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La empresa fue fundada en 1960 por un grupo de profesionales académicos que buscaban
controlar el destino de sus años de retiro. Recabaron fondos de pensión bajo el supuesto
de que sus inversiones serían constantes y seguras. Durante casi tres décadas en el nego
cio, superaron el acelerado cambio tecnológico y social, así como la volatilidad económica.
ANÁLISIS
Mientras tanto, resistieron oportunidades para “volverse grandes” y, en vez de ello, se
mantuvieron con inversiones menos rentables, pero relativamente más seguras.
Dan Richardson tiene el grado de maestría en administración de empresas por Wharton
y es uno de los fundadores originales de epi. Inició trabajando en el departamento de inves
tigación y desde entonces ha participado en todos los departamentos. Los demás socios,
cómodos con la naturaleza flexible pero conservadora de Dan, lo eligieron para el puesto
de director general en la primavera de 1975. Después de ello, Dan fue conocido como “el
gran regulador”. Trabajó arduamente para asegurar que todos los socios participaran en
las decisiones y para que las relaciones se mantuvieran firmes. Con el paso de los años,
se convirtió en confidente de los demás ejecutivos y mentor de la siguiente generación. Le
enorgullecían sus “habilidades humanas” y los empleados de epi buscaban su liderazgo y
sus consejos.
La filosofía administrativa de Dan se basa en el concepto de lealtad (hacia la organiza
ción, hacia sus miembros y hacia los amigos). Le gusta decir: “Mi padre fue banquero en un
pequeño pueblo y me decía ‘cuida a los demás y ellos te cuidarán’. Suena trillado, lo sé, sin
embargo, creo firmemente en esa filosofía”.
Dan, apoyado por los demás miembros fundadores de epi, continuó con la práctica de
invertir en forma consistente y segura, lo cual implicó mantener portafolios de inversión
de bajo riesgo con ganancias moderadas. Sin embargo, el crecimiento de epi no los man
tiene al mismo ritmo de otras oportunidades de inversión. Como resultado, Dan, a rega
ñadientes, comenzó a considerar las ventajas de un método de inversión más arriesgado.
Esta consideración fue impulsada también por las expresiones de varios de los analistas
más jóvenes, quienes comenzaban a referirse a epi como “aburrida”. Algunos de ellos aban
donaban epi para ocupar cargos en firmas más emprendedoras.
Una tarde, Dan platicó sobre esta cuestión con su compañero de tenis y amigo de
muchos años, Mike Roth, quien también es agente de inversiones. Después de terminar su
maestría en administración en la Universidad de Illinois, Mike se incorporó a una firma de
correduría financiera en Nueva York, iniciando su carrera en el departamento de investiga
ción. Sus logros en investigación le brindaron el reconocimiento de toda la empresa. Todos
lo respetaban por sus conocimientos, su trabajo ético y por su misteriosa habilidad para
predecir las tendencias. Mike sabía qué hacer y cuándo hacerlo. Después de sólo dos años
en el empleo, lo ascendieron al puesto de director de cartera. Sin embargo, abandonó esa
empresa para buscar mejores oportunidades y ha pasado los últimos años cambiando de
una compañía a otra.
ANÁLISIS
la oportunidad de atraer nuevos negocios mediante algunas de las ideas nuevas de Mike.
Y el personal más joven está muy contento de trabajar en sus proyectos. Sin embargo, ha
provocado una revuelta”.
Tom coincidió. “La verdadera cuestión es que epi ya no presenta una imagen unificada.
Mike se encuentra atentando obstinadamente contra los objetivos establecidos de nuestra
organización. Y a algunos de nuestros clientes más antiguos, eso no les agrada”.
“Es cierto, Tom. Por otro lado, algunos de nuestros clientes más nuevos se sienten muy
motivados por el método de Mike, y su registro de logros es realmente impresionante”.
“Vamos, Dan. Tú y yo sabemos que muchos expertos creen que el mercado se está
sobrecalentando. Las utilidades de Mike en el papel podrían quedar incineradas pronto
si los déficit presupuestales y comerciales no se revierten. No podemos arriesgar la repu
tación de la empresa en unas cuantas acciones tecnológicas de alta volatilidad. Dan, los
demás socios están de acuerdo. Mike debe apegarse a la filosofía y a las prácticas adminis
trativas de esta organización, o de lo contrario, que renuncie”.
