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La estultofilia o la pasión por la ignorancia.

El síndrome del pensamiento cero.


Lola López Mondéjar

“La primacía de los tontos es insuperable monstruo, el psicópata, el calculador, del otro el
y está garantizada para todas las épocas. hombre sin atributos, el mal como banalidad.
El terror de esa tiranía se mitiga por Cito a Arendt (2001) “Me impresionó la manifies-
su ineficacia y sus consecuencias. Para ser ta superficialidad del acusado, que hacía imposi-
miembros irreprochables de un rebaño ble vincular la incuestionable maldad de sus
de ovejas, hace falta primero ser oveja”. actos a ningún nivel más profundo de enraiza-
miento o motivación. Los actos fueron monstruo-
Albert Einstein. sos, pero el responsable era totalmente corrien-
te, del montón, ni demoníaco ni monstruoso”.
Así presentado, el mal se convierte en algo si-
“Caminamos irremediablemente hacia niestro que acecha en el interior de los hombres
la ignorancia”. y de las mujeres de la calle sin que en ellos haya
ningún estigma previo que los señale como por-
José Saramago. tadores de esa semilla de maldad que se activa a
poco que las condiciones sociales abonen su cre-
cimiento.
“Mundus vulp decepi: ergo decepiatur” Bilbeny (1995), retomando los conceptos de
(el mundo quiere ser engañado, luego Arendt en lo que se refiere al exterminio de
engañémosle”. millones de judíos a manos de los nazis, afirma:
“El mal capital de nuestro siglo tiene su causa en
Petronio. la apatía moral de seres inteligentes”, y añade:
“el asesino de masas es, ante todo, un idiota
moral”, el dato compartido por la mayoría de los
Cuando Hannah Arendt (1.964) presenció y nazis era la insensibilidad moral. El autor hace
narró el juicio de Eichmann en Jerusalem sólo referencia a la idiotez colectiva de los pueblos
pudo llegar a la conclusión de que el mal, lejos alemanes e ingleses frente al holocausto.
de ser una rareza en el ser humano, puede apa- Es esta superficialidad del asesino que señala
recer en cualquiera de nosotros. Comprobó que Arendt, tanto como la ausencia de pensamiento
los asesinos como Eichmann no eran monstruos que identifica Bilbeny, lo que nos interesa para
excepcionales sino hombres corrientes que hací- exponer nuestra tesis. Para Arendt la capacidad
Detengámonos un instante
1

en la palabra dejación: an dejación1 de su capacidad de pensar y de res- de pensar del hombre va unida al reconocimien-
acción de dejar(se). ponsabilizarse de sus actos bajo la sumisión y la to de su duplicidad, de su división interna, la
Dejadez (Diccionario
Manuel Seco), y lo que obediencia a un poder externo que justifica conciencia de ser dos en uno que distingue al
implica de abandono estos; desde entonces el mal cambió su rostro individuo que hace uso de su capacidad de pen-
de la responsabilidad
subjetiva. terrorífico por una jánica doble faz:: de un lado el samiento.

34 Átopos
Sin embargo, tener capacidad de pensamien- do siempre en el mismo sitio. El amor al conoci-
to no significa que sea usada -como Arendt bien miento ha creado nuestra cultura.
se encarga de advertirnos-, máxime cuando se Tan intrínseco a la naturaleza de los hombres
elude el reconocimiento de la división subjetiva y era ese anhelo que diferentes filósofos y pensa-
nos conformamos con la plácida identificación dores (desde Jansenius, 1585-1638, hasta Pascal)
yoica.
2
Debemos el término
dividieron el placer humano en tres tipos, postu- oligotimia al psicoanalista
Sara Paín (1985, 1992), que se ocupa desde lando que nos movían tres clases de deseos: argentino Enrique Pichón-
hace décadas de las dificultades del aprendizaje, Riviére (1907-1977),
– Libido sentiendi: el placer que nos procuran síndrome por el cual
identifica a la oligotimia social como el problema los sentidos, la carne, la concupiscencia, la identifica a unos niños
más grave del aprendizaje. Nos encontramos, sexualidad. hospitalizados como
oligofrénicos pero sin base
nos dice, en una sociedad que produce sujetos – Libido sciendi: el anhelo de saber, la curiosi- orgánica ni estigmas físicos
cuya actividad cognitiva, pobre, mecánica y pasi- dad de saber, los ojos como puertas de nuestro degenerativos. Pichon
descubre que el grado de
va se desarrolla muy por debajo de lo estructu- organismo al conocimiento del mundo. retraso mental significativo
ralmente posible. – Libido dominandi: el ansia de poder y de de estos niños tiene que
ver con carencias afectivas
Para ella la oligotimia2 social provoca que el dominio. sufridas en la temprana
pensamiento, las reflexiones de los más adapta- La Ilustración (desde la revolución inglesa de infancia en el seno del
grupo familiar. El término
dos a las propuestas de nuestra sociedad, estén 1.688, a la francesa de 1.789) es el paradigma de pseudodebilidad mental
mutiladas, muy por debajo de lo que cabría ese esfuerzo de los hombres por aprender, por apunta al mismo concepto.
