Interesado: Asunto: Impuesto General a las Ventas y multa Procedencia: Lima Fecha: Lima, 2 de enero del 2004 Vista la apelación interpuesta por (…) contra la Resolución de Intendencia N° 015-4- 13529 emitida con fecha 30 de abril del 2001 por la Intendencia Nacional de Principales Contribuyentes de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria, que declaró improcedente la reclamación interpuesta contra las resoluciones de determinación N°s. 012-03-0001268 y 012-03-0001269 emitidas por Impuesto General a las Ventas de diciembre de 1995 y febrero, abril a junio y setiembre a noviembre de 1996 y contra las resoluciones de multa N°s. 012-02-0003934 a 012-02-0003941 giradas por las infracciones tipificadas en los numerales 1) y 2) del artículo 178 del Código Tributario. Considerando: Que la recurrente sostiene lo siguiente: 1. Las deudas contenidas en los valores impugnados se encuentran prescritas, toda vez que corresponden a los meses de diciembre de 1995 a noviembre de 1996, cuyo cómputo del plazo prescriptorio se inició el 1 de enero de 1997 y venció el 31 de diciembre del 2000, habiéndose recién notificado el 2 de enero del 2001. 2. Las operaciones objetadas se han materializado en dos contratos independientes y autónomos: uno de compraventa de vehículos en el que el nacimiento de la obligación tributaria del Impuesto General a las Ventas se produjo en la fecha de emisión del comprobante de pago o en la fecha en que los vehículos fueron entregados a los clientes, lo que ocurrió primero, y otro de financiamiento en el que el nacimiento de la obligación tributaria del Impuesto General a las Ventas se produjo en la fecha de emisión del comprobante de pago o cuando se pagó la retribución, lo que ocurrió primero. 3. La Administración se equivoca al señalar que la celebración de estos dos actos tenía como única finalidad el diferimiento de la obligación correspondiente a los denominados intereses de financiación, siendo que en el supuesto negado que se estuviese ante una compraventa a plazos, los intereses devengados por el precio no pagado integrarían la base imponible recién con ocasión de su devengamiento y no con la entrega del bien al cliente. 4. Igualmente es errado señalar como aplicable el principio de accesoriedad, debido a que éste sólo se aplica en los casos de operaciones principales y accesorias, en las que unas u otras se encuentran exoneradas o inafectas, en cuyo caso las accesorias estarán gravadas o no en función de si está gravada o no la principal, supuesto que no se presenta en el presente caso. Que la Administración señala: 1. Se ha reparado la base imponible del Impuesto General a las Ventas, pues los intereses de financiación generados por las ventas de vehículos al crédito debían declararse en el periodo tributario correspondiente a la operación principal (compraventa de vehículo}, y no en el correspondiente al vencimiento de cada una de las cuotas otorgadas. 2. Independientemente de la denominación que las partes puedan haber dado a sus operaciones, la verdadera naturaleza jurídica de éstas es la de un sólo acto contractual (compraventa de vehículos a plazos) y no la de dos actos (compraventa y servicio de financiamiento) independientes y autónomos entre sí como señala indebidamente la recurrente. 3. En el supuesto negado que no se comparta la posición respecto de que las operaciones de la recurrente se materializan en una sola, debe tenerse en cuenta que tributariamente el tratamiento sería el mismo, pues tanto el nacimiento de la obligación tributaria para la compraventa como para los intereses coincidirían, ello debido a que, teniendo en cuenta la técnica del Impuesto General a las Ventas adoptada por el legislador, en ambos casos los intereses de financiación deberían integrarse a la base imponible por la venta de vehículos. 