Prof.Leslie J. Quinde Mallqui.
EL ROL DE LA IGLESIA Y DEL CRISTIANO EN EL
MUNDO
San Pablo nos enseña:
Flp.2,14-16:
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LA PROMOCIÓN HUMANA, una dimensión privilegiada de la Nueva Evangelización.
Jesús ordenó a sus discípulos que repartieran el pan multiplicado a la muchedumbre
necesitada, de modo que «comieron todos y se saciaron» (cf. Mc 6, 34 -44). Curó a los
enfermos, «pasó la vida haciendo el bien» (Hch 10, 38). Al final de los tiempos nos juzgará
en el amor (cf. Mt 25).
Jesús es el buen samaritano (cf. Lc 10, 25 -37) que encarna la caridad y no sólo se
conmueve, sino que se transforma en ayuda eficaz. Su acción está motivada por la
dignidad de todo hombre, cuyo fundamento está en Jesucristo mismo como Verbo creador
(cf. Jn 1, 3), encarnado (cf. Jn 1, 14).
Dignidad que no se perdió por la herida del pecado, sino que fue exaltada por la
compasión de Dios, que se revela en el corazón de Jesucristo (cf. Mc 6, 34). La
solidaridad cristiana, por ello, es ciertamente servicio a los necesitados, pero sobre
todo es fidelidad a Dios. Esto fundamenta lo íntimo de la relación entre
evangelización y promoción humana (cf. EN 31).
Nuestra fe en el Dios de Jesucristo y el amor a los hermanos tiene que traducirse en
obras concretas. El seguimiento de Cristo significa comprometerse a vivir según su
estilo. Esta preocupación de coherencia entre la fe y la vida ha estado siempre
presente en las comunidades cristianas. Ya el apóstol Santiago escribía: « ¿De qué
sirve, hermanos míos, que alguien diga:" Tengo fe", si no tiene obras?, ¿acaso podrá
salvarle la fe? Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento
diario, y alguno de vosotros les dice:" Idos en paz, calentaos y hartaos", pero no les
dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? así también la fe, si no tiene obras,
está realmente muerta» (Stgo 2, 14 -17. 26).
La promoción, como indica la Doctrina Social de la Iglesia, debe llevar al hombre y a la
mujer a pasar de condiciones menos humanas a condiciones cada vez más humanas,
hasta llegar al pleno conocimiento de Jesucristo. En su raíz descubrimos, pues, que se
trata de un verdadero canto a la vida, de toda vida,
desde el no nacido hasta el abandonado.
NUEVA EVANGELIZACIÓN
Para esto hay que tener presente el pasaje del
Cristo Resucitado cuando se encuentra con los
Discípulos de Emaús, en un momento donde se
encontraban tristes y asustados porque Cristo había muerto. Estos son los puntos que
hay que tener en cuenta:
Caminar - la actitud de Jesús fue caminar con ellos. No se les presentó, no les dijo ni
una palabra, simplemente caminó con ellos. Cuando vamos de camino a evangelizar
hay que estar unidos como Iglesia y hay que caminar juntos. No puede estar uno en
un polo y otro por otro polo, sino que tiene que haber unidad.
 Prof.Leslie J. Quinde Mallqui.
Escuchar - hay que aprender a escuchar. Ese hermano que posiblemente tenga
confusiones, situaciones particulares o esté alejado de Dios, escúchalo. Jesús no les
dijo nada a los discípulos, simplemente caminó con ellos y los escuchó. Con la
escucha es que verdaderamente podemos conocer a esa otra persona y saber cual es
su situación.

Iluminar - una vez escuchas a la persona y esa persona ya tiene confianza contigo
pues entonces uno ilumina y le muestras la Palabra. Claro, se la muestras desde lo
básico, nada de clichés ni de vocabulario técnico. En este caso también la Iglesia da
testimonio de ser una Iglesia alegre, que trata bien a la gente, que está unida y que la
persona se siente bien al estar con ellos. De ocurrir lo contrario, el hermano no
sentirá motivación alguna de estar rodeado de esa gente.

Compartir - volviendo al pasaje de los Discípulos de Emaús vemos como ellos

reconocieron a Jesucristo al partir el pan. Esto va más allá, no fue el mero hecho que
partió el pan, es que hubo un proceso de caminar, escuchar e iluminar, uno abre el
camino para luego compartir unidos como Iglesia a través de Cristo en la Eucaristía.

Proclamar - luego de caminar, escuchar, iluminar y compartir en la Eucaristía ya

hemos recibido las gracias de nuestro Señor Jesucristo y ese es el impulso que no lleva
a seguir proclamando su palabra y anunciar su Reino. Tal como ocurrió con los
Apóstoles el Día de Pentecostés, que al recibir los dones del Espíritu Santo, se
convirtieron en los primeros evangelizadores hasta lo que la Iglesia ha logrado al Sol
de hoy.

Hermanos, tengamos presente que la "Nueva

Evangelización" no es una "re-Evangelización"
ni es un nuevo Evangelio. Es proclamar el
Evangelio de una nueva forma, tal como dijo el
Beato Juan Pablo II: "nueva en su ardor, en su
método y su expresión. Este reto llega en
tiempos donde el secularismo arropa la
sociedad y aun hay muchas personas que no
conocen a Dios. “¡Ay de mí si no evangelizo!”