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Sentido auditivo.

Oído externo.

Pabellón auditivo

Es la única parte visible del oído, llamado también auricular (la oreja), que tiene una forma
helicoidal muy particular. Funciona como una especie de embudo que ayuda a dirigir el sonido
hacia el interior del oído.

El conducto auditivo
Una vez que las ondas sonoras han superado el pabellón auditivo, se desplazan de dos a tres
centímetros dentro del conducto auditivo antes de golpear el tímpano, también conocido como
membrana timpánica. La función del conducto auditivo es transmitir los sonidos que capta el
pabellón auditivo al tímpano.

El conducto auditivo, además de proteger el tímpano, actúa como un audífono natural que
amplifica automáticamente los sonidos bajos y menos penetrantes de la voz humana. De este
modo, el oído compensa parte de la debilidad de la voz humana, y hace más fácil oír y comprender
una conversación normal.

El tímpano
El tímpano (o membrana timpánica) es una membrana que se encuentra situada al final de
conducto auditivo y señala el inicio del oído medio. El tímpano es un órgano muy sensible y vibra
al percibir las ondas sonoras. Para proteger al tímpano, el conducto auditivo se curva ligeramente
haciendo más difícil que por ejemplo, los insectos puedan alcanzarlo. Al mismo tiempo, la cera del
oído (cerumen) del conducto auditivo ayuda a mantener fuera del oído las materias no deseadas,
como el polvo, la suciedad y los insectos.

El oído medio
El oído medio es la parte del oído entre el tímpano y la ventana oval. El oído medio trasmite los
sonidos del oído externo al oído interno y está compuesto por tres diminutos huesos: martillo,
yunque y estribo, por la ventana oval, la ventana redonda y la trompa de Eustaquio.

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Los huesos del oído medio
El tímpano es muy fino, mide aproximadamente de 8 a 10 mm de diámetro y se estira por medio
de pequeños músculos.
Las vibraciones se trasmiten al interior del oído a través de los tres huesos situados en el oído
medio: martillo, yunque y estribo. Estos tres huesos forman una especie de puente, y el estribo, el
último hueso donde llega el sonido, está conectado con la ventana oval.

El oído interno
Es una intrincada zona de tubos y conductos, conocido como laberinto. En el laberinto puede
encontrarse el vestíbulo y la cóclea.

La ventana oval
La ventana oval es una membrana que recubre la entrada a la cóclea en el oído interno. Cuando el
tímpano vibra, las ondas sonoras pasan por el martillo y el yunque hacia el estribo y
posteriormente hacia la ventana oval.

La ventana redonda
La ventana redonda situada en el oído medio vibra en sentido contrario a las vibraciones que
entran a la cóclea a través de la ventana oval, lo que produce que el fluido de la cóclea se mueva.

La trompa de Eustaquio
La trompa de Eustaquio se encuentra también en el oído medio, y conecta el oído con la última
parte del paladar. La función de la trompa de Eustaquio es igualar la presión de la atmósfera a
ambos lados del tímpano, y asegurar que esta presión no aumenta dentro del oído. El tubo se abre
cuando tragamos, igualando la presión del aire en el interior y exterior del oído.

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La cóclea
En la cóclea o caracol, las ondas sonoras se transforman en impulsos eléctricos que se envían al
cerebro. El cerebro traduce esos impulsos en sonidos que podemos reconocer y entender.

La cóclea parece la concha de un caracol o una manguera enrollada. La cóclea se encuentra llena
de un fluido llamado perilinfa y contiene dos membranas colocadas muy cerca una de la otra. Estas
membranas forman una especie de pared de separación en la cóclea.

El nervio auditivo consta de una serie de fibras nerviosas que trasmiten información entre la
cóclea del oído interno y el cerebro. Su función es trasmitir las señales del oído interno al cerebro.

Las células ciliadas situadas en la cóclea están conectadas entre sí con el nervio auditivo y,
dependiendo de la naturaleza de las vibraciones del fluido coclear, se ponen en movimiento
distintas fibras nerviosas.

Enfermedades del sentido del oído.

Enfermedad de Menière: este trastorno afecta al oído interno y se debe a una acumulación de
líquido, lo que hace aumentar la presión en el oído interno. Como consecuencia, la persona que lo
sufre puede notar una pérdida de audición, vértigos o náuseas.

Síntomas
Episodios recurrentes de vértigo. Tener la sensación de estar girando, la cual comienza y finaliza
espontáneamente. Los episodios de vértigo ocurren sin previo aviso y generalmente duran de
20 minutos a varias horas, pero no más de 24 horas. El vértigo intenso puede causar náuseas.

Pérdida de la audición. La pérdida de la audición en la enfermedad de Ménière puede aparecer y


desaparecer, especialmente al principio. Con el tiempo, la mayoría de las personas tienen algo de
pérdida auditiva permanente.

Campanilleo en los oídos (acúfenos). Los acúfenos son la percepción de un campanilleo, un zumbido, un
rugido o un silbido en el oído.

Sensación de que el oído está tapado. Las personas con la enfermedad de Ménière a menudo sienten
presión en el oído afectado (congestión auditiva).

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Después de un episodio, los signos y síntomas mejoran y pueden desaparecer por completo por un
tiempo. Con el tiempo, la frecuencia de los episodios puede disminuir.

Causas
Oído interno y equilibrio
Se desconoce la causa de la enfermedad de Ménière. Los síntomas de la enfermedad de Ménière
parecen ser el resultado de una cantidad anormal de líquido (endolinfa) en el oído interno, pero
no está claro qué causa que eso suceda.
Los factores que afectan el líquido, lo cual puede contribuir a la enfermedad de Ménière, incluyen:

Drenaje inadecuado del líquido, tal vez debido a una obstrucción o anormalidad anatómica.
Respuesta inmune anormal
Infección viral
Predisposición genética
Debido a que no se ha identificado una sola causa, es probable que la enfermedad de Ménière sea
la consecuencia de una combinación de factores.

Tratamiento:
Aún no existe una cura para la enfermedad de Ménière, pero su médico podría recomendar algunos
de los siguientes tratamientos:

Medicamentos. El síntoma más incapacitante de un ataque de la enfermedad de Ménière es el mareo


o vértigo. Ciertos medicamentos que requieren receta médica, tales como meclizina, diazepam,
glicopirrolato, y lorazepam, pueden ayudar a aliviar los mareos y disminuir la duración del ataque.

Restricción de sal y uso de diuréticos. Reducir la sal en la dieta y tomar diuréticos ayudan a algunas
personas a controlar los mareos. Esto ocurre porque se reduce la cantidad de líquido que el cuerpo
retiene, lo que puede ayudar también a disminuir el volumen de líquido y la presión en el oído
interno.
Terapia cognitiva. La terapia cognitiva es un tipo de psicoterapia (terapia de diálogo) que ayuda a las
personas a darse cuenta de cómo interpretan y reaccionan ante las experiencias de vida. Algunas
personas encuentran que la terapia cognitiva les ayuda a enfrentar mejor la naturaleza inesperada
de los ataques y les reduce la ansiedad sobre futuros ataques.

Inyecciones. Inyectar el antibiótico gentamicina en el oído medio ayuda a controlar el vértigo. Sin
embargo, debido a que la gentamicina puede dañar las células ciliadas microscópicas en el oído
interno que nos ayudan a oír, el riesgo de pérdida de audición aumenta significativamente. Algunos
médicos prefieren inyectar un corticoesteroide en lugar de la gentamicina, ya que los
corticoesteroides a menudo ayudan a reducir los mareos y no tienen ningún riesgo de pérdida de
audición.
Tratamiento con pulsos de presión. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados
Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) recientemente aprobó un aparato para la enfermedad de
Ménière que se ajusta al oído externo y envía pulsos intermitentes de presión de aire al oído medio.
Los pulsos de presión de aire parecen actuar en el líquido endolinfático para evitar mareos.

Cirugía. Cuando todos los demás tratamientos para aliviar el mareo han fallado, se puede
recomendar una cirugía. Algunas cirugías se realizan en el saco endolinfático (ver imagen 2) para
descomprimirlo. Otra posible cirugía es cortar el nervio vestibular, aunque ésta se hace con menos
frecuencia.

Medicina alternativa. Aunque los científicos han estudiado el uso de algunas terapias médicas
alternativas para tratar la enfermedad de Ménière, todavía no hay evidencia sobre la eficacia de
dichas terapias como la acupuntura o acupresión, el tai chi o suplementos de hierbas como el
ginkgo biloba, la niacina, o la raíz de jengibre. Asegúrese de informar a su médico si usted está

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usando terapias alternativas, ya que a veces pueden afectar la eficacia o la seguridad de los
medicamentos convencionales.

Presbiacusia: consiste en una pérdida progresiva de la audición y se presenta en personas de edad


avanzada. Generalmente a partir de los 75 años. Lo normal es que ocurra en ambos oídos y con la
misma intensidad.

Debido a su carácter progresivo, se calcula que la pérdida de audición se concreta en torno a 5-6
decibelios por cada 10 años a partir de la edad de detección. Esta velocidad a la que perdemos
oído es algo mayor en los varones.

Por desgracia no existe un tratamiento eficaz mediante fármacos para este problema, y no se
puede prevenir en la mayoría de las ocasiones, pero el desarrollo de dispositivos protésicos
(audífonos) ha permitido mantener la conexión de nuestros mayores con su entorno familiar y
social. Por ello es importante ser evaluado por un especialista que ayude a seleccionar el
dispositivo más adecuado para cada paciente.

El tratamiento de la presbiacusia en la actualidad se basa en las audioprótesis o audífonos. No existe un


tratamiento farmacológico que permita regenerar las estructuras envejecidas del oído o de las
zonas cerebrales afectadas en el proceso. Algunos fármacos vasodilatadores y antiagregantes
pueden utilizarse con la finalidad de mejorar el riego sanguíneo de algunas zonas del oído o de la
corteza cerebral, y en algunos casos pueden mejorar síntomas como los zumbidos o acúfenos.

