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SISTEMA JUDICIAL ESPAÑOL (UMU)

TEMA 1 SISTEMA JUDICIAL ESPAÑOL

SINGUENZA, JULIO 17-18


CAPÍTULO 1
EL EJERCICIO DE LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL.
1. LA JUSTICIA PRIVADA Y SU ABOLICIÓN.
En toda comunidad política, una vez alcanzado cierto grado de organización institucional, el
Estado tiende a asumir la función de resolver los conflictos jurídicos que surgen entre sus
integrantes y hacer ejecutar la decisión adoptada. A esto se le llama función jurisdiccional.

En los estadios más primitivos de nuestra civilización, la función represiva estuvo en manos de los
particulares, que tomándose la justicia por su mano, contestaban del modo que consideraban más
oportuno a lo que suponía una ofensa contra ellos (clan, tribu, familia).
Luego, para mantener la paz entre las ciudades y las personas que las habitaban, se inició una
forma de administrar justicia (entre los habitantes de una comunidad), llamada justicia privada o
autodefensa, que supuso un gran avance. Surgió así la llamada Ley del Talión (léxico talionis), que
es el primer intento de establecer una respuesta adecuada al daño causado, evitando que ésta
sea desproporcionada (encontramos referencias en el pasado Código Hammurabi y en el presente
en países culturalmente distintos). Esta administración de justicia no asegura en todos los casos
que la respuesta a la ofensa sea siempre adecuada y proporcional a la misma.

La función jurisdiccional encuentra su fundamento y razón de ser en la abolición de la justicia


privada y "el derecho procesal es el fruto de una evolución, de los instrumentos para la tutela y
realización del derecho subjetivo, que va también concretándose y clarificándose". De esta
evolución cabe afirmar que en la actualidad, en países con un Estado de derecho, se castigue a
los particulares que se tomen la justicia por sí mismos (recogido en el art.455 CP).
Aunque en algunos casos se considera legítima la autotutela o propia defensa, por ejemplo, el art.
20.4 CP que recoge la legítima defensa.

FUNCIÓN JURISDICCIONAL: aquella función del Estado que consiste en la tutela o realización
del derecho que la sociedad se ha dado, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado; esta tarea
corresponde en exclusiva a los juzgados y tribunales, integrados por jueces y magistrados
independientes, que la llevan a cabo a través de una serie o sucesión jurídicamente regulada de
actos, a la que denominados proceso jurisdiccional, que constituye así el instrumento a través del
cual aquellos desarrollan su labor.

2. JURISDICCIÓN, LEGISLACIÓN Y ADMINISTRACIÓN.


Cordón Moreno: en una sociedad ideal en la que los ciudadanos cumplen el derecho que se han
dado no sería preciso nada para asegurar la paz social. Sin embargo, la realidad pone de
manifiesto que la sociedad en que vivimos, ni los ciudadanos ni el Estado respetamos como
deberíamos las normas del OJ. De ahí que resulte precisó articular formas que garanticen su
cumplimiento, de las cuales unas veces la jurisdicción es la única (orden penal) y otras, la última
de ellas, entrando en función la jurisdicción cuando las demás vías han fallado (orden civil y
contencioso-administrativo).

Además de la función jurisdiccional, el Estado cumple otras dos potestades básicas: la potestad
legislativa y la potestad ejecutiva.
Función legislativa: el Estado procede a la promulgación de normas jurídicas, regulando los
aspectos que afectan a la comunidad.
Diferencias entre la f.jurisdiccional y la f.legislativa:
• Función legislativa: el Estado procede a la promulgación de normas jurídicas.
• Función jurisdiccional: el Estado procede a aplicar la norma jurídica a los casos que los
particulares someten a su decisión.

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Diferencia entre la f.jurisdiccional y la f.ejecutiva:
• La AP es la encargada del ejercicio de la función ejecutiva, y también tutela el OJ y realiza el
derecho objetivo al ejercer la potestad sancionadora o disciplinaria de la que es titular, pero de
una forma distinta a como lo hacen los órganos jurisdiccionales.

