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 Acción declarativa de fijación de alimentos del deudor

 Autor: Kielmanovich, Jorge L.


 Editorial: LA LEY 11/06/2009, 1

SUMARIO: I. Introducción. - II. La acción meramente declarativa de certeza. - III. La acción declarativa de
alimentos deducida por el deudor.

I. Introducción

Si bien el tema de la acción declarativa de fijación de alimentos deducida por el deudor alimentario a
objeto de obtener una declaración en torno al importe de la cuota de alimentos que aquél debe abonar (1)
ha sido motivo de comentarios anteriores por nuestra parte (2), un nuevo examen de la cuestión nos ha
despertado algunas inquietudes en torno al procedimiento que correspondería imprimirle, a la luz de las
diversas disposiciones sustanciales y procesales aplicables a la materia y teniendo en consideración lo
que su admisión podría significar para los derechos del acreedor.

En este orden de ideas, habremos pues de analizar previamente la acción meramente declarativa de
certeza, tal como aparece regulada en el ordenamiento procesal civil y comercial nacional, para luego
pasar a examinar la acción declarativa de alimentos y el trámite que entendemos aplicable.

II. La acción meramente declarativa de certeza

Establece el artículo 322 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación bajo el epígrafe de acción
meramente declarativa (3), que "podrá deducirse la acción que tienda a obtener una sentencia meramente
declarativa, para hacer cesar un estado de incertidumbre sobre la existencia, alcance o modalidades de
una relación jurídica, siempre que esa falta de certeza pudiera producir un perjuicio o lesión actual al actor
y éste no dispusiera de otro medio legal para ponerle término inmediatamente"; y que "el juez resolverá de
oficio y como primera providencia, si corresponde el trámite pretendido por el actor, teniendo en cuenta la
naturaleza de la cuestión y la prueba ofrecida".

Se trata de una acción o pretensión que tiene por fin obtener la declaración acerca de la existencia de un
derecho del actor (acción declarativa positiva) o de la inexistencia de un derecho del demandado (acción
declarativa negativa), en tanto ello pueda causar un perjuicio a quien la invoca y aunque no se constate
todavía una puntual lesión, desconocimiento o violación concreta de un derecho pero sí controversia actual
y concreta (4) y, a condición, de que no se disponga de otro medio legal para ponerle término
inmediatamente, dado que se trata de una vía subsidiaria, admisible sólo en supuestos de inexistencia de
otro medio eficaz para poner término a la situación invocada (5), con cuyo solo pronunciamiento queda de
ordinario satisfecho el interés jurídico de las partes.

No obstante, viene a cuento destacar que, aun cuando la acción meramente declarativa procura alcanzar
en su esencia el dictado de una sentencia de mera declaración de certeza que se limite a afirmar la
existencia o inexistencia de una voluntad de la ley que garantiza el bien pretendido por el actor, éste no es
necesariamente el único efecto de aquélla, como lo enseña Morello (6), quien sostiene que si bien la
acción "mere declarativa está destinada a agotarse en la declaración del derecho ... la expuesta es la
finalidad principal y definitoria de la institución, pero no la única. A la certeza y seguridad jurídica que
sobreviene con la sentencia que se rige por el art. 322, Código Procesal, pueden adicionarse efectos
propios de otras pretensiones -predeterminativas, de condena y constitutivas- que se comunican y están
ínsitas en el plexo de lo asertivo. De ello se sigue que el interés principal, larvado o encapsulado dentro de
la mere, obtenida la certeza judicial que es lo de ella específico, también pueda ser (económica y
concentradamente) de condena, como derivación necesaria insuflándole a la jurisdicción la utilidad plena
que debe brindar".
Para nosotros, en cambio, la viabilidad de la sentencia de condena en una acción meramente declarativa
no responde a un efecto de la propia acción o pretensión, sino que, antes bien, supone un supuesto de
acumulación objetiva de acciones, en la especie de una pretensión de condena acumulada a una
meramente declarativa, en tanto ellas no se excluyan mutuamente, sean de la misma competencia del
tribunal y puedan tramitar por los mismos trámites (7), cuestión que dogmáticamente sigue discutiéndose
en doctrina y en algunos precedentes ... mientras paradójicamente nuestros tribunales admiten
tranquilamente la acumulación de la acción por daños y perjuicios y la de inconstitucionalidad -v.gr., del
decreto 260/1997 que declarara en estado de emergencia a la actividad aseguradora del autotransporte
público de pasajeros-, tanto en el fuero Civil como Comercial , entre muchas otras (8).

