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san diego

Calle Stuart

Así lo demuestra la calle de Stuart, aunque su nombre original fue calle de Santa
Clara, porque queda al lado del antes convento y hoy Hotel Santa Clara. En el año
de 1856, el cabildo ordenó que la calle llevara el nombre del mártir de la
Independencia Santiago Stuart, fusilado en 1816 por el pacificador Morillo.

Calle del Curato. Se dice que el nombre de esta calle, que es donde Gabriel García
Márquez tiene la casa que le construyó el arquitecto Rogelio Salmona, le viene
porque una vez terminada la iglesia de Santo Toribio, el curato de los sacerdotes
que administraban el templo quedaba en la casa de al lado. Santo toribio de
Mogrovejo es el Patrono de los obispos de América Latina (1538-1606).

Calle de Tumbamuertos

El primer nombre de esta calle fue Nuestra Señora del Pópolo, pero cuenta la
historia que esta estaba en pésimas condiciones, y que se empezó a llamar así
desde que una epidemia azotó a Cartagena y las procesiones que llevaban a los
muertos y pasaban por ahí se caían con todo y muerto.

Esta calle era un paso obligado para llegar al cementerio de San Diego. En esa
época la epidemia del Tablón, acabó con un buen porcentaje de la
población. Muchos entierros pasaron por esta calle y las personas que cargaban el
ataúd, se tropezaban y caían. Los habitantes decían que un duende se divertía
haciendo caer a los muertos, y desde ese suceso, relacionaron la calle como: “allá
donde tumban los muertos”.

Según los cuentos populares cartageneros, en ese callejón una señora dio a luz
un día a siete niños, y el monarca español de la época, admirado por la
fecundidad de la mujer, decidió concederle 50 ducados por cada uno hasta que los
muchachos alcanzaran la mayoría de edad.

Otra versión dice que en esa calle vivía un español de apellido Infante, que tenía
siete hijos y una hija. Según el libro «Plazas y calles de Cartagena», de Raúl Porto
del Portillo, la mujer tenía un amante. Una noche, los amantes furtivos decidieron
escapar, pero alguien avisó a los hermanos y estos salieron tras la muchacha
hasta el embarcadero. Ahí se trabó una descomunal batalla entre los siete
hermanos de la novia que se fugaba y los marineros . Después de una lucha
encarnizada, los siete jóvenes Infante quedaron muertos sobre la borda del
barco. Al día siguiente, siete cadáveres salieron de esa calle rumbo al cementerio.

En la calle de los Siete Infantes está el hostal El Viajero

Estas Bóvedas dan techo hoy en día a un animado mercado de artesanía


colombiana. Abandonadas durante muchos años, emprendedores y artesanos han
convertido el sector en el mercado de artesanías más grande de Cartagena.

Esta reliquia colonial construida por el ingeniero Antonio de Arévalo en 1792 y


que, desde los años 70, ha sido el gran mercado de artesanías por el que ha
pasado muchísima gente de todas partes del mundo para comprarse un recuerdo
colombiano. el cuartel de las Bóvedas fue la última construcción realizada por los
españoles en el siglo XVIII, y que la estructura cuenta con 23 bóvedas y 47 arcos,
que durante la colonia fueron utilizadas como cuartel militar, depósito de armas y
luego en la época de la independencia fue una cárcel.

Las Bóvedas estuvieron abandonadas durante muchos años, hasta el punto en


que se convirtieron en un depósito de basura, que además albergaba a habitantes
de la calle y a murciélagos. Por ello, en los años 70 fueron entregadas por el
arquitecto Alberto Samudio, entonces director de la promotora de turismo de
Cartagena, a personas que pudieran rescatarlas, arreglarlas y darle valor social y
turístico.
Dentro de las tiendas de las Bóvedas,te sorprenderá la cantidad de mochilas
guajiras y bolsos hechos a mano con materiales colombianos. Fuera, las
palenqueras se encargan de recrear el ambiente con sus cálidas sonrisas,
llamativos atuendos y poncheras llenas de coloridas frutas tropicales o deliciosos
manjares. Aunque no se dejen fotografiar fácilmente, ellas hacen parte de la vida
de esta plaza.

http://barbiegirltravelsarts.com/2018/12/31/san-diego-el-barrio-mas-animado-en-
cartagena-de-indias/

calle del jardín

El nombre que correspondía a esta vía de la ciudad durante la dominación española,


fue "Nuestra señora del destierro". Esta calle recibe este nombre ya que cuando
toda la faja de terreno estaba tupida de malezas y no existían ni una sola
construcción, los moradores y vecinos de la plaza de san diego, salían hacer sus
necesidades corporales en el lugar que hoy conocemos con el nombre de la Calle
del Jardín.

Santo domingo centro


CALLE DE SANTA TERESA: Existen tres calles de Santa Teresa. La primera va
desde la esquina de Baloco o la esquina de las Damas, cuyo nombre oficial es
nuestra señora de Las Latas, la segunda que corre de la esquina de Baloco a la
esquina de San Juan de Dios (torno de Santa Teresa) y la última que va de la
esquina de Baloco hasta la playa del triunfo (calle de la victoria de Santa Teresa).

