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Vol. 6. No. 1
enero – junio de 2013 32 I Bioagrociencias
Tópicos de Interés
a b c
Figura 1. El maquech, Zopherus chilensis, con ornamentos característicos (a), aspecto dorsal
(b) y ventral (c).
a b
Figura 2 a y b. Z. chilensis en su hábitat natural, en los troncos de los árboles.
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Los recolectores buscan entre troncos en este tipo de manejo describen que puede ser
descomposición, debajo de rocas, depósitos de efectivo usar una caja de cristal o acrílico
hongos y detritos de la selva (Fig. 3). Estas provisto de una capa de humus forestal y
personas suelen emplear jornadas de recolecta pedazos de troncos o cortezas para refugio.
de hasta ocho horas de búsqueda a pie, pero Bajo estas condiciones, los maquech adultos
además de colectar el maquech, en ocasiones pueden ser alimentados con hongos
estas personas complementan la actividad con (Schizophyllum commune), preferentemente
la extracción de leña o la cacería. Sin embargo, frescos cada 15 días. De esta manera, se ha
esto sucede en caso de no tener éxito en la documentado la posibilidad de obtención de
recolecta del escarabajo. El objetivo es encon- huevos y larvas de primer estadio, las cuales
trar algunos escarabajos ya que representan un pueden sobrevivir algunos días. Hasta ahora, no
ingreso económico seguro (Miss y Reyes- hay evidencias de otros logros bajo esta
Novelo 2009). estrategia, ya que la alimentación larvaria
parece ser el factor limitante. Los adultos
El segundo manejo es en cautiverio, sin embar- sobreviven al menos cuatro horas en cautiverio
go, éste aún no ha logrado ser establecido ade- (Miss-Domínguez 2011).
cuadamente. Algunas experiencias y ensayos de
Figura 3. Modo tradicional de recolecta del maquech, Z. chilensis, en su hábitat natural, en Yucatán.
¿Que se conoce sobre el aspecto económico maquech. Algunos datos sugieren que el precio
del maquech? oscila entre dos temporadas: septiembre a fe-
brero se considera la temporada baja y cuando
Se pueden identificar tres eslabones importantes se recolectan pocos ejemplares, mientras que de
económicos. Los recolectores o productores en- marzo hasta agosto es la temporada alta. Por
cuentran y venden los maquech a los adorna- tanto, los precios son más altos en la época de
dores o intermediarios. Estos últimos fijan los escasez (septiembre a febrero). El adornador
precios de compra a los recolectores, basándose otorga un valor agregado al insecto ya que co-
en la época del año, abundancia y tamaño del loca las piedras de bisutería en el tórax y abdo-
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men y demás objetos como pequeñas cadenas ofrezcan como un buen amuleto para el amor
doradas de plástico que rodea a las piedras. (Rosano-Hernández y Deloya 2004). Actual-
Posteriormente, los maquech adornados se mente, su uso no sólo se restringe a esta
transportan hacia mercados, hoteles, aeropuerto creencia sino también como mascota, souvenir
y casas de artesanías, directamente entre los o colección. La realidad es que desde hace
vendedores. Los vendedores o comerciantes, varias décadas el maquech es uno de los atrac-
quienes adquirieron el maquech de los ador- tivos característicos de Yucatán. Por tanto, de-
nadores, mantienen a los escarabajos en peque- jar de escuchar este tipo de narraciones sería
ños recipientes de plástico o cristal, hasta ven- perder parte de la cultura e identidad actual de
derlos o el maquech muere. Esto último en la región.
pocos casos sucede, ya que por lo general su
venta es rápida. Aunque no se conoce un registro antropológico
preciso del maquech, Souza (1933) menciona
¿Qué se conoce sobre el aspecto cultural del que los mayas usaban al maquech desde tiem-
maquech? pos remotos y menciona que existe un bajo-
relieve encontrado en Yucatán, que muestra
El lugar del maquech en la cultura de la región esculpido un animal muy parecido al maquech.
queda registrado en una antigua leyenda alude Este mismo bajo-relieve fue usado por el
al origen y uso de este insecto. La leyenda escultor Antoine-Louis Barye para ilustrar una
cuenta sobre el amor prohibido de un joven conferencia sobre los precursores del arte ani-
príncipe, Ek’Kan (Estrella serpiente) y una malista. Posiblemente, este grabado en piedra
princesa maya, Yits Kaan (Rocío del Firma- maya es una analogía con los “Kopirru” egip-
mento). “Un día el príncipe fue a visitar a Yits cios, escarabajos usados en la antigüedad como
Kaan al lugar donde ella estaba confinada al amuleto. Sin embargo, la referencia no especi-
servicio de los dioses, pero fue descubierto por fica algún dato adicional sobre la ubicación de
la imprudencia de la princesa, que al verlo gritó dicha escultura. Por tanto, es probable que la
llena de entusiasmo: Máakech, máakech tradición no sea tan antigua.
Ek’kan, a tial in puksik’al yetel in kuxtal (Eres
hombre, eres hombre Ek’kan, son tuyos mi El registro sobre la tradición de portar y decorar
corazón y mi vida). Ek’kan, al ser descubierto al maquech como se conoce en su forma actual
que pretendía a la princesa, fue perseguido por no es precisa. Posiblemente, el adornado u
los vigilantes quienes, de acuerdo a la leyenda ornamentación con materiales diversos surgie-
nunca dieron con él. Su amada, al enterarse y ron durante el siglo XIX (Patten et al. 1890)
creer que lo asesinarían, suplicó a la diosa Luna durante el periodo de la ocupación francesa o
que le salvara la vida. A raíz de esta súplica, el en el Porfiriato. En Yucatán, estos periodos
príncipe es convertido en maquech y puesto (primordialmente el segundo) se caracterizaron
sobre un hermoso Ya’axche (Ceibo) para ser por el auge de la explotación henequenera que
encontrado únicamente por su amada. Sabiendo dio a cierta clase económica riqueza y prospe-
que el hechizo no podría ser deshecho, puso al ridad y permitió modificaciones lujosas en la
maquech sobre su vestido a la altura de su vida cotidiana, vestimenta y arquitectura regio-
corazón, amarrado con una hebra de sus largos nal. De acuerdo con Souza (1933) “…era
cabellos y lo llevó ahí cariñosamente preso toda característico decorar al maquech con telas
su vida” (Souza 1933). policromas, piedras preciosas, pintar al óleo
manojos de flores, nombres o monogramas que
Esta leyenda es lo que se narra con frecuencia detallaban todo un poema de amor, y rodearlos
al turista que compra un maquech. Por eso, no por la parte delgada del cuerpo con un anillo y
es raro que las personas que lo comercian lo de éste sujetar una cadenita de oro, plata o
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