Sin embargo, hoy, Roger
esperar de sus capacidades intelectuales. Se tra- conocer el mundo, de su deseo de iluminar a la Misés, especialista en
ta de una tontuna colectiva, de una vagancia humanidad por el ejercicio de la razón. Diderot retraso mental, cuestiona el
concepto de
generalizada, de una falta de amor por el cono- recogió todo el conocimiento en la Enciclopedie, pseudodebilidad como
cimiento, de un miedo a pensar con todos los un enorme acervo de la memoria vegetal, el aco- opuesto a una debilidad
mental verdadera, al
instrumentos que nuestra historia humana nos ha pio del conocimiento de la humanidad. entender que en todo
legado. Marcos Roitman (2003) en perfecta con- La pasión del conocimiento, la libido sciendi, retraso están implicados
factores de orden afectivo,
sonancia con Paín, afirma que el individuo crítico era cantada y alabada por Rousseau. Los filóso- orgánicos, vinculares y
es hoy socialmente sancionado: “Pretender ejer- fos del siglo de las luces, creían que los hombres sociales, “en un
movimiento en el cual el
cer el juicio crítico y la facultad de pensar puede podían ser más buenos cuanto más sabios (pre- estudio de los déficits de la
supuesto que de nuevo el siglo XX se encargó cognición son inseparables
considerarse un signo de inadaptación al medio, del estudio de la
ser identificado como un enemigo, constituirse de dinamitar3 (Baumann, 1.997)), y Kant invitaba organización de la persona
a pensar con una máxima famosa: “Sapere en una perspectiva
en un peligro social y, por ende, ser acusado de integral” (VERTEX, Revista
alterar el sistema y condenado al ostracismo”, aude”, atrévete a saber. Argentina de Psiquiatría,
Sin embargo, hoy es evidente que la libido 2001, Vol. XII).
uno de los efectos del social-conformismo es la
reorientación del deseo hacia la búsqueda de sciendi, el amor al conocimiento que nos anima- 3
Me remito a este excelente
objetos, “pensar se resuelve en el deseo de ba como un ideal, la pasión por el saber, ha sido libro de Bauman donde se
demuestra la hipótesis de
comprar”, así como la construcción de “una rea- sustituida por una pasión por la ignorancia ven- que el holocausto no fue
cedora indiscutible sobre el ideal ilustrado. una suspensión o un fallo
lidad donde la renuncia al estado de conciencia de la civilización, sino un
se plantea como un objetivo por el cual luchar”. Esta pasión por la ignorancia que nos inunda producto de la propia
es el efecto de algunas variables que vamos a modernidad. Dice Bauman:
La historia de la humanidad ha estado marca- “Sospechamos, aunque nos
da por la curiosidad. Cuando hace miles de años exponer brevemente: neguemos a admitirlo, que
Alain Finkielkraut (1.987) ya nos alertaba el Holocausto podría haber
algunos primates abandonaron los árboles para descubierto un rostro
adentrarse en la sabana, se trataba sin duda de sobre la cultura zombi, una cultura que llama cul- oculto de la sociedad
turales, por igual, a actividades donde el pensa- moderna, un rostro distinto
animales valientes y enormemente curiosos. Sin del que ya conocemos y
curiosidad los hombres hubiésemos permaneci- miento está ausente; tanto un cómic como una admiramos” (pag. 9).

Átopos 35
“No se puede permanecer novela de Nabokov, reciben el nombre de cultu- consume y las dimensiones morales del objeto
sentado frente a
la televisión. No se es libre
ra. El sujeto posmoderno, “dotado de un mando se desdibujan hasta que ambas llegan al punto
cuando se está delante de a distancia así en la vida como ante su aparato de fuga en que desaparecen de la vista... El sig-
la televisión. Creerse libre de televisión, compone su programa, con la nificado y el peligro de la indiferencia moral se
haciendo zapping como un
imbécil, no es ser libre, mente serena, sin dejarse ya intimidar por las hace particularmente acusado en nuestra socie-
es una falsa libertad” jerarquías tradicionales. Libre en el sentido de dad moderna, racionalizada, industrial y tecnoló-
Nietszche cuando dice que dejar de avergonzar- gicamente competente, porque en una sociedad
se de uno mismo es la señal de la libertad reali- así, la acción humana puede ser efectiva a dis-
zada, puede abandonarlo todo y entregarse tancia y a una distancia que crece constante-
gozosamente a la inmediatez de sus pasiones mente con el progreso de la ciencia, la tecnolo-
elementales. Su elección –trátese de Rimbaud o gía y la burocracia” (Bauman, 1997).
Renaud, Lévinas o Lavilliers– es automáticamen- Para Cornelius Castoriadis (1.998,a), la socie-
te cultural”4. Finkielkraut continúa: “No cabe dad, ya desde la década de 1.950-60, ha entra-
duda de que el no-pensamiento siempre ha coe- do en una fase de apatía, de privatización de los
xistido con la vida del espíritu, pero es la prime- individuos, de un repliegue de cada cual en su
ra vez en la historia europea que se aloja en el círculo personal, convirtiéndose en público, en
mismo vocablo y que disfruta del mismo estatu- una población cada vez más átona, educada por
to”, es decir, “cultura”, y añade: “cuando el odio unos medios de comunicación que la deforman
a la cultura pasa a ser a su vez cultural, la vida sistemáticamente mediante un culto a lo efíme-
guiada por el intelecto pierde toda significación. ro, de manera que la gente no puede interesar-
La televisión y los ordenadores introducen en se por algo que dura más de unos segundos, o
todos los hogares los saberes, pero la lógica del unos pocos minutos. Frente a la idea del hombre
consumo destruye la cultura, pues la vacía de como un animal que desea saber, Castoriadis
cualquier idea de formación, de abertura al mun- (1998,b) opone un hombre como animal que
do y cuidado del alma”. desea la creencia, que desea la certidumbre, de
Dejamos a Finkielraut con una afirmación que ahí las influencias de las religiones, de las ideo-
suscribimos: “Actualmente lo que rige la vida logías políticas. Comentando una frase de Tucí-
espiritural es el principio del placer, forma pos- dides, “Hay que escoger: descansar o ser libres”,
moderna del interés privado. Ya no se trata de Castoriadis nos incita a no reposar “No se puede
convertir a los hombres en sujetos autónomos, permanecer sentado frente a la televisión. No se
sino de satisfacer sus deseos inmediatos, de es libre cuando se está delante de la televisión.
