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DESCARGUE AQUÍ EL DOCUMENTO “LOS DESAFÍOS DE LA CIUDAD EN TIEMPOS DE CAMBIO”
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Los desafíos de la ciudad en tiempos de cambio


Propuesta elaborada por la Comisión de Desarrollo Urbano y Vivienda del Colegio de Ingenieros de Venezuela : 1 Richard
Casanova (Presidente), 2 Josefina Baldó, 3 Oscar Olinto Camacho, 4 Adriana D´Elia, 5 Lorenzo González Casas, 6 Pedro González
Marín, 7 Félix Ojeda Oropeza, 8 Raúl Prieto F, 9 Víctor Rodríguez, 10 Henry Vicente. Caracas, 6 de febrero de 2017.
p.1/9. (versión procesada en Word, para reducir el tamaño de los textos y ahorrar recursos en la impresión, LJB. Mérida, 5 de junio de 2017).
1 Introducción
El Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV), en concordancia con las competencias y responsabilidades que le
confiere la Ley de Ejercicio de la Ingeniería, Arquitectura y Profesiones Afines, para “servir como guardián del interés
público y actuar como asesor del Estado en asuntos de su competencia”, consciente de que la reinstitucionalización y la
reconstrucción económica y social del país demandará el concurso de los más diversos grupos políticos, económicos,
universitarios, gremiales y sociales, decidió –a través de la Comisión de Desarrollo Urbano y Vivienda (CDUV-CIV)-
convocar a calificados profesionales y expertos en el área, a los fines de formular algunas propuestas técnicas
orientadoras para enfrentar y superar, desde esa perspectiva sectorial, la profunda crisis que padece la sociedad
venezolana.
Para la formulación de la presente propuesta se revisaron los estudios e informes recientes de fuentes
académicas, profesionales, gremiales, y de instituciones públicas como el Consejo Nacional de la Vivienda (CONAVI), que
durante el período 1999-2000 brindó aportes e innovaciones en materia de documentos, leyes, programas de vivienda e
intervención urbana de los barrios, al igual que el Ministerio de la Vivienda en su año inaugural de 2005. Especial
mención debemos hacer del documento: Propuestas Programáticas sobre Desarrollo Urbano y Vivienda. Informe Final.
Caracas, 2011, elaborado por un grupo de expertos, a solicitud de la Secretaría Técnica de la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD), pues muchas de sus propuestas las hemos actualizado e incluido en este documento.
Somos conscientes que para mejorar las condiciones de vida de la población se requiere de una diversa gama de
planes y programas de inversión para ampliar la cobertura y la calidad de servicios públicos básicos como agua potable,
electricidad y saneamiento ambiental; servicios de telecomunicaciones como telefonía e internet. Asimismo, se
requieren ampliar y acondicionar infraestructuras urbanas como terminales y puertos marítimos, aeropuertos, metros,
ferrocarriles, puentes, autopistas, etc., que son indispensables para el desarrollo de las actividades económicas, la
movilidad de personas y mercancías, y fuentes generadoras de empleos estables. Empero, el aprovisionamiento y
mejoras de los servicios e infraestructuras mencionadas, requieren el diseño de planes especiales y el manejo de
información que trasciende a las competencias de la CDUV-CIV. Confiamos que otros grupos técnicos y profesionales
igualmente interesados por el desarrollo económico y la estabilidad democrática y social del país, realicen aportes
similares a los nuestros para atender las otras áreas señaladas.
Parte I: Contribución de las políticas de Desarrollo Urbano y Vivienda a la reactivación económica y a la
estabilidad política democrática.
En la CDUV-CIV entendemos que el país amerita responder de manera inteligente y al unísono tanto a los
elementos estructurales de la realidad económica -las llamadas variables macroeconómicas de cuya estabilidad
operacional depende en mucho las posibilidades del crecimiento económico y la generación de empleos, el control de la
inflación y la estabilización del poder adquisitivo de la moneda- como atender el drama social de la pobreza en la que
está sumergida una ancha franja de la población de nuestras principales ciudades, y para ello se ha de requerir
respuestas eficientes y de corto plazo, centradas en el empleo decente. Las políticas de empleo además de sus impactos
económicos y sociales directos, pueden contribuir a lograr la estabilidad política que permita la gobernabilidad.
Bajo esa perspectiva de complejidad sistémica, estamos convencidos de la necesidad de una política permanente de
Desarrollo Urbano y Vivienda (DUV) y apreciamos especialmente la valiosísima contribución del sector para el logro de
los objetivos planteados. Al crearse las condiciones mínimas en materia de ordenamiento legal de las competencias de
los organismos públicos responsables del diseño de políticas en el sector, de la planificación urbana y la construcción de
viviendas; al reconocerse la propiedad de los terrenos, de los inmuebles, de las maquinarias y equipos; al darse apertura
a las opciones de mercado para el financiamiento a la edificación, alquiler y adquisición de viviendas; es de esperar
entonces la reactivación de la industria de la construcción en sentido general, misma que incluye a un ingente grupo de