CALLE DE SANTO DOMINGO: hay tres calles que conducen a la iglesia y convento
de Santo Domingo, la que corre entre la esquina de la calle de Baloco y la plaza de
Santo Domingo (calle de nuestra señora del Carmen) y la que viene de la esquina
de santos (calle de nuestra señora del Rosario o del palenque). En su vecindad vivió
el procer de nuestra independencia doctor José Fernández De Madrid.

Calle Ricaurte

Su nombre es en honor del héroe de la Nueva Granada Antonio Ricaurte. En un


principio se llamó Calle de Nuestra Señora de Las Latas y luego Calle de Santa
Teresa.

Se dice que en una de sus casas habitaban duendes. La noche que el General
Tomás Cipriano de Mosquera celebraba la victoria de Guaspud, donde habría de
perder el General Juan José Flórez, en las casas contiguas no pudieron dormir a
causa de un gran bullicio, chocar de espadas y copas de vidrio reventadas en el
suelo.

A la mañana siguiente, indagaron a los dueños de la casa cuál era el motivo de


tanto festejo esa noche. Respondieron que no habían hecho absolutamente nada,
mas la señora de la casa dijo haber soñado con una gran fiesta que se daba en
casa del General Mosquera.

Calle Santa Teresa

Existen tres calles de Santa Teresa. La primera va desde la esquina de Baloco o la


esquina de las Damas, cuyo nombre oficial es nuestra señora de Las Latas, la
segunda que corre de la esquina de Baloco a la esquina de San Juan de Dios (torno
de Santa Teresa) y la última que va de la esquina de Baloco hasta la playa del triunfo
(calle de la victoria de Santa Teresa).

Calle Baloco:

Es una de las calles más tradicionales y típicas de Cartagena, situada en un sector


importante de la ciudad. El nombre oficial de esta calle es Nuestra Señora de
Guadalupe, En ella vivió don Francisco Baloco Leigrave, que se desempeñó como
gobernador de Cartagena en 1716

Callejón de los Estribos


Inicialmente una calle amplia conocida con el nombre de Nuestra Señora de la Luz.
En el año 1559, luego de que los frailes dominicos terminaron la construcción de la
Iglesia de Santo Domingo, pudieron observar que los cimientos de la edificación
estaban cediendo en el costado que daba a esta vía. Para solucionar este impase,
se construyeron los contrafuertes que se pueden ver en la actualidad, por lo que la
calle se hizo más estrecha y se convirtió en el Callejón de los Estribos.

calle de santo domingo


En Cartagena existen tres calles con este nombre, que parten de tres esquinas de
la Plaza de Santo Domingo. Las tres son calles atractivas, pero hay una con
mayor valor histórico, la que parte de la Plaza de Santo Domingo y va hasta la
esquina de la calle de Ayos.

La calle de Santo Domingo, como la mayoría de las calles coloniales de Cartagena


ha recibido sucesivos y múltiples nombres. Anteriormente fue conocida con el
nombre de Nuestra Señora del Rosario, luego recibió el de calle Amador, en
homenaje a Martín Amador, prócer de la Independencia de Cartagena. Y
finalmente se le llamó calle de Santo Domingo, cuando el convento dedicado a
este santo fue construido en sus inmediaciones.

Cuenta la leyenda que fundada la iglesia de Santo Domingo, el diablo aparecía


todas las mañanas en esta calle para espantar a los feligreses que concurrían a
misa. Pero dice la crónica, que la gente se acostumbró tanto a ver al diablo, que
ya ni le temían. Entonces Lucifer resolvió jugarles una partida a sus enemigos. Y
sucedió que cuando los vecinos se disponían a concurrir a los oficios religiosos
encontraron que las bocacalles estaban obstruidas con piedras enormes. Atraído
por el bullicio de la gente, el sacerdote se acercó al lugar donde estaban las
piedras y dijo: «Lucifer, con Dios tú no puedes», y haciendo un ademán empujó la
muralla de piedras. Se asegura que la brisa arrastró una carcajada y un agrio olor
a azufre.

En la otra calle de Santo Domingo, que desemboca en la calle de la factoría, se


encuentra la casa donde vivió el prócer y escritor José Fernández de Madrid. Y la
tercera calle de Santo Domingo está flanqueada por bien conservadas casas
señoriales.

Calle de la Inquisición

Antes del año 1600, la calle fue conocida con el nombre “Nuestra Señora de la
Concepción”, pero instalado el Santo tribunal de la Inquisición, la vía fue llamada tal
y como se le conoce hoy.
Calle de las Damas

A principios de 1600 se le llamó calle de nuestra señora de los ángeles.


