Sie sind auf Seite 1von 2

La OEA camina, a paso de tortuga

Ahora, un año después la OEA ha creado otra comisión para Nicaragua, esta vez por mandato
de la Asamblea General, pero Ortega también la rechaza y seguramente correrá la misma
suerte que la anterior, o sea que no podrá hacer nada.

La Prensa
28/08/2019 11:00 PM

El Consejo Permanente de la OEA aprobó este miércoles 28 de agosto, la


integración de la comisión especial que la 49 Asamblea General reunida en
Medellín, Colombia, a fines de junio pasado, mandó a crear con el interés de
facilitar una solución democrática de la crisis de Nicaragua.
El Consejo Permanente de la OEA ya había creado, el 9 de agosto de 2018,
un “grupo de trabajo” integrado por representantes de 12 países de las
Américas, con el mismo fin de contribuir a la búsqueda de una solución
negociada de la crisis sociopolítica de Nicaragua. Pero la dictadura de Daniel
Ortega vetó a aquella comisión de la OEA que estaba presidida por Canadá y
ni siquiera permitió que sus miembros vinieran al país.

Ahora, un año después la OEA ha creado otra comisión para Nicaragua, esta
vez por mandato de la Asamblea General, pero Ortega también la rechaza y
seguramente correrá la misma suerte que la anterior, o sea que no podrá
hacer nada.

No se trata de lamentar ni de criticar la lentitud o la ineficacia de la OEA en el


caso de Nicaragua, a pesar de la dramática violación masiva de los derechos
humanos que ha ocurrido en este país, de los crímenes de lesa humanidad
cometidos durante la represión, del desmantelamiento de la democracia y el
establecimiento de una feroz dictadura policiaca.

Se reconoce que los procedimientos y mecanismos operativos de la OEA son


complicados y lentos, igual que la diplomacia en general, salvo excepciones
entre las que obviamente no está la crisis actual de Nicaragua.

Sin embargo, aunque sea con la parsimonia diplomática lo importante es que


la OEA actúe. El dicho de que son los mismos nicaragüenses los que tienen
que resolver la crisis de Nicaragua, no es totalmente cierto si se considera
que el pueblo de este país ha luchado heroicamente y sigue luchando a pesar
de la cruda represión. Pero es evidente que a pesar de todos sus esfuerzos y
valentía, el pueblo de Nicaragua no puede liberarse y restaurar la democracia
sin apoyo del exterior.

La comunidad internacional, y en este caso la OEA, tiene la obligación de


acudir en auxilio de los pueblos que a pesar de sus luchas y grandes
sacrificios no pueden quitarse de encima a sus opresores y estos no quieren
dejar el poder mediante elecciones libres y competitivas.

La libertad y la democracia no son solo valores abstractos, sino también


compromisos políticos activos de obligatorio cumplimiento, establecidos en
documentos fundacionales como la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, la Carta de la OEA y la Carta Democrática Interamericana.

Una vez constituida la comisión especial sobre Nicaragua, aunque Ortega no


le permita ni siquiera venir al país a cumplir su misión, lo menos que puede
hacer la OEA es aligerar la aplicación del artículo 21 de la Carta Democrática
Interamericana al régimen dictatorial orteguista, con las sanciones colectivas
y unilaterales que se deriven de esa decisión.

Das könnte Ihnen auch gefallen