Sie sind auf Seite 1von 11

Ensayo sobre los privilegios verdaderamente buenas.

Una larga servidumbre de las conciencias ha


Enmanuel Sieyes introducido los más deplorables prejuicios. El
Se ha dicho que privilegio es una dispensa para pueblo cree, casi de buena fe, que no tiene
el que lo obtiene y un desaliento para los derecho más que a lo que está expresamente
demás. Si ello es así, convengamos en que es permitido por la ley. Parece ignorar que la
una pobre invención ésta de los privilegios. libertad es anterior a toda sociedad, a todo
Supongamos una sociedad perfectamente legislador, y que los hombres no se han
constituida y lo más dichosa posible. ¿No es asociado más que para poner sus derechos a
cierto que para trastornarla por completo será cubierto de los atentados de los malos y para
suficiente dispensar a unos y desalentar a los entregarse, al abrigo de esta seguridad, a un
demás? desarrollo más amplio, más enérgico y más
Quisiera estudiar los privilegios en su origen, fecundo en el goce de sus facultades morales y
en su naturaleza y en sus efectos. Pero esa físicas. El legislador ha sido establecido no para
división, perfectamente metódica, me obligaría conceder, sino para proteger nuestros
a volver con excesiva frecuencia sobre las derechos. Si a veces limita nuestra libertad, lo
mismas ideas. Me envolvería, por lo que se hace en virtud de aquellos de nuestros actos
refiere al origen, en una discusión de hechos, que resulten perjudiciales a la sociedad, y, por
en una querella interminable; porque ¿qué no tanto, la libertad civil se extiende a todo
encontraremos en los hechos si buscamos aquello que la ley no prohibe.
como debe buscarse? Prefiero suponer, si se Con la ayuda de estos principios elementales
quiere, el más puro origen a los privilegios. Sus podemos juzgar los privilegios. Los que tienen
partidarios, es decir, casi todos los que de ellos por objeto una dispensa de la ley no pueden
se aprovechan, no pueden exigir más. sostenerse, porque toda ley, como ya hemos
Todos los privilegios, sin distinción, tienen indicado, dice, directa o indirectamente: No
ciertamente por objeto dispensar de la ley o hagas daño a tu prójimo, y ellos supondrían
conceder un derecho exclusivo a alguna cosa algo así como decir a los privilegiados: Se os
que no está prohibida por la ley. Lo que permite hacer daño al prójimo. No hay poder al
constituye el privilegio es el estar fuera del que le sea dado hacer tal concesión. Si la ley es
derecho común, del que no puede salirse más buena, debe obligar a todo el mundo, y si es
que de una u otra de esas dos maneras. Vamos, mala, es preciso destruirla, porque supone un
pues, a examinar, desde este doble punto de atentado contra la libertad.
vista, todos los privilegio conjuntamente. Igualmente, no se puede conceder a una
Preguntaremos primero cuál es el objeto de la persona el derecho exclusivo a alguna cosa que
ley. Este, sin duda, es el de impedir que sea no esté prohibida por la ley, puesto que
vulnerada la libertad o la propiedad de cada supondría tanto como arrebatar a los
uno de nosotros. Porque no se hacen leyes por ciudadanos una porción de su libertad. Todo lo
el placer de hacerlas, y aquellas que tengan por que no está prohibido por la ley -como ya
objeto estorbar inoportunamente la libertad de hemos indicado- es del dominio de la libertad
los ciudadanos, serán contrarias al fin de civil y pertenece a todo el mundo. Conceder a
cualquier sociedad y habrá que abolirlas alguno un privilegio exclusivo sobre lo que
rápidamente. pertenece a todo el mundo sería hacer daño a
Hay una ley-madre, de la que todas las demás todos en beneficio de uno solo, lo que
deben derivarse: No hagas nunca daño a tu representa a la vez la idea de la injusticia y de
prójimo. Esta es la gran ley natural que el la más absurda sinrazón.
legislador articula, en cierto modo (al Todos los privilegios son, pues, por su propia
detallada), en las diversas aplicaciones que naturaleza, injustos, odiosos, y están en
formula para el buen orden de la sociedad; de contradicción con el fin supremo de toda
ella emanan todas las leyes positivas. Las que sociedad política.
pueden impedir que se cause perjuicio a los Los privilegios honoríficos no pueden salvarse
demás son buenas; las que no sirven a este fin, de la prescripción general, puesto que
mediata ni inmediatamente, son presentan uno de los caracteres que acabamos
necesariamente malas, porque perjudican a la de destacar: el de conceder un derecho
libertad y son opuestas a las leyes exclusivo a algo que no está prohibido por la
ley; sin contar que, bajo el título hipócrita de hay que recompensar a unos a expensas de
privilegios honoríficos, no queda apenas otros. No confundamos en ningún caso dos
derecho pecuniario que no se intente invadir. cosas tan distintas entre sí como son los
Pero como, incluso entre las gentes de sano privilegios y las recompensas.
espíritu, se encuentran bastantes partidarios ¿Se trata de servicios ordinarios? Para saldados
de esta clase de privilegios, o al menos que tenemos los salarios ordinarios o las
piden gracia para ellos, conviene examinarlos gratificaciones de la misma naturaleza. ¿Se
con atención para ver si realmente son más trata de un servicio de importancia o de una
excusables que los demás. acción brillante? Ofreced, en cambio, un avance
A mi juicio, los privilegios honoríficos tienen un rápido de grado o un empleo distinguido en
vicio más, que me parece el peor de todos; armonía con los talentos que se han de
consiste en que tienden a envilecer a la gran recompensar. En fin, si es preciso, añádase el
masa de ciudadanos y, ciertamente, no es recurso de una pensión, pero en un número
pequeño el mal que se causa a los hombres al reducido de casos y solamente cuando, a causa
envilecerlos. No se concibe cómo se ha podido de circunstancias tales como vejez, heridas,
consentir en la humillación de veinticinco etcétera, no pueda existir ningún otro medio de
millones setecientos mil hombres, a fin de recompensa suficiente.
