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Derecho Procesal Civil

Article · December 2013


DOI: 10.4067/S0718-80722013000200021

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Maite Aguirrezabal Grünstein


University of the Andes (Chile)
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JDulio
Revista2015 2015de Derecho Privado, Nº 25, pp. 303-312 [diciembre 2015]
Chilena
iciembre Derecho
Derecho
Procesal
Mercantil
Civil

Derecho Procesal Civil

Comentarios de jurisprudencia
Maite Aguirrézabal Grünstein
Universidad de los Andes

El deber de colaboración y la con- General de Bancos a Alfredo Pérez


ducta procesal de las partes1 Man­ríquez.
El demandado deduce y pierde
I. Introducción incidentes en varias ocasiones, por
lo que el 21 de diciembre de 2004
Se analiza la sentencia dictada por la el tribunal, haciendo aplicación de
Ilustrísima Corte de Apelaciones de lo dispuesto por el art. 88 del Código
Concepción, con fecha 24 de junio de Procedimiento Civil, ordena a la
de 2014, en los autos rol número 531- parte demandada la consignación de
2014, caratulados “Banco del Estado 2 U.T.M en la cuenta corriente del
de Chile con Alfredo Jiner Pérez tribunal para que pudiera deducir 303
Manríquez”, y en que se revoca la nuevos incidentes, consignación que
sentencia de primera instancia recha- en definitiva no se efectúa.
zándose el incidente de abandono de Con fecha 21 de marzo de 2014, el
procedimiento por no haberse dado demandado deduce incidente de aban-
cumplimiento a lo dispuesto por el dono de procedimiento, el que se tuvo
art. 88 del Código de Procedimiento Civil. por el tribunal como no interpuesto, al
Se efectúa un análisis del citado ar­- no haberse realizado la consignación
tículo en relación con el principio de decretada en 2004.
probidad que debe regir la conducta La demandada repone dicha re-
procesal de las partes. solución acompañando comprobante
de la consignación realizada con fecha
26 de marzo de 2014, acogiendo el
II.- Hechos relevantes
tribunal el recurso y ordenando la
que motivan el fallo
tramitación del incidente de abandono
Banco Estado demanda en un procedi- alegado por la recurrente, y acogién-
miento hipotecario regido por la Ley dolo en definitiva.
La demandante apela la resolu-
1
El presente trabajo se elabora en el marco ción fundada en el hecho de que el
del proyecto FONDECYT regular Nº 1150276, incidente debió haberse tenido por
titulado “La colaboración procesal como
elemento configurador del principio dispositivo
no interpuesto, acogiendo el recurso
en el proceso civil por audiencias”, del que la la Corte de Apelaciones y revocando
autora es la investigadora responsable. lo apelado, rechazando el incidente

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de abandono por no haber cumplido cial y aportar los materiales del


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el incidentista con lo dispuesto por el proceso...”4,
art. 88 del citado cuerpo legal.
y que les reconoce la iniciativa ex-
clusiva para poner en movimiento el
III. La cooperación de las partes aparato jurisdiccional, permitiendo
en el proceso como derivación
al ciudadano, sobre la base de un
del principio de la moralidad
criterio de oportunidad, decidir si
A lo largo de la historia, la relación lleva a la tutela judicial el derecho
entre la Ética y el Derecho Procesal ha subjetivo e interés legítimo del que
experimentado importantes cambios2 cree ser titular.
y estas fluctuaciones no han sido indi- Lino Palacio lo define como
ferentes al espíritu de las concepciones
ideológicas que han imperado en las “aquel en cuya virtud se con-
distintas etapas de su desarrollo. fía a la actividad de las partes
La forma como se conducen los tanto el estímulo de la función
sujetos en el proceso ha sido una pre- judicial como la aportación de
ocupación constante para la dogmática materiales sobre los que ha de
procesal, incorporándose bajo el alero versar la decisión del juez”5,
del principio genérico de moralidad , 3