divertirles al menor coste posible”, de convertir- Creerse libre haciendo zapping como un imbécil,
los, al abandonar una vida guiada por el pensa- no es ser libre, es una falsa libertad”.
miento en beneficio del ocio, en fanáticos o en La producción industrializada de seres huma-
zombies. nos clónicos (López Mondéjar,2002) lejos de
En otro orden de cosas, la producción indus- constituir un argumento de ciencia-ficción, se está
trial, la organización empresarial moderna, que produciendo a gran escala desde hace años. La
fragmenta la producción alejando al operario de clonación psíquica, la reproducción asexuada, en
los resultados de su trabajo, la introducción a serie, de seres humanos iguales, se da en nuestra
escala masiva de la mediación de la acción y del sociedad posmoderna mediante la exposición rei-
intermediario, contribuyen a lo que Bauman ha terada a las propuestas uniformes de los medios
señalado como indiferencia moral. “Al aumentar de comunicación, que limitan las imágenes de
4
Ibid, pag. 121 y ss. la distancia, la responsabilidad por el otro se nuestra memoria, homogenizan nuestros deseos,

36 Átopos
nos someten a los mismos fetiches identificatorios Desde las cuevas de Altamira el hombre ha
prefabricados desde la voracidad consumista de necesitado reflejar, transmitir su saber a través de
las empresas y el marketing, que tienen a los ado- los medios que estaban a su alcance.
lescentes5 (cuya labilidad identificatoria les hace Nos recuerda Eco que Platón, en su Fedro,
extremadamente sensibles a sus propuestas) señala cómo cuando Hermes –el supuesto inven-
como población diana (Peters, S, 2003). tor de la escritura– le presentó su invención al
Por su parte, un experto en medios audiovi- faraón Thamus, recibió muchos elogios, porque
suales como Román Gubern (2000), nos alerta la escritura permitiría a los seres humanos recor-
sobre los cambios emocionales de los sujetos de dar lo que de otro modo habrían olvidado. Pero
la cultura mediática, donde es más importante el faraón mostró una objeción: “La memoria es
parecer que ser, “pues el pueblo (sujeto político un gran don que debe vivir gracias al entrena-
activo) se ha convertido simplemente en público miento continuo. Con tu invención, las personas
(sujeto mediático pasivo). “En todas las pantallas ya no se verán obligadas a ejercitarla. Recorda-
del mundo, nos dirá, prevalece hoy una monocul- rán las cosas, pero no por un esfuerzo interno
tura homogenizadora, de origen multinacional y sino por un dispositivo exterior”. Premonitorio
de carácter centrípeto. Esta monocultura espec- temor del faraón que se anticipa a lo que hoy
tacular tiene su plaza fuerte en Hollywood”6. ocurre con los actuales ordenadores personales.
Ahora bien, cada uno de nosotros es su Hoy a nadie se le ocurre objetar nada contra
memoria; la identidad personal, el sentimiento de la escritura pues los libros no sólo no hacen que
sentirnos únicos y nosotros mismos, tiene que ver otra persona piense en nuestro lugar, sino que
con esa narración que cada cual se hace sobre su estimulan sin cesar nuevos pensamientos. Los
biografía, sobre su historia, en esa capacidad libros no narcotizan la memoria, sino que la des-
para narrarnos, para observar el despliegue escé- afían, la amplían, la modifican.
nico del abanico de nuestras identificaciones Muchos siglos después, Kafka, cuando apare-
radica nuestra singularidad, la subjetividad huma- ció el cinematógrafo, comentó a sus conocidos
na que no puede agotarse en aquellas sino que su animadversión hacia el invento, el cine mudo
tiende a un más allá de la identificación, a la de los inicios, decía el escritor, le robaba sus pro-
observación de los avatares de la herencia idenfi- pias imágenes mentales.
catoria constantemente destruida y recreada. Hoy puede llamarnos la atención la observa-
Tenemos tres tipos de memoria, cito a Umber- ción de Kafka, pero a menudo es en los primeros
to Eco (2003), la primera es orgánica, es la momentos de la aparición de un fenómeno cuan-
5
Convertirnos a todos en
memoria de carne y sangre que administra nues- do podemos observar mejor los cambios que adolescentes es el reto del
tro cerebro. La segunda es mineral y la humani- este produce en la sociedad que lo acoge. El mercado global, que gana
con ello amplias zonas de
dad la conoció en dos formas, hace miles de cine y lo audiovisual forma parte sustantiva de expansión: cirugías
años encarnada en tablillas de arcilla y en los nuestra cultura hasta el punto de poderla definir estéticas, y todo el
correlato de la industria del
obeliscos –en los que se tallaban toda clase de como sociedad audiovisual. culto al cuerpo, por citar el
escritos–, así como los ordenadores de hoy, cuya Cine y televisión se han convertido en los ejemplo más expresivo. Sin
embargo, la juvenalización
memoria es de silicio. La tercera memoria es la agentes de educación y socialización más próxi- de la sociedad es un
memoria vegetal, representada por los primeros mos y accesibles. Los valores que antes se trans- fenómeno reciente, como
señala Gil Calvo, hace unas
papiros y por los libros, hechos de papel. mitían por transmisión oral –por transferencia, en pocas décadas se valoraba
La necesidad de la humanidad de conservar presencia de–, hoy se enseñan mediante imáge- la experiencia que
acompaña a la edad.
sus avances y conocimientos es consustancial a nes y a distancias virtuales. El consumo de imá-
la humanidad misma. genes ha crecido tanto que ha impregnado Ibid, pag, 57.