Otitis: se trata de una infección del conducto auditivo externo que une el oído interno con el
pabellón auricular. Si tenemos un exceso de agua en los oídos o bien nos sometemos a procesos de
limpieza muy agresivos con bastoncillos de algodón corremos el riesgo de sufrir una infección.

Causas
La trompa de Eustaquio se encuentra entre el oído medio y la parte posterior de la garganta y su función
es drenar el líquido que se produce en el oído medio. La infección se ocasiona cuando esta estructura se
ve bloqueada y, por lo tanto, acumula el líquido, dando lugar a una disfunción tubárica.
La obstrucción de la trompa de Eustaquio muchas veces puede originarse por motivos intrínsecos o
extrínsecos.

La otitis media que representa el tipo más común de esta afección se clasifica en:

Aguda: Es una enfermedad infecto-contagiosa que afecta al aparato respiratorio y cuyo síntoma principal
es la tos. Ésta a su vez se divide en esporádica o de repetición.

Subaguda: Se caracteriza por la presencia de exudado (líquido que se sale del conducto donde se
encuentra contenido) en la cavidad del oído medio de manera asintomática o con síntomas muy leves.
Si este exudado permanece más de 3 meses, la enfermedad pasa a ser crónica.

Crónica: Se divide a su vez en dos subgrupos, uno de ellos, con exudado que tiene una duración de tres
meses y, supurada, que conlleva una supuración mayor a tres meses.
Existe otro tipo de otitis, la externa, que se localiza en la piel que recubre el conducto auditivo externo y
se produce típicamente en personas que practican deportes acuáticos, pero también puede estar
causada, entre otros motivos, por una sudoración excesiva, por la ausencia de cerumen (que actúa como
protector), haber sufrido traumatismos o la introducción de bastoncillos u otros instrumentos en los oídos.
El germen que suela estar detrás de estos casos es Pseudomonas aeruginosa.

Diagnóstico

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Para determinar que se trata de una otitis, el especialista examinará el interior del oído del paciente
empleando para ello un otoscopio. Esta exploración deberá mostrar zonas enrojecidas, burbujas de aire
o líquido detrás del tímpano, además, es probable que pueda observar una perforación en el mismo.
La exploración otoscópica es la más importante para el diagnóstico de la otitis media.

Tratamientos
El tratamiento clásico de la otitis media aguda se realiza con antibióticos durante diez o catorce días. Sin
embargo, en los últimos tiempos se tiende a una menor utilización de estos fármacos porque cada vez
son más los estudios que muestran que no hay razón para tratar con antibióticos todas las otitis.
Habitualmente con el tratamiento antibiótico la sintomatología mejora significativamente en 48 horas.
Además, el especialista también podrá recetar descongestionantes nasales y mucolíticos si se precisan.

Neuritis vestibular: se da cuando el nervio vestibular del oído medio se inflama. Los síntomas que
podemos sentir suelen ser vértigos repentinos o náuseas sin motivo aparente.
Sordera: es la pérdida de capacidad auditiva. Puede ser parcial o total, y bien en un oído o en los
dos. Tener problemas para escuchar puede conllevar aislamiento social o depresión. Hay que tener
en cuenta que puede ser tanto un problema hereditario como por consecuencia de una
enfermedad, un golpe, un medicamento agresivo para el sentido del oído o bien una exposición a
un ruido fuerte durante un periodo prolongado de tiempo.

Síntomas
Entre los principales síntomas de esta enfermedad se encuentra el nistagmus el cual es un movimiento
espontaneo o posicional, rápido, intenso y rítmico de los ojos, los cuales en vez de
permanecer enfocados en un objeto o persona presentan vaivén, en este caso, hacia el lado
sano.
Otro de los síntomas es el vértigo repentino y severo acompañado de mareo, náuseas, vómitos,
falta de equilibrio y/o dificultad importante al caminar.
Estos síntomas podrían presentarse durante la infección viral o después, y en la mayoría de
casos, duran de uno a tres días.
Todo puede ser variable de persona a persona, además dichos síntomas podrían venir y
desaparecer espontáneamente o empeorar con movimientos de cabeza o movimientos rápidos del
cuerpo.

Causas de la neuritis vestibular


En la mayoría de los pacientes no existen evidencias clínicas que sugieran compromiso
del sistema nervioso central. Sin embargo, algunos autores han sugerido el compromiso del
tronco cerebral de forma subclínica.

Tratamiento
La neuritis vestibular habitualmente es tratada sintomáticamente, es decir con medicación para el
tratamiento de las náuseas (anti-eméticas) y para reducir los vértigos (supresores vestibulares).
La recuperación sucede debido a la combinación del control de la infección mediada por el sistema
inmune, y la re-equilibración central mediada por la compensación.

Timpanoesclerosis
Esta afección se debe a secuelas de periodos de inflamación en el oído medio. Normalmente, con
la timpanoesclerosis, se ve afectada la membrana timpánica, pero también pueden verse involucrados
la ventana oval, la ventana redonda y los huesecillos.

Los síntomas pueden ir desde una hipoacusia leve a una hipoacusia severa. Dependiendo de la
gravedad de la misma habrá que aplicar cirugía o no para tratarlo.

¿Cómo evitar la timpanoesclerosis?

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Si la timpanoesclerosis ha sido tratada de forma tardía, los audífonos son una de las soluciones
auditivas más eficaces para tratar esta enfermedad del oído y poder recuperar la capacidad
auditiva.

LA VISTA:

La vista es el sentido que nos permite percibir la forma de los objetos a distancia, y también su
color. La luz que llega de ellos es captada por una capa sensible, la retina, que manda la imagen al
cerebro para ser interpretada. El funcionamiento del ojo es análogo al de una cámara fotográfica.

El globo ocular:
Cada globo ocular se halla incluido en su órbita, y se encuentra protegido y asistido por una serie
de estructuras anexas.
Es un órgano casi esférico, de unos 24 mm de diámetro, que está dividido en dos cámaras: la
anterior o frontal, que es la menor, y la posterior, que constituye la mayor parte del globo ocular.
Existen dos capas que lo recubren en su totalidad: la esclerótica y la coroides.

Esclerótica. Está formada por fibras de tejido colágeno entretejidas en todas las direcciones del
espacio, que constituyen una capa blanquecina que se encarga de mantener la forma del ojo. Se
halla por fuera de la coroides, y en la parte anterior del ojo da lugar a la córnea.

Coroides. En ella hay gran cantidad de vasos sanguíneos y pigmentos, que dan al globo ocular su
color pardo. En la parte frontal da lugar a dos estructuras, el iris y el cuerpo ciliar, que se hallan
entre las cámaras anterior y posterior del ojo.

Córnea. Es la capa que pone en contacto el ojo con el aire, y es muy resistente debido a que está
formada por fibras colágenas. Dado que debe dejar traspasar la luz, es una estructura casi
transparente y apenas posee vasos sanguíneos. Ello es posible porque se trata de una capa muy
fina que puede tomar el oxígeno directamente del aire. Debido a esta falta de sangre, la córnea es
uno de los órganos más fáciles de trasplantar de una persona a otra, ya que no existe rechazo
inmunológico. Sin embargo, hay en la córnea numerosas terminaciones nerviosas que hacen que
los golpes en el ojo sean tan dolorosos, pero que permiten detectar al instante cualquier partícula
extraña que se introduzca en él.

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Iris. Es la parte del ojo que corresponde al diafragma de una máquina fotográfica. Se encuentra
entre las cámaras anterior y posterior del ojo, y esencialmente se trata de un grupo de músculos
circulares y radiales (el músculo esfínter de la pupila y el dilatador de la pupila) que rodean al
orificio por donde pasa la luz al fondo del ojo. Dicho orificio, la pupila, se agranda y se reduce según
la cantidad de luz que llega al ojo, con lo que las estructuras internas quedan protegidas. Sobre la
capa muscular puede depositarse el pigmento melanina, de forma continua o discontinua, dando
lugar a los ojos marrones o verdes, o puede no existir en absoluto, produciendo los ojos azules.
Estas diferencias constituyen una característica hereditaria.

Cuerpo ciliar. Se halla a continuación del iris y llega hasta la retina, la capa sensible a la luz. Recibe
su nombre porque en él se encuentra el músculo ciliar, que tira del cristalino haciendo modificar
su curvatura.

Cristalino. Es la lente de enfoque del ojo, ya que, como hemos visto, puede modificar su curvatura
cuando el músculo ciliar se contrae. Su forma es biconvexa, es decir, más gruesa en el centro que
en los laterales. Según la curvatura, desvía más o menos los rayos de luz.
Cámara anterior del ojo. Limitada por el iris, el cristalino y la córnea, se halla llena de un líquido
llamado humor acuoso, parecido al plasma sanguíneo.

Retina. Forra el interior de la cámara posterior del ojo, llegando hasta el cuerpo ciliar por delante.
Es la capa sensible a la luz y está formada por tres estratos. El primero de ellos está formado por
neuronas que son excitadas por la llegada de la luz. Su terminación puede ser de dos tipos, en
forma de bastoncillo o en forma de cono, por lo que ambos tipos de neuronas reciben el nombre
de bastones y conos.

Enfermedades de la Vista

La conjuntivitis es la inflamación y/o irritación de la conjuntiva, es decir, la membrana delgada y


transparente que recubre la esclera (parte blanca del ojo) y el interior de los párpados.
Se produce un enrojecimiento del ojo (hiperemia conjuntival), secreciones, párpados pegados
(que empeora al levantarse por la mañana) y sensación de cuerpo extraño o arenilla dentro del
ojo.

