los
encausados a quienes fueron opuestos y por consiguiente su silencio no pudo
considerarse como un reconocimiento, porque admitir lo contrario sería arrancarle a los
reos una confesión...decisiones 'que el silencio del reo en los actos trascendentales del
juicio si no lo perjudica tampoco puede favorecerle' (S.16- 11-1951. Corte Superior
Primera en lo Penal. DF. JTR Vol. 1).

CONFESIÓN JUDICIAL

Confesión ante policía... ratificada... (En tribunal)... adquiere rango de confesión


judicial...» (n. 234, Díaz Chacón). «... es como si originalmente hubiera sido rendida ante
éste (el tribunal)» (S. 8 de agosto de 1980. GF 109, vol. II, p.1300, n. 235, Díaz Chacón).
CONFESIÓN SIMPLE

La confesión simple consiste en que el investigado, imputado, acusado, declara pura y


simplemente la comisión de la transgresión punible (autoría) y se declara culpable (dolo
o culpa); es lo que lo que se denomina la nuda confesión. No se excepciona. Se le llama
simple, por no ser compleja, sin aditamentos, ilimitada, por contraposición a la que es
limitada.

«...al no ser considerado por la sentencia...como excepción de hecho...dejó la declaración


como...confesión pura y simple,...lo agregado... no modificó ni desvirtuó la delectividad del
hecho confesado, por lo cual bien pudo el sentenciador separar la parte accesoria, que no
constituía excepción de hecho pertinente, de la principal que,...sí caracterizó, a juicio de la
Corte...una confesión...» (S. febrero 13, 1937. T. II, p. 26. Machado).
«... el procesado confiesa haber dado muerte a...por vía de excepción y justificando su
acción, alega que el hoy occiso le había amenazado en repetidas ocasiones con matarle
y le había ofendido. Esta confesión que pudiera juzgarse calificada en razón de la ex-
cepción de hecho opuesta, no puede admitirse... por resultar falsos bajo todo punto de
vista los argumentos invocados por el encausado... su confesión se tiene como simple...»
(S. 14-11- 1956. Superior Primero Décima Circunscripción Judicial. JTR, vol. V).
A. «... hace prueba plena contra el encausado... por haber sido hecha libremente y sin
juramento, por estar plenamente comprobado el cuerpo del delito con los elementos
indicados en la precedente consideración y por existir además en los autos, en contra del
mismo los indicios que se desprenden de las declaraciones de las ya mencionadas A,O. y
L.B.O. ...en... indagatoria, manifestó que se acogía al precepto constitucional.. .pero no
negó en modo alguno su exposición anterior ni promovió tampoco pruebas para destruirla,
y en consecuencia debe considerarse con pleno valor probatorio la confesión en
referencia» (S. 1-6-1956. Tribunal Superior Segundo de la Séptima Circunscripción
Judicial JTR Vol. V).
Confesión voluntaria o espontánea

Como ya se ha dicho, la confesión es el reconocimiento que, en términos precisos,


hace un procesado de su autoría culpable en la comisión de un hecho punible. Si tal
reconocimiento se hace en forma espontánea o voluntaria, se está en presencia de la
confesión que lleva ese nombre. En el proceso penal hay que ir de la convicción a la
confesión, y no al revés, como algunos piensan y actúan. Es la perspectiva del presente
trabajo en este aspecto, sin desmedro de la otra, aunque no sea aquí compartida. De
nada vale una confesión si no hay otros elementos de convicción contra el procesado.
La defensa intervendrá en el interrogatorio tantas veces como lo considere
necesario, a fin de evitar que el transgresor confiese, si ésa fue la estrategia concebida
junto con el procesado. La defensa pudiere decir: «que esté convicto pero no confeso».
Cada vez que se vaya a interrogar a un procesado, tiene que estar presente su
defensor privado o público de presos. Antes, con el viejo régimen procesal penal, no era
así, con la excepción de los procesos por drogas. Y se prestaba a muchos abusos, a
pesar de la presencia del Fiscal del Ministerio Público, que debía velar por los derechos
del procesado. Se aplicaba la técnica de los dos interrogadores: el bueno y el malo, el
duro y el comprensivo. El malo hacia el papel de tal: «No estés pensando que yo soy
como el comisario tal que es un hombre decente y culto. Yo no, yo voy al grano. Yo tengo
mis fórmulas para hacer «cantar» (en el argot o jerga policial, «cantar» es confesar). Esto
atemoriza al interrogado. El bueno, que no es tan bueno, sabe de estas «técnicas» y,
cuando le toca su turno, le dice al sujeto que no le haga caso al anterior interrogador, que
para eso está él allí, para hacerle respetar las garantías constitucionales. Pero ésta es
también una fórmula tan sofisticadamente inmoral como la otra.
La presencia del defensor es de suma utilidad para evitar el desprestigio del
organismo policial y del interrogador, al que se pudiera acusar de que fue brutal en su
trabajo. El mejor testigo de su trabajo es la defensa.

