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MODELOS MENTALES, SISTEMAS DE CREENCIAS E INSTITUCIONES

Ricardo de la Peña Leyva1

1.1 INTRODUCCIÓN

El origen de las instituciones se relaciona íntimamente con los procesos cognitivos de la


mente humana y el aprendizaje colectivo de los individuos a través del tiempo. Esto
conlleva descartar la forma en cómo la corriente principal de la teoría económica
concibe el comportamiento humano si es que se pretende comprender la toma de
decisiones.
Dentro de la Nueva Economia Institucional (NIE) se han establecido bases teóricas que
permiten tender lazos de conexión entre las distintas ciencias sociales en particular con
la ciencia cognitiva. Recientemente, los avances de la ciencia cognitiva permiten
comprender mejor las relaciones entre cerebro, mente, comportamiento y toma de
decisiones. En particular, el trabajo en los enfoques conocidos como “neurociencia
cognitiva” ha avanzado en el conocimiento de cómo las estructuras del cerebro están
vinculadas al fenómeno mental y al comportamiento observable. Bajo estos avances se
puede comprender la forma en cómo los individuos construyen sistemas de creencias.
Las creencias dominantes se concretan en la estructura institucional de la sociedad, y
establecen un orden que reduce la incertidumbre. La cadena causal parte de la realidad,
en torno a ella los individuos forman modelos mentales y sus creencias, que se trasladan
a las instituciones, y se establece una estructura de incentivos que influyen en las
acciones de los individuos. Estas acciones modifican la realidad y se genera un proceso
de retroalimentación.
El objetivo de este trabajo es explorar las caracteristicas del enfoque cognitivo-
institucional propuesto por Douglass North. Este enfoque constituye una extensión de la
agenda de investigación en la NIE.2 Se da cuenta de la interacción entre los procesos de
cognición, los sistemas de creencias y las instituciones. Se argumenta, como hemos
apuntado arriba que la comprensión de la emergencia de las instituciones como reglas
del juego económico, del funcionamiento de sus características y de sus efectos sobre
los resultados de la economía tiene como punto de partida el análisis de los procesos
cognitivos, de los modelos mentales, el aprendizaje así como del entorno en el cual los
individuos toman decisiones.

1
Profesor-Investigador de la Universidad del Mar, Campus Huatulco. Correo electrónico:
rdepl@umar.huatulco.mx
2
North ha ampliado su enfoque de análisis de forma notaria en sus últimos escritos, por lo menos desde la
década de los años noventa. En ellos podríamos afirmar que se aleja, aunque no descarta del todo, el
individualismo metodológico, y converge con institucionalistas como G. Hodgson.

1
1.2 RACIONALIDAD , COMPLEJIDAD E INCERTIDUMBRE EN UN MUNDO NO
ERGÓDICO
1.2.1 LA METÁFORA DEDUCTIVA , LA RACIONALIDAD LIMITADA Y LA COGNICION
LIMITADA

El razonamiento práctico y teóricamente asumido por la teoría económica neoclásica


para explicar el comportamiento humano se erige bajo el modelo de la elección
racional. Este modelo supone que los individuos poseen perfecta racionalidad, es decir,
obedecen a ciertos axiomas de comportamiento lógico y razonable. Entre otras cosas,
significa que los individuos están orientados a la satisfacción de sus propios intereses y
deseos; son egoístas y toman sus decisiones de acuerdo únicamente al valor de la
alternativa en términos de los costos y de su propia utilidad y beneficio. Además poseen
una completa y perfecta información que se traduce en un conocimiento total de todos
los hechos pasados y presentes (incluso futuros). Lo anterior, implica que los individuos
poseen un súper cerebro que les permites construir modelos mentales correctos para
comprender e interpretar la realidad que les rodea. En caso de equivocarse, recibirán
automáticamente información para corregir sus modelos lo que llevara a la
convergencia de modelos inicialmente divergentes.
Estos supuestos han sido criticados desde hace mucho tiempo (Langlois 2004). Los
cuestionamientos surgen porque en la mayoría de los casos se alejan considerablemente
de la realidad. Aunque para economistas como Milton Friedman, la teoría económica no
debería ser criticada por contener supuestos irreales, porque la única forma legítima de
criticar a la teoría económica es señalando que sus predicciones discrepan con los
hechos. De hecho, Friedman defendió la idea de que los supuestos irreales son una
virtud: “Ciertamente que hipótesis verdaderamente importantes y significativas poseen
‘supuestos’ que no son representaciones descriptivas arbitrariamente inexactas de la
realidad y, en general, puede afirmarse que cuanto más significativa es la teoría más
irreal serán sus supuestos (en este sentido)” (Friedman 1967, 367). Y agrega más: “no
parece disparatado en absoluto que puedan obtenerse excelentes vaticinios con la
hipótesis de que el jugador hace sus tiradas como si conociera las complicadas fórmulas
matemáticas que darán la mejor dirección a la bola, pudiera estimar a simple vista los
mejores ángulos, etc., si describiendo la colocación de las bolas, pudiera hacer
fulminantes cálculos de las fórmulas y entonces encauzar las bolas en la dirección
indicada por ellas. Nuestra confianza en esta hipótesis no se basa en la creencia de que
los jugadores de billar, ni los expertos, puedan realizar o realicen el proceso descrito;
deriva más de la creencia de que si por un procedimiento o por otro no fueran capaces
de conseguir el mismo resultado en definitiva, no serían unos expertos en el juego. No
hay más que un paso de estos ejemplos a la hipótesis económica de que bajo una amplia
serie de circunstancias las empresas particulares actúan como si pretendieran
racionalmente elevar al máximo sus ingresos esperados (los llamados generalmente
‘beneficios’) y conocieran perfectamente los datos precisos para lograr con éxito su
intento; esto es, como si conocieran las funciones de coste y de demanda, calcularan el
coste marginal y el ingreso marginal de todas sus actividades y las dirigiesen hasta el
punto en que el coste marginal y el ingreso marginal fueran iguales” (ibíd., 1967, 374).
Para Friedman, entonces, no importa si los individuos actúan o no con conciencia
deliberada, sino en realidad hay que suponer que se comportan como si lo hicieran. Es
decir, los individuos hacen elecciones o toman decisiones “como si” ellos fueran
capaces de maximizar.

2
Asumiendo el influyente razonamiento de Friedman los economistas han ignorado por
mucho tiempo el contexto y los procesos en la toma de decisiones. Sin embargo, para
Winter los supuestos conductuales son “...inadecuados para dar solución a muchas de
las cuestiones que enfrentan los científicos sociales” (citado por North 1993,40). En
opinión de este autor y en general desde la NIE, es preciso un análisis mucho más
complejo de la conducta humana, porque es muy comprobable que el fin último de los
individuos no sea precisamente maximizar su utilidad o riqueza sino que existan otros
motivos que modifican los resultados de sus elecciones.
Por ejemplo, si aceptáramos los supuestos conductuales del modelo de elección
racional, ¿cómo explicar, por ejemplo, a aquellos que por ideología se levantan en
armas? si en una revuelta sus posibilidades de éxito inmediato son casi nulas al igual
que sus utilidades particulares, y al mismo tiempo las posibilidades de morir son
enormes. Por otro lado, la fama, la confianza incluso el altruismo son objetivos de la
conducta humana y todos ellos son incompatibles con el modelo de elección racional.3
La inconveniencia más grave, según Brian Arthur (1992, 1994, 2000), del modelo de
elección racional, es que supone que los individuos actúan bajo un razonamiento
perfectamente deductivo, en el cual obtienen sus conclusiones a través de un proceso
lógico cuyas premisas son completas, consistentes y bien definidas para cada problema
dado. Se considera que la conclusión está implícita en las premisas. Es decir que la
conclusión no es nueva, se sigue necesariamente de las premisas. Esta forma de
razonamiento, de cómo las decisiones y elecciones son realizadas, este autor las llama la
metáfora deductiva.
Arthur asegura que la metáfora deductiva no es errónea en sí misma. Existen diversos
ejemplos donde los economistas, encuentran una justificación a la aplicación de la
metáfora deductiva. Por ejemplo, John Rust (citado por Arthur 2000) narra la historia de
Harold Zurcher, un superintendente de mantenimiento en la Empresa Metropolitana de
Autobuses en Madison (Wisconsin). Durante 20 años Zurcher reguló la sustitución de
motores de una gran flota de autobuses, un problema complicado que le exigió un
equilibrio entre dos objetivos conflictivos: reducir al mínimo los costos de
mantenimiento y al mismo tiempo minimizar las fallas inesperadas del motor. Según las
pruebas de Rust, la solución a este problema implicó la optimización combinatoria de
programación dinámica estocástica. Zurcher encontró una solución razonablemente
conveniente a su problema. El punto del argumento de Rust fue que, si bien se trataba
de un problema muy complicado, Harold Zurcher encontró la solución y, por tanto, al
menos en este caso, es factible que los economistas supongan que las personas
encentren soluciones óptimas a cuestiones complejas.
Aun cuando los individuos pueden encontrar soluciones “optimas” a los problemas
económicos ¿se justifica evitar el estudio de los detalles del proceso de decisión? Arthur
responde que en casos de algunos problemas, diversos estudios y experimentos señalan
que la respuesta es afirmativa. Por ejemplo, el juego tic tac toe (Juego del gato) es
simple, y uno puede encontrar solución mínima racional, incluso en un caso como el de
Zurcher.

3
Mokyr (1990, 224) señala que existen casos donde ciertos inventos como la lámpara de seguridad para
las minas por Humphrey Davy en 1815 o el blanqueador de cloro por Claude Berthollet fueron creados
con el fin de obtener beneficios financieros sino simplemente por el deseo de adquirir fama o la pura
satisfacción de resolver un problema difícil.

3
En este sentido, la metáfora deductiva no es equivocada y funciona bien cuando los
datos del problema son conocidos y están disponibles. Cuando los cálculos
computacionales (de la mente) necesarios no son tan exigentes. Más concretamente,
Arthur señala que funciona cuando: a) se tiene completo conocimiento del problema; b)
existe perfecta habilidad computacional para procesar la solución; c) existe una única
solución; y d) un común conocimiento de que otros individuos operan bajo las
condiciones a) y b). Pero esta solución es endeble. Si cualquier vínculo en esta red de
requerimientos falla, la solución se colapsa.
En la mayoría de los casos sin embargo, la metáfora deductiva no funciona. Porque
surgen límites de la complejidad en la cual el uso de la metáfora no es útil (Arthur
2000). En efecto, más allá de estos límites el cálculo y la solución deductiva es
imposible utilizarla para los individuos porque los demás individuos no pueden no
pueden ser invocados para llevar a cabo su parte en el proceso de deducción. “Más allá
de este límite donde los requerimientos fallan, no existen instrucciones sobre cómo
proceder lógicamente; de modo que a partir de la solución prescrita –fuera del
equilibrio- el problema llega a indefinirse y, por tanto, la metáfora deductiva no puede
funcionar del todo” (Arthur 1992, 5-6).
En problemas sencillos, los individuos pueden deducir y calcular, pero comúnmente en
el mundo real los casos en donde se pueden hacer esta forma fiable y precisa son la
excepción y no la regla. Esto lo demuestran los métodos económicos experimentales
realizados de la psicología durante los últimas décadas (Hogarth y Reder 1986), y más
recientemente desde las investigaciones de la ciencia cognitiva se han demostrado las
inconsistencias empíricas relacionadas con este modelo. Incluso los resultados
experimentales desde la década de 1950 ya estaban cuestionando la validez de la
elección racional, prueba de ello es la Paradoja de Allais propuesta en 1952. Allais
demostró que los individuos realizan elecciones y toman decisiones inconsistentes con
respecto a los axiomas de la Teoría de la Utilidad Esperada cuando se encuentran frente
probabilidades ponderadas de resultados (Schmid 2004).4
En este mismo sentido, Fernando Jeannot (2004) señala que los experimentos y
encuestas realizadas por Kahneman y Tversky y otros autores, demuestran “que en el
mundo real los sujetos toman decisiones sin recurrir a las leyes de las probabilidades ni,
particularmente, se refieren a la teoría de la utilidad esperada; sino que, por el contrario,
utilizan razonamientos de descubrimiento sumarios (heurística selectiva) o reglas de
sentido común. La mayoría de los sujetos encuestados asignan las mismas
probabilidades a sucesos pequeños o grandes, sin considerar que la mediana de la
varianza desciende cuando crece el universo de datos” (Jeannot 2004, 60). Además de
que “los sujetos detestan más las pérdidas, en relación a un nivel de riqueza dado, que
4
Suponga se tiene una urna donde se han metido 100 bolas en una urna de las cuales 89 son rojas, 10
azules y una negra. En un primer juego a una persona se le ofrecen dos alternativas. Con la elección A, si
la persona, con los ojos vendados, saca una bola de cualquier color obtiene un millón de pesos. Con la
elección B, la persona obtiene un millón si la bola es roja, 2.5 millones si es azul y nada si es negra. En un
segundo juego, los pagos cambian ligeramente: en una elección C, sacando una bola roja no obtiene algo,
una azul o negra le da un millón. En una elección D, una roja, no le da nada, una azul 2.5 millones, y una
negra nada tampoco. Cuando Allais sometió a un conjunto de personas las referidas alternativas, encontró
que en la mayoría de los casos la gente prefería la opción A en el primer juego y la D en el segundo juego.
La inconsistencia se muestra porque la opción D en el segundo juego si maximiza la utilidad esperada,
pero la popular opción A no. Lo anterior viola el axioma de independencia de la Teoría de la Utilidad
Esperada. Este axioma establece que si un sujeto prefiere la lotería A a la lotería B, el mismo preferirá con
respecto a todas las loterías C una combinación de probabilidades p(A)+ (1-p) C a la combinación p(B) +
(1-p) C. Es un axioma ergódico en el que los individuos conocen todos los estados de naturaleza.

