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El Crátilo de Platón es uno de los diálogos que se estima tiene una aproximación de
haberse escrito alrededor de los años 385-390 a.C (Caligula, 2012) aunque algunos
historiadores han afirmado que es “un diálogo cuya datación debe dejarse insegura”,
además, “suele pensarse que el diálogo no contiene datación alguna de cuándo se
supone que tuvo lugar la conversación, pero se puede decir que fue durante el último
año de vida de Sócrates”. (González, 1992, pág. 12). Es entonces un diálogo en el que
intervienen tres personajes, en el que cada uno expone su punto de vista y da razón de lo
que dice y critica, estos personajes son Hermógenes, Crátilo y Sócrates.

HERMÓGENES

Hermógenes era ateniense de nacimiento, hijo de Hipónico (comandante militar


ateniense) y hermano de Calias (Hombre más rico de Atenas), un hombre que siendo de
esta familia no disfruta de la grandeza de sus bienes. (Delibes, 1998, pág. 1) Ha
aparecido como uno de los más grandes y asiduos acompañantes de Sócrates. De este
modo, ha pasado a ser uno de los más fieles seguidores que Jenofonte nombra en uno de
sus diálogos.

Siendo así, en el Simposio de Jenofonte aparece como “un hombre pobre, serio y adusto
que, participando de una profunda espiritualidad, se muestra incapaz de adaptarse a la
ufanidad de la reunión” (Delibes, 1998, pág. 58). Su vida entonces contrasta en gran
parte con la de su hermano Calias, por eso se ve ciertamente un poco de rivalidad. Sin
embargo, siendo su modo de vida, no fue libremente aceptado por él. Platón en este
diálogo, señala sus fracasados esfuerzos por acumular riquezas, mientras que otro
hombre se burlaba de él por su obsesión por el dinero y su “tacañería”, pero él, sabiendo
que era lo que se escuchaba, se refugió en el “cultivo profundo de la religión de su
época, llegando incluso a considerar a los dioses como sus mejores amigos y
sirviéndoles con ánimo reverente.

Sus capacidades y actitudes intelectuales quedan en duda, pero sí se logra saber que era
un hombre bastante culto – o al menos así lo demostraba en muchas de sus
conversaciones e intereses por algunas personas-. Algunas de sus intervenciones eran
bastantes circunstanciales, en el caso del Crátilo, aparece defendiendo una tesis de
mayor entidad: La convencionalidad de los nombres y específicamente, del lenguaje.
Pues según él, la exactitud de los nombres de una determinada lengua es fruto de la
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convención y del acuerdo y no tiene nada que ver con la naturaleza de los objetos que se
designan.

Se puede decir que fue un fiel seguidor de las doctrinas de Heráclito al igual que
Crátilo, y por eso muchos de sus planteamientos van a parecer un poco Heracliteos es
un hecho que Hermógenes admita las explicaciones pitagóricas que emplea Sócrates
para justificar su etimología del nombre griego del cuerpo. Este discípulo íntimo amigo
de Sócrates, pero carente de obras y de adscripción filosófica definida, resultaba
fácilmente manipulable y constituía a todas luces la mejor garantía ficticia para un
Jenofonte -siendo su amigo- escaso de testimonios de primera mano.

“Al fin y al cabo, del enunciado de ciertos fragmentos de este presocrático se deduce
claramente que los nombres, que no corresponden a la realidad, son pura convención
para los humanos” (Delibes, 1998, pág. 60)

En este diálogo se le presenta como un hombre de poca personalidad, aunque bien


dispuesto y afable, en contraposición a Crátilo. Sus intervenciones se reducen a asentir a
lo que dice Sócrates, si bien alguna intervención suya hace progresar notablemente el
diálogo.

Su posición defiende la idea de que “…y es que no tiene cada uno su nombre por
naturaleza alguna, sino por convención y hábito de quienes suelen poner nombres”
(Platón, 1998, pág. 363)(384d)

CRÁTILO

Filósofo Antiguo, Siglo V a.C, discípulo de Heráclito (defendía el monismo dinámico),


llegó a afirmar nuevamente la idea de que “nadie se puede bañar dos veces en el mismo
río”, fue uno de los pensadores orientados a la lógica. Pensó que lo más cercano a la
realidad son las palabras, pues en ellas encontramos la esencia de estas, acordando con
que el nombre es arquetipo de la cosa, por ejemplo: “En las letras de la rosa está la
rosa”. Quien designe a las cosas como son hablará con la verdad, quien no, hablará con
la falsedad. Su pensamiento va enmarcado en que la esencia de los seres se da por
naturaleza y no por la acción de los hombres, luego las acciones serán por naturaleza y
no basadas en nuestra opinión. “No podemos hablar de un objeto sin considerar su
naturaleza en el mismo” (Puerta, 2018)
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La finalidad del nombre es instruir y la del lenguaje moderar o conciliar, conociendo los
nombres de las cosas logramos conocer su realidad, las palabras cambian
incesantemente, están en movimiento y cambios también.