NO ES CONFESIÓN
«...si de las actas procesales no resultase algún rastro de su paso por el crimen; alguna
presunción de su actuación en el hecho delictuoso, no debería ser tomada semejante
declaración como confesión en su contra, sino como un indicio más o menos grave en
contra suya, que podría ser destruido por una prueba plena admitida y evacuada
judicialmente» (S. octubre 5, 1939. M. 1940. T. II, p. 284, Machado).
«No existe en el derecho procesal penal confesiones implícitas» (S. 18 de junio de 1964.
GF. 44, 2E, p. 371. Día2 Chacón, p. 246).

CUERPO DEL DELITO Y CONFESIÓN


«...si el delito en sí carece de existencia real y jurídica, la confesión resultaría inoperante
por absurda y falsa» (S. octubre 5, 1939. M. 1940. T. II, p. 284 Machado).

Análisis de la confesión resulta improcedente e inútil cuando el cuerpo del delito no


está comprobado
«... cuerpo del delito, y habiendo encontrado que éste no aparecía debidamente
comprobado, no estaba obligado al análisis de la confesión del reo...llegó a la conclusión
de la inexistencia del hecho punible, el análisis de la confesión resultaba improcedente e
inútil ya que la comprobación del cuerpo del delito es conditio sitie que non para que la
confesión haga prueba contra el reo,...» (S. 10-2-1954. Sala Penal. CSJ. Copiador de
Sentencias).
Confesión no prueba el cuerpo del delito

«... confesión...no sirve para la comprobación del cuerpo del delito...» (S. 21-10-1953. GF.
2. p. 607. García Iturbe, p. 115).
«... si la comprobación del cuerpo del delito es requisito esencial para que la confesión
haga prueba en contra del reo, mal puede servir la misma confesión para comprobar el
cuerpo del delito, porque ello equivaldría a incurrir en un círculo vicioso que está muy
lejos del pensamiento del legislador, traducido en textos de ley muy claros y precisos. Así,
el artículo 115 del CEC establece los medios de averiguar y comprobar el cuerpo del
delito sin que entre ellos se encuentre la confesión» (S. 5-4-1954. Sala Penal. CSJ.
Copiador de sentencias).
«...en cuanto al valor de la confesión, ya que para que ésta surta sus efectos contra el
confesante es necesario como conditio sine qua non, que el cuerpo del delito esté
plenamente comprobado, prueba ésta que debe surgir de elementos distintos a la confe-
sión del procesado» (S. 17-10-1955. Sala Penal. G.F. 2a E. N° 10, pp. 4-50).
«La declaración del reo no tiene valor sino en lo que respecta a su culpabilidad, siempre
que el cuerpo del delito esté plenamente comprobado, o lo que es lo mismo, que al
extremo legal, necesario para la condenatoria, no puede establecerse con base en la
confesión,...» (S. 4 octubre de 1956, GF. 14, p. 41. García Iturbe, p. 118).
«El artículo 247 del CEC exige como presupuesto fundamental, para que la confesión
surta efecto contra el reo, que 'el cuerpo del respectivo delito esté plenamente
comprobado' lo que por argumento a contrario, excluye la posibilidad de que aquella
pueda servir para demostrar a la existencia del cuerpo del delito...» (S. 8-4-1958. Sala
Penal G.F: 2a. E. N.20, 1958, p. 28).

Cuerpo del delito. Confesión extrajudicial

«Conviene hacer esta distinción, porque al declarar en un documento privado el haberse


apropiado indebidamente de una cosa, es un simple reconocimiento de culpa. Es una
confesión extrajudicial puesta por escrito y su reconocimiento por ante el Juez, erige ese
documento en confesión judicial de culpabilidad. Y la confesión extrajudicial o judicial de
culpabilidad, tiene valor probatorio a los sólo efectos de la responsabilidad y no a los de la
comprobación del hecho delictuoso en sí mismo» (S. 25-2-1959. Tribunal de Reenvío
Penal. JTR Vol. VII).
«La confesión del procesado en ningún caso sirve para comprobar el cuerpo del delito»
(S. 7 de julio de 1959. GF 25, 2E, p. 20. Díaz Chacón, n. 228). «...sea judicial o
extrajudicial no es apta para...comprobación del cuerpo del delito» (S. 7 de julio de 1959,
GF 25,2E, p.20. Díaz Chacón, n. 228).
«... confesión,...no es medio idóneo para la determinación del cuerpo del delito,...» (S. 3
de abril de 1974, GF 84, 3E, p. 1021, Díaz Chacón, n. 230).
«...confesión surta efectos probatorios es indispensable que esté comprobado el cuerpo
del delito» (S. 25 de mayo de 1977, GF 96, vol. II. 3E p.1234. Díaz Chacón, n.237).
«...Si se establece que los hechos no revisten carácter penal, no es procedente entrar a
emitir...juicio de responsabilidad» (S. 20 de noviembre de 1981.GF 114, vol. III 3E, p.
2060. Díaz Chacón, n. 238).
Razones que tiene el procesado para confesar