4
desean las ganancias con respecto al mismo nivel. Así, Tversky y Kahneman estimaron
que el valor atribuido a una pérdida moderada, es el doble de aquella que se adjudica a
una ganancia de la misma importancia. Ello significaría que las preferencias de los
sujetos parecen estar caracterizadas por una fuerte aversión por los quebrantos
(riesgofobia)” (ibíd.).
Para Arthur (1999) la complejidad de los problemas que los individuos afrontan en el
mundo real pueden tener analogía con el océano. El océano contiene todos los
problemas bien definidos que nos interesan en la economía, con cada vez más difíciles
problemas a mayores profundidades. Cerca de la superficie (a un metro) se encuentran
problemas sencillos. En niveles más profundos se encuentran los problemas como los
del ajedrez donde es posible obtener teóricamente una solución, por ejemplo una
estrategia mixta en el sentido de Nash, pero no podemos garantizar que los individuos
lleguen a ella. Por lo tanto, la metáfora deductiva funciona para los problemas en la
superficie del océano que son solucionables, pero en un océano de problemas más
profundos no se puede garantizar la solución. Para Arthur, el problema de Zurcher se
encuentra en la frontera de lo que los individuos pueden solucionar por medio de un
comportamiento “racional”.
Sin embargo, en la realidad los individuos cuando se encuentran en los niveles más
profundos del océano, la toma de decisiones no es fácil de tomar. Cuando se considera
la complejidad que atañe a la realidad los límites de la solución deductiva llegan pronto
cuando el cálculo es poco probable o imposible para los individuos. Más allá de estos
límites, los requerimientos de la lógica fallan para conocer y llegar a definir los
problemas y el proceso de decisión es imposible. Esta es una de las razones por las
cuales el razonamiento deductivo no funciona en las profundidades del océano de
problemas porque más allá de un cierto nivel la capacidad lógica racional humana para
hacer frente a la complejidad es limitada. La otra razón, por la cual la racionalidad
lógica deductiva no funciona es que “en complicadas situaciones interactivas, los
individuos no puede depender de los demás individuos que están tratando de
comportarse con bajo la racionalidad perfecta, por lo que se ven obligados a adivinar su
comportamiento. Se trata de un terreno en un mundo subjetivo de creencias, y subjetivas
creencias sobre subjetivas creencias” (Arthur 1994, 406).
Pero como señala North (1993) y el mismo Arthur (1994) el problema del
comportamiento humano en la ciencia económica no es si la elección racional o el
razonamiento deductivo funcionan o no, sino que es lo que se propone en su lugar. La
pregunta es ¿cómo funciona un modelo de racionalidad limitada en la economía?
Un esfuerzo por cuestionar los supuestos implícitos en la teoría neoclásica e incorporar
factores relacionados con el contexto y la manera en como los individuos toman
decisiones fue realizado desde hace tiempo por Herbert Simon (1989) quien propuso la
idea de satisfacción. De acuerdo con este autor, en la realidad los individuos no buscan
soluciones óptimas a los problemas que encaran. Los individuos intentan buscar una
mínima satisfacción, es decir, tratan de alcanzar ciertos niveles de éxito, y
gradualmente, ajustar esa solución. De esta manera, la noción de racionalidad de Simon
introduce mayor realismo a la toma de decisiones de los individuos al sustituir el criterio
de maximización por el criterio de satisfacción.
Se argumenta que el individuo es maximizador pero en el sentido de que se trata de un
maximizador restringido. Limitado por el conocimiento y por la forma en que adquiere
conocimiento y para quienes adquirirla la información es costosa. Este modelo se desvía

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de la elección racional en el supuesto de que los individuos son inventivos o creativos.
Esto significa que los individuos actúan creativamente, quizás incluso hasta el punto de
cambiar o adaptar las situaciones en las que se encuentran. Esta es la idea básica de
sustitución en el margen en respuesta a un cambio en los precios relativos, pero con un
énfasis en la innovación y la creatividad.
Simon propuso también el concepto de racionalidad limitada, con el cual explicó que las
decisiones no son elecciones generales que abarcan grandes áreas de nuestras vidas sino
que más bien son decisiones especificas que muchas veces no están ligadas a otras
dimensiones de la vida. Cuando se decide que opción elegir no se tiene un conocimiento
exacto de lo que ocurrirá en el futuro, tal vez tenga una noción pero ésta será parcial de
lo que ocurrirá -existe incertidumbre-. Lo anterior se debe que existen serias
limitaciones en las habilidades computacionales de la mente para tomar decisiones un
mundo lleno de incertidumbre. Los individuos tienen limitada su capacidad cognitiva lo
que les impide procesar toda la información disponible y los procesos mentales
computacionales son fruto del modelo mental subjetivo del individuo
“Racionalidad acotada es simplemente la idea de que las elecciones de las personas
están determinadas no sólo por objetivos generales coherentes y las propiedades del
mundo exterior, sino también por el conocimiento que los encargados de adoptar
decisiones tienen y no del mundo, de su capacidad o incapacidad para evocar el
conocimiento cuando es pertinente, a fin de elaborar las consecuencias de sus actos, a
evocar posibles cursos de acciones, para hacer frente a la incertidumbre -incluida la
incertidumbre derivada de las posibles respuestas de los otros actores-, y para juzgar
entre sus muchos competidores quiere. La racionalidad es limitada debido a que estas
capacidades son muy limitadas. En consecuencia, el comportamiento racional en el
mundo real es mucho determinado por el ‘medio ambiente interior’ de la mente de las
personas, tanto a sus contenidos de la memoria y su proceso, como la de 'medio
ambiente exterior' del mundo en que se mueven y que actúa en ellos” (Simon 2004,
578).
El supuesto de la racionalidad limitada propuesto por Simon significa que los
individuos no maximizan puesto que su capacidad cognitiva es complejamente limitada
y porque los individuos actúan y toman decisiones en un mundo complejo, lo que no les
resulta claro que deberían maximizar si pudiesen.
1.2.2 COMPLEJIDAD E INCERTIDUMBRE EN UN MUNDO NO ERGODICO

Como puede advertirse, la racionalidad limitada complica el análisis del


comportamiento humano y la toma de decisiones, incorporando y tomando en cuenta los
métodos de comportamiento y experimentales de la psicología y la ciencia cognitiva que
permiten comprender un poco más el contexto en el que los individuos realizan sus
elecciones y toman decisiones. Para North la característica principal de la realidad que
constituye el contexto que hacen los individuos y donde toman decisiones: es la no
ergodicidad y la complejidad que conduce a la incertidumbre.
¿Qué es la ergodicidad? En el análisis estadístico y la econometría, se establece que si
un proceso estocástico cumple ciertas condiciones, es posible estimar consistentemente
sus características a partir de la realización del mismo. Los procesos que cumplen tales
condiciones se denominan ergódicos. Por ejemplo, un proceso estocástico estacionario
es ergódico en la medida en que es posible estimar consistentemente este parámetro
haciendo uso de la media muestral temporal. Esta propiedad de ergodicidad posibilita

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inferir valores de una serie en función de la información que sobre ella nos da su propio
pasado logrando estimadores consistentes. Sólo si se da esta propiedad, la pérdida de
información al no considerar la influencia de los infinitos valores obtenidos en el pasado
es cada vez más escasa e, incluirlos, añadiría poca información para la definición del
proceso generador de datos que se intenta reproducir para aplicar al futuro
La ergodicidad está implícita en la teoría económica neoclásica, de hecho Robert Solow
señaló: “lo mejor y más brillante en la profesión es proceder como si la economía fuese
la física de la sociedad. Existe un solo modelo universal valido del mundo. Sólo debe
aplicarse” (citado por North 2005, 19). Sin embargo, para un historiador económico, el
teorema ergódico es ahistórico y atemporal, porque “los extraordinarios cambios en
todas las facetas de la sociedad actual son evidentes a nuestro alrededor, y es evidente
que hemos y estamos creando sociedades que son únicas y no tienen comparación con el
pasado”. Muy demostrativas de este razonamiento ergódico fueron las profecías de
Milton Friedman en el sentido de que la mundialización de nuevas tecnologias de la
informacion y comunicación haría homogéneos a los sistemas económicos, cuando la
realidad está mostrando la existencia de una variedad de capitalismos, particularmente
el renacimiento de los capitalismos de Estado.
Muy por el contrario a la visión neoclásica de la naturaleza de la realidad, bajo el
enfoque institucional de North se considera que la realidad sobre la cual los seres
humanos toman decisiones es no ergódica, es decir, la estructura subyacente
fundamental de la realidad posee una naturaleza dinámica y está en constante cambio.
Se producen continuamente noveles problemas para ser resueltos por los individuos. En
este mundo no ergódico ningun individuo conoce la manera correcta de resolver los
problemas que cotidianamente se enfrentan y nadie puede, en efecto, maximizar
utilidades. Historicamente, aquellas sociedades que permite la generación máxima de
tentativas es la que ha tenido mayor probabilidad de resolver sus problemas a lo largo
del tiempo.
La no-ergodicidad implica complejidad, y ésta se caracteriza por un lado, por el elevado
número elementos dispersos que la componen (incluidos los individuos); por otro lado,
por la naturaleza de la interacción entre esos elementos, el número y variedad de las
relaciones que los unen entre sí y, por último, por la variedad de las dinámicas que se
derivan de dicha unión y los efectos de esa interacción (Arthur 1999, Holland 1988). En
el mundo real existen sistemas en los cuales existen dinámicas no lineales,
caracterizadas por aceleraciones o inhibiciones, por procesos explosivos e implosivos,
por oscilaciones regulares o irregulares y caóticas, convergencias hacia puntos de
atracción únicos o múltiples, en cualquier caso, difícilmente previsibles.
John Holland afirma que el mundo real al igual que la economía es una red adaptativa
no-lineal por excelencia. Otros ejemplos de una red adaptativa no-lineal son “el sistema
central nervioso, la ecología, los sistemas inmunológicos, el desarrollo de estadios de
organismos multi-celulares y los procesos evolutivos de la genética” (Holland 1988,
118).
La complejidad del mundo real se traduce en incertidumbre ubicua. Aquí se entiende
por incertidumbre en el sentido otorgado por Frank Knight (1971), es decir, aquella
situación bajo la cual los individuos a la hora de tomar decisiones y hacer elecciones
desconocen las probabilidades de ocurrencia asociadas a los diferentes resultados de un
determinado evento. A diferencia del riesgo para lo cual si es posible derivar una
distribución de probabilidad de resultados, la incertidumbre es una condición en la cual

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la distribución de probabilidad no existe. Se refiere a sucesos imprevisibles. La
probabilidad de ocurrencia no puede ser estimada, no hay forma de medirla porque no
se conoce de antemano las características del suceso -su frecuencia, distribución en el
tiempo-.
La incertidumbre knightiana implica que los individuos ignoran el futuro de sus
acciones y de los demás. De esta manera, bajo esta idea de incertidumbre es
inconcebible el comportamiento optimizador atribuido a los individuos por el modelo de
elección racional porque que los individuos no pueden ni siquiera establecer una lista de
resultados clasificada en términos de sus valores. Los sucesos son impredecibles, y “…
sin el cálculo de probabilidades y riesgos, los agentes no podrían establecer un óptimo”
(Hodgson 2007, 102).
La no-ergodicidad del mundo real significa la imposibilidad de saber que sucederá
mañana. El horizonte del tiempo es sumamente corto para tal predicción. Implica no
sòlo que el ambiente físico cambia constantemente, sino además de que el entorno
humano -aquel que surge de la interacción e interdependencia de los humanos- es cada
vez más complejo, irregular y caótico. El comportamiento de los demás es impredecible
como lo es el nuestro para ellos.
En el mundo real la incertidumbre es fuerte porque el entorno humano que se construye
y se modifica hoy, crea uno nuevo y novel entorno mañana. En este nuevo entorno los
sucesos que se presentan no se asemejan a algo que antes se conocía y, por tanto, los
individuos no poseen la experiencia histórica que los prepare para enfrentarle. Significa
además de que una solucion a un problema crea una nueva situacion que genera sus
propias necesidades y nuevos problemas.

1.3 COGNICIÓN Y APRENDIZAJE HUMANO


1.3.1 LA CIENCIA COGNITIVA

La hipótesis de racionalidad implícita en la corriente principal de la teoría económica no


ayuda a comprender cómo los individuos toman decisiones en un mundo complejo no
ergódico porque excluye tanto a la incertidumbre en el ambiente fisico como en el
humano. Para entender cómo toman decisiones los seres humanos es necesario
considerar que los individuos no tienen información completa; no tienen un amplio
conocimiento de todo el abanico de opciones y de elecciones de alternativas. No tienen
informacion suficiente acerca del presente mucho menos del futuro. Pero aunque la
tuviesen, las capacidades cognitivas del cerebro con que captan la realidad les impide
asimilar y procesar la incompleta información disponible.
Sin embargo, los individuos toman decisiones relevantes, y eligen para la supervivencia
y el de sus sociedades. La pregunta fundamental aquí es ¿Cómo manejan los individuos
los problemas noveles y complicados que les imponen la complejidad y no ergodicidad
de la realidad? ¿Cómo toman decisiones en condiciones de incertidumbre? ¿Cómo
razonan en situaciones complicadas o, términos de Arthur, en el fondo del océano?
¿Cómo se enfrentan a problemas complejos, bajo incertidumbre y riesgo?
Trabajos como los de Denzau y North (1994), Arthur (1992, 1994) y Holland (1988)
intentan dar respuestas a las interrogantes arriba planteadas. Con minimas diferencias,
coinciden en señalar que los individuos, a través de las capacidades cognitivas, usan una
forma de inducción que permite aprender de los resultados previos de las opciones. Este

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aprendizaje por inducción requiere de algún tipo de modelo mental por el cual los
individuos puedan comprender las implicaciones de elegir una acción. Asimismo
necesitan de alguna manera identificar las acciones potencialmente útiles y los posibles
resultados de esas acciones. Arthur, por ejemplo, sostiene que se toma como punto de
partida el hecho de que la toma de decisiones es un producto de la mente, la cuestión
importante es comprender cómo la mente construye modelos o hipótesis flexibles para
hacer frente a la complejidad del mundo real.
Como se puede advertir ya, el problema del comportamiento humano frente a un mundo
complejo y no-ergódico con incertidumbre conlleva al análisis de los temas principales
de la ciencia cognitiva. Haciendo uso de ésta, North (2005) establece una conexión
entre procesos cognitivos-mentales y la emergencia de instituciones. En efecto,
desarrolla una perspectiva en el cual los modelos mentales pueden ser tomados como la
representación interna a los sistemas cognitivos creados a nivel individual para construir
interpretaciones acerca del ambiente, mientras que la función de las instituciones es la
misma solo que en un nivel externo (a la mente), los cuales constituyen mecanismos que
los individuos construyen para estructurar y ordenar la realidad compleja.
Desde este punto de vista, las instituciones pierden su naturaleza puramente funcional
fuera del individuo y se convierten en la expresión de las capacidades de los individuos.
Podríamos afirmar incluso que en el viejo North (aquel de 1990 a la fecha) existe cierta
convergencia hacia el enfoque institucional más sociológico de Hodgson (2007). North
otorga mayor prioridad a los resultados de la investigación en la ciencia cognitiva y, en
particular, el conexionismo así como al trabajo desarrollado en la psicología realizado
por F. Hayek.
La propuesta de North, con el enfoque cognoscitivo-institucional, ha implicado el
establecimiento de bases teóricas que permiten tender lazos de conexión entre la ciencia
económica y las distintas ciencias sociales en particular con la ciencia cognitiva. Él ha
enfatizado que los avances recientes de la ciencia cognitiva permiten comprender mejor
las relaciones entre cerebro, mente y comportamiento. Hoy existe mucho mayor
consenso en afirmar que la arquitectura cognitiva (el cerebro) del ser humano es
producto y resultado de un largo y complejo proceso evolutivo; sin embargo, el gran
problema que subsiste es la interacción entre la estructura genética que se ha
desarrollado en respuesta a la evolución humana y el entorno de las condiciones
culturales que son consecuencia del entorno institucional creado deliberadamente por
los individuos.5

Para Mantzavinos, North y Shariq (2004) no se trata de entablar ciertas cuestiones


objeto de debate en la ciencia cognitiva, como aquellas que tienen que ver con la
formación de conceptos, que implica la interacción compleja entre la genética,
neurobiología, mecanismos celulares, procesos de maduración, la formación de grupos
neuronales y las experiencias ontogenéticas. Tampoco –señalan- es necesario adoptar
5
Hay científicos cognitivos que señalan que el funcionamiento de la mente sigue siendo un misterio.
Antonio Damasio (2001, 17) al respecto señala: “quizá la complejidad de la mente humana sea tal que la
solución del problema no podrá saberse nunca debido a nuestras limitaciones intrínsecas. Quizá ni
siquiera debiéramos hablar de problema en absoluto, y referirnos en cambio a un misterio recurriendo a
una distinción entre cuestiones a las que la ciencia puede aproximarse de manera adecuada y cuestiones a
que es probable que eludan siempre a la ciencia. Pero, por mucha simpatía que tenga por los que no
pueden imaginar de qué modo podemos desentrañar el misterio (se les ha llamado ‘misterianos’), y por
los que piensan que se puede llegar a conocer, pero que quedarían desilusionados si la explicación
residiera en algo ya conocido, creo que l mayoría de las veces, que llegaremos a saberlo”.