Llevó la doctrina de Heráclito a términos de escepticismo: "puesto que no se


puede detener ni un instante el fluir de las cosas, no puede darse ciencia de estas,
y ni siquiera es posible hablar de ellas; sólo un gesto del dedo puede señalarlas".
Platón dio su nombre a uno de sus diálogos que trata sobre el problema del
lenguaje y sobre los orígenes de las palabras. (La Web de las Biografías, s.f.)

Aristóteles da razón de que lo conoció en su juventud y aprendió de él la doctrina de


que todo estaba en movimiento, la cual, en un cierto momento, él sostuvo de una forma
más extrema que la enseñada por el propio Heráclito. Platón por su parte en el diálogo
recuerda cómo Crátilo habla y menciona todo con la constante de movimiento, y habla
de él como un heraclíteo (437-440d-e) teniendo en cuenta que, según esta doctrina, si
todas las cosas están en movimiento, ni siquiera podría hablarse de ellas. Puede darse a
notar que en el diálogo Platón utilizó simplemente su nombre para hacer alusión o
ataque a otro, quizás tenga antecedentes de haber sido Antístenes quien también
consideraba que los nombres poseen una afinidad natural con sus objetos, como también
seguramente sostuvo la imposibilidad de hablar de un modo falso; así mismo, declarar
que la base de la educación era el estudio de los nombres.

Platón encuentra en el heraclíteo a Crátilo, un personaje idóneo a través del cual criticar
las creencias predominantes de los Sofistas sobre la relación entre las palabras y la
realidad, y que seguramente, como los sofistas no fueron heraclíteos y por tanto el
heraclitismo y la etimología no estuvieron muy relacionados, lo que probablemente hizo
Platón fue unir o combinar estos aspectos en la persona de Crátilo. (Guthrie, 1992, pág.
14)

Así pues, Crátilo es un personaje cuya realidad biográfica es un tanto oscura, por este
diálogo sabemos que sostiene simultáneamente la teoría naturalista del lenguaje y la
filosofía de Heráclito, que es joven, de carácter terco y de escasa valía intelectual.
Según Aristóteles, Crátilo había renunciado al lenguaje porque era un heracliteo radical
y se limitaba a hacer signos con las manos, se dice que platón fue compañero de él, y
fue su discípulo.
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Su pensamiento y posición se enmarca sobre todo en una idea naturalista -como se ha


dicho- pues dice que “cada uno de los seres tiene el nombre exacto por naturaleza. No
que sea éste el nombre que imponen algunos llegando a un acuerdo para nombrar y
asignándole una fracción de su propia lengua. (Platón, 1998, pág. 363)(383b)

PLATÓN
Nació en Atenas el año 427, y murió, en la plenitud de su vida intelectual, enseñando en
la Academia y escribiendo en 347. Pertenecía a una familia noble y antigua, cuyos
orígenes pretendían remontarse a Codro y Solón. Su nacimiento y su vocación personal
lo llamaban a la política, a la vez que la atracción de Sócrates lo llevó a dedicarse a la
filosofía (Marias, 1980, pág. 41) Desde los veinte años se hizo discípulo de Sócrates y
se enfrentó abiertamente a los sofistas, tras la condena a muerte de Sócrates huyó de
Atenas y se apartó completamente de la vida pública.

Sus obras se conservan casi completas, es con la Aristotélica, lo capital de la filosofía y


de toda la cultura griega. Pues, su valor literario permite encontrar expresiones y
metáforas justas para verter un nuevo modo de pensamiento. Así pues, se considera que
todas sus obras han hecho una incalculable aportación a la formación del lenguaje
filosófico. El género literario que ha adoptado para expresar su pensamiento tiene una
relación profunda con su doctrina dialéctica como método filosófico y son totalmente
sobrecogedores por su belleza poética.

Una característica del estilo platónico que revela una admirable conjunción entre
pensamiento y expresión es su empleo del mito para hacer más evidente el pensamiento
filosófico. Sin duda el más célebre de ellos es el mito de la caverna utilizado en La
República; pero también son conocidos el del juicio de ultratumba, que aparece
en Gorgias, y el de Epimeteo, en Protágoras. (Biografías y vidas, 2007).

