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LO 1

DERECHO CIVIL VI:


SUCESIONES

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UNIDAD III

a) Elementos del Derecho Sucesorio. Sujetos: sucesores mortis causa; clases de


sucesores (herederos y legatarios). Personas que pueden suceder. Objeto: la herencia.
Deudas de la sucesión. Fenómeno de la transmisión de herencia. Ausencia con
presunción de fallecimiento. Vocación hereditaria.

b) Sucesión testamentaria. Características generales. Sucesión de los


descendientes. Sucesión de los demás descendientes. Sucesión de los ascendientes.

A) ELEMENTOS DEL DERECHO SUCESORIO

1. SUJETOS: SUCESOR MORTIS CAUSA.

Es aquel al que se transmite todo o parte de una herencia, su llamamiento puede


provenir de la ley o del testamento valido.

El código civil y comercial en el art. 2278 CCyC brinda el concepto de heredero y


legatario: “Se denomina heredero a la persona a quien se transmite la universalidad o
una parte indivisa de la herencia, legatario al que recibe un bien particular o un conjunto
de ellos.

Se usa el término sucesores o herederos como sinónimo, pero como surge del
artículo precedente, se puede ser sucesor en carácter de legatario o de heredero, por eso
es mejor utilizar las mismas palabras que el código civil y comercial.

1.1. Clases de sucesores: Herederos o Legatarios.

1.1.1. Herederos.

Según el contenido de la sucesión:

a) Heredero Universal: es aquel al que se le transmite la universalidad de la


herencia 2278 CCC y sucede al causante con vocación a todos los bienes de la herencia
2486 CCC. Tienen derecho a acrecer, o sea vocación a todos los bienes de la herencia a
los cuales el testador no hubiese dado un destino diferente.

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b) Heredero de Cuota: es aquel a quien se le transmite una fracción de la herencia


y salvo disposición en el testamento del causante no tiene derecho de acrecer o vocación
a todos los bienes de la herencia. 2488 CCC

Según el llamamiento o vocación sucesoria:

a) Herederos Legítimos: Son llamados a suceder por la ley, que presume el afecto
del causante hacia esas personas con las cuales mantiene vínculos más cercanos. El
CCC sigue la tradición nacional romanista y agrega el cónyuge.

La ley difiere a los descendientes, ascendientes, cónyuge supérstite y a los


parientes colaterales dentro del cuarto grado en el orden.2424 CCC

A falta de herederos los bienes van a corresponder al estado según la ubicación de


los mismos (esto se conocía como herencia vacante)

Entre estos herederos llamados por la ley a suceder se distinguen:

i) Herederos Legitimario o Forzosos: los que no pueden ser privados de una


porción de la herencia, la legitima, salvo por una causa excepcional (causas de
indignidad) son los descendientes (hijos por naturaleza, por adopción o por TRHA sin
distinción), ascendientes y el cónyuge.

ii) Herederos Legítimos no Legitimarios: son los llamados por la ley a falta de
herederos forzosos o testamentarios: los colaterales hasta el cuarto grado

b) Herederos Testamentarios: llamados por el testamento.

1.1.2. Legatarios: Es sucesor del causante para un bien particular o un conjunto de


bienes particulares 2278 CCC. , no es un heredero y debe pedir la entrega del legado al
heredero, al albacea o al administrador aun cuando lo tenga en su poder 2498, 2499
CCC.

El legado es un modo de adquisición de un objeto. No continua ni confunde su


patrimonio con el del causante y su responsabilidad se encuentra limitada al valor de la
cosa legada. Agota en su adquisición todas sus relaciones con el heredero o la sucesión.

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1.- Cosa cierta y determinada (2498)

2.- Cosa gravada (2500)

3.- Inmueble (2501)

4.- De género o determinado genéricamente


CONTENIDO DE
5.- Con determinación del lugar (2504)
LOS LEGADOS
6.- De crédito y de liberación (2505) alrededor 2506.