304 que, a su vez, se disgrega en predica- agregando Eduardo Oteiza que el prin­
dos con concreción normativa como cipio dispositivo supone:
el de la buena fe, la colaboración o
cooperación procesal y la proscripción “el dominio de la parte sobre
del fraude o abuso en la actividad de el derecho que sustenta su pre­
defensa, regida primordialmente por tensión”6.
el principio dispositivo.
El principio dispositivo puede con-
Su vigencia obedece principal-
ceptuarse como aquel que en el pro­-
mente a la ideología liberal que impe-
ceso civil
raba en la época de la codificación a
fines del siglo xix y que se manifiesta
“atribuye a las partes la tarea
de estimular la actividad judi- en una desconfianza en los poderes
del Estado, y donde se considera que
2
Así por ejemplo, el Derecho Romano el proceso civil sirve en lo principal
no contemplaba la buena fe como principio para la discusión de intereses privados.
general y abstracto que debía informar al orde­-
namiento procesal, sino, más bien, como un
Tradicionalmente este principio,
factor creador de derecho que imponía con­ que se explica con la formula nemo iudex
ductas particulares a los litigantes.
3
Que Alvarado (2008), p. 262, define 4
Montero, Ortells, Gómez-Colomer
como “la erradicación del proceso de toda fuer­- (1995), 1993, pp. 465-471. En el mismo sentido,
za ilegítima”, agregando Gelsi (1982), p. 4, que Esparza (1995), p. 33.
“el abuso del proceso se fundamenta en la apli­- 5
Palacio (1979), tomo i, pp. 253-254.
cación del principio ético”. 6
Oteiza (2003), p. 83 y ss.

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sine actore7, confía a las partes el inicio “consiste en que las partes po-

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del proceso civil y la aportación del seen dominio completo, tanto
material probatorio. sobre su derecho sustantivo,
La doctrina alemana se encargó de co­mo sobre los derechos proce-
limitar el concepto de principio dispo- sales implícitos en el juicio, en
sitivo al de dominio por los litigantes el sentido que son libres de ejer­-
del interés privado, distinguiéndolo citarlos o no”10.
del principio de aportación de parte,
relativo a la introducción de la prueba Agrega Robert Wynes Millar que
en el proceso, separación que ha sido debería tratarse como un “principio de
acogida por doctrinas como la italiana elección dispositiva”11, porque si las par-
y la española8. tes tienen el completo dominio de sus
José María Manresa, redactor de derechos en el proceso, también tienen
la Ley de Enjuiciamiento Civil espa- la libertad para decidir el ejercicio de los
ñola de 1881, refleja tal sentir, cuando mismos, y utilizar o no los medios pro-
expresa: cesales que la ley coloca a su disposición.
El principio dispositivo ha sido
que “la mejor ley de procedi- también caracterizado en un sentido
miento es la que deja menos formal y en sentido material12.
campo al arbitrio judicial”, En la primera de sus manifestacio-
nes, se refiere al manejo del proceso
en la medida que este es “incompatible por parte de los interesados como 305
con las instituciones liberales”, confun- instrumento técnico que garantiza el
diendo el autor el dominio del objeto ejercicio de los derechos subjetivos
litigioso con el dominio respecto del que corresponderían a las partes en
proceso9. virtud del sentido material de este
En sentido similar discurren Emi- mismo principio, lo que les permitiría
lio Gómez Orbaneja y Vicente Herce decidir sobre el ejercicio de la acción y
Quemada, para quienes el principio los planteamientos que formulen al tri-
dispositivo propiamente dicho bunal, pero dentro de las limitaciones
Lo que significa que solo habrá actividad
7 formales establecidas por el proceso.
jurisdiccional si hay un demandante. Como bien señala Piero Calaman-
8
En este sentido, Cappelletti (1974); Lieb­- drei, es:
man (1960), p. 551 y ss.; Proto (2014). En lo que
respecta a la dogmática española, entre otros,
Aragoneses (1997), pp. 182-183; Gómez (1962), “la proyección en el campo pro­-
p. 191 y ss.; Serra (1972), p. 519 y ss.; Cor­- cesal de aquella autonomía pri­
dón (1995), p. 140 y ss. y Picó y Junoy (1996),
p. 207 y ss. 10
Gómez, Herce (1979), p. 191. Esta refle­
9
Manresa (1881), tomo i, p. 10, a lo que xión permite efectuar también la conocida
agrega Montero (1982), p. 80: “la base ideo­ distinción entre obligación y carga procesal, a
lógica liberal de los autores de la LEC les lleva partir de la cual el principio dispositivo tiene tam­-
a desconocer el reparto de funciones del juez bién un contenido de responsabilidad en su
y de las partes en el proceso, convirtiendo a ejercicio.
aquél en un ente pasivo y a estas en verdaderas 11
Wynesss (1945), p. 65.
dueñas de la litis”. 12
En este sentido cfr. Cappelletti, (1974).

