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SISTEMA NERVIOSO HUMANO:

Material de apoyo para preparación previa antes de cada clase elaborado por Dra. Indira Molina
El sistema nervioso humano controla y regula la mayoría de las funciones del cuerpo, desde la captación de los estímulos
mediante los receptores sensoriales hasta las acciones motoras que se llevan a cabo para dar una respuesta, pasando por
la regulación involuntaria de los órganos internos.
En los seres humanos esta compuesto de dos partes principales: el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso
periférico (SNP). El SNC consiste en el cerebro y la médula espinal.

El SNP está formado por nervios, que conectan el SNC a cada parte del cuerpo. Los nervios que transmiten señales del
cerebro se llaman nervios motores o eferentes, mientras que los nervios que transmiten información del cuerpo al SNC
se denominan sensitivos o aferentes.

A nivel celular, el sistema nervioso se define por la presencia de un tipo de célula llamada neurona, también conocida
como «célula nerviosa». Las neuronas tienen estructuras especiales que les permiten enviar señales de forma rápida y
precisa a otras células.

Las conexiones entre las neuronas pueden formar circuitos y redes neuronales que generan la percepción del mundo y
determina su comportamiento. Junto con las neuronas, el sistema nervioso contiene otras células especializadas
llamadas células gliales (o simplemente glia), que proporcionan soporte estructural y metabólico.

El mal funcionamiento del sistema nervioso puede ocurrir como resultado de defectos genéticos, daño físico por trauma
o toxicidad, infección o simplemente por envejecimiento.

A nivel funcional, dentro del sistema nervioso periférico se diferencian el sistema nervioso autónomo (SNA) y el sistema
nervioso somático (SNSo). El SNA está implicado en la regulación automática de los órganos internos. El SNSo es el
encargado de captar la información sensorial y de permitir movimientos voluntarios, como saludar con la mano o
escribir.

El sistema nervioso periférico está compuesto principalmente por las siguientes estructuras: los ganglios y los nervios
craneales.
El sistema nervioso autónomo (SNA) se divide en sistema simpático y sistema parasimpático. El SNA está implicado en
la regulación automática de los órganos internos.

El sistema nervioso autónomo, junto con el sistema neuroendocrino, se encarga de regular el equilibrio interno de
nuestro organismo, bajando y subiendo los niveles hormonales, la activación de las vísceras, etc.

Para ello, lleva información desde los órganos internos hasta el SNC a través de las vías aferentes, y emite información
desde el SNC hasta las glándulas y la musculatura.

Incluye la musculatura cardíaca, la lisa de la piel (que inerva los folículos pilosos), la lisa de los ojos (que regula la
contracción y dilatación de la pupila), la lisa de los vasos sanguíneos y la lisa de las paredes de los órganos internos
(aparato gastrointestinal, hígado, páncreas, sistema respiratorio, órganos reproductivos, vejiga…).

Las fibras eferentes, se organizan formando dos sistemas diferentes, denominados sistema simpático y parasimpático.

El sistema nervioso simpático principalmente se encarga de prepararnos para actuar cuando percibimos un estímulo
saliente, activando una de las respuestas automáticas, que pueden ser de huida, congelación o ataque

El sistema nervioso parasimpático por su parte mantiene la activación del estado interno de forma óptima.
Aumentando o disminuyendo su activación según sea necesario.

El sistema nervioso somático es el encargado de captar la información sensorial. Para ello utiliza los sensores
sensoriales repartidos por todo el cuerpo que distribuyen la información hasta el SNC y así transportar las órdenes del
SNC hasta los músculos y órganos.

Por otra parte, es la parte del sistema nervioso periférico asociada con el control voluntario de los movimientos
corporales. Consiste en nervios aferentes o nervios sensoriales, y nervios eferentes o nervios motores.

Los nervios aferentes son responsables de transmitir la sensación del cuerpo al sistema nervioso central (SNC). Los
nervios eferentes son responsables de enviar órdenes del SNC al cuerpo, estimulando la contracción muscular.

