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Nº : 8109-02
ESCRITO N° : 01
CUADERNO : CAUTELAR
SUMILLA : LO QUE SE
INDICA.
I. PRETENSION CAUTELAR:
EJECUCION DE LA MEDIDA:
La presente medida se ejecutará cursándose los partes que correspondan a
los Registros Públicos en donde obran inscritos Los Contratos de
Arrendamiento Financiero Ns° 03.1022.01.01. y 03.1022.01.02.
respectivamente, así como con la inscripción en el Registro de la Propiedad
Inmueble de las garantías hipotecarias constituidas por terceros a favor de
CPI y FIMA.
1
Resulta importante señalar, que el Lease-Back es una modalidad de arrendamiento financiero por
la cual la locadora en vez de comprar los bienes materia de leasing de terceros, los adquiere del
propio arrendatario, esto es, el arrendatario da en venta un bien de su propiedad al locador,
comprometiéndose a pagar una renta mensual por concepto de cuotas de arrendamiento
financiero, teniendo derecho finalmente, a ejercitar la opción de compra del citado bien, por el pago
adicional de un precio determinado.
5. Con fecha 20 de setiembre de 1996, las partes contratantes
mediante Escritura Pública adicionaron nuevos bienes a lista
ya existente objeto del Leasing de La Planta, modificaron
el plazo del contrato, el precio definitivo de los bienes
adquiridos en arrendamiento financiero, oportunidad de
devolución de la prenda dineraria etc.
6. El 16 de abril de 1997, CPI y WSL ampliaron y modificaron
mediante Escritura Pública el Leasing de La Planta, en lo
referente a las cuotas mensuales a pagar y sus
vencimientos.
7. De igual modo, con fecha 17 de noviembre de 1997, las
partes contratantes ampliaron y modificaron mediante
Escritura Pública el Leasing de La Planta, además de lo
referente a las cuotas mensuales a pagar y sus
vencimientos, a lo concerniente a la oportunidad de
devolución de la prenda dineraria.
8. Con fecha 18 de marzo de 1998, las partes contratantes
suscribieron nueva Escritura Pública, modificando el plazo
del Leasing de La Planta, y el importe de las cuotas
mensuales a pagar, estableciéndose asimismo, una prenda
dineraria adicional.
9. Mediante Escritura Pública de fecha 28 de setiembre de
1998, se modifica nuevamente el Leasing de La Planta,
ampliándose el número de cuotas mensuales a pagar así
como sus vencimientos correspondientes, modificándose lo
concerniente a la oportunidad y monto de devolución de la
prenda dineraria.
2
Cláusula ésta que establecía que los efectos del contrato de arrendamiento financiero de La
Planta, se encontraban suspensivamente condicionados, a que CPI antes del 15 de octubre de
1994, estuviera en actitud legal de transferir a WSL, el inmueble en donde se instalaría ésta,
completamente saneado, y con titulación completa a nombre de CPI.
vínculo contractual, mediante Escrituras Públicas del 18 de
marzo de 1998 y 28 de setiembre del mismo año
respectivamente. Las modificaciones efectuadas por los
citados contratos, versaron sobre ampliación de la vigencia
de plazo del contrato, número de cuotas y monto de éstas,
aplicación y monto de la prenda dineraria etc..
17. Mediante carta notarial de fecha 25 de febrero de 1999,
WLS informa a CPI que ésta última ha incurrido en causal de
resolución contractual en el Leasing de Las
Embarcaciones, al haber incumplido con el pago de las
cuotas correspondientes a los meses de enero y febrero de
1999.
18. De igual forma, WSL mediante carta notarial de fecha 11 de
mayo de 1999, hizo de conocimiento de CPI su decisión de
sustituir a ésta última, en su condición de arrendataria del
Leasing de Las Embarcaciones, posición contractual que
a partir de dicha fecha, sería asumida por FIMA.
19. Una vez asumida la posición contractual de arrendataria en
el Leasing de Las Embarcaciones por FIMA, ésta
conjuntamente con WSL, modificaron hasta en dos
ocasiones el primigenio contrato de fecha 07 de octubre de
1994, mediante Escrituras Públicas de fechas 30 de junio de
1999, y 04 de junio del 2001. Las modificaciones
contractuales que se refieren en el presente apartado, se
relacionaron a las cuotas del arrendamiento financiero, al
plazo de vigencia del contrato, al importe de la opción de
compra y otros.
III. DE LA VEROSIMILITUD DE DERECHO EN ESTRICTO:
III.1 ASPECTOS GENERALES:
1. Una vez desarrollados los antecedentes de cada una de las
pretensiones autónomas propuestas con mi escrito de
demanda, paso a sustentar el porque considero que los
contratos denominados Leasing de La Planta y Leasing
de Las Embarcaciones deben ser rescindidos (Contratos
que en lo sucesivo denominaré los Contratos de Leasing)
conforme se viene solicitando en los autos principales.
2. En primer término debemos señalar que como acto, el
contrato es un acto jurídico querido por las partes al cual el
ordenamiento jurídico atribuye determinados efectos
jurídicos. Como norma, el contrato es un precepto o una
regla de conducta (la regla contractual) a la cual se someten
las partes por el cual autoregulan sus intereses
contrapuestos o distintos, con la finalidad de crear, regular,
modificar o extinguir una determinada relación jurídica de
carácter patrimonial.
En tal medida, cuando la regla de conducta creada por los
particulares no resulta idónea para producir los efectos
jurídicos queridos, estaremos frente a la ineficacia de la
relación jurídica, la cual se materializa cuando ésta es dejada
sin efecto debido a una causal coetánea a la celebración del
contrato que le dio origen, acontecimiento que si bien incide
en la propia relación jurídica, no afecta en lo absoluto la
estructura del contrato. Por esa razón se suele calificar tanto
a la resolución como a la rescisión, como supuestos de
ineficacia funcional, a diferencia de otros fenómenos como la
anulación o la invalidez, que se originan por defectos
ubicados en la propia estructura del contrato y que por ello
se califican como supuestos de ineficacia estructural.
3. Ahora bien, como una cuestión preliminar, tratare de definir
lo que para la doctrina y nuestro Código Civil, significa la
figura jurídica llamada rescisión, para luego establecer
cuando y en que supuestos puede ser materia de
declaración de rescisión por el órgano jurisdiccional, un
contrato determinado, así como cual es la posición que
asume nuestro Código Civil al respecto.
