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Ensayo

Discapacidad Intelectual

TAMARA GARRIDO C.
Asignatura: Transición para la vida adulta.
Profesora: Paola San Martín P.
Fecha:03/08/2019
En mi ensayo, hablaré de la discapacidad intelectual, desde un aspecto más familiar. La
presencia de un integrante del grupo familiar con discapacidad, supone una serie de eventos
que han formado afirmaciones erradas en las personas, y sobre todo en los familiares o
cuidadores de las personas con discapacidad intelectual, que hace que sean sobreprotegidas,
que no se formen instancias para que ejecuten nuevas habilidades o bien desarrollen el
potencial que poseen. Dentro de este punto es que planteo la pregunta ¿Generan los padres,
cuidadores, etc. la adecuada independencia a un niño con discapacidad intelectual?? Esta
interrogante surge principalmente desde lo observado en la práctica, donde en reiteradas
ocasiones veo padres que se muestran sobrepasados en los cuidados de los niños,
adolescentes y adultos, con DI que depende completamente de ellos.

En Chile debido a los procesos sociales y económicos propios del país, donde coexisten
grandes contrastes y diversas realidades, pobreza, desempleo, etc. y además con la
progresiva globalización la realidad de las discapacidades conlleva a que el estado
proscriba a segundo o tercer plano las transformaciones necesarias para enfrentarlas, porque
siempre habrá otros temas que consideren más prioritarios. Cuando se escucha en países
“desarrollados” que la visión de normalización es la más adecuada para personas con
discapacidad y que esto requiere de atención individualizada generalizada o intermitente, y
se compara ese postulado con la realidad de planes de salud y educación de nuestro país
donde se generan pocos espacios para el tratamiento contingente y para la asistencia
individual y permanente, se debe repensar el cómo los paradigmas se pueden adaptar de
manera eficaz y práctica a nuestra realidad, contando con las potencialidades de la propia
comunidad.

Las personas con discapacidad intelectual, pueden tener descendida su capacidad de