El sistema nervioso somático consta de dos partes:

• Nervios espinales: emergen de la médula espinal y están formados por dos ramas: Una sensitiva aferente y
otra motora eferente, por lo que se trata de nervios mixtos.

• Nervios craneales: envían información sensorial procedente del cuello y la cabeza hacia el sistema nervioso
central
Nervios craneales

Existen 12 pares de nervios craneales que surgen del encéfalo y que se encargan de transportar la información
sensorial, controlar algunos músculos y regular algunas glándulas y órganos internos.

I. Nervio olfativo. Recibe la información sensorial olfativa

II. Nervio óptico. Recibe la información sensorial visual

III. Nervio motor ocular interno. Se encarga de controlar los movimientos oculares y regular la dilatación y contracción
de la pupila.

IV. Nervio troclear. Se encarga de controlar los movimientos oculares.

V. Nervio trigémino. receptores sensoriales de la cara y la cabeza y controla los músculos de la masticación.

VI. Nervio motor ocular externo. Controla los movimientos oculares.

VII. Nervio facial. controla los músculos necesarios para realizar expresiones faciales.

VIII. Nervio vestibulococlear. Recibe información auditiva y controla el equilibrio.

IX. Nervio glosofaríngeo. Recibe información gustativa de la parte más posterior de la lengua, información
somatosensorial de la lengua, las amígdalas y la faringe y controla los músculos necesarios para deglutir (tragar).

X. Nervio vago. Recibe información sensitiva de las glándulas, la digestión y la tasa cardiaca y manda información a los
órganos y a los músculos.

XI. Nervio accesorio espinal. Controla los músculos del cuello y la cabeza que se usan para su movimiento.

XII. Nervio hipogloso. Controla los músculos de la lengua.

Los nervios espinales conectan los órganos y músculos con la médula espinal. Los nervios se encargan de llevar la
información de los órganos sensoriales y viscerales hasta la médula, y transmitir las órdenes de la médula hasta la
musculatura esquelética y lisa y las glándulas.

En total existen 31 pares de nervios espinales que salen de manera bilateral de la médula a través del espacio que hay
entre las vértebras, denominados agujeros invertebrales.

Sistema nervioso central


El sistema nervioso central está compuesto por el encéfalo y la médula espinal.
A nivel neuroanatómico, se pueden distinguir dos tipos de sustancias en el SNC: la blanca y la gris. La sustancia
blanca es la formada por los axones de las neuronas y el material estructural, mientras que la sustancia gris está formada
por los somas neuronales, donde se encuentra el material genético, y las dendritas.
Esta distinción es una de las bases en las que se apoya el mito de que usamos sólo el 10% de nuestro cerebro, ya que el
cerebro se compone aproximadamente de un 90% de materia blanca y solo un 10% de materia gris.
Pero, aunque aparentemente la materia gris esté compuesta por material que sólo sirve para conectar hoy, se sabe que el
número y el modo en el que se realizan las conexiones afecta notablemente las funciones del cerebro, ya que, si las
estructuras están en perfectas condiciones, pero no hay conexiones entre ellas, estas no funcionaran correctamente.
Encéfalo

El encéfalo se compone a su vez de múltiples estructuras: corteza cerebral, ganglios basales, sistema límbico, diencéfalo,
tronco del encéfalo y cerebelo.
Corteza cerebral
La corteza cerebral puede ser dividida anatómicamente en lóbulos, separados por surcos. Los más reconocidos son
el frontal, el parietal, el temporal y el occipital, aunque algunos autores postulan que también existe el lóbulo límbico
La corteza está dividida a su vez en dos hemisferios, el derecho y el izquierdo, de manera que los lóbulos están presentes
de forma simétrica en ambos hemisferios, existiendo un lóbulo frontal derecho y otro izquierdo, un lóbulo parietal
derecho e izquierdo, y así sucesivamente.
Los hemisferios cerebrales están divididos por la cisura interhemisférica, mientras que los lóbulos están separados por
diferentes surcos.

