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El documento discute varios temas relacionados con la consejería cristiana, incluyendo la consejería prematrimonial, la pornografía, el matrimonio, el miedo, la depresión, las adicciones y la psicología. Sugiere que el matrimonio debe reflejar el amor incondicional de Cristo y que la pornografía es dañina para los matrimonios. También dice que la Biblia debe ser la base para tratar problemas como el miedo y la depresión, aunque los medicamentos a veces pueden aliv
El documento discute varios temas relacionados con la consejería cristiana, incluyendo la consejería prematrimonial, la pornografía, el matrimonio, el miedo, la depresión, las adicciones y la psicología. Sugiere que el matrimonio debe reflejar el amor incondicional de Cristo y que la pornografía es dañina para los matrimonios. También dice que la Biblia debe ser la base para tratar problemas como el miedo y la depresión, aunque los medicamentos a veces pueden aliv
El documento discute varios temas relacionados con la consejería cristiana, incluyendo la consejería prematrimonial, la pornografía, el matrimonio, el miedo, la depresión, las adicciones y la psicología. Sugiere que el matrimonio debe reflejar el amor incondicional de Cristo y que la pornografía es dañina para los matrimonios. También dice que la Biblia debe ser la base para tratar problemas como el miedo y la depresión, aunque los medicamentos a veces pueden aliv
IGLESIA DE DIOS PENTECOSTÉS LA ROCA DE LOS SIGLOS DE GUATEMALA
SEMINARIO BÍBLICO TEOLÓGICO
CURSO: CONSEJERÍA CRISTIANA SEDE: MOMOSTENANGO
CONSEJERÍA CRISTIANA
Elaborado Por: América Jessenia Pérez Pérez
Facilitador: Marvin Bulux
MOMOSTENANGO, JULIO DEL 2019
Consejería prematrimonial, pornografía y matrimonio Según Winston Smith, la palabra de moda para los matrimonios en general parece ser la compatibilidad ya que la idea es “encontrar tu alma gemela” o la persona más compatible contigo. Incluso en Proverbios hay cierta sabiduría esencial sobre compatibilidad. El matrimonio es mucho más pesado cuando te casas con alguien que no te gusta o con quien no te lleves bien; pero la gente lo hace. Está bien hablar de compatibilidad y reconocer que es un factor importante, pero cuando sólo se considera por sí solo es cuando comenzamos a jugar con el egoísmo y la pecaminosidad del corazón humano. La mayor parte de los jóvenes que se casan es debido a que es muy agradable estar con alguien con quien disfrutas y te diviertes. La diversión puede ser uno de los grandes beneficios, pero en última instancia. Un matrimonio es la imagen de la relación de Cristo con su esposa; la iglesia y su amor por ella. Es nuestra obligación en el matrimonio demostrarlo, siendo un retrato caminante y hablante de este tipo de amor; esa clase de amor es incluso más visible cuando las cosas van mal. Po lo tanto es crucial escoger con sabiduría a alguien a quien amar en todo tiempo y viceversa. Winston afirma que una de las presiones culturales más dañinas para el matrimonio, es la pornografía, anteriormente alguien que quería meterse en la pornografía tenía que estar dispuesto a pasar por una vergonzosa barrera, su nombre y rostro se asociarían al material que estaba sosteniendo; pero en la actualidad el anonimato parece casi garantizado, y no sólo está disponible sino que invade tu vida. La manera más adecuada de tratar con estos casos es hablarlo como lo que es, un problema que está afectando a nuestras iglesias. Crear foros/grupos donde las personas que están batallando puedan hablar sin sentirse avergonzados; esto debería de ser parte de una larga cultura de discipulado y responsabilidad que los pastores deberían cultivar en sus iglesias. La manera más conveniente para cultivar matrimonios saludables es dando el ejemplo y no simplemente saltar a un programa. El enfoque que toma el coordinador de consejería en CCEF Winston Smith, acerca de la consejería pre-matrimonial y como base toma la sabiduría para escoger al compañero o compañera de vida, me parece muy conveniente, además, sugiero que se hable de éstos temas no sólo en esta etapa, sino que sea tomado en cuenta como una prioridad para los jóvenes en general los temas de noviazgo y sexualidad para que estén preparados para escoger sabiamente a su pareja. El autor afirma que la relación del matrimonio debe tomarse en cuenta como un reflejo del amor incondicional de Cristo hacia su esposa, que es la iglesia, de la misma manera tanto el esposo como la esposa deben demostrar este amor, es un retrato evidente de lo que significa el amor de Cristo. Antes de