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La EXPRESION AUTOEROTICA Selma Gonzélez Serratos Resumen E. AUTOEROTISMO es un comportamiento sexual que permite a los se- reshumanos, hombres y mujeres, desde la infancia, a lo largo de toda la vida hasta la vejez, vivenciar su propio cuerpo como una fuente de sensaciones placenteras que integran su autoimagen, dando opor- tunidad de conocer su potencial amatorio para, si ast lo decide, compartir su erotismo con una pareja. La experiencia autoerética es muty intimay no se limita a la autoestimulacién de los érganos genitales, en realidad toda la piel es capaz de reaccionar erdticamente, lo mismo sucede con los otros canales sensoriales. La vista, el olfato y el oido son vias de erotizacién extraordinarias para explorar el propio cuerpo. Se puede experimentar el autoerotismo con tantas cosas como la imaginacién sea capaz de inventar, por ejemplo tomar un bafto sensual, sentir el viento en todo el cuerpo, el calor del sol en la piel, crear y disfrutar de las fantastas erdticas que permiten lograr sensaciones placenteras, escuchar miisica sensual, leer poemas y cuentos erdticos, ver peliculas con temas que provoquen sensaciones eréticas placente- ras, todo esto y mas puede ser experienciado con gozo. El autoerotismo debe convertirse en una vivencia en pro de la salud sexual de las personas y dejar de ser, por cuestiones ideoldgico-re- ligiosas, como hasta ahora ha sido, un factor de culpa y vergiienza. Este capitulo presenta primero como se establece la posibilidad desde la infancia de reaccionar eréticamente integrando la experiencia El enorisno © 539 biolégica a lo psicoldgico y a lo emocional, ya que se ha tendido a fragmentar a la sexualidad en bueno y malo, placer y pecado, hombre 'y mujer, genitales y reproduccién, mutilando la parte tan humana como es la vivencia erética. El autoerotismo surge como una opor- tunidad de transformar la energia en una totalidad integradora para los seres humanos, que ademds en esta época donde el IDA ha venido a cambiar muchas perspectivas en el ejercicio de la sexualidad, resulta muy importante revalorar el auioerotismo como préctica de una se- xualidad saludable. Se contintia con algunas definiciones y la historia breve sobre la masturbacién como se le ha lamado hasta ahora. Se describen algunas practicas autoeréticas en hombres y mujeres. Se menciona la importancia de las fantasias asociadas con la practi- ca autoerstica, dandose algunos ejemplos de poesia literatura erética. Se considera la importancia del uso terapéutico del autoerotismo sugiriendo algunos ejercicios basados en el tantra, Introduccién ‘Se trata de mi cuerpo al que Bendigo, contra el que lucho, el que ha de darme todo en un silencio robusto.. Jaane: Saposes| Nuevo Recuento de Poemas, p. 60. EL AUTOEROTISM, llamado también masturbaci6n, autoplacer, autoes- timulacién, ha sido nombrado, de manera peyorativa y enjuciadora, con téminos tales como: autopolucién, onanismo, manustupraci6n, 0 definitivamente se le ha conceptualizado como algo destructivo de la autoestima y de Ia dignidad erética humana, llaméndola: autoabuso, vicio solitario del adolescente, mancillacién de sf mismo, autoprofa- naci6n, debilitamiento de s{ mismo. La etimologia de la palabra mas- turbacién tiene ya por sf misma una connotacién muy negativa en sus dos versiones provenientes del latin: de manus = mano y stuprare = profanar, violar (Alsteens, 1978), 0 bien, de mas = Organo sexual 540 © Sclua Gowiler Semestos masculino y turbatio = excitaci6n; con esta tiltima definicién no se considera que las mujeres también pueden gozar con su propio cuerpo en el encuentro con su mismisima identidad sexoerdtica. Por lo anterior, en este capitulo nos referiremos a un concepto més amplio y diferente, que nos permite establecer relaciones amorosas con nosotros mismos, con los otros y con lo imaginario, de manera més humana: el autoerotismo, término acufiado a principios del siglo xx por Havelock Ellis (1913), Elautoerotismoes uno de los temas mas controvertidos y polémicos en sexualidad humana y, por lo tanto, dificil de abordar, ya que se le considera, de acuerdo con los mitos, como una préctica vergonzosa, sucia, egofsta y solitaria, que puede perjudicar las relaciones amorosas, pues si se practica, se supone equivocadamente, que se pierde el deseo de relacionarse sexualmente con una pareja, ‘Como ya se sabe por los estudios de Kinsey y cols. (1949 y 1953), asf como por el estudio Hite (1976 y 1981), el autoerotismo es una conducta sexual muy usual que ha demostrado ser parte saludable de nuestro desarrollo psicosexual y un ejercicio libre ¢ intimo de un hecho amoroso con nosotros mismos y con el otro, puesto que integra los aspectos biolégicos con el erotismo y el autoconocimiento de nuestro cuerpo con sus reacciones placenteras sensuales, dentro de una gran diversidad erdtica. Actualmente conocemos més y mejor el autoerotismo debido a un intenso trabajo de investigacién cientifica ¥ sexoterapéutica, as{ como a la adquisici6n de una autoconciencia, en el terreno de la sexologfa a nivel mundial (cf: Money y Ehrhardt, 1972; Masters y Johnson, 1978; Kaplan, 1978; Serrano, 1978; Barbach, 1981; Horer, 1981; Sanz, 1990; Dodson, 1991). Existe una muy estrecha relacin entre el erotismo téctil y muscular y la capacidad sensual de obtener placer por el olfato, la piel, el ofdo y el gusto (Alberoni, 1992). Combinando estos elementos sensuales, el autoerotismo se ejerce de una u otra manera, desde ligeros © im- perveptibles tocamientos de los genitales rozéndolos fugaz. y suave- mente, pasando por caricias mas intensas, hasta el disfrute intenso de fantasias ersticas; esto es posible naturalmente, si tenemos una buena salud sexual y una alta autoestima, Sin embargo, si se est inmerso en las valoraciones moralistas, bésicamente religiosas, que consideran El enotiswo © 541 esta préctica como un desorden moral grave (La sagrada Congrega- cién para la educaci6n cat6lica, 1983), se pueden vivir sentimientos de culpa y desesperacién emocionalmente muy destructivos: “No tiene uno derecho sobre el ejercicio de las sensaciones placenteras de su propio cuerpo, a todo el autoerotismo la religi6n le mete culpa y vergiienza, estos dos sentimientos me han hecho mucho dafio y me han causado mucha confusi6n” (opinién de un paciente de 23 afios, 1993). Ahora ya sabemos que, por el contrario, el autoerotismo sun hecho tan natural, presente desde que nacemos, que nos permite ir descubriendo nuestro cuerpo junto con todas sus sensaciones, ir formando nuestro esquema corporal como una totalidad que nos integra fisica, psicolégica y eréticamente, y que va conformando nuestra propia identidad de género: al encontrar un pene una vulva, se trascienden estos érganos y se les lleva al terreno de lo simbilico, de lo emocional y afectivo, lo que permitiré ir hasta el contacto mismo con el otro, con la pareja, al conceptualizar el amor como tun encuentro consigo mismo, surgido en la meditacién y en la con- templacién sensual del propio cuerpo, asf como del propio ser. Es un amor que no exige ninguna correspondencia forzada, “sino que parte de mf y desemboca en el mundo a mi alrededor” (Lauster, 1980, p. 49) permitiéndome dar a mi pareja er6tico-amorosa, desde To que yo reconozco de mi mismo, es decir, hay y favorece una disposicién a amar. El aprendizaje del autoerotismo se inicia en los bebés de manera natural y esponténea, en tanto aprenden las formas de expresar su capacidad amatoria; utilizan el autoerotismo como una manera de externar su naciente sexualidad y erotismo. Los adolescentes redescubren su sexualidad en el encuentro con su nuevo cuerpo que ha cambiado en todas sus partes, tanto fisicas como sensuales y mentales, déndole una nueva dimensién a su ero- tismo mediante el autoplacer, que le sirve no s6lo para descubrirse a sf mismo, sino también para aliviar algunas tensiones no sexuales. Muchos adultos, solteros y casados, asf como personas de la tervera edad, obtienen placer erstico y alivio emocional mediante el autoero- tismo que usualmente va acompafiado de fantasfas con imagenes er6- ticamente estimulantes. 