6

Átopos 37
todos los campos de nuestra vida, relegando a mente a los medios audiovisuales ante los que se
una condición marginal el uso de la literatura y la expone regularmente como forma privilegiada
palabra, es decir del orden de la escritura y la de relación con los otros.
lectura. Sentados frente a la televisión, los estultófilos
Hoy los temores que apreciaba Kafka serían cesan la actividad de sus neuronas, la reducen a
más pertinentes que nunca. Las cifras de lectores casi cero –llamamos a esto pensamiento cero– y
entre nuestros jóvenes son irrisorias, mientras se prestan a la invasión y posterior colonización
que aumentan las horas que pasan frente al tele- de propuestas mediáticas banales, en sí mismas
visor. De la creatividad del lector hemos pasado estultófilicas, que lo invaden y lo infectan, inca-
a la pasividad del espectador. Por otro lado, la pacitándolo sucesivamente para desarrollar su
educación más activa se enfrenta y es incapaz de propia capacidad cognitiva, crítica, y creadora.
combatir la fuerza de algunos medios de comu- La novedad del concepto respecto al de alie-
nicación que difunden ideales y valores relativos nación (“limitación o condicionamiento de la
al dinero fácil, al sexo y a al reconocimiento personalidad impuestos al individuo o a la socie-
social sin esfuerzo ni compromiso alguno, un dad por factores externos, sociales, económicos
reconocimiento social no vinculado al trabajo o culturales”, Manuel Seco) es su carácter volun-
sino al azar. Se trata de la propuesta cultural tario y gozoso. Mientras que la alienación hace
dominante que está ejerciendo sobre los niños y referencia a una imposición, la estultofilia tiene
los jóvenes lo que podríamos llamar con Louise un carácter de voluntariedad que la caracteriza.
Kaplan, un auténtico “asesinato del alma colecti- El estultófilo experimenta un goce particular en
El concepto fue aportado
7
vo”7, al eliminar en ellos su libido sciendi para identificarse con la banalidad del ser y del pen-
por Von Feuerbach:
“Gaspar Hauser. Un delito
orientar sus deseos hacia la libido sentiendi, esto sar, disfruta ocupándose de lo superficial (moda,
contra el alma del es, el culto al cuerpo, al placer inmediato de los coches, perfumes, actitudes, etc.), en absoluta
hombre”, Editado por
la Asociación Española
sentidos. adherencia y acuerdo con las propuestas socia-
de Neuropsiquiatría, La ignorancia, la debilidad mental, el desinte- les:
Madrid, 1997
rés por el saber, se convierte hoy en una verda- El alienado de antaño sufría la alienación, el
8
Se trata de un neologismo dera pasión. Seres pasivos, de encefalograma estultofílico disfruta de su tontería.
de mi invención compuesto
por dos términos: estulto:
plano, estamos en condiciones de asegurar que El alienado que tomaba conciencia de su alie-
necio, tonto, vano, y filia: nuestros conciudadanos sufren un mal que nación se quejaba, acusaba un conflicto laceran-
amante de. Agradezco las
numerosas e interesantes
hemos llamado estultofilia, amor a la banalidad, te entre sus aspiraciones y lo que la sociedad le
conversaciones e pasión por la ignorancia. permitía realizar, el estultofílico adora la sociedad
intercambios con mis
amigos y colegas sobre este
Del idiota moral a la indiferencia moral, de la en la que se inserta como una tuerca más de su
tema, fueron ellos quienes libido sciendi a la libido sentiendi, abordemos el engranaje, en él no existe el conflicto (tiene las
me ayudaron a encontrar
este vocablo síntesis,
núcleo de nuestra propuesta. características del normópata de Piera Aulag-
en especial el inquieto Llamo estultofilia8 a un mal que afecta a los nier), acepta lo que se le ofrece, se identifica con
gusto por el lenguaje de
Patricio Hernández Pérez.
sujetos de nuestra sociedad posindustrial, posca- ello y se confunde exactamente con los otros
pitalista y posmoderna, un mal que insta a amar miles de estultófilos que hacen lo mismo.
9
Distinguimos entre
estultófilo y estultofila
la necedad por encima de todas las cosas. Este contingente de cándidos desarrolla una
como sustantivos que se El estultófilo9 está aquejado de un carácter eficaz ceguera selectiva hacia sus propios senti-
aplican a los aquejados por
este mal, de estulfofílico,
pasivo –nada de esfuerzos, por favor– que le lle- mientos, una negación de sus emociones en pro
estultofílica como adjetivos va a ceder graciosa y generosamente parte de su de una historia única y feliz, de una representa-
que califican los distintos
fenómenos, rasgos,
actividad mental, su creatividad toda, su autono- ción de sí mismo unívoca, con una sola interpre-
propuestas. mía de pensamiento, a otro u otros, especial- tación, y tienen una dificultad clara para escuchar

38 Átopos
otras interpretaciones de su biografía. Ante cual- banalidad en el ser y el pensar, su pasión por la
quier atisbo de complejidad dicen: “No te ignorancia. Se ocupan de lo superficial, de acuer-
entiendo”, y se quedan tan anchos. do a las propuestas sociales más extendidas, sin
De esta particular construcción subjetiva sur- que haya ningún tipo de subjetivación de la nor-
gen individuos alexitímicos, incapaces de bucear ma. Por tanto, carecen de una moral autónoma,
en sus sentimientos, que se niegan a la instros- y pliegan a las propuestas o eslóganes que aza-
pección, mostrando distinto grado de dificulta- rosamente encontraron en su camino. Estos esló-
des de mentalización10 (Fonagy, 2004). En los ganes constituyen holofrases (Lacan, 1985), con
adolescentes encontramos expresiones caracte- un sentido unívoco, sin posibilidad de apertura a
rísticas que relacionan el pensamiento con deter- la polisemia ni a la complejidad. En palabras de
minados fenómenos psicosomáticos: “no puedo Lacan: “La alienación está vinculada de un modo
pensar, me duele la cabeza”, “si pienso vomito”, esencial a la pareja de los significantes. Cuando
que apuntan a un rechazo global del símbolo, de no hay intervalo entre S1 y S2, cuando la prime-
la palabra, un modo de gestionar el malestar que ra pareja de significantes se solidifica, se holofra-
fija la angustia en el órgano. sea, el sujeto no ocupa el mismo lugar”, esto es,
La pereza mental impide cualquier aprendiza- queda identificado con la holofrase que le otor-
je nuevo. Cuando aparece una dificultad intelec- ga un sentido cerrado, que no permite el desli-
tual, se abandonan a ese no entender, porque su zamiento y la división subjetiva.
