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ÍNDICE

Dedicatoria--------------------------------------------------------------------------------- pág.2

Agradecimiento-------------------------------------------------------------------------- Pág.3

Presentación------------------------------------------------------------------------------ Pág.4

Introducción ------------------------------------------------------------------------------ Pág.5

Diagnóstico de la realidad de los valores morales----------------------------- Pág.6

Causas de la crisis de los valores morales-------------------------------------- Pág.9

Opiniones sobre la crisis de valores----------------------------------------------- Pág.14

Consecuencias de la crisis de los valores--------------------------------------- Pág.19

Conclusiones----------------------------------------------------------------------------- Pág.23

Sugerencias------------------------------------------------------------------------------- Pág.24

Bibliografía-------------------------------------------------------------------------------- Pág.25

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DEDICATORIA

“Nuestro reconocimiento a nuestros padres que nos han


inculcado los valores morales y a nuestra prestigiosa
Universidad, que va fortaleciendo esta dimensión muy
importante en nuestras vidas para ser excelentes
profesionales: con calidad y calidez en un mundo lleno de
crisis en valores morales”

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AGRADECIMIENTO

Agradecemos a nuestra Maestra que nos ayuda a reflexionar sobre los valores
morales, desde un análisis rico y variado de este tema, que nos permite afianzar
una personalidad humana y cristiana para que podamos ser unos buenos
profesionales, con un espíritu lleno de servicio, de humildad, de tolerancia y de
una voluntad de hacer las cosas de manera que se exprese la “gratuidad” que
llevamos por tener ese don que Dios nos regala a cada uno de nosotros. Del
mismo modo, vaya nuestro agradecimiento a nuestra Universidad, que nos va
formando de modo integral para poder hacer frente a esta crisis de valores
morales y ser parte de esta solución.

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PRESENTACIÓN

El presente trabajo busca entender y comprende el porqué de la crisis moral en el


Perú y en el mundo entero para poder conocer y analizar lo que en realidad pasa y
sigue pasando en el mundo, ya que sus orígenes se ajusta desde la Revolución
industrial y con toda radicalidad desde el Neoliberalismo económico, y podamos
ser parte constructora de un mundo más humano y más justo. Entendiendo que la
crisis de los valores morales tiene diversas causas, ya sean económicas,
materiales, religiosas, políticas, culturales y familiares.

Nuestro trabajo en su primera parte aborda lo que un diagnóstico de las causas de


la crisis de los valores morales en el mundo, conociendo sus diferentes razones.
En su segunda parte, de manera sucinta vislumbra las causas de esta crisis en
sus diversas dimensiones. En la tercera parte presentamos algunas opiniones en
relación a la crisis de los valores morales. En su posterior parte, abordamos sus
consecuencias de la crisis señalada. En su última parte ofrecemos unas
conclusiones y sugerencias ante esta crisis.

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INTRODUCCIÓN

Nuestro trabajo presenta la crisis de los valores morales en todas sus


dimensiones, tanto políticas como económicas, inclusive culturales, ya que ellas
implican procesos complejos en la difícil tarea de encontrar un sentido perfecto de
lo que la vida en valores morales

Presentamos las causas, las consecuencias, opiniones y recomendaciones de los


valores morales para poder entender y analizar lo que es en sí la crisis de esta
dimensión moral en sus valores.

Pensamos que la realidad es crítica, por sus múltiples causas, pero la que tiene
mayor arraigo es la causa económica porque con ella se denigra y se, margina la
vida huma, en otras palabras se cosifica. De tal modo, que el ser humano va en
búsqueda de lo que le satisface pasajera, y no lo que le da sentido.

En cuanto a las sugerencias nos atenemos a brindar pautas prácticas para poder
ayudarnos y mejorar nuestra formación humana y hasta cristiana.

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PRIMERA PARTE

1. DIAGNÓSTICO DE LAS CAUSAS DE LA CRISIS DE LOS VALORES

Desde la Primera y segunda guerra mundiales ya. En cierto modo, se vislumbra


una crisis de valores en el mundo político y económico. Por eso, partimos de esta
pregunta que parece muy sencilla y difícil a la vez: Por qué hay crisis de valores
en el mundo.