Leyenda
Dice la leyenda que cuando el gobernador Anastasio zejudo Núñez rindió cuentas
de la construcción de las murallas al entonces rey de España, Carlos Vi, y que había
costado toda una fortuna, el rey quiso ver desde su mansión real en la madre patria
con un catalejo la magnitud de tan costosa obra. Como no lo logró, en complicidad
con algunos íntimos decidió irse hasta la propia Cartagena vestido de mujer para
así poder ver más de cerca las murallas. se alojó en una de las casas de esta calle.
Obviamente llegaron de incógnitos, y como nadie pudo identificarlos, los vecinos se
imaginaron cuanta teoría se le viniera a la mente. al fin no pudieron dar con la
identidad de tales señoronas, de tales "damas", quienes volvieron a España
pasados unos días. de aquí viene entonces el nombre de esta calle.

calle san juan de dios

….

Calle de La Ronda

Esta calle se originó cuando el ingeniero Juan de Semovilla y Tejada arribó a


Cartagena para cumplir una orden del Rey de España, en la que se solicitaba
demoler el convento de los Jesuitas porque las murallas y sus baluartes eran de uso
exclusivo para los militares. Sin embargo, cuando éste se percató de la imponencia
arquitectónica del proyecto, decidió construir un terraplén como contrafuerte para
así poder conservar el balcón más grande de América. En este espacio que separa
el convento del terraplén, nació la calle en la que, por su cercanía con la Plaza de
Armas y de Santa Teresa, las tropas hacían diariamente la ronda con la que
custodiaban la ciudad amurallada. Desde esa época hasta nuestros días la calle ha
llevado el nombre de Calle de La Ronda.

Calle San Pedro Claver


En la época de la colonia se llamo también Nuestra Señora de la Salud. Mas tarde
las autoridades locales dispusieron que la vía llevara el nombre del defensor de los
esclavos, San Pedro Claver

Calle de la Amargura

Recibe este nombre ya que el 17 de junio de 1626 verificose en esta ciudad el


segundo “auto de fe” preparado con toda solemnidad por el tribunal de la inquisición.
el miércoles 16 salió del palacio del santo oficio la ultima ritual , procesión que
anunciaba la condena de los herejes.
La Procesión tomo la Calle lozano, Plaza de los Coches, Plaza de la Aduana y al
llegar a la Calle de la Amargura el reo, Pedro Sánchez Mancera le dijo a su
compañero Amaro Gómez:
“Amigo, falta muy poco para llegar al lugar del tormento apenas nos falta andar la
callecita que viene, que con el tiempo debería llamarse, La ruta de la Amargura” y
a esto se le debe el nombre de la calle

calle veles Danieles

Calle Nuestra Señora del Río

Esta es una de las calles de Cartagena que alberga mitos y leyendas. Se dice que
cuando el Convento de Santo Domingo fue fundado, el diablo se les aparecía todas
las mañanas a los feligreses que se dirigían hacia el templo. Eran tan constantes
las apariciones, que los vecinos se terminaron acostumbrando a él y ya ni siquiera
lo determinaban, por lo que el diablo enfureció y decidió planear una venganza
contra los fieles.

Al día siguiente el camino se encontraba lleno de enormes rocas que obstruían el


paso normal hacia el templo. Ante esta extraña situación, el superior del templo
decidió tomar cartas en el asunto y se acercó hasta donde estaban las piedras. Al
tocarlas, exclamó con fortaleza: “Lucifer, con Dios tú no puedes”. Mientras
empujaban las rocas y las quitaban del camino, una sonora carcajada se escuchó
al tiempo que un fuerte olor a azufre invadió las cercanías.

Calle Cochera del Gobernador

El nombre oficial de esta calle es el de “Nuestra Señora de los Desamparados,


patrona de Valencia. En alguna época la casa contigua a la Gobernación, en esta
calle, estuvo comunicada con el Palacio.
Se destino para guardar los vehículos del gobernador en unos lugares que
existieron precisamente en el lugar que hoy ocupa la casa, por eso el nombre
Cochera.

Calle Cabal

Está situada entre la Plaza de la aduana y la calle del Candilejo , a finales del año
1898 el cabildo dispuso que la via citada se llamara calle Antonio de Real, pero
ninguna autoridad ha ordenado tal orden
calle de candilejo

calle roman

….

Calle del Arzobispado

Esta calle fue conocida con el nombre de la iglesia, seguramente por cercanía a la
catedral más tarde fue llamada del cementerio de la iglesia, porque era costumbre
en aquellos tiempos enterrar a los difuntos que habían vivido en jurisdicción de cada
parroquia y en la iglesia de la catedral les daban sepultura.
Calle de los Santos de Piedra

A pesar de que se ha intentado llamar a esta vía de distintas maneras, desde los
tiempos de la colonia el pueblo siempre se ha referido a ella con el mismo nombre.
En algún momento de la historia el Concejo Municipal ordenó que esta calle llevara
el nombre del ilustre mártir de la independencia, coronel Pantaleón Germán Ribon.
Alrededor de 1570 se le dio el nombre de Calle de La Catedral y luego se le atribuyó
el de El Faro. Finalmente, desde el año 1681 hasta 1712, luego de que se ordenara
la elaboración de una serie de efigies de piedra para adornar la Catedral con las
formas de los santos San Pedro, San Pablo, San Gregorio y San Sebastián, la calle
adoptó el nombre que aún conserva en la actualidad.