casarse darse cuenta si realmente están dispuestos a estar con su pareja en momentos felices y más aún en los momentos difíciles para ambos. Para el caso de la pornografía, considero muy acertada la propuesta del autor de abrir un foro con las personas que están luchando contra este mal, de modo que las personas puedan hablar sin temor a ser juzgados y rechazados por los demás. ¿Cómo pueden los pastores entender el temor, los medicamentos y las adicciones? La base que ha utilizado el psicólogo Ed Welch, para escribir sus dos libros enfocados en el temor, ha sido la Biblia; percatándose de que Dios continuamente habla de una manera preciosa a aquellos que luchan contra el miedo. El autor considera que es necesario que los pastores se capaciten para enseñarle a su congregación a cómo luchar contra el miedo. El miedo es un fenómeno universal, a las mujeres les es más fácil aceptar el miedo que en el caso de los hombres. En los hombres surge principalmente cuando algo preciado está en peligro y su respuesta ante ellos siempre se deduce en agresividad; la mayoría de los pecados masculinos están rodeados por el miedo. Es una exageración decir que la Biblia condena y prohíbe el uso de medicamentos. Los fármacos actuales tratan de disminuir ciertos sufrimientos y por lo tanto no podemos estar en contra de ello. Más bien lo que las Escrituras hace es darnos sabiduría; una sabiduría que tiene su base en el temor de Dios. Aquellos que están a favor de los medicamentos han visto que mitigan el sufrimiento en la vida de alguien y los que están en contra consideran que no debemos poner nuestra confianza en los medicamentos, sino en Cristo. La Biblia enseña que el ser humano es cuerpo, pero también es alma; ambos contribuyen de manera distinta y trabajan juntos para formar a un solo individuo. Los fármacos tienen un área de trabajo limitado, no tienen la capacidad de cambiar nuestros vínculos espirituales del corazón que es el aspecto más importante de toda la vida. La depresión es una clase de sufrimiento y los medicamentos en ciertos casos ayudan a aliviar este padecimiento, pero hay algo más profundo que podemos aprender y esto es dirigir nuestra mirada a Cristo en medio de nuestro sufrimiento. El autor Ed Welch escribió un libro titulado Cross Roads, dirigido a aquellos que están luchando en contra de alguna adicción. Presenta la Palabra de Dios de una manera clara, accesible, atractiva y persuasiva. Las bases que utiliza el psicólogo Ed Welch para tratar casos de miedo, depresión y adicción, las considero muy pertinentes porque tienen su esencia en las Sagradas Escrituras, tomando al ser humano de manera bidimensional (cuerpo y alma), que aunque trabajan juntos para formar un solo individuo, también pueden diferirse el uno del otro, por lo tanto hay padecimientos que deben tratarse de diferentes maneras. No podemos ir a ninguno de los dos extremos; prohibir los fármacos y tampoco poner nuestra confianza absoluta en ellos. Es necesario que utilicemos la sabiduría para discernir en qué momentos es conveniente utilizarlos y en qué momento debemos excluirlos. Nuestro enfoque principal debe ser poner nuestra mirada y confianza en Cristo Jesús, él ha dicho que en el mundo tendremos aflicciones, pero debemos creer absolutamente en él; porque él ya ha vencido al mundo, ya ha clavado nuestros temores y adicciones en la cruz del calvario, sólo es cuestión de que nosotros le entreguemos nuestras cargas al Príncipe de Paz, de modo que como dice las Escrituras de nuestro interior correrán ríos de agua viva, que saciarán nuestra sed definitivamente y así alcanzar nuestra plenitud en Cristo Jesús. La psicología: ¿Un nuevo caballo de Troya en la iglesia? El Predicador Sugel Michelén expone que desde hace algunas décadas, muchos cristianos profesantes han comenzado a poner en duda la suficiencia de Cristo y de su Palabra para la guía y dirección de la vida cristiana y para enfrentar los problemas del alma, por lo tanto buscan alternativas en la psicología secular. Es esto entonces una de las causas principales de la decadencia espiritual en estos días. La Biblia ha sido relegada a un segundo plano y a veces, en la práctica eliminada completamente; tales acciones tergiversan la relación del cristiano con Dios, retarda su santificación y debilita a la iglesia. Presuponer que necesitamos la psicología para tratar problemas del alma es falso, más bien la psicología estudia la conducta humana. Por lo tanto es una presuposición errónea. La psicoterapia es una especie de religión que posee sus credos y dogmas, en los que sus adherentes ejercen