Los ganglios basales se encuentran en el cuerpo estriado e incluyen principalmente el núcleo caudado, el putamen y
el globo pálido.
Estas estructuras se encuentran conectadas entre sí y, junto con la corteza cerebral motora y de asociación a través del
tálamo, su función principal es controlar los movimientos voluntarios.
El sistema límbico está formado tanto por estructuras subcorticales, es decir, que se encuentran por debajo de la corteza
cerebral. Entre las estructuras subcorticales que la integran, destaca la amígdala y, entre las corticales, el hipocampo.
El diencéfalo se encuentra en la parte central del encéfalo y se componen principalmente de tálamo e hipotálamo.
El tronco del encéfalo se encuentra localizado entre el diencéfalo y la médula espinal. Está compuesto por bulbo
raquídeo, protuberancia y mesencéfalo.
El cerebelo se encuentra en la parte posterior de cráneo, detrás del tronco, y tiene la forma de un cerebro pequeño, con
la corteza en la superficie y la sustancia blanca en su interior.
Recibe e integra información principalmente de la corteza cerebral y del tronco del encéfalo. Sus funciones principales
son la coordinación y adaptación de los movimientos a las situaciones, así como el mantenimiento del equilibrio.
La médula espinal va desde el cerebro hasta la segunda vértebra lumbar. Su función principal es conectar el SNC con el
SNP, por ejemplo, llevando las órdenes motoras del encéfalo hasta los nervios que inervan los músculos para que estos
den una respuesta motora.
COMPLEMENTAR ESTA INFORMACION CON APUNTES DE CLASE Y CUALQUIER LIBRO DE ANATOMIA
Y DE FISIOLOGIA HUMANA DISPONIBLE EN LA BIBLIOTECA DE LA UNET . ( EL ÉXITO EN LA
FORMACION UNIVERSITARIA DEPENDE DEL INTERES PERSONAL)
SISTEMA RESPIRATORIO
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Descripión basica de la respiración

La respiración no podría producirse sin la ayuda del sistema respiratorio, que incluye nariz, garganta, laringe, tráquea y pulmones.

En la parte superior del sistema respiratorio, los orificios nasales (también denominados narinas) toman el aire, llevandolo a la nariz,
donde el mismo se entibia y humidifica. Los pequeños vellos, denominados cilios, protegen los conductos nasales y otras partes del
tracto respiratorio, filtrando el polvo y otras partículas que entran a la nariz a través del aire que respiramos.

El aire también puede inhalarse por la boca. Estas dos aberturas de la vía respiratoria (la cavidad nasal y la boca) se unen en
la faringe, o garganta, en la parte posterior de la nariz y la boca. La faringe es parte del sistema digestivo y del sistema respiratorio
porque transporta tanto alimento como aire. En la base de la faringe, este conducto se divide en dos, uno para el alimento (el esófago,
que llega hasta el estómago) y el otro para el aire. La epiglotis, una pequeña lengüeta de tejido, cubre el conducto del aire cuando
tragamos, evitando que la comida y el líquido penetren en los pulmones.

La laringe, o caja de la voz, es la parte superior del conducto del aire. Este pequeño tubo contiene un par de cuerdas vocales que
vibran para producir sonidos.

La tráquea se extiende hacia abajo desde la base de la laringe. Parte de ella lo hace por el cuello y parte, por la cavidad torácica. Las
paredes de la tráquea están reforzadas con rígidos anillos cartilaginosos que la mantienen abierta. La tráquea también está revestida
de cilios, que eliminan los fluidos y las partículas extrañas que hay en la vía respiratoria para que no entren en los pulmones.

En su extremo inferior, la tráquea se divide a izquierda y derecha en conductos de aire denominados bronquios, que están conectados
a los pulmones. En el interior de los pulmones, los bronquios se ramifican en bronquios más pequeños e incluso en conductos más
pequeños denominados bronquiolos. Los bronquiolos terminan en minúsculas bolsas de aire denominadas alvéolos, donde tiene
lugar el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Cada pulmón alberga alrededor de unos 300 ó 400 millones de alvéolos.