placer no está puesto en descifrar sino en ceder Su placer por la ignorancia no es efecto de
su capacidad de análisis a las imágenes que se ningún tipo de represión, sino de un vacío de
les prestan, su inteligencia ha sido secuestrada experiencias, de una falta de construcción subje-
con su pleno consentimiento y sustituida por la tiva, de la insignificancia de su historia producida
exposición sistemática a un mundo plano, sin por el abandono de la inteligencia y sus capaci-
apenas discurso, un mundo de imágenes que no dades cognitivas, por la pereza mental y la indi-
requieren demasiada interpretación. ferencia moral hacia los otros (aparecen prejui-
Los estultófilos son estereotipados, carecen cios ligados a esas holofrases: “los inmigrantes
de curiosidad (el mundo no es interesante para que los maten”, “no me gusta leer”, categóricos 10
Cogemos el término
“mentalización” de Fonagy
ellos si está en tres dimensiones), pero se ocupan e inamovibles), que son sustituidas por las ofer- como la capacidad
enormemente de su cuerpo, como si toda su tas mediáticas más pornográficamente estultofí- de pensar los estados
mentales ajenos y propios,
identidad radicara en él. Se representan a sí mis- licas11 (Steiner, 2001). de reflexionar.
mos como seres donde no hay conflicto, pues Luis Hornstein (2004) caracteriza a los cuadros
11
“En realidad sólo
carecen de capacidad para identificarlo, y como narcisistas como personas que padecen defectos la basura, sólo el kisch
en los pacientes psicosomáticos, este es negado estructurales y/o ocasionales.”Estructurales: pre- y los artefactos, los textos
o la música producidos
o desplazado a la esfera corporal con somatiza- valeció un fracaso en la síntesis de las identifica- exclusivamente con
ciones múltiples (problemas gástricos, mareos, ciones... Ocasionales, duelos traumas actua- fines monetarios
o propagandísticos,
cefaleas), crónicas o temporales, que surgen tras les...” Y más adelante añade: “En estas trascienden (transgreden)
el fracaso de sus mecanismos de defensa más problemáticas la realidad exterior suple una his- la moral. Suya es la
pornografía de la
frecuentes, al ser convocados de algún modo en toria identificatoria que condujo al vacío del insignificancia”.
su endeble subjetividad por un acontecimiento espacio interno. El vacío del yo es más consis- Pensemos en la telebasura,
los mecanismos
externo: trabajo, pareja, hijos. tente que sus logros” Esta afirmación cabe decir- de producción de artistas,
El carácter específico del estultófilo no reside se de los estultófilos: la realidad exterior tiene tipo Operación Triunfo,
los best-sellers escritos
en los síntomas, comunes a otras patologías, efectos de suplencia de una subjetividad que no por personajes mediáticos,
sino en la cualidad particular de su goce por la se ha establecido , puesto que no hay lugar para las telenovelas...

Átopos 39
ese más allá de las identificaciones que constitu- Son numerosas y arduas las dificultades de
ye al sujeto humano. identidad de los hombres y las mujeres actuales,
Pero no nos encontramos en el territorio de cuyos referentes tradicionales: familia (López
una clínica del vacío, no es un desinvestimiento Mondéjar, 2003a), género (López Mondéjar,
narcisista lo que padece el sujeto, sino una infla- 2003b), trabajo (Sennett, 2002) se han converti-
ción del Yo ideal, que no evoluciona hacia el Ide- do en categorías inservibles (categorías zombis
al del yo, un Yo ideal que goza de su narcisismo en términos de Ulrick Beck (2003). La familia es
sin necesidad de entrar en el esfuerzo que com- hoy multiforme y cambiante, el género polimor-
portan los valores. Frente a la clínica del vacío fo e indefinido, y el trabajo ha dejado de signifi-
(anorexia, dependencias, psicosis, trastornos car un rasgo de identidad prioritario en nuestras
borderline), nos encontramos con un vacío sin sociedades, pues las condiciones actuales del
experiencia del mismo, pues la ausencia está mercado requieren de trabajadores versátiles y
cubierta por la normalidad, un vacío como ideal desarraigados. Estas y otras dificultades produ-
de salud, la normalidad contemporánea del cen como efectos subjetivos hombres y mujeres
vacío de subjetividad. sin atributos, amorales, donde lo público ha des-
Los efectos de esta epidemia son evidentes, aparecido y lo privado se ha elevado a rango de
nos encontramos en una sociedad donde el espectáculo.