4. Los intereses pagados por los clientes de la recurrente encuadran dentro del concepto "cargos" a que alude el artículo 149 de la Ley del Impuesto General a las Ventas, y por tanto deben integrarse a la base imponible del impuesto. Que de lo actuado se tiene: En primer lugar debe anotarse que estando en trámite la apelación, la recurrente se desiste parcialmente de ella, mediante escrito con firma legalizada presentado ante este Tribunal el 11 de julio del 2002 (folio 569), en el extremo referido a las resoluciones de multa N°s. 012-02-0003934 a 012-02- 0003941, giradas por las infracciones tipificadas en los numerales 1) y 2) del artículo 178 de los Códigos Tributarios aprobados por los decretos legislativos N°s. 773 y 816, vinculadas al Impuesto General a las Ventas de diciembre de 1995, febrero, abril a julio, setiembre y octubre de 1996, desistimiento que procede ser aceptado al amparo del artículo 130 del Código Tributario cuyo Texto Único Ordenado ha sido aprobado por el Decreto Supremo N° 135-99-EF, correspondiendo analizar únicamente lo concerniente a las resoluciones de determinación. Mediante Carta N° 000011017930-1-Sunat de fecha 26 de octubre del 2000 se comunicó a la recurrente que se había dispuesto la verificación del cumplimiento de sus obligaciones tributarias emitiéndose para tal efecto el Requerimiento N° 00026451 notificado el 30 de octubre del 2000, mediante el cual la Administración inició el procedimiento de fiscalización de sus obligaciones tributarias de los ejercicios 1995 a 1999, el cual tuvo como punto de origen un cruce de información, por lo que no es aplicable el artículo 81 del Código Tributario aprobado por el Decreto Legislativo N° 816, que señalaba que la Administración Tributaria suspendería su facultad de verificación o fiscalización respecto de cada tributo, por los ejercicios o períodos no prescritos, si efectuada la verificación o fiscalización del último ejercicio, tratándose de tributos de liquidación anual, o de los últimos doce (12) meses, tratándose de tributos de liquidación mensual, no se detectaban algunos de los hechos que expresamente señalaba la referida norma. En cuanto a la prescripción alegada por la recurrente, el artículo 43° del Código Tributario aprobado por los Decretos Legislativos N° 773 y N° 816, disponen que la acción de la Administración Tributaria para determinar la deuda tributaria y la acción para exigir su pago y aplicar sanciones, prescribe a los cuatro (4) años, y a los seis (6) años para quienes no hayan presentado la declaración respectiva. Teniendo en consideración, que la recurrente cumplió con la presentación de la declaración jurada respectiva, el plazo de prescripción aplicable sería de cuatro (4) años. En ese sentido, toda vez que de conformidad con el numeral 2) del artículo 44 de los referidos Códigos, el término prescriptorio, respecto de tributos que deban ser determinados por el deudor tributario, se computa desde el 1 de enero del año siguiente a la fecha en que la obligación es exigible, en el presente caso dicho plazo comenzó a correr a partir del 1 de enero de 1997 , debiendo finalizar su cómputo el 2 de enero del 2001, de conformidad con lo establecido por la Norma XII del Título Preliminar del Código Tributario que dispone que los plazos expresados en años se cumplen en el mes de vencimiento y en el día de éste correspondiente al día de inicio del plazo y que en todos los casos, los términos o plazos que vencieran en día inhábil para la Administración, se entenderán prorrogados hasta el primer día hábil siguiente. En el caso de autos las resoluciones de determinación N°s. 012-03-0001268 y 012-03- 0001269 fueron notificadas con fecha viernes 29 de diciembre del 2000, interrumpiéndose así el término prescriptorio, de acuerdo con lo establecido por el inciso a) del artículo 45 del Código Tributario, según el cual la prescripción se interrumpe por la notificación de la resolución de determinación o de multa, iniciándose uno nuevo a partir del día siguiente. De igual manera, con la presentación del recurso de reclamación por parte de la recurrente el 26 de enero del 2001, quedó suspendido el término prescriptorio de acuerdo con lo establecido por el inciso a) del artículo 46 del Código Tributario, concluyéndose así que la acción de la Administración respecto de la deuda tributaria puesta a cobro no se encuentra prescrita. Por consiguiente, corresponde que el tribunal emita pronunciamiento respecto de los reparos al Impuesto General a las Ventas de diciembre de 1995 y febrero, abril, mayo, junio, setiembre, octubre y noviembre de 1996 formulados por la Administración, que se limitan a los intereses de financiación cobrados por la recurrente. Al respecto, la Administración y la recurrente difieren respecto del tipo de operación realizada. La primera señala que se celebró una venta a plazos, mientras que la segunda afirma que se celebraron paralelamente dos tipos de contratos: uno de compraventa de vehículos y otro de financiamiento, teniendo como causa razones empresariales, pues