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vada en los límites señalados por carácter pecuniario, personal o discipli-


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la ley, que encuentra su más nario a quien los infrinja15, ello en aten-
enérgica afirmación en la tra- ción al carácter abstracto y la dificultad
dicional figura del derecho para reconocer los casos específicos en
subjetivo y, mientras la legis- que la conducta es desleal o de mala fe.
lación substancial reconozca la Se diferencian de las obligaciones
autonomía, el principio dispo- y cargas procesales en que los deberes
sitivo debe ser coherentemente refieren a todos los intervinientes en
mantenido en el proceso civil, un proceso y tienen por objetivo su
como expresión insuprimible correcta realización, primando el inte­-
del poder reconocido a los par­- rés común por sobre el interés indivi-
t­iculares de disponer de su pro- dual del litigante, y que se refleja en su
pia esfera jurídica”13. actuar de buena fe16.
Así, en este marco de exigencia de
En su orientación material, el prin­- la buena fe, el principio de colabora-
cipio dispositivo resulta de mayor ción procesal coloca al justiciable en
aplicación cuando se trata de derechos un papel de cooperación con el servi-
subjetivos enteramente disponibles, cio judicial para que el proceso llegue
disminuyendo su vigencia cuando se a su fin solucionando la controversia,
trata de derechos o intereses donde se
puesto que se desarrolla a partir de
encuentran comprometidos derechos
una visión solidaria del proceso, que
306 indisponibles o el interés general,
se asienta e implementa a partir de la
aumentando en dichas hipótesis el
probidad procesal, con la finalidad de
principio de actuación de oficio, no
afianzar la ética en los intervinientes y
siendo en estos casos lícito para las par-
el resultado útil de la jurisdicción.
tes limitar la actividad jurisdiccional14.
La concepción del proceso como
La consagración de la buena fe como
un principio rector y el deber de cola­- un conflicto de carácter adversarial,
boración morigeran de cierta ma­nera Cfr. en este sentido Couture (1958), p. 210.
15

la supremacía de la disposición del pro­- Sobre la distinción entre cargas, deberes


16

ceso por las partes. y obligaciones procesales véas Carretta (2008),


Ambos han sido considerados como pp. 101-127. James Goldsmichdt y Francesco
Carnellutti los visualizan como cargas procesales
verdaderos deberes o imperativos ju- y no como obligaciones o deberes, puesto que
rídicos tendientes a la ordenación del se fundan en el hecho de que las partes actúan
proceso, pero imposibles de cumplir for- movidas por sus propios intereses y no por
zadamente, por lo que el ordenamiento el servicio de intereses ajenos. Golsdchmidt
(1936), p. 20, define la carga como “la necesidad
trata de evitar su infracción a través de de realizar un acto para prevenir un perjuicio
la imposición de diversas sanciones de procesal”, agregando Carnellutti, (1944), pp.
155-166 que la distinción entre carga y obligación
13
Calamandrei (1981), pp. 404-405. se fundaba en “la diversa sanción conminada a
14
Couture (1958), p. 186. Sería el caso, por quien no realiza el acto; existe sólo obligación
ejemplo, de los procesos relativos al estado civil cuando la inercia da lugar a una sanción jurídica
de las personas o los procesos ante los tribunales (ejecución o pena); en cambio si la abstención del
de familia e, incluso, ante los tribunales del acto hace perder sólo los efectos útiles del acto
trabajo. mismo, tenemos la figura de la carga”.