Reflexionando sobre la situación, Dan se dio cuenta de que enfrentaba el reto más
complicado de su carrera. Sentía un compromiso personal muy fuerte para ayudar a que
Mike triunfara. No sólo lo había contratado por encima de las objeciones de varios colegas;
le había ayudado personalmente a aprender los “trucos” en epi. Más allá de ello, a Dan le
preocupaba mucho la promesa que le había hecho a Mike de que tendría la libertad y flexi
bilidad para desempeñar los requerimientos del puesto como él quisiera. Sin embargo, esta
flexibilidad claramente había ocasionado problemas dentro de epi.
Finalmente, doblegándose ante la presión de sus compañeros, Dan convocó a Mike a
una reunión, esperando encontrar alguna base para un entendimiento.
DAN: Sé que conoces el tipo de inquietudes que los socios han expresado respecto a
tus métodos.
MIKE: Supongo que has platicado con Tom. Bueno, tuvimos un pequeño desacuerdo al
principio de la semana.
DAN: La forma como lo comenta Tom es que tú estás desafiando intencionalmente los
objetivos e insubordinándote.
MIKE: Bueno, es sólo que Watson considera el cambio progresivo como un intento de
restarle poder.
DAN: No es tan simple, Mike. Cuando fundamos epi, todos acordamos que una posición
conservadora era lo mejor. Y justo ahora, cuando los indicadores económicos no se ven
muy fuertes, muchos expertos coinciden en que sigue siendo la mejor alternativa.
Las emociones de Mike revelan su impaciencia con el ritmo de la organización, por lo que
se altera.
MIKE: Siempre he admirado tu juicio y valoro tu amistad, pero honestamente creo que te
estás engañando a ti mismo. Piensas que puedes lograr que esta empresa parezca progresista
(sacudiéndose su sosa imagen) sin asumir ningún riesgo y sin irritar a nadie. ¿Estás interesado
en la apariencia o en la sustancia? Si buscas la apariencia, entonces contrata a algún buen
elemento para el área de relaciones públicas. Si buscas la sustancia, entonces respáldame y
rescribiremos el libro de informes. Salta la cerca, Dan, antes de que termines astillado.
DAN: Mike, simplemente no es tan fácil. Yo no soy epi, sencillamente soy su guardián.
Sabes que aquí tomamos las decisiones por consenso; ésa es la columna vertebral de esta
organización. Para avanzar, debe obtenerse la confianza de los demás, especialmente la
confianza de los altos directivos. Francamente, tu reputación como disidente hace difícil
alentar la confianza y la lealtad hacia tus planes.
MIKE: Conocías mi estilo cuando me contrataste. ¿Recuerdas cómo hiciste hincapié en
la promesa de flexibilidad y autonomía? Ya no estoy obteniendo eso, Dan. Todo lo que
recibo son reclamos, incluso aunque esté trabajando en círculos alrededor de tus conserva
dores amigos.
DAN: Bueno, eso puede ser cierto. Pero tu extravagancia…
MIKE: Oh, claro. El auto deportivo, el estilo de vida de soltero, la oficina desordenada.
Pero, nuevamente, eso es apariencia, Dan, no sustancia. El desempeño es lo que cuenta.
Eso es lo que me ha llevado tan lejos, y es mi boleto de salida. Sabes que podría entrar a
cualquier empresa de la ciudad y escribir mi propio plan.
DAN: Bien, no hay motivo para ser tan arrebatado.
MIKE: ¿Honestamente crees que esto podría salvarse? Creo que no. Tal vez sea momento
para mí de ir a otra parte. En todo caso, ¿no fue por ello por lo que me trajiste aquí?
Dan, sintiéndose incómodo, desvía la mirada de sus ojos y la vuelve hacia el horizonte de
Nueva York. Después de una larga pausa, continúa, sin dejar de mirar por la ventana.
DAN: No lo sé, Mike. Siento que he fallado. Mi grandioso experimento sobre el cambio
ha polarizado la oficina; tenemos una guerra entre dos ejércitos ahí afuera. Por otro lado,
tú has hecho un trabajo realmente bueno aquí. epi sin duda perderá una buena parte de
sus clientes si nos abandonas. Tienes seguidores leales, tanto entre los clientes como entre
el personal. Si abandonas esto, también ellos lo harán, junto con la oportunidad de cam
biar nuestra imagen.
MIKE: Es común en ti, Dan, tomar esto en forma personal. Caramba, tomas todo de
manera personal. Incluso cuando te gano en el tenis. Tu corazón está en el lugar adecuado,
simplemente parece que no puedes dar el golpe definitivo. Tú y yo sabemos que epi nece
sita un cambio de imagen. Pero parece que aún no está preparada para ello, y, desde
luego, no estoy dispuesto a moverme con lentitud.
ANÁLISIS