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Síntomas de la conjuntivitis
Según el origen de la infección o de la irritación, varían los síntomas de la conjuntivitis.
Vírica: los ojos tienen un aspecto vidrioso, enrojecido y presentan una secreción acuosa. Los
párpados están hinchados y producen mucha incomodidad en la persona que lo sufre. Este tipo de
conjuntivitis puede llegar a afectar a la córnea provocando queratitis, causa visión borrosa y puede
llegar a durar varias semanas.
Bacteriana: en este caso la afección se presenta en los dos ojos y la sensación es la de tener arena
y de estar muy irritados con secreción de pus. Al despertar por la mañana, pueden aparecer costras
en las pestañas y los ojos pegados, que deben lavarse con abundante agua o suero fisiológico con
la ayuda de una gasita suave.
Alérgica: suele ser estacional, en primavera y en verano cuando hay más polen en el ambiente, y se
presenta con un importante enrojecimiento de los ojos.
Le acompaña picor, quemazón y una sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo. Aparece mayor
segregación de lágrimas y, con frecuencia, va acompañada de un cuadro de estornudos y rinitis.

Causas de la conjuntivitis
La causa más frecuente de conjuntivitis es la vírica. La segunda más frecuente, las alergias o la
irritación por la presencia de determinados elementos en el ambiente.
Cada causa le da el “apellido” al tipo de conjuntivitis:
Vírica: es la causa más común, es muy contagiosa y la provoca el mismo virus que del resfriado
común; con dolor de garganta, secreción nasal, ojos llorosos y enrojecidos. Es autolimitada: por lo
general empeora durante los primeros 4-7 días y puede no resolverse hasta pasadas 2-3 semanas,
o incluso más, si hay afectación de la córnea.
Bacteriana: existe gran enrojecimiento y secreción purulenta de color blanco-amarillento. Los
agentes causales más frecuentes son: los Staphylococcus aureus y los Streptococcus.
Alérgica: no es infecciosa ni contagiosa. Es un trastorno estacional y se da en personas que
presentan reacción alérgica a elementos a los que están expuestos (polen, mascotas…), o a agentes
físicos o químicos que provocan la inflamación de la conjuntiva al irritarla o dañarla... Cursa con
enrojecimiento, picor, lagrimeo e hinchazón.
Tanto la conjuntivitis infecciosa vírica como la bacteriana son altamente contagiosas.

Tratamiento de la conjuntivitis
Al primer síntoma hay que acudir al especialista que será quien determine cuál es la causa de la
infección y decidirá el tratamiento adecuado en función del tipo de conjuntivitis que presente. Si
se están utilizando lentillas, deben dejar de usarse durante el tiempo que dure el proceso.
Conjuntivitis vírica: no existe un tratamiento que acorte el tiempo que dura la enfermedad. Es decir,
el tratamiento tiene el objetivo de aliviar los síntomas.
Al ser muy contagiosa, se deben extremar las medidas de higiene: lavarse las manos con frecuencia,
evitar tocarse los ojos, evitar el contacto directo con otras personas y no compartir objetos
personales (toallas, cojines, almohadas…).
Tanto las lágrimas artificiales en monodosis, usadas 4-8 veces al día, como las compresas frías
sobre los ojos alivian la inflamación y también puede recetarse paracetamol o ibuprofeno, si las
molestias llegan a interferir en la rutina diaria.
Conjuntivitis bacteriana: en este caso, el tratamiento se realiza a base de gotas de antibiótico o
pomada. Para eliminar las costras o los restos segregados durante la noche, hay que limpiar bien
el ojo con un algodón o una gasita suave empapados en suero fisiológico.
La higiene mientras dure la infección debe ser también rigurosa y debemos lavarnos las manos
después de aplicar las gotas o la pomada, después de lavar los ojos y siempre que los hayamos
tocado.
En algunos casos, pueden ser necesarios los antibióticos vía oral.
Conjuntivitis alérgica: se trata con gotas antihistamínicas. Para disminuir los síntomas, se puede
administrar lágrima artificial o lavados con suero fisiológico.

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Cómo prevenir la conjuntivitis
La higiene rigurosa es la mejor forma de evitar una conjuntivitis:
No tocarse los ojos, si están afectados
Lavarse las manos con frecuencia
Utilizar siempre una toalla limpia y cambiarla todos los días. Por supuesto, no compartirla.
Cambiar a diario la funda de la almohada mientras dure la infección

En el caso de los niños, hay que tener mucha más precaución puesto que al ser una afección
altamente contagiosa, es en la Escuela Infantil y en el colegio donde más casos se presentan.
Durante los primeros 10-12 días de infección, las conjuntivitis son altamente contagiosas.
Los recién nacidos también están expuestos a padecerla. En el canal del parto de la madre existen
bacterias que, aunque no causan síntomas en la mujer, sí que son peligrosas para el bebé que se
puede contagiar durante el parto y desarrollar una conjuntivitis de carácter grave
denominada oftalmia neonatal. Por eso, en las primeras horas de vida, el neonatólogo le aplica al
bebé una pomada antibiótica en sus ojos para prevenir una posible infección ocular.

La presbicia es una alteración fisiológica natural del ojo que aparece después de los 40-45 años de
edad, aunque depende de los defectos refractivos previos (miopía, hipermetropía).

Literalmente significa “ojo envejecido” y se conoce popularmente como “vista cansada”. Al


envejecer, el cristalino del ojo y el músculo ciliar -las dos estructuras que permiten enfocar de
cerca en un proceso llamado acomodación-pierden paulatinamente su flexibilidad. El cristalino,
una lente situada en la parte posterior del iris, tiene la facultad de ser flexible y cambiar de forma
adaptándose a las necesidades de visión para poder enfocar los objetos de cerca y de lejos. Pero
en torno a los 40 años esta lente ya no puede cambiar adecuadamente de forma como antes y es
cuando actividades cotidianas que requieren fijar la vista, como leer o coser, resultan dificultosas.

Síntomas de la presbicia
El síntoma más evidente de la presbicia es la visión desenfocada de los objetos cercanos. Por ello
nos vemos obligados a alejar a cierta distancia los textos de lectura para poder enfocar
correctamente y necesitamos más luz para leer. Otros síntomas son:
Fatiga visual
Dolor de cabeza
Cansancio, tras estar mirando algo de cerca.
La presbicia puede llegar acompañada de otros defectos visuales como miopía, astigmatismo o
hipermetropía.

Causas de la presbicia
La causa de la presbicia está en la pérdida de flexibilidad del cristalino por el proceso de
envejecimiento natural. El músculo ciliar, al igual que ocurre con los otros músculos del cuerpo, va
perdiendo su elasticidad y con ello su capacidad para enfocar las imágenes. A medida que el
cristalino se vuelve menos flexible, va perdiendo la capacidad de enfocar bien los objetos más
cercanos. La presbicia no guarda relación con el hecho de padecer alguna otra patología visual.
Tratamiento de la presbicia
Actualmente contamos con dos opciones de tratamiento para corregir la presbicia: lentes y cirugía.
La elección de uno u otro dependerá, en gran medida, del estado de salud de los ojos del paciente
Lentes: contamos con distintos tipos de lentes:
Lentes convencionales o monofocales: corrigen el enfoque para ver de cerca pero, al mismo tiempo,
desenfocan los objetos que están a una distancia intermedia o lejos. Es la solución más práctica
para personas que no tienen otros problemas visuales añadidos y que realizan tareas de vista
cercana durante largo tiempo.
Lentes bifocales: facilitan la visión tanto de cerca como de lejos. En la parte inferior de la lente se
enfoca de cerca, y en la parte superior, de lejos. La alternancia entre ambas es posible, pero no

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permiten ver de forma nítida los objetos a distancia intermedia y, aunque han mejorado mucho,
siguen siendo poco estéticas.
Lentes progresivas, similares a las bifocales, pero sin el corte en el cristal. A través de la inclinación
de la cabeza o de la mirada, podemos variar el enfoque y nos permite la visión a cualquier distancia.
Son más estéticas, pero requieren de una adaptación por parte del usuario
Lentillas que imitan a las lentes progresivas.
Cirugía: Los resultados de la intervención quirúrgica en la presbicia no son definitivos porque al
tratarse de un problema de envejecimiento natural, con el paso del tiempo el problema puede
volver a aparecer.
Actualmente las técnicas de cirugía para corregir la presbicia son:
Láser: mejora notablemente la visión de cerca y la intermedia. La técnica es bastante similar a la
que se utiliza para corregir la miopía y nos permite mantener la visión combinada que tenemos de
forma natural, es decir, aunque no nos demos cuenta, con uno de los ojos enfocamos mejor de cerca
y con el otro, de lejos.
Lente intraocular: con esta técnica sustituimos el cristalino por una lente intraocular, que actúa a
modo de cristalino artificial y permite al paciente mantener la visión cercana, media y lejana,
recuperando un rango de visión completo, sin necesidad de usar gafas.
¿Qué pronóstico presenta?
La presbicia no se cura porque –como hemos dicho- forma parte del proceso de envejecimiento
natural, pero se corrige en todos los casos, por medio de distintas técnicas en función del estado
de salud ocular del paciente.
Prevenir la presbicia
Al ser una consecuencia del proceso de envejecimiento natural del cuerpo humano no estamos
ante una patología que se pueda prevenir. Sí podemos cuidar de nuestra salud visual para retrasar
su envejecimiento o detectarla en su inicio y tratarla adecuadamente. Para eso es fundamental una
revisión oftalmológica, por lo menos una vez al año, si no hay alguna otra patología asociada que
requiera de un seguimiento más ajustado.

Las cataratas se producen cuando el cristalino pierde transparencia y se va volviendo opaco.


El cristalino es la lente natural del ojo humano que está situada detrás de la pupila y que, junto a la
córnea, enfoca los rayos de luz en la retina.

Síntomas de las cataratas. Cuándo acudir al médico y pruebas para el diagnóstico.


Cuando las cataratas comienzan a formarse, es decir, cuando el cristalino comienza a volverse
opaco, el paciente puede percibir alguno de los siguientes síntomas:
- Nota como los colores pierden intensidad y comienzan a predominar los colores amarillentos.
- Percibe una mala visión nocturna.
- Los deslumbramientos se vuelven frecuentes.
- Empieza a necesitar una luz más potente para realizar sus actividades cotidianas
(leer, coser…).
Las cataratas provocan un deterioro serio de la visión y, con ello, una importante pérdida de la
calidad de vida.