Los pulmones también contienen tejidos elásticos que les permiten inflarse y desinflarse sin perder la forma, y están cubiertos de
una membrana denominada pleura. Esta red de alvéolos, bronquiolos y bronquios se conoce como árbol bronquial.

La cavidad torácica, o tórax, es una caja hermética que alberga el árbol bronquial, los pulmones, el corazón y otras estructuras. Las
costillas y los músculos anexos forman la parte superior y los costados del tórax; la parte inferior está formada por un músculo de
gran tamaño denominado diafragma. Las paredes torácicas forman una caja protectora alrededor de los pulmones y otros contenidos
de la cavidad torácica.

El diafragma, que separa el pecho del abdomen, juega un papel muy importante en la respiración. Se mueve hacia abajo cuando
inhalamos, aumentando la capacidad de la cavidad torácica cuando tomamos aire por la nariz y la boca. Cuando exhalamos, el
diafragma se mueve hacia arriba, lo que hace que la cavidad torácica reduzca su tamaño y los gases de los pulmones suban y salgan
por la nariz y la boca.

La respiración
Aunque no podemos verlo, el aire que respiramos está compuesto de varios gases. El oxígeno es el más importante para vivir porque
las células del cuerpo lo necesitan para obtener energía y crecer. Sin oxígeno, las células morirían.

El dióxido de carbono es el gas residual que se genera al combinar el carbón y el oxígeno durante los procesos corporales de
producción de energía. Los pulmones y el sistema respiratorio permiten que el oxígeno del aire penetre en el cuerpo, al mismo
tiempo que permiten que el cuerpo elimine el dióxido de carbono.

La respiración es el conjunto de acontecimientos que tiene como resultado el intercambio de oxígeno procedente del medio ambiente
y del dióxido de carbono procedente de las células del cuerpo. El proceso por el cual entra aire en los pulmones se
denomina inspiración, o inhalación, y el proceso de expulsión del mismo se denomina espiración, o exhalación.

El aire se inhala por la boca o la nariz. Los cilios que recubren la nariz y otras partes del tracto respiratorio superior se mueven hacia
atrás o adelante, empujando las sustancias extrañas que ingresan con el aire (como el polvo) hacia la faringe o hacia las fosas nasales,
por donde se expelen. La faringe deja pasar las sustancias extrañas hasta el estómago para que el cuerpo las elimine. Cuando se
inhala aire, las mucosas nasales y bucales lo calientan y humedecen antes de que entre en los pulmones.

Cuando inhalamos, el diafragma se mueve hacia abajo y los músculos de las costillas mueven las costillas hacia arriba y afuera. De
este modo, aumenta el volumen de la cavidad torácica. La presión del aire en la cavidad torácica y los pulmones se reduce y, puesto
que el gas circula desde arriba hacia abajo, el aire procedente del medio ambiente penetra por la nariz o la boca y fluye hasta los
pulmones.

Durante la exhalación, el diafragma se mueve hacia arriba y los músculos de la pared torácica se relajan, provocando que se estreche
la cavidad torácica. La presión del aire en los pulmones aumenta, por lo que el aire sube y sale del sistema respiratorio por la nariz
y la boca.

Cada varios segundos, cuando inhalamos, el aire llena gran parte de los millones de alvéolos. En un proceso denominado difusión,
el oxígeno se desplaza de los alvéolos a la sangre a través de los capilares (pequeños vasos sanguíneos) que recubren las paredes
alveolares. Una vez en la sangre, una molécula de los glóbulos rojos denominada hemoglobina recoge el oxígeno. Esta sangre rica
en oxígeno vuelve al corazón, que la bombea por medio de las arterias hasta los tejidos que necesitan oxígeno.