El procesado puede tener el ánimo de confesar, porque así se lo requiere su psique,


su conciencia; o no teniendo ese ánimo o deseo, el interrogador, siguiendo los
lineamientos constitucionales, legales, científicos y técnicos, logra que se declare
culpable.
Si el transgresor es una persona normal, dentro de lo que se puede definir como
normalidad, estará ansioso (no digo que deseoso) de liberarse de un complejo de culpa
que tiene encima, sobre todo en delitos pasionales. Pero no todos los transgresores son
así. Puede haberlos desquiciados, en cuyo caso se remiten a psiquiatría forense.
Hay otros que entraron en una red de delincuencia organizada que los atrapó y no
hallan como salir de allí. Este pudiera ser el caso del informante arrepentido (principio de
oportunidad). Quiere una mano que lo ayude. Muchas veces se sabe que es un «hombre
muerto», en la expresión de ese mundo criminal, pero prefiere llegar hasta allí y que a
nadie, ni a su peor enemigo, quiere ver en una situación como la que él está viviendo. Es
una motivación: útil a la investigación y útil a la sociedad. El Estado saca provecho.
A menos que sea un enfermo mental, que tendrá otro tratamiento y otros
especialistas, quien comete un delito, así sea el más cruel transgresor, pudiere estar
dispuesto a confesar. Descargarse. Tiene un gran peso y se siente un ser desgraciado y
despreciable, una alimaña. Si encuentra un interrogador que se le acerque
humanamente, como a un ser humano que erró, pudiera sentir un apoyo e inclinación a
confesar. Es una técnica del interrogador (fría y calculada, opinan algunos), que sabe que
cualquier ser humano es capaz del más alto acto de heroicidad y santidad, pero también
de dejarse llevar por lo más bajo de las miserias humanas. No es que se está de acuerdo
con el delito. El interrogador le dice que su trabajo es investigar el delito, porque hay una
víctima que lo reclama; que no acepta el delito, pero que no tiene nada contra el autor del
mismo.
Cada individuo, en la sociedad, tiene un trabajo que hacer y responde por sus actos.
Se le hace saber. «Hoy es usted, que consciente de su error debe rectificar». La ley le
dirá cómo.

Características de la confesión

Las características son las señales, las marcas, los caracteres, que son parte
intrínseca de la confesión, sin las cuales no habría tal confesión. Ha sido la ley, la doctrina
y la jurisprudencia, las que han dado el perfil de lo que es una confesión, de cuál es su
carácter.

He aquí algunas de esas características:


Coherencia: lo confesado debe tener una coherencia con las pruebas de autos que
haya contra el confesante. Que no se contradiga con ellas. El interrogador, antes de
interrogar, ha tenido que hacer un exhaustivo estudio y análisis de las actas del
expediente y tiene un perfil lo más exacto posible del interrogado para, si logra que
confiese, analizar esa confesión con el acerbo probatorio, verificarla y precisar si hay
coherencia en lo confesado.

Verosimilitud: La verosimilitud es aquello que no resulte contrario a la naturaleza de


las cosas; lo que es material y humanamente posible que suceda. Una confesión
verosímil será aquella que no resulte contraria a la naturaleza de las cosas y que material
y humanamente sea posible que suceda; es decir, que el confesante no genere
tergiversaciones voluntarias o involuntarias.

Precisión y concreción: Puede declarar todo lo que quiera, y todo el tiempo que
estime necesario, pero la aceptación de su autoría culpable tiene que ser precisa y
concreta. El Código de Enjuiciamiento Criminal de 1863 decía que debía ser «precisa y
categórica» y la Casación Venezolana ha dicho que sea «precisa y concreta». Que no
quede duda que está confesando.

Condiciones para que la confesión tenga valor probatorio


Para que la confesión tenga valor probatorio, debe llenar los siguientes requisitos:
B. Que sea rendida libremente.
C. Que sea realizada sin juramento.
D. Que el cuerpo del delito (el delito) esté plenamente comprobado.
E. Que haya, además, en los autos, algún indicio o presunción, por lo menos,
contra el procesado (Art. 247, CEC).
1. Confesión rendida libremente