7.- De cosa Ajena (2507)

8.- De un bien en condominio (2508)

9.- De alimentos (2509)

10.- De pago periódico (2510)

* Universal

Según el contenido

* De cuota

I.-HEREDERO

* Legítimo

SUCESORES Según el llamamiento (legitimario o

forzoso; legítimo

no legitimario)

II.-LEGATARIO * Testamentarios

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2. PERSONAS QUE PUEDEN SUCEDER.

Para recibir activos y pasivos transmisibles las personas que pueden suceder,
según el art. 2279 CCyC, son:

a) Personas humanas existentes al momento de su muerte;

b) concebidas al momento de la muerte si nacen con vida;

c) nacidas después de la muerte por TRHA conforme 516; y

d) personas jurídicas existentes al tiempo de su muerte y las fundaciones creadas


por su testamento.

3. OBJETO: LA HERENCIA.

Es la porción del patrimonio que se transmite por sucesión mortis causa. En el art
2280 CCC se enuncia: “los herederos tienen todos los derechos y acciones del causante
de manera indivisa, con excepción de los que no son transmisibles por sucesión”.

Entonces, la herencia comprende (2277 CCyC) todos los derechos y obligaciones


del causante que no se extinguen por su fallecimiento. La regla general es que son
transmisibles todos los derechos y obligaciones que la muerte de su titular no extingue.

Por eso los derechos y acciones cuya titularidad correspondía al causante se


transmite a los herederos de manera indivisa, la posesión igualmente (2280) y en
materia contractual (1024) los sucesores continúan con la posición jurídica del causante
a no ser lo inherente a la persona, o que sea incompatible con la naturaleza de la
obligación o este prohibida por el contrato o la ley.

La masa hereditaria es el conjunto de bienes que componen la herencia.

4. DEUDAS DE LA SUCESIÓN.

La transmisión de derechos que se produce con la muerte comprende un todo


indiviso que incluirá las deudas que pesan sobre esos bienes.

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Para definir el modo de transmisión de las deudas tenemos que diferenciar las que
se generan por la sucesión misma y las pendientes del causante.

Esto se vincula al proceso judicial sucesorio y al derecho de renunciar a la


herencia.

La regla en este sentido es el tipo de responsabilidad limitada de los herederos,


adopta el CCyC en principio, los herederos responden por las deudas del causante con
los bienes que reciben, o con su valor en caso de haber sido enajenados (art. 2280
CCyC), regla que merece la siguiente aclaración. La responsabilidad del heredero es,
como regla, cum viribus hereditaris, es decir constituida con los mismos bienes de la
herencia, y solo se convierte en pro viribus hereditaris —su valor— en el supuesto que
los bienes hereditarios hayan sido enajenados.

La aceptación de la herencia por el representante legal de una persona incapaz


nunca puede obligar a este al pago de las deudas de la sucesión más allá del valor de los
bienes que le sean atribuidos.

El art. 2317 CCyC, que regula la responsabilidad del heredero, establece una regla
análoga, distinguiendo la existencia de un solo heredero o de varios herederos: “el
heredero queda obligado por las deudas y legados de la sucesión solo hasta la
concurrencia del valor de los bienes hereditarios recibidos”.

Si hay un solo heredero, consagra la responsabilidad pro viribus por el valor de


los bienes hereditarios, siendo obvio que no se produce indivisión alguna. Si hay varios
herederos, opera la indivisión hereditaria (arts. 2323 a 2334 CCyC) y estos responden
con la masa hereditaria indivisa.

Deben recordarse otras dos normas del CCyC, en las que se consagra la directa
garantía patrimonial a los acreedores sucesorios y legatarios, configurada por los bienes
hereditarios: ellos tienen preferencia sobre tales bienes en relación a los acreedores
personales del heredero (art. 2316 CCyC) y, además, pueden oponerse a la entrega de
dichos bienes hasta que aquellos les paguen sus créditos o legados (art. 2359 CCyC).
Estimamos que el sistema de responsabilidad cierra, correctamente, ya que existe una
norma general (art. 2280 CCyC) y luego, se despliega una regulación específica para la
responsabilidad de los herederos (art. 2317 CCyC y conc.).