ello le iba a permitir que en el caso de incumplimiento de pago, pudiese recuperar el bien, lo que no hubiese logrado con un simple contrato de compraventa en el que se hubiera cancelado más del cincuenta por ciento {50%) del precio, razones que sin embargo resultan discutibles si se toma en cuenta que podía haberse obtenido el mismo resultado pactando por ejemplo una compraventa a plazos con prenda sobre el bien vendido. Ahora bien, al margen de la discusión antes planteada, como se explica a continuación, en cualquiera de ambos supuestos, el nacimiento de la obligación tributaria del Impuesto General a las Ventas por los intereses acotados, habría ocurrido en la misma fecha, por lo que la controversia vinculada al tipo de operación efectuada carece de relevancia. En efecto, aún en el supuesto afirmado por la recurrente, la base imponible por la venta de los vehículos incluiría los intereses de financiación pactados, de acuerdo con lo establecido por el artículo 149 de las Leyes del Impuesto General a las Ventas vigentes en los periodos acotados y aprobadas por decretos legislativos N°s. 775 y 821. La recurrente sostiene que vende al contado los vehículos recibiendo como parte del precio el monto financiado por ella mediante el contrato de mutuo celebrado, es decir, que de ser correcto lo afirmado, habría realizado un contrato de compraventa del vehículo, recibiendo la totalidad de su precio y a su vez habría realizado un contrato de financiación con el cliente adquirente del vehículo, mediante el cual éste se habría obligado a devolverle dicho monto en cuotas o armadas más sus respectivos intereses. Para acreditar el tipo de operación indicada, la recurrente presenta como ejemplo el tipo de contrato de reconocimiento de deuda y convenio de pago que realiza con los clientes a los cuales le presta su servicio de financiación (folios 14 a 30). Del análisis del indicado documento se concluye que éste es suscrito el mismo día en que se realiza la venta del vehículo, con la finalidad de reconocer la deuda no pagada por el comprador (según lo detallado en la cláusula segunda), y obtener financiamiento de la recurrente para poder cancelar el saldo a dicha fecha. En ese sentido, en el supuesto de que existiera el servicio de mutuo, éste no resultaría independiente de la operación de venta, sino que se originaría y se justificaría en razón de esta última, pues de no existir la venta, no se daría el servicio de mutuo alegado por la recurrente. Ahora bien, el artículo 142 de las Leyes del Impuesto General a las Ventas vigentes en los periodos acotados, dispone que se entiende por valor de venta del bien, retribución por servicios, valor de construcción o venta del inmueble, según sea el caso, la suma total que queda obligado a pagar el adquirente del bien, usuario del servicio o quien encargase la construcción, la cual está integrada por el valor total consignado en el comprobante de pago de los bienes, servicios, o construcción, incluyendo los cargos que se efectúen por separado de aquél, aun cuando se originen en la prestación de servicios complementarios, en intereses devengados por el precio no pagado o en gastos de financiación de la operación. Al respecto, la norma tiene como sustento la teoría de la unicidad, según la cual los actos o manifestaciones son inseparables, siendo que a excepción de que la ley disponga algún tratamiento especial debe tenerse en cuenta el tratamiento que la ley ha previsto para la operación principal. En ese sentido, el fin común de dos prestaciones distintas, sirve para delimitar cuando son autónomas y cuando se trata de una obligación principal u otra accesoria; en este último caso, la ulterior actividad (accesoria) debe ser añadida para poder alcanzar el objetivo perseguido con la primera obligación (principal)1. De esta manera, existe una interdependencia entre ambas obligaciones, la obligación principal contiene el objetivo que se persigue obtener, pero su cumplimiento depende de que pueda también conseguirse una circunstancia externa, materializada en la obligación accesoria. Así, la obligación accesoria no tiene sustantividad por sí, sino que, en las circunstancias concretas, solamente sirve para dar total cumplimiento a la obligación principal, sin que su única realización satisfaga objetivo alguno independiente2. La teoría de la unicidad, que justifica la idea de que lo accesorio sigue la suerte de lo principal, se encuentra