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México es el país con más tratados de libre comercio en el mundo, pero

muchos mexicanos se preguntan para qué han servido tantos acuerdos


económicos, especialmente con naciones con las que el intercambio
económico es mínimo.

De acuerdo con la Secretaría de Economía, México tiene 12 tratados de libre


comercio, 28 acuerdos para la promoción recíproca de inversiones y nueve
acuerdos de complementación económica. En total son 49 acuerdos diversos que
se han firmado con 44 países distintos.

Algunos especialistas sostienen que esta apertura económica, que inició en 1986,
ha sido fundamental para superar las distintas crisis financieras.

Pero los críticos de los acuerdos afirman que muchos beneficios anunciados con
esos tratados no existen, e incluso aumentó la dependencia de la economía
mexicana a la estadounidense, lo que se pretendía evitar con la diversificación de
relaciones comerciales.

El país, explica a BBC Mundo Arnulfo Gómez, investigador de la Universidad


Anáhuac, no aprovechó sus ventajas competitivas:
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Fin de las recomendaciones.

Ser vecino de Estados Unidos, conseguir un acceso preferencial a ese mercado,


contar con reformas estructurales en su economía interna y mantener un tipo de
cambio devaluado.

Firmar tantos acuerdos comerciales sirvió, entonces, de muy poco, asegura el


académico.

"Debido a la falta de programas, proyectos y la falta de competitividad empezamos


a importar de todos los demás países para exportar a Estados Unidos, y lo que
sucedió fue que el valor agregado de México en el proceso de exportación se
redujo".
Números
Empezamos a importar de todos los demás países para exportar a Estados Unidos, y
lo que sucedió fue que el valor agregado de México en el proceso de exportación se
redujoArnulfo Gómez, Universidad Anáhuac

Antes de 1986 la economía mexicana se basaba en el modelo de sustitución de


importaciones, con un esquema de protección gubernamental a la industria y
agricultura del país.

Pero ese año, en medio de una de las crisis financieras más severas de su
historia, el gobierno decidió incorporarse al Acuerdo General de Aranceles y
Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) con lo cual el país se abrió al libre
mercado internacional.

Ocho años más tarde, en 1994, México firmó con Estados Unidos y Canadá el
Tratado de Libre Comercio de América de Norte (TLCAN), que pretendía crear una
de las economías regionales más importantes del mundo.

Pero al año siguiente también estableció acuerdos similares con Costa Rica y
Colombia, y después con Nicaragua, Chile, Israel o Liechtenstein, naciones con
las que el intercambio comercial era reducido.

En su momento el gobierno del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000) -período


en el que se firmaron muchos de estos convenios-, afirmó que el objetivo era
ampliar las relaciones comerciales mexicanas, concentradas con su vecino del
norte, y aprovechar el TLCAN como una puerta al mercado estadounidense.

Así ocurrió al principio, explica el investigador Arnulfo Gómez. Pero luego se


perdió el impulso.

Según la Organización Mundial de Comercio entre 1993 y 2001 México pasó de


ocupar el lugar 17 en el rango de países exportadores a la posición 12. Pero luego
descendió en la escala y el año pasado se colocó en el sitio número 16.

Asociación Transpacífico
Image captionBarack Obama y Enrique
Peña establecerán un equipo de negociaciones comerciales de alto nivel.

¿Para qué sirven 49 acuerdos comerciales con 44 países?

La Secretaría de Economía afirma que, con los tratados, México tiene acceso a un
mercado potencial de unos 1.000 millones de consumidores, que representan el
60% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.

Pero ha sido sólo una posibilidad, coinciden analistas. Datos de la Secretaría de


Economía indican que el 78% del comercio mexicano se realiza con Estados
Unidos.

La mayor parte de las mercancías que se exportan son petróleo, televisores y


pantallas; vehículos, computadoras, teléfonos móviles, equipo eléctrico, aparatos
médicos, tractores, oro y plata.

Pero lo más grave es que la forma como se ha realizado la apertura comercial


perjudicó a varios sectores de la economía, como la producción agrícola le dice a
BBC Mundo Víctor Suárez, director de la Asociación Nacional de Empresas
Comercializadoras de Productos del Campo (ANEC).

Hasta ahora el modelo de competencia de la economía mexicana se basa en dos


temas, afirma: el bajo costo de la mano de obra y la exportación de materias
primas.