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ha dado paso a una ideología menos legal basada en la verdad objetiva y en

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conflictual y más colaborativa, y en el deber de las partes colaborar con el
este esquema: juez asumiendo este último deberes no
con las partes sino con la sociedad, en el
“la moralización del proceso y ejercicio de la función jurisdiccional19.
el llamado solidarismo toman El deber de colaboración consti-
la palabra buscando dejar atrás tuye una especificación del principio
la idea del proceso como una de la moralidad o lealtad procesal,
contienda entre partes parcia- definida como:
les enfrentadas ante un tercero
imparcial, y en el afán de la “el conjunto de reglas de con-
búsqueda de la verdad objeti- ducta, gobernadas por el impe-
va impone la redefinición del rativo ético, a las cuales deben
principio de la buena fe pro­- ajustarse todos los sujetos del
cesal para dar lugar a un deber pro­ceso...”,
de colaboración entre todos los
que intervienen en el proceso, y que:
incluyendo deberes de asisten-
cia del juez, y los deberes de “proscribe la malicia, la mala
veracidad e integridad de las fe y la deshonestidad como ins-
partes”17. trumentos inaceptables para
ganar los pleitos”20, 307
Hernando Devis Echandía recono-
ce esta distinción cuando señala que de manera que la buena fe, la vera-
del proceso surgen verdaderos deberes cidad y la probidad son parte de este
procesales, a cargo de las partes y de principio general, y que en la práctica
sus apoderados, los cuales implican equivale a mencionar lo recto, lo hon-
un comportamiento exigible durante rado, lo moral abarcando desde un
el desarrollo del proceso, y que puede punto de vista ético toda actuación de
cumplirse de modo voluntario o bien las partes en el proceso, oponiéndose
coactivamente18. el litigante probo al improbus litigator21,
La lealtad y la probidad vendrían que es aquel que actúa con falta de
a ser manifestaciones inseparables del
principio de la buena fe, puesto que esta
19
Así lo ha reconocido, por ejemplo, el
Código de Procedimiento Civil alemán, cuando
última encuentra su principal apoyo señala: “las partes tienen el derecho y el deber
en la idea de que el proceso civil no es de participar en el proceso y, especialmente,
una contienda que se desarrolla ante de colaborar para la declaración de la situación
un tercero imparcial, sino que, por de hecho. Sus respectivas declaraciones y
deposiciones deben ser completas y veraces”.
el contrario, el proceso constituye un 20
Bustamante (2010), p. 98.
camino que termina en una solución 21
Que puede conceptuarse como el litigante
temerario, el que carece de fundamento para de­-
Palomo (2013), p. 449. Cfr. también este
17
mandar y que permite también establecer
sentido, Cappelletti (1969), p. 169. ciertos parámetros para definir el estándar del
18
Devis Echandía 1990), p. 401. correcto litigante.

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rectitud ya sea con referencia a todo un proceso, partes, abogados y fun-