saber ha dejado de ser considerado un ideal Si la psique, como piensa el psicoanálisis con-
humano, la memoria vegetal, los libros, son, para temporáneo, no es pensable sino como produc-
una parte cada vez más importante de la pobla- to de lo socio-histórico encarnado en los cuerpo
ción, objetos inservibles cuyas portadas no pare- a través de la relación sexualizante y de recono-
cen esconder ningún misterio. cimiento de los otros, ¿qué subjetividades pro-
Como dice George Steiner (Steiner, 2000) ”En duce este engranaje social?
este planeta el 99% de los seres humanos prefie- En primer lugar, tenemos que pensar en un
ren, y están en su derecho, la TV más idiota, la abandono de la categoría del sujeto tal y como
lotería, el Tour de Francia, el fútbol, el bingo, a lo piensa el psicoanálisis. El sujeto psicoanalítico
Esquilo o Platón”. se opone al yo, observa y soporta la división sub-
La educación está fundada en la idea ilustrada jetiva del ser humano en la multiplicidad de iden-
12
En este aspecto cabe de que la cultura, el pensamiento, puede cambiar tificaciones, pulsiones y deseos que lo constitu-
decir que la comunidad
educativa, o sus dirigentes,
ese porcentaje. La escuela, la difusión del conoci- yen y no sintetiza sino que oscila entre la
confundieron miento está basada en la ilusión de que a través necesaria integración funcional u operativa y la
estultofílicamente diferencia
con discriminacion.
de él conseguiremos una sociedad más justa, no-integración productiva que reescribe su histo-
unos hombres y mujeres más tolerantes, autóno- ria y la revisa sin cesar. Es un sujeto que vive el
13
Se trata del neurótico
freudiano, de los
mos en sus criterios, y respetuosos con las dife- conflicto entre las instancias del super-yo, los
personajes de Dostoievski, rencias que esa autonomía les genera frente a los deseos y la realidad, que sufre contradicciones,
desgarrados por los
remordimientos y el
otros. Sin embargo, dudamos de que nuestras ins- que piensa y se recrea con cada nuevo aprendi-
sentimiento de culpa, tituciones educativas sean un contrincante a la zaje. El sujeto así descrito13 ha desaparecido para
de los niños y adultos
edípicos que generaban
altura de la omnipresente imagen. Es más, las últi- poner en escena un no-sujeto, un yo-imagen, un
las sociedades modernas. mas reformas han edificado una escuela donde el falso self14 –podríamos llamarlo así si no sospe-
14
Ya para Winnicott
esfuerzo no es premiado y los alumnos pasan de chásemos que lo novedoso de la actualidad es
la sobreadaptación social un curso a otro independientemente de cómo se justamente la incapacidad para socializar y crear
aparece para enmascarar
un vacío fundamental
hayan desenvuelto en su trabajo , impidiendo así selfs auténticos o verdaderos– bajo cuya teatrali-
en el sujeto. un encuentro con el trabajo12 y el esfuerzo. dad yoica no hay absolutamente nada.

40 Átopos
Este yo pragmático y adaptado no entra en oportunidad de simbolizarse, de entrar en con-
conflicto con el superyó ni con el ideal porque tradicción con su economía, por señalar un as-
las normas sociales y familiares han caído bajo el pecto pecuniario, material, objetivo, sintetizando
imperio –el imperativo ¿nuevo superyó hedonis- algún tipo de respuesta personal, sólo le cupo
ta?– de los sentidos, de lo inmediato, de los pla- adaptarse al imperativo de cambiar de móvil.
ceres que añora la omnipotente libido sentiendi: Los estultófilos, en la clínica, no nos aburren
la pereza, la sexualidad separada del afecto por su tono monótono, ni por el contenido rígi-
–que se convierte en enormemente peligroso–, do de sus asociaciones, sino por la absoluta
el narcisismo egocéntrico y la gula –con su banalidad de las mismas, que nos irrita y (nos)
correlato de obesidad–. Tampoco está presiona- cuestiona la necesidad de nuestra intervención.
do por el ello, puesto que este puede expandir Son esos adolescentes cuyos padres nos consul-
los principios básicos que lo rigen, proceso pri- tan por circunstanciales problemas escolares, y
mario, en sus características más preciosas: que nos descubren una capacidad intelectual
inmediatez o descarga inmediata de la tensión buena, junto a una estultofilia que muestra su
(cultura play station, llamamos a la omnipotencia insondable vacío gozoso, una ausencia de subje-
que genera la pantalla donde una orden es tivación que corre paralela a un conformismo
inmediatamente obedecida, o el teléfono móvil, social y familiar que aparece como una predesti-
donde una confidencia es inmediatamente com- nación incuestionable. Nos comentarán que
partida, eludiendo ambas la demora entre el estudian tal o cual cosa “porque tiene más sali-
15
Piera Aulagnier acuñó
deseo y su realización), no sentimiento de culpa, das”, mostrando en cada una de sus frases la el término “violencia
no principio de contradicción (frente a la repre- ausencia de sujeto, la sustitución de este por el primaria” para definir
la tarea de interpretación
sión, el hombre moderno desarrolla niveles muy yo polivalente que hemos descrito más arriba. que los padres ejercen
evolucionados de disociación o escisión), sexua- Para Winnicott, existir es ocupar una posición sobre las necesidades del
bebé. Tarea imprescindible
lidad libre y perversa polimorfa, por citar unos subjetivada en el mundo y no un mero sobrevivir para la investidura narcisista
cuantos. alienado, los estultofílicos, víctimas de la oligoti- del niño, pero que
comporta el peligro de una
Nos encontramos con un aparato psíquico mia social generalizada, sobreviven en el mundo injerencia si no deja paso
modificado, donde el predominio de lo especu- renegando de la capacidad de pensar, instalán- a la aparición de las propias
interpretaciones de este