"Para nosotros tener 49, 50 u 80 tratados de libre comercio es lo mismo, porque


no hay un proyecto nacional de desarrollo basado en el mercado interno, la
articulación de las cadenas productivas o elevar el salario para mejorar el nivel de
vida", señala.

Más allá de las críticas, para las autoridades mexicanas los acuerdos comerciales
son fundamentales. Uno de sus principales defensores es el presidente Enrique
Peña Nieto, quien ha dicho que el libre comercio "marcará mi gobierno", e incluso
recientemente anunció que establecerá con Estados Unidos un equipo de alto
nivel para negociaciones comerciales entre ambos países.
Por lo pronto México mantiene negociaciones para unirse al Acuerdo de
Asociación Transpacífico, donde participarían China y Estados Unidos, y que
podría convertirse en el tratado comercial más grande de la historia.
Con sus lazos de comercio internacional con diversos países, México no solo se ha
convertido en trampolín hacia el mercado de Estados Unidos, sino que ha desarrollado
una base industrial que ha beneficiado a muchos sectores.

México ha establecido una extensa red de acuerdos de libre comercio con países en
tres continentes, pero también tiene mucha actividad a través de entidades como la
Organización Mundial de Comercio y la Organización para la Cooperación y Desarrollo
Económicos, que buscan fomentar las relaciones comerciales y financieras sobre bases
de igualdad entre las naciones.

Desde la agroindustria hasta el sector automotriz, la relación comercial sin barreras


con Estados Unidos y Canadá a través del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte y los acuerdos bilaterales o regionales con otras naciones han generado un
dinamismo económico que beneficia tanto a nuestro país como a nuestros socios.

En un análisis de industria nacional y de comercio exterior, es evidente que los


beneficios en cada sector no se limitan a las grandes corporaciones multinacionales
que se benefician con el bajo costo y elevada capacitación de la mano de obra
mexicana y con el acceso al mercado más grande del mundo, sino que se extiende a
otras empresas que forman parte de su cadena de suministro.

Cadenas de suministro y transferencia de tecnología

La industria automotriz, por su peso económico y su alcance de exportación, es el


ejemplo más claro de las repercusiones del abandono de los aranceles en las
interrelaciones comerciales mundiales y el desarrollo de la industrial nacional.

El establecimiento en México de empresas extranjeras que buscan participar en la


cadena de suministro de las armadoras de autos, con la producción en nuestro país de
equipo electrónico y autopartes, ha elevado la captación de inversiones extranjeras, lo
cual beneficia a las finanzas de México.

También se da una profesionalización de la mano de obra, lo cual tiende a elevar sus


salarios, así como una transferencia de conocimiento y tecnología que hace crecer a
las empresas locales.
Impulso a la construcción y los servicios

El beneficio de la economía nacional se extiende además al desarrollo de las industrias


de construcción y de servicios en torno las fábricas de capital extranjero que generan
muchos más empleos que esas mismas plantas.

Desde que se planean y construyen las nuevas plantas y las vías de comunicación que
requieren para desplazar insumos y productos terminados hasta que entran en
operación nuevos hoteles, restaurantes, tiendas de autoservicio y empresas de
transporte, todo genera flujos de inversión y de dinero que fortalecen a la economía
mexicana.

Impacto en la inflación

Por último, y no menos importante, es el efecto de los tratados de libre comercio sobre
la inflación, pues al eliminar aranceles y cuotas de importación, benefician
directamente a los consumidores mediante una mayor competencia que hace que se
reduzcan los precios de los productos y servicios.

Pese al actual nerviosismo en torno a las tendencias proteccionistas del nuevo


gobierno en Estados Unidos, la realidad es que la industria mexicana cuenta ya con
enlaces comerciales con gran parte del mundo en los cuales se puede apoyar para
mitigar cualquier modificación en el TLCAN.

El potencial del TPP

Recordemos que el Tratado de Asociación Transpacífico, que vincula a nuestro país


con naciones de América (Canadá, Chile y Perú) y de Asia y Oceanía (particularmente
China y Australia), aun cuando el presidente Donald Trump decidiera cancelar la
participación de Estados Unidos, representa un fuerte espaldarazo al valor de México
como actor destacado en el comercio internacional.

La sacudida de la potencial eliminación del TLCAN será un golpe fuerte, pero no


mortal. México está lo suficientemente arraigado en el mundo, para soportar el
vendaval y salir fortalecido a través del reforzamiento del resto de sus relaciones
comerciales.

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