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5. FENÓMENO DE LA TRANSMISIÓN DE HERENCIA.

Producida la muerte del causante (94 CCC) se producen dos efectos la apertura de
la sucesión y la transmisión de su herencia a las personas que la ley o el testamento
llama a suceder.

Lo que se transmite es como hemos dicho la herencia.

La apertura del proceso judicial no tiene un tiempo para su iniciación, es por eso
que se debe saber que abrir la sucesión no es lo mismo que abrir el expediente para
formalizar la transmisión ya operada.

La prueba directa de la muerte es la partida de defunción otorgada por el Registro


Civil, salvo que no se pudiera en cuyo caso se admite otro medio (art. 98 CCyC).

Desde la muerte y hasta la partición se produce un estado de indivisión donde hay


una universalidad que es la herencia y no objetos singulares.

Es forzosa y transitoria a la vez la comunidad hereditaria pues se origina con la


muerte sin depender de la voluntad de las partes y se extingue con la partición.

6. AUSENCIA CON PRESUNCIÓN DE FALLECIMIENTO.

La declaración de fallecimiento presunto es una resolución judicial, regulado en


los arts. 85 a 92 CCyC.

Provoca la transmisión particular, porque los herederos y legatarios deben recibir


los bienes inscribirse tal transmisión en los registros correspondiente pero con la pre
notación de que la misma se produce en virtud de una declaración de fallecimiento
presunto. Para enajenar los bienes así recibidos se requiere autorización judicial.

7. VOCACIÓN HEREDITARIA.

De algún modo todos tenemos una posibilidad que cobra eficacia jurídica
solamente tras la muerte, de ser llamados a sucesión.

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La transmisión se produce entonces del causante a las personas llamadas a


sucederle, es decir a los sucesores.

El llamamiento puede ser legal o de la ley y testamentario o por la voluntad del


causante. A ese llamamiento se llama vocación hereditaria. Por eso la vocación
hereditaria puede ser actual o eventual.

En la vocación hereditaria es importante distinguir: a) el orden de prelación en el


llamamiento hereditario; y b) la extensión del llamamiento y el derecho de acrecer.

Los herederos forzosos o legitimarios tienen un llamamiento imperativo, es decir


que aun en contra de la voluntad del causante están llamados a suceder, pero podría no
aceptar la herencia.

Es decir los herederos son llamados a heredar pero no están obligados a aceptar la
herencia, este derecho se llama de opción.

Y los herederos legítimos no legitimarios gozan de una vocación sucesoria


prevista por la ley en defecto de la voluntad del causante, es decir son llamados, pero su
vocación es siempre supletoria si no hay herederos forzosos ni testamentarios. Sino
seria excluidos.

Por eso, es importante saber que el orden de prelación consiste en que el grado
más próximo excluye al más lejano dentro de cada orden.

Es decir, primero están los de primer orden, que son los descendientes, luego los
de segundo orden los ascendientes y ambos concurren con el cónyuge, con ciertas
particularidades que vienen del régimen matrimonial patrimonial. El tercer grado del
orden son los colaterales hasta cuarto grado es decir los hermanos. Cada orden excluye
al siguiente.

En otras palabras, en una sucesión donde hay descendientes no tendrá


llamamiento los ascendientes y si podrán concurrir con el cónyuge tampoco tendrán
llamamiento los del tercer orden o sea los hermanos.

Dentro de cada orden a su vez el pariente más cercano en grado excluye al más
remoto, salvo que se ejerza derecho de representación ( en esos caso ocupa el lugar del
representado).

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Como el llamamiento se da con la muerte es simultaneo a todos los posibles


sucesores, pero tienen vocación actual los sucesibles en primer grado y vocación
eventual aquellos de ordenes ulteriores.

B) SUCESIONES INTESTADAS.

8. CARACTERÍSTICAS GENERALES.

Nuestro país sigue la tradición en la sucesión por líneas y grados de parentesco, a


los cuales se suma el consorte sobreviviente (regulación y cómputo del parentesco, arts.
529 a 536 CCyC de Derecho Civil V).