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una postura teórica dentro de la ciencia cognitiva, simplemente es adoptar el enfoque
que considera que la mente como una estructura compleja y activa que interpreta al
mismo tiempo que clasifica las diversas señales recibidas por los sentidos así como las
experiencias provenientes del entorno físico y del medio sociocultural-lingüístico.

Tal enfoque es el conexionista y no el cognitivista. En éste último enfoque


implícitamente la teoría económica tradicional sustenta su concepto de la mente
humana, en el cual “la mente es un recipiente que contiene datos. Los datos están en
constante actualización de la interacción con el mundo, y realiza deducciones sobre la
base de estos datos” (Arthur 2000, 32). Este enfoque surge a partir de trabajos seminales
en áreas tan diversas como la lingüística, la psicología, la neurología y la inteligencia
artificial, se basa en una hipótesis: “la mente es equivalente a un ordenador, a una
máquina y, como tal, tiene un repertorio de herramientas (un mapa de representaciones
del mundo y el lenguaje) que le permite resolver los problemas. La cognición es vista
como la solución de problemas, y aprender mediante la creación de representaciones del
mundo, independiente y externa, a través de la asimilación de nuevas experiencias”
(Salomão y Nassif 2006, 31).

Desde el punto de vista del cognitivismo cada ser humano tiene funciones cognitivas
que lo hacen capaz de interactuar con el ambiente exterior. “Cada individuo tiene
patrones interpretativos de cognición innatos. Ellos están pre-programados y son
hereditarios y por esta razón proveen la base para la adaptación con el mundo exterior
desde el nacimiento. Los reflejos innatos son mejorados y desarrollados a través de la
acción de dos opuestos mecanismos complementarios: la asimilación y el
acomodamiento” (Rizzello y Turvani 2004, 168).

Según Rizzello y Turvani (2004), bajo este modelo se considera que cuando los
individuos perciben el mundo exterior, captan diversos aspectos que ellos quizás ya
conocen y otros los cuales son nuevos. Cada percepción entonces es relacionada con los
patrones de cognición experimentadas previamente. Si la percepción es conocida,
entonces se presenta un proceso de asimilación y recognición en el cual el patrón
reaplicado tal se aplica a la situación reconocida. Si la acción o situación es nueva,
existe una asimilación generalizada en la cual lo nuevo es percibido a través de la
aplicación o patrones existentes (asociación). Si una situación es compleja el patrón es
gradualmente ajustado a través de la acomodación.

El representante del cognitivismo en la ciencia económica es Hebert Simon. En efecto,


para Simon (citado por Rizzello y Turvani 2004) el cerebro es un procesador de
información que opera con símbolos abstractos. El pensamiento consiste en manipular
elementos abstractos mediante la aplicación serial de reglas lógicas. La mente opera con
un lenguaje de símbolos por el cual traduce la información que recibe del exterior. La
información que entra en el procesador mental es una magnitud predeterminada e
invariable.

Sin embargo, el modelo cognitivista de la mente es muy limitado a las funciones de la


mente, sus relaciones con el medio y las observaciones metódicas de su desarrollo y
evolución. Para Denzau y North (1994) y North (2005) es necesario comprender la
arquitectura genética de la mente en una perspectiva que vaya más allá de esta
concepción. El modelo de la ciencia cognitiva que más podría aportar a la comprensión
de la conducta humana y la toma de decisiones bajo condiciones de incertidumbre es

10
aquella que destaca la diferencia de los procesos cognitvos humanos del de los animales
y que descarte la analogía del cerebro con una computadora.

El modelo conexionista considera, al igual que cognitivismo, a la mente como la base


del procesamiento de la información. Sin embargo, aunque prevalece la idea de
representación, esta no es innata, sino que proviene de la experiencia adquirida a través
de interacciones con el mundo real. Se establece que el conexionismo se basa en la
biología, mientras que en el cognitivismo, las bases se encuentran en la física. Para los
científicos conexionistas, los órganos no son máquinas, aunque hay quienes dentro de
esta corriente aun lo consideran así, como Warren McCulloch y Walter Pitt, quienes
señalan que cada neurona del cerebro es una calculadora aritmética básica que calcula
una función lógica. El cerebro es, por lo tanto, una representación de una red de
vínculos entre estas calculadoras, las neuronas (Salomão y Nassif 2006).

En general, el modelo conexionista se inspira en los aspectos neurológicos y


psicológicos del cerebro humano por lo cual tiene mayor acercamiento al modelo de la
cognición situada y corpórea6 (Arthur 2000, Clark 1997, Damasio 2001, Suchman 1987,
Varela 1993). A diferencia del cognitivismo, el conexionismo profundiza en la
construcción de modelos de comportamiento que simulan en términos de asociación las
relaciones entre las más rudimentarias células o neuronas (Rizzello y Turvani 2004). El
conexionismo afirma que podemos entender el comportamiento de la mente si
comprendemos el funcionamiento del cerebro humano. Porque toda acción humana
proviene de la mente, y esta es función del cerebro. En este sentido, los individuos
eligen y toman decisiones (acción humana) como una función de su mente, de su
cerebro. Éste no es más que “una cosa física de circuitos neurales, cargas eléctricos y
químicas” (Schmid 2004, 34).

Más concretamente, el cerebro humano consta de un conjunto de neuronas fuertemente


conectadas, que a partir de un estado inicial aleatorio logran reflejar comportamientos
globales coherentes. Se señala también que en el sistema nervioso no hay una clara
diferencia entre estructura y funcionamiento: el conocimiento es el estado momentáneo
global del sistema. La memoria humana es masivamente paralela y altamente
adaptativa, es decir el conjunto de neuronas puede modificarse con la experiencia. Por
otra parte, ciertos procesos mentales como el reconocimiento de las imágenes visuales
hacen pensar en el carácter continuo del tratamiento de la información. Finalmente, el
conocimiento no se encuentra localizado en un espacio direccionable, sino distribuido
en todo el sistema.7

Siguiendo a Damasio (2001) las unidades básicas del sistema nervioso son las neuronas.
Estas unidades se conectan unas con otras formando redes extraordinariamente
complejas. La principal función de las neuronas es recoger señales de diversas fuentes,
6
La cognición corpórea pone énfasis en el aprendizaje de los conceptos abstractos a través de las
metáforas. Si leemos un poema de amor, por ejemplo, las palabras amor, hierba, lágrimas, etc. tienen
diferentes significados y efectos sobre diferentes personas porque los seres humanos no tienen
cognitivamente una imagen o representación mental similar para estas palabras.
7
F. Hayek proporciona una descripción detallada de todos estos procesos en su libro titulado El orden
sensorial, que sigue siendo un hito para el enfoque cognitivo (Egidi y Rizzello 2003). De hecho, en el
enfoque cognitivo-institucional de Douglass North, Hayek ocupa un lugar especial reconocido por el
mismo North, ya que es pionero en la comprensión del proceso de aprendizaje y la formación de modelos
mentales antes de que los científicos cognitivos desarrollaran la teoría conexionista.

11
transformarlas y producir señales de salida que transmiten a otras neuronas u otras
partes del organismo. De este modo, en el cerebro el procesamiento de la información es
paralelo y distribuido, paralelo en tanto que las señales recibidas las procesan
simultáneamente millones de conexiones diferentes y distribuidas porque la
responsabilidad del almacenamiento de la información no recae sobre una unidad (una
neurona) sino sobre amplios conjuntos de unidades.

Los órganos sensoriales reciben señales del exterior y mediante elementos transductores
convierten las distintas energías que reciben en señales nerviosas. La información fluye
desde los nervios sensoriales y, recorriendo estaciones intermedias como la médula
espinal, el tronco cerebral, cerebelo, etc., llega hasta la corteza cerebral. A su vez, del
cerebro hace fluir parte de la información por los nervios motores hasta los músculos u
otros órganos y constituye la respuesta del organismo al ambiente. Damasio (1999, 113)
señala: “El ambiente imprime su marca en el organismo de varias maneras. Una es
mediante el estimulo de la actividad neural del ojo (en cuyo interior está la retina), el
oído (dentro del cual está la cóclea, un dispositivo sensor del sonido, y el vestíbulo, un
aparato sensor del equilibrio) y la infinidad de terminales nerviosas en la piel, papilas
gustativas y mucosa nasal. Las terminales de los nervios envían señales a puntos de
entrada circunscritos del cerebro, las llamadas cortezas sensoriales iniciales o tempranas
de la visión, el oído, las sensaciones somáticas, el gusto y el olfato. Imagínaselas el
lector como una especie de puerto seguro al que pueden llegar todas las señales. Cada
región sensorial inicial (cortezas visuales iniciales, cortezas auditivas iniciales, etcétera)
es un conjunto de varias áreas, y existe un elevado intercambio de señales entre los
agregados de áreas de cada conjunto sensorial temprano”. Y agrega: “existen, pues,
sectores del cerebro a los que llegan continuamente señales procedentes del cuerpo
propiamente dicho o de los órganos sensoriales del cuerpo. Estos sectores de ‘entrada’
se hallan separados desde el punto de vista anatómico y no se comunican directamente
entre sí. Existen asimismo sectores del cerebro en los que surgen las señales motrices y
químicas; entre estos sectores de ‘salida’ figuran el tallo cerebral y los núcleos
hipotalámicos, y las cortezas motrices” (ibíd. 2001, 114).

De hecho, para Rizzello y Turvani (2004) la principal idea adoptada por el


conexionismo fue que la unidad básica de análisis no eran las neuronas sino las
interconexiones y vínculos entre ellas. Las neuronas no están en contacto físico
completo pues existe un pequeño espacio en la sinapsis (el espacio intersináptico). La
actividad sináptica se desarrolla entre dos neuronas, una presináptica y otra
postsináptica, y se produce mediante la liberación de neurotransmisores químicos que
provocan la activación de receptores específicos que, a su vez, generan respuestas
eléctricas. Los neurotransmisores se difunden en el espacio intersináptico y se unen a
los extremos de las dendritas en ciertos lugares denominados receptores. En estos
receptores se producen cambios químicos que provocan modificaciones eléctricas en la
neurona y el flujo eléctrico o impulso nervioso.
Frente a la metáfora de la mente como computadora, que dominó en los estudios
tempranos en inteligencia artificial, el paradigma conexionista se basa en una analogía
entre la mente y el cerebro. Inspirados en el diseño de redes neuronales artificiales, los
enfoques conexionistas explican los procesos de aprendizaje como modificación de las
conexiones neuronales y describen las actividades mentales como procesos de
compleción y reconocimiento de patrones. Con ello hacen justicia a las capacidades

12
innatas: a diferencia de las computadoras, los individuos son más hábiles reconociendo
rostros, por ejemplo, que realizando cálculos matemáticos complejos.
La actividad de las redes neuronales no se basa en la representación interna de una
realidad externa, sino en la compleción y el reconocimiento dinámico de patrones. De la
misma manera, la afirmación de que la mente es un sistema capaz de reconocer patrones
no implica que estos patrones estén almacenados en ningún lugar. Los modelos
conexionistas sugieren que es posible recordar sin almacenar previamente la
información en el contenedor de la mente.
Por su parte, el modelo de la cognición situada y corpórea establece que el cerebro, el
cuerpo y el entorno son una unidad inseparable, y la dinámica de la interacción se
produce continuamente y, al mismo tiempo. La cognición situada define que todo acto
es un acto cognitivo experiencial, y, por tanto, situado, como consecuencia de
acoplamiento estructural y coherente de interacción del cerebro y cuerpo con el
ambiente. La cognición no es, por tanto, la representación de un mundo pre-concebidas,
cuyas características pueden especificarse antes de cualquier actividad cognitiva. Por el
contrario, se incorpora la acción "... es el rendimiento de un mundo basado en una
historia de la diversidad de acciones realizadas por un ser en el mundo” (Salomão y
Nassif 2006, 31).
Desde esta perspectiva, la interacción social y el uso de apoyos externos (andamiajes),
como el lenguaje o los símbolos matemáticos, son la base de la cognición humana. El
término andamiaje proviene de los trabajos del psicólogo soviético Lev Vygotsky, quien
subrayó “que la experiencia con estructuras externas (incluyendo las lingüísticas, como
palabras y frases,) puede alterar y dar contenido a los modos de procesamiento y
comprensión intrínsecos de un individuo” (Clark 1999, 86).
En esta misma perspectiva se encuentra Damasio (2001) quien ha señalado un error en
la visión de Descartes, porque que el cerebro y el cuerpo no solo están relacionados,
sino que son uno mismo. Todas las actividades mentales requieren tanto del cerebro
como del cuerpo. Para Damasio, las operaciones más refinadas del cerebro no están
separadas de la estructura y del funcionamiento del organismo biológico, porque el
cerebro y el cuerpo constituyen un organismo indisociable integrado por circuitos
bioquímicos y neurales que se conectan mutuamente, y la actividad cerebral se deriva de
esta interacción. Y señala “cuando digo que cuerpo y cerebro forman un organismo
indisoluble, no estoy exagerando. En realidad, estoy simplificando demasiado.
Considérese que el cerebro recibe señales no sólo del cuerpo, sino, en algunos de sus
sectores, ¡de partes de sí mismo que reciben señales del cuerpo! El organismo
constituido por la asociación cerebro-cuerpo interactúa con el ambiente como un todo,
al no ser la interacción sólo del cuerpo o sólo del cerebro. Pero los organismos
complejos como nosotros hacen más que simplemente interactuar, más que simplemente
generar respuestas externas espontáneas o reactivas que se conocen colectivamente
como comportamiento. También generan respuestas internas, algunas de las cuales
constituyen imágenes (visuales, auditivas, somatosensoriales, etcétera), de las que
postulo que son la base de la mente” (Damasio 1999, 110-111).
Para Clark (1999, 39-41), se ha malinterpretado la naturaleza de la inteligencia misma:
“concebíamos la mente como una especie de dispositivo de razonamiento lógico
asociado a un almacén de datos explícitos: una especie de combinación entre una
maquina lógica y un ordenador”. Al adoptarse esta perspectiva se desatendía el hecho de
que la mente ha evolucionado para hacer que ocurran las cosas. “desatendíamos el