honrar, ridículamente, a trescientos mil. No hay Me diréis que no es bastante y que son
en ello nada que esté de acuerdo con el interés necesarias otras distinciones aparentes a fin de
general. asegurarse el respeto y la consideración
El título más favorable para la concesión de un generales. Y a eso yo respondo, con ayuda del
privilegio honorífico suele ser el de haber buen sentido tan sólo, que la verdadera
prestado un gran servicio a la patria, es decir, a distinción está en el servicio prestado a la
la nación, que no puede ser más que la patria o a la humanidad y que la consideración
generalidad de los ciudadanos. Pues bien: pública y el respeto van siempre allí donde esta
recompensad al miembro que haya honrado y clase de méritos les llama.
servido al cuerpo social, pero no cometáis la Dejad, dejad al público dispensar libremente
absurda locura de rebajar el cuerpo con los testimonios de su estima. Cuando, desde
respecto al miembro. La masa de ciudadanos es vuestros puntos de vista filosóficos, consideréis
siempre la cosa principal, la que debe ser esta estima como una moneda moral, potente
servida; ¿deberá, por tanto, ser ella sacrificada por sus efectos, tendréis razón. Pero si
al servidor, a quien no se premia más que por pretendéis que el príncipe se arrogue la
haberla servido? distribución, os extraviáis en vuestras ideas. Se
Una contradicción tan chocante debería ya trata de un bien del público, es su última
haberse hecho sentir en general. Lejos de esto, propiedad, y la naturaleza, más filósofa que
nuestro resultado parecerá, sin duda, nuevo o, vosotros, liga el sentimiento de la
al menos, muy extraño, y es que, a este consideración únicamente al reconocimiento
respecto, existe entre nosotros una del pueblo. Y es que ahí, únicamente reside la
superstición inveterada que rechaza la razón y patria, ahí están las verdaderas necesidades,
se ofende hasta de la duda. Algunos pueblos esas necesidades sagradas que los gobiernos
salvajes se complacen en ridículas descuidan, pero que serán eternamente el
deformidades, a las que rinden el homenaje objeto adorado por la virtud y el genio. Dejad al
debido a la belleza natural. En los pueblos premio natural fluir libremente del seno de la
hiperbóreos, es a las excrecencias políticas - nación para saldar su deuda. No entorpezcáis
mucho más perjudiciales, puesto que sacan y ese sublime comercio entre los servicios
arruinan el cuerpo social- a las que se prodigan prestados al pueblo por los grandes hombres y
estúpidos homenajes. Pero la superstición pasa el tributo de consideración ofrecido a los
y el cuerpo que ella degradaba reaparece con grandes hombres por el pueblo. Es puro, es
toda su fuerza y su belleza natural. verdadero, es fecundo en felicidad y en
Pero ... ¿cómo? -se me dirá- ¿Es que usted no virtudes en tanto que nace de relaciones
quiere reconocer los servicios prestados al naturales y libres. Pero si la corte se apodera
Estado? Perdóneme, pero yo no creo que las de él, lo corrompe y lo pierde. La estima
recompensas del Estado puedan consistir en pública va a extraviarse en los canales
algo que sea injusto o envilecedor, porque no emponzoñados de la intriga, el favor o la
criminal complicidad. La virtud y el genio no Todos sus esfuerzos anteriores, empleados con
son recompensados y, a su lado, un montón de fruto en servicio de la causa nacional, van a
insignias y condecoraciones, de un vario volverse contra ella. Se quiso animarle y se le
abigarramiento, ordenan imperiosamente el ha depravado.
respeto y la consideración hacia la mediocridad, Nace entonces en su alma un deseo de
la bajeza y el vicio; en fin, los hombres ahogan destacarse, un ansia insaciable de dominación.
al honor y las almas se degradan. Este deseo, que por desgracia tiene analogía
Pero yo quiero que vosotros, virtuosos, no con la naturaleza humana, es una verdadera
confundáis nunca lo que es digno de enfermedad antisocial; no hay nadie que no le
recompensa con aquello que sería preciso haya sentido mil veces, y siempre es, por su
castigar; al menos debemos convenir en que la esencia, antisocial, júzguese de sus estragos
distinción que hayáis acordado, si el que la cuando la ley y la opinión vienen a prestarle su
disfruta cae en degeneración, no puede servir valioso apoyo.
más que para hacer que se honre a un hombre Penetrad un momento en los nuevos
bajo, quizá un enemigo de la patria. Así habréis sentimientos de un privilegiado. Él se
enajenado a su favor, y para siempre, una parte considera, con sus colegas, como formando un
de la consideración pública. orden aparte, una nación escogida por la
Por el contrario, la consideración que emana de nación. Piensa que se debe, ante todo, a los de
los pueblos es naturalmente libre y queda su casta, y si continúa ocupándose de los otros,
retirada en el instante en que cesa de ser éstos no son ya, en efecto, más que los otros, es
merecida. decir, ya no son los suyos. Ya no es el país un
Ahí está el único premio adecuado al alma de cuerpo del que él era miembro, sino el pueblo,
los ciudadanos virtuosos, el único apropiado ese pueblo que muy pronto en su lenguaje y en
para inspirar buenas acciones y no para irritar su corazón no será más que un conjunto de
la sed de vanidad y orgullo, el único que puede gentes de poca importancia, una clase de
buscarse y obtenerse sin maniobras y sin hombres creada expresamente para servir,
bajezas. mientras que él fue hecho para mandar y
Dejad a los ciudadanos hacer los honores de disfrutar.
sus sentimientos y entregarse de grado a esta Sí, los privilegiados acaban realmente por
expresión tan halagadora y alentadora que considerarse como hombres de otra especie (3).
