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Puede dar masaje a su cónyuge, sus familiares o sus amigos. Sirve para las abuelas, los bebés y
los animales regalones; para los que ama, y, si tiene el valor suficiente, para los que detesta: para
cualquier persona con la que se siente capaz de compartir un acto físico de solicitud.
Al revés de lo que se cree, el masaje es un arte curativo y no una técnica sexual avanzada. Sin que
esto último deje de ser una de las muchas posibilidades que ofrece.
El fondo profundo del masaje reside en su forma singular de establecer una comunicación sin
palabras. En sí mismo, esto no es del todo extraño; a menudo, tocando o abrazando a los que nos rodean,
por ejemplo, les hacemos saber que simpatizamos o que sufrimos con ellos, o que apreciamos y
respetamos lo que valen. Sin embargo, el masaje puede trasmitir este mensaje en una frecuencia nueva y
diferente. La persona que lo recibe participa de una experiencia física y mental difícil de describir: como
si penetrara en un recinto misterioso que hasta el momento se hallaba cerrado y oculto; una región cuya
existencia es probablemente conocida sólo por aquellos que practican alguna forma de meditación. Este
estado, en sí mismo, es un don. Sin embargo, el que da el masaje no debe necesariamente detenerse ahí,
pues mientras mejor pueda sintonizar con la agudizada conciencia de sí del sujeto, mejor podrá trasmitirle
algo de su propio ser interior y de su experiencia. El más ligero contacto se convierte en una forma de
comunicación: como deslizar una pluma delicada sobre un papel sensible. La confianza, la empatía y el
respeto, para no mencionar una sensación de pura y mutua existencia física, pueden ser expresados con
una plenitud jamás igualada por las palabras.
El masaje es algo esencialmente simple. Nos hace más plenos, más nosotros mismos. Las manos
tienen el poder de transmitir esta posibilidad a otros. Aprenda a confiar en él y pronto descubrirá mejor
que nadie cuál es el sentido profundo del masaje.
El masaje ofrece la ventaja que puede usarse para el longar los músculos independientemente del
límite de extensión de la articulación.
Fisiológicamente, los beneficios que produce el masaje en el organismo son, entre otros:
Se recomienda al terapeuta practicar algún tipo de meditación, hacer ejercicio, llevar una vida
saludable con alimentación balanceada.
La respiración Es un pilar básico para tener éxito en tu carrera como terapeuta. A través
de la respiración puedes absorber la energía del cosmos y transmitirla al receptor. Si no
respiras no te reciclas: al contrario, te cansas pasando la energía que tu tienes. La
respiración es un puente entre la fuente del universo tu y el paciente. Por ello, respira a un
ritmo conciente, profundo y circular. Sin que haya intervalos entre inhalación y
exhalación.
La postura correcta Es de vital importancia que tu cuerpo esté cómodo para realizar el
masaje. La espalda tiene que estar siempre derecha, vertical para estar alineada y paralela
al eje de la Tierra. Una columna doblada genera una respiración deficiente y se bloqueará
a la postura de tus piernas para que éstas no se fatiguen, sobre todo si trabajas en el suelo
o cambia de lado si has elegido una camilla.
Las técnicas La enorme cantidad de técnicas que ofrece este libro te permite trabajar
desde todos los ángulos y soluciones diferentes problemas. La mejor manera de grabar en
tu interior las técnicas que verás en la parte práctica del libro será comprender primero
para qué sirven y después practicarlas observando las fotografías. Sólo entonces podrás
realizarlas con los ojos cerrados. Recuerda que te ofrezco una guía de técnicas de cuatro
métodos. Salvo en el masaje tántrico o la reflexología, puedes variar el orden de los
ejercicios, ya que no altera el masaje.
La conciencia a través del tacto Sentir con los dedos los diferentes bloqueos, contracturas
o cristales de ácido úrico que la persona poseer será como tu antena transmisora para
determinar dóndeponer énfasis en tu trabajo. A través de tus manos percibirás más de lo
que intelecto puede transmite, de forma que, poco a poco, con la práctica, desarrollaras tu
propio sabiduría intuitiva.
La fuerza y la sensibilidad De acuerdo a cada cuerpo sabrás aplicar la fuerza correcta. En
presiones específicas en espaldas débiles aplicará unos 5 kg. De peso en tus manos, pero
en espaldas fuertes, sobre todo en hombros, tu presión alcanzará unos 5.6 o 7 kg. Cuando
existen contracturas, sobre todo en los trapecios y zona alta de la espalda, deberás ejercer
más fuerza y presión para que la energía bloqueada (Luang) se vea vencida por tu fuerza
y presión (yang) y así la contracción se transformará en relajación (yin). Trabaja también
prestando atención a tu sensibilidad comunicadote desde la piel al alma.