13
hecho de que la mente biológica es, antes que nada, un órgano para controlar el cuerpo
biológico… las mentes no son dispositivos incorpóreos de razonamiento lógico”. Por
esta razón, una computadora o un robot jamás por vastísima información y
conocimiento que tenga funcionará como un cerebro, por la “falta de acoplamiento
fluido entre el sistema y un entorno real que plantee problemas reales de acción y
sensación”. E incluso una humilde cucaracha “manifiesta este tipo de acoplamiento
fluido: una versión del tipo de inteligencia práctica, solida y flexible de la que carecen
casi todos los sistemas informáticos”.
En otra parte este mismo autor enfatiza, “las raíces de la inteligencia y la comprensión
no se encuentran en la presencia y la manipulación de estructuras de datos explícitos y
de tipo lingüístico, sino en algo más terrenal: el ajuste de respuestas básicas a un mundo
real que permite a un organismo corpóreo sentir, actuar y sobrevivir” (Clark 1999, 42).
Pero además, la analogía del cerebro con la computadora es descartada por la eficacia
del cerebro. El cerebro humano es capaz de realizar ciertas tareas en un tiempo inferior
que la computadora. Los programas construidos por la inteligencia artificial tradicional
resultan muy buenos para tareas que exigen la repetición del mismo proceso sobre los
datos de entrada (millones de cómputos recursivos), lo que les permite a las máquinas
aventajar a los seres humanos en tareas como la de cálculos matemáticos. Sin embargo,
el cerebro parece más eficaz que las computadores tradicionales en tareas típicas de los
seres vivos: reconocer un enemigo en una ambiente que no presenta su figura con
precisión, recordar instantáneamente formas de huida o aproximación, comprender una
frase, reconocer un rostro, seguir en tiempo real el movimiento de un objeto en el
espacio.
Para la cognición situada el elemento central ya no es el cerebro, sino la actividad
corpórea en un entorno social y material. Los individuos no son procesadores seriales
que reciben información y la almacenan en una memoria, donde se mantiene invariable.
Por el contrario, la acción corpórea en el entorno es parte esencial de la actividad
cognitiva y de toda la actividad mental está modelada por ella. Así, la mente no necesita
representar ni almacenar de forma costosa lo que encuentra ya en su entorno, ni
procesar internamente la información que puede elaborar apoyándose en andamiajes
externos (Clark 1989)8.
En cuanto a la conciencia es preciso mencionar que su incorporación dentro de la
ciencia económica es fundamental para entender no sólo por qué los humanos son
diferentes de los animales. Se refiere al estado o capacidad de percibir, de sentir, o para
estar consciente de los acontecimientos, objetos o patrones sensoriales y de la propia
existencia sobre el tiempo y el espacio. Dentro de los avances teóricos de la ciencia
cognitiva se ha debatido sobre la conciencia, y a pesar de ello, aun no es posible tener
explicaciones cabales sobre su funcionamiento. Es quizás, junto a los orígenes del
universo, el misterio más grande. Aún cuando la ciencia cognitiva ha hecho estudios

8
La importancia de los andamiajes externos a la mente es señalado por Clark como sigue: “…la mayoría
de nosotros podemos aprender a reconocer de un vistazo la respuesta a multiplicaciones simples como
7x7=49. Este conocimiento se puede apoyar fácilmente en un dispositivo incorporado básico para el
reconocimiento de patrones. Sin embrago, las multiplicaciones más largas plantean un problema
diferente. Si se nos pide que multipliquemos 7.222 x 9.422, la mayoría de nosotros echará mano de lápiz
y papel (o de una calculadora). Y más adelante señala: “Con el empleo de lápiz y papel, lo que
conseguimos es reducir un problema complejo con una sucesión de problemas más simples que empieza
con 2 x 2. Utilizamos el medio externo (un papel) para almacenar los resultados de estos problemas
simples y al final llegamos a una solución mediante una serie interrelacionada de compleciones de
patrones simples y almacenamientos externos” (Clark, 1999, 102).

14
muy complejos sobre la biología y la química del cerebro humano no se ha podido
establecer cómo o por qué funciona el cerebro. La conciencia no sólo es la fuente de la
creatividad, la imaginación, de todas las maravillas de la civilización, el arte, la
literatura y la música, sino que también es la fuente del fanatismo y el terrorismo.
1.3.2 MODELOS MENTALES Y APRENDIZAJE

Los avances en la ciencia cognitiva, especialmente los relacionados con el


conexionismo (modelos de redes neuronales de percepción o procesos cognitivos por el
cual se obtiene y manufactura sus representaciones de la realidad) pueden ser usados
para analizar las características y la dinámica de los modelos mentales y, por tanto, de
las ideologías y de la emergencia de las instituciones también. Las principales
conclusiones del modelo conexionista, permite comprender cómo pueden los individuos
hacen elecciones y toman decisiones frente a problemas complejos en una situación de
la incertidumbre fuerte.
Arthur sostiene que el mundo real no llega preenvasado a la mente en forma de
categorías o símbolos fijos o modelos conceptuales que pueden servir para predecir,
analizar y actuar bajo ellos. “Nuestro conocimiento, junto con los conceptos, nociones y
modelos que usamos para que lo represente, se crea, y son puestos a lo largo del tiempo
por nosotros y por otros miembros de la sociedad en su conjunto” (Arthur 1992, 7). De
hecho “el mundo es una construcción de nuestras sensaciones, percepciones y
memorias. Es conveniente considerarlo como objetivamente existente por su propia
cuenta. Pero, desde luego, no se manifiesta por su mera existencia. Su manifiesto cada
vez está condicionado por un muy especial tejemaneje en partes muy especial de este
mundo, es decir, sobre ciertos acontecimientos que suceden en un cerebro” (Schrödinger
citado por Arthur 1992, 7).
Dentro de la corriente principal de la teoria económica el modo de teorizar el
comportamiento humano es deductivo, porque se asume que los individuos obtienen sus
conclusiones a través de procesos lógicos completos, coherentes y bien definidos para
un determinado problema. Pero en realidad, los individuos al tomar decisiones y hacer
elecciones vitales para su supervivencia, desarrollan una estructura con la cual
interpretan las señales provenientes del mundo exterior que entran por medio de los
sentidos del cuerpo humano.
La estructura mental es necesaria para interpretar la multitud de señales auditivas,
visuales o de otro tipo, que llegan al cerebro, porque “no tenemos otro contacto con el
mundo exterior sino a través de esos datos sensibles. Sin embargo, éstos no vienen
unidos a conceptos o significados. Nuestro conocimiento sobre el mundo no surge a
partir de los datos sensoriales que llegan al cerebro. Para obtener información es
necesario que una estructura conceptual previa se imponga ante la confusión de los
estímulos neurológicos, incluyendo suposiciones implícitas o explicitas, categorías y
teorías, no pueden deducirse únicamente a partir de los datos sensibles” (Hogdson 2007,
105).
Arthur afirma que esta estructura mental es necesaria cuando los problemas que
enfrentan los individuos son muy complejos y no están bien definidos. Los individuos
son forzados a utilizar medios de razonamiento inductivos en lugar de deductivos. Más
concretamente, los seres humanos construyen conceptos que son organizados por las
percepciones dentro de categorías, creando clasificaciones conceptuales para esas

15
categorías para luego actuar bajo esas clasificaciones cuando son útiles. Luego al
construir esas clasificaciones, se van construyendo modelos mentales que congelan las
percepciones dentro de una estructura mental más abstracta en la cual la información y
las observaciones útiles pueden ser almacenadas. Estos modelos mentales otorgan una
explicación e interpretación (positiva y normativa) de la realidad y son utilizados para
guiar las acciones humanas porque son “profundas imágenes interiores de cómo
funciona el mundo, imágenes que nos limitan nuestra formas familiares de pensar y de
actuar. Muy a menudo, no estamos conscientes de nuestras modelos mentales o los
efectos que tienen sobre nuestro comportamiento” (Senge 1990, 8).
Los individuos bajo condiciones de situaciones complejas e incertidumbre van
construyendo y reconstruyendo representaciones de la realidad, de vez en cuando
construyen otros nuevos a medida que sean de utilidad y desechando las viejos cuando
se convierten en obsoletos. Tanto las categorías como los modelos mentales evolucionan
a medida que se incorporan nuevas experiencias, propias o ajenas. Esta realimentación
continua puede reforzar o modificar las categorías, clasificaciones y modelos iniciales.
Lo anterior, dependerá de si las hipótesis formadas son validadas por la
retroalimentación del entorno, por tanto, los modelos mentales pueden ser revisados,
refinados, o rechazados por completo.
De esta manera, se genera un proceso de aprendizaje individual el cual depende
crucialmente de la retroalimentación del entorno que la mente individual realiza a través
de los modelos mentales por el cual recibe e interpreta la información mientras intenta
solucionar sus problemas. Si los datos sensibles obtenidos a partir de la experiencia
siguen siendo aparentemente compatibles con el esquema cognitivo, se aceptan con
facilidad. Si son aparentemente incongruentes, la información es ignorada o se modifica
el esquema para ajustar la información recibida.
Aunque no se sabe mucho acerca del aprendizaje, la ciencia cognitiva moderna ha
avanzado bastante. El aprendizaje puede definirse como la capacidad humana para
modificar en un comportamiento más o menos permanente, siempre que sea una nueva
experiencia es adquirido. La psicología cognitiva, además, especifica que esta capacidad
depende de la cognición subjetiva del entorno -que se relaciona con la percepción y el
proceso de imaginación mental- y en cómo esto afecta el comportamiento de la
cognición (Novarese y Rizzello 2001).
Para hacer frente a la cuestión de cómo la mente funciona ante la complejidad es
necesario considerar cómo se produce el aprendizaje (Holland et al, 1986 y Clark 1989).
North (2005) afirma que puede identificarse dos niveles conceptualmente distintos en
los que el aprendizaje puede ocurrir, con importantes consecuencias para los efectos de
las actividades de aprendizaje. En primer lugar, el aprendizaje implica el desarrollo de
una estructura que haga tener sentido las diversas señales recibidas por los sentidos. La
arquitectura inicial de la estructura genética, pero su desarrollo posterior es el resultado
de las experiencias del individuo. Esta arquitectura puede considerarse como un evento
espacial por el cual se pueda interpretar los datos provenientes del mundo exterior. Las
experiencias se pueden clasificar en dos tipos -desde el entorno físico y del entorno
lingüístico-socio-cultural (Hutchins y Hazelhurst, 1992). La estructura consiste en
categorías -clasificaciones que evolucionan gradualmente desde la más temprana
infancia con la finalidad de organizar nuestras percepciones, y realizar un seguimiento
de nuestra memoria de resultados analíticos y experiencias. Construyendo estas
categorías los individuos forman los modelos mentales para explicar e interpretar el

16
entorno, por lo general, en forma relevante para algunos objetivos. Tanto las categorías
y modelos mentales evolucionan para reflejar la retroalimentación (feedback) derivada
de nuevas experiencias –retroalimentación que puede fortalecer y las categorías iniciales
o modelos que pueden dar lugar a modificaciones- en resumen, el aprendizaje. Por lo
tanto, el evento espacial puede ser redefinido continuamente con la experiencia,
incluyendo el contacto con las ideas de otros. El aprendizaje que preserva las categorías
y conceptos intactos, pero que cambió de ideas y detalles acerca de la aplicabilidad de
los conocimientos existentes es el segundo nivel de aprendizaje. Juntos, el aprendizaje
dentro de un conjunto de conceptos y el aprendizaje que cambia la estructura de
conceptos y modelos mentales sugieren un enfoque ampliamente conocido a la
dinámica de aprendizaje.
El aprendizaje es la compleja modificación de los modelos mentales de acuerdo con la
información recibida desde el entorno. De esta manera, el aprendizaje humano, se logra
a través de las experiencias, cuando los individuos realizan un ejercicio de
retroalimentación que puede modificar los modelos mentales. Para Denzau y North
(1994) es en esta coyuntura que el aprendizaje de los seres humanos difiere de la de
otros animales (como la babosa de mar que parece ser un tema favorito de investigación
de los científicos cognitivos) y, desde luego, difiere de la analogía del ordenador que
dominó gran parte de los primeros estudios en inteligencia artificial. En efecto, North
sostiene que la mente parece ordenar y reordenar las modelos mentales sucesivamente
más en forma de resumen a fin de que estén disponibles para procesar la información
fuera de sus orígenes para fines especiales. Esta retroalimentación se logra a partir de lo
que Andy Clark y Annette Karmiloff-Smith denominan redescripción representacional,
es decir, la capacidad de la mente humana “para ordenar y reordenar los modelos
mentales de sus orígenes de propósito especifico a formas sucesivamente más abstractas
con el fin de que estén disponibles para procesar otras informaciones” (North 1998,
133).
Se trata de la capacidad de la mente para realizar abstracciones cada vez más complejas
y pasar de lo particular a lo general, que parece ser la fuente del pensamiento creativo,
de las creencias en que se basa las elecciones humanas (Denzau y North 1994). En el
nivel individual, la redescripción es una reorganización de las categorías y conceptos
que es una forma de aprendizaje distinta de la actualización de los parámetros que se
está produciendo en la fase de "aprendizaje normal". Una vez que un conjunto de
categorías y conceptos útil han sido inicialmente adquirido, el período normal de
aprendizaje es largo en relación a los cambios repentinos que acompañan a la
redescripciones representacionales.