Que alguien esté libre no quiere decir que no esté detenido, sino que su voluntad no está
influida por ningún tipo de coacción, sino que se encuentra en libre juego. Confiesa
porque verdaderamente tiene la intención de hacerlo. Si lo hace bajo coacción de
cualquier tipo, o por medio de preguntas sugestivas o capciosas, hipnotizado o
narcointerrogado, la confesión estará viciada. En ninguno de los casos anteriores, como
se analizará más adelante, es libre en su declaración, aunque se haya prestado
libremente a cualesquiera métodos. En sentencia de la Corte de Casación, en su Sala
Penal, el 26 de julio de 1954, se expresó que la circunstancia de que el reo se someta
voluntariamente al procedimiento del narcoanálisis no puede legitimarlo, porque al
hallarse aquél bajo los efectos de la droga respectiva, pierde la plena conciencia de sus
actos y procede entonces constreñido por la exploración psíquica y sin el goce de la
libertad absoluta, indispensable para que sus declaraciones tengan validez. Las de-
claraciones formuladas en esa situación carecen de libertad y se estima que el método
del narcoanálisis con fines procesales es contrario al precepto constitucional que
salvaguarda la seguridad del individuo.
El derogado Código de Enjuiciamiento Criminal (CEC) decía, en su artículo 194, que
«La declaración del indiciado se extenderá sin corrección alguna de lenguaje, en los
propios términos en que la hubiera expresado, y se le leerá o dejará leer lo que haya
dicho, bien para que ratifique lo expuesto, bien para que haga las observaciones que crea
necesarias, las cuales se pondrán en la misma declaración....». Por su parte, el artículo
132 del COPP, al referirse a la declaración del imputado, dice que «Su declaración se
hará constar con sus propias palabras». Y con respecto al tiempo, dice el artículo 135,
ejusdem, que «La declaración sólo podrá rendirse en un horario comprendido entre 7: 00
a.m. y las 7 p.m. Si el examen del imputado se prolonga excesivamente, o si se le hubiera
dirigido un número de preguntas tan considerable que provoque su agotamiento, se
concederá un descanso prudencial para su recuperación. Se hará constar en el acta las
horas del inicio y término de la declaración». El defensor tendrá una importante actuación
en este sentido.
El interrogador no debe inventar frases, oraciones, palabras, conceptos, como dichos
por el interrogado, porque se descubre el lenguaje no propio del interrogado. Allí estará
presente el defensor, pendiente de cualquier irregularidad. Por eso, debe garantizarse
que la confesión se transcriba bajo los términos en que se dé. Si el defensor encuentra
alguna irregularidad, dirá que se deje constancia de que tal frase no fue lo que dijo su
defendido, sino tal otra. El defensor seguramente hará que su cliente firme hoja por hoja
para evitar el fraude en la inclusión de hojas con versiones interesadas. Las crónicas dan
cuenta de esto, sobre todo en juicios políticos. Al respecto, el defensor también solicitará
que se deje constancia de que la declaración consta de tantos folios, a fin de evitar el
fraude referido. Un hábil falsificador puede falsificarle la firma.

Cuando se va a interrogar a un procesado, hay que imponerlo del precepto constitucional


consagrado en el artículo 49, número 5, de la Carta Magna, que dice: «El debido proceso
se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas, y, en consecuencia...5.
Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o declarar contra sí misma, su
cónyuge, concubino o concubina, o pariente dentro del cuarto grado de consaguinidad y
segundo de afinidad».
Si el interrogado es un adolescente, para el cual hay el proceso penal del
adolescente, el artículo 654, letra j, de la LOPNA (Ley Orgánica para la Protección del
Niño y del Adolescente) dice: «Todo adolescente señalado como presunto autor o
partícipe de un hecho punible tiene derecho, desde el primer acto de procedimiento, a:...
i) No ser obligado a declarar y, en caso de querer hacerlo, que sea sin juramento, libre de
coacción, apremio y en presencia de su defensor,...j) No ser sometido a técnicas o
métodos que induzcan o alteren su libre voluntad, aun con su consentimiento ni a tortura
u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes».
El artículo 542, ejusdem, consagra el derecho a ser oído. «El adolescente tiene
derecho a ser oído en la investigación, en el juicio y durante la ejecución de la sanción...
Cuando no entienda el idioma castellano tendrá asistencia gratuita de intérprete».
Cada vez que deba oírsele se le explicará el precepto contenido en el artículo 49,
número 3, de la Constitución, que dice: «El debido proceso se aplica a todas las
actuaciones judiciales y administrativas y, en consecuencia: ...3. Toda persona tiene dere-
cho a ser oída en cualquier clase de proceso, con las debidas garantías y dentro del
plazo razonable determinado legalmente, por un tribunal competente, independiente e
imparcial establecido con anterioridad».

Sin juramento

Otro de los requisitos para que tenga valor la confesión es que debe ser rendida sin
juramento.
La palabra juramento viene del latín iuramentum, que quiere decir afirmar o negar
algo, poniendo como testigo a Dios. Una persona que haya cometido un delito, trata, por
instinto de conservación, por ley natural, de salvarse a sí mismo, de allí que la Carta
Magna consagra que nadie será obligado a declararse culpable en vina investigación
sobre un hecho punible donde está siendo averiguado como presunto autor. Se trata de la
consagración constitucional de un derecho natural.
Si a una persona se le toma declaración bajo juramento, esto constituye la primera
forma de coaccionarla, porque se le está pidiendo que afirme por Dios lo que se le está
preguntando y se verá coaccionado a afirmar (si fuera creyente); pero además, es un
precepto legal (artículo 125, número 9, COPP), el derecho que tiene el imputado a: «Ser
impuesto del precepto constitucional que lo exime de declarar, y aun en caso de consentir
a prestar declaración, a no hacerlo bajo juramento».
No se puede negar el derecho natural. El juramento hoy día se ha hecho «laico». En
muchos países no se exige fórmula religiosa alguna, a decir de Hernando Devis De
Echadía.46 Al respecto, pensamos que el juramento seguirá siendo en esencia religioso,
aunque sin fórmulas. Quedó en la historia de los pueblos como algo sagrado, porque
siempre estuvo presente de esta manera.