La única manera de saber con seguridad que un paciente tiene cataratas es a través de un examen
oftalmológico completo. El paciente se debe poner en manos de un especialista en cuanto perciba
cambios en su visión.

Causas de las cataratas.


La aparición de las cataratas forma parte del proceso normal de envejecimiento del ser humano,
aunque también existen otros factores que propician su aparición, como la diabetes, las infecciones
o traumatismos oculares y la genética.

Tratamiento y pronóstico de las cataratas.

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La cirugía es la única alternativa para el tratamiento de las cataratas y se realiza a través de un
procedimiento conocido como facoemulsificación. Mediante ultrasonidos, se deshace y extrae el
cristalino, que ya ha perdido o está perdiendo su transparencia, y se sustituye por una lente
intraocular que hace su misma función, que dura toda la vida y que no pierde transparencia.
- Es una operación ambulatoria. No precisa ingreso.
- Se utiliza anestesia tópica (gotas).
- Es un procedimiento rápido.
- La visión se recupera en minutos.
- Sin molestias postoperatorias.
¿Cómo se pueden prevenir las cataratas?
Generalmente, las cataratas están asociadas al proceso de envejecimiento y su aparición es
imposible de prevenir.

Desprendimiento de retina
La retina es una delgada capa de tejido formada por células nerviosas que está ubicada en la parte
posterior del globo ocular. Su función es transformar los impulsos lumínicos en una imagen que
es transmitida al cerebro a través del nervio óptico. La retina se asienta sobre la coroides, una
membrana entre cuyas funciones se encuentra nutrir a la retina para que funcione
correctamente. Cuando la retina se desprende, se separa de la coroides, de manera que si no se
interviene para unir ambas estructuras rápidamente, la retina puede perder su funcionalidad.

Síntomas del desprendimiento de retina.


La aparición repentina de destellos luminosos y cuerpos flotantes (moscas) en el campo de visión
puede ser un síntoma de alerta ante el desprendimiento de retina. Otro indicio típico es la
presentación de un velo o telón que cubre parte del campo visual. Según la extensión y localización
del desprendimiento de retina, se afectará más o menos la función visual. Los desprendimientos
más graves son los que alcanzan la zona central de la retina, conocida como mácula, que es la zona
de máxima visión.
Una de las principales características del desprendimiento de retina es que el paciente no siente
dolor, ya que la retina no tiene terminaciones nerviosas sensitivas.

Causas del desprendimiento de retina


El desprendimiento de retina no suele tener una causa única, aunque en la mayoría de los
casos viene provocado por alteraciones en el humor vítreo (líquido gelatinoso que se encuentra
rellenando la cavidad entre la parte posterior del cristalino y la superficie interna de la retina) que
provocan una tracción sobre la retina. Esto puede ocurrir de forma natural debido al
envejecimiento, como consecuencia de traumatismos o en pacientes con alta miopía. En otros
casos, el desprendimiento de retina puede ser consecuencia de otra enfermedad, como puede
ocurrir en pacientes con retinopatía diabética, tumores o inflamaciones severas.
La prevalencia también aumenta si existen antecedentes familiares o si ya se ha padecido un
desprendimiento con anterioridad.

Tratamiento y pronóstico del desprendimiento de retina.


El tratamiento del desprendimiento de retina, en la mayoría de los casos, requiere cirugía, aunque
el tipo de intervención elegida por el oftalmólogo dependerá del grado y de la fase en la que se
encuentra el desprendimiento. En ocasiones, la cirugía debe realizarse con urgencia.
- La técnica más utilizada, sobre todo cuando existe un desgarro o agujero en la retina y todavía
no se ha producido desprendimiento, es la fotocoagulación con láser. Con el láser se sellan las
roturas. En estos casos también es habitual el uso de la crioterapia en la que, con la aplicación de
frío, el tejido se congela cicatrizando la rotura. A veces, mientras se consolidan estas adherencias
es necesario sostener la retina mediante la inyección de una burbuja de gas, líquidos pesados o
una banda de silicona.

¿Cómo prevenir el desprendimiento de retina?

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Para prevenir el desprendimiento de retina hay que evitar los traumatismos y, las personas con
factores de riesgo, como los diabéticos o los pacientes con alta miopía, deben someterse
a revisiones oculares como mínimo una vez al año.

glaucoma a un grupo de enfermedades neurodegenerativas crónicas que se caracterizan por


generar un daño en el nervio óptico secundario provocado, en un alto porcentaje de los casos, por
un aumento de la presión intraocular (PIO). Esta presión intraocular depende de la relación entre
la producción y la eliminación del humor acuoso, un líquido que nutre las estructuras oculares de
la cámara anterior del ojo (córnea y cristalino). El deterioro progresivo de las fibras del nervio
óptico suele conducir a la pérdida del campo visual y, en los casos más graves, a la ceguera. El daño
que produce el glaucoma es irreversible, por esta razón, el diagnóstico se debe realizar cuanto
antes para iniciar el tratamiento y se debe incidir en la prevención.

Síntomas de un glaucoma.
En la gran mayoría de los casos (salvo en el caso del glaucoma agudo que produce un dolor muy
intenso con vómitos y malestar general), el glaucoma es una enfermedad asintomáticahasta fases
avanzadas. De hecho, según la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), más de un millón de
españoles mayores de 40 años sufre glaucoma y la mitad desconoce que lo padece. El carácter
asintomático del glaucoma, que es la segunda causa de ceguera en los países industrializados
después de la diabetes, hace imprescindible el diagnóstico precoz.

En el glaucoma la pérdida de visión comienza por la zona periférica (produciéndose lo que


generalmente se conoce como visión en túnel). Como somos menos dependientes de esa visión
periférica y la pérdida visual suele ser muy lenta, el paciente no siempre es consciente del
deterioro de su visión. Sólo en fases avanzadas, la enfermedad afecta a la visión central.

La presión intraocular elevada es uno de los factores implicados en la aparición del glaucoma, por
eso una de las pruebas que se realiza para detectar un posible caso de glaucoma es
la tonometría (de contacto o de no contacto) que consiste en realizar una medición de la presión
intraocular del paciente.

Si el médico lo cree necesario se pueden realizar otras pruebas como un campo visual o
campimetría o una exploración del nervio óptico.

Tratamiento y pronóstico para un glaucoma.


A pesar de que no es posible prevenir la aparición del glaucoma y que hasta llegar a sus fases más
avanzadas no presenta síntomas (lo que dificulta su diagnóstico), existe tratamiento para frenar
su avance y evitar que provoque pérdida avanzada de visión o ceguera.
Existen diferentes tipos de glaucoma y el tratamiento que prescriba el especialista dependerá de
las características concretas de la dolencia y del paciente que la sufra. En todo caso, los
tratamientos están orientados a controlar y reducir la presión intraocular.
Como primera vía de abordaje del glaucoma, los especialistas suelen tratar de disminuir la presión
intraocular recurriendo a fármacos en forma de colirio. Cuando el tratamiento farmacológico del
glaucoma no resulta efectivo, se pueden emplear otras técnicas:
- El láser se utiliza para agrandar el conducto de drenaje del ojo con el objetivo de ayudar a
eliminar el humor acuoso y reducir la presión intraocular. Las técnicas más habituales son
la trabeculoplastia con Láser Argon y la esclerectomía filtrante con Láser Holmium.
- En la cirugía tradicional (trabeculectomía), el oftalmólogo utiliza instrumentos de
microcirugía para crear un nuevo canal de drenaje por el que el humor acuoso salga del ojo y así
disminuir la presión intraocular.

Cómo prevenir un glaucoma.

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Es muy importante que las personas con perfiles de riesgo, como los pacientes con antecedentes
familiares, los diabéticos, las personas con miopía elevada o los mayores de 50 años se sometan
periódicamente a revisiones oftalmológicas que incluyan una medición de la presión intraocular.

El sentido del tacto:


El sentido del tacto se encuentra localizado principalmente en el órgano más extenso del cuerpo:
la piel La piel está formada de dos capas principales que son: la epidermis y la dermis
A simple vista, se pueden ver en ella pelos y observar unos orificios llamados poros. En la
epidermis hay pigmentos que dan color a la piel. En la dermis hay venas y arterias muy finas,
terminaciones nerviosas y glándulas. Las glándulas son de dos clases: sudoríparas y sebáceas.
el tacto. Es el encargado de percibir la temperatura, presión y dolor del cuerpo de cada ser
humano. En la piel se encuentran diferentes clases de receptores nerviosos que se encargan de
transformar los diferentes tipos de estímulos del exterior en información susceptible para ser
interpretada por el cerebro.

Las glándulas sudoríparas son las encargadas de segregar sudor. Este es un líquido formado por
agua, sal y ciertas sustancias perjudiciales, las que deben ser arrojadas al exterior. Cada una de
estas glándulas sudoríparas se comunica al exterior a través de un poro.

Las glándulas sebáceas se encuentran junto a las raíces de los pelos. Son las encargadas de producir
una grasa que sirve para mantener suave y flexible a la piel.

Los corpúsculos
Cada tipo de corpúsculos tiene una función.

1. Meissner: nos permiten darnos cuenta de la forma y tamaño de los objetos y discriminar
entre lo suave y lo áspero.

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2. Pacini: son los que determinan el grado de presión que sentimos y distinguen el peso.

3. Ruffini: perciben los cambios de temperatura (calor).

4. Krause: registran la sensación de frío.

Enfermedades del sentido del tacto

Hiperestesia es un trastorno de la percepción que se caracteriza por originar una distorsión


sensorial a través de un incremento de la intensidad de las sensaciones.
Es decir, la hiperestesia resulta un síntoma que provoca una sensación exagerada de los estímulos
táctiles y, en algunos casos, visuales.

Características de la hiperestesia
La hiperestesia es un trastorno de la percepción originado por un descenso del umbral perceptivo.
Es decir, la persona percibe los estímulos de forma más intensa ya que la raíz dorsal del cerebro
causa poca o ninguna pérdida sensorial.