Los individuos, ante problemas complejos de la realidad no realizan deducciones


localizadas sobre la base de las actuales hipótesis y actúan en consecuencia. Por el
contrario, Arthur enfatiza que el comportamiento humano es inductivo. La toma de
decisiones se realiza mediante la búsqueda de problemas que hemos tratado en el
pasado que son similares a la que ahora nos ocupa. A menudo, estos son problemas cuya
resolución hemos considerado satisfactorio, de alguna manera, y se transfiere la
experiencia de problema a otro. Es decir, se abstraen o aíslan mentalmente las
características de un problema, todo aquello que es común y esencial a muchos
problemas, y se forma un concepto que los comprenda a todos. 9
9
El ajedrez es el ejemplo más simple de cómo funciona el razonamiento inductivo en los seres humanos
expuesto anteriormente. Los jugadores comúnmente estudian la configuración actual sobre la tabla y
recuerdan las jugadas pasadas de sus oponentes para descifrar patrones. Luego ellos los usan para

17
Sin embargo, si bien los individuos descifran el mundo que les rodea, y resuelven los
problemas que confrontan, procesando información incompleta mediante modelos
mentales, éstos no tienen que ser necesariamente aquellas que generan soluciones
óptimas. Por el contrario, Mantzavinos, North y Shariq (2004) sostienen que el
aprendizaje es un proceso evolucionario de prueba y error, y la falla en la resolución de
un problema conduce al intento de una nueva solución. Y agregan que debido a modelos
mentales son generalmente flexibles las estructuras cognitivas que ayudan a las
personas resolver sus problemas, es interesante examinar más a fondo la relación entre
entorno y la retroalimentación de estabilización o modificación de modelos mentales.
De acuerdo con Arthur, los individuos tienen la gran capacidad para generalizar: a razón
de lo particular a lo universal. Pero, los individuos lo realizan a través de la analogía, la
transferencia y reconocimiento de patrones. Si se tiene la suficiente experiencia previa,
solo se necesita ver una esquina de una pintura para señalar de qué se trata de una
pintura de Picasso. Se observa la parte, se reconoce el patrón, y se llenan los espacios en
blanco de nuestra comprensión.
De esta manera, los individuos, razonan, analizan y deducen. Primero construyen
categorías, representaciones y modelos mentales. Luego buscan analogías; reconocen
patrones, transfieren experiencia de otras y similares situaciones o creamos. Usan esos
métodos para llenar esas brechas del entendimiento, después infieren una parte de la
información para extrapolar de lo particular a lo general. Si el modelo mental no
funciona es reemplazado por otro y se pone a prueba también.
Cuando una solución producida sobre cierto modelo mental no tiene éxito, un individuo
emplea estrategias inferenciales –especialmente análogas- en una manera automática. Si
esas estrategias no resuelven el problema tampoco, luego el individuo es forzado a ser
creativo y establecer nuevos modelos mentales e intentar nuevas soluciones Cuando la
retroalimentación con el entorno confirma y reafirma el mismo modelo mental muchas
veces, ese modelo mental se estabiliza, en cierta manera. Este modelo mental
relativamente cristalizado en un individuo se convierte en una creencia, del mismo
modo los autores proponen que cuando creencias individuales se interconectan forman
un sistema de creencias.

Los sistemas de creencias están conformados por explicaciones organizadas e integradas


y más o menos coherentes del mundo que nos rodea. Pero esos sistemas son algo más
que un intento de razonar de lo particular a lo general (como en el caso de la
redescripción representacional) porque contienen un elemento normativo. No sólo se

construir hipótesis y modelos mentales acerca de cada una de las posibles estrategias del otro, es posible
que mantenga varios modelos en su mente en un momento, quizá esté pensando: “el está usando la
defensa Caro-Kann”, “esto me parece un poco de la jugada de Botvinnik-Vidmar de 1936”, “él está
tratado de formar la jugada X”. Después ellos hacen deducciones locales basadas sobre éstas hipótesis,
analizando las posibles implicancias de los diversos movimientos de las piezas. De esta manera, juega
teniendo en su poder hipótesis y modelos mentales de los cuales echa mano cada vez que los ocupa, si le
falla, los reemplazará por otro nuevos para ponerlos en su lugar. En otras palabras, utilizan una secuencia
de patrones de reconocimiento, la formación de hipótesis, deducción utilizando las hipótesis mantenidas,
y las sustituye cuando es necesario (Arthur 1994). Otro ejemplo mostrado por Arthur es el experimento de
Julian Feldman que muestra cómo funcionan los patrones de reconocimiento, la formación de hipótesis y
el comportamiento inductivo, además de su famoso Problema del Faro en el cual construye modelo que
ilustra el razonamiento inductivo.

18
proponen explicar el mundo que nos rodea sino también explicar cómo se debería
ordenar el mundo. Las religiones han sido a lo largo de la historia los sistemas de
creencias más generales, aunque han compartido la escena con ideologías menos
generales y, en el mundo moderno, incluso con sistemas de creencias seculares como el
comunismo (North 2005).

El sistema de creencias además de permitirle sobrevivir a los individuos, este sistema se


conecta con el sistema motivacional, lo que de forma progresiva ejerce una influencia
paralela de adaptación emocional. De esta manera, el sistema de creencias, adquiere el
carácter de un filtro general para todos los nuevos estímulos de procesamiento, por lo
que el sistema de creencias es relativamente resistente a los bruscos cambios.

Denzau y North (1994) subrayan el hecho de que la retroalimentación con la realidad


juega un papel determinante en la eficacia de los modelos mentales subyacentes. De la
retroalimentación con la información del exterior que el individuo recibe la mente
mientras trataban de resolver sus problemas depende si los modelos mentales tienen
éxito o fallan. Desde luego, señala Mantzavinos, North y Shariq (2004, 107), no hay
garantía de que la percepción de esa información sea llevada a cabo con precisión.
Debido a que la mente activamente interpreta todos los sentidos de entrada, la
información sobre el éxito o el fracaso de los intentos de solución suelen ser mal
interpretada. Este hecho puede explicar, en opinión de los autores, la persistencia a
través de la historia de los dogmas, mitos, supersticiones e ideologías basadas en fallas
de los sistemas de creencias.
El entorno al que se enfrentan día con día los seres humanos tiene la característica de ser
complejo y no ergódico, caótico y genera alta incertidumbre. En consecuencia, los
individuos intentan estructurar ese entorno y reducir la incertidumbre y hacer el
ambiente más previsible. Para este propósito construyen modelos mentales que desde
luego no son perfectos porque los sistemas cognitivos no lo son. Estas construcciones
mentales permiten a los individuos tomar decisiones antes situaciones de alta
incertidumbre. Bajo condiciones de complejidad, los seres humanos proceden de una
manera predecible y bastante simple: miran patrones, construyen representaciones y
modelos internos sobre dichas representaciones; usan esas hipótesis y las ponen a
prueba; realizan deducciones basan en esas hipótesis; y reforzar o sustituir estos
modelos o hipótesis en función de la información que reciben de la retroalimentación
(feedback) de su entorno.
Son los modelos mentales los que permiten a los individuos tomar decisiones bajo
condiciones de incertidumbre. Permiten aprender inductivamente de los problemas
pasados y experiencias anteriores a través de algún modelo mental. Si un modelo mental
se reafirma muchas veces porque es funcional y útil para el individuo, éste se convierte
en una creencia. Luego si convergen con otras creencias se traducen en un sistema.
Para Ronald Heiner (1983), los modelos mentales incorporan reglas de conducta que
sirven para decidir entre comportamientos más o menos preferidos, lo que en opinión
de este autor explica las regularidades de la conducta humana. En su trabajo intitulado
The Origin of Predictable Behavior, otorga una explicación sobre la manera en que los
seres humanos se comportan bajo condiciones de incertidumbre. Señala: “Creo que las
regularidades observadas de comportamiento puede ser fructíferamente entendidas
como ‘normas de comportamiento’ que surgen debido a la incertidumbre en distinguir el
comportamiento preferido de lo menos preferido”.

19
La incertidumbre es el origen del “comportamiento predecible”, es decir el
comportamiento establecido con patrones que reduce la incertidumbre y hace posible el
intercambio10. Propone la existencia de una brecha C-D para explicar el problema que
enfrente un agente para hacer uso de la información disponible. La brecha C-D implica
la diferencia entre la competencia o capacidad de un agente para resolver problemas y la
dificultad de un problema sobre el cual debe tomarse una decisión para resolverlo. Esta
brecha genera incertidumbre porque la selección de alternativas tiende a producir
errores y sorpresas.
La hipótesis de Heiner supone que entre más grande sea la brecha C-D, mayor será la
incertidumbre y “generará más errores y sorpresas, lo que produce más irregularidad en
el comportamiento”. Porque los agentes serán incapaces de descifrar toda la
complejidad del entorno puesto que la información conocida es demasiada compleja
para computarla o evaluarla, por tanto, se genera incertidumbre porque las decisiones
tomadas no son necesariamente las correctas.
La incertidumbre resulta de una brecha entre la competencia de decisión en un agente y
la dificultad en la selección de alternativas más preferidas, por lo que errores y la
sorpresa no puede evitarse. De esta manera, la incertidumbre es la fuente principal de
que el comportamiento sea predecible y la selección evolutiva no conllevará
comportamientos de optimización. La capacidad de predecir los comportamientos viene
dada por el hecho de que la incertidumbre impide a los individuos maximizar de forma
satisfactoria. Así contrariamente a la racionalidad sustantiva que atribuye a la
incertidumbre un término de error a los modelos, son, en opinión de Heiner, estos
elementos los que explican las regularidades del comportamiento.
Para Heiner un amplio rango de factores contribuye a la incertidumbre. En economía
eso incluye limitaciones cognitivas para procesar información dada o la interpretación
de información potencial, percepciones vulnerables acerca de preferencias o
expectativas tomatadas como dadas en los modelos tradicionales de la elección. “En
general, existe una mayor incertidumbre, ya sea como un agente de percepción de
habilidades se hacen menos confiables o el medio ambiente se hace más compleja”.
El argumento de Heiner que sugiere es que la incertidumbre debido a la brecha C-D
puede generar un flexible comportamiento limitado. Para comprobar lo anterior, el autor
propone el concepto de condición de confiabilidad que representa el limite más bajo o
limite tolerable de un agente que mide la relación mínima entre la probabilidad esperada
de éxito y de fracaso que el agente puede soportar. Heiner establece que si no se
satisface o se viola esta condición los agentes intentaran obtener mayor información y
de establecer de mejor manera sus alternativas. Y más violaciones ocurren a la
condición de confiabilidad cuando la incertidumbre (ya sea porque las habilidades
preceptúales de los agentes son erróneos o porque el entorno llega a ser más complejo)
llega a ser más generalizada.
Lo interesante del análisis de Heiner es que señala que una mayor incertidumbre genera
una mayor la necesidad del agente por establecer reglas de comportamiento que
representan los patrones de comportamiento que permita enfrentar esa incertidumbre.
En efecto, “una mayor incertidumbre hará que las normas de comportamiento para ser
10
Para Hodgson (2007, 99) la incertidumbre de Heiner no es la misma a la que se refiere Knight, sino
tiene que ver con el problema de la complejidad. La complejidad se refiere a aquella situación en la que
se tiene “toda la información requerida para tomar una decisión optima, pero, a causa de la complejidad
del problema, somos incapaces de analizarla completamente y llegar a una decisión óptima”.

20
más restrictivas en la eliminación de medidas concretas o la respuesta a posibles pautas
de información”. En este sentido, “una mayor incertidumbre generará reglas de
comportamientos para exhibir regularidades cada vez más previsibles, de modo que la
incertidumbre se convierte en la fuente básica de comportamiento previsible”. De esta
manera, la incertidumbre no solamente produce conducta predecible sino que también
es la fuente subyacente de las instituciones. Ya que “estas instituciones determinan el
alcance y la complejidad de las relaciones de intercambio, y otras interacciones sociales
donde participan las normas culturales, las costumbres y comportamiento agresivo”.
Sin embargo para North (1993, 39).el problema del modelo de Heiner es que “su marco
es evolucionario y no deja espacio para que penetren percepciones subjetivas de equidad
en las decisiones conductuales de los individuos. Además, los individuos no solo
construyen reglas para restringir la flexibilidad de sus propias elecciones en situaciones
de incertidumbre, “los humanos también construyen explicaciones frente a la
ambigüedad e incertidumbre y sobre sus propios actos. También acumulan
conocimientos, aprenden, construyen creencias y religiones”

1.4 LA ESTRUCTURA ARTEFACTUAL Y LA EMERGENCIA DE INSTITUCIONES


1.4.1 EL APRENDIZAJE COLECTIVO

El mundo es demasiado complejo para una sola persona para aprender directamente
cómo funciona todo. La estructura entera de los modelos mentales se deriva de las
experiencias de cada individuo -experiencias que son específicas de la física del entorno
y el entorno sociocultural-lingüística-. “De ello se deduce que si dos personas se han
visto expuestos a diferentes experiencias en el pasado, con las consiguientes diferencias
en la población de las representaciones conceptuales que han formado, que puede actuar
sobre los mismos datos de otra manera” (Arthur, 1992, 8). De hecho, no hay dos
personas que tengan exactamente las mismas experiencias y, en consecuencia, cada
individuo tiene cierto grado de percepción singular del mundo. Sus modelos mentales
que tienden a divergir por esta razón, si no hay comunicación permanente con otros
individuos con similares antecedentes culturales.
Como ya se mencionó arriba, el mundo real no-ergodico es demasiado complejo para
que un individuo aprenda directamente cómo funciona todo lo que le rodea. Los
modelos mentales individuales se derivan de las experiencias -que son específicas para
cada individuo- y, en consecuencia, son hasta cierto punto percepciones únicas del
mundo. De esta manera, los modelos mentales tienden a divergir por esta razón si no
existe la comunicación permanente con otros individuos con experiencias similares. En
este sentido para North (1998), la cultura ofrece un medio para reducir divergencia en
los modelos mentales que los individuos en una sociedad tienen y también constituye un
medio para la transferencia intergeneracional de la unificación de percepciones.
Podemos pensar en la cultura como la condensación de las experiencias de generaciones
anteriores de cualquier grupo cultural y, con la diversidad de experiencias humanas en
diferentes ambientes, existe una amplia variedad de patrones de comportamiento y
pensamiento. Este aprendizaje puede llamarse aprendizaje cultural, y lo que establecen
en sociedades pre-modernas es precisamente las categorías y conceptos que permiten a
un miembro de esa sociedad organizar sus experiencias y ser capaz de comunicarse con
los demás. La cultura en el aprendizaje de las sociedades pre-modernas no sólo
proporcionó un medio para la comunicación interna además permitió compartir las