Hoy se habla mucho de crisis o falta de valores en la sociedad, con sus


consecuencias de barbarismo de todo tipo: xenofobia, vandalismo, drogas,
reyertas y bandas callejeras, alcoholismo, intolerancia de todos los colores, y un
largo etc., que nos lleva a un evidente retroceso cultural y civilizatorio.

Con lo que el gobierno gasta al año en reponer la infraestructura y mobiliario


urbano roto, las señales de tráfico y luminosas destrozadas, la retirada de basura
y restos de botellones de las calles, etc. en las plazas de cada Región del país.
Con todo ese dineral que cada año se tira a la basura por la incivilidad de una
parte importante de la población, ¿cuántas cosas buenas y útiles, solidarias
y efectivas se podrían hacer?: desde enseñanza gratuita para los niños

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necesitados, mejorar los centros de acogida de inmigrantes que vienen de nuestra
costa acá a la selva del Perú, aumentar los equipamientos de personal y material
de los hospitales y ambulatorios, crear puestos fijos de trabajo para ayuda social a
ancianos y enfermos, etc.

Como no basta hablar de crisis de valores hay que buscar las soluciones, pero las
soluciones no son fruto del invento de un señor. Muy al contrario, las soluciones
pasan, necesaria y obligatoriamente, por corregir las causas que han provocado la
crisis.

Hay bastante similitud entre filosofía y economía: las dos buscan ir a la causa de
la enfermedad para lograr la salud (del cuerpo la economía, del alma o armonía
interior la filosofía), también de la religión porque ella busca que se defiendan los
valores morales desde Dios. Por eso un abad: a dad: Lomgobatdo: hace la
siguiente reflexión:

“Ciertamente el mundo ha llegado a un punto en el que millares y millares de locos se


han lanzado a saquearlo como si en su interior se ocultara un fabuloso
tesoro. Todo el mundo se siente unido a su piel como debería estar unido al
espíritu, sin que nadie se ocupe del espíritu lo más mínimo porque la gente lo
ha confundido con las buenas palabras. Los prestidigitadores charlan y se
mueven sin cesar ante un público embebecido, mientras se desliza entre
ellos un ladrón que introduce hábilmente la mano en el bolsillo de la camisa
de los que están aplaudiendo el espectáculo, y huye llevándoseles el alma
debajo de su capa.

La cabeza de los pensadores es altiva y rígida como una chimenea y ha sido


fabricada con cáscaras de huevo. Los religiosos divulgan unas leyes que
resultan tan vacías como las plegarias con las que se limpian los dientes. Los
sabios unen una probeta a otra probeta mientras vagan errantes por esos
laberintos por los que hace tiempo se perdieron. En cuanto a los maestros,
¿qué se hizo de ellos? Desaparecieron, y a nadie le importa. La gente se ríe
de los santos e insulta a los héroes. El camino recto ya no existe: ahora hay
millares de retorcidos senderos por los que cada uno pretende moverse a su
antojo dando traspiés. Los filósofos han sustituido el conocimiento por el

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absurdo, la calidad por la cantidad. Buscan afanosamente significados allí
donde siempre había residido el sentido común. El vacío resuena y pronuncia
sus discursos en la gran asamblea el desierto. El emperador reina sobre el
olvido. ¿Quién será el que intente recuperar la memoria?”1.

Razón tiene de algún modo lo que señala este monje, pero no lo es en su


totalidad de verdad. Es el triunfo del aparentar sobre el ser, que se refleja en un
vacío interior y caos exterior.

¡Vayamos, entonces, al reencuentro de aquellos valores universales y


atemporales que sirvieron para llevar a la Humanidad al progreso y a la
civilización! Apartemos a los vendedores de humo y sus palabras bonitas pero
vacías y pasemos a la acción a través del sentido. Recordemos la vieja enseñanza
filosófica que dice que “no hay enseñanza superior a la del ejemplo”. ¿Quieres un
mundo mejor? ¡Pues empieza por ser mejor tú mismo!
En la sociedad actual, siempre estamos escuchando o haciendo comentarios
como: "es que se están perdiendo los valores", "existe una pérdida total de
valores". Generalmente cuando realizamos comentarios sobre la pérdida de los
valores, estamos haciendo referencia a los valores morales y sociales.