fe. Los problemas con los que lucha la psicología son esencialmente religiosos. Los más grandes representantes de la psicología (Sigmund Freud, Carl Jung y Carl Rugers) repudiaron al cristianismo y no sólo eso, sino que los dos últimos terminaron en la práctica del ocultismo y la nigromancia. Otra presuposición errónea es el hecho de que existan “psicólogos cristianos” piensan estar en una mejor posición que los psicólogos que no son cristianos y de los consejeros cristianos. El problema es que la psicología está tajantemente en contra de las bases del evangelio, por lo tanto no debe haber una relación satisfactoria entre ambas perspectivas. La tercera presuposición errónea es que existen enfermedades mentales, tal cosa es un mito. A la iglesia se le ha embaucado para que crea que los problemas de la vida son problemas del cerebro, que requieren soluciones científicas, más que problemas de la mente que requieren soluciones bíblicas. La Biblia es un manual completo de todo lo que nuestras almas necesitan para una vida bienaventurada. Los problemas del alma deben tratarse con Cristo y su Palabra. El enfoque radical que maneja el autor acerca de la psicología, como una religión que tergiversa las verdades divinas del Evangelio de Jesucristo, considero que es un extremo ya que como cristianos debemos tomar en cuenta la psicología como una ciencia que nos da algunas herramientas para tratar de manera ética las dificultades de los aconsejados. No debemos utilizar la psicología como base esencial para tratar los casos sino simplemente como un factor adherido, ya que el Espíritu Santo es el que nos permite tener el discernimiento para tratar con sabiduría los casos. Sin Dios nada podemos hacer, por lo tanto, lo más importante para un consejero cristiano es tener una plena comunión con Dios y su Espíritu para ser utilizado como un instrumento de edificación y restauración para los aconsejados. De hecho considero que si el consejero tiene cierto conocimiento acerca de la psicología, puede manejar de manera ética los casos que se le presenten, e incluso someter su profesión como una ofrenda a Dios, utilizando sus conocimientos para la edificación del cuerpo de Cristo, no podemos desligarnos de los avances científicos y tecnológicos de la actualidad, sino al contrario utilizarlo para expandir el reino de Dios. ¿Somos espíritu, alma y cuerpo? Tricotomía o dicotomía A medida de que el autor David Barceló avanzaba en sus estudios de psicología, la pregunta de que si el ser humano es tricótomo (cuerpo, alma y espíritu) o dicótomo (cuerpo y alma), cobraba cada vez más importancia en su cabeza. La teoría de la tricotomía del ser humano, parece haber sido aceptada ampliamente en círculos evangélicos y de hecho se ha utilizado como argumento para aceptar la psicología dentro de la iglesia. Parece lógico: tres partes de la persona, tres tipos de problemas, tres profesionales (médico, pastor y psicólogo). El único pasaje que se utiliza para defender la tricotomía es 1Tesalonicenses 5:23, en el que el apóstol Pablo desea describir la totalidad de nuestro ser. Para entender la antropología bíblica es necesario ver las escrituras en su totalidad. Dios formó al hombre de dos sustancias (del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida). Según el contexto la sustancia material llamada “cuerpo o carne” y la sustancia inmaterial es llamada “espíritu, alma, mente pero sobre todo corazón”. Es imposible distinguir entre el alma y el espíritu, porque nos referimos a lo mismo. En la Biblia encontramos muchos paralelismos hebreos que usan ambos términos como sinónimos. Somos un corazón que se comunica a través de un cuerpo. Esta es la comprensión bipartita del ser humano que la iglesia cristiana siempre ha sostenido. Los pastores y consejeros tienen la responsabilidad de ser instrumentos en las manos de Aquel que conforta nuestras almas y tratar aquellos asuntos del corazón que según el mundo son psicológicos. No cabe duda de la gran creatividad que Dios tuvo al crear a la humanidad de una manera tan compleja, ni aún con todo el avance científico y tecnológico de la actualidad se ha logrado interpretar de una manera concreta los misterios de la vida humana. Las teorías que describen la naturaleza humana quedan aún cortas, Dios es un verdadero artista y sólo con el Espíritu de Dios como guía, podremos descubrir las verdades que se encierran en los misterios de la creación. Dios le dio mucha importancia al ser humano, de tal modo que tenemos la dicha de ser llamados sus hijos y todo nuestro ser debe estar sometido ante su voluntad, no