La atención a las reacciones del paciente También es importante que percibas con
sensibilidad el estado interior de tu paciente. Como va cambiando, entregándose,
aflojando corazas y miedos. Etc. Hay personas que, durante el masaje, se liberan de la
tensión emocional los conflictos, las represiones y toda clase de emociones que no
pueden expresar en la vigilia. En un estado meditativo y sereno, se tornan vulnerables,
dándose permiso para llorar, reír, despreocuparse y conectarse con sí mismo. Permite que
las emociones se expresen, pero no que hablen: el masaje se orienta hacia la expresión
existencial, consciente, del lenguaje del corazón y no por el intelecto y la mente. Orienta
al paciente a liberarse a través de una respiración sostenida, profunda y de limpieza
(inhalando por la nariz y exhalando profundamente por la boca, hasta vaciar los
pulmones). Recuerda que es un momento sagrado de silencio y bienestar integral del ser.
Otras recomendaciones
Sus manos deben estar limpias. Lávelas con un jabón suave y agua tibia. Si están frías
póngalas bajo el chorro de agua caliente hasta que se entibien, por lo menos a la
temperatura normal de la piel. Una mano fría causa una desagradable sensación en una
espalda tibia, incluso en verano. Sus uñas deberán estar cortas y limpias
Use ropa suelta y cómoda, pero no tan suelta que se le enrede y entorpezca sus
movimientos. Resulta muy cómodo usar pantalones con cintura elástica y una camisa
suelta cuando se está dando masaje. A medida que se trabaja se va entrando en calor, así
que es mejor usar ropa ligera, incluso durante el tiempo frío. El masaje es una forma de
ejercicio. Sus zapatos deberán ser livianos, descansados y cómodos. La respiración A
respiración es vida, es energía que las personas llevan dentro de sí y que permite ser y
existir. Este acto “vital” se divide en dos fases: la inspiración y la espiración.
Durante la inspiración, a consecuencia de la emisión de aire en los pulmones, la sangre se
satura de oxígeno que pasa después a los músculos, a los tejidos, a los distintos órganos.
La inspiración es automática, pero también, en parte, dependiente de la voluntad.
La espiración es automática: se expulsa del cuerpo el aire cargado de anhídrido carbónico
que, mediante la circulación de retorno, es traído desde los alvéolos pulmonares, lugar del
intercambio gaseoso. La espiración es pasiva (se produce por la relajación de los
músculos respiratorios) y genera distensión y relajamiento. La respiración correcta La
vida frenética de hoy es a menudo causa de estrés, y la reacción más natural de quienes
sufren este estado es contener la respiración, generando así a largo plazo estados
patológicos. Es pues muy importante ser consciente de la propia respiración para
realizarla correctamente. Para efectuar una respiración profunda inspire aire e hinche
primero todo el abdomen, después dilate el diafragma y finalmente el tórax; efectúe una
breve pausa; espire lentamente, poniendo atención en deshinchar primero el abdomen, y
después el diafragma y el tórax.
Respiración y masaje En el momento en que efectuamos el masaje a una persona la
ayudamos a relajarse, a recobrar el estado de calma en la cual la respiración lenta y
profunda parece ser el único movimiento que pone al cuerpo en contacto con el mundo
externo.
Es oportuno que la persona que recibe el masaje espire a través de la boca, porque este
tipo de respiración facilita notablemente la contracción abdominal.
Una respiración profunda y correcta es fundamental también para quien se prepara a dar
masaje. Por eso, antes de iniciarlo es bueno favorecerla alcanzando un estado de
relajación mental y física; después de esto el masajista debe hacer concordar el propio
ritmo respiratorio con el de la persona que va a ser masajeada: será suficiente poner la
mano sobre el abdomen del paciente para percibir su tipo de respiración, observando la
mano que se levanta en el curso de la inspiración y baja durante la espiración. Para
respirar correctamente al unísono, también el masajista ha de inspirar por la nariz y
espirar por la boca
EL MASAJE EN EL SUELO
Resulta más fácil practicar el masaje sobre una mesa. Pero no se preocupe; si no la tiene, puede
aplicarlo muy bien trabajando en el suelo.