actividades productivas y de servicios, lo que se traducirá a su vez en la reactivación de ese mercado de trabajo, y en la
generación de empleos a partir de los cuales las familias puedan mejorar progresivamente sus niveles de calidad de vida.
Con toda certeza habrá de requerirse una serie de reformas en los marcos legales que hoy regulan de modo 2/4
asfixiante al sector DUV, a la par de las necesarias reformas en el aparataje institucional del Estado venezolano, y
además diligenciar las vías para asegurar las fuentes de financiamiento que hagan posibles los programas y proyectos
que se requieren acometer a corto, mediano y largo plazo. En la medida que se reactive la economía y se rehabilite el
aparato productivo, podrá superarse la severa limitación en el sector construcción, referida ésta al seguro y oportuno
acceso a maquinarias, equipos, repuestos, materiales e insumos; en particular cemento y acero, cuya escasez es
consecuencia de equivocadas políticas que deben revertirse.
En el presente documento nos centramos en presentar algunas propuestas factibles de intervención en el
campo del DUV, para ayudar a la recuperación y reposicionamiento de nuestras ciudades, concibiendo a los barrios o
sectores populares como partes orgánicas suyas, y que por lo tanto deben ser objeto de intervenciones integradoras y
no segregativas.
Parte II. EL Desarrollo Urbano y la Vivienda.
Venezuela es hoy uno de los países más urbanizados de América Latina con grandes y crecientes contrastes
sociales, económicos y urbanos. De acuerdo con las cifras del Censo 2011, el 89% de la población venezolana vivía en
áreas urbanas; esa proporción se mantiene de modo similar para los 31 millones de habitantes que estima el Instituto
Nacional de Estadísticas (INE) al cierre del año 2016. A su vez, al interior de los espacios urbanos la mayor proporción de
la población, un 57%, se localiza en los barrios populares autoconstruidos. Adicionalmente, el 50% de las viviendas son
vulnerables al sismo y otras amenazas, según reveló el estudio Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI)
2015.
Sin desmerecer la gravedad de la situación que se vive en las zonas rurales, donde las actividades agropecuarias
también han sufrido embates a lo largo del tiempo, no cabe duda de que la gravedad mayor de la crisis venezolana la
padecen los habitantes de las ciudades, quienes también sufren a diario el deterioro de servicios públicos básicos como
el abastecimiento de agua potable, electricidad, gas, telefonía, manejo de desechos y las nuevas redes de comunicación,
las redes viales y los medios de transporte vehicular y aéreo, junto a la precariedad de la infraestructura y los espacios
públicos urbanos. A consecuencia de los reducidos programas de mantenimiento y la escasa inversión pública -que no
guardan proporción con la tasa de la demanda producto del crecimiento de la población- al paso de los años se ha
incrementado el déficit habitacional y de los diversos servicios asociados.
Las políticas urbanas de los últimos años han dejado a un lado la urgente intervención urbana integral en los
barrios y en su lugar, se han dirigido a construir diversos conjuntos de viviendas unifamiliares y multifamiliares -sin
sujeción a las mínimas condiciones ambientales, de equipamiento y servicios que tales construcciones requerirían, y sin
vinculación con las regulaciones y el ordenamiento urbano. La calidad de muchos desarrollos ha sido cuestionada incluso
por los propios beneficiarios, quienes en su mayoría no poseen siquiera el título de propiedad del inmueble.
p.4. Desde 1958 la suma de las viviendas construidas en el país por el sector público y privado es de aproximadamente
3.300.000 unidades, una cifra inferior a la cantidad de viviendas construidas por el sector no planificado, de manera
progresiva, en el mismo lapso. De aquí que entre los asuntos urbanísticos prioritarios a enfrentar desde el Estado, se
encuentre la necesidad de emprender políticas permanentes que compensen el esfuerzo realizado por los pobladores
de los barrios, “resolviendo” un problema histórico de construcción de viviendas al sector público y privado, pero con
grandes y crecientes carencias urbanísticas que sólo pueden ser atendidas y garantizadas por el Estado venezolano. La
ausencia e inoperancia del Estado facilitó la aparición y crecimiento de la deuda social que hoy tiene con los pobladores
de los barrios, con la ciudad en su conjunto, y en la medida que esa deuda no se atienda ello exacerbará la
insostenibilidad urbana y presionará en contra de la estabilidad política y social interna de la nación.
El desfase entre la construcción de viviendas y su inserción en el contexto y exigencias del desarrollo urbano,
tanto en el sector planificado como en el no planificado, evidencia la ausencia de una acertada praxis urbanística en la
ciudad. Datos como los reflejados en el cuadro “Valor de la construcción pública y privada. Variación puntual a precios
constantes (100=1997)”, del BCV, o el de situación actual de la “Inversión pública en infraestructura” en los diversos
países de Latinoamérica, de la CEPAL, ponen en evidencia la depreciación del valor de la construcción y de la inversión
en infraestructura en el país.
En este sentido, algunos de los agobiantes problemas que enfrentan nuestras ciudades hoy en día, incluyen