4. En tal sentido manifiesto lo siguiente:
a. El artículo 1370 del Código Civil establece que:
“La rescisión deja sin efecto un contrato por causal
existente al momento de celebrarlo”.
Esta definición legal es una innovación que ha buscado
superar la marcada imprecisión del Código Civil abrogado
que confundía esta figura con la resolución.
b. Pero la confusión a la que hacemos referencia, parte de la
diversidad de conceptos que se verifican hasta la fecha en
doctrina moderna, las cuales pueden ser agrupados de la
siguiente manera:
b.1. Quienes consideran que la rescisión consiste en dejar sin
efecto un contrato válido mediante un nuevo convenio entre
las partes. Aceptan la rescisión unilateral cuando ella es
permitida por otro convenio previo. (posición a la que se
afilian autores de la talla de Ripert, Borda, Lopes De Zavala,
Gomes etc).
b.2. Quienes precisan que la rescisión es la extinción del vínculo
contractual (Miquiel, Salvat etc.).
b.3. Quienes opinan que la rescisión es la supresión de los
efectos del contrato válidamente celebrado debido a ciertas
consecuencias injustas y perjudiciales derivadas
precisamente de su eficacia (posición a la que se afilian
Larenz, Puig Brutau, Moiset De Espanes etc.).
b.4. Quienes sostienen que la rescisión es la invalidación del
contrato (como Mirabello, Bianca etc.).
Pues bien, teniendo como base el sustrato doctrinario antes
reseñado y, considerando que a tenor de lo prescrito por el
artículo 1370 del Código Civil, la rescisión deja sin efecto (no
invalida) un contrato por causal existente al momento de su
celebración, se puede afirmar válidamente que:
Entre las teorías de la invalidez y la ineficacia, el
Código se pronuncia por ésta última, o sea que se
considera que el contrato se celebró válidamente,
pero que por razón de la rescisión queda sin efecto, o
sea ineficaz. El contrato rescindido deja de dar lugar,
por lo tanto, a la creación (regulación, modificación o
extinción) de la relación jurídica patrimonial, pero se
reconoce su validez. Se sigue la tesis de LARENZ 3 (Ver
literal b.3.).
Cabe acotar antes de analizar otro punto, que el codificador
Peruano no ha seguido la corriente española, que considera
que la rescisión se aplica a todos los actos jurídicos con
contenido patrimonial, puesto que por el contrario, limita el
campo de acción de la rescisión exclusivamente a los
contratos.
c. Ahora bien, debemos delimitar, cuando y en que supuestos
puede ser materia de declaración de rescisión, un contrato
determinado. Para tales efectos cabe señalar que la rescisión
sólo puede ser declarada cuando medie una causal existente
al momento de su celebración.
Conforme lo anota De La Puente Y Lavalle4 “Al revisar las
opiniones doctrinales pudimos observar que algunas
de ellas fundamentan la rescisión en un vicio de
legitimidad del contrato, o sea en la existencia de una
situación contemporánea a la conclusión del contrato
3
Manuel De La Puente Y Lavalle, “El Contrato En General” Tomo II, Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, pág. 176.
4
Manuel De La Puente Y Lavalle, Ob. Cit. pág. 177.
Según lo opinado por DIEZ PICAZO, citado por Manuel De La Puente Y Lavalle, Ob. Cit. pág. 179.
que determina que éste produzca perjuicios para
alguna de las partes contratantes”.
En tal sentido, se puede establecer que “la rescisión se
aplica a contratos válidamente celebrados y obedece,
no a la irregularidad de la formación del contrato,
sino al hecho que el contrato regularmente celebrado
contribuye a obtener un resultado injusto o contrario
a derecho”5. Es en tal orientación que se puede concluir
afirmando, que la rescisión, es un remedio para evitar un
perjuicio, remedio que para nuestro ordenamiento legal, no
tiene carácter de subsidiario o excepcional (como en el
sistema Español) sino que, por el contrario, basta la
existencia de la causal al momento de la celebración del
contrato para que la acción rescisoria sea procedente.
En cuanto a la probanza de la existencia de causal que
pudiera dar lugar a la declaración de rescisión de un
contrato, CASTAN6 señala que “El que utilice la acción de
rescisión deberá probar el perjuicio que el contrato le
ocasione”.
d. En cuanto a la posición asumida por nuestro Código Civil
respecto a la rescisión, debo señalar que coincido con lo
expuesto con DE LA PUENTE Y LAVALLE 7, miembro integrante
de la Comisión Reformadora del Código Civil encargado de
elaborar el Anteproyecto del Libro de Contratos. En tal
sentido, considero que nuestro Código Civil asume que la
rescisión se aplica a contratos válidamente celebrados y
obedece, no a la irregularidad de la formación del contrato,
sino al hecho que el contrato regularmente celebrado
5
6
Castan Tobeñas, José, “Derecho Civil Español, común y floral” Instituto Editorial Reus, Madrid,
1954, Tomo I, Volumen II, pág. 816.
7
Conforme se puede advertir de una lectura sistemática de los comentarios efectuados por el
citado autor acerca del artículo 1370 del C.C. en la obra citada precedentemente.
contribuye a obtener un resultado injusto o contrario a
derecho, y que, la acción rescisoria es un remedio para evitar
un perjuicio, debiendo probar el proponente, la existencia del
perjuicio que le irroga el contrato.
5. En consecuencia, queda claro que con la demanda propuesta
ante su despacho mi representada no impugna la validez de
Los Contratos de Leasing celebrados con WSL y FIMA,
sino por el contrario, ataca la eficacia de los mismos al
considerar que al momento de su celebración, existieron
causas que contribuyeron a obtener un resultado perjudicial
e injusto para sus intereses patrimoniales, y porque no
decirlo, inmorales.
En tal sentido cabe precisar que la demanda propuesta ante
su despacho, está orientada a acreditar la existencia de
dicho perjuicio al momento de celebrados Los Contratos de
Leasing.
6. Pero, la sustentación de la pretensión rescisoria acumulada
contenida en mi escrito de demanda, no se limita a
denunciar la existencia de relaciones jurídicas patrimoniales
injustas que perjudican los intereses patrimoniales y morales
de mi representada, sino también a acreditar la existencia de
mala fe en la celebración de Los Contratos de Leasing.