42 © Slaw Gonaéler Sennsr0s Por todo lo anterior, se considera que el autoerotismo es una conducta sexoerstica muy importante de rescatar, valorar y ubicar en su dimensién més humana y saludable, para lograr dos objetivos fun- damentales: unas relaciones sexoer6ticas llenas de afecto y la posibi- lidad de autoexpresarse para alcanzar la plenitud personal (Sarnoff y Sarnoff, 1980). Asf pues, se considera que el autoerotismo tiene una importancia fundamental en la vida de todos los seres humanos. 1Qué alegria del cuerpo liberado, Tarumba, ‘en el amanecer después de latvia, con el manso estar del aire penetréndote ¥.a la mano de tus ojos el cerro con mubes! ‘Gozosa piel, hora temprana, Juz tierna sonando como una campana. De todas partes de mi cuerpo viene esta alegria Jane Sannees Nuevo Recuento de Poemas, pp. 107-108 Historias, mitos y definiciones Eso es lo que hago, y soy mujer de Chaleo. Yo te vine a dar placer, florida vulva mia, ppaladarcito inferior mio, Canto de Mujeres de Chaco. Awort, Ma, Gaztnar Poesia Nahuatl I, p. 60. EL AUTOEROTISMo ocupa un lugar importante en la historia de la se- xualidad humana. Considerado por los griegos como una vélvula de proteccién y no como un vicio, lo vemos aparecer en Ia literatura griega, dentro de las comedias Aticas (Tannabill, 1992) En Mileto, tres siglos antes de Cristo, ya existian los olisbos -que ahora se conocen como dildos~ a los que se consideraba como “sus- titutos del miembro virl”, imitaciones de penes que estaban hechas de madera o de cuero suave y a las que se les untaba generalmente de acei- te de oliva antes de ser usados. Se considera una sencilla y pequefia obra de teatro de esa época, que se refiere a un didlogo entre dos El enorisno © 545 mujeres j6venes, Metro y Coritto, en donde una usa y recomienda a la otra el uso del olisbos y ésta se convence de adquirirlo por el éxtasis y placer que disfruta su amiga con el uso de este objeto. En China, han peremanecido vigentes, por més de dos mil afios las doctrinas de Tao (Tanahill, 1992; Van Gulik, 1974). Las disciplinas sexuales del taofsmo requieren una dedicacién libre que incluye ejer- icio regular, dieta balanceada, un buen control de la respiraci6n, terapia solar y una vida sexual completa; todo este conjunto, si se practica constantemente, se logra la armonia entre el Yin (lo intuitivo, receptivo, los fluidos vaginales) y el Yang (lo racional, activo, el semen vital) (Hsuan Tsai Su-Nu, 1987), asf, la sexualidad deja de ser inicamente el deber del simple coito fisico, para convertirse, entonces, en un acto sagrado, que vivido con conciencia, logra la armonia con el “camino supremo”, el Tao. El autoerotismo, en la mujer se considera un asunto permitido 0, incluso, indiferente, ya que su suministro de Yin es interminable; pero en cuanto a los hombres se refiere, esta préctica estaba condenada 0 prohibida tanto entonces como ahora, por el desperdicio de energfa Yang, (Van Gulik, 1974; Tannahill, 1992). En Shangai, en el Centro de Rehabilitacién Sexual para Hombres (1993), el profesor Chen Kai, en una comunicaci6n personal, sefial6 que el autoerotismo esté bien visto en su uso terapéutico, pero en exceso puede debilitar la voluntad de! hombre. De manera similar, entre los antiguos nahuas, se consideraba que las pricticas sexuales que estaban encaminadas s6lo a 1a obtencién de placer o de la satisfaccién erética, y no para “la siembra de gentes” (Le6n Portilla, 1977, p. 151), no eran aconsejables, o bien ‘que el placer debfa practicarse s6lo como “un respiro a la normal y natural condicién de la existencia humana”, *..su goce era permitido, pero su abuso causaba la ira de los dioses” (Lopez Austin, 1989, p. 279). Sin embargo la busqueda del placer sexual en los adultos no era reprimida si se enmarcaba en los limites de la moderacién, En los jovenes la abstinencia se concebfa como daiiina, pero asimismo la castidad como un gran valor moral, y la Unica forma en que se podfan mantener sanos y castos, era estando lejos de pensamientos 544 © Selua Gowsiler Sensestos a ibricos, esto era una prueba muy dificil y dura de llevarse a cabo. Lopez Austin (1982) sefiala en su capitulo “La sexualidad entre los antiguos nahuas”, que se atemorizaba a los j6venes para que no tuvieran goz0s sexuales tempranos. Refiriéndose al autocrotismo entre los mexicas, Lopez Austin (1989, p. 334) dice: “No encuentro referencia a la tolerancia de la masturbaci6n, pues los textos apenas la mencionan”, sin embargo se puede suponer por estos mismos, que esta conducta sexual no era aprobada del todo; pues al igual que para los judfos y los cristia- nos, Ia procreacién era altamente valorada por razones politicas y econdmicas, luego entonces aquello que lo impidiera no era acep- table, Hasta aqut los conceptos que los aztecas tenfan sobre la sexualidad, pues no se encotraron mas referencias sobre el autoerotismo; pero con lo ya descrito podemos vincularlo a otra fuente cultural de los mexi- anos, que es la influencia judeo-cristiana, a través de los conquista- dores espafioles, posiciones ambas daftinas a la salud sexual de muchisimas personas. Para los antiguos judios el autoerotismo aun cuando se consideraba una forma de contracepcién, era un acto opuesto al ideal de la pro- creaciGn (Sussman, citado en Sadock, 1976). Por otro lado, la pasion podia coexistir con el afecto pero dentro del matrimonio. a El enorismo © 547 Una costumbre que preservaba la propiedad y la continuidad de Ja familia era apoyada por la ley del Levirato. sta ordenaba que al morir un esposo judio, su pariente hombre més cercano estaba obli- gado a tomar a la viuda como esposa, para seguir teniendo hijos de la propia familia. El matrimonio por levirato esté mencionado en la Biblia (1979), en el libro del Génesis (38; 7-10), en donde se narra la historia de Ondn. Al morir su hermano, él debfa tomar por esposa a la viuda Tamar y como él sabfa que los hijos con ella no serfan considerados suyos sino de Er su hermano, decidié eyacular en el suelo. Este hecho que se consideré una grave ofensa a Dios y por ello, a Onén debia castigérsele con la muerte. A este comportamiento sexual se le denomina onanismo y se le vincula al autoerotismo por no estar dirigido a 1a procreacién, ya que en realidad es un coito interrumpido (Masters, Johnson y Kolodny, 1982; Tanahill, 1992; Kay, 1992). En el medioevo cristiano el autoerotismo se vincul6, como ya se dijo antes, con el coitus interruptus y fue condenado como un acto indebido; era un pecado grave que merecfa un castigo ejemplar. Santo ‘Toms de Aquino clasificaba los pecados como naturales ono naturales, Curiosamente a 1a violaci6n, al incesto y al adulterio los consideraba ‘como naturales, porque conllevaban a la procreacién; pero la emisién seminal por autoerotismo donde la generacin procreativa no se alcanza (anahill, 1992), la convierte en un pecado no natural y grave, tan serio como el homitidio. Para Santo Tomas de Aquino era menos debilitante aliviar el placer sexual, del varén, usando a una prostituta que a su propia mano (Kay, 1992). Lo anterior permite entender 1a creacién de muchisimos mitos culpfgenos, vergonzosos y absurdos alrededor del autoerotismo, en- caminados a controlar la actividad sexual desligada