desde “… el atraso de un aparato económico incapaz de generar empleos de calidad en el volumen requerido, hasta el
deterioro generalizado de su infraestructura, la precariedad y oferta insuficiente de viviendas, los obstáculos crecientes a
la movilidad, la mala calidad e insuficiencia de los servicios y equipamientos y del espacio público, los inaceptables
índices de inseguridad, la vulnerabilidad de extensos sectores, el crecimiento descontrolado con acentuada dispersión…”1
(1 MUD. Propuestas Programáticas sobre Desarrollo Urbano y Vivienda. Informe Final. Caracas, 2011.)
mientras que, por otra parte, “el abandono de la planificación urbana, la falta de una eficiente gerencia de lo urbano 3/4
y las permanentes y erradas políticas públicas empeñadas en resolver los problemas de las ciudades frenando su
crecimiento, han sido los factores detonantes en la crisis de nuestros conglomerados urbanos y en el agravamiento
sostenido de la crisis habitacional…”.2 (2 Ibíd.)
En este contexto, las ciudades venezolanas son incapaces de generar riqueza y calidad urbana, viéndose
imposibilitadas además de cumplir un rol fundamental para el desarrollo.
De este modo, se descuida y restringe el funcionamiento del histórico sistema de ciudades venezolanas, y las
inversiones en los centros urbanos que conforman los ejes metropolitanos nacionales se minimizan, especialmente en la
hoy llamada mega región centro norte costera que, a decir del INE y el Censo 2011, ocupa el 22 % del territorio y es
habitada por cerca del 68 % de la población total del país. Esta desconsideración de los ejes metropolitanos se está
evidenciando en un deterioro creciente de la infraestructura, del aparato productivo, y del empleo. Adicionalmente,
genera crecientes costos sociales, económicos y políticos, y afecta la movilidad y accesibilidad en las metrópolis, lo cual
día a día contribuye a incrementar más el deterioro de la calidad de vida en nuestras ciudades. Todo ello en un marco
centralista involutivo, que constriñe el poder municipal mediante la restricción de sus recursos y competencias en el
desarrollo urbano. La ciudad y su población se empobrecen, los servicios básicos colapsan, la inseguridad crece, la
nocturnidad se confina, y los espacios públicos se restringen en su disfrute.
Según la ENCOVI (2015), la pobreza medida por ingresos alcanza en Venezuela el 73% de la población,
correspondiendo el 49,9% a pobres extremos y 23,1% a pobres. El sector de los no pobres llegó al 27%. Esas son cifras
que inciden angustiosamente sobre la demanda y oferta de vivienda y el desarrollo urbano, al crecer significativamente
el mapa de la pobreza, y disminuir considerablemente la demanda solvente para acceder a la producción de viviendas en
el sector planificado. Igualmente la oferta del alquiler se desvaneció en dicho sector ante la serie de restricciones e
imposiciones sobre los promotores inmobiliarios y arrendadores, y los precios exorbitantes generados por el altísimo
nivel inflacionario que existe en el país.
El mercado del alquiler aumentó en el sector no planificado ante la expansión del mapa de la pobreza recibiendo
a grupos sociales de ingresos medios bajos, ubicados hasta hace poco en el sector planificado, lo cual ha permitido que
hoy paradójicamente segmentos de la población de los barrios sigan resolviendo el problema de la vivienda de otros
pobres, sin intervención del sector público, ni privado. Esta movilidad social y espacial hacia abajo, está creando más
vulnerabilidad en esos territorios por el incremento de la densificación, ahora aumentando la verticalidad. Por otra
parte, “…Los problemas de la oferta en el área de vivienda y hábitat, y en general en el sector construcción, han
empeorado por la merma y discriminación en la producción y comercialización de insumos básicos, especialmente
cemento y acero…“.3 (3 Ibíd.)
De hecho, el nivel de producción de las plantas cementeras alcanzó su punto crítico en 2015: sólo el 24% de su
capacidad.4 (4 Cedice-Liderazgo y Visión. El monopolio estatal del cemento. Relato de una Crisis. Caracas, 2016, p. 15.) En términos operativos, en
2015 la industria registró el nivel más bajo de utilización de su capacidad productiva (53%).5 (5 Ibíd., p. 17.) Por otra parte,
la producción de acero líquido de la industria siderúrgica (Sidor) descendió en 2014 hasta el nivel más bajo registrado en
los últimos 30 años: 1,03 millones de toneladas de acero líquido. Para finales del 2011 (último dato oficial del BCV), el
índice de escasez de estos insumos se ubicó en 70,6%, de lo que se desprende la altísima incidencia de la menor
disponibilidad de insumos básicos en la caída del sector construcción, lo que “a la fecha no parece mejorar”.6 (6 Cámara
Venezolana de la Construcción. Construyendo la Venezuela que queremos. Caracas, 2016, p. 57). A ello se suma que la capacidad financiera de la
inmensa mayoría de los venezolanos para adquirir una vivienda nueva se ha desvanecido. Según datos recogidos por
Datanálisis, el 94,4% de los encuestados, afirman que él, y su núcleo familiar, no tienen capacidad financiera para
adquirir una vivienda nueva, limitándose sólo al 3,8% los que aseguran tener capacidad financiera para tal fin.7 (7
Datanálisis. Encuesta Nacional Ómnibus julio 2016.).

