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teólogos del siglo XX. Su padre, Fritz Barth, fue profesor de Nuevo Testamento e historia
de la iglesia primitiva. Karl estudió en las universidades de Berna, Berlin y Tubinga.
Profundamente afectado por el desastre que había significado en Europa la Primera Guerra
Mundial, y desilusionado por el derrumbe de la ética del idealismo religioso, empezó a
cuestionar la teología de sus maestros alemanes y sus raíces en el racionalismo y el
historicismo. Su obra principal, Carta a los Romanos, se publica en Berna en 1919, y en
1922 reaparece una versión totalmente reformada que señalaba ya su orientación teológica
futura. Fue profesor de la Universidad de Gotinga en 1921 y de la Universidad de Münster
(1925). En 1930 fue nombrado profesor de la Universidad de Bonn, y a partir de entonces
empiezan a aparecer los primeros tomos de su Dogmática eclesial. Pero en 1935 es
separado de su cátedra por el Gobierno Nazi, pasando a ser profesor en Basilea, donde
permaneció hasta su muerte.
Pensamiento
“No existe frase alguna más peligrosa y revolucionaria que esta: Dios es Uno, nadie se le
asemeja… la verdad de la frase Dios es Uno, hará fracasar al Tercer Reich de Adolf
Hitler“.- Karl Barth, Kirchliche Dogmatik, Hamburgo 1965, p. 54.
Barth no tenía ninguna duda: hay que partir desde Dios, reconocer que solo Él es Dios.
Todo lo demás es un sucedáneo. No es de extrañar que el teólogo católico Ur Von
Balthasar escribiera que la teología de Barth “es bella“. (H .U. Von Balthasar, Karth Barth,
Darstellung und Deutung seiner Theologie, Köln, 1951). Tampoco que el propio Barth
dijera: “Cuando el Cielo se vacía de Dios, la tierra se llena de ídolos”.
Aunque era ciudadano suizo, Karl Barth no pudo ser inmune a la persecución; su rechazo a
una alianza incondicional con el Führer le costó en 1935 la cátedra de teología en Bonn. Sin
embargo, rápidamente le fue ofrecida la cátedra de teología en su ciudad natal, Basilea.
Desde entonces hasta el final de la guerra, Karl Barth continuó luchando por la causa de la
Iglesia Confesante, la causa de los judíos y la de los oprimidos en general. Después de la
guerra, siguió manteniéndose muy interesado en la teología de su tiempo, y su autoridad y
prestigio ejercieron una profunda impresión cuando dirigió su discurso inaugural en la
Conferencia del Concilio Mundial de Iglesias celebrado en Amsterdam en 1948. También,
años más tarde visitó Roma para seguir el Concilio Vaticano II (1962-1965), acerca del
cual escribió con característica gracia y humor Ad limina apostolorum.
En 1957, el teólogo católico Hans Küng efectúa su tesis doctoral en teología en la Sorbona
de París con el tema: Justificación. La doctrina de Karl Barth y una reflexión católica. En
su autobiografía Libertad Conquistada(Trotta, 2003) Hans Küng explica por qué elige para
su tesis doctoral a Karl Barth:
“Ningún teólogo protestante de este siglo cuenta, por razón de su lucha contra el nazismo,
con una autoridad más grande; ninguno con una obra más amplia y más profunda por mor
de su ingenio y su incansable trabajo.
“De un golpe aparece en mi vida entera lo liberador y consolador de este mensaje que
espero conservar siempre: la fe confiada del cristiano. Que al final y definitivamente yo
sea justificado no depende de lo que decidan sobre mí mi entorno o la opinión pública.
Tampoco depende de la facultad o la universidad, ni del Estado o de la Iglesia. No depende
tampoco del Papa; y menos todavía de mi propio juicio. Sino de una instancia totalmente
otra: del propio Dios oculto, en cuya misericordia puedo, a pesar de todo, yo, que no soy
un hombre ideal sino una persona humana e incluso demasiado humana, tener hasta el
final una confianza absoluta. “In te, Domine, speravi, et non confundar in aeternum”,
como se dice al final del himno Te Deum: “En tí Señor, puse mi esperanza; que no me vea
confundido para siempre”.
Desde la Reforma Protestante, nunca antes se había producido un acercamiento teólogico
tan profundo como el que se produce en esos momentos entre dos teólogos de diferentes
confesiones. Como el propio Hans Küng escribe:
Charlotte había perdido a su padre en la primera guerra mundial, lo que la decidió a ser
enfermera. En 1924, en la universidad de Göttingen, conoció personalmente a Karl Barth y
su teología, lo que hace que se interese profundamente por esa ciencia que trata sobre las
cosas de Dios. Para poder colaborar más estrechamente con Barth, en 1929 se mudó a vivir
con la familia de él, su esposa Nelly y sus cinco hijos, en Münster. Trabajando a tiempo
completo como secretaria y asistente, era ella la que preparaba sus conferencias. Estudió
hebreo, griego y latín, y había asistido a varias clases de filosofía de Heinrich
Scholz (1884-1956). En 1935 Barth se mudó a vivir a Bassel, Suiza, y desde allí ambos
dieron apoyo a la resistencia alemana contra el nazismo.