Se aplican los clásicos principios de jerarquía de los órdenes hereditarios y la


solución en caso de concurrencia de dos o más órdenes, la ley convoca, en primer
término, a los descendientes; no habiéndolos, llama a los ascendientes; ambos órdenes
de descendientes y ascendientes concurren con el cónyuge supérstite, quien, a su vez,
hereda como único sucesor universal ab intestato cuando no sobrevivan al causante
descendientes ni ascendientes, excluyendo a los colaterales; estos últimos son llamados
solamente en ausencia de descendientes, ascendientes y cónyuge.

El adoptado y sus descendientes tienen los mismos derechos hereditarios que el


hijo y sus descendientes por naturaleza y mediante las técnicas de reproducción humana
asistida; las distinciones de los derechos hereditarios de los hijos adoptivos —adopción
simple— solo se efectúan en la sucesión de los ascendientes.

El derecho de representación opera en caso de renuncia, indignidad, premoriencia,


en el orden de los descendientes, y limitadamente, en el orden de los colaterales.

La preferencia dentro de cada orden hereditario queda determinada por el


principio general de la prioridad de grado.

La regla de la proximidad de grado solo tiene sentido respecto de los parientes de


un mismo orden —por ejemplo, los hijos excluyen a los nietos— o, expresado
técnicamente, el primer grado en línea recta descendente excluye al segundo grado,
salvo derecho de representación.

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Debe quedar claro que, cuando los cónyuges están sujetos al régimen patrimonial
de separación de bienes, no se distinguen bienes propios y gananciales.

ARTICULO 2425. Naturaleza y origen de los bienes. En las sucesiones intestadas


no se atiende a la naturaleza ni al origen de los bienes que componen la herencia,
excepto disposición legal expresa en contrario.

No se atiende a la naturaleza ni al origen de los bienes que componen la herencia,


con la salvedad de las excepciones que se establezcan expresamente. Este principio solo
admite dos excepciones: en la adopción de los descendientes, para el adoptado simple
(art. 2432 CCyC); y para los bienes correspondientes a los cónyuges en el sistema de
comunidad de ganancias (art. 2433 CCyC).

En principio, la distribución de los bienes del causante se realiza con


independencia de su naturaleza y origen. Por ello si el difunto ha dejado bienes -
muebles, inmuebles, derecho, etc.- o dichos bienes los ha habido por la línea de un
progenitor o progenitora, su asignación a los herederos no se formula teniendo en cuenta
este origen. De suerte que el principio de indistinción —que rige en el CCyC — obtiene
por resultado la “indiferencia” del origen de los bienes que se incorporaron al
patrimonio del causante, pudiendo haberlos obtenido de uno de sus progenitores, sin que
ello marque diferencia alguna.

Las dos excepciones en materia sucesoria:

a) En la sucesión del cónyuge. Cuando los cónyuges estuvieran unidos en el


régimen de comunidad de ganancias (art. 463 CCyC y ss.), se diferencia según que los
bienes sean propios o gananciales. En la sucesión de los descendientes, el cónyuge
hereda como un hijo más sobre los bienes propios del causante, pero no participa en
los bienes gananciales del causante (art. 2433 CCyC). Obviamente, esta distinción no
rige en el régimen de separación de bienes (art. 505 CCyC y ss.).

b) La sucesión del adoptado por adopción simple. El adoptante no tiene derechos


sucesorios sobre los bienes que el hijo recibe de su familia biológica, ni esta hereda los
bienes que el adoptado hubiera recibido a título gratuito de su familia de adopción.
Estas exclusiones no operan si, en su consecuencia, quedan bienes vacantes. En los
demás bienes, los adoptantes excluyen a los padres de origen (art. 2432 CCyC).

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9. SUCESIÓN DE LOS DESCENDIENTES.

Los hijos del causante lo heredan por derecho propio y por partes iguales.

Se recepta el principio de igualdad de las filiaciones.

