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Catálogo de buenas practicas

Separación de residuos.

La separación de residuos es una de las técnicas más simples y más útiles que cualquier persona
puede llevar a cabo para ayudar a limitar la presencia de residuos en el medio ambiente.

En la actualidad, las problemáticas relacionadas con el cuidado del medio ambiente y el cambio
climático que deviene de su descuido, justamente, apuntan a plantear la necesidad de modificar
actitudes, prácticas y metodologías de consumo y comportamiento que lo único que generan es
un gran desgaste al espacio físico pero además, y principalmente, un gran nivel de contaminación
y polución debido a que las sociedades (especialmente las urbanas) generan residuos en cantidad
casi interminable sin plantearse políticas de reciclaje. La separación de residuos aparece así como
una técnica importante e interesante para ayudar a contrarrestar esta situación.

Cuando hablamos de separación de residuos hacemos referencia a toda aquella actividad que
tiene por objetivo la diferenciación de los residuos generados por el ser humano en los ámbitos
urbanos. Dejemos en claro que los espacios de las grandes ciudades son los que mayor cantidad y
densidad de población concentran por lo tanto son los que al final también más residuos y basura
generan. Los residuos pasan por diferentes tipos de tratamiento dependiendo de la ciudad, la
disponibilidad física, la tecnología, etc.

Pero lo que es innegable es que los espacios dedicados a la sepultura de residuos ya van
presentando límites y que las sociedades modernas deben plantearse un cambio de estrategia en
el trato de los residuos. Así es que surge la separación de los mismos como una posibilidad: la
misma implica la organización de la basura de acuerdo a sus características en residuos reciclables
y no reciclables.
La cultura de no tirar basura

La basura es un gran problema de todos los días y un drama terrible para las grandes ciudades que
ya no saben qué hacer con tantos desperdicios que son fuente de malos olores, de infecciones y
enfermedades, de contaminación ambiental y de alimañas, además de constituir un problema de
recolección y almacenamiento que cuesta mucho dinero.
En los últimos años, la reutilización y procesamiento de la basura a nivel casero, se ha ido
organizando de tal manera que llegará el día en que los desperdicios sean fuente de riqueza para
las comunidades que los generan.
El hombre empezó a utilizar las materias primas de una forma desordenada, con la excusa
del desarrollo el hombre que explota los recursos naturales más rápido es el que gana
más beneficios, el que produce más basura es más feliz, apareciendo el consumismo y el derroche.
Esto ha producido la proliferación de insectos, roedores y microorganismos patógenos, trayendo
como consecuencia enfermedades catastróficas para el hombre como la peste.
Observando esto se vio que el hombre no podía desentenderse tan fácilmente de las basuras que
originaba y ya que no eran un conjunto de cosas inútiles, sino que de ellas se podían extraer
materias primas, reutilizables, se empezó a utilizar el término residuo.
La ley de residuos define que residuo es cualquier sustancia u objeto perteneciente a cualquier
categoría que figure en el anexo de esta ley, la cual el poseedor se desprenda, tenga intención u
obligación de desprenderse. De esta manera se incluye en la ley la responsabilidad que conlleva
generar residuos.
La escasez de materias primas así como la protección al medio ambiente son razones para
inclinarse por el reciclado, sin embargo de toda técnica de aprovechamiento siempre va quedar
algo que no se va poder reciclar, una parte que deberá ser tratada con una técnica de eliminación.
También es cierto que las técnicas de aprovechamiento siempre son más costosas ya que
requieren de una tecnología más sofisticada y de mayores instalaciones y que la cantidad de
basura que se genera es tal que no da tiempo a reciclarla sin evitar que se acumule.
La recogida selectiva, es decir, la separación de los residuos en origen, debe ser promovida por los
distintos pueblos, en beneficio del medio ambiente, convirtiéndose en una costumbre el reciclar,
de esta manera dejaremos de ser esclavos de nuestra propia basura y podremos no sólo
desentendernos de la basura que producimos sino saber que aquello que hemos consumido nos
producirá el menor perjuicio posible. El reciclado, así como la recuperación de materias primas,
son técnicas necesarias para llevar a cabo lo que denominamos un desarrollo sostenible, sin
embargo en el caso de los residuos, como en otros tantos, los intereses de las empresas dedicadas
a los tratamiento de basura se contraponen con los intereses de los defensores del medio
ambiente, manteniendo a la gente en un perfecto estado de desinformación, adulándoles con la
facilidad de arrojar cualquier desperdicio a la misma bolsa, sin hablarles de las consecuencias que
ello genera, consiguen un día tras otro beneficiarse de su dictadura del derroche.
Se calcula que cada persona produce una media de 1 Kg. De basura al día. La mayoría de los
residuos sólidos urbanos que producimos está constituida por materiales que pueden ser
clasificados con facilidad: papel, cartón, vidrio, plásticos, trapos, materia orgánica e inorgánica,
etc.
El uso racional de agua

El uso racional del agua remite el control y gestión del consumo de agua. Es un concepto incluido
en la política general de gestión de los recursos naturales renovables y asociado a un desarrollo
sostenible que debe permitir el aprovechamiento de los recursos, en este caso del agua, de
manera eficiente garantizando su calidad, evitando su degradación con el objeto de no
comprometer ni poner en riesgo su disponibilidad futura. Estos principios se aplican en proyectos
de ingeniería, arquitectura, urbanismo y agricultura que esté concebido en el marco de la
protección y conservación de los recursos naturales. El agua se considera un recurso renovable
limitado.