Jesús de Nazaret, en una intensa oración a Dios poco antes de morir, oró con fervor para
que sus seguidores ‘fueran uno, así como tú y yo somos uno’ (Juan 17). Mostrando que se
tomaba esas palabras muy en serio, el talante ecuménico y conciliador de Karl Barth puede
apreciarse en el siguiente escrito suyo:
I. Nombres de su teología
1. Teología Dialéctica
2. Teología de la Crisis
3. Neo ortodoxia
4. Teología de la Palabra
1. La revelación
2. Soteriología y Cristología
a. La reconciliación
En el Cristo de Barth, Dios reveló que no quería dejar que el hombre existiera en
pecado. Por esto Barth insiste en que nunca deberíamos mencionar el pecado a no
ser que de inmediato agreguemos que el pecado ha sido derrotado, olvidado, y
superado en Jesús, el elegido. La reconciliación entre Dios y el hombre se efectúa
por el acontecimiento de Jesucristo. Jesucristo es Dios mismo, es decir, el Dios que
se humilla a sí mismo. En su libertad, Dios cruza el abismo abierto y muestra que
El es verdaderamente el Señor. Dios "compromete su propia existencia como
Dios.Barth no quiere admitir la humillación del hombre Jesús. Según Barth, decir
que la humillación se refiere al hombre es una mera tautología. "¿Qué sentido
habría en hablar del hombre como humillado? Esto es algo natural en el hombre.
Pero decir que Dios se humilla a sí mismo, según Barth, es entender el verdadero
significado de Jesucristo, como Dios mismo."
c. La cruz y la resurrección
Para Barth hay dos acontecimientos: la cruz y la resurrección, pero no deben ser
explicados mediante pruebas.
d. La elección
6. 3.) Rechazó el magisterio de la iglesia Católica Romana porque creía que bajo su esquema, la
fe depende en último término en la palabra de hombres. Esto también es fundamentar el proyecto
teológico sobre el fundamento inmanente, no sobre el fundamento trascendente que es Dios.
Decía Barth que la iglesia Católica no tiene otro maestro, juez y rey más allá que si mismo. 4.)
Rechazó la doctrina de la inerrancia de los Protestantes por motivos similares. Decía que la
inerrancia atribuye demasiada importancia a algo histórico y fijo, algo que puede ser objetivizado
por el hombre. En su comentario a la carta a los Romanos su tema principal es la relación de Dios
con el hombre y no la relación del hombre con Dios, Barth quiere dejar claro la disociación que
existe entre la inmanencia y la trascendencia de Dios usando la frase “el mundo es mundo y Dios
es Dios” afirma en este comentario que la inmanencia convierte al hombre en idolatra.
7. -La Revelación de Dios. Barth hablaba de la revelación de Dios bajo tres “formas” o
“momentos.” El primero es la Palabra de Dios. Jesús mismo es la Palabra de Dios, y es la totalidad
de la revelación de Dios. En segundo lugar, Barth hablaba de la Biblia como el testimonio a esta
revelación que está en Jesús. La Biblia el resultado del anuncio de los profetas del AT y los
apóstoles del NT. Ellos testifican acerca de lo que vieron y escucharon. Hay un matiz muy
importante aquí. Barth decía que la Biblia no es la Palabra de Dios en el sentido que lo dice la
iglesia históricamente. En tercer lugar, Barth hablaba de la predicación o la proclamación del
evangelio. La tarea del predicador es predicar la Palabra de Dios, no la teología antropocéntrica de
los liberales. El predicador debe exponer la Palabra y permitir que ella de testimonio acerca de si
misma. La predicación es un instrumento como es la Biblia, se convierte en la Palabra de Dios
cuando Dios decide utilizarla para revelar a Jesucristo.
10. Aportes y aplicaciones a la Iglesia de hoy. Creo que uno de los aportes mas importantes de
Barth es la sencillez y la practicidad de la mayoría de sus tesis, porque nacen de un pastor que se
sentía frustrado porque sus enseñanzas no suplían las necesidades de su congregación. También me
parece un buen aporte el freno (aunque no la desecha del todo) que le pone al abuso de la crítica
histórica, el racionalismo y el humanismo que la teología liberal le quería impregnar a la
interpretación bíblica. Creo muy importante ese deseo de Barth de volver a una sana practica de la
teología teniendo como base la revelación de Dios y no la conciencia humana de Dios que cada ser
persona pudiera tener. Barth también hace un llamado a volver a tomar como base de la
interpretación teológica a las escrituras las cuales contienen las palabras de Dios. Por ultimo creo
que también es un gran aporte centrarnos en el Cristo de la fe pero creo que no podemos olvidarnos
del todo del Jesús histórico el cual también tiene mucho que aportarnos a nuestra interpretación de
las escrituras.
[11] Hans Küng, Justificación. La doctrina de Karl Barth y una reflexión católica, Trotta,
2003