Parte III. Programas Prioritarios


Luego de estas resumidas consideraciones relativas a la situación actual del Desarrollo Urbano y la Vivienda,
mostramos a continuación diversas propuestas de programas de intervención en el campo del DUV, que esta Comisión
del Colegio de Ingenieros de Venezuela considera básicos y prioritarios para instrumentar progresivamente.
Al momento de identificar, revisar, actualizar y jerarquizar los programas de vivienda e intervención urbana
contenidos en este documento, tuvimos en cuenta tanto la prioridad política y social que supone el alto porcentaje de
venezolanos que hoy vive en nuestros barrios, como la población de clase media, generalmente excluida de la política
habitacional y de los programas de construcción masiva de vivienda, toda vez que la atención de ambos grupos sociales
es imprescindible para reducir el elevado déficit habitacional.
Nuestra propuesta la conforman dieciséis (16) programas prioritarios orientados al impulso del desarrollo 4/4
urbano y del sector de vivienda, los hemos agrupado en cuatro áreas o categorías ad hoc, diseñados con un horizonte
espacial de alcance nacional y una visión temporal de mediano plazo, de diez años, que consideramos un lapso
razonable para la ejecución, evaluación y los ajustes que determinen el curso de la realidad. En sentido similar, también
presentamos una primera aproximación de costos de la ejecución de los programas para el período señalado.
A continuación se listan las cuatro áreas de intervención con sus programas asociados, y en un Cuadro Anexo al
presente documento se amplía la información básica descriptiva de los programas, junto con el estimado de costos de
cada uno de ellos para el período considerado.