La porción hereditaria de los hijos varía si concurren solos a la sucesión del


causante o acuden con el cónyuge del causante.

a) Hijos que acuden solos a la sucesión: los hijos heredan al padre o a la madre –
progenitores- por partes iguales.

b) Hijos que concurren con el cónyuge del causante (art. 2433 CCyC): Debemos
diferenciar el régimen patrimonial matrimonial que regía la relación entre el causante y
el cónyuge supérstite.

i) Cónyuge en comunidad de ganancias. Si el régimen vigente a la muerte es el de


comunidad de ganancias, (art. 463 CCyC y conc.), esta se extingue con el deceso del
cónyuge originándose la indivisión postcomunitaria que se prevé, la que necesariamente
debe ser liquidada y partida para que resulte concretada la mitad de gananciales
atribuida a cada cónyuge. La parte de esos bienes gananciales que correspondan al
difunto integra el acervo hereditario, y la otra parte pertenece al cónyuge sobreviviente,
a título de disolución del régimen de comunidad de ganancias.

El viudo o viuda es llamado en concurrencia con descendientes, pero el cónyuge


supérstite no tiene parte alguna en la división de bienes gananciales que corresponden al
cónyuge prefallecido.

ii) Cónyuge en régimen de separación de bienes. Si el régimen patrimonial entre


el causante y el cónyuge sobreviviente fue el de separación de bienes, a la fecha de la
muerte cada hijo recibe una parte igual a la del cónyuge sobre los bienes del causante,
es decir sobre todos “los bienes” sin calificación alguna -podemos decir, bienes
“personales” por mencionar todos los del causante, si se nos permite la expresión en el
régimen de separación de bienes, para que didácticamente resulte claro-.

10. SUCESIÓN DE LOS DEMÁS DESCENDIENTES.

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Los demás descendientes heredan por derecho de representación, sin limitación


de grados. Después de los hijos, los demás descendientes heredan por derecho de
representación en todos los grados (nietos, bisnietos, etc.).

El derecho de representación es el que inviste el descendiente o los descendientes


(representante/s) para ocupar el lugar de su o sus ascendientes (representado/s) en la
sucesión del causante, recibiendo lo que el o los representados hubieran recibido de
concurrir personalmente a la sucesión de que se trate, más allá del análisis de las otras
causas jurídicas que abren la representación, como la indignidad y la renuncia.

El principio básico de la representación, y el que explica todos sus efectos y


consecuencias, es el de la ficción jurídica. El representante ocupa el mismo lugar que
hubiera ocupado el representado en la sucesión del difunto; tiene sus mismos derechos y
obligaciones; concurre a la sucesión con las personas con las cuales hubiera concurrido
el representado y excluye a quien él hubiera excluido.

Para que opere el derecho de representación, es necesaria la muerte o el


desplazamiento del representado. En la representación, la sentencia que declare la
ausencia con presunción de fallecimiento se equipara a la muerte real: los descendientes
del ausente con presunción de fallecimiento concurren a la sucesión por representación.
En los casos de conmoriencia -mueren ambos progenitores conjuntamente, art. 95
CCyC- también opera el derecho de representación a favor de los descendientes.

Por otra parte, no solo se puede representar a las personas muertas, sino también
cuando vivo, ha sido desplazado de la herencia por los motivos que señala la ley: a) los
descendientes del heredero que ha renunciado a la herencia; b) los descendientes del
indigno (art. 2429 CCyC) en otras palabras, la representación tiene lugar cuando el
representado no puede o no quiere aceptar la herencia, sea por fallecimiento o por los
motivos estipulados en la ley -renuncia, indignidad, muerte-.

División por estirpes en una misma sucesión puede representarse a varias


personas, subiendo todos los grados intermedios hasta llegar al causante, siempre que no
actualicen su vocación todas las personas que separan al representante del difunto en la
línea correspondiente.

Un ejemplo: muere el causante, pero con anterioridad a él han prefallecido su hijo


y su nieto; el bisnieto puede presentarse a la herencia en representación de su padre y de

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su abuelo (representa al nieto y al hijo del difunto). Es una consecuencia clara del
principio de que los representantes ocupan el lugar del representado, que nominamos
representación múltiple.