como esclavos sino en son de gratitud por el sacrificio de Jesús para redimir no sólo nuestro espíritu sino en un futuro glorioso, nuestros cuerpos también han de ser glorificados. Esta es una de las más grandes verdades del evangelio de Jesucristo, es por ello que los pastores y consejeros deben procurar el bienestar integral del sus aconsejados, hoy en día es tan fácil desviarse de las verdades de las Sagradas Escrituras, pero debemos estar firmes en la fe y tener nuestra confianza total en nuestro Salvador. Todo nuestro ser necesita ser redimido por la sangre de Jesucristo que por amor padeció para que nosotros seamos salvos. Considero que no es malo auxiliarse de algunas técnicas propuestas por la psicología, que pueden ser apropiadas para el caso, pero sobre todo depender del Espíritu Santo como guiador en todo el proceso de consejería. En la terraza del rey: El cristiano y el pecado sexual secreto David salió a pasear por la terraza del palacio. Desde allí vio a Betsabé que se estaba bañando, la deseó en su corazón y la hizo traer a sus aposentos. Un pecado que el rey se esforzó por mantener oculto. Un pecado sexual secreto cuyos efectos catastróficos empezó a sentir de inmediato en su propia alma. Pero la historia del rey David tristemente se repite en la vida de muchos cristianos. La terraza del rey David sigue abierta al público, solo que ahora modernizada por la tecnología. El autor David Barceló comparte diez grandes temas para ofrecer ayuda al que lucha contra el pecado sexual secreto. 1. Confiesa tu pecado: es indispensable hacer que el pecado secreto deje de ser secreto, y así recibir dirección. 2. Confiesa tu idolatría: el hombre en vez de adorar al Creador, prefiere adorar a las criaturas. En los actos de pecado sexual se está rindiendo un verdadero culto idolátrico. 3. Adora a Cristo: a medida que todo nuestro ser se goza en adorar a Dios, la idolatría se difumina. 4. No obedezcas a tu cuerpo: David estaba ocioso en su palacio tomando una larga siesta. Escuchó a su cuerpo, el bienestar que le demandaba y se entregó a la comodidad absoluta. 5. Controla tus ojos: los ojos son la puerta de entrada al alma, y es donde debemos poner los mejores centinelas. Los ojos fueron creados para contemplar la belleza del Creador. 6. Controla los ojos del alma: el alma también tienen ojos que debemos controlar. Fantasear es jugar a ser Dios e imaginar (según nosotros) un mundo mejor. 7. Teme las consecuencias: todo pecado tiene consecuencias, una onda expansiva de destrucción. Como un cáncer, el pecado va ganando terreno en el corazón y éste va perdiendo su sensibilidad. 8. No proveas para la carne: es necesario poner límites a la capacidad de pecar, y construir verdaderas murallas que detengan nuestros pasos. 9. Sé valiente: abandona la lujuria, camina en pureza y santidad, y ora al Señor. 10. Teme a Dios: el más importante ingrediente, es la necesidad de crecer en el temor de Jehová. Uno de los grandes ejemplos es el joven José en Egipto, colocando su temor de Dios en primer lugar de manera que no cedió ante la tentación. No existe una fórmula mágica para hacer que el ser humano cierre sus ojos, y evitar que vea las tentaciones que han sido preparadas para él. El mundo nos ofrece un sinfín de tentaciones atractivas a nuestros sentidos, hasta el punto de cautivar nuestra voluntad, progresivamente invadir nuestros pensamientos, y si cedemos el fin es muerte, una muerte espiritual lenta, que nos atormenta y lo peor aún, afecta a los seres que más amamos. El único camino seguro es seguir a Cristo, seguir sus mandamientos, imitar sus acciones y sobre todo rendir nuestra voluntad a sus pies. Rendirnos voluntariamente para que Jesús moldee nuestras vidas a través de su Espíritu Santo y su Palabra, como barro que se deja moldear por las manos el alfarero, hasta que la creación sea perfecta, de hermoso parecer y útil para servir. Con el sacrificio del Cordero de Dios, ahora podemos entrar confiadamente ante el trono de la gracia, de modo que nos parezcamos a Dios en nuestro modo de vivir, Dios nos exhorta para ver en dónde hemos caído y regresar, regresar ante su presencia para ser renovamos continuamente y si nos rendimos a él, él no descansará hasta perfeccionar su obra en nosotros. Aconsejando a la mujer creyente que tiene un esposo no creyente Elba Ordeix de Reyes, con base en las experiencias que durante muchos años ha obtenido ayudando a muchas mujeres creyentes, que tienen un esposo no creyente y por lo tanto están sufriendo enormemente. Es grande el dolor que ellas experimentan y en ocasiones va acompañado