7. Por tanto, a fin que la presente exposición resulte armónica y coadyuve
a que vuestro despacho se forme una idea cabal de la mala fe con la que
han obrado las demandadas en perjuicio de mi representada, generando
un notorio desequilibrio contractual entre las partes intervinientes y así
advertir el alto grado de verosimilitud que detenta la presente solicitud,
me permito efectuar una breve reseña acerca de lo que en doctrina
significa buena fe, sus clases, y las implicancias de celebrar un contrato
con ausencia de buena fe:
a. Concepto de Buena Fe: Debe de entenderse como algo
loable, con raigambre ética, no obstante lo cual,
considera De La Puente y Lavalle(8), “Que, siendo la
buena fe un elemento de la vida humana que se
ha incorporado al Derecho, el mejor camino no
es tratar de encontrar la noción de buena fe a
través de sus definiciones, sino a través de la
manera en que se ha incorporado al Derecho,
que es algo positivo, tangible”, al referirse dicho
tratadista al sentido objetivo y subjetivo de la buena
fe.
b. La buena fe: Clasificaciones:
b.1. Buena Fe Subjetiva: Es aquella creencia personal
del sujeto respecto de que su actuación es
conforme a derecho. Esta creencia, pese a ser
subjetiva, no es candorosa sino razonada, en el
sentido que el sujeto ha apreciado los elementos
de juicio que estaban a su disposición.
La buena fe subjetiva, entendida como la
creencia personal del sujeto, determina
necesariamente, que la conducta de éste
responda a una absoluta correspondencia entre
su creer y su actuar.
b.2. Buena Fe Objetiva: Es aquella que impone un
deber de conducta al sujeto, con un contenido
ético, este deber de conducta importa que no se
perjudiquen los intereses ajenos fuera de los
limites impuestos por la tutela legítima de los
intereses propios.
8
De La Puente Y Lavalle, Ob Cit, Pag. 30.
Cabe advertir la íntima relación existente entre el
concepto precedentemente esbozado, con el que
define a la rescisión como un vicio de
legitimidad del contrato, o sea en la
existencia de una situación contemporánea
a la conclusión del contrato que determina
que éste produzca perjuicios para alguna
de las partes contratantes (Ver 2do párrafo
del literal “c” punto 4 del presente apartado).
Dicha similitud o coincidencia de definiciones me
lleva a aseverar que la ausencia de buena fe en
la celebración de los Contratos de Leasing
justifica válidamente, la declaración de rescisión
peticionada en nuestro escrito de demanda,
máxime si consideramos que, conforme se
deslinda de lo opinado por De La Puente Y
Lavalle, “La norma contenida en el artículo
1362 del Código Civil es una norma
imperativa que, si bien no es de orden
público, es inderogable por los
particulares, no siendo posible en tal
contexto, que las partes pudieran estipular
que la celebración o ejecución de un
contrato no se encuentre regido por las
reglas de la buena fe, puesto que tal caso,
estaríamos frente a un pacto ineficaz”9.
Continuando acerca de la buena fe objetiva, cabe
citar que para apreciar la conducta - a diferencia
de la buena subjetiva - se prescinde del punto de
vista interno o subjetivo de las partes, para
9
De La Puente Y Lavalle, Ob. Cit. pág. 43.
remitirse a un criterio objetivo, el cual consiste
en la comparación de la conducta del sujeto con
un standard jurídico, o sea un prototipo de
conducta social media.
Entonces podemos afirmar, que la buena fe
objetiva a semejanza de la buena fe subjetiva, se
traduce en una conducta, pero en el caso de la
buena fe objetiva es una conducta que se
impone al sujeto, y no el fruto de su creencia, y
que, a diferencia de la buena fe subjetiva - que
generalmente se traduce en una atribución de
derechos -, la buena fe objetiva se caracteriza
por la imposición de deberes.
c. Implicancias de celebrar un contrato con ausencia de
buena fe: Es claro, acorde con lo anteriormente
expuesto, que si en la celebración de un contrato se
llega a acreditar que alguna de las partes contratantes
obró con mala fe, sea ésta objetiva o subjetiva,
estaremos frente a un supuesto de ineficacia funcional,
que si bien no afectara la estructura de la relación
jurídica creada por el contrato (esto es, el contrato se
reputara como válido) producirá como consecuencia
directa e inmediata, que se deje sin efecto la creación,
regulación, modificación o extinción de la relación
jurídica patrimonial nacida con el contrato.
III.2. DE LA RESCISION DEL LEASING DE LA PLANTA:
1. En primer término cabe advertir, que el contrato de Leasing
de La Planta contenía en su interior, una operación de
leasing propiamente dicho10 y una operación de lease back 11,
puesto que, conforme se puede corroborar de la cláusula
tercera del citado contrato elevado a Escritura Pública de
fecha 07 de octubre de 1994, modificada mediante Escritura
Pública de fecha 26 de octubre de 1995 y Escritura Pública
de fecha 20 de setiembre de 1996, existieron bienes
muebles e inmuebles que fueron adquiridos por WSL de CPI
o de empresas pertenecientes al mismo grupo accionario
(Varadero Sur Perú S.A.).
2. Pues bien, una de las más claras demostraciones de la
ausencia de buena fe por parte de las demandadas, así
como del desequilibrio contractual existente entre las partes
intervinientes en el Leasing de La Planta, está configurado
por la constitución de prenda dineraria por parte de CPI a fin
de garantizar el cumplimiento del citado contrato.
Así se advierte que en el Leasing de La Planta la prenda
dineraria fue regulada en la cláusula Vigésimo Cuarta de la
Escritura Pública de fecha 07 de octubre de 1994, en la
cláusula Décima de la Escritura Pública de fecha 26 de
octubre de 1995 y en la cláusula Quinta de la Escritura
Pública de fecha 20 de setiembre de 1996, cláusulas en las
cuales se establece como obligación de CPI el entregar a
WSL un monto equivalente a un porcentaje del precio
definitivo de adquisición de los bienes materia de leasing, en
calidad de prenda de dinero.