Cada ser humano tiene distinta concepción y medida de valor, de acuerdo con
sus parámetros y necesidades, por lo que podríamos pensar que los valores
morales son relativos. Sin embargo, cuando mencionamos el término valor,
siempre lo hacemos desde su connotación positiva, siempre lo relacionamos con
el lado bueno, perfecto, valioso, Además es un término que no admite
matices, por lo tanto se tiene o no se tiene valores morales y sociales.

También los valores morales son inherentes al ser humano, mientras más valores
morales posee la persona, se es más humano y se posee mayor calidad de ser
humano.

Los seres humanos vamos interiorizando los valores morales en el núcleo familiar,
generalmente con el ejemplo. De nuestros padres y familiares aprendemos el

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respeto, la tolerancia, la honestidad, la generosidad, la responsabilidad,
entre otros.

A medida que maduramos y crecemos como personas nos vamos familiarizando


con otro tipo de valores, entonces comenzamos a interiorizar los valores
sociales, y comenzaremos a pensar en el respeto a nuestros semejantes, la
cooperación, la comprensión, la vocación de servicio, entre otros.

Siempre, cuando se presentan condiciones de emergencia, estos valores afloran


en la mayoría de los seres humanos. Sin importar que conscientemente no se
practiquen.

Los valores son inherentes a los seres humanos que viven en sociedad, por lo
tanto cabe plantearse las siguientes preguntas: ¿Cuáles son las causas de esta
crisis de valores?

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SEGUNDA PARTE

2. CAUSAS DE LA CRISIS DE LOS VALORES MORALES

Partimos de esta premisa: Todo lo que existe, cualquier realidad tangible, se


conoce como un bien o valor físico, el cual tiene aptitud para satisfacer una
aspiración o necesidad humana. Es decir, los valores físicos son cosas, valores
materiales que hacen referencia a bienes y servicios que ponderamos para vivir
con bienestar. Por otro lado, los valores morales son diversas formas de emplear
dichos valores físicos, ya sea de forma positiva o negativa; son valores simbólicos
y, por lo tanto, emanan del deseo del ser, de las posibilidades o potencialidades
inherentes al ser humano.

Los valores morales:


“Son los valores que expresan la esencia del hombre, a la vez que la van transformando y
enriqueciendo históricamente con las grandes creaciones de la cultura, la civilización, la
humanización; son en concreto, valores de la libertad, paz, igualdad, justicia, amor,
racionalidad, entre otros”.2

Pero ¿por qué el hombre se enfrenta hoy a una crisis de valores? ¿Constituye
éste un problema social y ético? Por ello veamos algunas causas de esta crisis:

a. Al estar los valores dentro de uno mismo, cada persona posee diversos
valores y puntos de vista sobre la realidad. Al diferir los valores de una a los
de otra, surgen fricciones que pueden convertirse en problemas de índole
tanto social como ética, repercutiendo en los diferentes ámbitos de la
sociedad: económico, político, social y cultural. Por lo tanto, al llevar a cabo

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esta reflexión, trataremos desde nuestra perspectiva de estudiantes y
futuros profesionales, de identificar en qué consiste este problema social,
de qué manera influye y repercute tanto en el hombre mismo como en la
sociedad y, al final, las implicaciones éticas que puede llegar a tener para el
hombre dentro del contexto laboral en el que se desenvuelve.

b. En lo personal, consideramos que el tema de los valores es de vital


importancia, ya que es algo que está siempre dentro de nosotros mismos y
determina en gran medida nuestra forma de actuar y de ser. Depende de
nuestra formación recibida en la familia.

c. La falta de examen interior en la importancia del problema de los valores


es innegable; la crisis del hombre actual es una crisis de valores que
requiere un examen crítico, a fondo, de su naturaleza, sentido, fundamento
y jerarquía. Esta causa ilustra con gran claridad que vivimos en una
sociedad que se enfrenta a una crisis de valores, una sociedad donde lo
más importante es tener y donde se promueven las necesidades del
consumismo, dejando a un lado el valor del ser.

d. En la actualidad, en nuestro país se manifiestan gran cantidad de síntomas


debido a la tensión social que existe; uno de estos síntomas es
precisamente que el hombre se conforma con tener garantizadas la
supervivencia y la seguridad, pero ¿dónde quedan los valores?
e. Resulta importante decir que la visión que cada ser humano se forma de la
realidad inicia en la infancia y está influenciada por factores físicos, así que
va cambiando.
f. La visión de cada persona es única; sin embargo, los orígenes de esa
perspectiva son los mismos, está integrada por los componentes: yo, los
demás, la vida, el mundo físico y Dios.

