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En los estadios más primitivos de nuestra civilización, la función represiva estuvo en manos de los
particulares, que tomándose la justicia por su mano, contestaban del modo que consideraban más
oportuno a lo que suponía una ofensa contra ellos (clan, tribu, familia).
Luego, para mantener la paz entre las ciudades y las personas que las habitaban, se inició una
forma de administrar justicia (entre los habitantes de una comunidad), llamada justicia privada o
autodefensa, que supuso un gran avance. Surgió así la llamada Ley del Talión (léxico talionis), que
es el primer intento de establecer una respuesta adecuada al daño causado, evitando que ésta
sea desproporcionada (encontramos referencias en el pasado Código Hammurabi y en el presente
en países culturalmente distintos). Esta administración de justicia no asegura en todos los casos
que la respuesta a la ofensa sea siempre adecuada y proporcional a la misma.
FUNCIÓN JURISDICCIONAL: aquella función del Estado que consiste en la tutela o realización
del derecho que la sociedad se ha dado, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado; esta tarea
corresponde en exclusiva a los juzgados y tribunales, integrados por jueces y magistrados
independientes, que la llevan a cabo a través de una serie o sucesión jurídicamente regulada de
actos, a la que denominados proceso jurisdiccional, que constituye así el instrumento a través del
cual aquellos desarrollan su labor.
Además de la función jurisdiccional, el Estado cumple otras dos potestades básicas: la potestad
legislativa y la potestad ejecutiva.
Función legislativa: el Estado procede a la promulgación de normas jurídicas, regulando los
aspectos que afectan a la comunidad.
Diferencias entre la f.jurisdiccional y la f.legislativa:
• Función legislativa: el Estado procede a la promulgación de normas jurídicas.
• Función jurisdiccional: el Estado procede a aplicar la norma jurídica a los casos que los
particulares someten a su decisión.
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Diferencia entre la f.jurisdiccional y la f.ejecutiva:
• La AP es la encargada del ejercicio de la función ejecutiva, y también tutela el OJ y realiza el
derecho objetivo al ejercer la potestad sancionadora o disciplinaria de la que es titular, pero de
una forma distinta a como lo hacen los órganos jurisdiccionales.
A. INDEPENDENCIA.
Supone que todos los órganos que desempeñan la f.jurisdiccional son absolutamente soberanos
en el ejercicio de la tarea que tienen encomendada, ya que al ejercer su función no dependen de
nadie y solo están sometidos a la ley y al derecho.
En consecuencia, la independencia es una característica propia de los órganos que administran
justicia, no del poder judicial, que es un poder del Estado y no puede ser independiente de éste,
como tampoco pueden serlo ninguno de los otros dos. Sin embargo, esto tampoco impide que
pueda conceptuarse como un poder autónomo, diferenciado de los demás poderes estatales, y
que ejerciendo su función no debe soportar intromisiones del ejecutivo ni del legislativo, ni siquiera
del judicial que forma parte de él.
Medidas para garantizar la independencia del poder judicial:
1. La declaración constitucional de que los Jueces y Magistrados únicamente están sometidos al
imperio de la ley.
2. La reserva de Ley Orgánica para regular la constitución, funcionamiento y gobierno de los
juzgados y tribunales, así como el Estatuto jurídico de jueces y magistrados y del personal al
servicio de la Adm. De Justicia. Se reconoce el autogobierno del poder judicial.
3. El reconocimiento como fundamental del derecho al juez ordinario predeterminado por la ley.
4. Consagración constitucional de que los integrantes del poder judicial son inamovibles y, en
consecuencia, no pueden ser "separados, suspendidos, trasladados, ni jubilados sino por
alguna de las causas y con las garantías previstas en la ley".
B. EL SOMETIMIENTO A LA LEY.
Esta característica supone que en su actuación, los jueces y tribunales únicamente están
sometidos a la ley, entendida ésta como conjunto de preceptos dictados por la autoridad
competente, en los que se manda o prohíbe algo en consonancia con la justicia y para el bien de
los ciudadanos: cuerpo de máximas y reglas que conforman el OJ.
Ello no significa que los órganos jurisdiccionales apliquen mecánicamente las normas, sino que,
además de observar, deben adaptarse a los casos que han de decidir, teniendo en cuenta las
circunstancias que concurren en cada supuesto (labor creadora).