de la procreacién (Giraldo Neira, 1981). Un ejemplo muy dréstico, es el de Samuel Tissot, quien en el siglo xvm sostenfa, sin ninguna base cientifica, que la masturbacién producfa enfermedad mental por un excesivo flujo sanguineo en el cerebro (Samoff y Sarnoff, 1980; Sussman en Sadock, 1976; Tannahill, 1992). En el siglo xix, Krafft-Ebing en su famoso libro Psychopathia Sexualis (1965, p. 188), sostuvo el mito de que la masturbacién causa 546 © Selua Gonailer Senestos homosexualidad y escribfa: “...Encontramos coitos homosexuales en masturbadores impotentes...”, “pero que en cuanto se quita este pro- blema, se cura esta’ aberraci6n que es causada por la masturbaciGn”. ‘También en este siglo, existieron dos posiciones ante el autoerotismo. Preocupaba no el cémo curarlo, sino’el reprimirlo, llegando a casos verdaderamente enfermizos tal como ocurrié en el Hospital St. Johns de Cleveland Ohio, en donde a una nifia que se autoerotizaba le extirparon su clitoris como tratamiento para evitar que volviera a cometer tal “vicio” (Alsteens, 1978). Hacia finales de ese siglo, se plantea una segunda posicién, més abierta que crea el siguiente paradigma médico: el autoerotismo ya no es mas la causa de la enfermedad mental, pero sf de la neurastenia y se le ama la “hipétesis de la neurosis masturbatoria”; esta idea fue promovida por doctores tan famosos como (citados por Kay, 1992) Beard, Charcot y Ganet, y Krapelin, que en 1896, atirmaron que la relacién de causa y efecto entre la enfermedad mental y la masturbacién no se habia comprobado, debido a que los enfermos mentales observados estaban en los hospitales psiquidtricos y se desconocfa su pasado. Froud (1975) por su parte en 1895, sostenfa contradictoriamente dos ideas en una decfa: el autocrotismo (masturbaci6n) es esencial para el buen desarrollo psicosexual, y en otra lo consideraba causa de Ja neurastenia, refiriéndose literalmente a drenar toda la energia sexual por abuso de pricticas autoersticas, es decir por la masturbacién (Key, 1992; Alsteens, 1978; Samoff y Samoff, 1980). Con el desarrollo de la teoria de la sexualidad infantil de Freud incluida en Tres ensayos de teoria sexual (Freud, 1975), su punto de vista sobre la masturbacién se hizo més complejo, ya que reconocié que ésta ocurria universalmente durante la infancia y era de naturaleza autoerética. Esta se presentaba en tres periodos: durante Ja primera infancia, en donde estaba al servicio de la satisfaccién sexual; durante la nifiez, en donde se fijaba en zonas erdgenas especfficas y, durante Ia pubertad como un continum de la nifiez dentro del desarrollo psi- cosexual. Para Freud la neurastenia representaba el empobrecimiento de la excitacién sexual por el abuso de la masturabacién y crefa que las El morisno © 547 nifias eran més sanas y no neurast6nicas; por lo tanto, la masturbaci6n para él, concernfa s6lo a los hombres (Kay, 1992), También entonces se percat6 de que la masturbaciGn por s{ misma no provocaba psico- patologias y que debia evaluarla dentro de las diferentes etapas del desarrollo psicosexual. A partir de esto argument, si la masturbacién se-presentabaen épocas posteriores a la nifiez, representa “una actividad sexual infantil” y por lo tanto neurética, Apoyé asf otro mito, el de queel autoerotismo es una préctica de personas neuréticas ¢ inmaduras. La observaci6n de Freud sobre las fantasfas ligadas a la mastur- bacién, representa uno de los aportes mas importantes al estudio del tema dentro del psicoanslisis contemporinco (Kay, 1992). En 1912y 1928, la Sociedad Psicoanalitica de Viena, reunié catorce trabajos.en una obra colectiva sobre “La Masturbacién”; en ella se descarta, por falta de pruebas cientificas la idea de considerar al au- toerotismo causal de enfermedad mental o de neurosis (Alsteens, 1978). Actualmente algunos grupos religiosos protestantes luteranos, s0s- tienen otra vez, sin ningtin fundamento cientifico, los mitos sobre el autoerotismo y sefialan que éste no es altruista y por tanto es una réctica equivocada y repulsiva, es “un placer privado”, y debe juzgarse como una anormalidad (Kay, 1992), Lalglesia Catolica Romana sostiene a su vez, varios mitos. Considera a Ja masturbaci6n como un pecado grave, “incorrecta por el placer que a acompafia”, por lo tanto el autoerotismo hedonista promovido en la terapia sexual para el disfrute del propio cuerpo, crea un obstéculo para el “buen desarrollo de la persona”. El supuesto es absurdo'e inexacto, en la aproximacién terapéutica, autoerdtica, Ia persona se autovalora, autestima mediante la conciencia de su cuerpo y de sus sensaciones, desarrolla una armonia sexoerstica que se comparte con el otro. El Vaticano, en su “Declaracién sobre ética sexual”, del 29 de diciembre de 1975 (Mastérs, Johnson, y Kolodny, 1982, p. 401; Kay, 1992, p. 102; Kosnik, 1978), sefiala que el autoerotismo sélo se permite con fines médicos, para estudios de fecundidad mediante cl semen 0 detectar enfermedades infecciosas que afectan la procreacién, Se condena al autoerotismo por cuestiones ideolégicas que enfocan # la sexualidad como algo dividido: placer igual a pecado y sexo slo para procrear. 548 © Sela Gonwdler Serenos ‘Al rastrear la forma en que la tradici6n judeo-cristiana ha concep- tualizado al autoerotismo durante los pasados trece siglos, encontramos su desaprobacién por causas poco realistas, més ideoldgicas que hu- manas, cuyos efectos resultan destructivos y enfermizos para el jercicio saludable de la sexualidad humana, ‘Ahora necesitamos reconsiderar al autoerotismo bajo otra luz, mas humana, la de las evidencias benéficas y sus efectos favorables al desarrollo sexoerético integral de los individuos. Ya es tiempo de divulgar los aspectos positivos del conocimiento cientifico actual, que los sexGlogos: investigadores, educadores y terapeutas, han desarro- lado por medio de la investigacién educativa, antropolégica, clinica, socioldgica y estadistica. El psiquiatra W. Stekel, citado por Kay, D. (1992) en 1950, en su libro Auto-Erotism: A Study of Masturbation and Neurosis, sefialaba si fuera cierto que la masturbacién, como tradicionalmente pensaban, causara locura y neurosis, entonces la mayoria de los seres humanos estarfan cn los hospitales psiquidtricos. En 1949 y 1953, Kinsey y su equipo de investigadores, publicaron los resultados de una singular encuesta, en donde aportaron datos que descartaron muchos mitos. Por ejemplo, resulta importante para este capitulo saber que el auto~ erotismo es practicado por casi toda la poblacién, hombres y muje- tes, Otras investigaciones estadisticas, hechas en otras culturas, han aportado resultados similares. También sefialan al autoerotismo como un hecho natural, practicado tanto por los animales mamiferos como por los seres humanos, desde muy pequefios (Samoff y Samoff, 1980). En la actualidad se le define de manera descriptiva y stil para su uso educativo y terapéutico, un ejemplo es el trabajo de Josefina Sanz (1990). Ella desatrolla la técnica terapéutica llamada “autosensibili- zaci6n genital”, que implica al autoerotismo, posterior a la “autosen- sibilizaci6n corporal”, en ella el cuerpo representa una totalidad. Para “sentirse una persona integrada y libre” (Sanz, 1990, p. 145) mediante la toma de autoconciencia para la accién, y con ello aprender a au- tosentirse y autobservarse, tomando asf la responsabilidad para el ‘cambio hacia el autorrespeto. “A medida que el contacto se hace mas El enorisno # 549 habitual, la persona aprende a acariciarse, a darse placer, a cuidarse, no s6lo corporalmente sino psiquicamente” (Sanz, 1990, p. 152) Bernie Zilbergeld (1992, p. 119) define el autoerotismo con varias ideas sindnimas: “autoplacer”, “autoestimulacién”, “jugar consigo mis- mo es uno de los actos més naturales que los setes humanos viven” desde muy pequefios, para conocer y conformar su propio esquema corpo- ral-sensual. Para Helen Kaplan (1981, p. 185), “es la estimulacion de los propios genitales”. Masters. y Johnson (1982, p. 400) nos dicen que la definen como “toda forma de|autoplacer sexual obtenido me- diante cualquier tipo de estimulaci6n fisica directa” y “se refieren al acto de excitarse o estimularse uno mismo, aun cuando no se Tegue al orgasmo”. Por la importancia conceptual lograda en su momento y su tras- cendencia, citamos textualmente a Havelock Ellis, quien como se dijo anteriormente, en 1913 (p. 175) la defini6 de la siguiente manera: “Entiendo por ‘autoerotismo’ el conjunto de fenémenos de emocién sexual esponténea, engendrada con ausencia de un estimulo exterior, procedente, directa o indirectamente, de otra persona.” Imielinski en 1985, citado por Slosarz, W. (1992, p. 275) nos ofreci6 ‘una definicién muy xtil y completa que dice: el autoerotismo es: {..