En los pequeños capilares de los tejidos corporales, el oxígeno se libera de la hemoglobina y se introduce en las células. El dióxido
de carbono, que se produce durante el proceso de difusión, sale de estas células y se introduce en los capilares, donde la mayor parte
se disuelve en el plasma sanguíneo. La sangre rica en dióxido de carbono regresa al corazón por las venas. El corazón bombea esta
sangre hacia los pulmones, donde el dióxido de carbono entra en los alvéolos para después ser exhalado.

Representación esquemática del intercambio de gases entre los tejidos del cuerpo y el ambiente.(Modificada con autorización
de Levitzky MG: Pulmonary Physiology, 7th ed. New York: McGraw-H
La respiración es una actividad de crucial importancia cada vez que realizamos ejercicios físicos, ya que mediante el ingreso de aire
al organismo, los músculos y tejidos logran oxigenarse, cumplir con sus funciones y brindar energía para el movimiento.

Cuando realizas ejercicio físico, uno de los errores más frecuentes es el de retener el aire ante un esfuerzo, especialmente en
ejercicios con carga o que requieren de cierta resistencia muscular a una carga externa. La respiración es parte importante también
en la correcta ejecución técnica de cualquier actividad.
Durante la actividad, las demandas de oxígeno se incrementan y por ello, el cuerpo optimiza su funcionamiento para conseguir el
aire necesario, pero nosotros podemos tener un mayor control sobre los movimientos respiratorios que nos permitan colaborar al
respecto y favorecer el rendimiento deportivo.

Está demostrado que la sensación de fatiga que el cuerpo experimenta tras haber ejercitado por un tiempo no se debe al esfuerzo
que realizan los músculos que están específicamente involucrados, sino que la carga de trabajo extra que reciben los músculos
implicados en los movimientos respiratorios tienen una gran influencia, debido a que el cuerpo roba flujo sanguíneo y oxígeno a los
músculos locomotores para que la respiración que permite sobrevivir, continué realizándose.

Entonces, es primordial que sepamos como respirar correctamente al momento de realizar ejercicio físico, con la finalidad de retrasar
el desarrollo de fatiga y favorecer cada movimiento.

Debemos tener en cuenta que no existe una única forma de respirar “adecuadamente”, debemos decir que en la mayoría de los casos,
sobre todo en climas fríos, conviene ingresar el aire o inspirar por la nariz, ya que a través de las vías nasales el aire se purifica y
calienta para llegar en las mejores condiciones al organismo.

Pero sí que siempre debemos espirar o soltar el dióxido de carbono por la boca, y la cavidad bucal también puede ser una vía de
entrada del aire, que se utiliza principalmente, en personas poco entrenadas donde la demanda de oxigeno no se satisface
correctamente al inspirar por la nariz.

También es importante saber que, la respiración permite y requiere de un entrenamiento, como cualquier otro movimiento corporal,
a través de la ejercitación de los músculos involucrados en la misma, como son el diafragma, los intercostales internos, escalenos,
pectoral y trapecio para inhalar y los intercostales internos, oblicuos, transverso y recto anterior del abdomen para expirar el aire.

-En las actividades cíclicas y continuas como son la mayoría de los deportes de resistencia como la natación o la carrera, la
respiración dará mayores resultados si mantiene su ritmo, es relajada y profunda.
-En cambio, en actividades que no siguen un ciclo o una continuidad, tal como es el levantamiento de pesas por ejemplo, conviene
sincronizar la ventilación con las fases del ejercicio. Es decir, en el momento de contracción de los músculos, debemos espirar el
aire, mientras que la inspiración debería realizarse en el momento de retomar la posición inicial, cuando los músculos vuelven a
relajarse.
SISTEMA CIRCULATORIO

Material de apoyo para preparación previa antes de cada clase elaborado por Dra. Indira Molina

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¿Qué hace el corazón?

El corazón es una bomba, que suele latir entre 60 y 100 veces por minuto. En cada latido, el corazón envía sangre a todo el cuerpo,
transportando oxígeno a todas sus células. Después de distribuir el oxígeno, la sangre vuelve al corazón. Desde allí, la sangre se
bombea hacia los pulmones, donde se vuelve a cargar de oxígeno. Este ciclo se repite una y otra vez.