saben dar por inspiración y conoceréis Esta opinión, en apariencia tan exagerada y que
entonces, en el libre concurso de todas las no parece compaginarse con la noción del
almas fuertes, en los múltiples esfuerzos para privilegio, llega a ser insensiblemente algo así
todos los géneros del bien, lo que debe como su consecuencia natural y acaba por
producir, para el avance social, el gran resorte establecerse en todas las conciencias. Yo
de la estima pública (1). pregunto a cualquier privilegiado franco y leal,
Pero vuestra pereza y vuestro orgullo se como sin duda los hay: cuando él ve cerca de sí
acomodan mejor dentro de los privilegios. a un hombre del pueblo, que no ha venido para
Aspiráis menos a ser distinguidos por vuestros hacerse proteger, ¿no experimenta
conciudadanos que a ser distinguidos de frecuentemente un sentimiento involuntario de
vuestros conciudadanos (2). Si es así, no repulsión, dispuesto a dejarse traslucir bajo el
mereceréis ni lo uno ni lo otro y no puede ser más ligero pretexto, mediante una palabra dura
de vosotros de quien se trate cuando haya que o un gesto despectivo?
ocuparse de recompensas al mérito. El falso sentimiento de la superioridad
De estas consideraciones generales sobre los personal está tan arraigado entre los
privilegios pasemos a sus efectos, sea en privilegiados, que querrían extendedo a todas
relación con el interés público o en relación con sus relaciones con el resto de los ciudadanos.
el interés de los mismos privilegiados. Ellos no han sido hechos para ser confundidos,
En el momento en que el príncipe imprime a un para estar al lado de nadie, para mezclarse,
ciudadano carácter de privilegiado, abre el etcétera. Es fracasar esencialmente el hecho de
alma de éste a un interés particular y la cierra, disputar, el parecer como equivocados cuando
más o menos, a las inspiraciones del interés se han equivocado realmente, es
común. La idea de la patria se reduce para él, comprometerse incluso el tener razón, etcétera,
encerrándose en la casta que le ha adoptado. etcétera.
Pero es preciso ver, sobre todo, en las pequeño número goza, a la cual un gran
campiñas alejadas, en los viejos castillos, cómo número aspira y de la que los otros se ven
este sentimiento se alimenta y se infla en el precisados a vengarse mediante los recursos de
seno de una orgullosa ociosidad. ¡Allí es donde la envidia o del odio.
se respeta y se aprecia todo lo que vale un ¿Se olvidará que la naturaleza jamás impone
hombre importante y se ve cómo éste leyes impotentes o vanas y que ha decretado
desprecia a los otros a sus anchas! Es allí donde no distribuir la dicha a los hombres si no es por
se halaga y se idolatra de buena fe su alta igual? ¿Se ignorará, pues, que es un pérfido
dignidad, y aunque todo el esfuerzo de una tal cambalache el ofrecer a la vanidad lo que
superstición no puede dar, a un tan ridículo contraría a esa multitud de sentimientos
error, el menor grado de realidad, no importa; naturales que integran la felicidad real?
el privilegiado cree en ella con tanto amor, con Escuchemos, sobre este punto, nuestra propia
tanta convicción como el loco del Pireo creía en experienca (4), abramos los ojos ante la de
su quimera. todos los grandes privilegiados y de todos los
La vanidad, que de ordinario es individual y grandes mandatarios, a los que su estado
gusta de aislarse, se transforma allí, coloca en situación de gozar, en las provincias,
prontamente, en un espíritu de cuerpo de todos los pretendidos encantos de la
indomable. superioridad. Todo lo consigue para ellos esta
Si un privilegiado tropieza con la menor superioridad; sin embargo, se encuentran solos,
dificultad por parte de la clase que desprecia, el fastidio fatiga su alma, vengando así los
se irrita, se siente herido en sus prerrogativas, derechos de la naturaleza. Ved el ardor
cree ser atacado en sus bienes, en su propiedad impaciente con que vuelven a la capital en
y muy pronto él excita, inflama a todos sus busca de sus iguales y cuán insensato es
coprivilegiados y forma una confederación sembrar continuamente en el terreno de la
terrible presta a sacrificarlo todo para vanidad, puesto que no se puede recoger más
mantener, y después para aumentar, su odiosa que la zarza del orgullo y la adormidera del
prerrogativa. tedio.
Es así como el orden político se trastorna y no No confundamos, en ningún caso, la
deja ver más que un detestable espíritu superioridad absurda y quimérica, obra de los
aristocrático. privilegios, con la superioridad legal entre los
Sin embargo -se me dirá-, en sociedad se es gobernantes y los gobernados. Esta es real y
cortés lo mismo con los no privilegiados que con necesaria. No enorgullece a los unos ni humilla
los otros. No he sido yo quien ha hecho notar a los otros; es una superioridad de funciones y
primero el carácter de la cortesía francesa. El no de personas. Pero si aun esta superioridad
privilegiado francés no es cortés porque él no puede compensar de las dulzuras de la
deba ser así con los demás, sino porque cree igualdad, ¿qué hemos de pensar de la quimera
debérselo a sí mismo. No son los derechos de de que se alimentan los simples privilegiados?
los demás lo que respeta, sino su propia
dignidad. No quiere, por sus modales, ser ¡Ah, si los hombres quisieran conocer sus
confundido con lo que él llama mauvaise intereses, si supieran hacer algo por su propia
compagnie y teme que el objeto de su cortesía felicidad! ... Si consintiesen en abrir, por fin, los
pueda tomarle por un no privilegiado como él. ojos a la cruel imprudencia que les ha hecho
Guardémonos de dejarnos seducir por esas desdeñar, durante tan largo tiempo, los
apariencias gesticulantes y engañadoras; derechos de los ciudadanos libres por los vanos
tengamos suficiente buen sentido para no ver privilegios de la servidumbre ... ¡cómo se
en ellas más que lo que hay: un orgulloso precipitarían a abjurar de las numerosas
atributo de estos mismos privilegiados a los vanidades en las cuales han sido educados
que detestamos. desde la infancia!, ¡cómo desconfiarían de un
Para explicamos este deseo tan vivo de orden de cosas que se empareja tan bien con el
adquirir los privilegios se pensará quizá que, al despotismo! Los derechos de los ciudadanos lo
menos, al precio de la felicidad pública, se ha son todo; los privilegios lo dañan todo y no
compuesto, en favor de los privilegiados, un resarcen de nada.
