2 A partir de la paradoja del comediante, decidimos problematizar el ejercicio de la
interpretación apoyándonos con el texto “contra la interpretación” de Susan Sontag.
3 En conclusión, determinamos que tanto la experiencia teatral como la interpretación de
sus dimensiones está sujeta a una fragilidad notable debido a la multiplicidad de miradas que pueden existir ante un mismo contenido material, lo que nos lleva a la subjetividad de apreciaciones que en cierto grado destruyen las obras de arte al transformarlas constantemente dependiendo de quién las está interpretando. Aquí reside tanto un infortunio como una oportunidad, pues, el creador no podrá ser capaz de transmitir su obra exactamente como se desea y no puede controlar cómo es que su interlocutor va entender su contenido. Pero a su vez, esto permite que se generen relaciones dialógicas que pueden construir capas de profundidad para las piezas artísticas, ya sea al momento de ser generadas o al momento de ser vistas, que se construyen a partir de un diálogo colectivo y no individual. De esta manera, tanto dramaturgos, como directores e incluso actores y actrices podemos descubrir aspectos que pasan desapercibidos a nuestra capacidad de interpretar algo tan complejo como lo es el arte.
Finalmente podemos ser conscientes de que el ejercicio de interpretar algo de manera
contemporánea supone dos etapas que muchas veces normalizamos: la primera que se centra netamente en lo que el objeto despierta en nuestros sentidos y, posteriormente, una segunda etapa que nos permite relacionar esas percepciones a significados que pueden reunir muchas aristas de la sociedad en la que cada individuo se desenvuelve.
4 -Entendimos que el interpretar algo es más complejo de lo que pensábamos
“Ninguno de nosotras podrás recuperar jamás aquella inocencia anterior a toda teoría, cuando el arte no se veía obligado a justificarse, cuando no se preguntaba a la obra de arte que decía, pues se sabía (o se creía saber) que hacía, Desde ahora hasta el final de toda conciencia, tendremos que cargar con la tarea de defender el arte. Solo podremos discutir sobre este u otro medio de defensa. Es más: tenemos el deber de desechar cualquier medio de defensa y justificación del arte que resulte particularmente obtuso, o costoso, o insensible a las necesidades y a la práctica contemporánea.” (Susan Sontag) -Automáticamente analizamos una obra de teatro no solo en si misma sino en el lugar en el que se desarrolla, por quien fue escrita, que significa en relación con la tendencia y a la historia teatral, al contexto en el que esta siendo representada, que discurso político tiene, etc. -¿se podrá alguna vez montar una obra donde realmente todes podamos entender e interpretar lo mismo? ¿o lo que se quiere realmente decir? -¿se deja alguna vez de interpretar lo que se lee, lo que se ve e incluso lo que se actúa? -