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el proceso como instrumento para la cionarios judiciales contrarían estos
aplicación del derecho sustantivo o principios24, y de acuerdo con lo que
respecto de determinadas actuaciones se ha venido señalando, existe una ten-
del mismo. dencia a depurar el proceso de la mala
Se traduce principalmente en la con­- conducta procesal, y cuyos resultados
ducta procesal observada por las par- prácticos se traducen primordialmente
tes en todas sus intervenciones, y en en la atribución de poderes del tribu-
virtud del cual se sancionan las actua- nal como
ciones abusivas de quienes traicionan
el ideal de la búsqueda en el éxito del “el más ponderable elemento
proceso civil para que produzca los para la agilización del proceso
resultados de justicia esperados. a la sancionabilidad de la in­
Las actuaciones sancionadas son con­ducta que tienda a entor­pe­-
aquellas que se cometen con abuso del
cer el trámite”25,
proceso, lo que en palabras de Os­val-
do Gozaíni:
y que normalmente se traduce en la
imposición de multas o indemniza-
“es el ejercicio abusivo de los
ciones26.
ac­tos procesales regulares, váli­-
dos y eficaces que conformen 24
Agrega Gozaíni (2009), p. 465, que
308 el debido proceso, pretendien- la discusión sobre la necesidad de obrar con
do alterar su virtualidad”, lealtad y probidad se instala cuando se advier­
ten los desatinos de la conducta de las partes
y las continuas posibilidades de exceso que
o facilitaba el principio dispositivo, interpretado
sin otro límite que el interés de los litigantes o
“utilizar una facultad procesal el ejercicio del derecho de defensa.
25
Clariá (1970), p. 3. En sentido contrario
con un destino distinto al pre- Fernando de la Rúa, citado por Condorelli
visto constitucionalmente”22. (1986), p. 180 y ss., quien considera que la re­
presión de conductas abusivas infundiría en las
Sin perjuicio de lo señalado, parte de partes un temor por las sanciones que podrían
aplicarse, lo que perjudicaría el derecho de
la doctrina considera que no es correcto defensa de las partes. Plantea que la solución
establecer que en el proceso existan debería radicar en la prevención y no en la
tales deberes u obligaciones, puesto que sanción, pero que esta solución se vería obs­
ambas nociones contrarían el espíritu taculizada por la falta de inmediatez en el
proceso. Esta opción ha sido abiertamente
dispositivo de los derechos de los que criticada por Epifanio Condorelli, quien
gozan las partes, diferenciándose los sostiene: “no se ve muy claramente de qué
conceptos de carga, deber y obligación23. manera en concreto, se violenta el derecho
Sabido es, sin embargo, que a de defensa en juicio...” y que “pareciera difícil
conciliar el concepto de Litis temeraria con el
través de diversas prácticas judiciales principio de que es lícito utilizar todos los medios
activas o pasivas los intervinientes en para hacer valer un derecho que se preten­de”.
26
En Colombia, la ley Nº 1.285 de 2009,
22
Gozaíni (2009), p. 510. que reforma el Estatuto de la Administración de
23
Cfr. Couture (1958), p. 171 y ss. Justicia, aborda los poderes del juez y lo faculta

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El art. 88 del actual Código de Proce­ “la parte que haya promovido