género de felicidad particular, por el encanto Hasta el presente he confundido todos los
embriagador de esta superioridad de la que un privilegios, los que son hereditarios con los que
uno obtiene por sí mismo; no es que sean todos autoridad encargada de velar y de proteger. La
igualmente nocivos, igualmente peligrosos en única jerarquía necesaria, ya lo hemos dicho, se
el estado social. Si en el orden de lo malo y de establece entre los agentes de la soberanía; es
lo absurdo hay clases, indudablemente los ahí donde es precisa una graduación de
privilegios hereditarios deben ocupar la poderes, donde se encuentran las verdaderas
primera y no me daré por vencido hasta probar relaciones de inferior a superior, porque la
una verdad tan palpable. Hacer de un privilegio máquina pública no puede moverse más que
una propiedad transmisible es querer arrojar mediante esta correspondencia. Fuera de ella
de sí hasta los menores pretextos para no hay más que ciudadanos iguales ante la ley,
justificar la concesión de tales privilegios; es todos dependientes, no los unos de los otros,
trastocar todo principio, toda razón. porque ello supondría una servidumbre inútil,
Otras observaciones pondrán, aún más sino de la autoridad que les protege, que les
claramente, de manifiesto los funestos efectos juzga, que les prohíbe, etcétera, etcétera. El que
de los privilegios. Fijémonos, además, en otra disfruta de extensas posesiones no por eso es
verdad general, y es que una falsa idea no tiene más que el vive de un jornal. Si el rico paga más
necesidad de ser fecundada por el interés contribución, es que por tener más propiedad
personal y sostenida por el ejemplo de algunos reclama más protección. Pero ¿será menos
siglos para corromper, al fin, todo el precioso el ochavo del pobre y menos
entendimiento. Insensiblemente, y de prejuicio respetable su derecho? En cuanto a su
en prejuicio, se llega a formar un cuerpo de seguridad, ¿no debe reposar bajo una
doctrina, que presenta el extremo de la protección al menos igual a la del rico?
sinrazón y lo que ésta tiene de más Confundiendo estas nociones tan sencillas, los
nauseabundo, sin llegar nunca a quebrantar la privilegiados hablan sin cesar de la necesidad
larga y supersticiosa credulidad de los pueblos. de una subordinación. El espíritu militar quiere
Así vemos elevarse bajo nuestros ojos, y sin juzgar de las relaciones civiles y sólo ve la
que la nación piense siquiera en reclamar, nación como un gigantesco cuartel. En un
numerosos enjambres de privilegiados, en una folleto reciente se ha osado establecer una
religiosa persuasión de que ellos tienen una comparación entre los soldados y los oficiales,
especie de derechos adquiridos, por el solo de una parte, y entre los privilegiados y los no
nacimiento, a los honores, y por su simple privilegiados, de otra. Si consultamos al
existencia a una parte del tributo de los espíritu monacal -que tiene tantos puntos de
pueblos. contacto con el espíritu militar-, contestará que
No era bastante, en efecto, que los privilegiados no habrá orden en una nación hasta que esté
se mirasen a sí mismos como otra especie de sometida a los reglamentos mediante los cuales
hombres, sino que han llegado a considerarse gobierna a sus numerosas víctimas. El espíritu
modestamente, ellos y su descendencia, como monacal conserva entre nosotros, bajo un
una necesidad de los pueblos, no como nombre envilecido, mucho más favor del que se
funcionarios de la cosa pública; a este título se suele pensar.
parecerían a la generalidad de los mandatarios Todas estas opiniones no pueden pertenecer
públicos, cualquiera que fuese la clase de que más que a gentes que no conocen nada de las
hubieran sido extraídos. Se consideran como verdaderas relaciones que ligan a los hombres
formando parte de un cuerpo privilegiado, que en el estado social. Un ciudadano, quienquiera
creen necesario en toda sociedad que viva bajo que sea, que no es mandatario de la autoridad,
un régimen monárquico. Si hablan a los jefes no ha de hacer otra cosa que ocuparse en
del gobierno o al monarca mismo, se presentan mejorar su suerte, gozar de sus derechos sin
como el apoyo del trono y sus defensores herir los derechos de los otros, es decir, sin
naturales contra el pueblo; si, por el contrario, faltar a la ley. Todas las relaciones de
hablan a la nación, aparecen como los ciudadano a ciudadano son relaciones libres.
verdaderos defensores de un pueblo que sin Uno da su tiempo o su mercancía, otro entrega,
ellos sería pronto aplastado por el despotismo. a cambio, su dinero; en ningún caso hay
Con un poco más de discernimiento, el subordinación, sino un cambio continuo ... (5).
gobierno vería que en una sociedad no son Si en vuestra estrecha política destacáis un
precisos más que los ciudadanos que viven y cuerpo de ciudadanos para situarlo entre el
obran bajo la protección de la ley y una gobierno y los pueblos, ese cuerpo o bien
compartirá las funciones del gobierno, y dominarle más que a los demás? La intriga y la
entonces no será la clase privilegiada de la que mendicidad. Estas dos ocupaciones se
hablamos, o no las compartirá, y en ese caso convertirán en la industria particular de esta
quiero que se me explique qué es lo que puede clase de ciudadanos. Entregándose a ella
ser este cuerpo intermedio, sino una masa exclusivamente, en ella despuntan, y,
extraña, perjudicial, ya sea por interceptar las dondequiera que estos dos talentos puedan
relaciones directas entre gobernantes y ejercerse con fruto, los privilegiados se
gobernados, ya sea presionando los resortes de establecerán, descartando toda concurrencia
la máquina pública, ya sea, en fin, llegando a por parte de los no privilegiados.
convertirse, por todo lo que la distingue del Ellos llenarán la corte, asediarán a los
gran cuerpo de ciudadanos, en una carga más ministros, acapararán todas las prebendas,
para la comunidad. todas las pensiones, todos los beneficios. La
Cada una de las clases de ciudadanos tiene sus intriga arroja una mirada universal sobre la
funciones, su particular género de trabajo, cuyo Iglesia, la justicia y el ejército, y percibe una
conjunto forma el movimiento general de la renta considerable, o un poder que conduce a
sociedad. Si hay una que pretenda sustraerse a ella, ligado a una multitud innumerable de
esta ley general, se ve claramente que no se empleos, y pronto termina por considerar estos
contenta con ser inútil, sino que es empleos como puestos de dinero establecidos
necesariamente preciso que resulte una carga no para llenar las funciones que exijan talentos,
para los demás. sino para asegurar una situación conveniente a
Los dos grandes móviles de la sociedad son el las familias privilegiadas.