€1 acto de excitar los propios érganos genitales por medio de manipulaciones, algunas veces con la ayuda de varios objetos, a fin de evocar el placer sexual y finalmente, aunque no necesaria- mente, el orgasmo; las précticas manuales estén acompafiadas a menudo por imagenes creativas 0 imitativas. Finalmente para nosotros, el autoerotismo es el autoconocimiento vivencial sexderstico intimo, del propio cuerpo en sus sensaciones placenteras, mediante la autoexploracién téctil 0 con algiin objeto, sin causarse dafio alguno, Puede o no llegar al orgasmo. Se acompafia frecuentemente de fantasias erticas que sirven como un facilitador de la experiencia placentera erdtica. Este comportamiento sexual intimo y privado, debe darse por una decisién libre y sin culpas, que favorezca el evolucién sexo-amorosa de la propia persona, 550 © Sclua Gowsiler Sersaros Desarrollo del autoerotismo en el ser humano Soy mi cuerpo. Tous Sanoses| ‘Nuevo Reeuento de Poemas, p. 130. Sowos totilidades biolégica y psiquicas escindidas por la sociocultura, partidas en dos, neciamente divididas en bueno o malo, aceptable o ‘inaceptable, decente 0 indecente, moral o inmoral, placer-pecado 0 sexo-reproduccién; eso mismo hemos hecho con nuestros cuerpos y nuestros espfritus. A la sexualidad le hemos quitado -mutilado— 1o erotico, Sabemos que el concepto sexo se define, desde su etimologia latina, como: cortar o dividir en masculino y femenino; Sexus condicion orgénica que distingue a hembras y machos por sus diferencias (Dic- cionario Poligloto Barsa, 1980). John Money (1986) bien sefiala que el término sexualidad, como se usa en ciencia en general, excluye el concepto que lo acompafia necesariamente por su calidad y cualidades humanas, nos referimos a lo erético. El sexo, conceptualmente no es tan amplio como lo es el erotismo, cuya rafz etimoldgica griega erotikés, significa Amor. (Wiecionario Poligloto Barsa, 1980). La mitologia griega nos regala la maravillosa historia de Eros dios del Amor, hijo de Afrodita, y la princesa Psique, hija de un rey (Catalé, 1983), que dentro de sus relaciones amorosas, primero tiernas ¢ in- conscientes y después dolorosas, procrean una hija que lleva por nom- bre: Placer, Gozo, Voluptuosidad, esencias éstas de lo erético. Et erotismo, incluye, unifica, totaliza, humaniza lo sexual. Va més allé, al implicar a la imaginerfa, tanto ideacional verbal, como la fantasia pictorica, téctil y todas’ aquéllas generadas a través de las percepciones sensuales y de las trafdas desde la memoria; asimismo contiene reacciones afectivas y emocionales de muchas calidades y tonos que lo hacen muy grato y placentero como vivencia humana. ‘De acuerdo con los planteamientos de la sexologia actual, sexua~ lidad se entiende como incluyente del erotismo. Sin embargo Money (1986) considera que es necesario un término global para ambas con- cepciones, sexo y erotismo, y propone el concepto: sexoerstico, el cual usaremos en este capitulo. El enoiisno © 551 Por otro lado este mismo autor, retoma el concepto: procepcidn, acuilado por Rosenzweig en 1973 (citado por Money, 1986), referido tanto el hombre como en la mujer a la fase 0 etapa preparatoria de la excitacién y, contiene tanto a la imagineria como a la préctica. Cabe sefialar que una falla en la procepcién puede conducir a una apatia 0 inercia sexoerstica y por lo tanto a una baja o nula respuesta en este aspecto. A continuacién se describe de acuerdo con John Money(1986) el origen del comportamiento erético de los seres humanos, con el fin de entender posteriormente, el comportamiento autoerstico. El desarrollo del erotismo en los seres humanos se inicia con el hecho de que nacen con una morfologia anatémica genital masculina © femenina y que, ésta va a promover una reacciGn social que dictaré Ja crianza sexual diferenciada para nifios y nifias. El hecho de nacer con genitales externos que definen el sexo del recién nacido, presupone que se podria pronosticar el desarrollo sexoerstico como femenino 0 masculino respectivamente, y que la sabidurfa popular, erréneamente, dice que esta preordenado de manera instintiva. El desarrollo sexoerdtico va més allé de lo meramente biolégico al igual que la totalidad de la masculinidad o la femineidad, que supera el sentido reduccionista de sexo masculino y sexo femenino, con la meta tinica de la reproduccién de la especie humana mediante el 552 © Selma Gomiler Seraros intercambio de una penctracién pene-vagina; es decir, con esto se genitaliza la relaci6n entre un hombre y una mujer quiténdole una parte de mucha creatividad entre la pareja, para deserotizarla y tomarla utilitaria, “para darte © que me des un hijo, y cumplas con tu deber reproductivo”. En el caso de las parejas homosexuales o Iésbicas, si se reduce a la genitalizaci6n y se descarta la parte sexoerstica, viene a ser lo mismo; se fragmenta y se divide dejando la vivencia sexual en algo muy pobre, carente de la posibilidad amatoria de dar y recibir eréticamente, con el placer de estar con la pareja. La totalidad sexoerdtica incluye en su vivencia y en su concepto a la identidad y al rol como niffo o nifia, hombre o mujer, més alld de los 6rganos sexuales. Money en 1955 (comunicacién personal, Rio de Janeiro; 1993) propuso el término “Género”, que incluye a la femineidad y ala masculinidad y acuii6 el concepto “Papel de género”, que significa “todas esas cosas que dice o hace una persona para revelarsé a sf mismo o a si misma y a otros; de tener el estatus de nifio u hombre, de nifia o mujer respectivamente” e indicar el grado en que uno es femenino, masculino o ambivalente (Money y Ehrhardt, 1982, p. 256 y Money, 1986 p. 240), incluyendo el erotismo dentro de todo el conjunto de comportamientos y actitudes. Para mejor com- prensién, Money y Eherhardt en 1972 (Money y Ehrhardt, 1982, pp. 256 y 253), subdividen este concepto en dos: identidad de género y rol de género. La identidad de género es “la identidad, unidad y persistencia de la propia individualidad como hombre 0 como mujer (o ambiva- lente) en mayor 0 menor grado, fundamentalmente experimentado en un darse cuenta de sf mismo y de la conducta que se expresa. La identidad de género es la experiencia privada del rol de género y el rol de género.es la expresién publica de la identidad de género (Money, 1986). En lo anterior se incluye la excitacién sexual, aunque no se restringe a eso, La identidad de género no se limita Gnicamente a “soy hombre” © “Soy mujer”, sino que también incluye “soy persona erdtica”, es decir amorosa y gozosa, El desarrollo del sexoerotismo se inicia con la determinaci6n sexual de los