Ubicados en Venezuela, es posible advertir que hay lugares donde se jura, en forma
natural, para reforzar un sentimiento, llevándose la mano derecha a los labios, y besando
la cruz hecha con el pulgar y el índice, y dicen: «Por ésta»; otros dicen: «Por este puña'o
de cruces»; otros: «Por Dios y mi madre».
No ha dejado de ser un acto religioso. Así lo afirma Arístides Rengel Romberg: 47 «el
juramento ha sido siempre y continúa siendo, un acto religioso. El Diccionario Ilustrado de
la Lengua Española lo define como: 'Afirmación o negación de una cosa, poniendo por
testigo a Dios'».
En referencia a este punto, Arminio Borjas dice que la declaración del procesado «no
debe ser prestada bajo juramento, porque éste siempre es una coacción moral, una
presión sobre la conciencia, una falta de libertad»48.
La doctrina ha presentado diferentes formas, casi sacramentales, de recibir el
juramento (pero no para el procesado). La que más se ha publicitado, por los efectos de
películas y obras de teatro, es la que señala: «Decir la verdad, toda la verdad y nada más
que la verdad». En la Corte Penal Internacional, en su Regla 66, se ordena que el
juramento se tome bajo esta fórmula: «Declaro solemnemente que diré la verdad, toda la
verdad y nada más que la verdad» (Reglas de procedimiento y prueba: regla número 66).
Por su parte, en Argentina los testigos prestan el juramento o formulan la promesa de
decir verdad, a su elección.
Todo lo afirmado anteriormente sobre el juramento, guarda relación con la prueba de
testigos y experticias. No vale para la declaración y confesión del procesado penal.

El juramento en el testigo coacciona, es decir, fuerza a decir lo que sabe. Este «forzar»
no es permitido en la confesión, porque entonces se estará ejerciendo coacción y esto es
inconstitucional. En el Código de Procedimiento Civil derogado se decía (artículo 350): «..
.juramento de decir verdad, conforme a la religión que profese, o por su honor o su
conciencia, si dice no profesar ninguna».
El juramento tiene sus consecuencias legales, de no cumplirse con las normas que
lo orientan. Afirmar lo falso o negar lo cierto, por parte de un testigo, será falso testimonio
o perjurio. Pero antes del marco legal está lo moral: es un compromiso de conciencia,
compromiso con Dios (para el creyente) de lo que jura. Tan es de moral que la ley ampara
a los ciudadanos de no declarar contra los parientes ni contra el cónyuge o concubino.
El COPP consagró la fórmula de juramento o promesa. En el reconocimiento en
rueda de individuos se dice: «El que practica el reconocimiento, previo juramento o
promesa,...». En el articulo 227 precisa que: «luego que los testigos hayan prestado
juramento».
Vale la pena acotar que promesa y juramento son dos cosas distintas. El testigo
puede decir: «Lo prometo», y no es juramento. Pero si afirma: «Lo prometo bajo
juramento», entonces sí ha jurado. «Lo juro», implica la promesa de decir la verdad. «Lo
prometo», a secas, no es juramento. «Prometo hacer tal cosa», es una promesa. «Bajo
juramento prometo hacer tal cosa», es una expresión que puede ser tenida como
juramento. «Prometo decir la verdad», no es jurar decir la verdad.
Promete decir la verdad y no la dice, pero si el interrogado afirma lo falso o niega lo
cierto, esto no constituye delito. Si jura, sí es delito. Una cosa es prometer y otra jurar.
Según el artículo 239 del Código Penal: «todo individuo que llamado por la autoridad
judicial en calidad de testigo, experto, médico, cirujano o intérprete, se excuse de
comparecer sin motivo justificado, será castigado...El que habiendo comparecido rehúse,
sin razón legal, sus deposiciones o el cumplimiento del oficio que ha motivado su citación,
incurrirá en la misma pena». Y en su artículo 253 se lee: «El que deponiendo como
testigo ante la autoridad judicial afirme lo falso o niegue lo cierto o calle, total o
parcialmente, lo que sepa con relación a los hechos sobre los cuales es interrogado, será
castigado...».

Sin embargo, por el artículo 49, número 5, de la Carta Magna, ninguna persona será
obligada a declarar contra su cónyuge, concubino o concubina, o pariente dentro del
segundo grado de consanguinidad o segundo de afinidad. Asimismo, en el COPP se
consagra la excepción de declarar, en su artículo 224, n.l: «No está obligado a declarar el
cónyuge o la persona con que haga vida marital el imputado, sus ascendientes o
descendientes y demás parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de
afinidad, sus padres adoptantes o su hijo adoptivo».

3. Que el delito esté plenamente comprobado (cuerpo del delito)


Esta es otra de las condiciones para que la confesión sea prueba.

Al respecto, había mucha confusión entre los abogados sobre lo que algunos
entendían por cuerpo del delito; confusión que es producto (así lo sostuvimos desde
siempre en la cátedra) de ignorancia de la Historia. Ya el Código de Enjuiciamiento
Criminal de 1873 definía al cuerpo del delito así: «Se entiende por cuerpo del delito la
ejecución o existencia de un hecho punible por la ley».
En un artículo anteriormente publicado bajo el título «¿Qué es el cuerpo del
delito?»49, decía:

.. .hay quienes identifican el cuerpo de la víctima con el cuerpo del delito. Hemos
-visto y oído en los medios de comunicación social expresiones como las siguientes: “no
ha aparecido el cuerpo del occiso y por lo tanto no podrá probarse el cuerpo del delito de
homicidio'. 'El revólver incriminado no ha aparecido, por lo tanto no puede probarse el
cuerpo del delito', etc. En un sonado caso de incautación de cocaína se le criticó al juez
en grandes titulares de prensa, que se había desprendido del cuerpo del delito cuando
éste guardó las porciones científicamente aconsejables para las experticias y contra
experticias, y el resto lo mandó a incinerar.

