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SENTENCIA CASATORIA
I. ANTECEDENTES
1.1. Que, llevado a cabo el proceso penal, el Fiscal Provincial Penal Corporativo
de Jaén, por requerimiento fiscal del diecisiete de marzo de dos mil once -fojas
quince- solicitó se imponga treinta años de pena privativa de libertad a los
encausados Gilberto Castillo Díaz, como autor y Francisca Correa
Montenegro, a título de cómplice primaria, por el presunto delito contra la
libertad sexual, violación sexual de menor, ilícito previsto y sancionado en el
numeral dos del artículo ciento setenta y tres del Código Penal, en agravio de la
menor de iniciales R.N.S.R., así como el pago de cinco mil nuevos soles por
concepto de reparación civil de manera solidaria a favor de la menor antes
referida.
1.2. Así, por resolución del veintisiete de mayo de dos mil once -fojas treinta- se
dictó auto de enjuiciamiento, llevándose a cabo el juicio oral contra la encausada
Francisca Correa Montenegro, pues el encausado Castillo Díaz fue declarado
reo contumaz; y concluidos los debates orales, se emitió sentencia el trece de
julio de dos mil once -fojas noventa y cuatro-, que falló condenado a la antes
referida, como cómplice primaria del delito contra la libertad sexual, en su
modalidad de violación sexual de menor de edad, previsto en el artículo ciento
setenta y tres segundo párrafo del Código Penal, en agravio de la menor de
iniciales R.N.S.R. a treinta años de pena privativa de la libertad, y fijó la suma de
cinco mil nuevos soles por concepto de reparación civil a favor de dicha menor.
1.6. Elevados los autos a este Supremo Tribunal, con fecha siete de noviembre
de dos mil once, y cumplido el trámite de traslado a las partes procesales, por
Ejecutoria Suprema del veinticuatro de febrero de dos mil doce –fojas trece del
cuadernillo formado por este Supremo Tribunal-, en uso de sus facultades,
declaró inadmisible el recurso de casación por la presunta causal prevista en el
inciso uno del artículo cuatrocientos veintinueve del Código Procesal Penal, y
declaró bien concedido el recurso de casación para el desarrollo de doctrina
jurisprudencial, por la causal prevista en el inciso tres del artículo cuatrocientos
veintinueve del Código Procesal Penal.
3.4. En primer lugar, puede adoptarse la teoría del injusto único de intervención.
Según esta teoría no existe una distinción, a efectos de la configuración del
injusto, entre la autoría y la participación. Ambas categorías solo serán
diferenciables al momento de la determinación de la pena, siendo que el autor
recibirá una mayor pena y el cómplice una menor.
4.3. La prueba del dolo en el proceso penal va de la mano del concepto que se
tenga de dolo. Si se parte de considerar un concepto eminentemente subjetivo
de dolo (que ponga un énfasis en el elemento volitivo), entonces existirá un serio
problema de prueba, porque no es posible -al menos no con los métodos de la
ciencia técnica actual- determinar qué es aquello que el sujeto deseó al momento
de realizar la acción.
4.4. El problema de la prueba del dolo será distinto en el caso de que el concepto
sea de corte normativo. Ya no se buscará determinar el ámbito interno del
procesado, sino que el énfasis se centrará en la valoración externa de la
conducta, vale decir, en la imputación.
4.5. En una concepción normativa del dolo, la prueba buscará determinar si el
sujeto, según el rol que ocupaba en el contexto concreto, tenía o no conocimiento
de que la acción que realizaba era constitutiva de un delito.
4.11. Por otro lado, desde una perspectiva subjetiva de la conducta, debemos
afirmar que la procesada no actuó dolosamente. Efectivamente, no existe prueba
suficiente para determinar que la encausada habría prestado su vivienda con el
conocimiento de que iba a producirse el acceso carnal entre el encausado y la
agraviada. La versión de la menor acredita que dos de las siete ocasiones donde
sostuvo relaciones sexuales fueron en la casa de la encausada Correa
Montenegro, mas no que ella tenía conocimiento de que su vivienda sería
utilizada por el encausado para sostener relaciones sexuales con la menor
agraviada.
IV. DECISIÓN
DECISIÓN:
S. BARRIOS ALVARADO
PRADO SALDARRIAGA
BARRIOS ALVARADO
PRINCIPE TRUJILLO
VILLA BONILLA
Corte Suprema – Sala Penal Permanente Expediente: Casación 383-2012
LA LIBERTAD
[Formalización de la investigación frente a la prescripción de la acción
penal]
Fecha de vista de la causa: 15 de octubre de 2013
FORMALIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN FRENTE A LA PRESCRIPCIÓN DE
LA ACCIÓN PENAL. La suspensión del plazo prescriptorio no es indeterminado
o ilimitado, sino que éste tiene como límite un tiempo equivalente al plazo
ordinario de prescripción más una mitad de dicho plazo, tal como lo ha
establecido el Acuerdo Plenario tres guiones dos mil doce oblicua CJ guión
ciento dieciséis.
