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“Dos hombres dignos de ser imitados”

Lucas 1:1–4 Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la


historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, 2tal como
nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y
fueron ministros de la palabra, 3me ha parecido también a mí, después
de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen,
escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, 4para que conozcas
bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.
Hechos 1:1–5 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas
las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2hasta el día en que
fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el
Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; 3a quienes también,
después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas
indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles
acerca del reino de Dios. 4Y estando juntos, les mandó que no se
fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual,
les dijo, oísteis de mí. 5Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas
vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos
días.
INTRODUCCION:
El breve prólogo—o introducción—con el que Lucas (1:1–4)
comienza el Evangelio que lleva su nombre, pone de manifiesto a
dos almas grandes. Dos almas gemelas, diríamos, pues “el agua
busca su nivel”. Descubre—con unos cuántos trazos—a dos
personas llamadas, necesariamente, a hacer historia.

I. TEOFILO—el hombre dos veces amigo de Dios—


A. ¿Quién era? Un creyente de origen griego (v. 4)
—Era un personaje prominente: de alto rango, culto, tal vez
funcionario del Imperio Romano.
—Desconocemos tiempo y lugar, Pero lo cierto es que tuvo un
encuentro personal con Jesucristo y fue salvo.

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—A diferencia de muchos conformistas, que aceptan al Señor
y no se interesan en el crecimiento espiritual, Teófilo quería
ahondar en la más sublime de las ciencias: Jesucristo.
Hebreos 5:12-14 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto
tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los
primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser
tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13Y todo
aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia,
porque es niño; 14pero el alimento sólido es para los que han
alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos
ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.

B. Discípulo y maestro
—Para ser discípulo hay que ser disciplinado, dedicar tiempo,
pagar el precio, estar dispuesto a seguir al Maestro. ¡El estaba
dispuesto!
2 Timoteo 2:1-4 Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en
Cristo Jesús. 2Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto
encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a
otros. 3Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.
4Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de
agradar a aquel que lo tomó por soldado.

—Por esta razón se le dedica esta obra maestra de la literatura


“divino-humana”, porque quería ser, saber. Quería hallar
respuesta a sus inquietudes y preguntas. Quería estar preparado
para dar cuenta y razón de su fe.
—¿Para qué aprender, enseñar y discipular? Pablo responde:
“lo que has oído de mí … esto encarga a hombres fieles que
sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:2).
C. Dos veces Teófilo. Era Teófilo de nombre, pero llegó a hacer
honor al nombre que llevaba. Amaba de veras a Dios. Lo
mostraba con hechos. ¿Lo amas?

II. LUCAS (v. 3): “Me ha parecido también a mí …”

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A. Un hombre bien dotado por Dios
—Griego, médico, poseedor de un marcado don de gentes,
culto, brillante, conocedor del pensamiento helénico,
magnífico reportero y escritor.
B. Llega a conocer a Jesucristo
—¿Cuándo? ¡No lo sabemos! Pero ocurrió, pues cambió el
rumbo de su vida y trastocó su escala de valores.
Hechos 16:10 Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir
para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les
anunciásemos el evangelio.
C. Se ofreció con—lo que era y lo que tenía—al servicio del
Señor
—Dejó lo menos por lo más: comodidades, dinero, futuro
brillante. ¿Estás loco, Lucas? ¡Un hombre de tu talento, talla,
posibilidades!
—Hizo historia, ¡Se inmortalizó! Se convirtió en consejero
espiritual, ganador y artífice de vidas. Utilizó bien su
influencia sobre Teófilo.
D. Desarrolló—dentro de la esfera del servicio a Dios—sus
muchos talentos
Era un profundo pensador, gran organizador y una persona
disciplinada. La obra de su vida—Lucas y Hechos—revela que
era buen investigador, buen reportero, objetivo, honrado. Tales
cualidades las puso al servicio de la causa de Dios y de los
siervos de Dios, como el gran Pablo.
Hechos 8:4 Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes
anunciando el evangelio.

Aplicación
Sé como Teófilo: creyente, amador de Cristo, entregado a El,
discípulo. Sé como Lucas: Usa las hermosas cualidades con que Dios
te ha dotado para gloria de Dios y bien del género humano y jamás
para fines egoístas. Seamos hombres y mujeres útiles al Señor, a su
causa y a los dirigentes de la misma. ¡Como Teófilo y Lucas!

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