dinero y el honor, y es la necesidad que se tiene No estarán tranquilos a pesar de su profunda
de uno y otro lo que sostiene a la sociedad. habilidád en el arte de la intriga, y, como si
Estos móviles o necesidades no deben dejarse temieran que la sola consideración del bien
sentir el uno sin el otro en una nación donde se público viniese en algunos momentos a seducir
conoce el premio a las buenas costumbres. El el ministerio, sacarán provecho de la ineptitud
deseo de merecer la estimación pública, y cada o la traición de algunos administradores, y
profesión tiene el suyo, es un freno necesario a harán, en fin, consagrar su monopolio con
la pasión de riquezas. Es preciso ver cómo ordenanzas apropiadas o mediante un régimen
estos dos sentimientos deben modificarse de administración equivalente a una ley
entre la clase privilegiada. exclusiva.
Por lo que toca al honor, éste les está Es así como se consagra el Estado a los
asegurado, es un patrimonio cierto, seguro. principios más destructores de toda economía
Que para los otros ciudadanos el honor sea el pública. Ya puede ésta prescribir que prefiere
premio a su conducta, a los privilegiados les para todo a los servidores más hábiles y menos
trae sin cuidado, puesto que a ellos les basta onerosos; sin embargo, el monopolio obliga a
con nacer. No sentirán, por tanto, la necesidad escoger, necesariamente, los más caros y los
de adquirido y pueden renunciar de antemano menos aptos, puesto que tiene por efecto
a todo lo que tienda a merecerlo. conocido el detener el impulso de los que
En cuanto al dinero, los privilegiados, habrían podido mostrar sus talentos en una
ciertamente, sienten una viva necesidad de él. concurrencia libre.
Están incluso más dispuestos a entregarse a La mendicidad privilegiada presenta menos
esta ardiente pasión, porque el prejuicio de su inconvenientes para la cosa pública. Es como
superioridad les excita sin cesar a forzar sus una rama ávida que seca a las demás, pero, al
gastos y porque, al entregarse a ella, no temen, menos, no pretende reemplazar a das ramas
como los otros, la pérdida de todo su honor, de útiles. Consiste, como toda mendicidad, en
toda su consideración. tender la mano, esforzándose en excitar la
Pero, por una extraña contradicción, al mismo compasión y en recibir gratuitamente; sin
tiempo que el prejuicio de clase empuja embargo, esta postura es menos humillante
continuamente al privilegiado a maltratar su que la de los otros mendigos, pues parece
fortuna, le veda imperiosamente todos los dictar un deber más bien que implorar un
caminos honestos para llegar a repararla. socorro. Por lo demás, ha bastado para la
¿Qué medio le queda, pues, al privilegiado para opinión que la intriga y la mendicidad de que
satisfacer este amor al dinero, que debe se trata aquí, estuviesen especialmente afectas
a la clase privilegiada para que se convirtiesen privilegiados disfrutan de una situación y de
en honorables; todos y cada uno pueden unos honorarios; ¡Y aún hay quien se atreve a
vanagloriarse de sus éxitos en este aspecto; compadecer su mendicidad! Fijaos, entretanto,
inspiran envidia, emulación, jamás desprecio. en los no privilegiados de la misma edad,
Esta clase de mendicidad se ejerce destinados a las profesiones para las que son
especialmente en la corte, donde los hombres necesarios el talento y el estudio, y ved que,
más poderosos y opulentos sacan el mayor aunque amarrados a estas penosas
provecho. ocupaciones, cuestan todavía a sus padres un
De ahí que este ejemplo fecundo reanime hasta gran sacrificio económico antes de ser
en las más apartadas provincias la pretensión admitidos a jugar la suerte incierta de sacar de
de vivir en la ociosidad a expensas de la cosa sus largos trabajos lo necesario para vivir.
pública. Todas las puertas Se abren a las solicitudes de
No basta ya con que la clase de los los privilegiados. Les basta con presentarse
privilegiados sea ya, sin ninguna especie de para que todo el mundo se honre en
comparación, la más rica del reino, ni que todas interesarse en sus ascensos. La gente se ocupa
las tierras y las grandes fortunas pertenezcan a con ardor de sus asuntos y de su fortuna. El
los miembros de ella; la afición al despilfarro y Estado mismo, la cosa pública, Se ve forzada
el placer de arruinarse son superiores a toda más de una vez a tomar parte en arreglos de
riqueza. familia, negociar matrimonios, prestarse a
Cuando se oye la palabra pobre unida a la de compras, etcétera, etcétera.
privilegiado se levanta una oleada de Los privilegiados menos favorecidos
indignación. Un privilegiado que no está en encuentran por todas partes abundantes
condiciones de sostener su nombre y su recursos. Multitud de capítulos para uno y otro
dignidad es ciertamente una vergüenza para la sexo; órdenes militares sin objeto, o cuyo
patria; es preciso precipitarse a remediar este objeto es injusto y peligroso, les ofrecen
desorden público, y aunque no se llegue a prebendas, mandos, pensiones y, en todo caso,
imponer para ello un recargo en los tributos, es condecoraciones. Y como si no fueran
indudable que cualquier gasto público no bastantes las faltas de nuestros padres en este
puede tener otro origen. sentido, desde hace algún tiempo nos
No en vano la administración está compuesta ocupamos con ardor en aumentar el número de
de privilegiados. Ella vela con una ternura estos brillantes saldos de inutilidad (6).