lar se obtiene mediante una plasticidad sin lími- dose en el “”no sé” que filtra el “no puedo a lo largo de su
tes para identificarse con las propuestas estulto- saber” y desmiente el “¿qué se yo?” prohibido crecimiento. La “violencia
secundaria” se identifica
filas de los mass media, sin que existan ideales de formular” (Fernández, 1995) pues apunta a con la iatrogenia de la cura
por fuera de esa propuesta totalizadora. Pondré una subjetivación de la experiencia y de la capa- analítica cuando el analista
está imposibilitado para
un ejemplo sencillo: una adolescente en una cidad de pensar y desear autónomamente, escuchar la alteridad,
charla en un instituto, comentaba, al informarles ausentes en el estultofílico. lo singular de cada
paciente, y le ingiere sus
de la presión que sobre ellos ejerce la publici- Si para el sujeto freudiano se trataba de ela- propias hipótesis
dad, que se avergonzaba de sacar su teléfono borar la herencia, de adquirir lo heredado de (en castellano ingerir
significa: “introducir algo
móvil delante de sus compañeros, porque perte- filiación –en palabras de Laplanche– hasta elabo- por la boca en el tubo
necía a una generación de aparatos que había rarlo psíquicamente, de manera que nos permita digestivo”, obsérvese la
violencia del acto que no
quedado obsoleta. La chica sentía su vergüenza, desligarnos del progenitor, pero prosiguiendo su cuenta con el deseo previo
pero hasta ese mismo momento no había podi- obra (que es, entre otras la transmisión de una del sujeto pasivo a quien se
le hace ingerir. En este
do confrontar la presión social –efecto de la pre- cultura). El no-sujeto posmoderno, el estultófilo, sentido injerir –meter una
sión publicitaria– con nada que se le opusiese, y se identifica masivamente con la herencia cultu- cosa entre otras/inmiscuirse
en asuntos ajenos– tiene
permitiese una subjetivación de esa presión. ral más banal, quedando aplastado por esta vio- una menor capacidad
Como si su experiencia no hubiera tenido la lencia secundaria15 que los eslóganes mediáticos expresiva).

Átopos 41
ejercen sobre él, sin sufrirla y sin deseo alguno ción de la norma y cada vez más como adapta-
de separarse de ellos. ción rígida a la norma... la clínica del vacío es una
Frente a la actividad del sujeto deseante, el clínica que se ocupa de lo que Lacan llamaba
estultófilo se aburre. “psicosis social”, es decir, una posición del suje-
Para Ricardo Rodulfo (1995), el aburrimiento to que no se manifiesta por la producción de
comporta un narcisismo implícito de quien no fenómenos psicóticos en sentido estricto (deli-
encuentra nada suficientemente entretenido o rios, alucinaciones), sino que se distingue por
conmovedor en la vida. Entre las diferentes inter- una experiencia de la ausencia, de vacío existen-
pretaciones que el autor aporta sobre el aburri- cial, de insustancialidad anónima”.
miento, nos interesa la que lo atribuye a una Intentemos dar una primera hipótesis que nos
representación del sujeto donde este se ve a sí ayude a seguir pensando.
mismo como imposibilitado para existir y se dedi- Para Paolo Virno (2002) la tradicional línea
ca a reaccionar adaptativamente al medio sin divisoria entre miedo y angustia, temor relativo
reconocerse en él, lo que concuerda con nuestra (particular, con rostro, miedo a un peligro preciso)
hipótesis de un yo vacío, máscara hueca que no y temor absoluto (indeterminado, incierto, sin
oculta nada. No hay represión, no hay escisión, causa desencadenante precisa), que señalaron
no hay otro lugar donde exista un sujeto: hay desde Kant a Heidegger, ha venido a menos des-
nada. Nos encontramos con una modalidad de la de que en nuestras sociedades posmodernas
clínica del vacío en su vertiente normopática. hemos abandonado el concepto de pueblo –liga-
Desde aquí podríamos pensar la progresión do a la distinción entre un adentro tranquilizador
de trastornos borderline, con sus enormes difi- e identificatorio y un afuera hostil– por el de mul-
cultades de mentalización, como el síntoma del titud, que dinamita esa idea de interno y externo.
no-sujeto moderno. Sin embargo, en los trastor- En nuestro mundo existe entonces una completa
nos narcisistas el borramiento del pensar surge superposición entre temor y angustia derivada
como defensa frente a un dolor del que el indivi- de la caída de sentido, de la disolución de las
duo no se puede defender más que suprimiendo costumbres sólidas, de la exigencia a adaptarnos
sus huellas, y arrastrando con esa supresión su a cambios repentinos. Dice Virno: “Hoy, toda for-
propio pensamiento. Es en el mismo sentido que ma de vida experimenta aquel “no sentirse en su
Fonagy (2004) propone la falta de mentalización casa “ que según Heidegger, es el origen de la
de algunos niños maltratados como adaptación angustia”, y para la multitud contemporánea el
a lo insoportable del trauma: al no poder hacer- no sentirse en casa es permanente e irreversible.
se cargo de la reflexión sobre las motivaciones El resguardo que la multitud busca para esa falta
íntimas de su agresor, el niño escinde y niega la de orientación son para Virno “los lugares comu-
escena, arrastrando consigo su propia capacidad nes”, Aristóteles señalaba tres: la relación entre
de mentalización, es decir, la facultad de inter- más y menos; la oposición de los contrarios y la
pretar los estados mentales propios y ajenos. categoría de reciprocidad (“si yo soy su hermano
En el caso del estultofilico, el borramiento no ella es mi hermana”)”. Virno añade: “ya no inapa-
es defensivo sino sustantivo, no hay trauma del rentes, sino elevados al primer plano, los “luga-
“En la actualidad
lo psicopatológico se
que alejarse, hay un psiquismo conformado, res comunes” son el recurso apotropeo de la
expresa cada vez menos identificado con las normas sociales más hedo- multitud contemporánea”.