21
explicaciones de los fenómenos fuera de la experiencia inmediata de los miembros de la
sociedad en la forma de las religiones, mitos y dogmas.
Como puede advertirse, lo importante no es el aprendizaje a nivel individual, para
comprender la evolución de las sociedades en el tiempo es necesario: “examinar los
sistemas de cerebros –el cerebro en un entorno social-” (Schmid 2004, 61). En efecto,
“La cultura, contexto y la historia son aspectos fundamentales de la cognición humana y
no pueden ser confortablemente integrados dentro de una perspectiva que privilegie las
propiedades abstractas de las mentes individuales aisladas” (Hutchins citado por Schmid
2004, 61).
Para destacar la importancia de los procesos de aprendizaje, North (1993, 2005) retoma
el concepto de aprendizaje colectivo de F. Hayek. Este aprendizaje en la sociedad puede
ser mejor conceptualizado como un proceso compartido. Lo que está detrás del
concepto de aprendizaje colectivo es que el aprendizaje humano se acumula, se
almacena y se transfiere de una generación a otra, o de un grupo a otro. Aquí juega un
papel importante el lenguaje, la tradición oral y la escritura y todo sistema de
almacenamiento simbólico (Donald 1991). La acumulación de conocimiento es lo que
facilita el aprendizaje por imitación. Es la base para la difusión de ideas y creencias.
Dado que cierto grupo humano no logra encontrar una solución a determinado
problema, es posible que al ver a otro grupo que ha resuelto dicho problema decida
imitarlo. La transferencia de conocimiento se logra debido a que el mismo se puede
almacenar de forma material, esto es, de forma escrita.
La transferencia de normas, valores e ideas entre generaciones es lo que se llama
cultura. Se trata de “un proceso que permite que el aprendizaje de las generaciones
anteriores tenga mayor efecto directo sobre el aprendizaje de las generaciones
posteriores” (Hutchins y Hazlehurst, 1991, 690). Así, Hutchins y Hazlehurst imaginan
que una población conformada por muchas generaciones puede descubrir cosas que
ningún individuo puede aprender en toda su vida. Y denominan “estructura artefactual”
al legado que transmiten las generaciones anteriores. Esta estructura de artefactos es
mucho más que el aprendizaje incorporado por las generaciones pasadas y transmitido
como cultura al sistema de creencias de las generaciones actuales. También está
incorporada en la estructura institucional que se hereda de las generaciones anteriores.
Mantzavinos, North y Shariq (2004) sostienen que puede identificarse dos aspectos del
aprendizaje compartido: lo estático y lo evolutivo. En la dimensión estática, los
individuos en un determinado entorno sociocultural continuamente se comunican con
otras personas mientras tratan de resolver sus problemas. El resultado directo de esta
comunicación es la formación de modelos mentales compartidos que proporcionan el
marco para una interpretación común de la realidad y da lugar a soluciones colectivas a
los problemas que surjen en el entorno. Este proceso tiene relevancia puesto que una
interpretación común de la realidad es el fundamento de cualquier otra interacción
social. Con respecto a la evolución en el tiempo de los modelos mentales compartidos
en un grupo social, los autores mencionan que la evolución de modelos mentales
compartidos, es decir, el aprendizaje compartido o colectivo, depende del tamaño del
grupo y, por tanto, es diferente dentro de las organizaciones y la sociedad en general. En
un plano micro podríamos decir, el aprendizaje compartido se lleva a cabo dentro de las
familias, comunidades y escuelas. En el plano macro, a nivel de la sociedad, el proceso
de la evolución cultural se refiere al crecimiento y la transmisión de conocimientos en el

22
tiempo. Este aprendizaje colectivo se da de manera evolutiva, cuando la acumulación y
transmisión del conocimiento ocurren en el tiempo, de una generación a otra.
Los autores señalan que el conjunto de los conocimientos transmitidos de generación en
generación no se limita al conocimiento teórico, aquel que se transmite por medio de
símbolos. Existe otra categoría de conocimientos, aquellos llamados prácticos, que no
son expresables en términos lingüísticos ni simbólicos; sino que el mecanismo de su
transmisión es la directa imitación de la actuación de los demás. “El conocimiento
práctico se refiere a todas las competencias adquiridas por resolver problemas prácticos
-nadar, cocinar, andar en bicicleta, conducir un coche, escribir un documento- pero que
es igualmente importante para la vida cotidiana de todos los individuos en una
sociedad”.
Tambien afirman que el proceso de aprendizaje colectivo parece ser una función de 1) la
forma en que un determinado sistema de creencias filtra la información derivada de las
experiencias, y 2) las diferentes experiencias que enfrentan las personas y las sociedades
en momentos diferentes. En algunos casos, el sistema de creencias inicial no es
compatible a las innovaciones institucionales que permiten el intercambio impersonal, y
en otros casos las experiencias no fueron las que se altera cada vez más el sistema de
creencias a crear esas instituciones.
Lo importante aquí es señalar que no existe garantía de que los procesos de aprendizaje
colectivo a lo largo del tiempo produzcan crecimiento económico. Hemos señalado que
los modelos mentales son construidos para explicar e interpretar la realidad no-ergódica,
las creencias y las percepciones de los individuos son elementos que interrelacionan con
el contexto socio-cultural y afectan a las elecciones más importantes. Esta aproximación
incorpora el estudio de la arquitectura genética de la mente (en un enfoque que va más
allá de la concepción restrictiva de la psicología evolutiva) y de las características del
proceso cognitivo (más próximo a un modelo de sistemas neuronales y estrategias no-
simbólicas que a uno de inteligencia artificial). Las creencias y la cultura son claves
para reducir la incertidumbre en la toma de elecciones y para la supervivencia exitosa de
la sociedad. Sin embargo, existen dos rasgos característicos de la acción humana: la
capacidad de ser conscientes y la intencionalidad humana.
Los seres humanos, con estos dos rasgos, buscan crear ciertas reglas que constituyan un
cierto orden. Pero la transición desde un sistema de creencias construido para ordenar el
entorno físico a uno capaz de ordenar el entorno humano no tiene el éxito garantizado.
Esta es una de las grandes dificultades, de acuerdo con North, para establecer una senda
de desarrollo económico. La pregunta importante es ¿cómo es que algunas sociedades
desarrollaron sistemas de creencias y procesos de aprendizajes que les permitieron
resolver de manera exitosa los problemas? North nos da una respuesta. Conforme
evolucionaron las primeras sociedades en diversos medios físicos, se desarrollaron
lenguajes diferentes y vivieron experiencias diferentes por lo que distintos modelos
mentales explicaban el mundo que les rodeaba. “Los lenguajes y los modelos mentales
formaron las restricciones informales que definieron el marco institucional de la tribu y
fueron transmitidas de generación en generación como costumbres, tabúes y mitos que
brindaron la continuidad cultural. Con la especialización y la división del trabajo
crecientes, las tribus evolucionaron en organizaciones políticas y económicas; la
diversidad de sus experiencias y aprendizaje producto de sociedades cada vez más
diferentes y civilizaciones con diversos grados de éxito en la solución de los problemas
económicos fundamentales de la escasez. Esto se debe a que conforme la complejidad

23
del medio aumentó con la interdependencia cada vez mayor de los humanos, fueron
necesarias estructuras institucionales más complejas para poder captar las ganancias
potenciales del comercio. Tal evolución precisa que la sociedad desarrolle instituciones
que permitan intercambios anónimos e impersonales a lo largo del tiempo. El grado en
que la cultura y las experiencias locales habían producido diversas instituciones y
sistemas de creencias respecto a las ganancias de dicha cooperación, varió la posibilidad
de crear las instituciones necesarias para recolectar las ganancias del comercio de
contratos más complejos. De hecho, a lo largo de la historia, la mayoría de las
sociedades s atascaron en una matriz institucional que no evolucionó, hasta llegar al
intercambio impersonal necesario para recolectar las ganancias de productividad,
resultado de la especialización y de la división del trabajo que han producido la riqueza
de las naciones” (North 1998, 133).
El relato anterior resalta el papel crucial que tiene los tipos de aprendizajes en el cual los
individuos en una sociedad adquieren a través del tiempo y que se tradujeron en
diversos desempeños económicos. Pero la clave no solo es el aprendizaje actual y las
experiencias sino también la cultura, es decir, la experiencia acumulada a través de
generaciones pasadas. Una población conformada por muchas generaciones puede
descubrir cosas que ningún individuo puede aprender en toda su vida porque a través de
las generaciones se transmite conocimiento y valores (Boyd y Richerson 1985, 2).
Para North (1998, 134), la cultura o transmision de conocimiento es la que brinda la
clave para la dependencia de la trayectoria en el que se insertan las sociedades, es decir,
la influencia del pasado sobre el presente futuro. Esta influencia se entiende porque “el
conocimiento actual de cualquier generación se da dentro de un contexto de las
percepciones derivadas del aprendizaje colectivo. El aprendizaje es, entonces, un
proceso que va en aumento, filtrado por la cultura de una sociedad que determina las
ganancias percibidas, pero no hay garantía de que la experiencia acumulada en el
pasado por una sociedad necesariamente la preparará para resolver nuevos problemas.
Las sociedades que se atascan incluyen sistemas de creencias e instituciones que no
logran enfrentar y resolver nuevos problemas socialmente complejos”.
El más convincente estudio de la manera en como herencias culturales pueden producir
sistemas de creencias divergentes y con ello diferenciadas formas de enfrentar
colectivamente la no-ergodicidad de la realidad a lo largo del tiempo es el estudio de
Avner Greif (1993, 1994). Este autor analiza la contrastante organización del comercio
entre los comerciantes Magrebíes cuyo fundamento era la cultura musulmana y los
comerciantes genoveses cuyo fundamento cultural estaba sustentado en el mundo
medieval latino. Según Greif (1994, 917) los Magrebíes y los genoveses presentaron el
mismo entorno, emplearon la misma tecnología naval y comerciaron los mismos bienes,
“la eficiencia de sus actividades comerciales dependieron, a largo plazo, de la habilidad
para mitigar el problema organizacional relacionado con una especifica transacción
llamada la prestación de los servicios necesarios de un comerciante para la
comercialización de productos en el extranjero”. Un comerciante podría proporcionar a
estos servicios por sí mismo viajando entre los centros de comercio o contratar los
servicios de un agente en el centro comercial extranjero para gestionar su mercancía.
Emplear agentes era eficiente ya que evitaba tiempo y el riesgo de viajar permitiendo la
diversificación de las ventas a través de centros comerciales. Pero sin el soporte de las
instituciones, las relaciones de agencia no se pudieron establecer desde el principio
porque existía el riesgo de que el agente pudiera robarle los bienes del comerciante. En
este sentido, anticipando este comportamiento, los comerciantes no contrataron agentes.

24
Para la contratación de agentes, la organización de las sociedades divergió de tal manera
que los comerciantes magrebíes desarrollaron las relaciones de agencia que estuvieron
gobernadas por una institución económica que puede ser referida como una coalición –
una institución basada sobre un mecanismo multilateral informal de reputación–. Los
magrebíes establecieron todo un sistema de creencias en relación a castigos colectivos
que producía la información necesaria para saber el comportamiento de los agentes que
contrataban. Por ser de la misma comunidad, los agentes que actuaban correctamente
gozaban de confianza. Por lo que, al disminuir los problemas contractuales, los
comerciantes Magrebíes ya no tenían que viajar para evitar fraudes. La información
circulaba libremente en esta red consolidada por los vínculos sociales de la coalición. Y
las normas de la organización, aunque no escritas, tenían implícito un mecanismo de
recompensas y castigos que garantizaba su observancia. Este mecanismo aunque
eficiente, en el sentido de que los sistemas creencias y normas autocumplidas, lograron
mitigar el problema fundamental del intercambio entre los individuos al reducir la
incertidumbre del comportamiento de los demás, no se permitió el intercambio
impersonal porque no contrataban a agentes que no pertenecieran a la coalición. 11 De
esta manera se impidió el crecimiento del tamaño de los mercados y con ello la
obtención de las ganancias de productividad.
En contraste, los genoveses con sistemas de creencias distintas desarrollaron
mecanismos bilaterales de cumplimiento que entrañó la creación de organizaciones
políticas e instituciones formales impersonales para supervisar y hacer cumplir los
acuerdos. Para Grief, esta organización del comercio genovés y la consecuente
trayectoria institucional permitió y dio lugar a más complejas formas de intercambio
comercial. Se expandió el comercio mucho más allá de las fronteras. La explicación que
otorga Grief es que el origen y manifestación de los diferentes sistemas de creencias en
mundo latino y musulmán fue determinante para el desarrollo institucional posterior.
Existió una evidente conexión entre los sistemas de creencias y el desarrollo de las
instituciones económicas y las organizaciones.
Esto puede explicar en parte, como los diferentes sistemas de creencias en diferentes
sociedades, inducen a diferentes formas de organización social, distintas instituciones y,
por tanto a diferenciados desempeños de las economías a través del tiempo. Estos
sistemas de creencias pueden tener sus orígenes en la religión como tal parece que es el
caso de los magrebíes y los genoveses. Existe una amplia literatura que aborda la
relación entre los dogmas religiosos sobre las actividades de mercado, aunque no son
concluyentes, para North (1997) es posible seleccionar aspectos concretos de casi
cualquier religión que son la antítesis al crecimiento económico. Algunos de estos son la
oposición islámica a los mercados de seguros y la oposición cristiana a los pagos de
intereses. Sin embargo, como él mismo señala, la atención debe centrarse en las normas
de comportamiento específicas sino en el aprendizaje que aparece como un proceso
acumulativo filtrado por la cultura de una sociedad, aunque no hay garantía de que
exista un proceso de ajuste que garantice que la experiencial acumulada permita
resolver los problemas. El proceso de aprendizaje colectivo está determinado por la
forma en que cada sistema de creencia o cultura filtra la información de las experiencias
y por las experiencias que se viven en cada lugar y momento histórico.
11
En las cartas presentas por Greif (2000) como evidencia, se muestra las relaciones que gobernaban el
intercambio. Los agentes mentirosos o que falseaban la información eran sancionados, se difundía la
información de la conducta del agente y los demás mercaderes ya no lo contrataban, y por otro lado, para
mantener a un agente honesto, los mercaderes Magrebíes les premiaban ofreciéndoles un sueldo mucho
mayor para mantenerlos dentro de esa conducta.