III. La acción declarativa de alimentos deducida por el deudor

La acción declarativa promovida por el deudor de los alimentos, hemos señalado antes de ahora (9), ha
sido admitida cuando se trata de hacer cesar un estado de incertidumbre y no se advierta la existencia de
otro medio legal para esclarecer la cuestión (10), si bien dijimos que ello será así en tanto y en cuanto el
alimentado no hubiese promovido o promueva la demanda de fijación de alimentos antes o hasta el
vencimiento del plazo para contestarla, supuesto que, de verificarse, impondría la suspensión -por una
única vez- de la meramente declarativa ("ius superveniens") por el plazo que el Juez señale (arg. art. 157,
Cód. Proc.), dado que la prevista en el artículo 638 del Código Procesal constituye, precisamente, el medio
legal para poner término a la mentada incertidumbre, más allá que la previa promoción de la declarativa no
podría autorizar la oposición de una excepción o defensa de litispendencia -sea por identidad de
pretensiones o por conexidad-, pues su admisión desnaturalizaría la celeridad o urgencia propias del juicio
de alimentos en razón de los mayores plazos, amplitud de debate y prueba, impugnabilidad de las
resoluciones y efectos de concesión del recurso del juicio ordinario, y en menor pero también importante
medida, del sumarísimo.

Ahora bien, en lo atinente al trámite que debería imprimírsele a la acción declarativa de alimentos en este
contexto, cualquiera fuese la denominación o "nomen juris" que se le diese (así v.gr. la equívoca de
"consignación" de alimentos ? no establecidos aún), consideramos que el mismo necesariamente deberá
ser el del juicio sumarísimo (11), teniendo en cuenta la virtualidad del proceso que naturalmente
procedería para la fijación de alimentos -en la especie, el contemplado por el artículo 638 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación- y lo que determina imperativamente el artículo 376 del Código
Civil en cuanto establece que contra "la sentencia que decrete la prestación de alimentos, no se admitirá
recurso alguno con efecto suspensivo", norma sustancial que, parece innecesario remarcar, no acuerda
esa modalidad sólo para el -entonces inexistente- juicio de fijación de alimentos contemplado por el
artículo 638 del mencionado Código Procesal.

Por otra parte, cabe agregar, que la determinación del trámite del juicio sumarísimo (autorizada por el
artículo 319 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación) es además una consecuencia del principio
sentado por el propio artículo 322 del ordenamiento del rito, en cuanto manda atender para ello a la
"naturaleza de la cuestión".

En este orden de ideas, entonces, la sentencia que hubiese de dictarse en una acción declarativa de
alimentos, que, por lo general deberá limitarse a establecer el "quantum" de la pensión alimentaria, sería
apelable con efectos devolutivos como lo manda, reiteramos, el artículo 376 del Código Civil, y lo autoriza
el artículo 498, inciso 6) del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, sin que en ningún caso quepa
entender, empero, que la ejecución provisional que el recurso de apelación permite, podría ocasionar ese
"perjuicio irreparable" que habilita excepcionalmente a otorgar la apelación en efecto suspensivo, tanto por
lo que previene el artículo 647 del ordenamiento procesal como por lo que señala el artículo 371 del
Código Civil en cuanto no habilita la repetibilidad de los alimentos pasados en las condiciones que indica la
norma.