expresamente regulada en el segundo párrafo del artículo 142 de la ley del impuesto cuando establece que los bienes o servicios que se proporcionen con motivo de una venta, prestación de servicios o contrato de construcción, seguirán la suerte de éstas últimas (gravado, inafecto o exonerado, según el caso); pero además, también se encuentra recogida en el primer párrafo del citado artículo, al disponer que integran la base imponible los cargos que se efectúen por separado de aquél, y aun cuando se originen en la prestación de servicios complementarios, en intereses devengados por el precio no pagado o en gastos de financiación de la operación3. De otro lado, se debe tener en cuenta que la amplitud dada a la base imponible del impuesto responde a una opción del legislador que tuvo como origen simplificar su control y evitar alusiones del impuesto mediante el desdoblamiento de la base imponible4. De acuerdo con lo expuesto, en el supuesto del servicio de financiamiento indicado por la recurrente, el mismo estaría vinculado con la operación de venta, y se habría originado únicamente para poder concretarse esta última operación, por lo que en virtud del artículo 14 de la Ley del Impuesto General a las Ventas, los ingresos obtenidos por el servicio brindado (intereses compensatorios por el mutuo) deberían formar parte de la base imponible de la venta del bien. Cabe señalar, que el numeral 11) del artículo 5° del Reglamento de la Ley del Impuesto General a las Ventas aprobado por Decreto Supremo N° 29-94-EF, modificado por el Decreto Supremo N° 136-96-EF (norma similar a la contenida en el texto original del numeral 9) del artículo 52 del Decreto Supremo N° 29-94-EF), establece que cuando los cargos a que se refiere el artículo 149 del decreto no fueran determinables a la fecha de nacimiento de la obligación, integrarán la base imponible en el mes que sean determinables o en el que sean pagados, lo que ocurra primero. De la lectura conjunta de la ley con la norma reglamentaria se desprende que sólo en el caso que los ingresos por los cargos –servicio de financiamiento en el supuesto indicado por la recurrente– no sean determinables a la fecha de nacimiento de la obligación principal –venta de vehículos– éstos integrarán la base imponible en el mes que sean determinables o se paguen, lo que ocurra primero. En el presente caso, de acuerdo con la cláusula segunda del convenio suscrito con los compradores, la tasa por el supuesto servicio de mutuo ascendía a 13.5594% sobre el capital prestado, lo que significa que los ingresos sí estaban determinados a la fecha de la operación principal (toda vez que el supuesto contrato de mutuo se habría suscrito en la misma fecha que la operación de venta). En ese sentido los ingresos por el servicio de financiamiento prestado por la recurrente sí formarían parte de la base imponible de la venta de los vehículos, tal y como señaló la Administración. De otro lado, en el supuesto sostenido por la Administración, la consecuencia jurídica sería la misma, por las razones que se expondrán a continuación. La Administración argumenta que las dos operaciones descritas pertenecen a un solo acto contractual que es la compraventa de vehículos a plazos, y que por lo tanto los intereses materia de controversia corresponden a los intereses del precio no pagado. Por su lado la recurrente señala que aun en ese supuesto, los intereses no formarían parte de la base imponible en la fecha de nacimiento de la obligación tributaria por la venta del bien, por no encontrarse devengados en tal momento, siendo que la obligación tributaria recién nacería cuando éstos efectivamente se devengasen. Como se ha señalado, de acuerdo con el artículo 142 de las Leyes del Impuesto General a las Ventas vigentes en los periodos acotados, se entiende por valor de venta del bien la suma total que queda obligado a pagar el adquirente del bien, la que está integrada por el valor total consignado en el comprobante de pago de los bienes, incluyendo los cargos que se efectúen por separado de aquél y aun cuando se originen en intereses devengados por el precio no pagado o en gastos de financiación de la operación, entre otros supuestos. Mediante Resolución N° 05905-1-2002 de fecha 11 de octubre del 2002, en un caso similar al presente, seguido contra la misma contribuyente, este Tribunal se ha pronunciado en el sentido que si los intereses de financiamiento son determinables al