NOTAS ESENCIALES DE LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL:


Art.117.1 CE: "La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y
Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos
únicamente al imperio de la ley".

A. INDEPENDENCIA.
Supone que todos los órganos que desempeñan la f.jurisdiccional son absolutamente soberanos
en el ejercicio de la tarea que tienen encomendada, ya que al ejercer su función no dependen de
nadie y solo están sometidos a la ley y al derecho.
En consecuencia, la independencia es una característica propia de los órganos que administran
justicia, no del poder judicial, que es un poder del Estado y no puede ser independiente de éste,
como tampoco pueden serlo ninguno de los otros dos. Sin embargo, esto tampoco impide que
pueda conceptuarse como un poder autónomo, diferenciado de los demás poderes estatales, y
que ejerciendo su función no debe soportar intromisiones del ejecutivo ni del legislativo, ni siquiera
del judicial que forma parte de él.
Medidas para garantizar la independencia del poder judicial:
1. La declaración constitucional de que los Jueces y Magistrados únicamente están sometidos al
imperio de la ley.
2. La reserva de Ley Orgánica para regular la constitución, funcionamiento y gobierno de los
juzgados y tribunales, así como el Estatuto jurídico de jueces y magistrados y del personal al
servicio de la Adm. De Justicia. Se reconoce el autogobierno del poder judicial.
3. El reconocimiento como fundamental del derecho al juez ordinario predeterminado por la ley.
4. Consagración constitucional de que los integrantes del poder judicial son inamovibles y, en
consecuencia, no pueden ser "separados, suspendidos, trasladados, ni jubilados sino por
alguna de las causas y con las garantías previstas en la ley".

B. EL SOMETIMIENTO A LA LEY.
Esta característica supone que en su actuación, los jueces y tribunales únicamente están
sometidos a la ley, entendida ésta como conjunto de preceptos dictados por la autoridad
competente, en los que se manda o prohíbe algo en consonancia con la justicia y para el bien de
los ciudadanos: cuerpo de máximas y reglas que conforman el OJ.
Ello no significa que los órganos jurisdiccionales apliquen mecánicamente las normas, sino que,
además de observar, deben adaptarse a los casos que han de decidir, teniendo en cuenta las
circunstancias que concurren en cada supuesto (labor creadora).

C. IMPARCIALIDAD.
Supone:
- Por un lado, que los órganos jurisdiccionales son extraños o ajenos al objeto litigioso y, en
consecuencia, que no tienen interés alguno en que se resuelve de una u otra forma.
- Por otro lado, que no tienen relación alguna con ninguna de las partes en el litigio y mantienen
una postura de absoluta neutralidad en relación con estas.

Esta imparcialidad no es predicable de la Administración, ya que ésta adopta sus decisiones sobre
materias sobre las que versa su actividad.

Cuando pueda temerse que el juez llamado a decidir un concreto asunto no va a ser lo imparcial
que debiera, se podrá hacer uso de dos instituciones que garantizan esta imparcialidad: la
abstención y la recusación, con las que se pretende garantizar el derecho constitucional a ser
juzgado por un juez imparcial. La ley objetiva las causas que puedan hacer dudar de la debida
imparcialidad (art.219 LOPJ), impone a los jueces y magistrados el deber de abstenerse cuando

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concurra alguna de ellas (arts. 217, 221 y 222 LOPJ) y, para el caso de que no lo hagan, reconoce
a las partes el derecho a recusarle (arts.218 y 223 y ss LOPJ).

D. IRREVOCABILIDAD DE SUS DECISIONES.


Irrevocabilidad de las decisiones que adoptan los órganos que la ejercen, aún cuando ha de
matizarse inmediatamente que dicho rasgo distintivo no es predicable de todas las resoluciones
judiciales, solo de aquellas que ponen fin de manera inexorable a un determinado contencioso,
sea porque no se prevea recurso alguno para ellas, o que no se estime dentro del plazo habilitado
para ello.
La característica de la irrevocabilidad es predicable solo de la función jurisdiccional, no de la
función administrativa, cuyas resoluciones pueden ser impugnadas ante los tribunales de justicia.

3. PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES RELATIVOS A LA


POTESTAD JURISDICCIONAL.
En nuestro país el ejercicio de la función jurisdiccional se acomoda a una serie de principios
constitucionales que la condicionan:

1. EL PRINCIPIO DEL MONOPOLIO ESTATAL DE LA JURISDICCIÓN.


Este principio implica que la función jurisdiccional es una manifestación de la soberanía estatal y
supone que, en el ámbito territorial del Estado, solo ejercen la función jurisdiccional aquellos
órganos a los que éste ha confiado tal función y no otros. El Estado también delimita el ámbito
territorial en el que ejerce su jurisdicción, y las decisiones adoptadas por los tribunales de un
Estado solo surtirán efectos en otro si éste último así lo permite a través de un Tratado
internacional o regulando un procedimiento previo de homologación de decisiones.

2. EL PRINCIPIO DE LA EXCLUSIVIDAD DE LA JURISDICCIÓN.


El principio de la exclusividad de la jurisdicción se encuentra consagrado en el art.117.3 CE, que
dispone que: "El ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y
haciendo ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los jueces y tribunales determinados
por las leyes, según las normas de competencia y procedimiento que las mismas establezcan".
Esto significa que en España el ejercicio de la función jurisdiccional está vedado a órganos
distintos de los que integran la organización judicial que, por ello mismo, son los únicos que
pueden desempeñarla.
Junto a este primer sentido, que algunos autores denominan "principio de reserva de jurisdicción",
existe otro de carácter negativo, que se encuentra en el art.117.4 CE, dispone: "los juzgados y
tribunales no pueden ejercer más funciones que las señaladas en el apartado anterior y las que
expresamente le sean atribuidas por la ley en garantía de cualquier derecho", lo que implica que,
aparte de la función jurisdiccional, solo pueden desempeñar las tareas que expresamente les
asigne una ley en garantía de algún derecho (relativas al registro civil, registro público o
jurisdicción voluntaria).

3. EL PRINCIPIO DE UNIDAD JURISDICCIONAL.


Este principio se encuentra expresamente consagrado en el art.117.5 CE, en el que dispone que
"es la base de la organización y funcionamiento de los tribunales", distinguiéndose
tradicionalmente dentro de él dos aspectos: uno relativo a la unidad territorial de la jurisdicción y
otro referido a la unidad del propio concepto de jurisdicción.

Unidad territorial de jurisdicción: en su vertiente territorial, el principio que analizamos significa que
la función jurisdiccional es competencia exclusiva del Estado, lo que permite apuntar una
importante diferencia entre el PJ y los otros dos poderes estatales, ya que junto a las CCGG y el
Gobierno, existen órganos legislativos y ejecutivos comunitarios. Este principio implica que el
poder judicial, aunque sea único en todo el Estado, en su organización hay que tener en cuenta
que España es un estado autonómico.

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Unidad conceptual de jurisdicción: esta vertiente del principio de unidad de la jurisdicción implica
que, pese a las diversas calificaciones que recibe, la función jurisdiccional es una función única,
asumida en exclusiva por el Estado, que la ejercita a través de unos órganos especialmente
cualificados a dicho fin.

4. LA RESPONSABILIDAD POR EL EJERCICIO DE LA


JURISDICCIÓN.
Como la administración de justicia es independiente, no puede desempeñarse de cualquier
manera, es decir, sin que tenga consecuencias si se ejercita indebidamente o se lesiona un deber
jurídico, pues, en ambos supuestos, es preciso responder del mal causado (art.117.1 CE).
La responsabilidad se puede clasificar en dos grandes apartados: en la que puede incurrir el
Estado y la que deben asumir directamente quienes ejercen la potestad jurisdiccional. En la
práctica no se suele recurrir a la segunda, y es más aconsejable exigir la responsabilidad directa
del Estado.

A. RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO.


Los arts.292 a 297 LOPJ regulan cuatro supuestos en los que el Estado puede incurrir en
responsabilidad por el ejercicio de la jurisdicción:
1. Cuando se hayan causado daños en bienes o derechos como consecuencia de un error
judicial, siempre y cuando dichos daños sean efectivos, evaluables económicamente, puedan
individualizarse con relación a una persona o grupo de personas, y el error haya sido
expresamente reconocido por una decisión judicial.
2. Cuando se hayan ocasionando daños en bienes o derechos a causa de un mal funcionamiento
de la Adm de Justicia, declarado por el Ministerio de Justicia, previo informe del CGPJ.
3. Cuando se declare la absolución de quién padeció prisión provisional por entender que no
existió el hecho que se le imputó, siempre y cuando se le hayan causa perjuicios.
4. Cuando se hayan ocasionando daños en bienes o derechos por dolo o culpa grave de jueces y
magistrados.

En los tres primeros casos la petición indemnizatoria debe dirigirse directamente al Ministerio de
Justicia antes de que transcurra un año a partir del día en que pudo reclamarse.
Nada dice la ley sobre cómo ha de procederse en el último supuesto; hay opciones:
• Considerar que la reclamación ha de acomodarse a las normas que regulan la responsabilidad
patrimonial del mismo.
• Entender que ha de formularse ante la jurisdicción civil, donde será necesario una reclamación
previa en vía administrativa.

B. RESPONSABILIDAD PERSONAL DE JUECES Y MAGISTRADOS POR SU ACTUACIÓN EN


EL EJERCICIO DE LA JURISDICCIÓN.
Los jueces y magistrados pueden incurrir directamente en responsabilidad en el ejercicio de sus
funciones disciplinarias, la responsabilidad puede ser penal, civil o disciplinaria (arts. 405 a 427
LOPJ).

1. Responsabilidad penal.
Cabe exigir responsabilidad penal a los jueces y magistrados por los delitos o faltas que puedan
cometer en el ejercicio de sus funciones (art.405 LOPJ).
El proceso penal puede incoarse por providencia de tribunal competente para ello o en virtud de
querella presentada por el MF, el ofendido o perjudicado o cualquier otra persona que, estando
interesada, ejercite la acción popular (arts.406 a 409 LOPJ); aunque en los dos últimos casos el
órgano competente para instruir la causa antes de admitir la querella "podrá recabar los
antecedentes que considere oportunas a fin de determinar su propia competencia así como la
relevancia penal de los hechos objeto de la misma o la verosimilitud de la imputación" (art.410
LOPJ).

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La competencia para instruir y enjuiciar estos supuestos depende de la categoría profesional que
ostente aquel al que se le imputa el hecho, por lo que puede corresponder a distintos órganos
jurisdiccionales:
1. A la Sala de lo Civil y Penal de los Tribunales Superiores de Justicia, que conocerá como Sala
de lo Penal en los casos del art.73.3.b) de la LOPJ.
2. A la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo, en los supuestos del art.57.1.2 y 3 LOPJ.
3. A la Sala Especial en los supuestos del art.61 LOPJ (causas contra los presidentes de Sala del
TS o contra los magistrados de una Sala de dicho órgano, o cuando sean juzgados todos o
mayor parte de sus integrantes).

2. Responsabilidad civil.
Art.411 LOPJ: "Los jueces y magistrado responderán civilmente por los daños y perjuicios que
causarme cuando, en el desempeño de sus funciones, incurrieren en dolo o culpa". Hay que
añadir la "ignorancia inexcusable" regulada en el art.266.1 LEC.
Esta responsabilidad debe pedirse a través del proceso declarativo ordinario que corresponda con
arreglo a la cuantía que en cada caso se reclame (art.412 LOPJ), sin que pueda interponerse la
oportuna demanda hasta que sea firme la resolución que ponga fin al proceso en el que se
suponga producido el agravio, ni pueda exigirse por quien "no haya reclamado oportunamente el
mismo, pudiendo hacerlo" (art.413.1 LOPJ).
La sentencia que ponga fin al juicio de responsabilidad civil en ningún caso alterará la resolución
firme recaída en el proceso del que dicha decisión traiga causa (art.413.2 LOPJ).