Sentado ello, teniendo en cuenta la naturaleza del juicio de alimentos contemplado por el artículo 638 del
Código Procesal y la virtualidad de que en la acción declarativa de alimentos se está autorizando al mismo
deudor a reclamar y obtener la fijación de lo que el debe pagar, consideramos que, además de
imprimírsele a la referida acción declarativa las normas del juicio sumarísimo, el juez debería otorgarle al
demandado la alternativa de que éste inicie la demanda de alimentos regulada por el citado artículo 638,
previo a continuar la tramitación de la acción declarativa.

Por un lado, porque el reconocimiento de la procedencia de la acción declarativa de alimentos supone, a


partir de la sensible ampliación de los medios de prueba que se acuerdan aquí en favor del alimentante en
contraposición con los que, de ordinario podría valerse el demandado en el juicio de alimentos (art. 643,
Cód. Proc.) (12) una mayor prolongación en la tramitación del juicio de fijación de alimentos, conspirando,
en definitiva, contra la propia efectividad de los derechos del acreedor, en los que el factor tiempo tiene
una importancia que no precisa de mayores desarrollos.

Luego, porque la promoción de acción declarativa de alimentos apareja el desplazamiento de la carga de


la prueba del actor hacia el demandado alterando de tal suerte el "onus probandi" que señala el artículo
377 del Código Procesal y alargando, además, la tramitación del proceso en el contexto antes señalado,
pues, es de toda obviedad, que el reconocimiento del "derecho" del actor en aquélla no perseguirá, en la
mayoría de los casos, por no decir todos, el establecimiento de la mayor cuota posible sino el de la menor
posible (13), con lo que se obliga al demandado a salir decididamente a probar, pues en ausencia de
prueba de su parte, la prueba producida referida a la capacidad del alimentante, la del alimentado o las
necesidades de éste, usualmente vendría a ser insignificante o deficitaria, conduciendo con ello al
establecimiento de una pensión alimentaria injusta que pasaría, no obstante, en autoridad de la cosa
juzgada, sujeta sólo a modificación -a través de los incidentes que contempla el artículo 650 del
mencionado ordenamiento- por obra o influencia de acontecimientos sobrevinientes, desde el momento
que en el juicio sumarísimo no se verifican las limitaciones alegatorias y probatorias del juicio de alimentos
previsto por el artículo 638 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (14).

Sobre la base de estos razonamientos, nos parece entonces que el juez debería intimar previamente a la
parte demandada para que, dentro del plazo que señale por aplicación de lo que dispone el artículo 157
del Código Procesal, manifieste si promoverá la demanda de alimentos prevista en el artículo 638 del
citado Código -bajo apercibimiento de continuarse el trámite de la acción declarativa en caso de silencio o
negativa-; y para que, en caso afirmativo, la inicie en el plazo que se fijará simultáneamente, teniendo en
cuenta el tiempo que razonablemente podría insumir la mediación obligatoria, disponiéndose en el ínterin
la suspensión del procedimiento de la acción declarativa, bajo apercibimiento de ordenarse su reanudación
automática a su vencimiento y de no darse curso ulteriormente al reclamo de alimentos deducido con
fundamento en lo que dispone el artículo 638 del Código Procesal (15).

Creemos, en resumidas cuentas, que de esta manera podrían armonizarse los derechos del alimentante y
los del alimentado, con arreglo a las normas sustanciales y procesales que regulan la materia de la fijación
de los alimentos.

Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)

(1) A objeto de soslayar -mayormente- la eventual virtualidad de la mora y la configuración de la causal de


injurias graves o abandono.

(2) Nuestro Derecho Procesal de Familia, págs. 145/8, Abeledo Perrot, 2ª edición, y nuestro Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación, T° I, pág. 660, Abeledo Perrot, 4ª edición.