25
Los sistemas de creencia, ideología o cultura juega un papel clave en la evolcuion de la
sociedades porque constituyen un marco común de los modelos mentales de grupos de
individuos que poseen que les proporciona una interpretación del entorno y de una
prescripción en cuanto a la forma en que el entorno debe ser estructurado, pero aún más
importante porque determinan al mismo tiempo la estructura de incentivos,
recompensas y castigo en una sociedad, y con ello los incentivos para adquirir
conocimiento puro que es base imprescindible del crecimiento económico. Estos
incentivos se ven influenciados por la tolerancia de la sociedad hacia la innovación y la
creatividad.
Bajo estos argumentos, North sostiene que se podría argumentar que la religión cristiana
en la edad medieval proporcionó un filtro adecuado para el aprendizaje que condujo a la
adaptación para el crecimiento económico; o que alternativamente el contexto
especifico geográfico-económico-institucional del mundo occidental medieval
proporcionó las experiencias únicas responsables de las consiguientes adaptaciones. De
hecho, señala, fue la combinación de ambas lo que produjo las adaptaciones en los
sistemas de creencias que condujeron al crecimiento económico y a las libertades
políticas y civiles. “Los sistemas de creencias embebidos en el dogma cristiano fueron,
a pesar de su notorias ilustraciones contrarias, adecuados a la evolución en direcciones
que ha hecho hospitalario el crecimiento económico” (North 1997, 6).
North (2005) también señala que si bien la conformación de los sistemas de creencias
tiene una importancia crucial en la evolución de las sociedades, tambien constituye la
fuente de innumerables conflictos humanos, como el choque religioso. La expansión de
la conciencia no es fuente solo de bondades como la creatividad y la posibilidad de
riqueza de las civilizaciones, sino antagónicamente también es fuente de aspectos
negativos como intolerancia, prejuicio y conflicto. Esto nos demuestra la importancia
central de la intencionalidad en el rol de las sociedades.
1.4.2 LA DINÁMICA EN LOS MODELOS MENTALES

Denzau y North (1994) señalan que la dinámica del aprendizaje colectivo puede
aproximarse a través de trayectorias con características de una dinámica del equilibrio
puntuado. Esta teoría fue enunciada por Stephen Jay Gould y Niles Eldredge con la cual
explicaron que las especies permanecen durante largos espacios de tiempo apenas
alteradas, es decir, cambian poco durante la mayor parte de su historia aun cuando el
entorno está cambiando (estasis) y que en breves períodos de crisis se producen gran
número de novedades evolutivas (puntuaciones).
La teoría surge como consecuencia de la insatisfacción a la hipótesis de Darwin la cual
subraya que en la evolución funciona con pequeños microcambios que se acumulan
paulatinamente en las especies, es decir, la evolución es un proceso gradual de pasos
ordenados que se produce a una velocidad constante, y que la evidencia para tal cambio
finalmente será encontrada en el registro fósil. Sin embargo, en la búsqueda de fósiles
realizada por arqueólogos desde hace mucho tiempo, no ha sido encontrada la evidencia
necesaria para sustentar la hipótesis gradual y continua de Darwin (Gould 2004).
A diferencia de la hipótesis gradualista de Darwin, Gould y Eldredge propusieron que la
evolución funciona con saltos, puntuados por largos periodos de desarrollo gradual y
estacionario. Ellos señalan que durante los periodos evolutivos, las especies individuales
cambiaron muy poco. La especiación ocurre solamente cuando los periodos largos de

26
cambio pequeño “equilibrio” son “puntuados” por eventos radicales, tiempo en el cual
una especie descendiente surge. Este escenario puede haber implicado pasos
intermedios, pero cada etapa implicaba organismos tan incompetentes que ellos no
dejaron restos, previniendo que las formas transicionales sean preservadas en el registro
fósil (Gould 2004).
Gould (2004, 797) señala: “…el equilibrio puntuado sostiene que la mayoria de
especies, como evidencia sus historias anatómicas y geograficas en el registro fosil,
surgen en momentos geológicos (puntuaciones) y luego persisten en estasis durante toda
su vida geológica”. Aunque las metáforas y las analogías biológicas pueden no ser
aceptadas en los fenómenos económicos, Aoki (2000, 29) señala que un sistema
institucional al igual que un biológico se establece y tienden a mantenerse y/o
autorreforzarse. De esta manera, la teoría del equilibrio puntuado es útil para
comprender la dinámica de dichos sistemas, porque “un cambio en el sistema puede ser
iniciado probablemente por un gran shock externo que desencadena la activación de
cambio interno, nuevo acumulativo, en lugar de algo continuo y gradual”. La dinámica
del aprendizaje tiene la característica peculiar de que presenta trayectorias con largos
periodos de lento cambio gradual.
En este mismo sentido, Denzau y North (1994) señalan que existe evidencia de que los
modelos mentales, y en general podríamos decir, los individuos, al igual que otros
sistemas complejos, no cambian en incrementos graduales, sino en saltos discontinuos,
y por tanto, poseen una dinámica cuya característica es similar al enfoque del equilibrio
puntuado. Es decir, los modelos mentales evolucionan presentando largos periodos de
lento y gradual cambios puntuados por cortos períodos de cambios dramáticos, que
pueden ser periodos de redescripción representativa.
Al respecto Denzau y North (1994, 602) sostienen que un ejemplo de lo anterior puede
encontrarse en Cuba con Fidel Castro, “cuando la ideología finalmente cambie, si lo
hace, generará una puntuación, es decir, un cortocircuito, cambio relativamente rápido.
El cambio evolutivo gradual y la incorporación de nuevos elementos también podrían
generar endógenamente una crisis por una diversa razón. La base para esta crisis sería el
descubrimiento de una carencia en la cual las implicaciones las cuales serían vistas
como distorsionantes por los adherentes de la ideología”.
El cambio dinámico puntuado de los modelos mentales es ilustrado en el trabajo de
Hutchins y Hazelhurst (1991). Estos autores simulan la importancia de la estructura
artefactual en los modelos mentales y su evolucion en el tiempo. Señalan que hace unos
doscientos años atrás, en las colinas de California se establecieron los indios. Se sabe
por los estudios etnográficos y arqueológicos que estos nativos cazaban venados,
conejos y recolectaban vegetales. También se sabe que cuando bajaba la marea,
recogían mariscos en las numerosas lagunas que se formaban a lo largo de la playa. Los
mariscos eran una fuente rica de proteínas y eran fáciles de obtener cuando la marea
bajaba, de modo que cuando las mareas eran favorables, numerosos grupos de indios se
desplazaban a lo largo de toda la playa. Por otra parte, era un desperdicio de energía
recorrer toda la playa si las mareas no eran favorables. Sin embargo, era imposible
determinar si la marea en realidad iba ser baja con sólo mirar por un momento. Por lo
tanto, era muy util saber si había una manera confiable de predecir las posibilidades de
obtener mariscos sin tener que ir a lo largo de los acantilados de la playa y ver durante
muchas horas con el fin para determinar el estado de marea.

27
Con el tiempo -continúa el relato- descubrieron que la fase de la luna proporcionaba tal
predicción. Cuándo la luna es plena o nueva, la fuerzas gravitacionales del sol y la luna
están en fase y en conjunto generan grandes variaciones en las mareas. Por lo tanto,
mareas muy altas y muy bajas se producen en el mismo día. Esta regularidad, habría
sido ventajosa para los miembros de esta sociedad para aprender. Por supuesto, que ya
había un lenguaje de palabras que figuraban los estados de las mareas y las fases de la
luna. El problema aquí era aprender una serie de asignaciones entre los estados del
mundo natural, y aprender una asociación entre fases de la luna y los estados de la
marea.
Los autores suponen que, con el tiempo, la comunidad de personas pudieron aprender
más que lo que pudo aprender una persona por sí sola. Para comprobar esta suposición,
realizan una simulación sobre el comportamiento cada uno de los ciudadanos de la
comunidad a través del tiempo. Suponen también que los ciudadanos poseen la
capacidad de aprender del entorno a través de una estructura natural (Aprendizaje
directo: Sujeto-objeto (enntorno natural)) y una artefactual (aprendizaje mediado:
Sujeto-artefacto (cultura)-objeto (entorno natural)). Esta último constituye un tipo de
aprendizaje simbólicamente mediado por los artefactos pero también por mitos,
herramientas, conocimientos, creencias, prácticas. Se define a una generación como el
paso durante el cual cada ciudadano de la población tiene la oportunidad de aprender la
tarea.
Los resultados de los dos escenarios simulados, el aprendizaje directo de la regularidad
del entorno (experimental) y el aprendizaje que utiliza un artefacto cultural muestran
que éste último, aproximadamente reduce a la mitad el tiempo requerido para aprender
la relación entre las fases de la luna y las mareas. Por tanto, este aprendizaje es una tarea
más fácil, porque refleja tasas más rápido de crecimiento. Aunque ambos aprendizajes
muestran patrones de puntuación, es decir, extensos periodos de estabilidad seguidos de
bruscos lapsos de cambios radicales. Las conclusiones de los autores indican que la
probabilidad de éxito en la adquisición de aprendizaje colectivo comienza rápidamente
a crecer, hasta cerca del 60%. Luego este crecimiento comienza a disminuir. Este mismo
patrón lo presenta el aprendizaje directo solo que con una pendiente menor.
Los resultados demuestran que ninguna persona puede aprender la tarea por sí solo (no
le alcanza la vida entera para aprender). Si la cultura puede generar artefactos que
describen la regularidad, la combinación de una pequeña cantidad de aprendizaje directo
y una gran cantidad de artefactos de aprendizaje mediado (aprendizaje colectivo)
permite al individuo a aprender a predecir la regularidad en poco tiempo. Si se extiende
el periodo, se demuestra que en las primeras generaciones de individuos el aprendizaje
con la estructura de artefactos no es útil y ningún miembro de la comunidad es capaz de
predecir la regularidad del entorno. Pero en las generaciones posteriores -más de 10-
utilizando exactamente el mismo protocolo de aprendizaje, prácticamente todos los
individuos son capaces de predecir la regularidad. Esto ocurre a pesar de que en las
generaciones futuras los individuos no tienen mayores habilidades innatas de
aprendizaje que los de las primeras generaciones. Es evidente que este fenómeno resulta
de la retención de los resultados de éxito del conocimiento a través de la comunicación
artefactual intergeneracional. Los procesos evolutivos son mejor entendidos en términos
de caos y complejidad más que por la simplicidad y la determinación
1.4.3 LA EMERGENCIA DE LAS INSTITUCIONES

28
El diagrama 1 resume lo expuesto en este trabajo. La realidad es compleja, caótica y no
ergódica. Cambia continuamente lo que genera alta incertidumbre. En consecuencia, los
individuos intentan estructurar ese entorno para reducir la incertidumbre y hacerlo más
previsible. Para este propósito, emplean cierta forma de inducción, lo que logran
aprender de los resultados de las decisiones pasadas, es decir de las experiencias. El
cerebro humano es el encargado de construir una estructura (interna) que estará
determinada por una arquitectura genética y por las experiencias provenientes del medio
físico y del medio sociocultural-lingüístico. Con esta estructura mental se construyen
conceptos que son organizados por las percepciones dentro de categorías, creando
clasificaciones conceptuales para esas categorías para luego actuar bajo esas
clasificaciones cuando son útiles.
Diagrama 1: Enfoque cognitivo-institucional de North

Fuente: Elaborado a partir de North (1998 y 2005)

Tanto las categorías, las hipótesis y los modelos mentales evolucionan a medida que se
incorporan nuevas experiencias, propias o ajenas. Esta realimentación continua puede
reforzar o modificar las categorías, clasificaciones y modelos iniciales. Lo anterior,
dependerá de sí las hipótesis formadas son validadas por la retroalimentación del
entorno, por tanto, los modelos mentales pueden ser revisados, refinados, o rechazados
por completo. Sin embargo, la necesidad del ser humano por estructurar el mundo de
incertidumbre y, con ello crear y modificar constantemente un sistema de
clasificaciones y procedimientos, no significa que sean infalibles. Por el contrario, los
individuos aprenden por medio del ensayo y error. Como lo señala Loasby (1999, 44):
“aprendemos como una consecuencia de reconocer nuestros errores, este
reconocimiento estimula una búsqueda de algo mejor”.
Del proceso anterior, se genera un proceso de aprendizaje individual el cual depende de
la retroalimentación del entorno que la mente realiza a través de los modelos mentales
por el cual recibe e interpreta la información mientras intenta solucionar sus problemas.
De esta manera, el aprendizaje humano implica el uso de hipótesis que se ponen a

29
prueba y se realizan deducciones basadas en esas hipótesis. Significa el refuerzo o
sustitución de los modelos mentales o hipótesis a través de la redescripción
representacional en función de la información que reciben de la retroalimentación de su
entorno. Luego al reconstruir o establecer nuevas clasificaciones, se van construyendo
nuevos modelos mentales que congelan las percepciones en un nivel de abstracción más
alto en la cual la información y las observaciones útiles pueden ser almacenadas.
Cuando la retroalimentación con el entorno confirma y reafirma el mismo modelo
mental muchas veces, ese modelo mental se estabiliza, en cierta manera. Este modelo
mental relativamente cristalizado en un individuo se convierte en una creencia, del
mismo modo cuando creencias individuales se interconectan y coinciden forman un
sistema de creencias. Este sistema de creencias y las percepciones de los individuos se
interrelacionan con el contexto sociocultural y afectan las elecciones. Las creencias y la
cultura son clave para reducir la incertidumbre en la toma de decisiones y para la
supervivencia de la sociedad. Pero el sistema de creencias además de permitirle
sobrevivir a los individuos ejerce de manera progresiva una influencia paralela de
adaptación emocional y, por lo tanto, adquiere el carácter de filtro general para todos los
nuevos estímulos de procesamiento, por lo que el sistema de creencias es relativamente
resistente a los bruscos cambios.
Los modelos mentales están estrechamente vinculados con las instituciones. Los
sistemas de creencias que de ellos se derivan son transformados en estructuras sociales
y económicas por las instituciones, las cuales incluyen reglas formales e informales que
estructuran y molden el comportamiento humano. Las instituciones son “las reglas del
juego en una sociedad o, más formalmente, son las limitaciones ideadas por el hombre
que dan forma a la interacción humana. Por consiguiente, estructuran incentivos en el
intercambio humano, sea político, social o económico” (North 1993, 13).
Es intima la relacion entre instituciones y sistemas de creencias: “los sistemas de
creencias encarnan la representacion interno del paisaje o entorno humano. Las
instituciones son la estructura que los humanos crean sobre ese paisaje con el fin de
producir el resultado deseado. Los sistemas de creencias de esta manera son la
representación interna y las instituciones la manifestación externa de esa
representación” (North 2005, 49).
Los modelos mentales, las instituciones y las ideologías son parte del proceso por el
cual los seres humanos interpretan el entorno. Los modelos mentales son, hasta cierto
punto, únicos para cada individuo. Las ideologías y las instituciones se crean y
proporcionan percepciones compartidas y ordenan el entorno. La relación entre modelos
mentales, ideologías y las instituciones depende de manera crucial sobre el producto y el
proceso de redescripción representacional.
Desde el punto de vista cognitivo, las instituciones existen debido a las limitadas
capacidades computacionales de la mente humana para lidiar con complejos entornos
sociales y naturales. Las personas adoptan reglas generales como solución a problemas
similares que debe enfrentar con frecuencia. De esta manera, los seres humanos llegan a
compartir ciertos modelos mentales y no necesitan pensar en soluciones particulares
cada vez que se enfrentan a problemas específicos, sino que clasifican dichos problemas
y los resuelven con reglas aplicadas previamente y validadas colectivamente.
¿Cómo se transfieren los sistemas de creencias a la estructura institucional?
Consideremos el punto de vista compartido por muchos académicos de que las creencias