En su período de transición (de los 38 a los 41 años) vierte en sus diálogos algunas
opiniones que no se pueden considerar estrictamente socráticas, comenzando así a
introducir elementos de su propia cosecha, algunos de los cuales apuntan ya a la teoría
de las ideas. Ejemplo de estos es el Crátilo, en el que expresa su máximo sentimiento
sobre el lenguaje y su relación con la realidad. Así, platón pone por escrito algunas de
las situaciones y momentos que vivió su Maestro Sócrates, teniendo en cuenta que éste
no había escrito nada, pues su método era dialogar y hacer parir el conocimiento
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SÓCRATES

Sócrates fue un Ateniense que llenó la segunda mitad del siglo V, murió a los setenta
años en el 399. Era hijo de un escultor y una comadrona, y decía que su arte, era como
el de su madre, una mayéutica, el arte de hacer dar a luz a la verdad.

“Para Sócrates era muy importante encontrar una base segura para nuestro
conocimiento. Él pensaba que esta base se encontraba en la razón del hombre. Con su
fuerte fe en la razón del ser humano, era un típico racionalista.” (Gaarder, 1994, pág.
83)

Sócrates entonces tuvo por su parte a Platón como discípulo, que, desde un comienzo,
abrumado por los acontecimientos y por su condición de amigo y discípulo iniciará un
viaje y un exilio voluntario que lo llevará a diversos centros del saber de la época. La
memoria de Sócrates jamás lo abandonará. De hecho, sus primeras obras son un intento
en el que restituye su figura de forma directa como indirecta, ya que muchos de sus
escritos de ética querían impedir la repetición de injusticias y castigos como los que
sufrió su maestro. De esta manera pues, se puede inferir que platón se enmascara en
Sócrates evitando el “yo”, y en esta línea se puede deducir que puede referirse a él
animado en otra personalidad.

En el diálogo, Sócrates desempeñará un papel muy importante, donde advierte que todas
las cosas tienen una naturaleza, y que es preciso nombrar las cosas según la manera y el
medio que ellas tienen naturalmente de nombrar y ser nombradas, y no como se nos
antoje; así como que el establecer nombres es tarea del legislador.

TEMÁTICA Y ESTRUCTURA DEL CRÁTILO

El Crátilo es el diálogo que tiene por objeto desarrollar el problema del lenguaje
y su relación con los seres, o, dicho de otro modo, es uno de los tratados que se pueden
encuadrar en la rama de la filosofía de la lógica, pues se centra en la exactitud de los
nombres, teniendo en cuenta el origen y algunas características del lenguaje. (Caligula,
2012) Pareciera sugerir, preferentemente, de una visión sincrónica del uso de la lengua.
Digamos que tiene su origen en un estado actual de la lengua, estado que es el resultado
de un uso determinado, lo que conlleva a afirmar y sostener que el lenguaje, como los
son sus nominantes, es algo vivo, entendiendo que está siempre en movimiento,
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condicionadas por el hablante más que por la profunda significación que pueda
otorgarle la naturaleza misma del objeto. (Leiva, 2015, pág. 127)

El texto se estructura, después de una breve introducción, sobre la base de dos


conversaciones sucesivas de Sócrates con Hermógenes y Crátilo, siendo la primera la
más larga, aproximadamente dos tercios de obra.

I. Introducción. (383a-385a)

Hermógenes ha invitado a que Sócrates participe de la discusión que éste va a


sostener con Crátilo sobre la exactitud de los nombres. Hermógenes será quien plantea
el punto de partida, así se centran en lo que es el arte de nombrar y de adquirir
conocimiento. Así pues, Crátilo desarrolla la postura de que los nombres les serán
otorgados a las cosas por lo que son, es decir, que sostiene que hay una exactitud en los
nombres por naturaleza, y según él, algunos de estos nombres no corresponden a
quienes lo llevan, siendo un caso preciso el nombre mismo de Hermógenes. (Platón,
1998, pág. 342), Hermógenes desarrolla una postura convencional, es decir, de que los
nombres están asignados por el trato y la costumbre que el hombre ha tenido con ellos.

De forma general, el diálogo presenta el problema de la asignación de nombres


pasa a un segundo plano y entra el diálogo a introducirnos en el problema del
conocimiento y sus formas para acceder a él. En esta medida, hay dos formas que tiene
el hombre de conocer, a través de los nombres como la experiencia directa con las
cosas.