Resulta un poco más incómodo y cansador, pero si lo hace en la forma adecuada reducirá al
mínimo estas molestias. Primero una palabra de advertencia respecto de las camas. Úselas para dormir o
para: cualquier otra cosa, pero no intente dar un masaje en una de ellas.
Son demasiado blandas como para proporcionar el apoyo que necesite cuando quiera ejercer
presión. Intente apoyarse con fuerza sobre alguien que esté recostado sobre una cama y verá cómo lo
único que consigue es hundirlo en el colchón.
Los de agua son la excepción a causa del sostén firme y adecuado que proporcionan.
De ordinario, sin embargo, una cama es el peor lugar que puede elegir para aplicar un masaje.
Consiga una mesa o encuentre la manera de trabajar cómodamente en el suelo. En esta última situación,
lo más importante es cerciorarse de que se cuenta con un acolchamiento suficiente.
En muchos momentos usted mismo necesitará un acolchamiento para sus rodillas. Algunos
toques exigen que se arrodille muy cerca de la persona, y, si no tiene algo debajo en esos momentos,
terminará siendo usted quien realmente necesite un masaje.
Si el colchón de espuma es demasiado angosto, use cualquier cojín adicional que le resulte
cómodo. Dos o tres sacos de dormir pueden también ser útiles. Incluso algunas mantas gruesas darían
buenos resultados. Descorra el cierre de los sacos y extiéndalos a todo lo ancho. Súper Holgados (sacos o
mantas) en la forma que aparece en el dibujo. Un colchón, de una pieza, colocado en el suelo, presta el
mismo servicio aunque su espesor lo hace incómodo. Es preferible usar uno delgado cualquiera que sea el
tipo de acolchamiento que esté utilizando -espuma, sacos de dormir, mantas, etc.-, cúbralos con una
sábana limpia en cada sesión.
Cuando se trabaja en el suelo, surge a veces un problema secundario: tarde o temprano va a volcar
un frasco y derramar aceite. Si usa un frasco de gollete estrecho, perderá muy poca cantidad.
Al mismo tiempo, es conveniente tomar ciertas precauciones para evitar las manchas de aceite
sobre la alfombra, el suelo, etc.
La mejor medida preventiva consiste en adquirir un trozo de material plástico, colocarlo sobre
aquello que desea proteger y luego poner encima la sábana.
La primera vez que use el plástico coja una cinta adhesiva y coloque una "X" sobre la cara
superior. Cuando lo pliegue para guardarlo, asegúrese de que el lado de la "X" quede doblado sobre sí
mismo, sin ningún contacto con el reverso. Esto le impedirá poner, en alguna ocasión, la parte aceitada
sobre lo que desea proteger. Las técnicas de masaje, cuando se trabaja en el suelo, difieren muy poco de
las que se aplican sobre una mesa.
Cada vez que sea necesario practicar algunos toques de manera distinta, lo indicaré en la sección
de instrucciones. Sin embargo, agregaré aquí dos consejos de tipo general.
Dé siempre un masaje más breve cuando esté trabajando en el suelo. Doble la espalda lo menos
posible durante la sesión. Lo que, en otras palabras, quiere decir: fíjese bien dónde y cómo se sienta o se
arrodilla, procurando todo el tiempo adoptar la postura más cómoda. De esa manera, su masaje será mejor
y disfrutará infinitamente más al aplicarlo. Un último comentario. Nada mejora tanto el masaje como el
fuego de una chimenea próxima.
¿Por qué una mesa? En primer lugar, reducirá algunos movimientos incómodos como doblar la
espalda o trabajar inclinado, y ésta es su mayor ventaja. Es decir, si va a dar un masaje largo, tiene menos
posibilidades de cansarse. También le permite, con mayor facilidad, cambiar de posición respecto de la
persona que está recibiendo el masaje -de la cabeza a las piernas, de un lado a otro, etc.- sin interrumpir la
continuidad. Por último, pone ciertas partes del cuerpo más al alcance de sus manos (las plantas de los
pies, por ejemplo).
Si se encuentra con que está dando masajes con frecuencia, tarde o temprano necesitará .una
mesa. En cuyo caso tiene tres alternativas: puede descubrir que una mesa que ya tenía le presta, con pocas
modificaciones, el servicio deseado; puede comprar una, o puede construirla usted mismo.