3. Responsabilidad disciplinaria.
Art.414 LOPJ: "Los jueces y magistrados están sujetos a responsabilidad disciplinaria en los
casos y con las garantías establecidas en esta ley".
La LOPJ establece las faltas que dan lugar a la exigencia de responsabilidad, graduándolas en
muy graves (art.417), graves (art.418) y leves (art.419); tipifica las sanciones a que aquellas
pueden dar lugar (art.420), y señala los órganos competentes para imponerlas (art.421).
La responsabilidad disciplinaria solo puede exigirse por la autoridad competente y mediante el
procedimiento legalmente establecido, que se iniciará por acuerdo de la sala de gobierno y del
presidente que corresponda; por acuerdo de la Comisión Disciplinaria o del Pleno del CGPJ; o a
instancia del MF.
La incoación de un proceso penal no es obstáculo no es obstáculo para que se inicie un proceso
disciplinario por los mismos hechos, pero no se dictará resolución en éste hasta que en el
primero no haya recaído sentencia irrevocable o auto de sobreseimiento firme.
Solo podrá recaer sanción penal y disciplinaria sobre los mismos hechos cuando no hubiere
identidad de fundamento jurídico y de bien jurídico protegido.

5. PRINCIPALES MANIFESTACIONES DE LA FUNCIÓN


JURISDICCIONAL: JURISDICCIÓN CIVIL Y
JURISDICCIÓN PENAL.
Con el término jurisdicción se designa a una de las tres principales funciones que tiene
encomendadas el Estado, el cual la lleva a cabo a través de una pluralidad de órganos,
encuadrados en la "jurisdicción ordinaria" o en la jurisdicción especial".
Los órganos jurisdiccionales que integran la j.ordinaria son los que tienen encomendado el
conocimiento y resolución de la generalidad de los conflictos jurídicos, en alguna de las cuatro
ramas u órdenes de la jurisdicción.

Las cuatro ramas son: orden civil, orden penal, orden contencioso-administrativo y orden social,
de los cuales los dos primeros son los más importantes.

A. El orden civil conoce de los asuntos referidos al derecho privado, es decir, materias
englobadas en derecho civil y derecho mercantil, así como de aquellas materias que no estén
expresamente atribuidas a otro orden jurisdiccional.
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B. Los jueces y magistrados del orden penal conocen "de las causas y juicios criminales, con
excepción de los que correspondan a la jurisdicción militar".
C. Los jueces del orden contencioso-administrativo conocen:
• De las pretensiones que se deduzcan en relación con la actuación de las AP sujetas al
D.Adm.
• De las pretensiones que se deduzcan en relación con las disposiciones generales de rango
inferior a la ley y con los reales decretos legislativos en los términos del art.82.6 CE.
• De los recursos que se formulen contra la inactividad de la Adm y contra sus actuaciones
materiales que constituyan vía de hecho.
• De las pretensiones que se deduzcan en relación con la responsabilidad patrimonial de la
Adm Pública y del personal a su servicio.
• De las reclamaciones de responsabilidad cuando el interesado accione directamente contra
la aseguradora de la Amd junto a la Adm respectiva.
• De las demandas de responsabilidad patrimonial que se dirijan, además, contra las personas
o entidades públicas o privadas indirectamente responsables de aquellas.
D. El orden social conoce "de las pretensiones que se promuevan dentro de la rama social del
Derecho, tanto en conflictos individuales como colectivos, así como las reclamaciones en
materia de Seg.Social o contra el Estado cuando le atribuya responsabilidad la legislación
laboral".

Las principales manifestaciones de la función jurisdiccional se dan en los órdenes civil y penal,
pero se ejercen de forma distinta.
- Es distinto el interés que se protege: en el o.civil se protege el interés individual, mientras que el
o.penal el interés general.
- Los destinatarios de las normas son distintos, pues en el caso del derecho privado el
destinatario son los particulares, mientras que en el derecho público el destinatario es el titular
de la potestad jurisdiccional, e indirectamente los particulares.
- La jurisdicción civil es secundaria (última instancia para el caso de que los particulares no
hayan solucionado sus controversias a través de otros modos), mientras que la penal es
necesaria, ya que el Ius Puniendi del Estado solo puede hacerse efectivo a través del proceso.

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