cromosomas XX y XY; sin embargo, en los seres humanos no El enorimo © 953 hay evidencia de que la presencia de estos cromosomas en todas las células del cuerpo, desde cl cerebro hasta el tltimo pedacito de piel, tengan un efecto directo por sf mismos en el estatus sexoerdtico de la persona. John Money (1986) sefiala que en el cerebro existen dos esquemas y cada uno tiene su propio equipo de senderos neurol6gicos. La ac- tivacién de uno de ellos, durante el desarrollo, no anula reciprocamente al otro; es decir masculinizacién y feminizacién cocxisten, bisexual- mente y estén vinouladas. De entre varias conductas sexuales observadas en primates (Mi ney, 1986) y que en humanos resultan un tanto dificiles de estudiar debido alos tabties y estereotipos erdticos de nuestra sociedad, existen dos, que-aunque no se pueden generalizar completamente, son muy importantes dentro del desarrollo de lo erético. Una se refiere a los juegos sexuales de ensayo, en donde Ja presencia de una hembra ‘licita respuestas sexoerdtica del macho y viceversa. Otro compor- tamiento es la posibilidad de que la imagen sexual erética clicita més répidamente la iniciacién de una respuesta er6tica en el macho que en la hembra, y los estimulos téctiles elicitan més fécilmente la respuesta erética en las hembras. Este aspecto puede ser motivo de una investigaciGn cientifica del comportamiento autoerético en los seres humanos. El sexoerotismo principia neonatalmente con los vinculos del nifio © la nifia con su madre, que se inician tan pronto como el recién nacido establece contacto ocular y téctil con ella. Eso mismo se aplica con el padre, El vinculo padre/madre-infante es vital para la sobrevivencia; sin ese vinculo, hay un gran riesgo de que se incremente el abuso y el abandono en contra del infante por parte de los padres. Si se establece de manera saludable este vinculo, el bebé es apapachado, abrazado, acunado, acariciado y mecido, estos componentes kinestésicos del vinculo infante-madre/padre, serdn para el bebé el prototipo de lo que més adelante conforma los lazos y vinculos amorosos y sexoersticos entre amante y amante; el deterioro y dafio a éstos conducen a una relaci6n amorosa dafiada. En general muchas de las actitudes sexoe- r6ticas hacia si mismos y hacia los demés (Money, 1986), son adquiridas 554 © Sebwa Goniler Semaros por los seres humanos mediante el autoerotismo, actitudes fundamen- tales en las relaciones intimas y en la capacidad amatoria. La experiencia profesional psicoterapéutica y psicolégica durante afios de trabajo en un Centro de Desarrollo Infantil en la ciudad de ‘México, coincide con Sarnoff y Samoff (1980) en considerar al au- toerotismo no sélo 1a més temprana expresién sexoerstica humana, sino la mas duradera e intensa. En ese centro se pudo observar cémo los bebés varones presentaban erecciones durante el cambio de sus Pafiales 0 al bafiarlos, es decir respondian a estimulos tactiles y de temperatura. En cuanto a las nifias dada su anatomia, resultaba més dificil obser- var un fenémeno similar al del nifio, en cuanto a cambios vaginales por tumescencia; sin embargo también en ese mismo Centro, se ob- servaron conductas’sexuales con una manifestaciGn francamente pla- centera en las nifias, cuando se les cambiaba de pafial y se les hacia la limpieza de sus genitales. Al tocérselos con el algodén las bebitas reaccionaban de manera muy interesante, se quedaban muy quietas y relajadas, era visible un ligero cambio en el clitoris que se hacia més protuberante. A este respecto, Langfeldt (1990) menciona que un or- gasmo incidental 1o pueden experimentar nifios y nifias y esto es el preludio del autoerotismo. Podemos decir que, nifias y nifios desde que nacen van reconociendo sus genitales de manera distinta, tanto en el hecho mismo de la anatomfa, estén ocultos para la nifia y para el nifio los ve y los toca diariamente, como en el aspecto cultural, donde se subraya lo que los genitales hacen y las consecuencias de esto, como se ven, y qué sensaciones producen (Money, 1986; Fleischhauer-Hardt, 1979). Lo anterior hace que los padres y la sociedad reaccionen con una respuesta diferencial de género hacia é1 0 la bebé y su sexoerotismo. Si esta respuesta es positiva o negativa, apoyard o inhibird las reacciones sexuales de la © el bebé, permitiéndole 0 no que explore y conozca sus genitales, asf como las sensaciones que éstos le producen. Esta reacciGn interactiva fundamentaré la conducta de la diferen- ciacién de género en nifio o niffa, que va més alld de Ios genitales; es el camino en el que se basan y construyen, sea positiva o negati- vamente, los principios sexoersticos de los seres humanos, dando 0 El enorisno © 555 no oportunidad para expresarse autoeréticamente. Se ha observado también que si se acepta el autoerotismo de los nifios, en calidad de expresiGn natural de su necesidad de amor, los padres pueden ayudarle a adquirir una orientaciGn sexoerstica positiva, saludable, que se pro- Jongaré a lo largo de toda su vida vinculados con el amor sexual. Este se entiende como una integraci6n holistica de sentimientos ersticos y amorosos, donde la autoimagen y la autoestima se refuerzan incre~ mentando la salud sexual de la persona. Se observé también que el contacto téctil del cuerpo y de los genitales, el encuentro del placer sexoerdtico por autoerotismo, propicia y ejerce un efecto muy positivo en el desarrollo fisico y mental de los nifios, incrementa su capacidad de explorar, aprender y conocer muchas cosas de si mismo y de todo lo que le rodea, mostréndose socialmente mas sensible, es decir que, si aceptamos afectuosamente a un nifio en todos sus aspectos, incluidos los del autoerotismo, muy probablemente crezca su confianza en sf mismo y en los demas. Esto le permite adquirir seguridad y autoconfianza ¢ integrar una persona- lidad mAs sana (Sarnoff y Samoff, 1980). La curiosidad innata de los nifios se mezcla con el deseo de auto- estimulaci6n, si ésta les impulsa a tocar y conocer todo lo que les rodea, también les motiva a tocar y explorar su propio cuerpo. Al descubrir sus zonas erdgenas, principalmente las genitales, obtienen sensaciones sumamente agradables; lo mismo les ocurre con objetos tiles a ese fin. Estamos de acuerdo con Stokes, quien menciona, en su capitulo “Cémo manejar el hecho de la masturbacién en los nifios” (en Rubin y Kirkendall, 1972), que los nifios estimuléndose autoersticamente, pueden establecer la conexién mental entre su deseo placentero y su esquema corporal integrado y completo. Sin embargo, si su autoero- tismo no es aceptado positivamente por sus padres, 0 por quien los cuida, como parte natural de su desarrollo psicosexual y, no tienen la oportunidad de tranquilamente, en un lugar privado, expresar su au- toerotismo, los nifios Jo notan; esta actitud Jes crea un sentimiento de culpa y de minusvalfa, impidiéndoles desarrollar 1a sensaciGn de ser capaces de enfrentar el mundo, Sia los nifios se les permite ejercer su autoerotismo, entonces tendrdn las bases de una conciencia téctil que permite se perciban a 556 « Sclun Gorailer Sernatos sf mismos como. personas sexuadas, reconociéndose como diferente al otro, al del sexo opuesto. Una autoimagen sexuada més sana, a futuro, seré el camino para compartir su sexoerotismo con una pareja de manera amorosa. Por lo anterior, resulta muy importante para el desarrollo psicosexual, fisico, cognitivo, emocional, amoroso y social de los nifios que se les permita su autoexploracién y autoerotizacién, sin culpas, vergilenzas ni represiones castrantes. De esta manera se formarén una autoimagen sexoerstica favorable al sentirse a gusto consigo mismos, permitiéndoles un dar y recibir