El primer requisito que debe cumplir, es, naturalmente, que sea lo bastante grande como para
instalar a cualquier persona, y lo bastante resistente como para que no corra ningún peligro. Idealmente, el
largo y ancho de la mesa debe ser más o menos el mismo del cuerpo de la persona cuando yace con los
brazos relajados a los costados. Una mesa profesional tiene generalmente 1,80 cm de largo por 60 cm de
ancho. Sin embargo, si la mesa de que dispone es demasiado larga, o, lo que es más probable, demasiado
ancho, puede arreglárselas con ella.El único inconveniente será el hecho de que la persona, en vez de estar
recostada en un solo lugar mientras usted se desplaza, tendrá que cambiar de posición de vez en cuando.
Una desventaja, pero no un desastre.
La altura es igualmente importante. Si es demasiado baja, tendrá que inclinarse; si demasiado alta,
no conseguirá imprimir la fuerza necesaria a sus movimientos. Tradicionalmente se dan dos formas para
determinar la altura adecuada. La primera dice que el borde de la mesa debería coincidir con la parte
superior de los muslos. La otra consiste en lo siguiente: párese derecho, junto a la mesa, con los hombros
relajados ya la misma altura, con la mano doblada de manera que forme un ángulo recto con el brazo (es
decir, de modo que esté paralela al suelo). Si la palma de la mano roza ligeramente la superficie de la
mesa, quiere decir que tiene la altura apropiada para usted. De estas dos mediciones, me parece que la
segunda es más precisa, pero lo que me parece más preciso aún es probarla dando un masaje. Entre 70 y
75 cm (incluyendo el acolchamiento) es la altura normal para un hombre o una mujer de estatura
mediana.
También debemos considerar la resistencia. Debe ser lo suficientemente maciza no sólo para
sostener el cuerpo del sujeto, sino para que éste no tenga que preocuparse de su estabilidad. Si la mesa
cruje y se tambalea con cada toque, no se puede esperar que el sujeto se relaje.
Cualquiera que sea el tipo de mesa que elija, debe colocarle algún acolchamiento. Un colchón de
espuma de 3 cm de espesor es lo más apropiado. Un saco de dormir también servirá. La idea es usar algo
que sea lo suficientemente grueso como para que la persona se sienta cómoda, y lo suficientemente
delgado como para impedir que se hunda cuando se le aplique cierta presión.
Si no puede encontrar una mesa que cumpla con estos requisitos, no le queda más remedio que
comprarla, o hacerla usted mismo. Esto último puede ser muy fácil o muy difícil, según las habilidades de
cada uno y las características de la mesa que desee construir.
La manera más sencilla consiste en hacer dos caballetes de unos 70 cm de alto por 60 cm de
ancho (cualquier carpintero se los puede hacer y no le cobrará muy caro). Luego compre una plancha de
madera laminada de 3.4 de pulgada, corte un trozo de 60 cm por 1,80 m, agregue el acolchamiento
correspondiente y ya puede comenzar.
¿Quiere intentar algo más complicado ? Un amigo mío hizo una mesa estupenda: resistente,
portátil y fácil de guardar; plegándola, se convierte en un bulto de 60 x 90 x 12 cm. Usted también puede
construir una.
1 bisagra continua, de 61 cm
6 soportes plegables para las patas de la mesa, tipo Stanley #446 Y4 (haga que le expliquen cómo
instalarlos)
2 asas
8 cantoneras de latón
Clavos (de acabado de 1,5 pulgadas, sin cabeza, son los mejores. Clavos más grandes partirían la
madera)
Cola fuerte
(Nota: Las dimensiones corresponden a una mesa de unos 77 cm de alto, incluyendo una pulgada
de acolchamiento. Si desea una mesa más baja, o más alta, altere la longitud de las 6 patas de 2 x 2
pulgadas).
1. Corte la plancha y las tablas, según las medidas indicadas para cada uno.
2. Construya los marcos, encolando y clavando las junturas (ensamble las uniones, si se le
despierta cierto afán perfeccionista).
3. Encole y clave las cubiertas a los marcos (si este afán no le abandona, puede también
ensamblar las piezas).
4. Una las patas a las cubiertas por medio de las bisagras, encolando y clavando las planchas que
unen las patas.
5. Instale los soportes plegables. Siga cuidadosamente las instrucciones porque no es fácil. Tendrá
que ensayar varias posibilidades antes de encontrar el lugar exacto donde colocarlos.
