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dice que se otorga el nombre en representación de la realidad que se está dando, sin que
nosotros como humanos demos nuestra relación a algo.
Mientras que la visión de Hermogenes nos dice que la naturaleza no es quien se encarga de
otorgar el nombre si no que en realidad es el hombre y por tanto no le importa mucho el
origen de las palabras o que tanto sea el parecido con las cosas que se están nombrando,
lo que nos deja entender que solo nos encargamos de nombrar las cosas o los mismos
nombres propios usando palabras que en otras ciudades o lugares del mundo tienen un
significado totalmente diferente, haciendo de esto que busquemos nombrar una realidad
sin que esta tenga algo que ver con el significado real de lo que se está nombrando.
Mientras que Socrates nos advierte que no solo las cosas tienen una naturaleza propia, si
no de igual forma las acciones, como por ejemplo el nombrar o hablar o cortar. El hablar es
una acción que se refiere a las cosas. Una acción es buena cuando esta de acuerdo con la
con la naturaleza de su objeto, según socrates “Luego es preciso nombrar las cosas según
la manera y el medio que ellas tienen naturalmente de nombrar y ser nombradas, y no como
se nos “antoje”.
Socrates pide a Cratilo que diga cuales son las funciones de los nombres y dice lo siguiente.
“Creo que enseñar, Socrates. Y esto es muy simple: el que conoce los nombres, conoce
también las cosas”