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ARIAS: Pobreza y modelos de intervención.

Aportes para la superación del


modelo de asistencia y promoción
George Simmel fue el fundador de la sociología de la pobreza, y va a proponer un
conjunto de teorizaciones, de las que se pueden rescatar tres cuestiones centrales: la idea
de formas sociales, la definición de pobreza y la de relación de asistencia.

Las formas sociales: Simmel desarrolla una importante explicación acerca de los
procesos de socialización. En este marco le dedica especial atención a la construcción
de las “formas sociales”, a las que asigna un papel imprescindible para los procesos
socializadores. La relación entre contenido y forma será central para entender las
relaciones sociales; mientras que por contenido entiende al conjunto de motivaciones
humanas para la acción, las formas serán objetivaciones de las mismas con capacidad de
estructurar acciones futuras. A demás, las formas sociales como estructurales de las
relaciones son planteadas como realidades dinámicas y cambiantes. Tanto el Estado
como la Iglesia serán en este esquema estructuras solidad que representaran
objetivaciones de las formas sociales.

Dubet plantea que las instituciones “engendran” formas específicas de socialización y


esta característica será la que marcará la diferencia con el concepto de organización, ya
que no todas las organizaciones tendrían capacidad para generar estas formas. Entonces,
las formas sociales institucionales cumplen con los siguientes requisitos:

 Son construcciones históricas situadas temporal y geográficamente


 Cobran sentido en el marco de una estructura relacional particular
 Suponen conductas y marcos cognitivos
 Si bien son cambiantes, tienen grados de estabilidad suficientes como para
estructurar prácticas
 Generan formas específicas de socialización

El vinculo asistencial como constituyente de la pobreza: Simmel desarrolló tipos


sociales, a partir de considerar los lugares en la “estructura interaccional”, y presenta al
pobre como un tipo social. En este esquema la pobreza no podría definirse de manera
independiente de la relación de asistencia, por eso Simmel sostiene que “de suerte que
lo que hace al pobre no es la falta de recursos. Sociológicamente, el pobre es el
individuo que recibe socorro a causa de esa falta de recursos”. La relación de
asistencia es la relación de interdependencia que define a la pobreza. Solo a partir de
que la sociedad genera formas de acción ante ésta es que se establece la función social
de la pobreza. La relación hacia el pobre como otro, la distancia establecida con él
definirá entonces tanto a los pobres como a los no pobres. Por esto es que a Simmel le
preocupa la relación de asistencia como relación constitutiva de la sociedad. Esta
conceptualización de la pobreza a partir de la consideración del vínculo asistencial
implica un carácter dinámico, y permite la lectura de la pobreza como proceso y no
como realidad dada. Simmel da tres características de la relación de asistencia:
1-La asistencia como prestación individual:La relación de asistencia se caracteriza
por estar enfocada sobre individuos y no sobre el conjunto, por más que su fin sea
mantener a la sociedad integrada. Entonces, la asistencia a los pobres se dirige en su
actividad concreta al individuo y a su situación.
2-El vinculo conservador de la asistencia: Esta relación es de interdependencia ya que
supone una vinculación de los pobres con la sociedad que se explica no solo por las
necesidades de los pobres, sino principalmente por la necesidad de sostener al todo
social; en este sentido es que Simmel plantea que el vínculo de asistencia es un vínculo
conservador. La asistencia se basa en la estructura actual de la sociedad. Lo que la
asistencia se propone es, justamente, mitigar ciertas manifestaciones extremas de la
diferencia social, de modo que aquella estructura pueda seguir descansando sobre la
diferencia. La asistencia, en lugar de apoyarse en el interés hacia el pobre individual, se
apoya en el interés de la totalidad toda y no tiene ningún motivo para socorrer al sujeto
más de lo que exige el mantenimiento del statu quo social. Esta relación con el todo es
la que otorga a la relación de asistencia un lugar central en la definición de la pobreza
como categoría social.
3La asistencia como relación particular entre derechos y deberes: Simmel explica
que el derecho de la asistencia es de la comunidad toda, para resguardar la comunidad,
más no un derecho individual del pobre. La obligación estatal sólo justificada a partir de
la falla de las responsabilidades familiares introduce tempranamente la mirada sobre la
relación entre pobreza y vínculos familiares y comunitarios. La responsabilidad social
sobre los pobres variará de acuerdo a cómo la sociedad construya o procese otros
problemas. Se encuentra demostrado históricamente que ante situaciones de desempleo
masivo, los pobres son frecuentemente considerados víctimas de las situaciones por las
que atraviesan, mientras que en momentos de crecimiento económico y de mejora de los
niveles de empleo son considerados potencialmente vagos. Esta tendencia tiene directa
relación con la consideración de las intervenciones como asistenciales o promocionales.

