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Si eres de los que dicen “eso ya lo sabía yo”, “lo veía venir” o “te lo
dije” cuando algo sucede, este post te interesa pues, quizás, sin saberlo estés
bajo el efecto Pigmalión o el efecto Galatea.
Todos conocemos el cuento de Pinocho, la historia de una marioneta de
madera que cobra vida gracias al fuerte deseo de un hijo que tenía Gepetto, el
carpintero que la talló. Pero no es la única historia en la que la fuerte creencia
en algo, hace que ese algo se vuelva realidad. Según cuenta la mitología,
Pigmalión buscaba a su mujer ideal. Ante sus dificultades para encontrarla,
optó por esculpir a una mujer que reflejara todo cuanto él deseaba: belleza,
nobleza, sensibilidad, ternura… cuando terminó, era tan perfecta que se
enamoró perdidamente de ella. Viendo el profundo amor que Pigmalión sentía
por aquella estatua, Afrodita, la diosa del Amor, dio vida a la escultura. Así
nació Galatea.”
Y es justo esta última historia la que inspiró el nombre del efecto Galatea y el
efecto Pigmalión, (o de la profecía autocumplida). Dos conceptos
popularizados a partir de los estudios del el psicólogo americano Robert
Rosenthal realizados en 1968, en los que demostró el gran efecto e influencia
que pueden tener las creencias para que sucedan las cosas.
Veamos otro ejemplo. nuestro hijo está jugando con el patinete y vemos que
se tira por una rampa a más velocidad de la que nos gustaría. Si a media
rampa le gritamos “frena, frena, que te vas a caer”, lo más probable es que el
niño empiece a sentirse inseguro y se acabe cayendo. De alguna manera, con
nuestras palabras estamos contribuyendo a aumentar aun más las posibilidades
de que se produzca una caída. Seguramente sería más efectivo no desviar su
concentración en medio de la bajada y cuando acabase de bajar, entonces
hablar con él y decirle lo que creamos conveniente.
El efecto Galatea tiene que ver con las convicciones que tenemos
sobre nuestro propio éxito o fracaso. Cuanto más convencidos estamos de
ser capaces de hacer algo, mayor es la probabilidad de lograrlo.
Si yo me siento insegura y vulnerable fácilmente será así como me vean los
demás porque esa será la imagen que proyectaré, aun no queriendo hacerlo.
Por contra, si me siento segura y decidida, inconscientemente mi
comportamiento y actitud será distinto, lo que hará a su vez que los demás
también me vean de un modo diferente.
Aquí comparto algunas herramientas que te pueden ser útiles para desligarte
de los aspectos negativos y beneficiarte de los positivos de estos dos efectos:
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