El incremento de la percepción se limita a los estímulos táctiles, por lo que el resto de procesos
perceptivos (audición, vista, olfato y gusto) se encuentran intactos y se perciben de forma normal.
La experimentación de hiperestesia suele estar sujeto al padecimiento de alguna patología o el
consumo de sustancias que afecten al funcionamiento perceptivo del sujeto.

Síntomas
La sintomatología de la hiperestesia se define por un incremento de la sensibilidad táctil. Es decir,
a través de la experimentación de sensaciones extremadamente elevadas.
De este modo, las manifestaciones pueden aparecer en situaciones extremas o exigentes, pero
también en cualquier momento cotidiano y totalmente normal.
Por lo general, las personas con hiperestesia suelen experimentar sensaciones de hormigueo,
cosquilleo o embotamiento de forma permanente.
Cualquier tipo de contacto táctil, por leve que sea, puede originar sensaciones de malestar en el
sujeto. De este modo, actividades cotidianas como vestirse, ducharse, afeitarse, sentarse, ponerse
crema o contactar físicamente con otras personas, suelen resultar molestas.
Por otro lado, la hiperestesia suele resultar una alteración especialmente importante en la
transmisión del dolor.

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Causas
La hiperestesia es un síntoma poco común que suele aparecer debido al padecimiento de
psicopatologías o el consumo de sustancias psicoactivas.
En este sentido, en la actualidad se sustenta que la mayoría de casos de hiperestesia son originados
por una causa primaria, por lo que se interpreta como un síntoma secundario a alteraciones
psicopatológicas.

1- Psicopatologías que cursan con hiperestesia


La hiperestesia se encuentra relacionada con dos psicopatologías principales: la manía y los
trastornos psicóticos.
Por lo que respecta la manía, la hiperestesia resulta un síntoma poco común pero que pueden
experimentar algunos sujetos con trastorno bipolar tipo I.

2- Tóxicos que pueden generar hiperestesia


El consumo de sustancia psicoactivas también puede originar un incremento de la sensibilidad en
la persona. En estos casos, la hiperestesia suele cursar de forma paralela a la intoxicación, por lo
que desaparece cuando se terminan los efectos psicoactivos de la droga.
Las drogas estimulantes son las que han mostrado una mayor relación con la hiperestesia. De este
modo, sustancias como la cocaína o la metanfetamina originan una estimulación cerebral que
puede provocar disminución de la pérdida sensorial.
Así mismo, las sustancias sedantes también pueden originar hiperestesia. Concretamente,
el consumo de heroína se ha relacionado positivamente con la experimentación de este tipo de
sensaciones.

Tratamiento
El tratamiento de la hipoestesia es muy variable, pues depende de la condición causante de este
síntoma. Si no se trata la causa, la hipoestesia puede no cesar.
Si es menos grave, puede desaparecer por si misma al cabo del tiempo, o bien ser dependiente de
la posición. Como ocurre en el síndrome del túnel carpiano.
Normalmente se combina la terapia física, la eléctrica y supervisión nutricional. En algunos casos
puede ser necesario la cirugía para eliminar la compresión de un nervio que está provocando la
hipoestesia.
La estimulación eléctrica consiste en un aparato que produce corrientes eléctricas. Éste se conecta
a parches adhesivos que se colocan en la piel del paciente, ocasionando respuestas motoras o
sensoriales.

La hipoestesia se trata de un problema perceptivo en el que se da una distorsión sensorial. En


concreto, aparece una reducción parcial o total de la sensibilidad de la piel. Un paciente con
hipoestesia puede tener menos sensibilidad al dolor, a los cambios de temperatura; o captar los
estímulos táctiles de manera atenuada.

Esta condición puede aparecer por lesiones que involucran al sistema nervioso, tanto central como
periférico (daños en los nervios). Muchas veces es síntoma de enfermedades como la esclerosis
múltiple, la diabetes, accidentes cerebrovasculares, o tumores.

Síntomas
En realidad, la hipoestesia se refiere a un síntoma en sí mismo más que a una condición aislada. Es
decir, es consecuencia de otro trastorno o lesión. Además, el nivel de percepción sensorial en la
zona afectada varía según el caso.
Puede haber una pequeña diferencia en la sensibilidad de la piel entre el lado derecho y el
izquierdo, aunque hay casos en los que se da una completa insensibilidad al dolor.
Además, la hipoestesia tiende a afectar primero los brazos y las piernas antes que el tronco. Si ésta
abarca el tronco, es posible que exista algún tipo de desmielinización o lesión en la médula espinal.
Causas

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Las causas de la hipoestesia pueden ser muy variadas, ya que ésta constituye un síntoma de alguna
afección de tipo neurológica principalmente.

Cuando los síntomas se presentan de forma irregular en el cuerpo, pueden ser difíciles de
distinguir de condiciones normales. O bien, pueden derivarse de otras condiciones como las
neuropatías periféricas.
Tratamiento
El tratamiento de la hipoestesia es muy variable, pues depende de la condición causante de este
síntoma. Si no se trata la causa, la hipoestesia puede no cesar.
Si es menos grave, puede desaparecer por si misma al cabo del tiempo, o bien ser dependiente de
la posición. Como ocurre en el síndrome del túnel carpiano.
Normalmente se combina la terapia física, la eléctrica y supervisión nutricional. En algunos casos
puede ser necesario la cirugía para eliminar la compresión de un nervio que está provocando la
hipoestesia.
La estimulación eléctrica consiste en un aparato que produce corrientes eléctricas. Éste se conecta
a parches adhesivos que se colocan en la piel del paciente, ocasionando respuestas motoras o
sensoriales.
Otra opción es la estimulación de los nervios periféricos afectados a través de biofeedback (Hallett,
Stone & Carson, 2016).
En general, para fortalecer los músculos y ganar sensibilidad, es ideal combinar el tratamiento con
fisioterapia.
Es recomendable una dieta adecuada para controlar los episodios de hipoestesia debido a la falta
de nutrientes. Como tomar alimentos con vitamina B12 (hígado de ternera o cerdo, carne de
vacuno, almejas, caballa, salmón, lácteos y huevos). Así como reducir el consumo de café y alcohol.
También es importante tener cuidado para evitar lesiones, quemaduras, cortes, golpes, o caída.

La hiperalgesia es un fenómeno que se caracteriza por desarrollar un estado de sensibilidad


aumentada al dolor. Esta condición ocurre después de una lesión y puede consistir una alteración
crónica.
La principal característica de la hiperalgesia consiste en el desarrollo de una sensibilidad excesiva
al dolor. Las personas que padecen este fenómeno presentan un umbral al dolor muy bajo, por lo
que cualquier estímulo, por pequeño que sea, les puede generar sensaciones dolorosas muy
intensas.

Causas
La hiperalgesia es considerada como un síntoma patognómico del dolor neuropático, ya que la
mayoría de casos de este fenómeno suelen presentarse de forma conjunta con el resto de
sintomatología de la enfermedad.
Así mismo, otra línea de investigación interesante acerca del incremento de la sensibilidad al dolor
lo constituye una condición conocida como hiperalgesia asociada al tratamiento con opioides.
Dolor neuropático
El dolor neuropático es una enfermedad que afecta al sistema somatosensorial del cerebro. Esta
afección se caracteriza por el desarrollo de sensaciones anormales como disestesia, hiperalgesia
o alodinia.

Tratamiento
De forma general podemos decir que la HIO puede ser tratada con una reducción en la dosis de
opioides, efectuando una rotación en el opioide utilizado o asociando al tratamiento otro tipo de
analgésico.
Disminución dosis de opioides, Rotación de opioides, Metadona, Ketamina, Propofol, Gabapentina,
Inhibidores de la ciclooxigenasa (COX) etc.

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La parestesia se trata de una condición médica caracterizada por sensaciones de ardor,
entumecimiento, hormigueo, picor o escozor, que se suele sentir en las extremidades superiores
(brazos y manos) e inferiores (piernas y pies) Generalmente, ocurre en una mano o en un pie y no
suele causar dolor. Los pacientes refieren con frecuencia en las consultas clínicas sensaciones
de adormecimiento, hormigueo y entumecimiento en las manos, piernas, brazos, cara, pies u otras
partes del.

Causas
-Causas de la parestesia transitoria
La condición temporal va a provocar un hormigueo y/o entumecimiento que desaparece
rápidamente. Algunas se las causas se describen a continuación (Sharif-Alhoseini et al., 2012):
“Obdormition”: con este término nos referimos al entumecimiento que se produce como
consecuencia de la presión prolongada sobre un nervio. La recuperación es inmediata.
Latigazo cervical: después de la presentación de este tipo de patologías, las lesiones en el tejido
blando cervical, pueden causar sensaciones parestésicas. La recuperación suele ser gradual en un
transcurso de seis meses.

Tratamiento
La elección del tratamiento para esta condición va a depender en gran medida de la causa que la
está provocando.
Si la parestesia es de tipo transitorio, serán útiles el empleo de mediadas que traten de restaurar
la circulación a través del ejercicio, masajes, o estiramientos de la extremidad que se encuentra
afectada. Estas acciones harán que la sensación de hormigueo y adormecimiento desaparezca de
forma progresiva.
En el caso de la presencia prolongada de la parestesia, cuando se debe a causas patológicas
secundarios, el tratamiento se orientará al tratamiento de las enfermedades etiológicas y el alivio
de los síntomas. Algunos profesionales recomiendan el empleo de antiinflamatorios como el
ibuprofeno o la aspirina bajo prescripción médica cuando los síntomas son leves.
Al margen de estos, se están desarrollando intervenciones no farmacológicas que incluyen
regulación nutricional, realización de ejercicio, evitar el consumo del alcohol o tabaco, que pueden
ayudar al paciente a controlar el malestar derivado de sus síntomas.

La dermatitis atópica:
Es una alteración de la piel que suele aparecer en bebés o niños pequeños, y que puede prolongarse
hasta la adolescencia o, incluso, entrada la edad adulta.