10
Por el cual una empresa locadora se comprometió a adquirir bienes determinados previamente
elegidos por la arrendataria y facilitarles su uso por un plazo determinado en función de su
utilización económica, mientras que la última se compromete u obliga a pagar un precio cierto por
ese uso de modo tal de amortizar su valor de adquisición, asumiendo los riesgos y vicios
inherentes y reservándose la posibilidad de adquirir el bien o el equipo facilitado a loa finalización
del periodo pactado, por un valor residual.
11
En donde el tomador es propiamente dicho el proveedor del bien quien se desprende del mismo
vendiéndolo a una sociedad que a su vez lo arrienda mediante leasing.
La constitución de esta garantía adicional a las otras
garantías constituidas en el citado contrato (las cuales son
materia de solicitud expresa de extinción con la demanda
interpuesta ante su despacho) y a los propios bienes materia
de Leasing que son jurídicamente de propiedad de la entidad
financiera, resulta incomprensible, en la medida que
representan un monto que afecta y perjudica innecesaria y
ostensiblemente, los derechos patrimoniales de CPI.
Basta verificar el Leasing de La Planta y sus modificatorias
antes mencionadas, para corroborar que en un primer
momento se pactó que la prenda de dinero ascendería al
38.25% del precio definitivo de los bienes muebles e
inmuebles que conformarían La Planta12, porcentaje
posteriormente modificado al 41.85%, lo cual revelaba
claramente, la existencia de una indebida exigencia de
garantías, que conlleva en su esencia, un perjuicio y
detrimento patrimonial para los intereses de CPI.
12
Bienes que conforme fue acordado, serían considerados como un sólo bien indivisible.
financiero, ha sido celebrado de manera desleal, improba,
injusta y contraria a derecho por parte de las demandadas
en perjuicio de CPI.
Los hechos a los que hacemos referencia, son los siguientes:
a. Mediante carta de fecha 27 de setiembre de 1996,
WSL hizo de conocimiento de CPI los desembolsos
efectuados para la adquisición de los bienes materia
del Leasing de La Planta.
En cuanto a este punto cabe señalar, que conforme a
se verifica del propio anexo recaudado a la carta en
cita, WSL reconoce que CPI le ha proveído de los
siguientes bienes para los efectos de la instalación de
la planta:
Concepto Valor en $
13
Valor definitivo de la adquisición de los bienes materia de leasing.
principio y norma contractual mediante la retención de la
suma que para el caso que nos ocupa, le correspondía ser
pagada y reembolsada a CPI, bajo la constitución de una
prenda de dinero?. A nuestro entender, no existe razón
valedera que justifique tal proceder, el cual innegablemente
denota, una falta total de ética y lealtad en el proceder
asumido por las demandadas.
Otro extremo que debemos analizar, es porque se adiciona al
precio definitivo de adquisición de los bienes materia del
Leasing de La Planta, la suma que debió pagarse y
reembolsarse a CPI, si lo lógico es que la empresa de leasing
(WSL) determine el precio definitivo de adquisición de los
bienes locados, teniendo en consideración las sumas de
dinero efectivamente desembolsadas, los intereses
devengados y demás conceptos permitidos por ley.
Resulta incuestionable y se está acreditando con los medios
probatorios adjuntos a la presente, que en ningún momento
WSL pagó o reembolsó a CPI suma de dinero alguna por
concepto de los bienes inmuebles y muebles otorgados en
Lease Back, ni por los pagos parciales efectuados por ésta a
terceros proveedores14 (conceptos que como antes se ha
precisado, ascienden a la suma de $ 5`411,388.20).
Claro, todo estaba perfectamente preordenado, puesto que
el porcentaje mínimo que se nos exigió entregar a efectos de
constituir prenda dineraria, coincidía con el monto que
correspondía ser pagado y reembolsado por WSL a mi
representada.
En tal sentido, si jamás existió pagó y reembolso alguno,
porque adicionar al valor definitivo de adquisición de los
14
A excepción de la suma de $163,822.49 cobradas por CPI con cargo a la factura nª 001-0383
del 08 de agosto de 1996.
bienes materia del Leasing de La Planta, sumas de dinero
que corresponden a bienes y pagos parciales de bienes
adquiridos de terceros proveedores sobre los cuales WSL no
efectuó jamás desembolso alguno a favor de CPI. La
respuesta no es difícil, el desleal e incorrecto proceder de las
demandadas tenía como finalidad inmediata el procurar a
WSL de un beneficio económico altísimo, puesto que se
encontraba en la posibilidad de cobrar cuotas ordinarias de
arrendamiento financiero, utilizando un factor sobre una
suma que era notoriamente superior a la cual debió
determinarse tal concepto (refiriéndonos a la suma
realmente desembolsada por WSL ascendente a $6
´611,712.00)15, y; como finalidad mediata, mantener la
propiedad de una planta en la cual su inversión y riesgo
había sido mínima, produciendo de tal modo, un grave
perjuicio a mi representada.
4. Otro hecho que denota la mala fe con la que han procedido
las demandadas al celebrar el Leasing de La Planta, así
como el claro perjuicio que viene asolando a mi representada
toda esta sucesión de acontecimiento que tiene su génesis
en la celebración del contrato citado, está configurado por el
establecimiento en la cláusula décimo cuarta de la Escritura
Pública de fecha 07 de octubre de 1994, modificada por la
cláusula sétima de la Escritura Pública de fecha 07 de
octubre de 1994, del pago de cuotas y precuotas injustas y
que no se ajustan a derecho, puesto que violentan lo
previsto por el artículo 3 del Decreto Legislativo Nª 299.
15
Esto sin contar los beneficios tributarios inherentes a la operación, puesto que al ser las cuotas
deducibles como gasto para efectos del Impuesto a la Renta y el IGV que se paga por las mismas,
puede ser usado como crédito fiscal.
Conforme se advierte de lo dispuesto por la cláusula décimo
cuarta de la Escritura Pública de fecha 07 de octubre de
1994, en dicha estipulación se establece que:
“A partir de la fecha de la Escritura Pública que
la presente minuta origine, y hasta la fecha de
entrega total y puesta a disposición de los
bienes a la arrendataria y/o hasta la fecha en
que la locadora efectúe el desembolso total para
la adquisición de los mismos, lo que ocurra
último, la arrendataria se obliga al pago mensual
del equivalente al 0.05% sobre el importe por
desembolsar sobre el precio definitivo,
establecido en la cláusula cuarta del presente
instrumento, y que para el efectos se estima en
US$ 9`950,280.00.