por el abandono emocional o físico, la infidelidad, la falta de liderazgo para ellas y de ejemplo para sus hijos. La Palabra nos enseña a ser capaces de ser empáticos con los que lloran y atraviesan situaciones difíciles. Su dolor es legítimo y Dios ve cada una de sus lágrimas y escucha su clamor. Al mismo tiempo es nuestro deber ayudarlas a poner su mirada en la realidad que ofrece el evangelio que han creído y animarlas a poner su confianza en el Dios soberano. Necesitamos ayudarlas a ver el dolor como un instrumento de cambio en las manos de un Dios que las ama. Después de la caída, la creación sufre los estragos del pecado y se refleja en nuestro entorno y en nuestras relaciones, siendo una de ellas el matrimonio, porque representa el diseño de Dios, un pacto eterno ante un Dios eterno. Él creó al hombre para modelar su imagen siendo líder, cabeza, protector y cuidador de su esposa, y familia, de la misma forma como Dios lo es nosotros. Y la mujer fue creada para reflejar la ayuda que Dios nos da cada día. La única solución ante esta situación, es vivir el evangelio cada día, por difícil que pueda ser su relación, tratando en todo tiempo de salvar su matrimonio, esta es una instrucción de Cristo y también de Pablo. Esta es una manera de ser irreprochables ante los que no conocen al Señor y darle la gloria a nuestro Dios. Dios usa ese dolor para moldear a la mujer de modo que se parezca más a Jesús en cada situación, teniendo una vida de adoración. Las verdades eternas son las que deben dar sentido a su vida para ser su gloriosa identidad. Como iglesia de Cristo somos llamados a sobrellevar las cargas los unos de los otros. Esto requiere un trabajo en equipo para aconsejar bíblicamente y brindar orientación y apoyo a las familias que sufren. Las hermanas que están atravesando esa difícil situación deben ser renovadas en la esperanza que tienen en Cristo. Es inevitable tratar un caso de esta naturaleza y no sentir el deseo de ayudar a estas mujeres, que han estado luchando contra la incredulidad de su esposo, quien debiera de ser la cabeza de la casa y más aún fungir con la responsabilidad del sacerdocio en su hogar. El problema más complicado sin duda es el de aquellas que cuando se casaron, aparentemente el esposo tenía su fe, una fe firme en el Señor, pero a medida que el tiempo fue transcurriendo, las dificultades se fueron haciendo presentes y la peor de todas es la pérdida de fe en Dios. Es difícil llevar una vida así, porque solo en Cristo hay plenitud gozo y una estabilidad matrimonial. Lo más importante en estos casos es dedicar el matrimonio a Dios, porque cuando lo hacemos le estamos dando la autoridad a Dios para que obre conforme a su voluntad. La esposa no puede hacer más que cumplir con gozo sus responsabilidades como esposa y orar por su esposo porque sólo Dios a través de su Espíritu Santo puede cambiar el corazón de piedra de una persona y transformarlo en un corazón de carne, sensible principalmente a la presencia de Dios. Aconsejando a quienes luchan con pensamientos suicidas El pastor Newton Peña, tiene la firme convicción de que la Escritura nos dice que Dios creó un mundo de indescriptible belleza y bondad, ésta sigue revelando la majestad del Creador y su eterno poder y divinidad. El estado del primer hombre en el Edén fue maravilloso, en plena comunión con su Creador y viviendo en medio de todo lo que era bueno en gran manera. El hombre vino a ser la representación visible del Dios invisible. Cuando el hombre prefirió escuchar la voz de la serpiente, que obedecer a la voz de Dios, entró el pecado al mundo y con ello el decaimiento y la muerte, el sufrimiento y la agonía, el lloro y el lamento sobre el viejo y el joven, el rico y el pobre, el entendido y el ignorante. Todo el sufrimiento que hay en este mundo, son solo un muestra de la realidad de que estamos bajo maldición. Como resultado su razonamiento se envaneció y su corazón se entenebreció. No es de extrañarse que el hombre esté atestado de toda clase de maldad, tenga deseos perversos y pensamientos que le perturben entre los cuales está el suicidio. La raíz de querer quitarse la vida es complejo y su fruto desconcertante: 1. Es complejo en su raíz porque es contradictorio. Por un lado niegan la existencia de la Omnipotencia de Dios, porque si así fuera cambiaría su situación; es necesario mostrarles que en la Escritura coexiste una tensión entre la soberanía absoluta de Dios y la responsabilidad humana. 