8. Pinte o barnice.
Si quiere comprar una mesa, encontrará algunas excelentes en el mercado, Su mayor ventaja es
que son livianas y portátiles. La mayoría están hechas de aluminio y forradas en cuero y pueden ser
plegadas hasta convertirlas en una especie de maletín. El principal inconveniente es el precio;
generalmente fluctúa entre 90 y 100 dólares. Con seguridad, podrá obtener una en una tienda donde
vendan accesorios médicos. Compruebe las medidas primero; algunas parecen haber sido diseñadas para
enanos.
Cualquiera que sea el tipo que use, cúbrala con una sábana cuando vaya a dar masaje. Tome en
cuenta que una sábana blanca sobre una mesa angosta provoca una serie de asociaciones muy definidas;
prefiera una de color y así impedirá que el que recibe el masaje tenga la incómoda impresión de estar
tendido sobre una mesa de operaciones en espera del cirujano. O mejor aún, compre un trozo de tela de
toalla de colores vivos.
DESARMADA
ARMADA
a) Masaje deportivo: Este tipo de masaje es parte integral del sistema de entrenamiento deportivo;
sus objetivos son la elevación de la capacidad de trabajo del deportista, la preparación que
antecede a las competencias y contrarrestar la fatiga y estrés. Se divide al masaje deportivo en:
masaje de entrenamiento, masaje previo a competencias y masaje de recuperación. b) Masaje
estético Se aplica con el objetivo de mejorar el estado de la piel, principalmente en la cara, el
cuello y el cuero cabelludo (como acción de fortalecimiento) y también para corregir los defectos
estéticos del cuerpo como cicatrices, equimosis y otros).
b) Masaje estético: Se aplica con el objetivo de mejorar el estado de la piel, principalmente en la
cara, el cuello y el cuero cabelludo (como acción de fortalecimiento) y también para corregir los
defectos estéticos del cuerpo como cicatrices, equimosis y otros).
c) Masaje higiénico: Es un masaje aplicado en todo el cuerpo, en especial en las partes más
vulnerables a sufrir dolores ya sea por estrés, por contracciones musculares involuntarias
prolongadas, por malas posturas, por falta de ejercicio o por otras patologías. Con el masaje
higiénico se busca estimular los sistemas orgánicos para fortalecerlos y relajarlos.
d) Masaje terapéutico: El masaje terapéutico se realiza con el objetivo de normalizar las funciones
en los casos de afecciones y lesiones del organismo. En presencia de traumas o heridas
provocadas por fuerzas extrañas, tiene como objetivo restablecer la función de los órganos
lesionados para lograr una completa recuperación en la capacidad de trabajo.
e) Masaje Relajante o anti estrés. El masaje relajante consiste en la realización de maniobras
superficiales en las que la intensidad de la presión es suave y el ritmo lento y reiterativo, de
manera que al recibir un contacto repetido y constante, se pierde la sensación de dolor y los
músculos se relajan.
Está indicado en personas con tensión, ansiedad, agotamiento lo que les produce agarrotamiento
muscular y endurecimiento de las fibras.
Acompañando las maniobras propias del masaje, se realizan ejercicios de respiración teniendo en
cuenta las zonas donde se acumulan las tensiones como son el trapecio, cervicales, sienes,
riñones, etc...
El masaje es un excelente medio para devolver a nuestras vidas el relajante poder del tacto que
nos estimula y nos gratifica emocionalmente. Debido a la sensibilidad de la piel, el masaje puede
mejorar la función de glándulas, órganos y nervios mientras relaja los músculos y proporciona un
sentimiento emocional positivo.
Este estado de relajación no siempre resulta fácil de conseguir. En caso de que nos cueste llegar a
este estado, podemos probar un sencillo ejercicio de relajación:
Tumbados de cúbito supino, brazos ligeramente separados del cuerpo y las palmas de las
manos hacia arriba. Las piernas separadas y los pies caen hacia el exterior.
Cerramos los ojos y respiramos tranquilamente.
El cuerpo se va relajando y se hace “pesado”.
Nos concentramos en la respiración; vamos a seguir mentalmente el aire que circula
desde la nariz a los pulmones, el vientre se hincha al inspirar y se vacía al espirar.
Traemos a nuestra mente partes de nuestro cuerpo que se irán haciendo más pesadas,
continuamos respirando pero sin forzar la imagen.
La cabeza cada vez más pesada, los hombros más pesados, los brazos más pesados el
pecho y el abdomen más pesados y las piernas más pesadas.
Poco a poco la persona irá experimentando una sensación de flotación y de calma mental.
Este ejercicio puede durar cinco minutos, el masajista colocará las dos manos sobre el
modelo, una sobre el abdomen y la otra sobre el pecho, sin moverlas, una vez realizado el
ejercicio de relajación se comenzará el masaje.
