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¿Cuál es la clave para ser un líder cristiano con éxito? El liderazgo no se basa en los tipos de
personalidad, sino en el carácter. Una persona que sea introvertida puede llegar a ser un buen
líder. Porque lo importante no es el tipo de personalidad, sino tener carácter. Mantengamos una
actitud de humildad y tomemos decisiones que estén conforme a la voluntad de Dios; si Dios te
está llamando a ser un líder Cristiano, debes seguir los pasos de Jesús.
Ser un líder cristiano no es tan fácil como parece, pero si somos llamados por Dios, él es quien
nos dará las herramientas necesarias para cumplir nuestro rol, como líderes de su palabra y
que podamos ejercer un ministerio preparados. Qué es tan hermoso servir a Dios y a las
personas, que aunque nos traiga situaciones malas nos llena de satisfacción poder llevar la
verdad a donde no la conocen.
Pablo fue un hombre cuyo propósito estaba enfocado en el liderazgo. Consideremos algunos de
estos principios qué tiene valor permanente en la palabra de Dios. Pablo en su gira, en su
liderazgo demostró que realmente no le preocupaba su reputación, sino la del evangelio y la
perseverancia de predicar la palabra de Dios. Pero al mismo tiempo expone también cuáles son
las verdaderas motivaciones que un siervo de Dios debe tener, en consideración con lo que
Pablo expresó a través de la palabra en las escrituras desglosaremos el liderazgo de Pablo.
El apóstol Pablo no era un líder distante, sino que mantenía una relación cercana con ellos,
trabajaba a su lado; visitaba sus casas, y se relacionaba con sus familias. Pues para ellos, Pablo
no era un extraño y el ministerio que Jesús le había dejado lo ejerció a la vista de todos de
manera transparente y sin nada que ocultar.
Por esta razón, al comenzar su defensa frente a las calumnias que estaban diciendo de él, ellos
conocían perfectamente al apóstol lo cual apela estas calumnias y repite una y otra vez su
argumento.
En (1 Tesalonicenses 2: 2)” Pues habiendo antes padecido y sido ultrajados en Filipos, como
sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran
oposición.”
Las iglesias necesitan de un líder que se acerque a cada persona, que tengan una relación de
compartir como familia. Que sean transparentes y sobre todo que actúen con naturalidad.
Conozcamos la manera de vivir de cada hermano y podamos en el amor de Cristo ayudarnos.
Pero esto que Pablo padeció no había frenado su determinación en predicar el evangelio en
otras partes. A él no le importaba que el viento soplara y le pegara en la cara. Así que no se
detuvo y siguió hasta que llegó a Tesalónica. Poseía el entendimiento de que mientras predicara
el evangelio se conseguiría con oposiciones, y que esto era una parte ineludible del precio que
un siervo de Dios tenía que pagar
Pablo después de lo que sufrió no reacciono como humanamente a veces lo hacemos. Sino que
lejos de desanimarse continuó luchando hasta llegara Tesalónica para seguir predicando el
evangelio. Aunque percibió la misma oposición no desmayó, y tuvo denuedo en Dios para hablar
su palabra.
La palabra “denuedo” es la libertad que sintió Pablo al predicar allí, como si estuviera en su
casa. No sentía temor, sino más bien sentía confianza plena al hablar del evangelio con toda
claridad.
El denuedo vence el temor y es proporcionado por el Espíritu santo, dando esa valentía, es algo
sobrenatural, dice el mismo Pablo, en la carta a Timoteo entes de ser ejecutado.
(2 Timoteo 1:7-8) “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y
de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí,
preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios.”
Meditando en este pasaje bíblico, podemos claramente imaginar las acusaciones de los
enemigos del evangelio en Tesalónica. Que el mensaje que el apóstol daba era erróneo y que sus
motivaciones impuras y sus métodos impulsadas por el engaño y la manipulación. Estas
acusaciones son frecuentes para todos los tiempos.
Su mensaje había sido confiado por Dios, de ahí procedía su completa veracidad, su fiabilidad y
la autoridad. Ya que en él no existía nada de invención humana.
Sus motivaciones eran totalmente marcadas por la santidad, y habían sido aprobadas y
probadas por Dios.
Sus métodos eran marcados por la honestidad. No utilizaba procedimientos astutos, ni mucho
menos engañosos para atrapar a sus oyentes. (La palabra traducida “engaño” es empleada para
describir la carnada que sirve para atraer y atrapar al pez).