Asimismo, la arrendataria se obliga al pago
mensual de precuotas que para el efecto se
establecen en 1.25% mensual del importe total
de los pagos efectuados por la locadora a los
proveedores, constructores, propietarios, al
Estado por concepto de impuestos y a terceros
por cualesquier otro gasto correspondiente a la
adquisición de los bienes para su uso por la
arrendataria. Al importe resultante se le
adicionará el respectivo impuesto general a las
ventas vigentes y cualquier otro impuesto que le
sea aplicable.
El pago de las precuotas será realizado por la
arrendataria el día 20 de cada mes.
La obligación de pago de precuotas subsistirá
hasta el día 20 inmediato siguiente a la fecha en
que la locadora haga entrega total y ponga a
disposición los bienes en favor de la
arrendataria, y/o de la fecha en que la locadora
efectúe el desembolso total para la adquisición
de los mismos, lo que ocurra último”
Pues bien, como una cuestión preliminar cabe señalar, que el
Leasing de La Planta es un contrato que se encuentra
sometido a cláusulas generales de contratación no
aprobadas por autoridad administrativa, puesto que
conforme se advierte de la cláusula primera de Escritura
Pública de fecha 07 de octubre de 1994, en ella se someten
las partes además de las normas legales vigentes y
aplicables a esta clase de contratos, a las Condiciones
Generales de Arrendamiento Financiero otorgada por WSL el
19 de julio de 1986, ante Notario Público de Lima, Felipe de
Osma, modificado por Escritura Pública de fecha 21 de
agosto de 1991.
En tal sentido, le son aplicables las normas contenidas en los
artículos 1397 y siguientes del Código Civil, pero en especial,
el artículo 1399 del citado cuerpo legal.
El artículo 1399 del Código Civil establece que “En los
contratos nominados celebrados por adhesión o con
arreglo a cláusulas generales de contratación no
aprobadas administrativamente, carecen de eficacia
las estipulaciones contrarias a las normas
establecidas para el correspondiente contrato, a no
ser que las circunstancias de cada contrato particular
justifiquen su validez”.
18
Por no haber WSL desembolsado lo necesario para la adquisición total de los bienes y no haber
entregue la totalidad de dichos bienes a CPI.
respuesta es clara, por que las demandadas obrando con
mala fe objetiva, y aprovechando el conocimiento real y
objetivo que éstos tenían de la imposibilidad de dicha
exigencia, persiguieron aprovecharse económicamente de
CPI mediante desembolsos de sumas de dinero que carecen
de eficacia legal, perjudicando con todo esto los intereses
patrimoniales de mi representada.
De igual forma cabe precisar, que la parte final del primer
párrafo del artículo bajo análisis que establece que “A no
ser que las circunstancias de cada contrato
justifiquen su validez”, sólo se aplica a supuestos
excepcionales, que por tal circunstancia, no podrían ser
interpretados ni aplicados en vía analógica, por expresa
prohibición de lo dispuesto por el artículo IV del T.P. del
Código Civil, puesto como bien señala De La Puente Y
Lavalle, “No debe descartarse la posibilidad de que
determinadas cláusulas generales de contratación no
aprobadas administrativamente, obedezcan a razones
justificadas, o sea que efectivamente agilicen el
tráfico masivo de bienes y servicios, sin perjudicar a
los consumidores”19.
Nótese, que si bien los contratos de arrendamiento
financiero agilizan el tráfico de bienes y servicio, no deja de
ser cierto que en el presente caso, dicho hecho no podría
justificar el notorio abuso que se ha plasmado en el contrato
en perjuicio de la parte arrendataria, mediante la imposición
de pago de cuotas que han sido exigidas no obstante
encontrarse suspendida la vigencia del contrato, lo cual,
repudia y contraviene principios elementales éticos, sociales
y morales que son indispensables para la coexistencia social,
19
Manuel De La Puente Y Lavalle, Ob Cit, pág. 228.
que el Estado protege a fin de evitar situaciones de ésta
índole, que no hacen sino generar una total desigualdad y
desproporción, entre las partes contratantes.
5. Asimismo, otra de las disposiciones que contiene el Leasing
de La Planta, perjudicial para los intereses de CPI está
constituida por la Cesión de Posición Contractual establecida
en la cláusula Trigésimo Sétima del Leasing de La Planta,
en cuanto establece que:
“FIMA y CPI convienen, que si ésta última incurriera
en causal de resolución por cualquier causa (como por
ejemplo no haber pagado dos cuotas cosecutivas),
WSL tiene la facultad de exigir mediante
requerimiento notarial que FIMA se sustituya como
cesionaria en la posición contractual de CPI, para lo
cual FIMA y CPI aceptan en forma irrevocable e
inequívoca. La fecha efectiva de la cesión será de la
comunicación notarial, por lo que a partir de ese
momento CPI se aparte de sus derechos y
obligaciones contractuales si derecho a reclamo
alguno y es FIMA quien los asume, incluyendo los
devengados y los por devengarse”.
Por su parte en la Escritura Pública de fecha 27 de octubre
de 1995 suscrita entre FIMA y CPI, se establece en su
cláusula Décimo Tercera los términos de la cesión de
posición contractual referida en el párrafo anterior, así, FIMA
y CPI acordaron que:
- FIMA asume todos los derechos y obligaciones de CPI
en los contratos de arrendamiento financiero suscritos
con WSL;
- CPI renuncia a reclamar cualquier derecho o monto a
FIMA;
- FIMA al asumir los derechos del contrato se beneficia
con los montos pagados por CPI hasta la oportunidad
de la cesión incluyendo las precuotas, cuotas
ordinarias y extraordinaria, cualquier otro monto que
por cualquier concepto hubiere abonado CPI a WSL e
inclusive la titularidad del depósito en garantía (prenda
de dinero). Sobre éste último punto, en el Leasing de
La Planta se precisa que en todo caso de cesión o
sustitución de posición contractual en los mismos o
autorizada por WSL, queda expresamente pactado que
la titularidad del dinero entregado en prenda queda
igualmente transferida al cesionario o sustituto sin que
CPI al apartarse de la relación contractual pueda
reclamar a WSL, y/o de los cesionarios o sustitutos
derecho alguno sobre la utilización de la prenda.
