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Comentario de: Documental sobre la Evangelización en los

Andes

A lo largo de la historia de las religiones y de las culturas, han existido periodos


de estabilidad y de crisis, periodos de auge tanto como decadencia. El caso de
la religión y cultura judeo-cristiana no son la excepción, luego de la victoria sobre
Roma denotada en la figura de Constantino, y del inevitable periodo de Osmosis
y transformaciones que la afectarían profundamente, se añaden muchos
ingredientes novedosos, entre ellos la necesidad de llevar la paz y un
humanismo hacia todo el mundo, con virajes internos profundos respecto a sus
antecesores, ya que para ellos se trata de una competencia para demostrar su
verdad por sobre las demás, los primeros teólogos tanto para la vertiente judía
como para la pagana, no dudaran en colocarse como el centro y fin de todas las
manifestaciones culturales históricas, la historia deja a un lado los hechos
propiamente humanos, para colocarse en el plano de la exégesis eterna,
progresista y perfeccionista en todo aquel sentido que fortalezca y asegure su
verdad única, inflexible y trascendente.

Esa expansión desmesurada por el mundo la conducirá hacia América y también


a su división en diferentes órdenes, entre ellas los dominicos, los franciscanos,
los agustinos, los jesuitas y los protestantes (que son las mencionadas en el
documental), algunas serás más ortodoxas y otras se sentirán atraídas aun por
los rezagos de algunos valores del humanismo greco-romano.

Con todas sus divisiones y decadencias el judeo-cristianismo opto por actitudes


diferentes para la “evangelización” andina, los más ortodoxos querían hacer
tabula rasa ya que consideraban incompatibles las dos culturas, e introdujeron
herramientas meramente hermenéuticas como la demonología, pero los
agustinos y los jesuitas a manera de los primeros teólogos judíos, hacen estudios
de la simbología andina, surge idea de evangelizarlos mediante elementos
simbólicos de su propia cultura.

Sin embargo los indígenas asistían de día a las iglesias pero por las noches
continuaban con sus “rituales paganos” y los españoles no se habían dado
cuenta. Se realiza el concilio limeño para reordenar las relaciones tanto internas
como externas, ajustan el control con la inclusión de la catequesis y mediante
visitadores pastoriles que verificaban al nivel familiar si la catequesis seguía
conforme lo establecido por el clero.

A lo largo de ese proceso la síntesis simbólica de los valores andinos con los
judeo-cristianos parece llegar a su culminación doctrinaria con la aparición de las
vírgenes patronales a lo largo del nuevo mundo, los sacerdotes verán en
aquellas vírgenes el símbolo de su victoria frente a las prácticas y modos de ser
indígenas.

Debido a que la escritura era una herramienta de pocos, las herramientas que
ayudaron más a la coherencia doctrinaria eran las relacionadas a las imágenes,
la iconografía clerical se vio reproducida después de un largo periodo de inercia,
las representaciones y el espectáculo abundaban la época, pero basto un
síntoma de libertad para darse cuenta que otra vez los andinos habían
modificado todo el paisaje, los apus no habían desaparecido y los españoles no
sabían cómo.

Entonces el control empezó a ponerse más ajustado, pasó de ser un orden a una
extirpación, y la inquisición ya tenía todo un historial de maneras para llevarlas a
cabo, la historia pasó a teñirse cada vez de más y más sangre.

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