Se ha confundido el cuerpo del delito con la prueba del cuerpo del delito. Una cosa
es la forma, el camino para probar, y otra, lo que se va a probar.

Vincenzo Manzini dice que el cuerpo del delito «son todas las materialidades
relativamente permanentes sobre las cuales o mediante las cuales se cometió el delito,
así como también cualquier otro objeto que sea efecto inmediato de ese mismo delito, o
que en otra forma se refiera a él de manera que pueda ser utilizado para su prueba».
Este es un concepto superado. Pretender encontrar estas materialidades a que se refiere
el maestro italiano, muchas veces resulta quimérico en algunos delitos, porque los hay
que no dejan huellas materiales. Estas materialidades pueden desaparecer, como en
efecto en algunos casos desaparecen, y sin embargo, existe el cuerpo del delito. No es
necesario el cadáver, por ejemplo, para comprobar el cuerpo del delito de homicidio; o el
revólver con el cual se disparó y dio muerte, etc. Estos pueden no encontrarse y sin
embargo existe el cuerpo del delito.
Escriche, autor español, en el Diccionario Ratonado de Legislación y Jurisprudencia,
citado por Arminio Borjas, define al cuerpo de delito como «la ejecución de la existencia,
la realidad del delito mismo».
Es, con más precisión, la exteriorización del acto punible, con todas las
circunstancias de hecho que le acompañan en su realización; es, por tanto, el delito
mismo, a través de todos los episodios de su realización externa. En otras palabras,
puede definirse como la ejecución en un tiempo y en un espacio de una acción u omisión
previamente establecida por la ley como un delito.

Abundando en la definición, Oswaldo López51 define al cuerpo del delito como «la
descripción objetiva de un hecho material observada a través de un tipo penal».

Las Escuelas que asimilan el cuerpo del delito con los elementos que sirven de
prueba del mismo, han sido superadas modernamente (en Venezuela, desde 1873). La
tendencia del nuevo Derecho Procesal Penal es identificar el cuerpo del delito con el tipo
legal.

También desde el punto de vista jurisprudencial se ha evolucionado.


Guillermo Colín Sánchez52 comenta una decisión de la Corte Suprema de Justicia
de su país, la cual dice que el cuerpo del delito es «El conjunto de elementos objetivos
exógenos que constituyen el delito, con total abstracción de la voluntad o del dolo». La
Corte Suprema de Justicia en Venezuela, en decisión de 9 de agosto de 1962, estableció
lo siguiente:
No es la materialidad de un hecho la prueba de que ese hecho es punible, 'la
materialidad' de la muerte de un hombre no es la prueba del delito de homicidio; ni la
'materialidad' de la sustracción de una cosa basta para declarar comprobado el cuerpo
del delito de hurto. El cuerpo del delito es el delito mismo, revelado por todas las
circunstancias y modalidades de su ejecución; la prueba de que se ha cometido un delito
tipificado en la ley; la acción adecuada a la descripción contenida en un determinado
precepto de ley penal. 'La materialidad'.. .podría ser un elemento para la comprobación
del cuerpo del delito, pero si el hecho punible requiere, además otros añadidos típicos
para que llegue a configurase un determinado tipo de delito, esa sola materialidad carece
de relevancia penal.

Con anterioridad, el 11 de octubre de 1955, había sentado el siguiente criterio: «el


cuerpo del delito es la existencia del hecho punible previsto como tal en la ley: La
comprobación del cuerpo del delito debe referirse a la existencia del hecho, y a su
relación de causalidad material que pueda imputarse a la acción humana».

Hoy en día, el COPP identifica al cuerpo del delito con el delito (así era desde el CEC
de 1873, como ya se ha dicho). Y es lo correcto. En el artículo 250 del COPP dice: «...se
acredite la existencia de un hecho punible...»; y en el artículo 326, ejusdem, relativo a la
acusación, se habla de «hecho punible que se atribuye al imputado». Identifica al cuerpo
del delito con el hecho punible, como debe ser.
Como se ve, no ha habido razones para esta confusión, pero aún así, hoy todavía
hay abogados que hablan del cuerpo del delito y lo asimilan a las «materialidades
relativamente permanentes...».
4. Algún indicio o presunción, por lo menos, contra el procesado (Art. 247,
CEC)
La tercera condición para que la confesión tenga valor probatorio es que haya en
autos, por lo menos, algún indicio contra el procesado. Siempre será mejor en la medida
en que ese «algún indicio o presunción», como condición, sean varios. Es la prueba indi-
ciaría, que es prueba indirecta, pero prueba. Consiste en que, desde un hecho indicador,
hecho indiciarlo, conocido y probado, que se convierte en indicio, se llega a un hecho
desconocido, un hecho indicado: el delito y su autor, a través de una presunción judicial
(homi- nis), mediante un raciocinio lógico (razonamiento) inductivo- deductivo y científico.
Se llega indirectamente.

