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EL COSTO DEL LIDERAZGO

INTRODUCCION:
Las palabras de Jesús a sus discípulos respecto a la necesidad de estar dispuestos a pagar el
precio de la cruz era parte indispensable de la capacitación para la hora de su separación al
ministerio.
DESARROLLO
Aspirar al liderazgo en el Reino de Dios requiere que estemos dispuestos a pagar un precio
más alto del que los otros están dispuestos a apagar. El costo del liderazgo es oneroso, y
cuanto más eficaz sea el liderazgo, tanto más alto será el precio.
Nuestro Señor enseño que no podemos salvar a otros y a nosotros al mismo tiempo. Si no
hay cruz no hay liderazgo. Cuando Cristo cargó su cruz iba rumbo al monte calvario, su
destino estaba definido, iba a morir.
Tomar la cruz implica estar dispuesto a morir a la comodidad, morir a lo que nos gusta.
ABNEGACIO. Es parte del costo que debe pagarse cada día. En la senda del liderazgo
espiritual hay una cruz, y el líder debe llevarla. Si no hay cruz no hay liderazgo. Cada uno de
los héroes de la fe en Hebreos 11 fue llamado al sacrificio como parte de su servicio.
En el camino a Emaús sus discípulos no lo reconocieron ni a Él ni a su mensaje. No fue sino
hasta tal vez haber visto sus cicatrices que estos le reconocieron. Las cicatrices son las marcas
de autenticación des discipulado y verdadero liderazgo espiritual. Esas marcas son pruebas
de sinceridad que ninguno puede desafiar.
En 2Corintios 4:8-11 Pablo se describe a sí mismo y su carga.
SOLEDAD. Debido a que el líder debe siempre estar delante de sus seguidores vive con la
soledad. Aunque sea amistoso hay aspectos de su vida donde debe caminar solo. Moisés es
un ejemplo de como pago su ministerio al pasar solo en la montaña. Los profetas del Antiguo
Testamento eran hombres solitarios.
Los tiempos de soledad deben ser aprovechados para incrementar la relación devocional con
Dios, y nos fortaleceremos en él.
FATIGA. Las exigencias del liderazgo agotan a la persona más robusta. Pero los cristianos
saben dónde encontrar renovación. Aun Jesús se cansó en su ministerio, y tuvo que descansar.
La fatiga es el precio del liderazgo. La mediocridad es el resultado de no cansarse nunca.
Las cargas se pueden incrementar, pero la tensión puede evitarse cuando entregamos nuestra
carga a Dios.
CRITICA. Ningún líder vive un solo día sin que lo critiquen, y la humildad nunca se pondrá
a prueba con más intensidad que cuando llegue la crítica. El apóstol Pablo busco el favor de
Dios, no de la gente. Su arduo trabajo no era para complacer a los que le rodeaban. Pablo
podía darse el lujo de tomar livianamente los comentarios y criticas de otros, porque su
corazón pertenecía a Dios.
RECHAZO. El líder que sigue normas espirituales superiores quizás descubra que está
siguiendo a su Maestro en la senda del rechazo.
Jesús claramente se arriesgó a ser rechazado por los líderes de sus días, tanto romanos como
judíos. Pero Él también se arriesgó al rechazo de los mismos líderes que Él estaba formando,
aún de la manera en que Pedro lo resistió, y Jesús aún llegó al punto de preguntarles si lo
abandonarían. El rechazo se presenta cada vez que una persona va en contra de los valores,
expectativas, deseos o demandas de otros, de tal manera que aquellos otros se sienten
desafiados, amenazados y airados.
Jesús estaba contra los valores egoístas, las expectativas egocéntricas, deseos compulsivos,
y las manifiestas demandas de sus seguidores como las representadas por Pedro a quien
reprendió (Marcos 8:33). Aquellos comprometidos con la formación de líderes deben tomar
el mismo riesgo y podrían aún pagar el mismo precio de negación.
A menudo la multitud no reconoce a un líder hasta que se ha ido, y luego le erigen un
monumento con las piedras que le arrojaron cuando estaba en vida.
PRESION Y PERPLEJIDAD. Ingenuamente pensamos que cuando más crezcamos como
cristianos, tanto más fácil nos será discernir la voluntad de Dios. Pero el caso a menudo es el
contrario. Dios nos trata como a un adulto maduro y deja más decisiones a su discernimiento
espiritual y dando menos detalles de dirección.
Dios sabe cómo nos ha capacitado en el liderazgo mediante su palabra, por esa razón es que
permite que a nuestro criterio tomemos algunas decisiones sin el darnos por así decirlo pista
alguna de lo que desea. Todo líder debe tomar decisiones, cuando estas se llevan a cabo en
oración se verán resultados favorables.
EL COSTO PARA LOS DEMAS. La gente que está cerca de un líder también paga un precio
a veces un precio más gravoso. Fred Mitchell un hombre que le escribió a sus hijos unas
palabras después de haber aceptado un cargo como director británico de la Misión al interior
de la china.
No solo sacaba en esas palabras sus penas y pesares al no haber podido dedicarle más tiempo
a su familia, sino también el hecho de que cada cosa que hacemos para el Señor esta no queda
sin recompensa. Dios promete bendecirnos de gran manera, y nos dará lo que necesitemos Él
es fiel y será nuestra fortaleza y respaldo para pasar por todas estar circunstancias.
CONCLUSION: No importa el precio que tengamos que pagar, las batallas que tengamos
que librar, el esfuerzo que tengamos que hacer, sabemos que Dios nos llamó a su servicio y
nos apoyaremos completamente en el.
A Jesús le costó su propia vida, a nosotros nos corresponde una gota de sacrificio a nivel
personal y familiar.

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