CAUSAS DE LA DERMATITIS ATÓPICA


1- Predisposición genética 2- Alteraciones inmunológicas 3- Alteraciones vasculares 4-
Alteraciones en la función barrera
La dermatitis atópica es la manifestación cutánea de la atopía, es decir, la predisposición que
tienen ciertas personas a sufrir de condiciones producidas por la inmunoglobulina E(molécula del
sistema inmune, cuya función es activar unas células, cuando el sistema inmune del paciente
detecta alguna sustancia que le produce alergia o ciertas infecciones) Estas células tras ser
activadas, liberan una sustancia, la histamina, responsable del final de los síntomas de las alergias
(picor, inflamación, dolor etc.) En la dermatitis atópica, la histamina, produce picor,
enrojecimiento y erupciones, pero aunque se libere la histamina en la dermatitis atópica, no es
ninguna alergia a sustancia o alimento. Si no que muestra que el paciente es más propenso a sufrir
esos síntomas cuando la inmunoglobulina se descontrola ya la reacción es desorbitada.

SÍNTOMAS
Los síntomas más habituales de la dermatitis atópica son los siguientes y forman un círculo vicioso:
1- La piel se muestra muy seca (xerosis) y presenta picor (prurito) que puede llegar a ser muy
intenso. 2- La piel puede estar muy inflamada y roja. 3- Erosiones o pequeños bultos en la piel, que
pueden exudar(liberar liquido) con el rascado. 4- Si se desarrolla eccema crónico, la piel puede
aparecer muy engrosada

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Hay que tener especial cuidado con las lesiones a la hora de rascar, porque se pueden producir
pequeñas heridas, que pueden sangrar e incluso infectarse.

TIPOS DE DERMATITIS
Aunque las lesiones son muy similares, el diagnóstico de la dermatitis atópica se divide en función
de la edad del paciente.

Dermatitis del lactante


Lo más frecuente es que haga su aparición en esta edad. Generalmente, el aspecto de las lesiones
lleva a pensar que la lesión es más grave de lo que realmente es. Cuando comienzan a aparecer
eccemas en los bebés pueden ser del tipo eccema seborreico, para acabar finalmente
evolucionando a una forma de eccema atópico. Las localizaciones frecuentes de los eccemas en
lactantes son: cara, tronco y extremidades. Por lo general, se presentan en forma de placas o
parches rojos con edema (tienen líquido bajo la superficie), que pican y exudan y que, debido al
rascado inconsciente de las lesiones por el bebé, pueden infectarse. Muchos de los casos de
eccemas en lactantes acaban desapareciendo antes del año y medio de vida. Y aunque pueden
volver a aparecer en cualquier momento, la intensidad puede ser menor. Para aquellos bebés que
continúan sufriendo de eccemas, el patrón de las lesiones cambia. Es lo que se conoce com

Dermatitis atópica infantil


A partir del año y medio o dos años de edad, las lesiones se desarrollan más frecuentemente en los
pliegues de la piel, ya que son zonas muy propensas a este tipo de afecciones: el pliegue no permite
que el aire y la luz sequen la lesión, y la humedad favorece la aparición y permanencia de la misma.
Las vesículas son más frecuentes que en la dermatitis del lactante. Las zonas donde se desarrolla
con más frecuencia la dermatitis atópica a estas edades son los pliegues internos de los codos, los
pliegues traseros de las rodillas y los pliegues de las comisuras de la boca. El picor es muy intenso;
y el rascado favorece la aparición de heridas y costras.

Dermatitis del adulto


En la edad adulta, los eccemas se presentan como placas de liquenificación (con una apariencia
como de piel extremadamente seca y dura), con engrosamiento. El rascado crónico favorece la
ruptura de esas placas y la aparición de excoriaciones (como si se desprendiese la piel debido a la
intensidad del rascado) y grietas que pueden doler. Puede aparecer en pliegues, pero también en
la nuca, el dorso de manos y pies, las muñecas...

DIAGNÓSTICO DE LA DERMATITIS ATÓPICA


A nivel de la consulta médica, diagnosticar una dermatitis atópica no siempre es fácil; porque las
diferencias que pueden establecerse en la teoría, no siempre se pueden aplicar a la práctica. Pero,
generalmente, el diagnóstico de la dermatitis atópica supone que un paciente debe presentar los
síntomas descritos anteriormente, con las implicaciones familiares ya expuestas; también es
fundamental que el médico descarte otras posibles patologías, que en un momento se pueden
parecer(dermatitis seborreica, rosácea, infección por hongos, psoriasis, dermatitis por contacto o
alergia…)

TRATAMIENTO DE UNA DERMATITIS ATÓPICA


La dermatitis atópica es, desgraciadamente, una afección que no se cura. El objetivo del
tratamiento es que los brotes estén bajo control y, en caso de que ocurra un episodio, intentar
controlar sobre todo el picor y mantener la piel hidratada.
El médico elegirá el corticoide más adecuado, en función de la edad del paciente, la zona a tratar,
y la intensidad del episodio de eccema. Generalmente, en los niños, las preparaciones con un
corticoide de baja o mediana potencia suele ser suficiente. Otros tratamientos disponibles para la
dermatitis atópica son: los antihistamínicos (en especial, los que causan somnolencia), que
controlan el picor y facilitan el sueño. Los antibióticos (especialmente aquellos específicos para S.

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Aureus, una bacteria muy frecuente en la piel) pueden ser de gran utilidad en el control de los
brotes, en especial si están claramente infectados.
Imprescindible utilización de protección solar.

Sentido del olfato:


El sentido del olfato tiene la función de ayudar a que el ser humano se relacione adecuadamente
con su entorno y mantenerlo informado sobre los estímulos olfativos para procesar e identificar
sustancias y objetos.

Partes del olfato


1. Cavidad nasal. Esta zona se encuentra recubierta por una membrana mucosa que ayuda a que la
nariz esté húmeda, de esta manera se evitan hemorragias nasales, que ocurren cuando la nariz está
seca. Asimismo, en esta parte se encuentran los vellos nasales, los cuales filtran las impurezas que
puedan ingresar a través las fosas nasales.
2. Fosas nasales. Se trata de las dos cavidades de la nariz que permite que ingrese el olor. Asimismo,
esta parte sirve de conducto para derivar la información sensorial al bulbo olfatorio.
3. Bulbo olfatorio. Ubicado al final de las fosas nasales, es el encargado de conectar directamente
con el sistema nervioso central (cerebro). El bulbo solo podrá cumplir con su función si es
estimulado por las membranas ubicadas dentro de la nariz.
4. Hueso etmoides. Hueso de forma simétrica ubicado como base del cráneo, contribuye con la
formación de las cavidades nasales
5. Nervio olfatorio. Es el nervio que permite a las otras partes del sentido del olfato percibir los
olores. Se encarga de distribuir toda la información olfativa a los demás componentes del órgano
respiratorio.
6. Membrana olfatoria. Mucosa donde se encuentran dispersas numerosas células especializadas
en la detección de las sustancias volátiles contenidas en el aire.

Enfermedades del sentido del olfato

Los principales trastornos son:

Hiposmia: Es un trastorno del sentido del olfato que resulta en la reducción parcial de la capacidad
de percibir olores. Por el contrario, tenemos la hiperosmia; que provoca que un individuo tenga muy
desarrollado este sentido y sea muy sensible a los olores.

Causas
En la actualidad, se ha demostrado como la hiposmia no responde a una causa única, sino que
varias patologías pueden originar esta alteración. Las que se parecen ser más importantes son:

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Alergias
Las alergias son una de las causas más comunes de pérdida completa o parcial del olor. De hecho,
el padecimiento de esta patología altera de forma directa las regiones nasales, y suelen producir
hiposmia en la mayoría de casos.

En ocasiones, si se trata adecuadamente la alergia, el individuo puede ir recuperando poco a poco


su capacidad para reconocer y percibir olores. No obstante, en algunos casos el sentido del olfato
va disminuyendo de forma progresiva y permanente.

Traumatismo craneoencefálico
Las alteraciones que motivan una pérdida de la percepción olfativa no tiene por qué afectar
siempre las regiones nasales. También pueden afectar las estructuras cerebrales que se encargan
de transmitir el sentido del olfato.

Anosmia: Es la pérdida del olfato. Uno de los primeros síntomas en su detección es que las personas
que la padecen no sienten el sabor de sus comidas y encuentran toda sustancia insípida, por la
conexión que tiene el sentido del gusto con el olfato.

Qué causa la anosmia?


Muchas personas pierden parte de su sentido del olfato o del gusto a medida que envejecen. Pero
la falta de sentido del olfato generalmente es causada por una lesión o problema de salud.
La anosmia puede ser causada por:

Resfriado o sinusitis
Alergias estacionales
Fumar
Algunos medicamentos
Lesión en la cabeza
Algunos problemas cerebrales, como un derrame cerebral, la enfermedad de Alzheimer o un
tumor.

¿Cómo se diagnostica la anosmia?


Cuando un paciente sufre de anosmia, el primer paso en el tratamiento es determinar la causa. Se
entrevistará a los pacientes y se utilizarán estudios de imágenes y otras pruebas para recopilar
pistas de diagnóstico. Las pruebas incluyen:

Pruebas para ver si puede oler ciertos aromas u olores. Los médicos usan olores familiares o piden a los
pacientes que usen tarjetas de rascar y oler. Se considera que un paciente es anósmico si tiene
dificultades para detectar o identificar los olores.

Exámenes de sangre para detectar deficiencia de vitaminas u otros problemas de salud.

Resonancia magnética o tomografía computarizada para buscar problemas en el cerebro.


Cuando la anosmia es congénita, es decir, la persona nació sin sentido del olfato, puede ser difícil
de diagnosticar porque puede tomar algún tiempo para que un niño se dé cuenta, y los padres no
pueden saber cuándo el niño todavía no está hablando.
Una vez que se diagnostica la enfermedad, es importante tratar la causa para asegurar que el
paciente reciba el tratamiento apropiado.