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g. A través del tiempo, la persona se cuestiona sobre esta visión y su
jerarquía de valores, de esta manera podemos ver que aunque ésta sea
negativa, muchas veces la persona decide no cambiarla, porque es un
mecanismo de seguridad. Y es precisamente esto lo que está pasándonos
en nuestros días, sabemos que estamos mal y que nos enfrentamos a una
época en la que se ponderan cosas que en realidad no son importantes,
pero cambiar este paradigma de la realidad y nuestra escala de valores
implicaría un enorme riesgo.

h. Autores como Erich Fromm señalan la gravedad de la crisis de identidad


que existe en la sociedad moderna, la cual está orientada al tener, es decir,
interesada en las cosas más que en las personas. Fromm señala que la
modernidad, considerada a partir de la época industrial, propagó la
“producción ilimitada, libertad absoluta y felicidad sin restricciones”2; sin
embargo, estos rasgos engendrados por el sistema económico enferman al
individuo y a la sociedad, lo cual se manifiesta en el individualismo y el
consumismo.

i. Cada vez es más notable la tendencia general de la sociedad hacia el


consumismo, las personas valen de acuerdo con lo que tienen sin importar
cómo lo hayan conseguido.

j. Es muy claro que vivimos en una sociedad demasiado egoísta y no nos


damos cuenta o, más bien, no queremos darnos cuenta de la cantidad de
personas que viven en extrema pobreza en nuestro país y en muchos otros
lugares del mundo, tampoco de la falta de solidaridad y de justicia social
entre los seres humanos. Esto a la vez fomenta el individualismo, ya que
cada persona se preocupa sólo por sí mismo y por tener cada vez más que
los demás.

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k. Otro aspecto importante dentro de esta crisis de valores es el predominio
de la actividad cerebral y el poco desarrollo de las emociones; lo cual
se fomenta día con día por la enorme cantidad de información con la que se
cuenta hoy a través de los medios de comunicación, la tecnología e
Internet. No quiero decir con esto que la información sea algo negativo,
como tampoco lo son los avances tecnológicos; pero creo que muchas
veces no nos tomamos el tiempo necesario para reflexionar acerca de todo
lo que vemos y escuchamos cada día, pues la cantidad de datos a la que
estamos expuestos es demasiado grande y el ritmo de vida –sobre todo de
las grandes ciudades– es muy cambiante y demandante. De hecho, la crisis
de valores que vivimos en nuestros días se manifiesta en todos los
aspectos de la vida humana: en el modo de hablar, de relacionarse con los
demás, en la forma en que se quiere acumular todo, ya sean posesiones
materiales, información o hasta gente, y también en el ambiente laboral. Sin
embargo, el ser humano entre más tiene, más vacío se siente, ya que el
consumismo exagerado lo aleja de los valores y principios que son la base
de su existencia.

l. El vacío existencial a la doble pérdida que el hombre ha tenido; por un


lado, de algunos de los instintos animales básicos que le daban seguridad y
por otro, de sus tradiciones. “Carece, pues de un instinto que le diga lo que
ha de hacer, y no tiene ya tradiciones que le indiquen lo que debe hacer; en
ocasiones no sabe ni siquiera lo que le gustaría hacer. En su lugar, desea
hacer lo que otras personas hacen (conformismo) o hace lo que otras
personas quieren que haga (totalitarismo)" 3.

m. Al enfocar este problema social al ambiente de trabajo, es importante decir


que lo que se percibe es el fomento de la competencia más que del
desarrollo personal, escandalosos fraudes que han hecho desaparecer a
empresas completas, políticas injustas e inseguras para los empleados,
discriminación por diversos factores (sexo, raza, religión e incluso, estado
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de salud), falta de honestidad y respeto en todos los niveles, poco
conocimiento y difusión del código de conducta o ética, o bien absoluta falta
del mismo en la organización, poco o nulo compromiso con el medio
ambiente y la sociedad, lagunas en la legislación que se prestan a tomar
decisiones que benefician a pocos y perjudican a muchos; en fin, la lista es
enorme. Y pocas veces nos tomamos el tiempo de reflexionar y
preguntarnos qué tan éticas son todas estas acciones y comportamientos,
incluso al interior de nuestras propias organizaciones y en el contexto de la
industria a la que pertenecen.

