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Aníbal Altamirano Herrera

LA PARTÍCULA DE DIOS
La partícula sub atómica ´bosón de Higgs´, ¿es un intento de negar la existencia de
Dios?
Autor: Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz | Fuente: es.gaudiumpress.org

Un amigo periodista, sabiendo que además de sacerdote, soy químico de profesión,


me entrevistó en radio y me preguntó que si la expresión "partícula de Dios" ,
referida a una partícula sub atómica, más adecuadamente llamada "bosón de
Higgs", no era un intento de negar la existencia de Dios y le comenté que no era así,
pues incluso, quien acuñó el término de "partícula de Dios", para una novela de
divulgación científica, el Premio Nobel de Física (1988), Leon Lederman, había
-1-
señalado que demostrar la existencia del "bosón de Higgs" ayudaría a comprender
mejor "cómo Dios hizo el universo".

La intención de los científicos europeos que dieron a conocer en Ginebra que habían
comprobado la existencia de "la partícula de Dios", contando con la presencia del
Doctor George Higgs, quien en los años sesenta propuso la existencia del "bosón",
no es negar la existencia de Dios o distorsionar la imagen que de Él tenemos los
creyentes.

Ciertamente la utilización del término "partícula de Dios", con el que también es


conocido el "bosón de Higgs", a más de alguno le podría hacer pensar que Dios es
materia y tiene partículas y por lo mismo es "medible" y "manipulable"; a otros les
podría hacer suponer una especie de un "panteísmo", donde el conjunto del todo
"hace a Dios" e incluso algunos podrían llegar a afirmar que "Dios no existe".

Contrario a esas posturas, la comprobación de la existencia de esta partícula señala


como la ciencia y la fe, no están en contraposición, sino que se complementan, pues
tienen como objeto común la verdad, a la cual se acercan de diversos modos. La
ciencia a través de las causas segundas y la religión a través de la causa primera
que es Dios. La ciencia pretende saber "el cómo", la religión nos dice "Quien".

Dios es el creador de todo cuanto existe, visible e invisible y se distingue de su


creatura. Es Espíritu y por lo mismo es inmensurable, es decir no medible. Sin
embargo esto no significa que no podamos reconocer su existencia a través de la
razón y de la ciencia, las cuales nos proporcionan algunos datos sobre Dios. Él
mismo, se autorevela veladamente en el Antiguo Testamento y plenamente lo hace
en la persona de Cristo. Como un acto libérrimo de amor, se limita y toma nuestra
condición humana, sin dejar de ser Dios, para redimirnos, para que lo conozcamos
mejor, experimentemos su amor y sepamos que estamos llamados a la Vida Eterna;
datos que conocemos porque el mismo Dios nos lo reveló por su amado Hijo,
Jesucristo.

El mundo en un orden maravilloso

El orden maravilloso que encontramos en el mundo de las partículas subatómicas,


así como la belleza macrocósmica de las imágenes de las constelaciones en los
límites del Universo captadas por el Telescopio Espacial "Hubble" y dadas a conocer
Aníbal Altamirano Herrera
en el 2009, nos hablan no sólo de un orden y una perfecta armonía, contarios al
caos o al azar, sino de una mente creadora, que para los católicos es mucho más
que "una mente" o "una energía", pues es persona y es nuestro Padre que se revela
en la naturaleza y en cada ser humano, pues Dios mismo asume nuestra condición
humana en su Hijo Jesucristo. Por lo mismo, este hallazgo científico como creyentes
nos alegra, pues habla de la capacidad del hombre de escudriñar el mundo material,
para conocer sus secretos y a través de ellos tener mayor número de evidencias la
existencia de Dios.

El 4 de julio del 2012 para los físicos del mundo será recordado como el día en que
pudieron comprobar hipótesis sobre las "partículas subatómicas" y que su visión de
la "materialidad" del mundo era correcta, pues encontraron el "eslabón perdido" que
-1-
le da sustento a las hipótesis que desde la segunda mitad del siglo pasado habían
propuesto para explicar la manera en que las partículas subatómicas interactúan, se
mantienen unidas para dar consistencia a la materia y se comportan de la manera
en que lo hacen.

En 1972, junto con algunos amigos de la Preparatoria 8 de la UNAM en la que


estudié, presentamos en una exposición universitaria, la figura tridimensional de un
"Orbital D"; dato científico que en ese entonces era una novedad, pues después de
los descubrimientos que dieron pie a la utilización de la energía atómica aún faltaba
mucho por conocer sobre la constitución subatómica de la materia y su
comportamiento, por lo que contaba con diversas hipótesis, como la que ahora se
ha comprobado.

En general, desde la secundaria y en la preparatoria también, a todos, se nos habla


de los elementos de la Tabla Periódica, de los átomos, de los protones, neutrones y
electrones y quizá, cuando se estudia el proceso de vida de las plantas, se menciona
a los fotones. En estudios más especializados sobre el mundo de las partículas
subatómicas se habla de los "quarks" y "leptones" que son de seis variedades cada
uno. Los "leptones" aparecen de manera individual y los "quarks" en pares, los
cuales están unidos por "gluones". Recordemos que estos nombres se fueron dando
a las partículas según se iban "suponiendo" y descubriendo.

Para explicar algunos "comportamientos de estas partículas", el científico Inglés


George Higgs propuso la existencia de una partícula más a la que llamó "bosón", por
lo que desde 1964, esta partícula hipotética fue llamada "bosón de Higgs". Años
después, en una novela de divulgación científica, esta partícula fue denominada por
Leon Lederman como "la partícula de Dios", sin ninguna connotación de tipo
religioso, sino solamente analógico, con la idea de que se sabía que existía, pero
que nadie la había visto.

Por Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz


Rector del Templo Expiatorio a Cristo Rey
Antigua Basilica de Guadalupe

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