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Confieso que he sentido:

 La psicoterapia como liberación. Pag 21.


 Advertencia psicopatológica. Pag 26.
 A veces un juego es sólo un juego. Pag 152

Ser terapeuta, ser humano.

Toda relación, incluida la terapéutica constituyen, en esencia, una relación humana.


Siempre estamos comunicando, percibiendo, procesando. Tanto cliente como terapeuta,
como seres humanos, se perciben, se piensan y se sienten el uno al otro. La habilidad de
percibir lo que el otro expresa, incluso corporalmente no es exclusiva del terapeuta, y,
por más que este intente ocultar las impresiones que el otro le causa bajo la excusa de la
“neutralidad”, juega un papel importante en lo que constituye la relación terapéutica.

León (2016) presenta a la psicoterapia como liberación, explicando que “un proceso
tiene como finalidad la liberación del personaje que encarnamos de manera rígida y
estereotipada durante nuestra vida”, esta invitación sería conveniente extendersela no
sólo a los usuarios, sino vivirla como terapeuta. Entendiendo que todos vivimos como
personaje en determinados contextos, el usuario en su vida, y el terapeuta en consulta.
El terapeuta debe estar al tanto de como se ha construido,como actúa, siente y piensa
durante su rol, en el que se encarna, y la medida en que este influye en su proceder.

Como mencionan Moreno y Casillas (2013) sobre entender su rol del terapeuta, “no
significa que no sienta algo, ni que el consultante no se percate de alguno de mis
sentimientos, (…) en la medida e que me permita dejarme sentir, ayudará a que también
el consultante vaya dejando setir lo que siente”. Este sentir, y dejarse sentir, ayudará a
mantenerse en sintonía, en empatía con el consultante. Generar un verdadero espacio
donde el usuario deje sus males y comience el proceso de encontrar soluciones.

“Estar presentes en sintonía y resonar implican el que, como psicoterapeuta, me permita


sentir lo que sea que sienta e la interacción con el consultante” (Moreno, 2009) Ser
consciente de este juego de percepciones implica alcanzar un mayor entendimiento, que
pueda ser usado como una herramienta positiva en las sesiones. No permite entender,
que muchas veces, sino todas, la práctica en terapia necesita más que sólo la teoría.

La reflexividad del terapeuta sobre lo que vive en la relación con el consultante, nos
recordará que cada persona es distinta, que cada quien vive un mal a su manera, y nos
percibe a su propia forma, aún ante el mismo estímulo podría reaccionar distinto a otro,
aún ante la mejor técnica, no resultar como creemos se supone debería pasar. Nos
advierte León (2016) “No confíes demasiado en las etiquetas diagnósticas: la práctica es
menos rígida que la teoría”.

Extendiendo un poco el concepto de reflexividad, no entran sólo en juego los


pensamientos, emociones, sensaciones y percepciones. Debemos como terapeutas ser
conscientes de cómo manejamos la información o contenido teórico. En otra de las
historias de León (2016), encontramos un niño que debido a experiencias con
psicólogos previas, pide que cuando juegue sea sólo eso, cansado de que a cada acción
le de una interpretación, y es que a veces, como lo dice el título del relato, un juego es
sólo un juego.

Por más contenido, teoría, técnicas y entrenamiento, la base de toda relación terapéutica,
orientativa o diagnóstica en psicología se basa en la interacción y la comunicación, y
como toda interacción, requiere de dos personas que receptan información del otro. Ser
conscientes de quiénes somos y cómo somos nos permitirá proyectar la imagen que
deseamos, el objetivo que queremos alcanzar, de la manera en la que el otro se sienta
cómodo de captar. En otras palabras, ser reflexivos con nuestro comportamiento nos
permitirá, como humanos que somos, relacionarnos mejor con aquel que busca nuestra
ayuda, y brindársela de la mejor manera posible.
Bibliografía
León, S. (2016). Confieso que he sentido. Santiago de Chile: IRL Ediciones.
Moreno, S. (2009). Descubriendo mi sabiduría corporal. Focusing. Guadalajara:
Focusing México.
Moreno, S., & Casillas, E. (2013). La dimensión experiencial del psicoterapeuta:
Implicaciones para la formación y el ejercicio de la psicoterapia. En Z.
Muldoon, & T. Carina, Psicoterapia y Problemas Actuales, debates y
alternativas (págs. 311-331). Guadalajara: ITESO.

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