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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO UAEMÉX

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA CONDUCTA FA.CI.CO


LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
SEMINARIO DE FUNDAMENTOS DE TANATOLOGÍA
BETSY KAREN BETANCOURT QUINTANA

UN MONSTRUO VIENE A VERME


ANÁLISIS

“El hombre es mortal por sus temores, e inmortal por sus deseos”.
PITÁGORAS
En este escrito, me propongo a analizar la película desde un punto psicoanalítico, la muerte
desde este punto es explicada como la verdad de la vida o prueba de verdad, sólo podría ser
considerada como un elemento-límite, ininterpretable e indiscutible. La suspensión de toda
“representación-fin” se relaciona asimismo como “el fin último de la vida”.

De acuerdo con Horne (2014) indica que en el inconsciente, la muerte sería siempre la muerte
del otro, la destrucción o la pérdida provocada, y únicamente alcanzaríamos a tener algún
presentimiento de nuestra propia mortalidad a través de la identificación ambivalente con la
persona amada, cuya muerte deseamos y tememos a la vez: es decir, esencialmente en el
duelo.

Algo que se ve en Connor, el joven de 12 años que teme perder definitivamente a su madre,
su deseo es que se cure, pero su narcisismo y su falta de omnipotencia, no le permiten aceptar
esa inminente verdad, demostrando ese consigo mismo, por su falta de omnipotencia en
enojo, que desquita con las personas que le rodean y las cuales hiere, por no poder simbolizar
en palabras la razón de su enojo.

En este último punto, su enojo no solo es narcisista, sino es la representación del dolor
psíquico que esta viviendo, por la separación de su madre, la cual vive como un
arrancamiento y pérdida inminente de su primer objeto de amor, con el cual está muy
íntimamente vinculado, cuya muerte ve como un retiro inesperado de amor y cuya tensión
no puede manejar de manera apropiada, siendo un grito mudo que no puede manejar y
quedándose en la negación de la realidad que está experimentando.

La reacción de Connor frente al trastorno pulsional ante la pérdida de su madre, es el


concentrar toda su energía en buscar soluciones para curar a su madre, estando ocupado en
mantenerla viva, no solo en lo imaginario, sino en la realidad, lo cual le deja agotado y sin
interés alguno de tratar con el mundo exterior, como la escuela y los compañeros que le hacen

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO UAEMÉX
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LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
SEMINARIO DE FUNDAMENTOS DE TANATOLOGÍA
BETSY KAREN BETANCOURT QUINTANA

bullying, el cual vive como un castigo por su falta de omnipotencia al no poder hacer nada
para evitar que la perdida súbita de su objeto amado, el cual también odia, por abandonarlo
y no poderse curar, pero que ama y no desea que siga sufriendo.

Es por eso, que el monstruo representa la función del psicoanalista, el cual ayuda a Connor a
simbolizar su dolor, sus deseos y miedos más profundos, con respecto a su pérdida, en las
tres historias que le contó, muestra que nadie es demasiado bueno ni demasiado malo, pero
que todos estamos conducidos a un final con el que no se puede luchar, la muerte, por lo que
las historias son las interpretaciones de su tensión inconsciente.

El yo de Connor ama a su objeto que vive en su psiquismo y el cual ama más que nunca,
sabiendo que no volverá, haciéndole daño el amarlo y no aceptar que se ha ido, hasta que lo
vivencia y se da cuenta que su deseo era que todo terminara, cuando dejó caer a su madre,
aunque la sostuvo lo que más podía.

La aceptación comenzó cuando se dio cuenta que no quería que se fuera su madre y al
decírselo, fue su alivio, porque pudo simbolizarlo y le permitió reducir su tensión psíquica,
al no borrarse la imagen de su ser perdido, en fotografías y sus dibujos, le permitió calmar su
herida y coexistir con otro objeto de amor, su abuela materna, comprendiendo su propio
proceso de duelo, admitiendo así, que el nuevo objeto de amor no inhabilitará su amor por su
madre.

Por lo que en conclusión, la muerte de una persona querida es un golpe bajo y doloroso para
nuestro psiquismo, que a veces se queda en lo imaginario, pero que se necesita de un
psicoanalista o tanatólogo para poderlo simbolizar, para no rozar en la locura y que pueda
compenetrarse en nuestro inconsciente con el nuevo objeto de amor que se elija, sin olvidar
el que se perdió.

Referencias
Horne, M. (2014). Vida y muerte en psicoanálisis: Traducciones psicoanalíticas. Aesthethika,
10 (No. Especial). Recuperado de http://www.aesthethika.org/Vida-y-muerte-en-
psicoanalisis

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