Otro ejemplo: el causante ha tenido tres hijos: A y b, que le sobreviven, y c, que


ha prefallecido. A su vez, c ha tenido tres hijos: nieta A, nieta b y nieta c —en relación
al causante—. A la nieta c pre fallecida, le sobreviven un bisnieto y una bisnieta del
causante. Los nietos A, b, y c reciben en conjunto lo que hubiera recibido el hijo c (1/3).
Pero como la nieta c ha prefallecido, los dos bisnietos reciben lo que hubiera recibido la
nieta c. en definitiva: los hijos A y b reciben 1/3 del total; las nietas A y b, 1/9 cada una;
los dos bisnietos, 1/18 cada uno.

Así heredan por derecho propio los hijos A y b, por cabeza; heredan por
representación del hijo premuerto c y, por ende, por estirpe, los nietos A y B; heredan
por representación de la nieta c, y por ende por estirpe, los dos bisnietos.

La representación opera por ramas/líneas en relación a su origen (art. 531 CCyC)


una consecuencia del principio de la división por estirpes es el que enunciamos. Si uno
de los herederos premuere, renuncia o es declarado indigno, su parte se distribuye solo
entre los herederos pertenecientes a la misma rama (art. 531, inc. d, CCyC), pero no
participa en la porción hereditaria de los que vienen a la herencia por derecho propio o
en representación de otro heredero, en otras ramas.

Conforme a la regulación del parentesco (art. 529 CCyC y ss.), recordamos que el
grado es el vínculo entre dos personas que pertenecen a generaciones sucesivas
(progenitor e hijo); la línea es la serie ininterrumpida de grados (progenitor, hijo, nieto);
el tronco es el ascendiente del cual parten dos o más líneas (el progenitor con dos
hijos, genera dos líneas); la rama es la línea en relación a su origen (abuelo, hijo, nieto,
bisnieto).

11. SUCESIÓN DE LOS ASCENDIENTES.

Se trata del segundo orden hereditario: los ascendientes son excluidos por los
descendientes, y excluyen a los colaterales, concurriendo con el orden del cónyuge. Los
ascendientes heredan a falta de descendientes; y los ascendientes más próximos en

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grado al difunto excluyen a los de grado más remoto porque no existe el derecho de
representación en la línea recta ascendente.

a) Ascendientes que concurren solos a la sucesión: parten la herencia por


cabeza o la recibe totalmente el único ascendiente sobreviviente más próximo.

b) Ascendientes que concurren con el cónyuge supérstite: los ascendientes que


concurren con el cónyuge comparten con este el haber hereditario por mitades, una para
el cónyuge supérstite y otra para los ascendientes cualquiera sea
su número (art. 2434 CCyC). Es decir que los ascendientes reciben siempre la mitad de
la herencia, en concurrencia con el cónyuge -considerando la hipótesis especial de la
comunidad de ganancias-.

Habrá que tener en cuenta los diferentes supuestos en relación al régimen


patrimonial matrimonial, que haya ostentado el causante a la muerte.

i) Separación de bienes. Si el causante llegó a la muerte bajo el régimen de


separación de bienes de su consorte, se transmiten todos aquellos bienes de los que fue
propietario. La herencia se encuentra constituida por todos los bienes del difunto, sin
distinción alguna.

ii) Comunidad de ganancias. Si el causante llegó a la muerte bajo un régimen de


comunidad de ganancias, todos los bienes propios que conforman su patrimonio, y
además, todos los bienes gananciales que le hayan sido adjudicados en la división del
régimen patrimonial, se dividen según la regla enunciada en el art. 2434 CCyC -
obviamente el cónyuge supérstite recibe el cincuenta por ciento de los bienes
gananciales por disolución y liquidación del régimen de comunidad-.

ESTUDIAR OBLIGATORIAMENTE ARTS. 2445, 2446 CCYC Y CONCS.

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