A. HABILITACIÓN DE SECTORES POPULARES


1. Programa de Habilitación de Barrios
2. Programa de reconocimiento de los derechos inmobiliarios en las zonas de barrios y urbanizaciones populares.
3. Programa de rehabilitación de las urbanizaciones populares

B. PROMOCIÓN DE VIVIENDAS
4. Programa de urbanizaciones con servicios y viviendas completas de interés social.
5. Programa de construcción de macro parcelas y urbanizaciones.
6. Programa de subsidios directos a la demanda de viviendas.
7. Programa de micro créditos de corto y mediano plazo.
8. Programa de construcción de albergues o refugios.
9. Programa para diversificar y tecnificar la producción de componentes de construcción
10. Programa de residencias colectivas para ciudadanos en condiciones especiales

C. INTERVENCIÓN URBANA LOCAL


11. Programa para potenciar la actividad económica local desde la vivienda en los barrios.
12. Programa nacional de asistencia técnico-social integral (ASISTE)
13. Programa de formación de constructores populares.
14. Programa para actualizar y ampliar la información catastral y de viviendas. (base: Censo de Población y Vivienda 2021)

D. MEJORAMIENTO DEL HÁBITAT METROPOLITANO


15. Programa para la recuperación integral de la infraestructura de vialidad y modernización del transporte público urbano.
16. Programa de rescate, equipamiento y mantenimiento de los espacios públicos en las ciudades.

p.8. Parte IV. A Modo de Conclusión


Las metas acá planteadas no es un reto exclusivo del sector gubernamental, ellas exigen la participación de
todos los sectores políticos, sociales y económicos. Para garantizar la gobernabilidad del país –con independencia de
quienes ejerzan la función de gobierno- será necesaria la construcción de consensos y asumir que para recuperar la
calidad de vida en los grandes conglomerados urbanos donde reside la inmensa mayoría del país, debemos otorgarle al
ciudadano el rol protagónico que le corresponde. En otra palabras, debemos asumir como un desafío que la ciudad
somos todos y que a todos nos corresponde “hacer ciudad”. Es por ello que integrar las zonas de barrios a la ciudad no
es una consideración retórica, sino un elemento estructural en una política de Desarrollo Urbano y Vivienda orientada a
la construcción de una sociedad libre, más justa y solidaria, con elevados estándares de calidad de vida.
En tal sentido, y sabida la precaria realidad económica y fiscal actual del estado venezolano, es absolutamente
procedente plantearse modelos diversos de financiamiento que involucren al sector privado, vía inversión directa y
acuerdos de concesiones, financiamiento de fuentes multilaterales, las alianzas estratégicas multisectoriales nacionales
y externas, entre otras fórmulas.
Esperamos muy pronto complementar esta iniciativa de propuestas programáticas con el análisis y propuestas
de reformas del brumoso y enmarañado tejido institucional del Estado conformado por diversidad de leyes, organismos,
fuentes de financiamiento descoordinados, que se ha construido en las dos últimas décadas en el Sector Desarrollo
Urbano y Vivienda, y el producto de dicho análisis llevarlo a la consideración de la Sub Comisión de Vivienda y Hábitat de
la Asamblea Nacional, a los fines de que sean consideradas como parte de la agenda legislativa del período 2017.

En Caracas a los seis días del mes de febrero de 2017.-

Nota: Al buscar en los enlaces colocado al comienzo de este documento, podrá acceder al original de este documento en 9 páginas y a los 16
cuadros que lo complementan. Procesado por Arq. Luis Jugo Burguera, para promover su lectura y discusión en el CIV-Mérida. 5 de junio de 2017).

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