30
del comportamiento individualista favorecen el crecimiento económico. Por ejemplo,
Macfarlane (1977) describe el cuadro de un conjunto fluido de actitudes individualistas
hacia la familia, la organización del trabajo y la estructura social de la comunidad
urbana que prevaleció en Inglaterra desde por lo menos el siglo XIII. Estas actitudes se
transfirieron a la estructura institucional mediante un conjunto de reglas formales sobre
la herencia de la propiedad y la situación legal de las mujeres.
Las instituciones son soluciones pragmáticas a problemas concretos. Por ello, los seres
humanos las crean respondiendo a necesidades prácticas de la interacción humana. Son
fruto de la acumulación de conocimiento, el cual se adquiere por medio de la
retroalimentación que proviene del entorno en el que alguna regla específica se pone en
marcha. Aquí es donde se aplica el ensayo y error: si la regla no funciona, se cambia por
otra, hasta que se encuentra una que resuelva determinado problema. ¿Cómo se sabe
que no funciona? Pues, se supone, que se recibe retroalimentación negativa del medio
ambiente. Si funciona, la retroalimentación sería positiva y la estabilidad institucional
sería el resultado.
De acuerdo con Mantzavinos, North y Shariq (2004) puede distinguirse un aspecto
externo y otro interno de las instituciones. Desde un punto de vista externo, las
instituciones son patrones de comportamiento o rutinas compartidas dentro de una
población. Desde un punto de vista interno, las instituciones son soluciones compartidas
—modelos mentales— a problemas recurrentes de la interacción social. Sólo porque las
instituciones están ancladas en las mentes de los seres humanos impactan al
comportamiento y consecuentemente a la acción social, política y económica. En este
sentido la comprensión del aspecto interno es el paso fundamental en explicar
adecuadamente la aparición, evolución, y efectos de las instituciones.
¿Cómo se definen a las instituciones? El concepto de institución tiene diferentes
significados para diferentes autores dependiendo el campo de la ciencia en el que se
ubiquen. En este trabajo, siguiendo el enfoque cognitivo-institucional de North, las
instituciones se refieren a soluciones compartidas a problemas recurrentes de la
interacción social. Las instituciones son “las reglas del juego en una sociedad o, más
formalmente, son las restricciones ideadas por la humanidad que dan forma a la
interacción humana. En consecuencia estructuran incentivos en el intercambio humano,
sea político, social o económico” (North, 1993:13).12
Aunque existen diversas formas de clasificar a las instituciones, aquí, siguiendo a North
(1993) las instituciones se clasifican en formales (Constituciones, leyes escritas,
reglamentaciones etc.), e informales (normas de conducta, convenciones y códigos de
conducta) y los mecanismos encargados de hacer cumplir las características de ambas.
Las instituciones formales se refieren a las reglas escritas contenidas en las
Constituciones, leyes y reglamentos que de ellas emanan. Por su parte, las instituciones
informales – las convenciones, normas morales y sociales, las prácticas cotidianas,
costumbres, tradiciones y cultura- son las reglas no escritas producto de la acumulación
de conocimiento y aprendizaje individual y colectivo heredado por generaciones
pasadas y que quedan registradas en la cultura, usos y costumbres.
La Constitución política del país puede ser ejemplo de las primeras. Las reglas formales
—que también constituyen parte importante de las instituciones— incluyen reglas
12
Como es notorio, con esta definición, North tienden puentes con todas las ciencias sociales, aunque
parece alejarse de la economía (producción, distribución y consumo de riqueza), particularmente de la
neoclásica que se remite al problema de escasez.

31
políticas (y judiciales), reglas económicas, y contratos. Las reglas políticas establecen la
estructura jerárquica de la forma de gobierno, su estructura básica de decisión, y las
características explícitas del control del programa de gobierno. Las reglas económicas
definen los derechos de propiedad, el conjunto de derechos sobre el uso y el ingreso a
ser derivado de la propiedad y la capacidad de enajenar un activo o recurso. Los
contratos contienen las estipulaciones específicas de un acuerdo particular de
intercambio (North 1993, 67).
Ejemplos de instituciones informales son la puntualidad, la confianza, la honestidad y el
altruismo.13 Las instituciones informales son convenciones. De esta manera, son
habituales y autocumplidas, es decir, es usual y se espera que sea autocumplidas. Todos
la obedecen, porque se espera que los demás la obedezcan, y cada quien tiene
suficientes razones para obedecer porque cada individuo puede mejorar si todos planean
obedecer.14 Estas reglas no sólo constituyen limitaciones, puesto que también poseen un
aspecto de capacitación al definir las modalidades normativas generales de la conducta
que comparten las personas. Liberan a las personas de la necesidad de decidir cada vez
de nuevo. En efecto, hemos señalado que proceso de aprendizaje colectivo, los
miembros de la sociedad llegan a compartir modelos mentales, con los cuales se
interpreta en entorno. Las instituciones informales, son reglas que siguen los individuos
en sus vidas cotidianas que se basan en la formación de modelos mentales compartidos;
este proceso es de larga duración ya que el hecho más fundamental de las instituciones
informales es que las comparten casi todos los miembros de una población, o sea que
los individuos se llega a adquirir estos modelos mentales compartidos y estructuras
cognoscitivas compartidas lo cual los lleva a todos los miembros de un grupo social a
seguir las mismas reglas; esto ocurre en el proceso de aprendizaje colectivo.
Ahora, el filtro cultural proporciona continuidad, de modo que la solución informal a los
problemas de intercambio del pasado se transfiere al presente y convierte a las
restricciones informales en fuentes importantes de continuidad en el cambio social a
largo plazo. Concretamente, North afirma que instituciones informales surgen para
coordinar la interacción humana repetida, son de tres tipos: “1) las extensiones,
elaboraciones y modificaciones de las reglas formales; 2) las normas de
comportamiento sancionadas socialmente; y 3) los patrones de conducta aplicados
internamente” (North 1993, 58).
Las instituciones delimitan el comportamiento humano. Contribuyen a disminuir la
incertidumbre en la interacción, y facilitan los intercambios económicos, pues proveen
los medios necesarios para resolver problemas noveles de la realidad no-ergódica.
Emergen de forma deliberada como producto de la acción colectiva, o espontáneamente
como resultado de la interacción social. La mayor parte de ellas son el resultado de
largos y continuos procesos de evolución del conocimiento cultural y de aprendizaje
colectivo, por medio de los cuales se adoptaron aquellas que mejor resolvían
determinados problemas. Las instituciones formales, como la Constitución y las leyes
13
El matrimonio puede ser el mejor ejemplo de institución; por un lado, define y regula las relaciones
entre los dos cónyuges y el comportamiento de uno hacia el otro (como la obligación de fidelidad,
respeto, asistencia, etc.), por el otro, las relaciones y los comportamientos que muchos sujetos –
funcionarios del registro civil e inspectores fiscales, vecinos de casa, entidades de asistencia- deben
observar o se considera justo que observen respecto de cualquier pareja unida en matrimonio siempre que
se encuentren frente a una de ella.
14
Un ejemplo de una convención es el dinero, uno recibe el dinero a cambio de otorgar un bien o servicio
porque se espera que sea recibido por alguien más. Las reglas de tránsito son otro ejemplo de convención.

32
de un país, se caracterizan por contar con mecanismos de aplicación a cargo del Estado.
Las instituciones informales, conocidas como convenciones, reglas morales y normas
sociales, se aplican gracias a la autocensura y el control por parte de otros miembros de
la sociedad (Mantzavinos 2001). Estas reglas son de suma importancia y que explican
porque no se pueden trasplantar las instituciones de una región a otra. Estas
instituciones “provienen de información transmitida socialmente y son parte de la
herencia que llamamos cultura” (Ibíd., 1993, 55) son reglas que han evolucionado a lo
largo del tiempo. Lo anterior, es clave para entender porque un conjunto similar de
instituciones formales conduce a resultados diferentes en distintas economías; es decir,
el mismo tipo de instituciones tiene efectos distintos sobre el crecimiento en lugares
donde se aplican. Esto como resultado de la naturaleza de las instituciones informales.
Las diferencias entre instituciones formales e informales pueden comprenderse si se
entiende el origen de cada una de ellas. Las reglas formales surgen a partir de un
proceso político y pueden modificarse de manera deliberada. Podríamos señalar que
estas reglas formales son impuestas desde “afuera” a los individuos, son coercitivas por
lo que debe existir un tercer partido que las haga valer, respetar y cumplir. Este papel lo
cumple el Estado. Por su parte, las instituciones informales emergen y cambian en un
proceso evolucionario de interacción espontánea como resultado de la acción humana,
es decir, son resultado de la acción humana, pero no de un diseño humano. El
surgimiento espontáneo de las instituciones informales es un proceso de innovación e
imitación que se da en un grupo social, digamos aprender todas las reglas que seguimos
en la vida cotidiana al interactuar con otras personas; como procesos de aprendizaje
colectivo. En efecto, los seres humanos respetando convenciones, siguiendo reglas
morales y adoptando normas sociales crean un orden social. Este proceso de aprendizaje
colectivo no es resultado atribuible a cualquier mente humana. De esta manera, las
instituciones informales son el resultado de la acción humana (y, por tanto, del agregado
de un número indeterminado de acciones intencionales), pero no el resultado del diseño
humano.

El surgimiento espontáneo de las instituciones informales se explica por los modelos


mentales compartidos y sistemas de creencias que determinan las percepciones de los
individuos en situaciones de interacción. Los individuos respetan convenciones, a raíz
de normas morales, y la adopción de normas sociales que es el origen no intencionado
de las acciones humanas de un social. Estas instituciones fueron muy eficaces para
estabilizar expectativas, facilitando la disciplina en grupos de individuos reducidos que
basaban sus interacciones en relaciones personales. De esta manera, en las sociedades
primitivas, estas instituciones fueron suficientes para establecer el orden social, y
comúnmente no hubo necesidad de la existencia de otras reglas con un tercer partido
como mecanismos de su aplicación. Sin embargo, en la sociedades modernas el
mecanismo que conduce al surgimiento de las instituciones oficiales —que son las
instituciones políticas que hace cumplir el Estado— es distinto, se imponen
externamente a la comunidad como producto exógeno del proceso político, reflejan el
poder de negociación de los principales actores políticos; el poder de negociación puede
existir como las asimetrías que existen en la propiedad de los recursos; los grupos que
tiene más recursos tienen más poder de negociación, y esto les permite afectar el tipo de
instituciones políticas que van a prevalecer en una sociedad. Lo importante aquí es que
las instituciones formales son instituciones que hace obedecer el Estado y son parte de
un proceso político. Mientras que las informales son producidas internamente, es decir,
son endógenos a una sociedad. En comparación, las instituciones formales son

33
impuestas externamente a la comunidad como producto exógeno de la evolución de las
relaciones entre los gobernantes.

Una de las ideas principales del enfoque de North expuesto en este trabajo es que con
las instituciones los seres humanos modifican su conducta y pueden hacer más
previsible el entorno. No significa que con las instituciones se pueda reducir la
incertidumbre pero permiten realizar y llevar a cabo la toma decisiones en la vida
cotidiana y resolver los problemas con mayor posibilidad de éxito.

Las instituciones estructuran incentivos al comportamiento humano y, con ello, generan


diversos efectos. Una es la creación de organizaciones. Las organizaciones “son actores
colectivos que pueden estar sujetos a las restricciones institucionales y las instituciones
son las reglas que estructuran las interacciones entre los actores” Knight (1992, 3).
Desde esta perspectiva las organizaciones no se conciben como un todo sino como
grupos de individuos distintos y dotados de características cognitivas propias aunque
limitadas. Estas organizaciones son una colección de seres humanos que interactúan.
Ejemplo de organizaciones son los partidos políticos, legislaturas o las burocracias
(políticas); empresas, uniones comerciales, cooperativas (económicas); universidades,
escuelas (educacionales); y equipos deportivos, asociaciones civiles etc. (North 1993).

En este punto existió un breve intercambio de ideas entre North y Hodgson. Éste último
señaló la confusión que genera separar las instituciones de las organizaciones cuando
para este autor es lo mismo. La contestación de North ha sido que para ciertos
propósitos puede considerarse a las organizaciones como instituciones. Sin embargo,
para los propósitos de una perspectiva macro de las organizaciones y no en la estructura
interna son separadas de las instituciones (Hodgson 2006). El debate está abierto. Sin
embargo, el enfoque institucional de North se centra en las organizaciones sólo como
actores en el proceso global de la sociedad, los cambios políticos y económicos. Sin
menospreciar la estructura interna, ni cómo se toman las decisiones internas en la
organización, se interesa en ver a los empresarios de organizaciones en su calidad de
actores clave en el proceso de cambio institucional. No hay duda, nos dice North, que
para ciertos propósitos se puede considerar las organizaciones como instituciones, pero
para los fines que le interesan –teniendo en cuenta los aspectos macro de cambio
institucional- no es considerado así. Porque “pienso que la cuestión es realmente el tipo
de preguntas que yo estoy buscando que me hacen centrarme en una manera particular”
(Hogdson 2006, 159). 15

La importancia de distinguir entre instituciones y organizaciones es crucial porque los


modelos mentales compartidos evolucionan dentro de las organizaciones, de esta
manera el aprendizaje colectivo tiene lugar en función de los propósitos que los
miembros establecen. Pero todavía más importante porque la interacción entre las dos
moldean el cambio institucional (tema que abordaremos en el siguiente capítulo 3). En
efecto, para North (1993) las limitaciones impuestas por las instituciones definen la
oportunidad y, por tanto, determinan el tipo de organizaciones que surgen, permanecen
o desaparecen. De acuerdo a los propósitos de cada organización -la maximización de
beneficios, ganar las elecciones, la regulación de las empresas, la educación de los
estudiantes- la empresa, el partido político, el organismo regulador, la escuela o la

15
Para otras críticas al enfoque institucional de North véase Valdivieso (2001) Przeworski (2004), Dugger
(1995), Ankarloo (1995) y Hira y Hira (2000).

34
universidad participarán en la adquisición de habilidades y conocimientos que mejoren
sus posibilidades de supervivencia.

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