2. Es desconcertante en su fruto. Una persona que trata de suicidarse, realmente desea escapar, retornar a un estado de paz, sin lamento ni sufrimiento; pero no la busca en Dios. Muchos argumentan la idea de quitarse la vida con las palabras del apóstol Pablo “El morir es ganancia”, pero realmente esa no es la intención de Pablo al contario, en el diccionario de Pablo el sufrimiento equivale a “privilegio” y aún más, motivo de “gozo” que lo transforma en gloria. Por tanto lejos de alentar el suicidio, lo combate con los propósitos redentores de Dios en los sufrimientos de Cristo en la cruz. La consejería busca redefinir el morir y el vivir, así como el sufrimiento, en los corazones de aquellos quienes piensan en el suicidio como alternativa disponible para ellos. El hecho de que una persona quiera acabar con su vida, es una evidente prueba de que vivir ya no le trae placer y es entonces que comienza a buscar pretextos para argumentar y respaldar su decisión, e incluso llegar hasta el extremo de decir que el suicidio es incluso una opción tomada por el apóstol Pablo. Éste ya es el estado último de una posible depresión y el cansancio ante las dificultades de la vida. Esto sucede si, y sólo sí nos alejamos de la fuente de vida que es nuestro Señor Jesucristo. Debemos hacerles ver que esta acción no es una alternativa para aliviar el dolor, el sufrimiento o cualquier otra causa de esta idea que aterroriza a la humanidad en la actualidad. Es complejo entender esta situación, porque realmente lo que desea una persona que quiere acortar su vida, es ir a un lugar mucho mejor, dejar de sufrir, pero esta ni siquiera es una opción, porque Dios condena a quienes hacen suicidio y en vez de aliviar su dolor, la estaría perpetuando. Debemos entender que sólo en Cristo está la solución. La depresión: sus causas y su cura En este mundo en que vivimos la depresión es una realidad tanto entre cristianos como entre no cristianos. Los índices de depresión según la ONU son alarmantes y afecta a todo tipo de personas, sin importar su status social, sexo o edad. Eduardo Saladín define la depresión como un estado de ánimo caracterizado por la tristeza, el desánimo, la falta de energía, interés y motivación, que puede crecer hasta afectar todas las áreas de nuestra vida y nos muestra estos aspectos importantes: Los síntomas. Cuando alguien está sufriendo de depresión experimenta síntomas que afectan tanto lo físico (falta de interés en sus actividades cotidianas, no cumple sus responsabilidades, tiene insomnio, culpa a otros…) como lo espiritual (falta de gozo, no experimenta el amor de Dios, piensa que Dios lo abandonó, centrarse en sí mismo y no en Dios, culpabilidad, vergüenza, dudas de la salvación…), porque hay una interrelación entre nuestro cuerpo y nuestra alma. Causas. También pueden ser físicas y/o espirituales. Dentro de las causas físicas que contribuyen a la depresión podemos mencionar el efecto colateral de ciertos medicamentos, enfermedades o trastornos de salud. Tenemos también una alimentación desbalanceada, la falta de ejercicio físico, falta de sueño y la falta de descanso por exceso de trabajo. Dentro de las causa espirituales encontramos sentimientos de culpa por pecados no confesados a Dios, el buscar respuestas no bíblicas a circunstancias difíciles, decepciones o pruebas de la vida que los abruman, el tener auto lástima, sentirse inferior a los demás, el sentirse atrapados dentro de una situación específica en la que no haya salida a sus conflictos. Siempre que sea posible, es conveniente establecer una relación cercana con el aconsejado para brindarle la ayuda que necesita. Remedios divinos. Para vencer la depresión es necesario tener una relación personal con Cristo, porque sin él nada podemos hacer, debemos mostrarle al aconsejado la necesidad de que ordene sus prioridades de acuerdo a los principios bíblicos. Lo segundo es enseñarle a que le hable a su alma de la Palabra, para que a pesar de las circunstancias ella alabe y espere en el Señor quien es la única fuente de salvación. En tercer lugar se le debe enseñar a hacerse un autoexamen para determinar las causas de la depresión y sus posibles soluciones. La cuarta es enseñarle a confiar en Dios, porque solo en Cristo hay esperanza para cambiar y dar la victoria. Por último es crucial que el aconsejado aprenda a regocijarse en el Señor en todo momento, aun cuando todo va mal. La depresión es un estado en el que la persona sufre de un decaimiento anímico, pierde el sentido de su existencia y no haya salida para su situación. Nadie en esta vida esta ajeno a las dificultades cotidianas, pero la solución no es sumergirse en la melancolía y la auto-lástima. Las situaciones difíciles