amoroso. Si este respeto por las pricticas autoersticas de los nifios apoya el desarrollo de su autoestima, nos atreveriamos a decir que mds adelante esto propiciaré un autorrespeto por-el propio cuerpo sexuado como una totalidad integrada, y no pondrén en prictica conductas sexuales de riesgo; por ejemplo, embarazos no deseados, contagio de enferme- dades de transmisiGn sexual e inclusive disfunciones sexuales. En la adolescencia la maduracién fisico-sexual, es todo un acon- tecimiento pues modifica todo cuanto se tenfa, tanto fisica como emo- cional ¢ intelectualmente. Se hace mds intenso el impulso sexual, el erotismo se renueva y se incrementa, y hay una gran necesidad de expresarse sexoersticamente, y sin embargo no se puede llevar a cabo esto por factores socioculturales que impiden al adolescente_relacio- narse sexualmente con una pareja, no estén listos para ello, Frente a este resurgimiento erstico y aestas condiciones del control sociocultural de la adolescencia; los muchachos tendrén el recurso del autoerotismo, que en esta etapa se manifiesta més intensamente. Es aqui en donde se tiene que aprender del autoerotismo del reencuentro con su propio cuerpo y de sus sensaciones placenteras, para més adelante establecer vinculos sexoersticos y amorosos con una pareja, que le permita ejercer su sexualidad como una vivencia integradora, de manera responsable consigo mismo y con su pareja. De nuevo resulta muy importante en esta etapa de la vida, la prictica autoerstica saludable para el buen desarrollo de Ia autoestima y la emotividad, que le permita a los j6venes sentirse més seguros de sf mismos frente al mundo. En esta etapa se enfrentan al reto de unir cl sexoerotismo con el amor y actuar como un “afectuoso ser sexual” (Samoff y Samoff, 1980), tanto en los pensamientos y sentimientos El exotiswo © 557 acerca de sf mismos, como de sus acciones; es decir tendrén que ejeroer su autoerotismo de manera c6moda, sin culpas, aprendiendo a sentirse en la intimidad a gusto con su propio cuerpo y sus sensaciones, amindose a sf mismos para poder dar y compartir més adelante el amor sexual ‘con otra persona, tomando la responsabilidad de la propia sexualidad. Cabe sefialar que la literatura cientifica sobre cl autoerotismo en la infancia casi no existe y, que los profesionales y los cientificos al igual que los padres de familia, no tratan este tema debido a sus propios miedos y tabties sexuales. En nombre del mito de la inocencia se guarda un silencio moralista y por lo tanto, se ignora el beneficio de un desarrollo autoerstico saludable. La experiencia autoerstica en los adultos es una vivencia muy fntima. La literatura, como se sabe, en especial la poesia, y los relatos eréticos, han expresado muy clara y hermosamente lo que es el au- toerotismo, por ejemplo, existieron unos cuademillos londinenses de lectura picaresca que circulaban subrepticiamente entre los afios de 1879 y 1880 con el nombre de La Perla, En uno de estos se publicd Ja novela semanal “Lady Pockingham, o Todo mundo lo hace”, de la cual transcribimos un pequefto fragmento para ilustrar lo dicho: Acto seguido abrié juguetonamente los labios de su sexo para examinarlo con calma ante el espejo. La titilacién de sus dedos Hev6 un nuevo rubor a sus mejillas, y por un momento. pareci6 que no podria resistir la tentacién de comenzar a masturbarse, puesto que movfa inquietamente un par de dedos, primero hacia adelante y luego hacia atrés, entre los rojos labios de su gruta de amor. (La Perla, 1971, p. 290.) Fantasias Te deseo, te sueto Inoue Sasoees| Nuevo Reeuento de Poemas, p. 64 De ACUERDO con Tlene Philipson, citada por Fenéndez y Paravisini- Gebert (1991, pp. xvii y xviii), hay que “Emprender la dificil tarea 558 © Selua Gowler Semstos de comprender las relaciones que existen entre el comportamiento y a fantasfa, la expresién sexual y las relaciones objetivas, y la actividad sexual y la ideologia.” Citados por Sanz, (1990, p. 108). Desjardins y Crépault, definieron la imaginaci6n erética como: “la facultad del ser humano de autoerotizarse mentalmente por la creacién de fantasias”. En la fantasfa de tipo erético surgen pensamientos (proceso mental) que conllevan sensaciones fisicas (proceso corporal) consideradas pla- centeras. De acuerdo con Fina Sanz (1990), las fantasfas erdticas ayudan, entre otras cosas: al desarrollo sexual, al crecimiento personal y a la creatividad; si una persona se abre al mundo de lo imaginario, esto repercutiré en diversos aspectos de su vida, no s6lo en el rea sexual. Las fantasfas erdticas movilizan emociones, y pertenecen al Ambit del inconsciente, de lo simbdlico, pueden tener contenidos irracionales que deben comprenderse de esa manera; ya que no son hechos reales, sino elementos con un simbolismo en su significado Ys Son tan intimos y personales que si asf se desea, no se tienen que compartir. Efectivamente, segtin Katchadourian y Lunde (1979), hay un mun- do de actividad sexual que se ubica en la mente, y que en los titimos 10 0.12 afios ha sido objeto de una gran atencién, en especial con los libros sobre fantasfas erdticas de hombres y mujeres que participaron en la investigacién de Nancy Friday, tituladas My secret garden, wo- men’s sexual fantasies (1974), Forbiden flowers, more womens fan- tasies (1975) y Men in Love, Men's Sexual Fantasies (1980). El autoerotismo se presenta ahora con otro componente, placentero y favorecedor del goz0 sexual, las fantasfas erdticas; sin éstas serfa un acto muy solitario (Friday, 1980) y gracias a ellas, entra en el terreno de Jo simbslico integrando “al otro” en los significados del erotismo. Las fantasfas se’ presentan asociadas a la autoestimulacién, en casi todas las personas y son una de las facultades més prodigiosas de los seres humanos; permiten un despertar mental dirigido a pensamientos y sentimientos sexuales y descartarlos de otro tipo, que impidan la ero- tizaci6n y por lo tanto la obtencién del placer (Kaplan, 1981; Sarnoff y Samoff, 1980; Barbach y Levine, 1981). La imaginaci6n es un elemento psicolégico que nos permite, antes de ejecutar alguna conducta, planearla, disefiarla, suponerla, inventarla, El enorisno © 559 disfrutarla, quitarle y ponerle elementos, dirigirlos mentalmente, en fin, que se disponga 0 no del objeto amoroso, la fantasia “nos prepara y dispone para”. En este terreno todo se vale, las imdgenes que se evocan surgen de Ia mente imaginativa, asf se crean las imégenes erdticas pasajeras, las fantasfas entretejidas, los recuerdos con conno- taciones sexoerdticas placenteras, que siempre estén saliendo y en- trando en la conciencia; estas fantasfas permiten que la persona se concentre en el erotismo, en sus propias sensaciones, en disfrutar ubicuamente todo lo que esté en el terreno de lo posible erético. Es dificil creer que alguien en este mundo no tenga fantasfas eroticas (Katchadourian y Lunde, 1979). Las personas mientras se autoerotizan, pueden combinar las mégicas satisfacciones de las fan- tasfas con las gratas sensaciones corporales que crean una atmésfera de concentracién en el placer. Las fantasfas, pueden ayudar a potenciar y a generar la excitacién sexual, Cuando la persona tiene un nivel moderado de deseo, quizé si recurre @ las fantasfas erdticas logre més facilmente un ineremento en la exeitacién, potenciando de muchas maneras tanto el aspecto psico- l6gico como lo fisiol6gico de la respuesta sexual, ya que evita la dis- traccién (Kaplan, 1978), la angustia por “cumplir comectamente”. Es ecir, se incrementa la confianza en la persona misma, pues no hay 560 © Selua Gonasler Sereatos peligro ni amenaza de hacer algo socialmente no aceptable; slo esté ahf, en lo fntimo de