El agua es indispensable para toda la humanidad, así como para todos los seres vivos que habitan
el planeta Tierra. De ella no solo dependemos para vivir, sino que es esencial para el desarrollo de
alimentos así como para un desarrollo económico sostenible. La hace especialmente relevante el
hecho de que sin agua es completamente imposible que se dé vida, además es lo primero que se
tiene en cuenta a la hora de buscar vida fuera de nuestro planeta. En la Tierra, donde el agua es un
bien real, su uso adecuado y sostenible permite el desarrollo económico, por el contrario el difícil
acceso a agua potable provoca enfermedades y diezma poblaciones.

No obstante, una gran porción de esta agua es salada, como consecuencia del proceso de
salinización sufrido al infiltrarse entre los minerales de la corteza terrestre. En un balance general,
de los 1400 millones de km³ de agua en el mundo, sólo 33 millones son de agua dulce. De esta
cantidad habría que descontar el 87,3 % que está en forma de hielo en los casquetes polares y
glaciares, y el 12,3 % que constituye el agua subterránea. Queda tan sólo un 0,4 % de agua
utilizable, en volumen 140.000 km³. Esta cantidad, a su vez, está en incesante movimiento de
evaporación - escorrentía, en el fenómeno denominado ciclo hidrológico o ciclo del agua. Por lo
tanto, la cantidad de agua realmente aprovechable es muy pequeña, y sometida además a
numerosas fuentes de contaminación, por lo que debe ser utilizada racionalmente.

Por otra parte están las redes de alcantarillado. El hecho de que aguas fecales o simplemente agua
desechada circule por el mismo lugar por donde lo hacen las personas supone un elevado riesgo
para la salud de éstas, aumentando el nivel de enfermedades y dificultando el desarrollo de la
población afectada.

La inversión en infraestructura, ya sea alcantarillado para encauzar las aguas desechadas, como
facilitar el acceso a agua potable a la totalidad de la población del planeta, son aspectos en los que
se debe incidir para que el agua se convierta en un derecho y deje de ser un privilegio.

Las practicas del saludo y despedida antes y después de clases

El saludo, por lo general, es la primera muestra de elemental cortesía que ofrecemos cuando se
nos presenta a alguien, ingresamos a un lugar, o nos encontramos con un familiar, un amigo o un
simple conocido.

Es una costumbre cotidiana y sencilla que a la mayoría se nos ha inculcado desde que teníamos
uso de razón, la cual encierra un gran valor para quien lo recibe y una desagradable sensación para
quien es ignorado, aunque ante todos, quien niega el saludo es mirado como un individuo altanero
y prepotente, que por su rudeza y mala educación se gana la antipatía de la gente.
Existen diferentes formas de saludar, con una ligera inclinación de cabeza, con breves palabras, e
inclusive con un apretón de manos o un abrazo. Cada cultura tiene su manera de saludar, entre
nosotros, los hispanos, el más usado es el apretón de manos, especialmente, entre varones.

No sobra tener en cuenta algunas elementales reglas: Cuando se salude se debe mirar a los ojos
de la persona, levantando siempre la frente. Al entrar a un recinto, quien llega, naturalmente, es a
quien le corresponde saludar y quien sale, despedirse

La cultura de un buen vocabulario

La enseñanza del español como lengua extranjera no puede pensarse, si deseamos que el hablante
llegue a alcanzar una actuación satisfactoria, como la explicitación de un sistema lingüístico sin
referencia a la comunidad que lo emplea. Parto, pues, de la idea comúnmente aceptada de que
enseñar una lengua es enseñar a comunicarse y para ello es preciso algo más que conocer unas
cuantas estructuras lingüísticas. El alcanzar, por un extranjero, una competencia comunicativa
satisfactoria en español es algo que se plantea como tarea no estrictamente idiomática: "Si lo que
queremos es hablar de manera inteligible a un español tendremos que sentir y pensar como siente
él, y olvidarnos de lo que pensábamos antes; tenemos que penetrar en su mente, saliendo de la
nuestra. El idioma no es más que el vehículo de las ideas y maneras que son propias de cada
nación: sin conocer éstas no podemos llegar a saber el idioma" [Ford 1982, 174]. Quien así hablaba
era uno de tantos viajeros ingleses que a mediados del siglo pasado venían en busca del exotismo
que parecían ofrecer las tierras de más allá de los Pirineos. Dejando aparte lo que desde la teoría
del lenguaje pueda haber de erróneo en sus palabras nos interesa recalcar cómo el aprendizaje de
una lengua extranjera se ha sentido siempre por los hablantes como el acercamiento a un modo
distinto de ver las cosas. Se produce siempre, en aquellos que aprenden otra lengua, un
enriquecimiento de lo que podríamos llamar puntos de vista sobre la realidad. A ese proceso es al
que denomino interacción cultural: el extranjero toma de la nueva lengua formas de expresión
que de alguna manera matizan los contenidos que en la suya habrían recibido otros, p. ej.,
imaginemos al hablante que, en español, abandona la abundante expresión pasiva de su lengua
nativa por la activa o por la impersonal; o que ha de buscar un punto intermedio entre la cercanía
y la lejanía; esta interacción no se da exclusivamente en el caso del aprendizaje de lenguas
modernas de las que estamos

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