Diagnóstico Previo
El masaje promueve una relajación profunda y la regeneración del sistema nervioso. Se liberan toxinas a
nivel muscular y del sistema óseo. mediante el masaje holístico se puede reactivar el fluido energético,
proporcionando equilibrio,a rmonía, salud y bienestar integral. Para la realización correcta de un masaje
se debe conocer, en primera instancia, las técnicas básicas de aplicación, las cuales se clasifican teniendo
en cuenta la manipulación según la dirección, la presión y el ritmo del movimiento.
REFLEXOLOGIA PODAL
La Reflexología Podal es la técnica de masaje reflexológico de los pies con fines
diagnósticos o terapéuticos.
La Reflexología Podal es, al igual que las técnicas anteriormente descritas, una terapia
holística; es decir que trata a la persona como un todo.
Mucha han sido la controversia que ha suscitado el desarrollo de esta técnica de masaje
reflejo entre quienes afirman que potencia las capacidades autocurativas del organismo y es
capaz de abordar cualquier problema de salud con éxito y aquellos otros que son escépticos
ante la validez de la misma.
Fechar los orígenes del masaje reflexológico de los pies es complejo pues se piensa que
se ha utilizado desde siempre. Las primeras manifestaciones claras datan de hace
aproximadamente 5000 años, de la época de los antiguos egipcios donde en jeroglíficos
aparecidos en la tumba de un médico existen dibujos que representan como los siervos
masajean los pies de sus amos.
También en oriente, por esa misma época, se conocía y practicaba una técnica de presión
de puntos reflejos. Con el tiempo esa técnica evolucionó hasta convertirse en la acupresión y
más tarde en la acupuntura actual.
Otra teoría indica que el origen está en América donde los indios incas cultivaron el
masaje de pies durante siglos y fue transmitido a otras tribus de indios americanos.
Ya en nuestra época varias personas han estudiado y demostrado las relaciones existentes
entre los diferentes órganos del cuerpo y el pie.
En este sentido son destacables los estudios iniciados por el científico ruso Paulov o por
el canadiense Mackenzie.
Conocida es, cada vez más, la función terapéutica de la “reflexo” pero lo que no es tan
conocido es su gran importancia a lo largo de muchísimos siglos como método diagnóstico.
Tras la primera exploración del pie el terapeuta utiliza la técnica para localizar puntos
dolorosos, endurecidos o “pastosos” que podrían indicar (no siempre) una alteración en el
órgano correspondiente.
En una época en la que no existían las analíticas de sangre o de orina, los Rayos X, la
Resonancia Magnética o los T.A.C., el diagnóstico sobre los puntos reflejos era unas de las
mejores herramientas de trabajo de los antiguos médicos (chinos, indios, egipcios, árabes,
cherokees, etc.)
Establecido ya el diagnóstico se utilizan las técnicas de presión y deslizamiento para
hacer recobrar la circulación energética, aumentar la circulación sanguínea y linfática y
potenciar las capacidades de autocuración del propio organismo.
Bajo este punto de vista puedes utilizar la reflexología casi con cualquier paciente puesto
que sus contraindicaciones son mínimas.
Una vez rellenada la ficha sanitaria, el paciente deberá echarse sobre la camilla decúbito
supino colocando los brazos a lo largo del cuerpo y las palmas de la mano hacia arriba.
Debemos procurar que esté lo más cómodo posible además de proporcionarle una manta o
sábana para evitar que pase frío.
El terapeuta se sentará a los pies de la camilla, a la altura que le resulte cómoda para no
forzar la espalda.
Colocados ambos, el terapeuta se dispondrá a examinar los pies que va a tratar y pondrá
en conocimiento de su paciente todos los signos destacables como heridas, llagas o grietas
que encuentre para evitar malentendidos posteriores y falsos diagnósticos.
Llegados a ese punto comenzaremos el tratamiento con un masaje previo y general que va
desde el pie hasta la rodilla. Con este masaje se pretende calentar músculos, ligamentos y
articulaciones y tras el cual comenzaremos a manipular los puntos reflejos de todos los
sistemas del organismo uno a uno.
Es muy recomendable que después de trabajar dos o tres sistemas demos siempre una
pasada al punto reflejo del plexo solar y al sistema urinario, ya que el plexo nos ayuda relajar
al paciente y el sistema urinario aumenta la eliminación de residuos y toxinas del organismo.