Recurso: Casación
[REFERENCIAS NORMATIVAS]
Artículos 80º, 82º.4 Código Penal.
Ley General del Ambiente Art. 30º de la Ley Nº 28611.
[REFERENCIAS DE CASOS]
Acuerdo Plenario Nº 3-2012/CJ-116.
MOTIVO CASACIONAL: INDEBIDA APLICACIÓN O ERRÓNEA
INTERPRETACIÓN DE LA LEY PENAL Y OTRAS NORMAS NECESARIAS
PARA SU APLICACIÓN Y NECESIDAD DE DESARROLLO DE LA DOCTRINA
JURISPRUDENCIAL (…)
4.6. En principio nos encontramos ante un tipo penal en blanco, en tanto que el
legislador condiciona la tipicidad penal de la conducta a una desobediencia
administrativa (la Ley número veintiocho mil doscientos setenta y uno, del
dieciséis de agosto de dos mil cinco, en la que regula los pasivos ambientales
de la actividad minera), como indicador de una fuente generadora de peligro y/o
riesgo, el cual debe ser potencial, idóneo y con aptitud suficiente para poder
colocar en un real estado de riesgo a los componentes ambientales, sin
necesidad de advertirse un peligro concreto para la vida y la salud de las
personas; es decir, que la protección jurídica penal es el medio ambiente, los
elementos biológicos que constituyen el involucro natural dentro del cual se
desarrolla la vida del hombre, que parte de la consideración del derecho humano
de tercera generación, reconocido en el inciso veintidós, del artículo dos de la
Constitución Política del Estado Peruano, que establece el derecho a “gozar de
un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida”, consagrando como
un valor que digno de protección y tutela por parte del sistema punitivo a través
del derecho.
4.9. Ahora bien, corresponde analizar la fase de consumación del delito, esto es
si se trata de un delito de carácter permanente o de comisión instantánea con
efectos permanentes; al respecto, debemos precisar que el primero se refiere a
que la acción delictiva se pueda prolongar en el tiempo, pues el estado de
antijuridicidad no cesa y se mantiene durante un período cuya duración está
puesta bajo la esfera de dominio del agente, se diferencia con los delitos
denominados de comisión instantánea con efectos permanentes, en que en
estos el tipo se consuma en un instante, pero sus consecuencias permanecen
en el tiempo, en cambio en los permanentes la mantención del resultado sigue
importando consumación (Véase: GARRIDO MONTT, Mario, Etapas de
ejecución del delito. Autoría y participación, Editorial Jurídica de Chile, Santiago
de Chile, mil novecientos ochenta y cuatro, página ciento setenta y cuatro). En
el presente caso, nos encontramos ante un delito omisivo de carácter
permanente, toda vez que para la consumación requiere, de la realización de
todos los elementos constitutivos de la figura legal, generando una mínima
extensión temporal de la acción, ya que su estado antijurídico dentro de la
circunscripción del tipo se prolonga temporalmente merced a la voluntad del
autor (Véase: BORJA JIMÉNEZ, E. La terminación del delito, ADPCP. Fascículo
I, 1995, página ciento uno), pues se le atribuye al representante legal de la
empresa Corporación Minera San Manuel Sociedad Anónima, el omitir la
implementación del Plan de pasivos ambientales y la renuencia a dar
cumplimiento a los dispositivos medioambientales, conducta atribuible dada la
probabilidad de que el daño resulte irreparable, no siendo necesario demandar
daño efectivo sino uno potencial.
[DECISIÓN]
Agraviado: el Estado
Procesados:
Desarrollo procesal
Hechos
RESUELVE
Publíquese y notifíquese.
SS.
ÁLVAREZ MIRANDA
URVIOLA HANI
MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
ETO CRUZ
«En el caso del encausado Pandolfi Arbulú, los fundamentos con los que
puede dilucidarse si la conducta que realizó –no la que le imputa el Ministerio
Fiscal– no resulta reprochable penalmente en base a los principios de
confianza y de prohibición de regreso, requieren necesariamente de un
ejercicio de valoración probatoria que, por los mismos fundamentos
expuestos para el procesado Camet Dickmann, no es viable realizar. En tal
virtud, los aspectos referidos a la participación concreta que tuvieron dichos
encausados en el proceso de contratación materia del presente proceso,
deberán ser materia de evaluación en un nuevo juicio oral, debiendo
dilucidarse también todos los cuestionamientos de orden alegados por los
recurrentes »
S.S.
VILLA STEIN
RODRÍGUEZ TINEO
PARIONA PASTRANA
NEYRA FLORES
CALDERÓN CASTILLO
Sentencia de Corte Suprema de Justicia - Primera Sala Penal Transitoria
de 22 de Marzo de 2012 (Expediente: 002242-2011)
Fecha de Resolución: 22 de Marzo de 2012
Emisor: Primera Sala Penal Transitoria
Materia: DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PUBLICA
Procedimiento: RECURSO DE NULIDAD