C. IMPARCIALIDAD.
Supone:
- Por un lado, que los órganos jurisdiccionales son extraños o ajenos al objeto litigioso y, en
consecuencia, que no tienen interés alguno en que se resuelve de una u otra forma.
- Por otro lado, que no tienen relación alguna con ninguna de las partes en el litigio y mantienen
una postura de absoluta neutralidad en relación con estas.
Esta imparcialidad no es predicable de la Administración, ya que ésta adopta sus decisiones sobre
materias sobre las que versa su actividad.
Cuando pueda temerse que el juez llamado a decidir un concreto asunto no va a ser lo imparcial
que debiera, se podrá hacer uso de dos instituciones que garantizan esta imparcialidad: la
abstención y la recusación, con las que se pretende garantizar el derecho constitucional a ser
juzgado por un juez imparcial. La ley objetiva las causas que puedan hacer dudar de la debida
imparcialidad (art.219 LOPJ), impone a los jueces y magistrados el deber de abstenerse cuando
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concurra alguna de ellas (arts. 217, 221 y 222 LOPJ) y, para el caso de que no lo hagan, reconoce
a las partes el derecho a recusarle (arts.218 y 223 y ss LOPJ).
Unidad territorial de jurisdicción: en su vertiente territorial, el principio que analizamos significa que
la función jurisdiccional es competencia exclusiva del Estado, lo que permite apuntar una
importante diferencia entre el PJ y los otros dos poderes estatales, ya que junto a las CCGG y el
Gobierno, existen órganos legislativos y ejecutivos comunitarios. Este principio implica que el
poder judicial, aunque sea único en todo el Estado, en su organización hay que tener en cuenta
que España es un estado autonómico.
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Unidad conceptual de jurisdicción: esta vertiente del principio de unidad de la jurisdicción implica
que, pese a las diversas calificaciones que recibe, la función jurisdiccional es una función única,
asumida en exclusiva por el Estado, que la ejercita a través de unos órganos especialmente
cualificados a dicho fin.
En los tres primeros casos la petición indemnizatoria debe dirigirse directamente al Ministerio de
Justicia antes de que transcurra un año a partir del día en que pudo reclamarse.
Nada dice la ley sobre cómo ha de procederse en el último supuesto; hay opciones:
• Considerar que la reclamación ha de acomodarse a las normas que regulan la responsabilidad
patrimonial del mismo.
• Entender que ha de formularse ante la jurisdicción civil, donde será necesario una reclamación
previa en vía administrativa.
1. Responsabilidad penal.
Cabe exigir responsabilidad penal a los jueces y magistrados por los delitos o faltas que puedan
cometer en el ejercicio de sus funciones (art.405 LOPJ).
El proceso penal puede incoarse por providencia de tribunal competente para ello o en virtud de
querella presentada por el MF, el ofendido o perjudicado o cualquier otra persona que, estando
interesada, ejercite la acción popular (arts.406 a 409 LOPJ); aunque en los dos últimos casos el
órgano competente para instruir la causa antes de admitir la querella "podrá recabar los
antecedentes que considere oportunas a fin de determinar su propia competencia así como la
relevancia penal de los hechos objeto de la misma o la verosimilitud de la imputación" (art.410
LOPJ).
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La competencia para instruir y enjuiciar estos supuestos depende de la categoría profesional que
ostente aquel al que se le imputa el hecho, por lo que puede corresponder a distintos órganos
jurisdiccionales:
1. A la Sala de lo Civil y Penal de los Tribunales Superiores de Justicia, que conocerá como Sala
de lo Penal en los casos del art.73.3.b) de la LOPJ.
2. A la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo, en los supuestos del art.57.1.2 y 3 LOPJ.
3. A la Sala Especial en los supuestos del art.61 LOPJ (causas contra los presidentes de Sala del
TS o contra los magistrados de una Sala de dicho órgano, o cuando sean juzgados todos o
mayor parte de sus integrantes).
2. Responsabilidad civil.
Art.411 LOPJ: "Los jueces y magistrado responderán civilmente por los daños y perjuicios que
causarme cuando, en el desempeño de sus funciones, incurrieren en dolo o culpa". Hay que
añadir la "ignorancia inexcusable" regulada en el art.266.1 LEC.