II. Sócrates/Hermógenes (385a-428b)

Hermógenes por su parte piensa que la exactitud de estos no es otra cosa que
consenso, convención y hábito. Su base de partida no se trata de la exactitud del
lenguaje en general, sino de los nombres, más de los propios; llegando a decir casi que
es la costumbre la que determina el nombre de las cosas y que por eso la nominación
depende de un consenso alcanzado por los hablantes, y sin duda alguna entonces es la
experiencia que se ha tenido con esta la que permite nombrarla. (Leiva, 2015, pág. 127)
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Sócrates pretende destruirle su posición convencionalista1.

- En busca de una base sólida.

De manera lógica y argumentada Sócrates se une a la postura naturalista que Crátilo


mantiene. Esto lo hace llevando a Hermógenes a una postura convencionalista a una
individualista. Así como llevando a que Hermógenes admita que se puede hablar
falsamente, con lo que se viene abajo definitivamente toda la teoría de que los nombres
son exactos por convención. Se puede decir entonces que Sócrates en su postura va a
llegar a la conclusión de que la acción de nombrar tiene verdaderamente un instrumento,
un artesano, y un fabricante.

- Análisis etimológico de los nombres (391d-421c)

Se da una visión acerca del origen de algunos nombres bajo la inspiración de las obras
de Homero2 . De esta manera buscan la exactitud en estos nombres que aplican a los
dioses o héroes (reyes, generales, médicos), de hombres, a los más prudentes y a las
mujeres, nombres comunes de fenómenos naturales (sol, fuego), de nociones
intelectuales y morales (inteligencia, prudencia, placer, dolor). La base común a todos
estos nombres es la idea heraclitea de que todo está en movimiento, por eso Sócrates
relaciona así con Heráclito la teoría naturalista que ha sostenido con Crátilo.

III. Sócrates/Crátilo (428b-440e)

Crátilo está encantado con los oráculos de Sócrates, quien quiera que se los haya
inspirado. Sócrates midiendo terreno actúa bajo la premisa de que la corrección de los
nombres radica en su poder de revelar la naturaleza de sus objetos. Su finalidad es la
instrucción que es un arte practicado por los legisladores. Siendo así, deben ser hombres
que hablen con verdad y certeza, pues dice Crátilo que el lenguaje falso es imposible, y
hablar falsamente sería decir lo que no es, sería expresar sonidos carentes de sentido.

Ante las posturas de Sócrates cuando se refiere a que hay nombres que tienen
atribuciones y alteraciones falsas Crátilo se mantiene firme y expone que un nombre no
puede escribirse de una forma errónea. O todas las letras son correctas, o en

1
Expresión, fórmula o acto basados en ideas generalizadas que, por comodidad o conveniencia social, se
tienen como verdaderos.
2
Poeta de la Antigua Grecia, del siglo VIII a.C. Es autor de dos de las principales obras de la antigüedad:
Los poemas épicos La Ilíada y La Odisea. (http://www.elresumen.com/biografias/homero.htm)
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absoluto es un nombre, porque la alteración lo ha hecho otra cosa, y dirá que el parecido
entre los nombres y sus objetos es tan estrecho que los nombres son la única fuente de
información y quien conoce los nombres conoce también los objetos. (Guthrie, 1992,
pág. 23).

El lenguaje es un arte imitativo para Sócrates, si es arte, por un lado, habrá artesanos
buenos y malos, luego el nombre revelará la esencia de las cosas mejor o peor según la
cantidad de rasgos que revele de dicha cosa. Es, además un retrato, es decir algo
diferente a la cosa (no un duplicado), y lo mismo que un retrato se puede aplicar a quien
no le corresponde, así el nombre puede aplicarse al objeto que no le corresponde, es
decir que se puede hablar con falsedad.

Con todo esto, Sócrates hace admitir a Crátilo, que, en definitiva, la exactitud del
nombre consiste en la convención.

- Esbozo de un nuevo punto de partida (435d-440e)

El diálogo continúa defendiendo la idea de que los nombres determinan de cierta


manera el objeto al que se refiere, teniendo en cuenta la realidad que este manifiesta.
Sócrates busca una salida ante los planteamientos de ambas teorías (naturalista y
convencionalista) y pregunta a Crátilo por la función de los nombres, a lo que este le
dirá: “Creo que enseñar Sócrates. Y esto es muy simple: el que conoce los nombres,
conoce también las cosas.” Por esta razón entonces, concluirá que el que pone los
nombres (el legislador, el líder) tiene pleno conocimiento sobre ello. El conocimiento
pues, es revelado a través de la realidad y del lenguaje, y en el dirigirse directamente a
los seres mismos para conocer la exactitud de sus nombres. (Platón, 1998, págs. 458
(438a-440a))

IV. Cierre del Diálogo (440e)

Los personajes se despiden con la promesa de seguir investigando el tema, y el diálogo


queda inconcluso; sin embargo, hay claridad con la posición platónica: el lenguaje es un
camino inseguro y engañoso para acceder al conocimiento de la realidad.