como desviación de nistas, más banales y extendidas. Como apunta Ahora bien, para nosotros, esos lugares
la norma y cada vez más
como adaptación rígida Racalcati16 (2003): “En la actualidad lo psicopato- comunes a los que la multitud recurre para pro-
a la norma... lógico se expresa cada vez menos como desvia- tegerse mágicamente del peligro impreciso y

42 Átopos
sin rostro de un mundo en permanente cambio descubre su miedo a salirse de la media, su
son los aportados por los medios de masas, horror a que la discriminación les obligue a cons-
unos postulados sencillos y compartidos, hedo- truir un perfil subjetivo propio.
nistas, a-conflictivos. En la modernidad, la tradi- Baudrillard (1984), hace ya dos décadas, con-
ción era un lastre aplastante, pero también un templaba la imbecilidad como una de las figuras
reparo identificatorio, señala Hornstein (2004), de la transpolítica (junto con el obeso18, el rehén
en la posmodernidad la angustia que Virno y lo obsceno). La insignificancia, la superficiali-
señala como fruto de la exposición de la multi- dad, la estultofilia, constituyen síntomas de nues-
tud a la intemperie del mundo, insta a una iden- tro mundo.
tificación masiva con lo que se cree son los Fabián Gimenez Galtó (2002) señala que en
estandartes de una sociedad que se ofrece a sí las comedias de adolescentes “descubrimos una 16
Los ideales propuestos
son siempre materiales
misma como fin, sin ideales tampoco ella16. Una especie de épica de la banalidad, la heroína del –posesión de bienes de
identificación que no deja resquicio alguno filme atraviesa una serie de aventuras sin perder consumo- o estéticos. El
fracaso del ideal de
para el sujeto. ni una pizca de su superficialidad original, no hay delgadez (que insta tanto a
Jaime Lutemberg (1997,1999) llamaba la cambios ni moraleja, todo lo contrario, “una afir- la anorexia como a la
obesidad) tiene que ver
atención sobre el silencio de los pacientes con mación permanente de la superficie y las apa- con que es en sí mismo un
vacío mental como fruto, no de la represión, sino riencias”, una nueva sensibilidad, una especie de ideal imposible de alcanzar
conforme a los modelos
de la demostración directa del vacío. Este vacío mutante del nuevo milenio, afirma Galtó. propuestos, pues no tiene
mental surgiría como una zona escindida del yo Estultófilos que se adaptan, que se aburren, en cuenta las diferencias
individuales en los cuerpos
que se ha sustraído a la evolución estructurante que se convierten en objetos sin historia, contra- concretos a los que afecta.
del aparato psíquico; una estructura de base que punto de los sujetos creadores que, ocultos y en Esta imposibilidad lleva al
abandono del ideal del yo
es compensada por “otras estructuras psicopato- la cúspide de la pirámide, crean los eslóganes a y a refugiarse en un Yo
lógicas que al mismo tiempo que la neutralizan, los que adherir la carnalidad de unos individuos ideal de pereza,
conformismo, y obesidad a
la ocultan”. Entre ellas estaría la sexualidad en cada vez menos humanos. la larga, que nos habla de
distintas modalidades compulsivas o bizarras. la incapacidad del de la
multitud para subjetivar el
Dice Lutemberg: “cada vez que el individuo mandato estético
intenta discriminarse de su vinculación simbiótica Bibliografía. adaptándolo a los límites
de su constitución física. Es
con el medio circundante, que incluye a sus una vez más la lógica del
padres, su familia y su endocultura; su proceso Arendt H. Eichman en Jerusalem. Un estudio sobre todo o nada que muestra
elocuentemente la ausencia
transformacional es abortado debido a la viven- la banalidad del mal, Lumen, Barcelona. 1967.
de un sujeto negociador.
cia de desestructuración insostenible”. Sin Baudrillard J. Las estrategias fatales. Anagrama,
18
Para Racalcati,
embargo, la novedad de la estultofilia es la Barcelona. 1984.
en el obeso se da una
ausencia de deseo de discriminación, una nueva Bauman Z. Modernidad y holocausto, Ediciones “predisposición al
pensamiento
forma de conformismo que evita la confronta- Seguitur, Madrid. 1997.
concreto-operativo como
ción con la oquedad psíquica. Beck U. La individualización. El individualismo ins- efecto de una separación
personal entre los afectos y
El estultofilo es el triunfo de la configuración titucionalizado y sus consecuencias sociales y políti-
las ideas, entre el sujeto
subjetiva que la sociedad industrial posmoderna cas, Paidós, Barcelona. 2003. mismo y su realidad
psíquica...una tendencia al
y poscapitalista requiere para la expansión y des- Bilbeny N. El idiota moral. La banalidad del mal en
aplastamiento de la palabra
arrollo de sus fines: seres acríticos, iguales, con- el siglo XX, Anagrama, 2º edición. Barcelona. 1995. sobre la actualidad de lo
cotidiano, como dificultad
formistas, consumidores, obesos y estúpidos, Castoriadis C. El ascenso de la insignificancia, Fró-
específica para adquirir una
que ignoran el conocimiento y la curiosidad. La nesis, Cátedra, Madrid. 1998 a. perspectiva histórica de
los acontecimientos, como
única inquietud que percibimos en ellos es ape- Castoriadis C. Frenar el ascenso del no-pensa-
palabra vacía separada
nas una tímida pregunta: ¿esto es normal?, que miento. Contra el conformismo generalizado, publica- del ser del sujeto”.

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