(3) VERDAGUER, Alejandro C., "Acción meramente declarativa", LA LEY, 1990-D, 594; ZINNY, Jorge H.,
"La acción meramente declarativa", LA LEY, 1996-B, 598; RIVERA RÚA, Néstor H., "La llamada 'acción
meramente declarativa'", JA, 1975-721-Doctrina; AGUILAR CARAVÍA, Oscar, "La acción meramente
declarativa de certeza en el derecho tributario", LA LEY, 1985-E, 600; GOZAÍNI, Osvaldo A., "La acción
declarativa frente a los principios iura novit curia y de congruencia", LA LEY, 1999-D, 134; SALGADO, Alí
J., "La pretensión de la sentencia meramente declarativa de certeza en la competencia originaria de la
Corte Suprema", LA LEY, 1988-D, 30.

(4) CSJN, 29/3/1988, "Colegio San Lucas SRL c. Estado Nacional y otra", JA, 1988-IV-382.

(5) Cám. Nac. Civ., sala A, 14/3/1995, "Gachassin Dutchmann, Gabriela c. Wessels de Coffa, Linda A. y
otros", JA, 1999-I-Síntesis.

(6) MORELLO, Augusto M., Constitución y Proceso, págs. 252/253, LexisNexis.

(7) Nuestro Código Procesal, T° I, pág. 659.

(8) Cám. Nac. Civ., sala A, 15/12/1997, "Zajac, Gloria M. v. Microómnibus Ciudad de Buenos Aires - Línea
59", DJ, 1999-1-830; Cám. Nac. Civ., sala C, 9/10/1997, "Macheras, Rubén c. Vivas, Roberto A. y otro", LA
LEY, 1998-B, 90; Cám. Nac. Civ., sala G, 4/6/1998, "Ruiz, Damaso c. Limont, Alejandro", LA LEY, 1999-B,
61; Cám. 2ª Civ. y Com. La Plata, sala I, 30/6/1998, "Maggio, Italo F. c. Línea 18 SRL", LLBA, 1999-73 o
DJBA, 155-355; Cám. Nac. Com., sala B, 3/11/2000, "Cerutti, Roberto A. y otro c. Dota SA de Transportes
y otro" y "Federación Patronal Coop. de Seguros Ltda. c. Línea 28, interno 46 y otros", LA LEY, 2001-B,
42; RCyS, 2001-II-155; Cám. Nac. Com., sala D, 30/11/1998, "Castillo, Oscar H. c. Transportes
Automotores Cuyo Ltda. y otro", LA LEY, 1999-D-242; DJ, 1999-2-1013; Cám. Nac. Com., sala E,
9/3/1999, "Almeida de Estela, Irma c. Empresa Gral. Roca SA y otro", LA LEY, 1999-F, 55; DJ, 2000-1-
586.

(9) Ob. y lug. citados en nota 2.

(10) C. Civ. y Com. San Isidro, sala 1ª, 09/11/1993, V., S. v. C., M. A., JA 1995-III-44.

(11) Si por caso se le imprimiese a la acción declarativa de alimentos las normas del juicio ordinario o,
como suele suceder entre nosotros, las de los incidentes, su admisión aparejaría la supresión del efecto
devolutivo que el artículo 647 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación acuerda al recurso de
apelación deducido contra la sentencia que admite la pretensión de alimentos, y la violación de lo que
imperativamente dispone el artículo 376 del Código Civil.

(12) Con la vital limitación que marca inicialmente el artículo 644 del Código Procesal en cuanto a que
producida la prueba del actor se cierra la etapa probatoria del demandado.

(13) O al menos ello debe ser así previsto.

(14) Ver nuestro Código Procesal, T° II, pág. 1143/44.

(15) Es claro que lo que aquí se propone no excluye la decisión de otras cuestiones conexas, así la fijación
cautelar de alimentos máxime que la propia demanda demuestra la existencia de un derecho en grado de
verosimilitud, mientras que el peligro resulta "ipsa loquitur".

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