¿Qué hace el sistema circulatorio?

El sistema circulatorio está formado por vasos sanguíneos que transportan sangre desde el corazón y hacia el corazón.
Las arterias transportan la sangre desde el corazón al resto del cuerpo, y las venas la trasportan desde el cuerpo hasta el corazón.

El sistema circulatorio lleva oxígeno, nutrientes y hormonas a las células y elimina los productos de desecho, como el dióxido de
carbono. El recorrido que sigue la sangre siempre va en la misma dirección, para que las cosas sigan funcionando como deben
funcionar.

¿Cuáles son las partes del corazón?

El corazón consta de cuatro cavidades, dos en la parte superior y otras dos en la inferior:

• las dos cavidades inferiores son el ventrículo derecho y el ventrículo izquierdo. Estas cavidades bombean sangre hacia
afuera del corazón. Una pared llamada tabique interventricular separa ambos ventrículos entre sí.

• Las dos cavidades superiores son la aurícula derecha y la aurícula izquierda. Las aurículas reciben la sangre que entra en
el corazón. Una pared llamada tabique interauricular separa ambas aurículas entre sí.

Las aurículas están separadas de los ventrículos a través de las válvulas aurículoventriculares:

• la válvula tricúspide separa la aurícula derecha del ventrículo derecho.

• la válvula mitral separa la aurícula izquierda del ventrículo izquierdo.

Otras dos válvulas cardíacas separan los ventrículos de los grandes vasos sanguíneos que transportan la sangre que sale del corazón:

• la válvula pulmonar se encuentra entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar, que se encarga de trasportar sangre
hacia los pulmones.

• la válvula aorta se encuentras entre el ventrículo izquierdo y la arteria aorta, que se encarga de trasportar sangre al resto
del cuerpo.

¿Cuáles son las partes del sistema circulatorio?

Existen dos recorridos que parten del corazón:

• La circulación pulmonar es un circuito de corto recorrido que va del corazón a los pulmones y viceversa.

• La circulación sistémica trasporta la sangre desde el corazón al resto del cuerpo y luego la lleva de vuelta al corazón

En la circulación pulmonar:
• la arteria pulmonar es una gran arteria que sale del corazón. Se ramifica en dos, y lleva la sangre del corazón a los pulmones.
En los pulmones, la sangre recoge oxígeno y elimina dióxido de carbono. Y la sangre regresa al corazón a través de las
venas pulmonares.

En la circulación sistémica:

• la sangre que regresa al corazón se ha cargado de oxígeno en los pulmones. Por lo tanto, se puede distribuir al resto del
cuerpo. La aorta es una gran arteria que sale del corazón llena de sangre rica en oxígeno. Las ramificaciones de la arteria
aorta trasportan sangre a los músculos del mismo corazón, así como a todas las demás partes del cuerpo. Como si de un
árbol se tratara, las ramificaciones se van volviendo más y más pequeñas conforme se van alejando de la aorta.

En cada parte del cuerpo, una red de diminutos vasos sanguíneos, llamados capilares, conecta pequeñas ramificaciones
arteriales con pequeñas ramificaciones venosas. Los capilares tienen unas paredes muy finas, lo que permite que los
nutrientes y el oxígeno se distribuyan a las células. Los productos de desecho entran en los capilares.

Luego los capilares desembocan en pequeñas venas. Y las venas pequeñas desembocan en venas de mayor tamaño a medida
que la sangre se va acercado al corazón. Las válvulas de las venas permiten que la sangre siga fluyendo en la dirección
correcta. Las dos grandes venas que llevan sangre al corazón son la vena cava superior y la vena cava inferior. (Los términos
"superior" e "inferior" no significan que una vena sea mejor que la otra, sino que están situadas por encima y por debajo
del corazón.)

Una vez la sangre regresa al corazón, necesitará volver a entrar en la circulación pulmonar, donde eliminará el dióxido de
carbono y se cargará de oxígeno.