nacimiento de la obligación tributaria, integrarán la base imponible del impuesto desde ese momento. Cabe precisar que este criterio también ha sido recogido por la Resolución N° 466-3-97 de 14 de mayo de 1997. Las razones para incluir conjuntamente con la base imponible de la venta del bien, los intereses originados en las facilidades otorgadas para el pago del precio, se encuentran en la teoría de la unicidad y accesoriedad analizadas en los párrafos precedentes. Es en ese sentido, que resulta razonable incluir todos los intereses originados en el financiamiento implícito en una venta a plazos –con independencia de su fecha de devengamiento– pues los mismos se gravan en razón de constituir servicios intermedios y por lo tanto se justifica que formen una única base con la obligación principal. Atendiendo a lo expuesto, se debe entender que cuando el artículo 14 de las Leyes del Impuesto General a las Ventas hace referencia a “intereses devengados por el precio no pagado”, se refiere a los que surgen como consecuencia de la estructura acordada por las partes para el pago del precio, es decir los llamados compensatorios que se originan en el financiamiento del precio (se utiliza el término “devengados” como sinónimo de “originados”). Por ello, teniendo en cuenta las normas reglamentarias ya citadas, sólo cuando los intereses indicados no fueran determinables a la fecha de nacimiento de la obligación, integrarán la base imponible en el mes que sean determinables o en el que sean pagados, lo que ocurra primero. Como ya se indicó, los intereses sí habían sido determinados por las partes a la fecha de la suscripción del contrato de compraventa, por lo que en el supuesto considerado por la Administración, también integrarían la base imponible del impuesto por la venta del bien. Se observa entonces que independientemente del tipo de operación efectuada, venta a plazos o contrato de compraventa y contrato de mutuo, en ambos supuestos, los intereses formarían parte de la base imponible en la fecha de nacimiento de la obligación tributaria por la venta del bien, de acuerdo con lo establecido en el artículo 142 de la Ley del Impuesto General a las Ventas, correspondiendo por tanto confirmar la apelada en el extremo referido a las resoluciones de determinación impugnadas. Finalmente, cabe señalar que con fecha 8 de setiembre de 2003 se llevó a cabo la diligencia del informe Oral con la asistencia de ambas partes, de acuerdo con la Constancia N° 0470-2003-EF/TF que corre en autos. Con las vocales Chau Quispe, Olano Silva y Zegarra Mulanovich, e interviniendo como ponente la vocal Chau Quispe. Resuelve: Aceptar el desistimiento parcial de la apelación interpuesta contra la Resolución de Intendencia N° 015-4-13529 de 30 de abril del 2001, en el extremo referido a las resoluciones de multa N°s. 012-02-0003934 a 012-02-0003941 y confirmarla en lo demás que contiene. Regístrese, comuníquese y remítase a la Intendencia de Principales Contribuyentes Nacionales de la Sunat, para sus efectos. Chau Quispe Vocal presidenta Olano Silva Vocal Zegarra Mulanovich Vocal Ezeta Carpio Secretario relator __________ 1 Herrero De La Escosura, Patricia. EL IVA en la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas. Madrid: Marcial Pons, 1996, p. 78-79. 2 Ibid, p. 79. 3 En ese mismo sentido se pronuncia Ernesto Celdeiro al comentar la norma argentina que, al igual que en el Perú, incluye como parte integrante del precio de venta, los servicios complementarios, y gastos financieros. El autor señala que estos servicios, no se encuentran independientemente considerados, involucrados en el campo de aplicación del impuesto, pues se ha pretendido alcanzarlos, no en su calidad de servicios finales, sino en su carácter de servicios intermedios. Celdeiro Ernesto, Imposición a los Consumos, Buenos Aires: La Ley, 1983, pág. 135. 4 En ese sentido se señala que el propósito del legislador ha sido comprender en el monto gravable todos los conceptos que pueden identificarse con la contraprestación que corresponde al adquirente del bien, pues en la búsqueda de una imposición justa la norma abarca todos los supuestos vinculados con el precio, lo cual, a su vez, impide maniobras elusivas por parte del contribuyente. Ver: Medrano Cornejo, Humberto. “Los intereses compensatorios y moratorias en el IGV y en el Impuesto a la Renta”. En: Themis, N° 37, p. 256.
Documento publicado en la página web del Tribunal Fiscal.