CALLE DEL COLEGIO: El colegio era el Real Colegio de San Carlos Borromeo, su
nombre oficial de esta calle es Calle de nuestra señora de Begoña, como devoción
a la Santísima Virgen.

CALLE DEL COLISEO: esta vía se ha conocido por los nombres: calle de Nuestra
Señora de Belén, Calle del Colegio, Calle del Teatro y Calle del Coliseo. Este
nombre ha perdurado hasta nuestros días.

Calle de las Carretas

Durante los tiempos de la colonia en Cartagena este lugar era conocido como la
Calle de Nuestra Señora de las Carretas. Según algunos testimonios en esta vía se
reunían todas las carretas que operaban en la ciudad, pero otros le atribuyen el
nombre a la terminología militar, donde la palabra “carreta” significa galería. De esta
manera las carretas servían para llegar a salvo hasta la muralla cuando las plazas
sufrían algún tipo de ataque. Con el transcurso del tiempo la gente fue adoptando
el nombre con el que actualmente se le conoce.
Calle del Tablón

La que en un comienzo se llamó Calle de Nuestra Señora de los Valles, y


posteriormente Calle de la Imprenta, debido a que allí funcionó la primera imprenta
de Cartagena, tiempo después quedó bautizada como Calle del Tablón. Este
nombre tendría dos posibles orígenes: el primero se le dio porque, según algunos,
en este lugar murió el primer enfermo de una epidemia que azotó a la ciudad y a la
que llamaban el tablón. El segundo hace alusión a una tabla grande de madera que
los vecinos ponían sobre la vía para que la gente cruzara de una acera a la otra en
los días que llovía fuertemente.

Calle Gastelbondo

su primitivo nombre era calle de nuestra señora del niño perdido.


Leyenda
se dice que debajo del baluarte de santo domingo todas las noches salía un
"mohán", que saltaba dentro del pozo que hay en una de las casas, y armaba gran
estrépito que no dejaba dormir ni a la dueña de la casa ni a los vecinos de por allí.
Doña dolores pasco de vela, dama religiosa por excelencia, queriendo acabar con
el duende le ofreció a la virgen del Carmen que fundaría un colegio si lograba
erradicar al espectro que tan desvelados tenía a todos en los alrededores. al poco
tiempo el mohán se esfumó y doña Pasco fundó entonces el colegio del Carmen el
16 de julio de 1840.

Calle la Mantilla

Se le llamo en un principio Calle de Nuestra Señora de la Bendición


Leyenda:
Don Baltasar de Soriano, alto empleado de la Real Hacienda vivía en una de sus
casas con su hija María de Encarnación. Don Juan Pérez de Guzmán fue nombrado
Gobernador de Cartagena en 1658, y hubo de enamorarse de la muchacha. Pérez
de Guzmán la pidió en matrimonio, mas la boda no se llevaba a cabo.
Más tarde fue nombrado Gobernador de Puerto Rico, y se largó a la isla en el primer
galeón que zarpó sin avisar a nadie de la familia. Cuando María de Encarnación se
enteró de la partida de su prometido, apenada, se estranguló con la mantilla de seda
que se ponía los domingos para ir a misa. Y es que el vil novio aparte de dejarla
plantada la había embarazado. Desde entonces la calle se denomino de la Mantilla

Calle de la Soledad

Muchas de las tradiciones de Cartagena provienen de los ritos religiosos. Hasta


finales de 1875 existía la costumbre que, para el viernes santo, la imagen de
Nuestra Señora de la Soledad salía de la iglesia a las doce de la noche y recorría
varias calles de la ciudad amurallada con destino al templo de la Santísima Trinidad,
donde permanecía por una hora antes de regresar a su hogar casi al amanecer.
Gracias a esta práctica la calle recibió el nombre con el que actualmente se le
conoce.

Calles primera y segunda de Badillo

Hoy están repletas de puestos de chucherías y comida. Su nombre fue tomado del
célebre visitador español que fue gobernador de la provincia de Cartagena en 1536,
don Juan de Badillo, quien vivió en ambas vías. Encarceló a Pedro de Heredia y lo
sometió a un tortuoso proceso judicial.

CALLE DE SAN AGUSTÍN: Fue llamada por muchos años como calle de nuestra
señora del consuelo o de San Agustín Chiquita, nombres derivados de la Capilla y
Convento de San Agustín de gran importancia durante la era Virreinal.

Calle de la Universidad
Esta calle ha tenido varios nombres. Primero se llamó calle Rafael Calvo, por orden
del ayuntamiento se estableció que llevara el nombre de este destacado y meritorio
hijo de Cartagena, quien vivió muchos años en esta vía. Luego, a raíz de la
fundación de la primera escuela pública de niñas, llamada “La Igualdad” adoptó el
mismo nombre, y hoy es llamada Calle de la Universidad en honor al Alma Mater de
Cartagena.
CALLE DEL CUARTEL: nombre oficial calle de Nuestra Señora de La Divina
Pastora y llamada calle del cuartel por el cuartel del regimiento fijo, creado por el
orden del Virrey D. Manuel Guirior en 1773.