La pobreza en el marco de lo social: En términos sociológicos, la pregunta por la


pobreza ha estado históricamente ligada a la pregunta por el lazo social. Y la reflexión
sobre el lazo social, fundante del nacimiento de las ciencias sociales, se encuentra en los
orígenes de lo que para Donzelot es “lo social como intervención”. Es en el lugar
intermedio entre la igualdad política y la desigualdad donde lo social, como hibrido,
ocupa un lugar central. En este marco es que las políticas de asistencia mantendrán un
rol impreciso como derecho, pero central para entender las formas como se va
reconfigurando lo social. Claramente ante la aparición de los Estados nacionales es que
cobrará sentido este conjunto de intervenciones sobre “lo social”, y se produce un pasaje
de la visibilidad inmediata de los pobres a la visibilidad de estos últimos a través del
concepto general y más abstracto de pobreza. “Lo social” no podrá ser definido
únicamente como problema económico, ni como problema político, sino como un nuevo
tipo de problema, y por ende, la solución también se buscará en un nuevo ámbito.

La intervención en lo social: Según Carballeda, lo social en términos de intervención


remite a la idea de conjuntos de dispositivos de asistencia y de seguro en función de
mantener el orden o la cohesión de lo que hemos denominado sociedad. La intervención
requiere de un grado de reflexividad social, no existen intervenciones “naturales”.
En sus inicios y en parte también en la actualidad, las prácticas que intervienen en lo
social poseen una impronta pedagógica, por cuanto procuran que ese “otro” aprehenda
la modernidad. De este modo, se produce una creciente profesionalización de la
intervención social que refiere a lo que Dubet ha denominado “trabajo sobre los otros”,
el cual se define como el conjunto de actividades profesionales que participan en la
socialización de los individuos. Así, en el marco de la institucionalización de la
intervención social, la creación de expertos en lo social, de agentes capacitados para
desempeñar procesos de socialización ha sido un requerimiento. Con relación a las
formas sociales institucionales constitutivas de la pobreza, el Trabajo Social es la
disciplina por excelencia configurada a tales efectos. Los trabajadores sociales
organizaron desde los años ’60 su intervención por medio de actividades de asistencia y
de promoción social. Esta última en las políticas de atención a la pobreza es una
novedad propia de las políticas del Estado de bienestar, en cambio, la asistencia data de
más largo tiempo. Por asistencia se entienden generalmente las ayudas, prestaciones o
servicios que se encuentra dirigidas o bien a operar por fuera de los accesos vinculados
al trabajo, o bien a aquellos que no pueden satisfacer por sus propios medios
necesidades elementales. En el diccionario de Trabajo Social elaborado por Ander Egg,
este sostiene que: en la historia de las formas de acción social, luego de la asistencia a
los pobres y la beneficencia, aparece la asistencia social como un conjunto, más o
menos sistematizado, de principios, normas y procedimientos para ayudar a individuos,
grupos o comunidades, a fin de que satisfagan sus necesidades y resuelvan sus
problemas. Alayón plantea una definición de asistencia connotada positivamente en
tanto plantea la posibilidad de que ésta sea una forma de redistribución de la riqueza.
Desde hace tiempo se viene reivindicando la noción de asistencia, pero no desde la
óptica tradicional, sino como reapropiación por parte de los sectores populares de
riqueza previamente producida y como derechos sociales conculcados.

El término promoción, en su definición etimológica, quiere decir mover hacia adelante y


para los romanos se encontraba asociado al esfuerzo. La idea de promoción también
refiere a un ascenso social o superación de una situación considerada problemática o
atrasada. Los orígenes de las propuestas de promoción social se encuentran en las
políticas coloniales de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, especialmente en
las colonias europeas. La idea de promoción se va a significar de diferente manera, pero
mantendrá una fuerte impronta pedagógica en su definición y supondrá la posibilidad de
modificación del sujeto/comunidad “a ser promovido”. La idea de promoción mantendrá
una fuerte asociación con la educación no formal, o educación popular. También será un
término utilizado en el ámbito de la salud, asociado a las mejoras en las condiciones de
vida y en las conductas de los sujetos que posibiliten salud.

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