Este es uno de los diálogos de Platón más finos desde el punto de la dialéctica socrática
en el que resulta evidente que Sócrates se opone primero a una teoría, y luego a la otra
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con el fin de desvelar sus contradicciones y peligros, para rechazar a las dos en último
término.

Referencias
(n.d.).

Amaya, O. (2013, Enero 2). El Blog de Mara . Retrieved from UNIVERSIDAD NACIONAL DE
LOMAS DE ZAMORA: elblogdemara5.blogspot.com/2013/01/analisis-de-el-cratilo-de-
platon.html

Biografías y vidas. (2007). Retrieved from Biografia de Platón.:


ttps://www.biografiasyvidas.com/contacto.htm

Caligula, C. C. (2012, Abril 25). Crátilo. Retrieved from EcuRed:


https://www.ecured.cu/Cr%C3%A1tilo

Delibes, F. S. (1998). Hermogenes Socraticus. Faventia, 1.

Gaarder, J. (1994). El mundo de Sofía. España: Siruela.

González, A. M. (1992). Historia de la Filosofía Griega V. Madrid: Editorial: Gredos.

Guthrie, W. (1992). Historia de la filosofía Griega V. Madrid: Gredos.

La Web de las Biografías. (n.d.). Retrieved from mncbiografias.com:


http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=cratilo

Marias, J. (1980). Historia de la Filosofía. Madrid: Baktun.

Platón. (1998). El Crátilo. In Platón, Diálogos II (p. 363). Madrid: Gredos.

Puerta, A. (Director). (2018). Crátilo [Motion Picture].


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Desde el punto de vista analítico , este es un dialogo en el que Sócrates adopta una postura
atrevida e innovadora, refiriéndose a el tema de los nombres que le asignamos a las cosas, la
propiedad de ellos, los diálogos y ciertos otros elementos; frente a los cuales adopta una postura
y después la exactamente contraria. Según lo que pudimos analizar en este dialogo, para Platón
era muy importante, no darnos respuesta a cerca del misterio de los nombres, sino hacernos
reflexionar a partir de las posturas que adoptan los personajes a medida que avanza el diálogo.
Los personajes del diálogo -junto con Sócrates- Hermógenes y Crátilo han argumentado sobre la
situación de los nombres y deciden presentar su disputa a Sócrates.
Hermógenes dice que los nombres se imponen por un acuerdo, es decir, es una reunión que las
personas pueden cambiar por su voluntad y que a demás de servirnos de ese nombre para eles
solo una articulación de la voz, "Cuando se le da un nombre a algo es verdaderamente el nombre
de esa cosa". En cambio Crátilo afirma que todo tiene un nombre naturalmente correcto.Según
Sócrates los nombres , las acciones y las cosas tienen una naturaleza propia, pero están sometidas
a unas reglas naturales, las cuales no se deben infringir por nuestros caprichos.El diálogo de
Sócrates se desarrolla en dos partes, la primera con Hermógenes y la segunda con Crátilo.Al
exponer estas dos tesis, Platón pretende darnos a entender que ninguna de las dos son 100%
correctas, sino que existe un punto medio o cierto entre ellas y así a lo largo de toda la
argumentación Platón nos indica puntos que cree importantes para nuestro análisis y nos muestra
que el lenguaje es un instrumento importante para entender cada una de las dos tesis planteadas
ya que la finalidad del nombre según ellos es instruir y la del lenguaje moderar o conciliar.

En conclusión, Es posible que el nombre se originara como imitación al objeto, y con el uso el
nombre evolucionara, agregando o quitando sílabas y variando su significado, además de ser
cambiante de acuerdo en el medio que sea utilizado. También se puede concluir queconociendo
los nombres no conocemos la realidad de las cosas. Los nombres son términos puramente
convencionales que unifican la multiplicidad de la apariencia sensible mediante
imágenes artificiales de las cosas, pero que no hacen referencia a las esencias y el conocimiento
de las esencias permitiría depurar al lenguaje de términos inapropiados y construir un lenguaje
que fuera verdadero instrumento de conocimiento.

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