Calle de Don Sancho

Se la denominó así por haber vivido en ella el célebre don Sancho Jimeno, general
español que defendió el castillo de Bocachica cuando el barón de Poitiers atacó a
Cartagena el 13 de abril de 1697.
CALLE DE DON SANCHO: su nombre oficial es calle de nuestra señora de La
Merced. Es posible que su nombre se deba al legendario Don Sancho Jimeno de
Orozco, quien fuera gobernador en 1693, 94 y 95.

CALLE DE LA FACTORIA: también llamada Calle de la Marquesita. su nombre


oficial es calle de nuestra señora de La Candelaria. Se dice que fue llamada así por
la fábrica de Harinas que el Marqués de Valdehoyos tenía en su casa.

Calle de la Merced

Su nombre proviene por que en el lote del terreno que ocupa el Teatro de Heredia,
existió la Iglesia de la Merced
Calle Estanco del Aguardiente
En la época de la colonia, el alcohol y el tabaco eran privilegio de los españoles. En
esta calle, se encontraba el único estanco del aguardiente autorizado y es esta
edificación la que le da el nombre a la calle. En los años posteriores funcionó en sus
instalaciones el colegio de la presentación, eternizado en la obra de Gabriel García
Márquez, por ser el colegio donde estudió Fermina Daza, la protagonista del amor
en los tiempos del cólera. En su patio, se encuentran túneles que usó algún virrey
en la colonia, para llegar hasta una bóveda del Castillo San Felipe de Barajas.

La calle de la Chichería en el Centro Histórico de Cartagena es donde se ubica la


Sede alterna de la Seccional Caribe, lugar en que se realizarán la mayoría de
cursos, talleres y diplomados de la primera versión de la Escuela de Verano Tadeo
Caribe 2013.

El nombre de “Chichería” se debe a que presuntamente en la era republicana, los


soldados del Regimiento Fijo de Cartagena bebían chicha en una casa ubicada en
esta calle cuyo nombre verdadero según el libro “Nomenclator Cartagenero” de
Donaldo Bossa era “Portería de la Merced”.

Cabe aclarar que en el Caribe colombiano se hace una chicha que es dulce a
base de maíz, arroz, avena, guanábana, tamarindo, entre otros. Distinta a la
chicha que se consume en el interior del país, especialmente en el departamento
de Boyacá, que es un brebaje fermentado con resultados embriagantes.

No hay certeza si en verdad existió tal casa que comercializaba esta bebida, lo
cierto es que el nombre de la calle es oficial, y ostenta la casona donde hoy
funciona nuestra Sede Centro.

Con una arquitectura colonial, balcones bien conservados y dos enormes puertas
o portales, la sede de la Chichería se convierte en un escenario propicio para el
estudio, con salones aclimatados y cómodos que están listos para recibir a los
estudiantes de esta Escuela de Verano.

En esta calle se ubican otras dos importantes instituciones como lo son la


Seccional Bolívar de la Procuraduría General de la Nación y la entrada de los
artistas al Teatro Adolfo Mejía (antes Teatro Heredia).
CALLE DEL TEJADILLO: su nombre oficial es calle de Nuestra señora del Bien.
Pareciera que su nombre hace honor al techo de las casas coloniales de la ciudad,
pero la verdadera razón es el apellido Tejadillo, ilustre en la época de la colonia.

Calle del Sargento Mayor

Lugar de gran importancia durante los primeros años de Cartagena. Anteriormente


se le llamaba Calle de Nuestra Señora de los Reyes, en la cual vivía el sargento
mayor don Juan Toribio de Herrera Leiva. En honor a él esta vía adquirió su nombre
actual.

calle de la moneda
La primera oficina para acuñar monedas en Cartagena de Indias fue fundada por
el capitán Alonso Turrillo de Yebra, en 1620, en una casa de alquiler. Diez años
después el Cabildo autorizó construir una Casa de la Moneda, propiamente dicha,
en el barrio San Diego.

Originalmente esta casa estaba localizada en la calle de Nuestra Señora de la


Oliva, pero a partir de la construcción de la Casa de la Moneda ese tramo de la
calle tomó el nombre de la casa.

En efecto, el monarca español ordenó mediante Cédula real de 1630 establecer


una Casa de la Moneda, destinada a acuñar monedas que utilizaran oro y plata
extraídos únicamente de las nuevas tierras americanas.

De acuerdo con expertos, la moneda se acuñaba de manera muy rudimentaria,


prácticamente sin ninguna maquinaria, por lo que se la conoce como «moneda de
martillo», «macuquina» o moneda «recortada».

En esta casa se acuñó moneda corriente hasta 1634, cuando se cerró


definitivamente la casa por orden real. Posteriormente, en la época republicana, el
gobierno del Estado Libre de Cartagena continuó utilizando las instalaciones y
equipos de la Casa de la Moneda para fundir diversas piezas metálicas.