Esta responsabilidad debe pedirse a través del proceso declarativo ordinario que corresponda con
arreglo a la cuantía que en cada caso se reclame (art.412 LOPJ), sin que pueda interponerse la
oportuna demanda hasta que sea firme la resolución que ponga fin al proceso en el que se
suponga producido el agravio, ni pueda exigirse por quien "no haya reclamado oportunamente el
mismo, pudiendo hacerlo" (art.413.1 LOPJ).
La sentencia que ponga fin al juicio de responsabilidad civil en ningún caso alterará la resolución
firme recaída en el proceso del que dicha decisión traiga causa (art.413.2 LOPJ).
3. Responsabilidad disciplinaria.
Art.414 LOPJ: "Los jueces y magistrados están sujetos a responsabilidad disciplinaria en los
casos y con las garantías establecidas en esta ley".
La LOPJ establece las faltas que dan lugar a la exigencia de responsabilidad, graduándolas en
muy graves (art.417), graves (art.418) y leves (art.419); tipifica las sanciones a que aquellas
pueden dar lugar (art.420), y señala los órganos competentes para imponerlas (art.421).
La responsabilidad disciplinaria solo puede exigirse por la autoridad competente y mediante el
procedimiento legalmente establecido, que se iniciará por acuerdo de la sala de gobierno y del
presidente que corresponda; por acuerdo de la Comisión Disciplinaria o del Pleno del CGPJ; o a
instancia del MF.
La incoación de un proceso penal no es obstáculo no es obstáculo para que se inicie un proceso
disciplinario por los mismos hechos, pero no se dictará resolución en éste hasta que en el
primero no haya recaído sentencia irrevocable o auto de sobreseimiento firme.
Solo podrá recaer sanción penal y disciplinaria sobre los mismos hechos cuando no hubiere
identidad de fundamento jurídico y de bien jurídico protegido.
Las cuatro ramas son: orden civil, orden penal, orden contencioso-administrativo y orden social,
de los cuales los dos primeros son los más importantes.
A. El orden civil conoce de los asuntos referidos al derecho privado, es decir, materias
englobadas en derecho civil y derecho mercantil, así como de aquellas materias que no estén
expresamente atribuidas a otro orden jurisdiccional.
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B. Los jueces y magistrados del orden penal conocen "de las causas y juicios criminales, con
excepción de los que correspondan a la jurisdicción militar".
C. Los jueces del orden contencioso-administrativo conocen:
• De las pretensiones que se deduzcan en relación con la actuación de las AP sujetas al
D.Adm.
• De las pretensiones que se deduzcan en relación con las disposiciones generales de rango
inferior a la ley y con los reales decretos legislativos en los términos del art.82.6 CE.
• De los recursos que se formulen contra la inactividad de la Adm y contra sus actuaciones
materiales que constituyan vía de hecho.
• De las pretensiones que se deduzcan en relación con la responsabilidad patrimonial de la
Adm Pública y del personal a su servicio.
• De las reclamaciones de responsabilidad cuando el interesado accione directamente contra
la aseguradora de la Amd junto a la Adm respectiva.
• De las demandas de responsabilidad patrimonial que se dirijan, además, contra las personas
o entidades públicas o privadas indirectamente responsables de aquellas.
D. El orden social conoce "de las pretensiones que se promuevan dentro de la rama social del
Derecho, tanto en conflictos individuales como colectivos, así como las reclamaciones en
materia de Seg.Social o contra el Estado cuando le atribuya responsabilidad la legislación
laboral".
Las principales manifestaciones de la función jurisdiccional se dan en los órdenes civil y penal,
pero se ejercen de forma distinta.
- Es distinto el interés que se protege: en el o.civil se protege el interés individual, mientras que el
o.penal el interés general.
- Los destinatarios de las normas son distintos, pues en el caso del derecho privado el
destinatario son los particulares, mientras que en el derecho público el destinatario es el titular
de la potestad jurisdiccional, e indirectamente los particulares.
- La jurisdicción civil es secundaria (última instancia para el caso de que los particulares no
hayan solucionado sus controversias a través de otros modos), mientras que la penal es
necesaria, ya que el Ius Puniendi del Estado solo puede hacerse efectivo a través del proceso.