no se enfrentan lamentando la situación sino enfrentándola abiertamente, tomados de la mano de Dios y de rodillas ante su presencia. En Jesús se resuelven todos los conflictos existenciales, debemos entender que él ya cargó con nuestro sufrimiento y si nos sometemos a su voluntad de nuestro interior correrán ríos de agua viva que saciarán para siempre nuestra sed. Es hora de asumir nuestras responsabilidades, Dios ya ha vencido al mundo, debemos entender que nosotros somos más que vencedores, en nosotros queda la decisión de seguir sufriendo por las dificultades de la vida, o rendirnos completamente a nuestro Dios, para que sea él el que se encargue de nuestros asuntos, él es la plenitud de gozo. Resoluciones de conflictos en la vida cristiana El autor Luis Méndez, nos plantea que los conflictos son parte de nuestra existencia, lo que hace la diferencia es la manera en la que las resolvemos. En un sentido general la lista de causas de conflictos parecería interminable. Sin embargo en un sentido más particular, la Biblia nos instruye que la fuente real de los conflictos está en nuestro corazón. En otras palabras los conflictos revelan, en esencia, nuestra naturaleza caída. Entonces no es una cuestión externa sino más bien es interna, no se trata de lo que hay afuera sino de lo que hay adentro. Uno de los más grandes factores de los conflictos en la vida es el hecho de perder ya sea de manera parcial o total la prioridad de Dios en mi vida. En esencia es una experiencia de insatisfacción en medio de la cual Dios y sus promesas no parecen ser una fuente atractiva de contentamiento. De esta manera seremos incapaces de experimentar gozo al servir al propósito de Dios. No es posible encontrar una solución sin antes darnos cuenta de lo que nosotros hemos hecho para estar en esta situación, debemos reconocer la parte que nos compete. La única fuente de verdadera solución ante los conflictos cotidianos es ir a Dios, aun cuando nuestro razonamiento diga lo contrario, es esencial poner a Dios es primer lugar aún por encima de nosotros mismos. Desde el momento en que pongo mi confianza en Dios, el conflicto se convierte en una oportunidad para crecer y no para destruir y distanciar. Para ello el autor presenta cuatro dimensiones: 1. Una oportunidad para comunicar. Ejercitar nuestra capacidad para escuchar y hablar sin dejarnos llevar por la ira. 2. Una oportunidad para orar. Es una preciosa oportunidad para acercarnos a Dios y reconocer su soberanía sobre nuestras vidas. 3. Una oportunidad para amar y perdonar. Mientras los conflictos crean distancia, el amor y el perdón promueven la paz y la unidad. 4. Una oportunidad para glorificar. La meta sigue siendo el Glorificar el nombre de Dios en todo tiempo, aún por encima de nosotros mismos. La perspectiva del autor acerca de los conflictos es la más adecuada para solucionarlos. Él plantea que la, mayor fuente de conflictos es nuestro corazón de allí emanan todo los malos pensamientos, acciones pecaminosas y encender en ira ante las circunstancias, no somos capaces de lidiar con nuestros problemas por más pequeños que sean. Debemos pedir la dirección del Espíritu Santo para poder enfrentar los conflictos cotidianos sabiamente, Dios en su infinita misericordia nos ha dejado su Palabra como manual de vida y su Espíritu Santo como Consolador, quien a cada momento nos recuerda las palabras de nuestro Señor Jesucristo para seguir por el camino angosto. Es necesario cambiar nuestra perspectiva acerca de la adoración a Dios, no debemos adorarlo solo cuando todo va bien, sino más aún cuando las circunstancias parecieran catastróficas y lo único que podemos percibir son las aflicciones que nos rodean, la fuente de toda bendición y pleno gozo es Jesucristo, el manantial de vida, el oasis en medio de un desierto. Sólo estando sometidos bajo la voluntad de Dios hemos de ser verdaderamente libres de toda opresión de éste mundo. Una perspectiva bíblica sobre la drogadicción El Doctor Carl Hart, ha desarrollado una serie de experimentos novedosos con drogadictos en un hospital de la ciudad de Miami. La mayoría de los pacientes son adictos a la cocaína, crack, o la metanfetamina. Los experimentos consisten en ofrecer a los pacientes la opción de recibir una dosis de la droga de forma inmediata o alternativamente, a cambio una pequeña suma de dinero, que reciben varios días más tarde cuando termina el programa de investigación. Sin importar el grado de adicción, los pacientes demuestran la capacidad de tomar decisiones racionales al rechazar la droga a favor de la eventual ganancia económica. La