Las crónicas aseguran que durante el sitio impuesto a Cartagena en 1815, en esta
Casa se fundió el sepulcro de plata de los frailes Agustinos, con un propósito no
esclarecido al día de hoy. Dicho sepulcro pesaba ocho mil onzas y era una de las
más valiosas reliquias religiosas que salían en la procesión pascual del Viernes
Santo.

La Casa de la Moneda, obra de Francisco Moreno y Juan Salvador, sufrió un


incendio en 1947, que obligó a reconstruirla. Se conserva el patio interior, con una
balaustrada finamente tallada; el zaguán, así como el «corredor bajo» y sus dos
arcos de medio punto. En la fachada destacan la sobria portada de «hueco
adintelado» y los balcones localizados en la segunda planta.

calle del quero


Deténgase y busque entre las casas, una que le parezca realmente tenebrosa e
imagine un avaro llamado Miguel Cuero que decide cambiarse el apellido a Quero
para no ser blanco de burlas. Una noche tuvo la sospecha de que habían entrado a
robar y corrió al baúl donde tenía su tesoro. Estaba revisando cuando la tapa del
baúl cayó encima y le quitó la vida. Cuando el cuerpo se descompuso, los vecinos
se dieron cuenta. De allí, nace la leyenda sobre las personas que salían
ahuyentadas por los sonidos extraños en la casa.

Hay en esta calle una casa que es reconocida como "tenebrosa". Allí vivió Miguel
Cuero, un tipo muy avaro y rico que heredó su fortuna de unos parientes. Este
personaje resolvió un día cambiarse el apellido a Quero, puesto que a su madre
antes la llamaban "Cuero de gato curtido", y esto como que le causaba vergüenza.
Dedicado a cuidar su preciado tesoro, una noche escuchó ruidos en su casa y
acudió a ver qué pasaba. Llegó hasta el baúl donde guardaba sus haberes y
comenzó a contar todas las piezas, una por una. En esto estaba, cuando la pesada
tapa del baúl le cayó encima de la cabeza y así terminó sus días el avaro de Miguel
Quero.
Al cabo de un tiempo el olor del cadáver alarmó a los vecinos que avisaron a las
autoridades, quienes entraron a la fuerza en la casa hallando el cuerpo inerte
hinchado de gusanos. Pronto surgieron leyendas alrededor de la casa. Tarde de
noche no había quien osara siquiera pasar frente a la casona.
En cierta ocasión, un "valiente" que se fumaba un cigarro frente a la casa para
calmar el susto vió como alguien le pedía candela desde el balcón, y privado quedó
el tipo al ver una mano larga y huesuda que le arrebataba de la propia boca el
cigarrillo. Una vez llegó un antioqueño con el propósito de erradicar de una vez por
todas a los fantasmas y pidiendo permiso se alojó en la mansión. Esa misma noche,
después de acostarse, el paisa escucha unos ruidos y acude armado de revólver a
ver qué pasaba. Pasó una sombra delante suyo y el hombre descargó seis tiros de
una vez. Y estupefacto vió como le devolvieron las seis balas mientras una
fantasmal voz decía: "A mi no me hacen daño tus balas; ahí te las devuelvo".
Dicen que el antioqueño quedó loco luego de este suceso y terminó sus días
recluido en un manicomio.

Calle del Santísimo

A diferencia de las trágicas historias de otras calles, en ésta se hace alusión a un


evento con un desenlace feliz. Cuentan que en este sector de Cartagena residían
las familias Fernández y Villarreal. Un día el amor tocó a las puertas de éstas y por
poco también la desgracia estuvo a punto de colarse. Jerónimo Villarreal se
enamoró de Constanza Fernández, situación que generó malestar entre estos dos
grupos, al punto que un día, decidieron desenvainar sus espadas y se armó una
batalla allí mismo.

En medio de la disputa, se escuchó la campanilla del monaguillo que marchaba


detrás del sacerdote, los cuales venían del templo de Santo Toribio dirigiéndose a
visitar a un paciente enfermo de gravedad. Cuando los enemigos se percataron de
que el santo padre se encontraría con este espectáculo, decidieron suspender la
pelea y se pusieron a marchar detrás del grupo. Luego del sermón, tanto los
Fernández como los Villarreal, se sintieron renovados y sin odios en sus corazones,
por lo que se dieron las manos y desde ese instante la paz se apoderó de estas dos
familias. A partir de aquel momento, la antiguamente llamada Calle Teatro de la
Refriega, recibió el nombre de El Santísimo.