La retractación
La retractación es la confesión al revés. Confesar es culparse. Retractarse es desdecirse,
echarse para atrás, retroceder en lo dicho, revocar expresamente lo que se ha
confesado: se darán razones, de hecho o de derecho, que al probarlas, harán ineficaz la
confesión. Así como alguien confesó, así puede retractarse. El juez que va a apreciar la
prueba, por sana crítica (conocimientos científicos, leyes de la lógica y máximas de
experiencia), analizará para ver cuándo dijo la verdad, si cuando confesó o cuando se
desdijo, se retractó. Igualmente, si el confesante no se retracta y de autos resultan prue-
bas contra la confesión, ésta caerá por su propio peso.
Confesión medio de defensa. Confesión medio de prueba

En el capítulo IV de este trabajo se analizarán las diferentes clasificaciones de la


confesión. Entre ellas está la clasificación de confesión simple y confesión calificada.
Si la confesión es calificada se considera un medio de defensa: «Lo maté, pero lo
hice en legítima defensa», dice el procesado. Se está defendiendo. El artículo 131 del
COPP, último aparte, al referirse al procesado, expone: «Se le instruirá también de que la
declaración es un medio para su defensa y, por consiguiente, tiene derecho a explicar
todo cuanto sirva para desvirtuar las sospechas que sobre él recaigan, y a solicitar la
práctica de diligencias que considere necesarias».
Por otro lado, la confesión como medio de prueba es la confesión simple, si están
cumplidos todos los requisitos para tenerla como prueba. Estos son los consagrados por
los códigos procesales penales desde que Venezuela es República y aplicados hoy día,
con la sana crítica, como máximas de experiencia y conocimientos científicos.

Si el interrogador logra que el procesado confiese, sin coacción de ningún tipo; ni la


vulgar, prosaica e inhumana tortura física, ni la sofisticada tortura psicológica, las cuales
hacen más repugnante al interrogador que al mismo transgresor (a éste lo ampara la
presunción de inocencia); y si ha confesado sin preguntas sugestivas ni capciosas; si
ante todos los elementos de convicción, con los cuales se interroga, que le han sido
mostrados que existen, que evidencian su participación en el delito, confiesa, no ha
podido escabullirse, esta confesión fue provocada, pero no tiene nada de ilegal ni inmoral.
Será un medio de prueba.
La confesión es un medio de prueba, si es simple, o un medio de defensa, si es
calificada. Si el procesado se auto inculpa, reconoce que cometió el delito, es una prueba
en cualquier sistema. Si acepta su participación pero se excusa, se excepciona
(excepción de hecho), la confesión calificada es un medio de defensa.
¿Y cómo valora el juez la confesión? Según se ha dicho, por sana crítica, como
cualquier prueba, lo cual será analizado más adelante.
La jurisprudencia de la Corte Federal y de Casación, la de la Corte Suprema de
Justicia y después la del Tribunal Supremo de Justicia, han mantenido la doctrina
pacífica; es decir, para que la confesión sea prueba debe llenar algunos requisitos: l. Que
sea rendida libre y sin juramento. 2. Que el cuerpo del delito, del cual se confiesa autor
culpable, esté plenamente comprobado. 3. Que haya, además, en los autos, algún indicio
o presunción, por lo menos, contra el procesado.
El sistema venezolano, hasta la entrada en vigencia del COPP (con su sistema
acusatorio suigeneris), era el ecléctico, mixto, o francés, como ya se dijo, donde el rector
del proceso era el juez de Ia. Instancia, juez de la causa, con sus subordinados: el juez de
instrucción y los órganos de policía judicial. El Fiscal del Ministerio Público era parte de
buena fe, y garante de la recta aplicación de la Constitución y de las leyes. Este, desde el
comienzo de un proceso penal, era notificado.

El presunto indiciado, que así se le llamaba, podía rendir declaración ante la policía, o
ante el juez. Podía acogerse al precepto constitucional que lo amparaba de no declarar si
no lo quería. Igual que hoy en día. En una declaración bajo interrogatorio, podía confesar.
El garante de la pureza de la declaración era el fiscal del Ministerio Público. Con el
cambio del sistema ecléctico a un sistema acusatorio sui generis, como lo es el
venezolano, el rector del proceso es, en la fase preparatoria, el fiscal del Ministerio
Público, asesorado por la policía científica. En esta fase, como en cualquiera otra del
proceso, si el procesado quiere declarar debe estar asistido de su defensor. Es decir que
el interrogatorio, si es que el acusado se decide a declarar, ya no será bajo la conducción
de un funcionario policial, especialista en interrogatorio, y solo con el procesado, sino que
debe estar presente el defensor que habrá dado instrucciones a su cliente, y controlará
los excesos de que se ha acusado a la policía toda la vida, a veces no sin razón.
Interrogador policial sí, siempre y cuando estén presentes el fiscal del Ministerio Público y
el defensor del procesado.
Conclusiones

Ia. Causa extrañeza la confusión legal y jurisprudencial sobre los conceptos de


autoría, culpabilidad y responsabilidad penal, ya que, desde 1888, un autor venezolano,
Francisco Ochoa, los había precisado. Y en esta misma línea han seguido otros juristas
de renombre en el país.
2a. Un autor culpable trae como consecuencia una subsiguiente responsabilidad
penal, si no hay causas de no punibilidad o excusas absolutorias.
3a. A menos que sea un enfermo mental, que tendrá otro tratamiento y otros
especialistas, quien comete un delito, así sea el más cruel transgresor, pudiere estar
dispuesto a confesar..
4a. La razón para confesar puede ser un gran peso de conciencia que necesita ser
descargado, o para obtener un beneficio procesal.