la mente, Se pueden cambiar y controlar casi a voluntad, por lo tanto los temores disminuyen, ya que las fantasfas son suefios privados a los que nadie més que quien las experimenta las conoce y las vive, por lo tanto se puede obtener una excitacién erdtica sin riesgo de ser enjuiciado. Las fantasfas eréticas echan a volar la creatividad. A veces no es grato tenerlas pues resultan por su contenido *raro” o “anormal” muy disruptivas y angustiantes (Masters, Johnson y Kolodny, 1987); por ello se les aman fantasfas “intrusas”, Usualmente ‘ocurren en personas con pensamiento muy tigido o religioso. Si este tipo de fantasias emergen con tal frecuencia que la persona se sienta muy angustiada, es prudente consultar con un especialista; 61 la apoyaré para reubicar y reconceptualizar estas ideas de manera saludable, y para entender que tener fantasias erdticas no equivale a levarlas a la acciGn en la vida cotidiana real. El temor de que, lo que se siente’o se visualiza en las fantasfas, pudiera llevarse a efecto, es controlable, pues no hay el deseo real de participar 0 experimentar con ese tipo de imaginerfas, éstas existen s6lo en el ambito de lo simb6lico (Masters; Johnson y Kolodny, 1987). Se puede decir que mientras la persona autoestimula sus genitales 6 cualquier otra parte de su cuerpo, se cuenta a s{ misma historias eroticas, pensdndolas 0 bien visualizando imagenes de contenido erotico, por ejemplo algunas personas recurren a mirar revistas, otras como ya se mencion6 antes, a leer cuentos © poemas y, actualmente, ya existen en el mercado videos caseros con este tipo de temas. El contenido de las fantasfas eréticas varia mucho y se pueden encuadrar en los siguientes temas generales: escenas roménticas, con- quista y seduccién, experimentacién, cambio de pareja, sexualidad en grupo. También se sabe que las fantasfas sexuales van acompafiadas de sensaciones eréticas en los érganos genitales y en los pechos (Mas- ters, Johnson y Kolodny, 1987; Samnoff y Sarnoff, 1980; Kaplan, 1981; Barbach y Levine, 1981). Por otro lado, Gina Ogden (1993) en su libro Women Who Love Sex, prOximo a salir a la venta, reporta lo siguiente: un 52 por ciento de sus sujetos mujeres, afirmaron sorpren- dentemente, que eran capaces de lograr un orgasmo por estimulaci6n El enorisno © 961 extragenital, obtenido tinicamente por medio de fantasfas eréticas au- toinducidas (Whipple, Komisaruk y Ogden, 1991). Finalmente cabe sefialar que las fantasias er6ticas vinculan mente y cuerpo mediante imagenes sexuales (Britton, 1987), estas fantasfas, ‘como se menciona en otra parte del articulo, funcionan como un muy saludable distractor y pueden ayudar mis fécilmente al logro del of- gasmo. Dicho sea de paso, cuando se lega a este punto, las fantasfas eréticas se diluyen, en ese mismo instante, y desaparecen. George Leonard (1983, p. 110) sefiala que: “En efecto, se podria decir que las fantasfas forman Ja cultura erstica interior y, por consi- guiente, enriquecer nuestra vida imaginaria es ampliar las perspectivas de toda nuestra vida erdtica.” Las fantasias eréticas no deben reprimirse ya que favorecen y estimulan el placer, y constituyen una dimensién esencial del goce sexual (Gellman y Tordjman, 1991). Para terminar el tema de la fantasfa, citaremos ue dice Kamala Devi (1988, p. 16) “El Tantra ensefia que todos pouemos cultivar una visiGn interior del placer...” y el tinico jardin que podemos y debemos cultivar, es nuestro propio jardin interior. También nos dice Kamala Devi (1988), que no debemos matar nuestro impulso de vida, que hay que practicar el uso de nuestra imaginacién (sexual) para lograr energia, liberacion y crecimiento. Coincidimos con ésta opinién, similar a la de Josefina Sanz, que nos comparti6 en una comunicacién personal en 1988, Prdcticas y rituales del autoerotismo ‘Mi vulva es una flor (es una concha tun higo un terciopelo std lena de aromas sabores y rincones es color de rosa ‘suave intima carnosa Le gustan las lenguas que se creen mariposas los penes solidarios 562 # Selua Gowaslex Sernaros Ja pulpa de ciruela femenina ‘0 simplemente las caricias venidas de ni misma. Rosa Mania Rom. El placer dé la Palabra. (Peméndez Olmos y Paravisini-Gebert, 1991. pp. 147-148). EL AUTOEROTISMO es un medio excelente para ponerse en contacto con uno mismo, proporciondndose placer y con ello respeto, por el propio cuerpo; cuando Ie permitimos a éste que se exprese en la intimidad de un ambiente propicio, seguro, célido, sin exigencias ni apresuramientos; con la libertad y creatividad de la energia puesta al servicio del amor y ¢l gozo, Al disfrutarlo en y desde nuestro propio cuerpo, nos permite aprender, para después compartir con, “el otro”, a quien hacemos presente durante el proceso autoerético mediante las. fantasfa ‘Al igual que Masters y Johnson (1978), Kitzinger (1985), Jaffe (1992), Barbach (1981), Kaplan (1980), Hulbert y Whittaker (1991), Sanz (1990) y Dodson (1991), en la terapia sexual hemos observado que la prictica del autoerotismo conduce més fécilmente al orgasmo, siendo éste més intenso que el logrado con el coito mismo. Esto no significa que sea mejor que con la pareja, no, es més bien, parte de la diversificacién de comportamientos ervticos a los que podemos acceder. También sabemos que el deseo y la receptividad sexual, asf como la autoestima, se incrementan cuando el autoerotismo se ejerce sin conflictos ni sentimientos de culpa; es decir, de manera sexualmente saludable. En caso de tener pareja, se logra més satisfaccién sexual y marital cuando se transmiten a ésta las experiencias eréticas obtenidas en y con el propio cuerpo, ya que el autoerotismo es la mejor forma de aprender sobre nuestra respuesta sexual. Nos permite desarrollar un bienestar ervtico de mayor conciencia y libertad, al conocer el ritmo y los gustos sexuales del propio cuerpo, convirtiendo esta prictica en algo divertido, sensual, gozoso, mucho més creativo y completo (Barbach, 1981; Britton, 1987; Stoppard, 1993). Por otro lado, en el caso de las mujeres, al producirse mediante el autoerotismo, un incremento dela vascularizacién en vagina, clitoris El enorisno © 563 y labios, se aumenta la posibilidad de intensificar los siguientes or- gasmos. El autoerotismo es una prictica muy iitil no sélo en las personas que tienen pareja, sino también en las que por alguna raz6n ya no la tienen; resulta una actividad sexual ideal y permite que la vida sexual activa se prolongue (Kay, 1993). En los hombres ayuda a lograr un ‘mayor placer, mAs control para incrementarlo y més sensualidad para llegar més fécilmente al orgasmo 0 al disfrute erdtico. Este proceso también se da en las mujeres. Al contrario de Io divulgado como un gran mito, en donde se sefiala que con las pricticas autoerdticas se drena la enetgia, y la potencia vital; se ha observado en el trabajo sexoterapéutico que’ el autoerotismo ayuda a restaurar la energia tanto fisica como psiquica; ya que después de un orgasmo, se logra una relajacién placentera y reparadora de la energia. EI autoerotismo tendria que incorporarse a una educacién sexual integral, ya que como se dijo en otro momento, es una de las ex- periencias placenteras mds tempranas y apoya la identificacién de los propios genitales y sus sensaciones. Es pues significative, como parte del florecimiento saludable de una respuesta sexual madura, Otros usos apropiados del autoerotismo, como ya se dijo, pueden ser: en personas solas, en personas de la tercera edad, en personas discapacitadas y por supuesto, tiene una gran importancia terapéutica cuando se prescriben los ejercicios autoerdticos para el tratamiento de las disfunciones sexuales tales como: eyaculaci6n precoz, disfun- ciones