Cabe efectuar un pequeño comentario acerca del
párrafo antes transcrito, puesto que si bien existe una
Escritura Pública que contiene un contrato celebrado
entre CPI y FIMA en donde se regulan ciertas
situaciones referentes a la cesión de posición
contractual establecidas en el Leasing de la Planta
suscrito por CPI con WSL y FIMA, debo dejar en claro
que, de declararse la rescisión de estos últimos
contratos, la cláusula Décimo Tercera de la Escritura
Pública de fecha 27 de octubre de 1995 suscrita entre
FIMA y CPI, carecerá de toda eficacia, al no poder
concebirse que una disposición contractual
dependiente de otra, pudiera subsistir no obstante
declararse judicialmente la carencia de efectos del
contrato en donde obra contenida la disposición de la
cual depende.
Con este tema aclarado, seguimos analizando la cesión
regulada en el contrato suscrito entre FIMA y CPI. Al asumir
FIMA la posición contractual, CPI transfiere la titularidad de
la prenda en dinero a favor de FIMA. Es importante
cuestionarnos, cuál es la implicancia jurídica de este pacto.
Consideramos que este pacto resulta en el fondo una
liberalidad de CPI consistente en transferir libremente y en
forma gratuita el dinero dado en prenda. Sobre el particular
no encontramos ninguna prohibición legal para su pacto (Al
menos hasta el momento).
Pero no por ello, podremos dejar de interpretar
sistemáticamente este pacto, dentro del contexto global de
la operación, pues sabemos que los contratos de
conformidad con los artículo 168 y 1362 del Código Civil
deben celebrarse, ejecutarse e interpretarse según las reglas
de la buena fe y común intención de las partes. En esta
medida, la transferencia de la titularidad de la prenda
dineraria constituida por CPI a favor de WSL en caso de
operada la cesión de posición contractual, es una muestra
clara del perjuicio que ha sufrido y viene sufriendo mi
representada como efecto y consecuencia directa de la
celebración del Leasing de la Planta, puesto que, (i) por un
lado, el dinero entregado en prenda por CPI no genera
interés alguno a su favor (siendo que, por el contrario,
genera ingresos financieros para WSL); (ii) en segundo
término, el dinero que CPI debió percibir para el pago de los
equipos adquiridos directamente y mediante financiación
con terceros proveedores, jamás fue entregado, al
constituirse sobre éste prenda dineraria (lo cual creó a CPI
un doble endeudamiento, pues debía pagar las cuotas
derivadas del Leasing de La Planta así como honrar las
deudas mantenidas con los proveedores), y; (iii) en tercer
lugar, como denotando superlativamente el marcado y
notorio desequilibrio existente entre las partes contratantes,
inclinando de manera desmedida la balanza de la equidad
más para un lado que para el otro, se posibilitó que CPI no
sólo quedara apartada de la relación jurídica como efecto de
la cláusula de cesión de posición contractual contenida en
Los Contratos de Leasing, sino que además, todo el
dinero pagado por CPI a WSL durante la permanencia de la
primera empresa citada en la esfera de la relación
contractual del Leasing de la Planta, así como el íntegro
de la prenda dineraria que fue constituida con el importe de
los bienes de propiedad exclusiva de CPI transferidos a
WSL, pasara al dominio de FIMA, lo cual si bien encuadra
dentro de los límites permisibles de la libertad contractual,
no deja de acreditar claramente, el evidente e injusto
desequilibrio contractual existente, en detrimento de una de
las partes contratantes.
En suma, se advierte con claridad, que en la celebración del
Leasing de La Planta existe una sobre protección a WSL
que genera la marcada desigualdad y perjuicio que afecta el
patrimonio de la empresa que represento, lo cual a su vez
justifica, la declaración de rescisión del citado contrato.
Ahora bien, es claro que tanto FIMA como WSL estuvieron
en razonable aptitud de prever que con una disposición de
esta naturaleza se estaba atentando contra los intereses
patrimoniales y económicos de CPI, puesto que la buena fe
lealtad impone a las partes contratantes un deber de
comportarse de acuerdo a determinados prototipos de
conducta social media. Claro, era previsible que de
mantenerse vigente la cláusula bajo análisis se estaba
posibilitando un detrimento patrimonial mayúsculo a mi
representada, en donde no sólo perdería todo el dinero
invertido en la operación de leasing, sino además los bienes
otorgados en arrendamiento financiero modalidad lease
back, los bienes sobre los cuales se constituyeron garantías
reales y finalmente, la prenda dineraria.
20
Puesto que el pago efectuado a CPI por WSL con fecha 20-11-95, representa solamente el 1.5%
del total del dinero que le correspondía abonar a ésta última, por el precio de venta de las
embarcaciones pesqueras Alberto I y Alberto II.
21
Esto sin contar los beneficios tributarios inherentes a la operación, puesto que al ser las cuotas
deducibles como gasto para efectos del Impuesto a la Renta y el IGV que se paga por las mismas,
puede ser usado como crédito fiscal.
asolando a mi representada toda esta sucesión de
acontecimiento que tiene su génesis en la celebración del
contrato citado, está configurado por el establecimiento en
la cláusula novena de la Escritura Pública de fecha 07 de
octubre de 1994, modificada por la cláusula sétima de la
Escritura Pública de fecha 26 de octubre de 1995, del pago
de cuotas y precuotas injustas y que no se ajustan a
derecho, puesto que violentan lo previsto por el artículo 3 del
Decreto Legislativo Nª 299.
Conforme se advierte de lo dispuesto por la cláusula Novena
de la Escritura Pública de fecha 07 de octubre de 1994, en
dicha estipulación se establece que:
“A partir de la fecha de la Escritura Pública que
la presente minuta origine, y hasta la fecha de
entrega total y puesta a disposición de los
embarcaciones en favor de la arrendataria y/o
hasta la fecha en que la locadora efectúe el
desembolso total para la adquisición de las
mismas, lo que ocurra último, la arrendataria se
obliga al pago mensual del equivalente al 0.35%
del precio definitivo de adquisición de las
embarcaciones establecido en la cláusula cuarta
del presente instrumento, y que para el efectos
se estima en US$ 2`914,500.00.