¿Cómo se trata la enfermedad?


El tratamiento depende de la causa subyacente.

Resfriados y sinusitis

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Algunas veces, el mejor tratamiento para la anosmia es no hacer nada. Muchas inflamaciones e
infecciones nasales leves se resuelven por sí solas. Los tratamientos como los antiinflamatorios,
los antibióticos y la irrigación nasal se pueden utilizar para tratar los resfriados más difíciles.
Un paciente con antecedentes crónicos de obstrucción nasal puede ser considerado para una
cirugía para extirpar pólipos nasales o para tratar otras anomalías nasales.

Sinusitis: Ocurre
cuando la mucosa de los senos paranasales se inflama.
Algunos de sus síntomas son fuertes dolores de cabeza y fluido constante de secreciones
purulentas.

Usualmente se manifiesta cuando despreocupamos un resfriado.

Causas
Las causas principales de esta patología son las infecciones, ya sean víricas (las más frecuentes), bacterianas
y fúngicas. Existen otras causas relacionadas con los mecanismos inflamatorios y del sistema inmune del
propio paciente, que pese a estar ampliamente demostradas sus implicaciones, todavía se desconoce
del mecanismo exacto.

Consejos para evitar la sinusitis:


Aumentar la humedad del cuerpo y de las vías sinusales mediante la ingesta de líquidos, especialmente
agua, y el uso de un humidificador.
Atajar rápidamente y de forma eficaz las alergias. Evitar el humo y espacios contaminantes.

Administrar descongestionantes si se sufre una infección de las vías respiratorias.


Tipos
Existen dos tipos de sinusitis, que vienen determinados por la duración de la enfermedad y sus
síntomas:

Sinusitis aguda: su duración es menor a 12 semanas. Es una patología muy frecuente y se le estima una
prevalencia entre el 6 y el 15 por ciento. Causada principalmente por infecciones víricas y conocida en
ocasiones como catarro común. Es más habitual en las épocas invernales.

Sinusitis crónica: su duración es igual o mayor a 12 semanas. Con una prevalencia estimada de entre el 2 y
el 16 por ciento de la población. Existen dos tipos principales: con pólipos y sin ellos. Debido a su curso
crónico y su molesta sintomatología los subtipos más graves de estas sinusitis pueden generar una gran
alteración de la calidad de vida del paciente. Además de por las bacterias, también puede ser causada
por hongos.

Diagnóstico
Es una patología muy común, por lo que suele ser atendida por multitud de especialistas y facultativos
generalistas. En la mayoría de las ocasiones el diagnóstico es clínico, basado en los síntomas, dado que
no llegan a un especialista en Otorrinolaringología. Sin embargo, en aquellos casos crónicos o que no mejoran
con el tratamiento sería recomendable la realización de una endoscopia nasal para descartar la presenta de
pólipos u otras alteraciones. Además, en algunos casos también puede ser necesaria la realización
de alguna prueba de imagen como una tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM).

En concreto, hay disponibles las siguientes pruebas y exámenes:


Rinoscopia: es una endoscopia nasal mediante la que se introduce un tubo para ver los senos paranasales.

Tomografía computarizada: para ver las aberturas paranasales y observar el estado de los tejidos y los
huesos.

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Resonancia magnética: para comprobar la posible presencia de tumores e infecciones en los senos
paranasales.

Transiluminación: el especialista proyecta una luz contra los senos para comprobar si están inflamados u
ocupados.

Hacer presión sobre el área sinusal para causar dolor, lo que significa que hay infección o inflamación.

Tratamientos

El tratamiento de las sinusitis agudas está basado principalmente en tratamiento sintomático. La analgesia
en caso de dolor, los lavados nasales con soluciones salinas, los corticoides intranasales o
descongestionantes nasales pueden ser de utilidad. A pesar de que en la mayoría de los casos no
cambian el curso de la enfermedad, mejoran los síntomas durante la misma.

En el caso de las sinusitis crónicas el tratamiento está basado principalmente en los corticoides
intranasales. Los lavados nasales con soluciones salinas mejoran el efecto del tratamiento al remover la
mucosidad que cubre la mucosa nasal. En casos de reagudizaciones, las pautas de corticoides sistémicos
y tandas cortas de antibióticos sistémicos suelen ser necesarias. En otros casos tandas largas de
antibióticos también han demostrado beneficio. Si la clínica persiste tras un correcto tratamiento
médico los pacientes podrían beneficiarse de cirugía -con el objetivo de ensanchar las aberturas y
drenar los senos paranasales-.

El autocuidado también puede ayudar a reducir la congestión sinusal. Ante un caso de sinusitis se pueden tener en
cuenta las siguientes recomendaciones para tratar y reducir los síntomas de esta patología:
• Beber mucho líquido para diluir las secreciones.
• Inhalar vapor, de dos a cuatro veces al día.
• Utilizar un humidificador para reducir la sequedad ambiental.
• Aplicar paños calientes y húmedos en la cara varias veces al día.
• Usar descongestionantes nasales.

- Rinitis: Afecta la mucosa nasal y dependiendo de la época, puede ser un síntoma de alergias (en su
caso en primavera, puede revelar alergias al polen o el polvo). Ocasiona estornudos, obstrucción,
secreciones nasales y, a veces, falta de olfato (temporal).

Causas
Es más frecuente en "pacientes con historial personal y familiar de atopia y en pacientes que viven en zonas con mayor
índice de contaminación o los que están expuestos al humo del tabaco", según la experta del Hospital de
Getafe.

El principal factor que causa la rinitis son los aeroalérgenos, que suelen clasificarse como agentes de
interior, exterior y laborales.
En el caso de los primeros, los más importantes son los ácaros del polvo doméstico (unos parásitos más
pequeños que la punta de un alfiler que se encuentran por centenares en el interior de los colchones y
alfombras de las casas), así como la saliva, los epitelios u orina de animales (gatos, perros, hámsters).

Los agentes de exterior son algunas especies de hongos atmosféricos y pólenes. Según los expertos, los que
provocan más alergia son los que proceden de las gramíneas, las malezas, como la artemisa, la ambrosía
y parietaria, y algunos árboles (olivo, ciprés, plátano de sombra o abedul).

Síntomas

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La rinitis estacional aparece con la llegada del polen. Los afectados pueden notar en la nariz, el paladar,
la parte posterior de la garganta y los ojos un picor que empieza de forma gradual o bruscamente. Por lo
general, los pacientes presentan ojos llorosos, estornudos y la caída de agüilla clara por la nariz.

Prevención
La principal acción para prevenir la rinitis es evitar el polen. Las recomendaciones que dan desde el
Servicio Madrileño de Salud son:
Evitar las horas del día donde las cantidades de polen son más altas, especialmente las horas de la
mañana.

Descartar las salidas al campo y pasar cerca de parques y zonas verdes. Cuando los árboles, las flores y
el moho están floreciendo los especialistas recomiendan no realizar actividades al aire libre.

Mantener las ventanas cerradas de casa para evitar que entre el polen. La primera hora de la mañana es
la mejor para ventilar.
Viajar en coche con las ventanillas cerradas y evitar utilizar la bicicleta y la moto. Usar gafas de sol.

No realizar o intentar no practicar actividades al aire libre los días calurosos de verano.
Limpiar los filtros de los aparatos de aire acondicionado de manera regular.
Evitar objetos que pueden almacenar polvo: cortinas y alfombras, sobre todo en los dormitorios.

Si el paciente tiene una mascota que suelte pelo debe aspirar la casa con frecuencia y evitar que el animal
esté cerca de cortinas, alfombras y los dormitorios.

Tipos
Existen dos tipos de rinitis:
Rinitis alérgica estacional
También conocida como fiebre del heno. Este tipo se manifiesta durante periodos específicos del año
cuando los alérgenos, principalmente el polen, están en el ambiente. Los meses en los que el riesgo es
mayor son mayo y junio. "Puede aparecer a cualquier edad, aunque lo más frecuente es que se produzca
en pacientes con síntomas claros a partir de los 3 años", recuerda Rodríguez Jiménez.

Rinitis perenne
Está provocada por los ácaros del polvo, las esporas del moho, la caspa de los animales y productos de uso
laboral, entre otros. Éstos están en el ambiente durante todo el año, por lo que no hay mucha variación
en su concentración.

Según la duración de la patología, la rinitis también se puede clasificar en rinitis alérgica intermitente o
persistente. En el caso de la primera, los síntomas aparecen durante cuatro o menos días a la semana o
durante cuatro o menos semanas de forma consecutiva. En cambio, en la persistente los síntomas
permanecen durante más de cuatro días o más de cuatro semanas consecutivas.

Diagnóstico
“El diagnóstico de la rinitis alérgica se basa en la concordancia entre una historia habitual de síntomas alérgicos y
las pruebas diagnósticas”, especifican los alergólogos Antonio Valero y Jaime Sánchez. “El hallazgo de
pruebas positivas sin una clínica asociada no tiene ninguna utilidad, ya que muchas personas sin
síntomas pueden presentar algún resultado positivo”.

Tratamientos
Si el origen de la rinitis se asocia a un alérgeno concreto, como por ejemplo los ácaros del polvo
doméstico, el tratamiento de la rinitis sería evitar que el alérgeno entre en contacto con el paciente.
En el caso de los ácaros, por ejemplo, unas buenas medidas preventivas ayudan a reducir su impacto,
como poner fundas especiales en el colchón, lavar semanalmente con agua a más de 60 grados
centígrados la ropa de la cama y quitar las moquetas y alfombras de la casa.