de la erecci6n, eyaculaci6n retardada, anorgasmia y preorgasmia. Estos tratamientos han sido usados exitosamente en programas sexo- terapéuticos como los de LoPiccolo y Lobitz. (1972), Barbach (1981), Britton (1987), Hooper (1980), Gary-Bishop (1978), Sanz (1990) y més revolucionariamente, el trabajo de Dodson con sus “Talleres Body- sex” y su libro (citado por Hooper, 1982 y Anand, 1992) Liberating Masturbation donde ensefia a las mujeres a amar sus cuerpos autoe- rotizandose con vibradores. Betty considera, segun lo expresé en el X Congreso Mundial de Sexologia en Amsterdam (1991) que el au- toerotismo es una forma de meditacién sexual, 564 © Sela Gonailer Sernaros {Cuerpo desnudo y desnudes marina én el cologulo sexual! (Tacto y contacto ‘que asume de las olas ef vaiven! Eulas Nano Prismas de Sangre, Conversacién con el Mar y otros Poemas, p. 49, <= la mano ya no alearza @ focar mas allé Distraida, resbala, acariciando ‘y lentamente sabe del contorno. Rotatuo Casteunavos Poesta No Bres Ti, p. 211. Efectivamente al autocrotismo lo podemos convertir en un ritual para aprender todo tipo de caricias, movimientos téctiles y respiracién lenta que nos permita una concentracién en las sensaciones de nuestra prupia piel. Tocando apenas con las puntas de los dedos todo nuestro ‘cuerpo, desde la cara hasta los pezones, frotando con suavidad, bajando por el vientre lentamente Ilegando sin prisa, a nuestros genitales; descubriendo sus texturas, su olor y sus sensaciones suavemente, po- niendo nuestra atenci6n en una fantasfa erética; para concentramos en el goz0 de nuestro cuerpo. Si nos rodeamos de miisica y fragancias, nos sentiremos mis en Ja disposicién sensual que facilita el erotismo ¢ intensifica el placer; con ello conseguiremos retenerlo y sentirlo més, profundamente, De esa manera podremos dirigir el placer.a otras partes del cuerpo, transformando el orgasmo genital en un éxtasis total, trasladando la energia del placer al corazén y a la conciencia da un cuerpo que da y recibe placer amoroso y erttico, éste va més allé de lo fisico, para convertirlo en una experiencia integral del espiritu, transformando al autocrotismo en una vivencia muy humana y natural. Con los rituales del autoerotismo, como lo sugiere el Tantra, apren- deremos a desarrollar autonomia, precisién y conciencia, en cuanto a la forma de sentir de nuestro cuerpo; ya sabemos que es saludable ‘concedemos placer reteniendo y conteniendo la tensién de la excitaci6n hasta el momento de la culminacién; detenerla por un momento y evarla al coraz6n, es decir transformarla en una emocién afectiva, y El enorisno © 565 vincular el gozo, la sensuatidad y la sexualidad, a los sentimientos de amor y aceptaci6n erdtica (Anand, 1992). Usando la conciencia del placer que emana del contacto, llamado kama. entre el 6rgano del sentido y su objeto. (Kama sutra, 1993). No dejemos pues, que los sentimientos de culpa conviertan nuestro autoplacer en un sintoma de perturbacién emocional; muy por el con- trario, tengamos en cuenta que damos placer por medio de este eleva nuestra autoestima, ayuda a llevarnos bien con nuestro propio cuerpo, ‘a entenderlo mejor y, a hacernos més conscientes de nuestra propia identidad sexoerstica (Kitzinger, 1985; Kent Rush, 1991). Conclusiones En cuanto conozcamos los centros de nuestro propio placer, ‘seremos capaces de compartirio con otra persona. Este es el principio del tantra: debemos percibir lo que somos 4 través del conocimiento de nosotros mismos y de nuestros laceres; solamente entonces seremos capaces de dar el placer ‘que buscamos y aceptar el que nos ofrecen. ‘Amusy Toma, Tasman a Senda del Bets de As, p12 EL AUTOEROTISMo es una forma de actividad sexual que ha provocado en los que estudian la sexualidad humana una amplia gama de reac- ciones, desde los que la sancionan totalmente por cuestiones ideol6- gico-religiosas, hasta los que la aprueban en su totalidad (Slosarz, 1992). A pesar de que actualmente se considera al autoerotismo como un comportamiento sexual esencial en el desarrollo, evoluci6n y ma- durez. del erotismo humano existe una limitante especial; se refiere a que; si el autoerotismo no es utilizado como un medio de evoluciéa sexual saludable, éste se convierte en un sintoma (como cualquier otro) de algdn desajuste emocional, causado usualmente por los sen- timientos de culpa y vergtlenza hacia el autoerotismo, Dichas activi- dades son propiciadas por las ideologias religiosas, o bien cuando el autoerotismo es utilizado como agresién o distanciamiento en contra 566 © Sela Gowler Semmaros de la pareja, convirtiéndose en’ un sintoma de disfuncionalidad en la relaciOn con ésta (Betchen, 1991). En estos casos es conveniente buscar apoyo psicoterapéutico, para resolver esos conflictos que mental y cmocionalmete estén dafiando a la persona, y dar oportunidad a que reencuentre su cuerpo erstico de manera mas integrada y saludable. Se puede concluir que actualmente el autocrotismo representa un comportamiento'sexual bastante comin en hombres y mujeres, desde la infancia hasta la senectud, sin embargo, err6neamente es sancionado © calificado como indeseable; provoca culpa y'vergiienza, y estas cemociones son las que en realidad dafian a las personas, no el auoe- rotismo en sf, No existe ningiin argumento cientifico ni racional, a través del cual se demuestre que el autoerotismo sea nocivo o indeseable para quien Io ejerce como una actividad sexual privada y placentera. Tanto para el var6n, como para la mujer, significa lograr ajustes sexuales mediante el conocimiento de su propio cuerpo y sus sensaciones pla- centeras, adquiriendo una conciencia erética integral, resulta una pre- paracién para lograr orgasmos y si se desea, compartir sexoersticamente el placer con su pareja. Hoy en dia, para vivirla sexualidad de manera saludable y placente- 1a, €8 necesario vivir antes de manera natural el propio cuerpo. Esto se inicia desde 1a primera infancia, donde los nifios deberén tener con- diciones adecuadas para una actitud positiva hacia su propio cuerpo y susexoerotismo. Resulta pues, imprescindible que los seres humanos experimenten caricias acompafiadas de una dedicacién afectuosa, de carifio corporal emotivo, por parte de mamé y pap, para favorecer cl desarrollo de la capacidad de amar (Fleischhaver-Hardt, 1979) y, de autoconocerse para formular cognitiva y emocionalmente la propia imagen de sensaciones placenteras. ‘Actualmente toda una corriente cientifica apoya la terapia sexual para cl tratamiento de las personas con alguna disfuncién, mediante el uso del autoerotismo (Kaplan, 1978 y 1981; Lo Piccolo y Lobitz, 1972; Barbach, 1981). El reencuentro y redescubrimiento del placer autoerético es muy importante en la época actual, donde la amenza del sIDA esté presente, El exorisno © 567 pues por medio de éste se puede ayudar al logro de un sexo protegido, compartiendo lo aprendido de nuestro cuerpo mediante el autoerotismo, gue cs una experiencia autoeducativa maravillosa por sf misma, vi- viéndola como una explosiGn. vibrante © como un suave, lento y muy prolongado placer cereano al éxtasis (Hooper, 1982; Dodson, 1991). Jeffrey Weeks (1989) sefiala que la historia de la sexualidad se ha construido por medio de muchas ideas y mentalidades, sus leyes y normas atin controlan la vida de millones de personas en el mundo; pero tenemos la oportunidad de ganar el control de nuestros cuerpos, de reconocer su totalidad y sus potencialidades sexoersticas, para a través de 61 lograr una aceptaciOn mas universal, por sus beneficios en favor de una evolucién sexual saludable. Bibliografia ALSTEENS, A. (1978). 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