Asimismo, la arrendataria se obliga al pago
mensual de precuotas que para el efecto se
establecen en 1.25% mensual del importe total
de los pagos efectuados por la locadora a los
propietarios, al Estado por concepto de
impuestos y a terceros por cualesquier otro
gasto correspondiente a la adquisición de las
embarcaciones, aplicando la locadora conforme
vaya recibiendo cada desembolso vinculado a la
adquisición de las embarcaciones”
Pues bien, como una cuestión preliminar cabe señalar, que el
Leasing de Las Embarcaciones es un contrato que se
encuentra sometido a cláusulas generales de contratación
no aprobadas por autoridad administrativa, puesto que
conforme se advierte de la cláusula primera de Escritura
Pública de fecha 07 de octubre de 1994, en ella se someten
las partes además de las normas legales vigentes y
aplicables a esta clase de contratos, a las Condiciones
Generales de Arrendamiento Financiero otorgada por WSL el
19 de julio de 1986, ante Notario Público de Lima, Felipe de
Osma, modificado por Escritura Pública de fecha 21 de
agosto de 1991.
En tal sentido, le son aplicables las normas contenidas en los
artículos 1397 y siguientes del Código Civil, pero en especial,
el artículo 1399 del citado cuerpo legal.
El artículo 1399 del Código Civil establece que “En los
contratos nominados celebrados por adhesión o con
arreglo a cláusulas generales de contratación no
aprobadas administrativamente, carecen de eficacia
las estipulaciones contrarias a las normas
establecidas para el correspondiente contrato, a no
ser que las circunstancias de cada contrato particular
justifiquen su validez”.
El contrato de arrendamiento financiero, es uno típico y
nominado, que se regula supletoriamente por lo previsto por
los artículos 1426 y siguientes del Código Civil (Título VI,
Contratos con Prestaciones Recíprocas). En tal medida,
resulta pertinente citar a De La Puente Y Lavalle, quien
comentado el artículo 1399 del C.C., opina que “La
redacción del artículo 1399 del Código Civil, si bien
técnicamente más adecuada, pone a la sombra que el
objetivo principal de éste artículo es hacer
imperativas, para los contratos a que él se refiere, las
normas dispositivas de los contratos nominados. Por
ello hubiera sido preferible que dijera “contrarias a
las normas tanto imperativas como dispositivas
establecidas..”, con lo cual se disiparía cualquier
duda sobre el particular. Muchas veces el lenguaje
debe perder elegancia para alcanzar precisión. El
efecto buscado por el artículo 1399 es que la falta de
aprobación administrativa de las cláusulas generales
de contratación dará lugar a que ellas no puedan
modificar las normas, tanto imperativas como
dispositivas, de los contratos típicos. En otras
palabras, la falta de aprobación administrativa
determina que todas las normas de los contratos
típicos adquieran carácter imperativo, por lo cual no
tiene efecto alguno el pacto en contrario”22.
Ahora bien, siendo el contrato de arrendamiento financiero
regulado por el Decreto Legislativo Nª 299 uno nominado y
típico23 no cabe duda que deviene del todo aplicable lo
dispuesto por el artículo 3 del Decreto Legislativo Nª 299, el
mismo que establece que:
“Las obligaciones y derechos de la locadora y la
arrendataria, y por tanto, la vigencia del contrato, se
inician desde el momento en que la locadora efectúe
22
Manuel De La Puente Y Lavalle, “El Contrato En General” Tomo III, Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, pág. 223.
23
MAX ARIAS SCHEREIBER PEZET, Los Contratos Modernos, Tomo II, Editores Gaceta Jurìdica,
pág. 30.
el desembolso total o parcial para la adquisición de
los bienes especificados por la arrendataria o a partir
de la entrega total o parcial de dichos bienes lo
primero que ocurra”.
En armonía con lo precedentemente reseñado, no cabe
adentrarnos en la búsqueda de la naturaleza jurídica del
dispositivo bajo análisis, puesto que para los efectos de lo
previsto por el artículo 1399 del Código Civil, sería lo mismo
que ésta fuera una norma dispositiva o una norma
imperativa, al adquirir por el sólo hecho de estar regido el
Leasing de Las Embarcaciones por cláusulas generales
de contratación no aprobadas por autoridad administrativa,
la calidad de imperativas todas aquellas normas dispositivas
que regulen los contratos nominados y típicos.
Por tanto, si constituye una norma imperativa el que los
contratos de arrendamiento financiero, tengan vigencia
recién desde el momento en que la locadora (WSL) realice el
desembolso total para la adquisición de las embarcaciones o
entregue las mismas a mi representada (CPI) lo primero que
ocurra, no existiendo por tanto, obligación alguna a cargo de
una u otra, mientras se mantenga vigente dicha condición
suspensiva ¿Por qué se estableció en el Leasing de Las
Embarcaciones el pago de cuotas y precuotas cuando aún
no se encontraba vigente el citado contrato, y por ende no
existía obligación alguna de pago a cargo de mi
representada?, La respuesta es clara, por que las
demandadas obrando con mala fe objetiva, y aprovechando
el conocimiento real y objetivo que tenían de la imposibilidad
de dicha exigencia, persiguieron aprovecharse
económicamente de CPI mediante desembolsos de sumas
de dinero que no debieron efectuarse, al carecer de eficacia
legal la estipulación que los regula, perjudicando con todo
esto los intereses patrimoniales de mi representada.
De igual forma cabe precisar, que la parte final del primer
párrafo del artículo bajo análisis que establece que “A no
ser que las circunstancias de cada contrato
justifiquen su validez”, sólo se aplica a supuestos
excepcionales, que por tal circunstancia, no podrían ser
interpretados ni aplicados en vía analógica, por expresa
prohibición de lo dispuesto por el artículo IV del T.P. del
Código Civil, puesto como bien señala De La Puente Y
Lavalle, “No debe descartarse la posibilidad de que
determinadas cláusulas generales de contratación no
aprobadas administrativamente, obedezcan a razones
justificadas, o sea que efectivamente agilicen el
tráfico masivo de bienes y servicios, sin perjudicar a
los consumidores”24.