Calle del Santísimo

En esa calle vivía un señor y pocas casas después de su residencia vivía una
familia de apellido Villareal. De las hijas de Fernández sobresalía una niña llamada
Constanza donosa inteligente bondadosa y bonita. Jerónimo Villareal se enamoro
perdidamente de ella. Una mañana, muy temprano varios miembros de la familia
Fernández y Villareal se vieron cara a cara. Las espadas salieron a relucir y se armo
una gran batalla. Cuando del templo de santo Toribio se dejo oír la campanilla del
monaguillo que marchaba detrás de un sacerdote que portaba el santísimo el cual
iba a visitar a un enfermo grave vecino de la calle. Cuando los contrincantes se
dieron cuenta de que el viatico pasaba inmediatamente suspendieron la pelea y
todos marcharon detrás del sacerdote y este les dio un platica cristiana. Los
Fernández y los Villareal sintieron dentro de su pecho algo nuevo que los lleno de
inefable regocijo. se miraron unos a otros sonrieron se acercaron y se estrecharon
las manos . Desde aquel momento la paz cobijo a las dos familias y la calle teatro
de la refriega se llamo “el santísimo”

calle de los 7 infantes

Según los cuentos populares de los cartageneros y dentro de su argot propio, “se
cuenta que en ese callejón una señora dio a luz a Siete niños, y un monarca español
de la época, admirado por la fecundidad de la mujer, decidió concederle 50 ducados
por cada uno hasta que los muchachos alcanzaran la mayoría de edad”.
Otra versión dice que en esa calle vivía un español de apellido Infante, que tenía
siete hijos y una hija. Según el libro Plazas y calles de Cartagena, de Raúl Porto del
Portillo, “la niña era el espejo de Venecia de un viejo arruinado. Una noche, los
amantes furtivos decidieron darse a la fuga (se salieron a vivir), pero alguien avisó
a los hermanos y estos salieron tras la muchacha hasta el embarcadero. Ahí se
inició una descomunal batalla entre los siete hermanos de la novia que se fugaba y
los marineros. Después de una lucha encarnizada, los siete jóvenes Infante
quedaron muertos sobre la borda del barco. Al día siguiente, siete cadáveres
salieron de esa calle rumbo al cementerio”.

Desde ese momento, la mayoría de las calles de la Ciudad Vieja empezaron a ser
bautizadas por el cabildo con nombres de advocaciones de la Santísima Virgen.
Sin embargo, los fueron cambiando por los de importantes vecinos que habitaban
en ellas o por causas difíciles de explicar. Ese ocurre con las dos versiones de la
calle de los Siete Infantes.

Según los cuentos populares cartageneros, en ese callejón una señora dio a luz
un día a siete niños, y el monarca español de la época, admirado por la
fecundidad de la mujer, decidió concederle 50 ducados por cada uno hasta que los
muchachos alcanzaran la mayoría de edad.

Otra versión dice que en esa calle vivía un español de apellido Infante, que tenía
siete hijos y una hija. Según el libro Plazas y calles de Cartagena, de Raúl Porto
del Portillo, la niña era el espejo de Venecia de un viejo arruinado .

Una noche, los amantes furtivos decidieron escapar, pero alguien avisó a los
hermanos y estos salieron tras la muchacha hasta el embarcadero. Ahí se trabó
una descomunal batalla entre los siete hermanos de la novia que se fugaba y los
marineros . Después de una lucha encarnizada, los siete jóvenes Infante quedaron
muertos sobre la borda del barco. Al día siguiente, siete cadáveres salieron de esa
calle rumbo al cementerio.

Calle de la Necesidad, fue la calle de menos importancia en el barrio San Diego.


Sólo una casa se alzaba sobre la acera, y luego se construyó una serie de
accesorias en lo que fue “Casa Honda”. Por la escasez de viviendas que era
evidente, la gente empezó a exclamar “En esta calle vamos a tener la necesidad de
construir aunque sean casitas de palomas'. Parece que por la expresión, la vía tomo
el nombre.

Calle del Curato

El nombre de esta calle, que es donde Gabriel García Márquez tiene la casa que le
construyó el arquitecto Rogelio Salmona, le viene porque una vez terminada la
iglesia de Santo Toribio, el curato de los sacerdotes que administraban el templo
quedaba en la casa de al lado.

Calle Cochera del Hobo

En épocas de la colonia se llamo calle “Nuestra Señora del Socorro”


Algunos historiadores sostienen que un amplio solar existía una cochera de
propiedad del señor Antonio Álvarez, apodado como el “Lobo” por unas largas y
ásperas barbas que el tipo tenia. Se afirma que la cochera en cuestión era muy
solicitada por que su dueño atendía con paciencia a los muchos cocheros que hasta
aquí llegaban para guardar sus vehículos y caballos.
Otra versión es que en la esquina de esa calle con Plaza de san diego, había un
árbol denominado Hobo o Jobo y por eso la calle tomo ese nombre.
Calle de Tumbamuertos

En un principio se le llamo Calle de Nuestra Señora del Popolo.