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Sin embargo, no siempre es así de sencillo rehuir el foco de riesgo –entre otras razones, porque la
persona alérgica lo suele ser a varias sustancias a la vez, no todas ellas fácilmente controlables-, por lo
que en la mayoría de los casos y más en aquellos en los que la causa de la rinitis es intrínseca o
desconocida, la acción terapéutica debe sustentarse en el empleo de medicamentos.
Los expertos señalan que el tratamiento farmacológico debe adaptarse a los síntomas y a la gravedad
de los mismos. En la actualidad, los más utilizados son los fármacos tópicos y los orales.
En el caso de los tópicos, éstos son más eficaces para tratar de forma aislada el órgano afecto. En esta
categoría se incluyen antihistamínicos, descongestionantes y los más efectivos en rinitis alérgica,
los corticoides intranasales.

Fatiga olfativa: Consiste en que después de cierto tiempo en la presencia de un tipo de olor dejamos
de percibirlo. Es de tomarse en cuenta para evitar accidentes especialmente con el gas que lleva
mercaptanos para detectar su presencia.

Causas de fatiga: las causas de la fatiga


Una causa de fatiga muy común es el estrés. Con frecuencia, la primera vez que experimentamos
fatiga es cuando hemos pasado por una fase de nuestra vida estresante, o durante una etapa en la
que estamos sometidos a demasiada presión. Cuando ésto sucede puedes observar que cada vez
vas a dormir menos y peor. Te resulta difícil conciliar el sueño y a menudo además te despiertas
en mitad de la noche. Debido a que esto hace que tengas un sueño más ligero, te vas a despertar
con más facilidad y además vas a tener dificultades en llegar a las fases de sueño profundo o fase
REM. Estas etapas son las que se encargan de asegurar tu recuperación tanto física como psíquica,
de modo que al día siguiente te puedas levantar con la sensación de estar como nuevo.

El sentido del Gusto


Sentido del gusto: es el encargado de determinar los sabores de los alimentos que consumimos.
Desde el sabor agrio, salado, dulce o ácido son algunos de los que puede determinar este sentido.
Por medio de una distancia prudente la nariz y los ojos permiten a los seres humanos percibir
estos sabores. Sin embargo, el principal en detectarlo la lengua. El sentido del gusto se encuentra
en la boca.

Sin el sentido del gusto sería imposible disfrutar y deleitarse con los alimentos ingeridos. La saliva,
la lengua y las papilas gustativas son algunas de las partes que hacen posible esta función que
componen todas las partes que componen el cuerpo humano. En ocasiones, algunas personas
expresan que sus comidas no le saben a nada o no tienen gusto, pues esto sucede cuando las partes
que forman el sentido del gusto están inflamadas o existe algún virus como la gripe que impide
que el sentido realice sus funciones.

¿CUALES SON SUS PARTES?


1 Partes del sentido del gusto
1.1 La Lengua
1.2 El Paladar
1.3 Úvula

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1.4 Los Labios
1.5 La Epiglotis
1.6 Papilas Gustativas
Partes del sentido del gusto

La Lengua
La lengua es considerada el órgano que recibe la mayor cantidad de estímulos gustativos, pues al
momento de ingerir algún alimento o bebida, lo primero que toca es la lengua.
La lengua facilita la degustación, haciendo que las personas perciban la exquisitez o lo malo de sus
alimentos. Las diferentes partes de la lengua tienen una función de sabores explicita, pues no en
las mismas partes se perciben los sabores dulces, salado, ácido o amargo.

El Paladar
En el paladar se encuentran algunas células que permiten recibir los sabores, pues cuando los
alimentos entrar a la boca, son masticados por los dientes y los movimientos lo produce la lengua;
esta situación provoca que los alimentos coquen con el paladar, el cual está ubicado en la parte
superior de la boca, el inicio es dura y al final es blanda.

Úvula
Donde finaliza el paladar y antes de llegar a la garganta se encuentra la úvula, que es un pedacito
de carne colgante en forma de campanita. Esta puede capturar sabores en un porcentaje muy
mínimo.

Los Labios
Los labios son la parte carnosa que los define y que cubre las partes internas que componen a la
boca como los dientes. Los labios gozan de sensibilidad, lo que permite que al tocar los alimentos
estos sientan su sabor, aunque en menor proporción.
En caso de que una persona tenga los labios agrietados, tendrá una mayor apreciación de los
sabores.

La Epiglotis
La epiglotis es donde inicia el tubo digestivo que lleva los alimentos hacia el estómago. Esta parte
puede recibir los sabores de las comidas. Ejemplo a comer un alimento muy ácido su sabor en
todas las partes del sentido del gusto permanecerá por un tiempo mayor, por lo que, al llegar al
tubo digestivo se sentirá casi igual de fuerte.

Papilas Gustativas
Las papilas gustativas se ubican en la lengua, pues ella es la que da el aspecto rugoso. Esta es la
responsable de que se distingan los sabores de los alimentos. Las papilas gustativas reciben las

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señales de los sabores y lo envían al cerebro provocando respuestas y señales a los organismos,
que van desde mover un brazo de repente, brincar si sienten algo muy picante o escupir.

Enfermedades del gusto: características principales y sus causas más comunes

La hipogeusia es la disminución del sentido del gusto, normalmente durante un tiempo


determinado. Es importante destacar que la hipogeusia no implica la pérdida total del gusto, sólo
una disminución de la capacidad para identificar los distintos sabores.
Esta enfermedad puede ser adquirida como consecuencia de algún medicamento o procedimiento
médico, o también puede haber sido heredada.
La disminución de la percepción de los sabores incluye a todas las clasificaciones (amargo, ácido,
dulce y salado). La hipogeusia suele encontrarse más en las personas de tercera edad.

Causas
La hipogeusia está asociada a la falta de zinc, a reacciones ante ciertos antibióticos utilizados en
quimioterapia y radioterapia o algunos antidepresivos.
También puede ser consecuencia del consumo excesivo de cigarrillos, drogas y alcohol, y del
contacto con algunas sustancias químicas agresivas asociadas a algunos trabajos.
Algunas intervenciones quirúrgicas pueden generar hipogeusia, como la extracción de la laringe u
operaciones en el tímpano. Y, en algunos casos, la hipogeusia es una consecuencia del
envejecimiento.

Tratamiento
La hipogeusia suele ser temporal y puede resolverse. Si es el resultado de una infección, alergia o
un problema médico menor, la corrección de este problema suele ayudar a restaurar
completamente los sabores. Incluso si el problema es más grave, el tratamiento de la causa
subyacente de la hipogeusia puede ayudar a restaurar el sentido del gusto.

2- Ageusia
La ageusia se refiere a la ausencia total del sentido del gusto. El diagnóstico de este trastorno del
gusto es complejo debido a que los primeros síntomas no son muy evidentes.
En algunos casos, la ageusia se manifiesta en algunas partes de la lengua. En dichos casos las
personas pueden no darse cuenta de su incapacidad por sentir los sabores; puede ser que sientan
que los perciben con menor intensidad, pero no lo consideran un trastorno del gusto.
Los pacientes que han sido diagnosticados con ageusia tienden a perder apetito. Aunque la
enfermedad en sí misma no es mortal, la pérdida de apetito que se presenta como consecuencia
puede generar pérdida de peso y una desmejora en la calidad de vida.

Causas
La ausencia total de la capacidad de percibir los sabores es extremadamente rara. Quizá por esta
razón hay poca investigación científica al respecto, debido a que existen pocos sujetos sobre los
cuales puede investigarse.
Sin embargo, se ha determinado que la ageusia tiende a relacionarse con un daño o interrupción
de los nervios craneales asociados al gusto.

Tratamiento
Los tratamientos varían dependiendo de la causa de la afección. Se suele recomendar:
Dejar de fumar. Si usted es un fumador sano, puede ser capaz de resolver el problema reduciendo el
consumo de tabaco o dejando de fumar por completo.
Tratar la causa subyacente. En las personas con un problema neurológico o endocrino, la ageusia puede
desaparecer si la condición médica subyacente se resuelve con medicamentos, cirugía u otros
tratamientos.

3- Disgeusia

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La disgeusia es un trastorno del gusto asociado a la percepción sostenida de un sabor metálico y
rancio en la boca.
Los pacientes diagnosticados con disgeusia dicen sentir también un fuerte sabor amargo de forma
espontánea al probar alimentos dulces.

Causas
Las causas más comunes para la aparición de disgeusia están vinculadas a los tratamientos de
quimioterapia y radioterapia y a algunos medicamentos utilizados durante esos procesos.
Es común que las papilas gustativas y algunos receptores olfativos resulten dañados en pacientes
con cáncer.

Las personas sanas tienen posibilidad de reponer rápidamente las células pero, en el caso de los
pacientes con cáncer, es más complicado debido a la constante exposición a la radiación.
También pueden ser causantes de disgeusia algunas infecciones bucales generadas por hongos,
virus o bacterias.

Para la disgeusia prolongada es recomendable cambiar los hábitos alimenticios, tomar mucha
agua, masticar más lento y variar las comidas para evitar que los receptores del gusto se adapten
sabores específicos.

Tratamiento
El tratamiento depende de la causa. Por ejemplo, si una persona tiene un resfriado o gripe,
simplemente puede esperar hasta que su sentido del gusto vuelva a la normalidad después de la
enfermedad.

Alternativamente, los médicos pueden optar por tratar la afección subyacente que causa el cambio
en el gusto.
Si la culpa es de fumar, dejar de fumar puede ayudar.
En algunos casos, la afección no se puede tratar cuando las células nerviosas pueden haber sido
dañadas sin posibilidad de reparación.

4- Fantogeusia
La fantogeusia es el trastorno del gusto más común. Se trata de una percepción de sabor amargo
temporal, no es prolongada como en el caso de la disgeusia.

Causas
La causa más vinculada a la fantogeusia es un daño en la cuerda del tímpano, que envía señales del
gusto al cerebro.

Tratamiento
No hay una vacuna ni tratamientos antivirales específicos para la infección del virus del Nilo
Occidental.
Se pueden usar analgésicos sin receta para reducir la fiebre y aliviar algunos síntomas.
En los casos más graves, generalmente se tienen que hospitalizar a los pacientes para que reciban
tratamiento sintomático, como líquidos por vía intravenosa, medicamentos para el dolor y
cuidados de enfermería.

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