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dimiento Civil recoge estas tendencias, y perdido dos o más incidentes
cuando ordena al juez la imposición planteados fuera de audiencia
de consignaciones previas o la facultad no podrá promover ningún
para sancionar al mandatario judicial otro de esa índole, sin que pre-
de la parte que goza de privilegio de viamente consigne en la cuenta
pobreza, por la interposición de in- corriente del tribunal la canti-
cidentes, cuando en ellos ha existido dad que este fije. El tribunal,
mala fe o el claro propósito de dilatar de oficio y en la resolución que
el proceso y que, repitiendo el proyec- deseche el último incidente, de-
to de Código Procesal Civil actualmente terminará el monto a consignar.
en tramitación, conserva el deber de Este fluctuará entre una y diez
consignar como obligatorio, pero man- unidades tributarias mensuales,
tiene como facultativo para el tribunal y se aplicará como multa a
la imposición de multas a los abogados beneficio fiscal, cada vez que
o mandatarios judiciales, que deriven fuere rechazado un incidente
de incidentes dilatorios o abusivos. que promueva con posteriori-
En este sentido, dispone el art. 135 dad. El tribunal determinará
del mencionado Proyecto: dicho monto considerando la
actuación procesal de la parte,
para sancionar ciertas conductas que contravienen y si observare mala fe en la
la buena fe, la lealtad y la moralidad procesal, interposición de los nuevos
309
estableciendo que el juez podrá imponer multas
a las partes o a sus abogados cuando a sabiendas
incidentes, podrá aumentar su
se ale­guen hechos contrarios a la realidad; cuando cuantía hasta por el duplo”,
se uti­lice el proceso, incidente o recurso para
fines claramente ilegales; cuando se obs­truya, agregando la norma que aquellos que
por acción u omisión, la práctica de pruebas o
injustificadamente no suministren de manera gocen de privilegio de pobreza no es-
opor­tu­na la información o los documentos que tarán obligados a efectuar dichas con-
estén en su poder y les fueren requeridos en signaciones, pero permitiendo al juez,
inspección judicial o mediante oficio y cuando
en este caso, imponer personalmente
sin justificación no presten colaboración en
la práctica de pruebas y diligencias y cuando al abogado o al mandatario judicial
adopten una conducta procesal tendiente a dilatar que lo hubiere promovido, por vía de
el proceso o por cualquier medio se entorpezca pena, una multa a beneficio fiscal de
el desarrollo normal del proceso. Así, la Corte
Constitucional de dicho país, en sentencia
una a diez unidades tributarias men-
C-713-2008, ha hecho algunas precisiones en suales, siempre que estimare que en su
torno al artículo, precisando cuándo es válida interposición ha existido mala fe o el
la imposición de sanciones o los criterios para claro propósito de dilatar el proceso,
determinar dicha aplicación. Así, se ha señalado
que debe valorarse la naturaleza del proceso, y en la misma resolución que rechace
la trascendencia de la falta, las condiciones cualquiera de los incidentes.
particulares del responsable y su situación En relación con la sentencia de la
económica, debiendo, además, la imposición
Corte de Apelaciones, debemos señalar
de la multa debe deberse necesariamente a la
temeridad o mala fe del responsable y no del que nos parece adecuado el criterio
ejercicio legítimo de un derecho de las partes. revocatorio de la resolución de primera

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instancia, ya que el tenor del art. 88 es adversarial del proceso, han


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claro cuando expresa en su inciso pri- repercutido en un cambio en
mero que la parte que haya promovido la concepción sobre la conduc-
y perdido dos o más incidentes ta de los sujetos que inter­vie­-
nen en el proceso.
“no podrá promover ningún 2) Se alzan como deberes dig-
otro sin que previamente depo- nos de reconocimiento, el de
site en la cuenta corriente del tri- obrar de buena fe y el de la
bunal la cantidad que éste fije”. colaboración de las partes en
el proceso, que tienen como
Por lo tanto, puede concluirse que finalidad última alcanzar un
la consignación debe efectuarse antes resultado justo y útil a través
de la promoción del nuevo incidente, y de la jurisdicción.
el abandono de procedimiento alegado 3) En ocasiones resulta muy com-
en los autos que se comentan se promo- plejo determinar si el actuar de
vió sin esa consignación previa, aten- las partes ha sido realizado con
tando de esta manera contra el texto mala fe, mas cuando debe res-
expreso de la norma, señalándolo así petarse el pleno ejercicio del
la primera decisión. derecho de defensa.
Luego, el intento de salvar esta in­- 4) Por lo anterior, el juez debe po-
fracción consignando junto con el re- seer herramientas que le per­-
310 curso de reposición, no solo constituye mitan controlar que la conduc-
una segunda infracción de la ejecutada ta de las partes se ajuste a los
al artículo en comento sino que, tam- deberes de lealtad y probidad
bién, un abuso en la utilización de los procesal, ya sea de modo pre-
medios de impugnación, puesto que ventivo o, bien, a través de la
en las circunstancias descritas, el re­- imposición de multas y sancio-
curso de reposición interpuesto ca­re­ nes una vez que se acredita el
cía de agravio, constituyendo solo un actuar abusivo.
me­canismo carente de fundamento
plau­sible que perseguía modificar la
correcta decisión del tribunal dando V. Bibliografía citada
cumplimiento extemporánea a la car-
ga que le correspondía, habiendo ya Alvarado Velloso, Adolfo (2008). In­
caducado el plazo para su realización. troducción al estudio del derecho procesal,
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arrollarse la actividad jurisdic- al. Derecho procesal contemporáneo.
cional que superan la versión Medellín: Universidad de Medellín.

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