Pablo no eran este tipo de predicadores que crean una atmósfera artificial o falsa, para
manipular a sus oyentes. No usaba nada de palabrería, mentiras, o artimañas. Era claro al
predicar el evangelio.
Pablo conocía que la cualidad principal y esencial de ser un líder cristiano, es su integridad
incuestionable. Sólo de esta manera podía ganarse la confianza de los que le siguen. Por ello, su
comportamiento en todas partes era correcto.
(2 Corintios 4:2) “Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni
adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda
conciencia humana delante de Dios.”
(1 Tesalonicense 2:4) “Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el
evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros
corazones.”
Dios había sometido a Pablo a una prueba rigorosa y él había sido hallado genuino, auténtico,
por lo cual Dios había puesto sobre Pablo un sello de aprobación. Por esto es el significado de
su expresión “fuimos aprobados”, la cual se usaba para describir lo que un experto en metales
hacía para determinar la calidad o el peso de una moneda.
Cuando Pablo le escribía a Timoteo años después, se asombrada siempre de que Dios le hubiera
tenido “por fiel” y le colocara en el puesto del ministerio depositando en él el tesoro del
evangelio. (1 Timoteo 1:12). También debemos notar que esta aprobación divina no era una
simple apreciación subjetiva de Pablo, sino que también otras personas habían confirmado que
Dios había sido quien realmente lo señalo para este ministerio.
Pues, es importante que nosotros también podamos revisar el trabajo que estamos haciendo en
el ministerio.
Los que suelen ser predicadores enfrentan continuamente muchas tentaciones: ¿le gustara a la
gente mi exposición? ¿les caeré bien? ¿me volverán a invitar? ¿ será que traerá remuneración?
Pablo había sentido también esta lucha dentro de sí mismo, pero constantemente afirmaba que
el único interés que tenía estaba en agradar a Dios. Incluso, era consciente de lo imposible que
era servirle fielmente si pensaba también complacer a los hombres.
(Gálatas 1:10) “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a
los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.”
Si el interés de Pablo hubiera estado en intentar agradar a Dios y al mismo tiempo a los
hombres, se habría visto en la difícil situación de estar sirviendo a dos señores.
(Mateo 6:24) “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro,
o estimará al uno y menospreciará al otro?”
El apóstol tenía el entendimiento que el evangelio de la cruz que él predicaba no era popular,
que le desagradaba a muchas personas, por lo que no estaban de acuerdo con él, entonces Pablo
no se proponía para decirle a las personas lo que ellos quería oír, sino que predicaba lo que
realmente necesitaban oír, puesto que estaban en juego el destino eterno de las almas.
(1 Tesalonicense 2:8-9) “Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido
entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis
llegado a sernos muy queridos. Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo
trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el
evangelio de Dios.”
Pablo expresa el afecto y cariño entrañable que sentía por los creyentes en Tesalónica. Entonces
tal es, que en el momento cuando están separados por la oposición del enemigo, él siente
añoranza y un intenso deseo de estar con ellos.
Entonces esta expresión de Pablo hacia los de tesalónica, es realmente el denuedo de servirle a
Dios, que ahora decía y expresaba que los amaba tanto, que no solamente deseaba compartir
la Palabra con ellos, sino que todo su ser sin reservas, les amaba y deseaba compartir como en
familia con ellos.
En el caso de Pablo, esto no era una declaración bonita de intenciones de lo que estaría
dispuesto a hacer si llegara a ser necesario. Sino que el amor que había quedado demostrado
de manera práctica por la disposición de trabajar duramente de noche y de día con el fin de
evitar ser una carga para ellos, inclusive en el sentido económico.
Ser un líder cristiano verdadero es alguien que sirve y se sacrifica. Es entregar su vida para que
Dios pueda depositar en su vida la capacidad de servirle fielmente y que con denuedo pueda
trabajar en el ministerio rescatando almas, y que pueda sentir el dolor que Dios siente por las
almas.
Hay muchas personas que necesitan de Dios, y otras que ni le conocen, es necesario sacrificar
nuestro tiempo para llevar a esa personas el amor de Dios y ayudar a quienes necesiten una
salida. Busca ser un líder cristiano que realmente impacte con el carácter de Cristo y las
cualidades de Pablo.