paternal sobre los intereses de éstos. Ahí están Sería un error creer que la mendicidad
esos establecimientos suntuosos, alabados, privilegiada desdeña las ocasiones nimias o los
según se cree, en toda Europa y que se destinan pequeños socorros. Los fondos destinados a las
a la educación de los privilegiados pobres de limosnas del rey son absorbidos en gran parte
uno y otro sexo. Inútilmente el azar se por ella, y para que un privilegiado se declare
mostraba más sensato que vuestras pobre no se aguarda a que su naturaleza
instituciones y pretendía hacer entrar a los padezca, sino que basta con que sufra su
necesitados en la ley común de trabajar para vanidad. Así, la verdadera indigencia de
vivir. Nadie ve en este retorno al buen orden cualquier clase de ciudadanos se ve sacrificada
otra cosa que un crimen del destino, y los a las exigencias del orgullo de los privilegiados
profesores de esas instituciones se guardan (7).
muy bien de inculcar a sus alumnos el hábito Los países de Estado (8) se ocupan desde hace
de una profesión corriente, capaz de mantener mucho tiempo de las pensiones que es preciso
al que la ejerza. Por el contrario, se llega hasta dar a la clase privilegiada pobre. Las
inspirarles una especie de orgullo, por haberse administraciones provinciales siguen ya estas
encontrado desde edad temprana a cargo del nobles huellas y los tres estamentos en común,
erario público, como si fuese más honorable puesto que están compuestos solamente por
recibir la caridad que poder pasarse sin ella. privilegiados, escuchan con respetuosa
Se les recompensa con socorros en dinero, con aprobación todas las opiniones que puedan
pensiones y condecoraciones el haber tenido a tender al alivio de la clase privilegiada pobre.
bien consentir en recibir esta primera prueba Los intendentes se han procurado fondos
de la ternura pública. particulares para este objeto, y un medio
Apenas salidos de la infancia, los jóvenes seguro de conseguir éxitos es tomarse un vivo
interés por la suerte de dicha clase; en fin, si en quizá el más peligroso de los que han aparecido
los libros, en la cátedra, en los discursos sobre la tierra, el más íntimamente ligado con
académicos, en la conversación y por doquier la organización social, el que más
queréis interesar a todos, no hay más que un profundamente la corrompe y en el que hay
medio: hablad y ocuparos de la clase más intereses ocupados en defenderle. He aquí
privilegiada pobre. Ante esta inclinación bastantes motivos para excitar el celo de los
general de las conciencias, y teniendo en verdaderos patriotas y para enfriar el de las
cuenta los innumerables medios de que la gentes de letras.
superstición, para la que nada es imposible, se
ha valido para socorrer a los privilegiados Volver al Indice
pobres, no puedo explicarme (9) por qué no se
ha establecido aún en las puertas de las iglesias
un cepillo especial destinado a ellos (10).
Es preciso citar también aquí una clase de Notas
tráfico, fuente de riqueza inagotable para los
privilegiados. Está fundado, de una parte, sobre (1) Me refiero, por lo demás, a una nación libre
la superstición de los nombres y, de otra, en la o que puede llegar a serlo, porque es evidente
avidez de dinero. Me refiero a lo que se ha dado que la concesión de honores públicos no puede,
en llamar mésalliances (11), sin que dicho en ningún caso, ser patrimonio de un pueblo
término haya logrado desaminar a los esclavo. En éstos la moneda moral es siempre
estúpidos ciudadanos que tan caro pagan el falsa, cualquiera que sea la mano que la
hacerse insultar. Tan pronto como, a fuerza de distribuya.
trabajo o de ingenio, alguien de la clase común (2) Si se me acusara de ser éste un criterio algo
ha conseguido levantar una fortuna digna de metafísico, sin conocer el valor de esta palabra
envidia; tan pronto como los agentes del fisco, que tanto asusta a los espíritus incapaces de
por medios más fáciles, han logrado amontonar atención, diría que la distinción de no es más
tesoros, todas estas riquezas son aspiradas por que diferencia y que se refiere a los dos
los privilegiados. Parece como si nuestra términos a la vez; porque si distinguimos A de
desgraciada nación estuviese condenada a B, es evidente que, por la misma razón,
trabajar y a empobrecerse sin cesar por la clase podremos distinguir B de A. Esto es, A y B están
privilegiada. en situación de reciprocidad. Es absolutamente
Inútilmente la agricultura, la industria, el preciso que todos los individuos, que todos los
comercio y todas las artes reclaman para seres sean diferentes unos de otros. No hay,
sostenerse, para engrandecerse, para la pues por qué enorgullecemos de esto, o
prosperidad pública, una parte de los capitales podríamos todos hacerlo, ya que todos
inmensos que han contribuido a formar; los tenemos el mismo derecho. En la naturaleza, la
privilegiados devoran capitales y hombres; superioridad o la inferioridad no son
todo está destinado, sin retorno posible, a la cuestiones de derecho, sino de hecho. Llega a
esterilidad privilegiada (12). ser superior el que se impone a otro, y esta
El tema de los privilegios es inagotable, como ventaja supone, en verdad, más fuerza de una
los prejuicios que conspiran para sostenerlos. parte que de otra; y si convenimos esto, ¿de
Pero dejemos este tema y ahorremos las qué lado estará la superioridad? ¿A quién
reflexiones que inspira. Llegará un día en que creéis que pertenecerá? ¿A la masa de
nuestros descendientes, indignados, queden ciudadanos o los privilegiados?