Para mediados de 1876 Cartagena fue asolada por una terrible epidemia que
llamaron “el tablón”, que no fue otra cosa sino lo que hoy conocemos con resfriado
muy fuerte. La peste acabo con bastantes personas en la ciudad. Hubo casas donde
no sobrevivió nadie.
Cuando los vecinos del barrio de San Diego iban a enterrar a sus difuntos tenían
que pasar por esta calle y hubo la casualidad que en dos o tres ocasiones por el
pésimo estado de las vías, los que cargaban el muerto se caían con todo y ataúd al
suelo; y desde ese año de 1876 cada vez que alguien quería dar una dirección de
la calle decía: “allá en la calle donde tumban a los muertos”. Y según dicen que a
los vecinos hasta se les ocurrió que en esa calle había alguna clase de duende que
festejaba cuando hacia caer los fúnebres transeúntes

Esta calle era un paso obligado para llegar al cementerio de San Diego. En esa
época la epidemia del Tablón, acabó con un buen porcentaje de la población.
Muchos entierros pasaron por esta calle y las personas que cargaban el ataúd, se
tropezaban y caían. Los habitantes decían que un duende se divertía haciendo caer
a los muertos, y desde ese suceso, relacionaron la calle como: “allá donde tumban
los muertos”.

En un principio se le llamó Calle de Nuestra Señora del Pópolo.

Para mediados de 1876 Cartagena fue asolada por una terrible epidemia que
llamaron "El Tablón", que no fue otra cosa sino lo que hoy conocemos como un
resfriado muy fuerte. La peste acabó con bastante gente en la ciudad. Hubo casas
donde no sobrevivió nadie.
Cuando los vecinos del barrio de San Diego iban a enterrar a sus difuntos tenían
que pasar por esta calle y hubo la casualidad que en dos o tres veces, por el pésimo
estado de esta vía, los que cargaban el muerto cayeran con todo y ataúd por el
suelo.
Y desde ese año de 1876 cada vez que alguien quería dar una dirección de la calle
decía: "allá en la calle donde tumban los muertos". Y según dicen que a los vecinos
hasta se les ocurrió que en esa calle había alguna clase de duende que festejaba
cuando hacía caer a los fúnebres transeúntes.

Mas que historias son grandes legados, a Calle de la Carbonera, la cual inicialmente
se llamaba "Nuestra Señora de Campeche" y luego tomo el nombre de La
Carbonera ya que en una de las casas (Actualmente marcada con los números 38-
73) se almaceno el carbón que los campesinos traían para la venta en la ciudad. No
había donde depositar la gran cantidad de carbonilla y se veían en la necesidad de
regarlo por el patio, contribuyendo a la elevación del terreno y a que toda la calle se
vistiera de negro. (Cotelco- Traviata).

Description

El circo teatro de la Serrezuela, la tercera plaza de toros construida en Cartagena,


considerada Monumento Nacional desde 1995, se derrumba ante la mirada atónita
y silenciosa de todos los que entran a la ciudad amurallada por la puerta del
baluarte de Santa Catalina.

La construcción actual data de 1930 y estuvo abierta hasta 1972; pero la primera
plaza que se levantó en la zona se hizo en 1893, por Carlos Vélez Daníes y su
hermano Fernando. Después de la Guerra de los Mil Días esa primera plaza fue
desmontada y en 1908, según el libro Nomenclator Cartagenero de Donaldo
Bossa Herazo, los visionarios hermanos Vélez Daníes construyeron una segunda
plaza también en la Serrezuela. Los vestigios que quedan de esta plaza todavía
reflejan su estilo rabe y neomudejar en los capiteles, arcadas y zócalos, en los
balcones y en los acabados. La plaza que actualmente se cae es la tercera.

Aunque la hierba y el monte hayan penetrado entre las rendijas de la madera que
ya est podrida por la humedad y reseca por el sol, esta plaza de toros se sostiene
gracias a la sencillez con que fue construida y a la historia que guarda en la arena
y sus tendidos.

Fórmula de salvación Esta plaza de la Serrezuela fue construida por Marcial


Calvo, un artesano carpintero que no era arquitecto. Antes de empezar a
construirla Calvo viajó a Caracas y Maracay, en Venezuela, para inspirarse en las
plazas de estas ciudades.

Por la construcción, propiedad actualmente de Jaime Vélez Piñeres, pasaron


todos los diestros mexicanos y colombianos de principios de siglo y en los años
ochenta, después de varios años de olvido, volvió a ver la vida con el nacimiento
del Festival de Música del Caribe.

Calle de las Bóvedas

En 1789 llevase a cabo la edificación de las bóvedas en las murallas de santa


catalina , obra que costó un millón setecientos cincuenta mil pesos. Calle que
arranca de la plaza San diego, y que mira de frente a la calle Tumbamuertos, tomo
inmediatamente el nombre de las Bóvedas.
calle campo santo

Al pasar por la Cárcel de San Diego, en la calle del Campo Santo, un vecino me
cuenta que una vez, hace muchos años, dos reclusos entraron en su casa. Se
metieron por el techo, lo obligaron a callar y se escondieron bajo una cama para
luego huir por la puerta principal. Se fugaron.
Y recuerda también cuando presenció una golpiza de ‘padre y señor nuestro’ a un
detenido. “El señor estaba tomando licor con una dama en Bocagrande, pero a la
hora de la verdad, cuando ya iban a acostarse, se dio cuenta de que no era una
mujer, era un travesti. Ese era el detenido”, recuerda. Tiene infinidad de
anécdotas, como muchos vecinos, sobre el reclusorio que alteraba al barrio con
fugas y motines constantes.

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