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Cuantificación del Daño Moral

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial explicó que a los fines


de la fijación del quantum indemnizatorio del daño moral, debe tenerse en
cuenta el carácter resarcitorio de dicho rubro, la índole del hecho generador de
la responsabilidad y la entidad del sufrimiento causado, que no tiene
necesariamente que guardar relación con el daño material, dejando en claro
que no cabe aplicar pautas matemáticas para cuantificar el daño moral.

En los autos caratulados “Roldán Luis María c/ Galeno Argentina Sociedad


Anónima (Plan Tim) s/ ordinario”, el actor había promovido una demanda
contra Galeno Argentina S.A. solicitando que se la condene al pago de una
suma de dinero por los daños y perjuicios que alegó haber padecido como
consecuencia de la falta de cobertura médica por parte de la accionada.

La juez de grado hizo lugar parcialmente a la demanda presentada y condenó


a la empresa de medicina prepaga a abonarle al actor la suma de 16.993 pesos,
con más sus intereses calculados desde la fecha en mora y costas.

Al pronunciarse en tal sentido, la magistrada de primera instancia ponderó que


encontrándose previsto dentro del Plan Médico Obligatorio la cobertura de la
prótesis médica que precisaba el accionante (stent) la demandada debió haber
cubierto su costo, a la vez que entendió que se había acreditado con las
declaraciones testimoniales rendidas en la causa el agravio moral sufrido por
el actor como consecuencia de los hechos ventilados en la causa.

Dicha resolución fue apelada por el actor, quien se agravió por el monto de 10
mil pesos concedido en concepto de daño moral

Al analizar el recurso presentado, los jueces de la Sala B recordaron que “a


los fines de la fijación del quantum indemnizatorio debe tenerse en cuenta el
carácter resarcitorio de dicho rubro, la índole del hecho generador de la
responsabilidad y la entidad del sufrimiento causado, que no tiene
necesariamente que guardar relación con el daño material, pues no se trata de
un daño accesorio a éste”.

A ello, los camaristas añadieron que “se debe proceder con estrictez y es a
cargo de quien lo reclama su prueba concreta”, a la vez que “debe probarse de
alguna manera su cuantía o, cuando menos, las pautas de valoración que
permitan al Juzgador proceder a la determinación de conformidad con lo que
establecen los CCiv: 522 y CPr. 165”, debido a que “de otra manera la
indemnización podría configurar una confiscación o enriquecimiento sin causa
a favor del reclamante”.

En la sentencia del 14 de marzo pasado, los magistrados remarcaron que “no


cabe aplicar pautas matemáticas para cuantificar el daño, sino es preciso
valorar las circunstancias de la causa, pues la cuantía de la reparación depende
de la gravedad de la culpa y de las características de las partes; factores éstos
que deben juzgarse a la luz del prudente arbitrio de los Jueces”, ya que “se
trata, en definitiva, de conciliar el derecho de los individuos a no sufrir daños
injustos con el interés general de no facilitar la impunidad del causante de
éstos”.

Sentado lo anterior, los magistrados resolvieron que “si bien el agravio


espiritual sufrido por el demandante resulta evidente e incuestionable en esta
instancia, la indemnización reconocida por la anterior sentenciante se aprecia
razonable de acuerdo con un criterio de estimación prudencial del daño”, por
lo que rechazaron el recurso presentado.

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