¿Cómo late el corazón?

El corazón recibe mensajes del cuerpo que le indican cuándo debe bombear más o menos sangre en función de las necesidades de
la persona. Mientras duermes, tu corazón bombea solo la cantidad de sangre necesaria para suministrar la cantidad de oxígeno que
necesita tu cuerpo en estado de reposo. Pero, cuando haces ejercicio, tu corazón bombea más deprisa para que tus músculos reciban
más oxígeno y rindan más.

Cómo late el corazón es algo que está controlado por un sistema de señales eléctricas del corazón. El nódulo sinusal (o
sinoauricular) es una pequeña área de tejido en la pared de la aurícula derecha. Envía una señal eléctrica que indica al músculo
cardíaco que se empiece a contraer (bombee). Este nódulo se considera el marcapasos natural del corazón porque establece la
frecuencia cardíaca y hace que el resto del corazón se contraiga a este ritmo.

Estos impulsos eléctricos hacen que las aurículas se contraigan primero. Y luego se desplazan hacia abajo hasta llegar al nódulo
aurículoventricular, que actúa como una especie de repetidor. Desde allí, la señal eléctrica pasa por los ventrículos derecho e
izquierdo, haciendo que se contraigan.

Un latido cardíaco completo consta de dos fases:

1. La primera fase se llama sístole. Ocurre cuando los ventrículos se contraen y bombean sangre a las arterias aorta y
pulmonar. Durante la sístole, las válvulas aurículoventriculares se cierran, lo que origina el primer sonido del latido
cardíaco. Cuando las válvulas aurículoventriculares se cierran, esto impide que la sangre regrese a las aurículas. Durante
este breve período de tiempo, las válvulas aórtica y pulmonar están abiertas para que la sangre pueda entrar en las arterias
aorta y pulmonar. Cuando los ventrículos se dejan de contraer, se cierran las válvulas aórtica y pulmonar para impedir que
la sangre retroceda hacia los ventrículos. Este cierre es el que crea el segundo sonido del latido cardíaco.

2. La segunda fase se llama diástole. Ocurre cuando las válvulas aurículoventriculares se abren y los ventrículos se relajan.
Esto permite que los ventrículos se llenen de la sangre procedente de las aurículas, y se preparen para el próximo latido
cardíaco.
TIPOS DE PULSO

• Normal – 60-100 ppm

• Taquicardia- más de 100 ppm

• Bradicardia – menos de 60 ppm

• Irregular – intervalos diferentes entre latidos ( necesita ser apreciado por 1 minuto)

Tipos de respiracion
Valor normal en el adulto 12-20 rpm

• Disnea: dificultad para respirar

• Taquipnea: frecuencia > normal

• Bradipnea: frecuenica < normal

• Apnea: no hay respiración

SIGNOS VITALES

SIGNO Valores Normales en Adultos

Pulso 60 – 100 ppm

Presión Arterial 120 / 80 mmHg

Ventilaciones 12 – 20 rpm

Temperatura 36 - 37 °C

o El recuento normal de glóbulos rojos es de 4,5 a 6 millones por milímetro cúbico para los hombres y de 4 a 5,5 millones
por milímetro cúbico para las mujeres.

o La hemoglobina normal para los hombres es de 14 a 18 gramos por 100 mililitros de sangre y de 12 a 16 gramos para las
mujeres.

o El recuento total de leucocitos se encuentra entre 5.000 y 10.000 por milímetro cúbico

o Las cifras normales de plaquetas oscilan entre las 150.000 y las 450.000 por milímetro cúbico.

o El flujo sanguíneo global de la circulación de un adulto en reposo es de unos 4500 ml min -1, cantidad que se considera
igual al gasto cardíaco porque es la cantidad que bombea el corazón en la aorta en cada minuto. Corresponde al resultado
de multiplicar el volumen sistólico que el ventrículo expulsa en cada latido (unos 60 ml) por la frecuencia cardíaca (unos
75 latidos por minuto).

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