droga es uno de los más grandes problemas de la sociedad contemporánea, esto quizá se deba a múltiples factores: la creciente decadencia de la sociedad moderna, la producción industrial de drogas ilegales y los asuntos geopolíticos de la globalización. Actualmente, se manejan tres conceptos sobre la naturaleza de la drogadicción: la primera es que es una enfermedad; muchos suponen que es un problema biológico. El segundo concepto, es que al ser un problema biológico es irresistible la atracción de la droga para el adicto. El tercero es la expansión de la adicción, hasta el punto de cubrir toda clase de conductas que se consideraban vicios o defectos morales. Lo que el cristianismo rechaza es el determinismo que ve al ser humano como una máquina biológica, aislando que el cuerpo contiene alma y éste es factor determinante de la adicción. Por lo tanto para su cura es necesario una reorientación radical de su alma, es decir debe experimentar la conversión. La explicación más aplicable para la adicción en el cristianismo es que es un acto de idolatría, la droga como ídolo promete mucho, pero sólo le quita vida a sus adeptos y en los últimos de los caso es un trastorno de la adoración. El autor Samuel Masters, nos presenta una perspectiva muy interesante y clara de la concepción que tiene acerca de las adicciones como un acto de idolatría y un trastorno de la adoración, porque sólo Dios merece la gloria y la honra. Si bien es cierto las adicciones tienen repercusiones en el cuerpo, pero la raíz de todos los males es el corazón, nos hemos esclavizado voluntariamente ante las drogas. El único camino es el Evangelio de Jesucristo, en palabra de Jesús hablando de sí mismo dijo “Si el hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” Cristo es la única solución ante los problemas de drogadicción y sus implicaciones. Dios quiere redimir nuestro ser, llevándonos a un proceso de santificación progresiva. Consejería bíblica y esquizofrenia El autor Manuel Carbonell, expone que según las estadísticas una de cada cien personas sufre de esquizofrenia, por lo tanto los pastores, líderes o miembros de la iglesia, deben estar preparados para acompañar a los que padecen esta enfermedad y a sus familiares. La esquizofrenia es una enfermedad y no una condición espiritual, aunque afecta al individuo en todo su ser, incluyendo su alma. Sus síntomas son las alucinaciones, delirios, trastornos del pensamiento, trastornos de los movimientos y alteraciones en los afectos (no es necesario que todos los síntomas se presenten). Muchas veces hasta descuidan la higiene personal básica. La causa aún no es muy clara, pero la más aceptada es que es generada por un problema con un neurotransmisor llamado dopamina y sus receptores a nivel cerebral. Para poder ayudar a las personas con este padecimiento y a sus familiares, no es necesario ser un experto. He aquí algunas acciones que pueden realizar los miembros de la iglesia local: 1. Animar a buscar la atención médica. Este aspecto es fundamental para que el esquizofrénico se mantenga lúcido. 2. Evitar hablar de posesión demoniaca o cosas similares. Esto sólo tendrá un efecto negativo y rechazará el proceso de acompañamiento. 3. Acompañar en el proceso de adaptación. La misericordia y contención de la congregación debe sostener al hermano que ha retornado a casa. 4. Recordar el proceso de santificación. Recordarle que pese a su enfermedad el sigue siendo responsable moralmente ante Dios. 5. Recordar a la familia. Es necesario informar en nuestras iglesias acerca de la enfermedad, y la necesidad de apoyar a la familia de diferentes maneras. 6. Mantener el evangelio en el centro. Sólo el evangelio brinda esperanza y promesa de una vida libre de esquizofrenia. La esquizofrenia es en primer lugar una enfermedad biológica, lastimosamente en nuestras congregaciones todas las alteraciones de algún tipo son adjudicadas a la posesión demoniaca o hechicería, pero antes de hacer este diagnóstico, es necesario llevarlo a un médico psiquiátrico para evaluarlo y descartar la probabilidad de que sea esquizofrenia. No es que se dude del poder de Dios para sanar a un enfermo esquizofrénico, pero la realidad es que no tenemos una fe firme en nuestro sanador, para que él haga su obra en nosotros. Otro de los motivos puede ser que Dios quiera enseñarle a que ponga su plena confianza en él a pesar que todo parezca estar mal. Dios es la única fuente de plenitud, como miembros del mismo cuerpo, debemos ayudar a los miembros que padecen esta enfermedad y a sus familias, tomando en cuenta lo que ello implica.