Nótese, que si bien los contratos de arrendamiento
financiero agilizan el tráfico de bienes y servicio, no deja de
ser cierto que en el presente caso, dicho hecho no podría
justificar el notorio abuso que se ha plasmado en el contrato
en perjuicio de la parte arrendataria, mediante la imposición
de pago de cuotas que han sido exigidas no obstante
encontrarse suspendida la vigencia del contrato, lo cual,
repudia y contraviene principios elementales éticos, sociales
y morales que son indispensables para la coexistencia social,
que el Estado protege a fin de evitar situaciones de ésta
índole, que no hacen sino generar una total desigualdad y
desproporción, entre las partes contratantes.
5. En cuanto concierne al perjuicio que se ocasiona a CPI por el
mérito del pacto de Cesión de Posición Contractual, me
24
Manuel De La Puente Y Lavalle, Ob Cit, pág. 228.
remito a lo ampliamente expuesto en el numeral 5 del item
III.2 de la presente solicitud. Asimismo, haciendo la salvedad
que el citado pacto se encuentra regulado en la cláusula
Cuadragésima Cuarta del Leasing de Las Embarcaciones.
III.4. PRETENSION ACCESORIA DE LA PRIMERA Y SEGUNDA
PRETENSION AUTONOMA:
1. Amparada las pretensión autónomas sometidas a jurisdicción
- esto es, declarada la rescisión de Los Contratos de
Leasing - las garantías reales (Hipotecas) otorgadas por
terceros a las que he hecho cita oportunamente, deberán
declararse extinguidas de conformidad a lo dispuesto por el
inciso 2 del artículo 1122 del Código Civil.
2. En igual sentido, deberá declararse la extinción de las
garantías personales (Fianzas) otorgadas por terceros a los
que he hecho cita oportunamente, puesto que, dejado sin
efecto el contrato cuyo cumplimiento garantizaban, mal
podría pretenderse que las mismas subsistan, acorde con lo
dispuesto por el artículo 1875 del Código Civil.
IV. PELIGRO EN LA DEMORA:
Previo a sustentar porque mi representada cumple con éste presupuesto
objetivo, intentaré definir brevemente, lo que para la doctrina constituye el
peligro en la demora, y cuando efectivamente existe en determinadas
circunstancias, la necesidad de concederse una medida cautelar a fin de
evitar la consumación de un perjuicio irreparable.
El periculum in mora o peligro en la demora, es la valoración que debe
realizar el Juez aplicando su criterio de conciencia y su apreciación
razonada, estableciendo si la no concesión inmediata de la medida cautelar
solicitada a fin de garantizar el cumplimiento del fallo definitivo, tornará a
éste en inejecutable.
Resulta importante precisar que el periculum in mora como presupuesto
objetivo de la medida cautelar, no sólo se constituye por la existencia de un
peligro, sino que además es indispensable que dicho peligro sea inminente,
por lo que resulta necesario expedir un remedio inmediato.
Ottolengui, citado por Monroy Gálvez25 en su obra “Temas de Proceso Civil”
señala al respecto que “Para aproximarse a una noción más
clara del periculum in mora, no basta solamente que el
interés de obrar nazca de un estado de peligro y que la
medida solicitada tenga por ello finalidad de prevenir un
daño temido, sino que por el contrario es necesario que, a
causa de esta inminencia de peligro, tal medida tenga
carácter de urgencia, en cuanto sea de prever que, si la
misma se demorase, se transformaría en daño efectivo o
se agravaría el ya ocurrido; esto es, que la providencia
cautelar debe ser dictada sin demora, de otro lado sería
ineficaz”
En tal contexto, adecuando la definición efectuada al caso que nos ocupa,
debo señalar, que de no concederse las medidas cautelares solicitadas, se
estaría posibilitando que el perjuicio patrimonial claramente acreditado con
los medios probatorios recaudados a la demanda, se siga consumando. En
tal sentido, la inminencia del daño que se nos produciría en caso de no
concederse las medidas solicitadas, resulta incuestionable, en la medida en
que existe la posibilidad cierta, que en cualquier instante los proveedores
con quienes nos hemos endeudados nos exijan judicialmente el pago de lo
debido, lo cual constituiría un efecto lógico del desmedido perjuicio que se
nos ha irrogado con la celebración de Los Contratos de Leasing o que en
todo caso, se nos pudiera exigir el pago de las obligaciones derivadas de
Los Contratos de Leasing, con la subsecuente ejecución de las garantías
reales y personales otorgadas..
25
Juan Monroy Gálvez, “Tema de Proceso Civil”, Ediciones Studium, pág 28.
Pues bien, acreditada la existencia de peligro en la demora, debo señalar
en primer término, que no debe confundirse la palabra “inminencia” con la
palabra “existencia”, puesto que la primera implica la posibilidad real, actual
y objetiva de un daño efectivo, mientras la segunda da a entender, la
existencia de dicho daño. En tal medida, es claro que en el caso que nos
ocupa existe una posibilidad real, actual y objetiva de se agrave aún más el
daño y perjuicios que de por sí nos han producido la celebración de Los
Contratos de Leasing, puesto que, como lo hemos explicado
anteriormente, nos encontramos expuestos a que en cualquier momento se
inicien acciones judiciales y se traben medidas cautelares sobre bienes de
nuestra propiedad, como consecuencia de la exigencia por parte de
proveedores de sumas de dinero debidas por CPI, como consecuencia del
doble endeudamiento referido en la presente solicitud, lo cual a nuestro
modesto entender justifica la concesión de las medidas cautelares materia
de la presente solicitud, además de encontrarnos expuestos a que se nos
exija el pago de obligaciones derivadas de Los Contratos de Leasing, así
como la previsible ejecución de las garantías reales y personales otorgadas.
VI. CONTRACAUTELA:
Que, a fin de garantizar los probables daños y perjuicios que la medida
cautelar propuesta por CPI pudiera irrogar a los demandados, sólo en caso
de acreditarse que ésta ha sido peticionada de manera maliciosa, temeraria
o innecesaria, el Señor Alberto Liendo Pizarro con domicilio en Calle Nueve
N° 354, Urbanización Corpac, San Isidro, en su calidad de Representante
Legal de las empresas Varadero Perú S.A, y Hotel Karina S.R.L. conforme
se aprecia del documento adjunto a la presente, constituye FIANZA
SOLIDARIA hasta el monto que su juzgado considere prudente fijar.
ANEXOS