estupefactos ante la lectura de nuestra historia La distinción por es, por el contrario, el
y den a esta inconcebible demencia el nombre principio social más fecundo en buenas
que merece. Hemos visto en nuestra juventud acciones, en buenas costumbres, etcétera. Pero
cómo algunos escritores se distinguían si su sede es el alma de los que se distinguen y
atacando valerosamente opiniones de gran no la mano de los que pretenden dispensar las
fuerza, pero perniciosas para la humanidad. distinciones, si es un sentimiento que forma
Hoy se contentan con repetir en sus parte de los primeros y no puede ser otra cosa
conversaciones y en sus escritos sin dejar de ser una verdad, es, también, hay
razonamientos anticuados contra prejuicios que decirlo, un sentimiento esencialmente libre,
que no existen ya. Éste de los privilegios es y, por tanto, sera una suprema locura, de quien
fuese, el pretender dísponer, a pesar mío, de mi último rango en esta asamblea, clase compuesta
estimación y de mis homenajes. por el pueblo de las ciudades y de los campos;
(3) Como no quiero que se me tache de estos campesinos están, casi en su totalidad,
exagerado, lean a continuación la pieza sometidos a la justicia y al vasallaje de los dos
auténtica y curiosa que he sacado del proceso primeros estamentos. Los de las ciudades,
verbal incoado por el estamento de la nobleza a burgueses, comerciantes, artesanos y algunos
los Estados de 1614: oficiales, desconocen su propia condición, y, con
Extracto del proceso verbal que la nobleza olvido de toda clase de deberes, sin conciencia de
promueve ante los Estados de 1614 (p. 113), el lo que representan, se quieren comparar a
martes 5 de noviembre: nosotros. Me avergüenzo, señor, de repetir las
Habiendo obtenido audiencia, M. de Senecey palabras con que nuevamente nos han ofendido,
(presidente de la nobleza) habló al rey de esta al comparar vuestro Estado a una familia
suerte: señor, la bondad de nuestros reyes ha compuesta de tres hermanos; la Iglesia, dicen, es
concedido en todo momento a su nobleza la el primogénito, el nuestro el segundo y ellos los
libertad de recurrir a ellos en toda suerte de hermanos menores (cadets)*. Si estas palabras
ocasiones y la enmienda de su calidad los ha son ciertas, ¡en qué miserable condición hemos
aproximado a sus augustas personas, por lo que caído! Tantos servicios prestados desde un
siempre han sido los principales ejecutores de tiempo inmemorial, tantos honores y dignidades
sus reales acciones. No haré, en ningún caso, el transmitidos hereditariamente a la nobleza,
relato a V. M. de todo lo que la antigüedad nos merecidos por sus trabajos y su lealtad, sólo han
enseña respecto a la preeminencia que el servido, en lugar de elevarla, para rebajada
nacimiento ha dado a nuestra clase, con tal hasta el punto de situarla con el vulgo en la
diferencia de todo el resto del pueblo, que nunca ínfima clase de la sociedad permitida entre los
ha podido soportar ninguna especie de hombres, que es la fraternal. Y no contentos con
comparación. Podría, señor, extenderme en este llamarse nuestros hermanos, se atribuyen la
punto, pero una verdad tan clara no tiene restauración del Estado, en lo que, como Francia
necesidad de testimonio más cierto por ser sabe muy bien, no han tenido ninguna
conocida de todo el mundo ...; y, además, hablo participación; también todo el mundo sabe que
en presencia del rey, a quien esperamos en ningún caso pueden ellos compararse con
encontrar tan celoso de conservamos aquello en nosotros; por todo ello es insostenible una
que participamos de su brillo, como nosotros lo empresa tan mal fundada. Dictad, señor, vuestro
seríamos de requerirle y suplicarle, aunque fallo, y por una declaración plena de justicia
contristados, de que una novedad extraordinaria hacedles volver a sus deberes reconociendo lo
nos haga abrir la boca más a quejas que a que nosotros somos y la diferencia que de ellos
humildes súplicas que han sido la causa de que nos separa. Esto suplicamos humildísimamente a
nos hayamos reunido. Señor, V. M. ha estimado V. M., en nombre de toda la nobleza de Francia,
oportuno convocar los Estados Generales de los pues de ella somos aquí sus representantes, con
tres estamentos de vuestro reino, estamentos el fin de que, conservada en sus preminencias,
fijos y separados entre ellos por sus funciones y pueda, como siempre ha hecho, poner su honor y
su calidad. La Iglesia, consagrada al servicio de su vida al servicio de Vuestra Majestad. ¿Erquid
Dios y a la cura de almas, ocupa el primer rango; sentitis in quanto contemptu vivatis? Lucis vobis
honramos a sus prelados y ministros como lo hujus partem, si liceat, adimant. Quod spiralis,
haríamos a nuestros padres y como mediadores quod vorem mittitis, quod formas hominum
de nuestra reconciliación con Dios. La nobleza, habetis, indignantur. (Lib. 4. c. 56.).
señor, ocupa el segundo rango. Ella es el brazo * Esta es la injuria por la que pide venganza la
derecho de vuestra justicia, el sostén de vuestra nobleza. La víspera, el presidente Savaron, a la
corona y las fuerzas invencibles del Estado. Bajo cabeza de una representación del Tercer Estado,
favorables auspicios y por la valerosa conducta había osado decir: Tratadnos como a vuestros
de sus reyes, que, al precio de su sangre y con el hermanos menores y nosotros os honraremos y
empleo de sus ejércitos victoriosos, han logrado amaremos. Toda esta chismografía puede
implantar la tranquilidad pública, y gracias a leerse en el proceso verbal mismo,
estas penas y fatigas el Tercer Estado va comenzando por el discurso del presidente
gozando de las comodidades que la paz le Savaron que sirvió de pretexto. En la
proporciona. Esta clase, señor, que ocupa el contestación del barón de Senecey a los
representantes del Tercer Estado, se pueden Entre nosotros, por el contrario, las diferentes
encontrar expresiones aún más ultrajantes de ramas del poder público existen aparte y están
las que aparecen en el discurso ante el rey. organizadas, incluido un inmenso ejército, de
(4) La sociedad es para todos aquellos a los que tal manera que no se exige a los simples
la suerte no ha condenado a un trabajo sin ciudadanos más que la contribución con qué
descanso, la más pura y la más fecunda fuente satisfacer las cargas públicas. No nos
de agradables esparcimientos. Esto es equivoquemos; en medio de todos los nombres
evidente; el pueblo que se cree más civilizado de subordinación, de dependencia, etcétera,
se enorgullece de tener la mejor sociedad. que los privilegiados invocan con tanto ardor,