aprendizaje que puede verse traducido en dificultades en el lenguaje, en la producción del
mismo y en la comprensión ya que hay problemas en la capacidad de abstracción, y
razonamiento. Otra área que puede verse afectada es la afectividad y autodominio lo que
conlleva dificultades en ejercer la voluntad de manera eficiente, además pueden tener
dificultades en el desarrollo psicomotor, un comportamiento infantil continuo,
imposibilidad para satisfacer los requerimientos educativos en la escuela y falta de
curiosidad. Sin embargo, dentro de los resultados sociales y familiares que genera el
diagnóstico de Discapacidad intelectual esconde ámbitos mucho mayores, como son el
desarrollo de la autonomía, social, intereses propios, el conocimiento del mundo, etc. Es
por eso que desde mi pregunta relacionada con la dependencia que crean los cuidadores
entiendo que la Discapacidad intelectual afecta a la familia como un todo y especialmente a
la persona que ejerce el rol de cuidador principal.
La familia sigue siendo el primer y principal espacio de socialización de nuestros hijos, en
ellas se moldea su carácter, desarrollan su autoestima, se les inculcan modos de actuar y de
pensar que se convierten en hábitos consintiendo de esta manera las prácticas culturales. Es
en el seno familiar en donde también se conforman prejuicios y estereotipos que informan
acerca de lo que es correcto; como parte de ese gran sistema que es la sociedad, tienden a
desarrollar sus propias opiniones de lo que consideran una “persona normal” otorgándoles
una serie de características tanto físicas como sociales, culturales, intelectuales etc., y
particularidades que los hacen pertenecientes a su comunidad, si alguien carece de algunas
de estas características son visto como “persona anormal”.
Asimismo, las familias van a diferenciarse en función de cómo van a reaccionar a la
discapacidad. El cómo se responda va a depender de factores como el sistema de creencias
familiares hacia la discapacidad, el momento evolutivo que atraviesa la familia, el estigma
social que este diagnóstico tiene asociado. En este sentido se diferencian tres factores: el
nivel socio-económico de la familia, la estructura familiar y el género de la persona con
discapacidad. Así, el nivel socio-económico de la familia va a influir, entre otros aspectos,
en las oportunidades de rehabilitación, en el cuidado médico y en el acceso a las nuevas
tecnologías (Sánchez (2006)).
La evolución en los paradigmas, ha generado un cambio en la forma de ver la discapacidad
ya que se ha partido desde una visión reducida hasta llegar a una visión comunitaria en la
sociedad, con intervenciones multidisciplinarias y cambios en las políticas públicas de
educación. Sin embargo, a lo largo del tiempo vemos que existe una dicotomía en las
mismas políticas estatales que promueven una educación inclusiva, sin entregarles las
herramientas reales a los profesionales para generar este estilo real en la población. Esto
por supuesto queda reflejado en las escuelas públicas y en la población en general, ya que
no se genera cambio alguno en el paradigma social, que es el que se trata de cambiar.
Esto se puede justificar en el proteccionismo que se da en las personas con Discapacidad
intelectual, ya que si bien, convenimos en que las personas con discapacidad intelectual
profunda o severa pueden no alcanzar ningún grado de autonomía o bien niveles muy
pobres que sólo acceden a su autocuidado, ellos sólo alcanzan entre un 6-4% de la
población total con discapacidad intelectual. Todo el resto tiene potenciales que muchas
veces no son desarrollados debido al prejuicio del diagnóstico, ya que no se parte
explicando el gran número de potencialidades que posee una persona con Discapacidad
intelectual, sino que sólo se expone lo que no llegará a hacer, en el caso que se hable algo.
En este sentido pienso que es importantísimo el rol del profesor, trabajar con conceptos
tales como son la calidad de vida y destacar la autodeterminación como el eje administrador
de la formación de sujetos autónomos. Para esto es significativo el trabajo con las familias
sobre la importancia de que ellas mismas sean autogestivas y autónomas: que aprendan a
descubrir sus necesidades y busquen los apoyos que requieren para derribarlas, de esta
manera fortalecerlas y hacer que encuentren las herramientas que les permitirán formar a
sus hijos e hijas en la autodeterminación y que ellos, a su vez, sean los primeros gestores de
los apoyos que requieren.
Es importante recalcar que, aunque los padres y madres declaran que quisieran que sus
hijos e hijas se valieran por ellos mismos y tuvieran una vida independiente, en los hechos
es muy difícil que se dé. Esto es debido a numerosos factores entre los que destaca la falta
de servicios y apoyos dirigidos tanto a las familias como a las personas con discapacidad
intelectual y la visión de sobreprotección que tienen tanto en las familias como en los
servicios que brinda la sociedad misma. Acá es donde vemos otro rol social importantísimo
de los colegios, ya que desde cambios pequeños en nuestras propias comunidades podemos
demostrar que podemos generar cambios sociales importantes que cambian nuestros
contextos.
La adaptación de una familia a la discapacidad de uno de sus integrantes es un proceso que
puede durar toda la vida y en ocasiones no se logra, existen familias que se separan ante la
presencia de la discapacidad en sus vidas, otras pueden persistir juntas pero sus relaciones
se caracterizan por las roces constantes que se generan al no encontrar soluciones a las
situaciones que enfrentan, también existen familias que logran hallar la adaptación y se
conforman como una unidad de apoyo, lo que las hace retomar sus expectativas de vida
personales, profesionales y familiares para lograr tener un bienestar personal y familiar.
Son estas últimas las que tienen la posibilidad de traspasar a sus hijos con discapacidad la
seguridad emocional que necesitan para enfrentar los retos de la vida cotidiana, la sociedad
aún permanece en la idea proteccionista ante las personas con discapacidad intelectual, hay
personas y familias que los ven como niños eternos, situación que no les permite imaginar
el que puedan tener una vida independiente y autónoma, existe un pequeño porcentaje de
personas con discapacidad intelectual que han logrado conseguir y permanecer en un
trabajo remunerado que les permite vivir de manera independiente y cómodamente, son
ellos los que están abriendo camino con su ejemplo a los que “vienen atrás”, sin embargo,
hay factores que impiden el avance en este sentido, tales como lo son la desestructuración
de los servicios existentes y la falta de oportunidades laborales, aunado a que no existen
programas estatales que promuevan la vida independiente.

Bibliografía.

http://www.uned.es/reop/pdfs/2012/23-2%20-%20Salcedo.pdf

http://www.cite2011.com/Comunicaciones/Familias/214.pdf

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