5a. Lo confesado debe tener una coherencia con las pruebas de autos que existan
contra el confesante. Que no se contradiga con la confesión, y no vaya a crear
tergiversaciones voluntarias o involuntarias. La confesión simple es un medio de prueba.

6°. La confesión calificada es un medio de defensa.

7a. Por la doctrina procesal penal universal, y las legislaciones, la Carta Magna
Venezolana, la jurisprudencia patria, la psiquiatría y la moral católica, el narco
interrogatorio está proscrito en los interrogatorios policiales y judiciales, no así como
método de tratamiento a condenados y enfermos con desequilibrios emocionales.
8a. El narco interrogatorio, el hipnotismo y el detector de mentiras son métodos
inconstitucionales.
9a. Hubo confusión doctrinaria sobre el concepto del cuerpo del delito y la prueba del
mismo. No había razón para ello si en Venezuela, desde el Código Procesal Penal de
1873, se precisaba lo que era el cuerpo del delito. Algunos, quizás por no conocer este
antecedente, presentaban como concepto moderno del cuerpo del delito lo que era añejo
en Venezuela. Pero otros, de modo erróneo, consideran que el cuerpo del delito lo
constituyen las «materialidades relativamente permanentes» del hecho delictivo.

10a. La confesión, para que pueda ser admitida, debe acompañarse, al menos, de
algún otro indicio.

11a. La confesión, como prueba que es, se valora por sana crítica.

12a. Las máximas de experiencia, que orientarán al juez, las tomará de la


jurisprudencia, y del artículo 247 del Código de Enjuiciamiento Criminal derogado, que
consagraba los requisitos para que la confesión tuviera valor probatorio.
13a. Hay las máximas de experiencia técnicas que aportan la ciencia y la técnica.
14a. Los conocimientos científicos, en el más amplio sentido, y las leyes de la lógica,
son auxiliares del juez en la apreciación por sana crítica. Entre las diversas partes de la
confesión, y aun separar lo que debe separarse en las explicaciones que comprende».

15a. La clasificación de la confesión en judicial, extrajudicial y la rendida ante


organismos de policía, no tiene vigencia hoy día. Antes bien, se prefiere clasificarla en:
procesal, la que se realiza en cualquiera de las fases del proceso penal, y extraprocesal,
que pudiere darse fuera del proceso.

16a. La presencia del defensor del procesado es la mejor garantía de un


interrogatorio sin abusos e igual garantía del buen nombre y el prestigio de la policía
científica.

17a. La razón de la confesión espontánea es descargar la conciencia. Confesar


alivia.
18a. En un proceso penal, se debe ir de la convicción (convicto) a la confesión
(confeso), y no de la confesión a la convicción.
19a. El interrogador es y debe ser un profesional de alto grado de formación
científica, técnica y moral.

20a. El interrogador no se conforma con la confesión espontánea. A ésta suma otros


elementos de convicción. Confía más en la confesión provocada por el interrogatorio.

21a. El Acuerdo Reparatorio no es confesión porque el imputado no se ha


autoculpado. Puede guardar silencio sobre su participación en el delito comprobado; no
obstante, acuerda repararvporque la ley le da esa alternativa. Hay un delito comprobado y
su participación también está comprobada con otros elementos de convicción; de modo
que él no ha confesado, pero está convicto.
22a. Cuando el Acuerdo Reparatorio es en la fase intermedia, después de admitida la
acusación, el acusado debe admitir los hechos, y admitir los hechos si es confesión
(artículo 41, 2o aparte, COPP).
23a. En los Acuerdos Reparatorios no hay homologación; lo que podrá haber o no es
una aprobación del juez, previa opinión del fiscal del Ministerio Público.
24a. Si la autocomposición procesal es la solución de los conflictos por las partes, los
Acuerdos Reparatorios no son auto- composición procesal porque el juez homologa éstos
y es cosa juzgada, y en los acuerdos reparatorios, por más que las partes se pongan de
acuerdo para resolver el conflicto, el juez puede aprobar o no el acuerdo.

25a. No hay coacción al imputado para que llegue a un acuerdo. El juez ha estado
vigilante.

26a. La Admisión de los Hechos que se consagra en el Copp no se inspira en el plea


bargining. En Venezuela tiene que haber acusación y sobre ella admitir los hechos.
27a. La Admisión de los Hechos no es ni se parece a la conformidad española. Si se
parece a plea guilty.

28a. La Admisión de los Hechos si es confesión y en la práctica se observa que se


admiten los hechos confesando la autoría culpable del delito. El TSJ no se ha
pronunciado sobre la inconstitucionalidad de la norma relativa a la Admisión de los
Hechos.

Das könnte Ihnen auch gefallen