¿Dónde debemos encontrar la sociedad más no es el interés de la verdadera subordinación
perfecta? Sin duda allí donde los hombres de lo que les conduce; por el contrario, sólo
una misma opinión pueden unirse libremente y prestan atención a la falsa jerarquía, que
los que no estén de acuerdo separarse sin quisieran reconstruir sobre los restos de la
obstáculo; en aquella en la que, entre un verdadera. Oídles cuando hablan de los agentes
número dado de hombres, hubiese más que ordinarios de gobierno, ved con qué desdén un
poseyeran el talento y el espíritu de la sociedad, buen privilegiado se cree en el deber de
y en la que la elección entre ellos no fuese tratarlos. ¿Qué ven ellos en un teniente de la
obstaculizada por ninguna consideración policía? Un pobre hombre encargado de
extraña al fin que se proponen al reunirse. asustar a la gente del pueblo; pero ¡cómo
Dígaseme si los prejuicios de Estado no se desprecian cualquier orden que venga de este
oponen en absoluto y en todas sus formas a magistrado! Insisto en esta idea; que se me díga,
este simple convenio. ¡Cuántas dueñas de casa de buena fe ¿hay un solo privilegiado que se
se han visto obligadas a alejar a los hombres crea inferior a un teniente de la policía? ¿Cómo
que más les interesaban, por consideración consideran a los demás magistrados y
para con los altos privilegiados a los que mandatarios de las diferentes ramas del poder
aquéllos desagradaban! Ya podéis, en vuestras ejecutivo, excepción hecha de los que
sociedades tan alabadas como insípidas, pertenecen a la jerarquía militar? ¿Es raro
parodiar esta igualdad, de la que no podéis oírles decir Yo no estoy hecho para someterme a
sentir su absoluta necesidad, porque los ese ministro; si el rey me honra dándome
hombres no pueden modificarse interiormente órdenes, encantado; etc.? Abandono este tema a
en instantes pasajeros hasta el punto de llegar la imaginación del lector, pero es conveniente
a ser unos para otros, todo lo que sin duda destacar que los verdaderos enemigos de la
serían si la igualdad fuese la realidad de toda la subordinación y de la verdadera jerarquía son
vida, en lugar de ser el entretenimiento de los mismos hombres que predican, con tanto
algunos instantes. Esta materia es inagotable. ardor, la sumisión a la falsa jerarquía.
No hago más que indicar algunos puntos de (6) Hay una manifiesta contradicción en la
vista. conducta del gobierno, pues, por una parte,
(5) Creo importante, para facilitar el discurso, ayuda a clamar sin medida contra los bienes
distinguir las dos jerarquías de las que consagrados. al culto que, al menos, dispensan
acabamos de hablar, con los hombres de al tesoro nacional de pagar esta parte de las
verdadera y falsa jerarquía. La gradación entre funciones públicas, y, al mismo tiempo, busca el
los gobernantes y la obediencia de los modo de consagrar la mayor parte posible de
gobernados integra la verdadera jerarquía, estos bienes, y de otros, a la clase privilegiada
necesaria en todas las sociedades. La de los sin funciones.
gobernados entre ellos no es más que una falsa (7) Si nos remontamos un poco en la historia,
jerarquía, inútil y odiosa, resto aforme de las vemos a los privilegiados en el ejercicio de la
ideas feudales que no están establecidas sobre expropiación, atribuyéndose todo lo que puede
nada real. Para concebir una subordinación convenirles. La violencia y la rapiña, seguras de
entre los gobernados, hay que suponer un la impunidad, pueden, sin duda, pasarse sin
ejército armado ocupando un país, mendigar; por esto la mendicidad privilegiada
poseyéndole y conservando para la defensa no ha debido comenzar sino con los primeros
común las mismas relaciones de la disciplina albores del orden público, lo que prueba su
militar. Entonces el gobierno aparece fundido gran diferencia con la mendicidad del pueblo.
con el estado civil; no se puede distinguir. Esta se manifiesta a medida que el gobierno se
corrompe; la otra, a medida que mejora. Es ricas ofrendas de la estupidez y marcar,
verdad que con un poco más de progreso se claramente, de qué lado estaba la mésalliance.
haría cesar a la vez las dos lacras sociales; pero (12) Si el honor es, como se dice, el principio de
ello no acontecerá, ciertamente, si las la monarquía, hay que convenir, al menos, que
alimentamos y mucho menos honrando a la Francia, desde hace mucho tiempo, hace
más imperdonable de las dos. tremendos sacrificios para afianzarse en el
Hay que convenir en que tienen una prodigiosa principio.
habilidad para sustraer por la compasión lo
que les es imposible arrancar a causa de su
debilidad; en sacar, así, provecho tanto de la
audacia del opresor como de la sensibilidad del
oprimido. La clase privilegiada, a este respecto,
ha sabido distinguirse en las dos formas. Desde
el momento en que no conseguía ya apoderarse
de las cosas por la fuerza, se apresuraba, en
todo momento, a encomendarse a la liberalidad
del rey y de la nación. Los cuadernos de los
antiguos estados generales, así como los de las
antiguas asambleas de notables, están llenos de
demandas en favor de la pobre clase
privilegiada.
(8) En el régimen anterior a la revolución
francesa, conocido con el nombre del antiguo
regimen, se llamaban pays d' états a las
provincias que gozaban del derecho de
gobernarse por medio de sus estados
provinciales, asambleas éstas, que se formaban
por la representación de los tres estados
(Iglesia, Nobleza y Tercer Estado) y cuya
principal función era la de eregirse en
asamblea deliberante con el propósito de
establecer la reglamentación propia de la
provincia, votando los subsidios pedidos por
los comisarios reales, para subvenir a los
gastos generales de administración. Por el
contrario, en los pays d' élections, el reparto de
las contribuciones lo efectuaban los élus,
funcionarios reales investidos con atribuciones
administrativas y judiciales.
(9) Hoy que los principios de justicia general
están más extendidos y que las asambleas de
distrito tendrán temas tan importantes que
tratar, podremos esperar, sin duda, que no
mancharán sus cuadernos con lo que en otro
tiempo podría haberse llamado la canción del
mendigo (le couplet du mendiant).
(10) Tengo la certeza de que esta expresi6n
será juzgada de mal tono. Tendrá que ser así,
porque la facultad de emplear expresiones
exactas se pretende todavía que es un derecho
exclusivo de los privilegiados.
(11) Deberíamos, aunque no fuese más que por
la claridad del lenguaje, servirnos de otra
palabra para designar el arte de apropiarse las

Das könnte Ihnen auch gefallen