n. Asimismo, las relaciones interpersonales entre miembros de una


organización son por lo general superficiales, es decir, no implican ningún
tipo de compromiso. Esto no significa que tengamos que procurar
relaciones significativas con todas aquellas personas con las que
convivimos en la empresa, pero si es necesario comprender que por muy
individualista que un hombre pueda llegar a ser, para lograr la
autorrealización es imprescindible la forma en que se relaciona con los
demás. Pero si los valores de cada persona son tan diferentes entre sí,
¿cómo relacionarnos con los demás? Esto es exactamente lo que en
nuestra opinión causa el problema social, ya que al faltar una ética de
valores en los seres humanos, cada vez nos es más difícil relacionarnos
con otras personas, siendo que la relación con los demás es lo que le da
sentido a la vida del hombre.

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TERCERA PARTE

3. OPINIONES DE ALGUNOS AUTORES

Erick Fromm:
“Los valores no sólo son una cuestión personal, sino que repercuten en todos los ámbitos de
la sociedad. Ésta es la razón por la que una crisis de valores a nivel personal se refleja en la
sociedad en su conjunto y se constituye en un problema social, del cual se deriva una serie de
acciones y conductas poco éticas que vemos día a día en nuestro entorno, tanto en la política,
la economía y por supuesto, en las organizaciones, tanto públicas como privadas”3

Continua el autor en su opinión: Al ser éste un problema social de gran


importancia en nuestro país como en cualquier parte del mundo; desde mi
perspectiva considero muy importante y necesario sugerir que se impartan en
todas las organizaciones cursos de capacitación integral, con el objeto de que los
trabajadores no sólo reciban un entrenamiento técnico, sino también una
capacitación enfocada a los valores humanos, lo cual puede fomentar el desarrollo
de la persona dentro del lugar donde presta sus servicios, además de lograr la
congruencia en su manera de pensar y de actuar dentro de la empresa.

Jorge Andabaca:
“Estoy convencido de que al tratar en una empresa a los miembros que trabajan en ella como
seres humanos más que como simples objetos o máquinas, las personas logran niveles más

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altos de satisfacción laboral, lo cual también se ve reflejado en la productividad y resultados
económicos de la compañía”4

Prosigue, para terminar, creo conveniente comentar que desde mi punto de vista,
la problemática que ha originado esta crisis de valores tiene su origen en la
infancia, ya que es en esta etapa cuando se forjan muchos de los valores que
dirigirán la vida de una persona, y es por esto que resulta de vital importancia que
los niños reciban en sus familias y en las escuelas una educación integral,
centrada en la persona como ser único e irrepetible. De esta manera, al pasar los
años y convertirse en adultas, esas personas serán capaces de desarrollar un
pensamiento ético y tendrán una visión diferente de la vida misma, de esta manera
podrá comenzarse a darse un cambio importante tanto en nuestro país como a
nivel global.

Juliana González:
”Qué le pasa a nuestra sociedad? ¿Por qué la corrupción, el robo, el vicio, los asesinatos?
¿Qué hace falta para que los valores se hagan virtudes? Quiero llamar la atención de un
hecho del que se habla tanto, pero que aún no logra convencerme. Hoy se habla tanto, se
discute y se concluye que en todos los ámbitos del actuar humano experimentamos
una profunda crisis de valores, Así se habla de crisis de valores en la familia, en la escuela, en
la persona, en las instituciones etc. Frente a esta catástrofe se emprenden lemas como:
“cruzadas nacionales de los valores”, “los valores están en ti, son los valores del Perú” o
“valores que se siembran en los niños se cosechan de adultos” etc, etc. Sin
embargo, seguimos igual y a veces peor cada día, tal como nos lo demuestra la situación
actual”5

Nuestra opinión:” Desde nuestra perspectiva queremos proponernos la siguiente


premisa: no estamos ante una crisis de valores, o ante la práctica de valores
humanos. Para hacer inteligible esto y fundamentar debemos esclarecer dos
conceptos claves expresadas bajo la pregunta: ¿Por qué la crisis de valores o
para qué la crisis de valores?

Otro autor señala lo siguiente en relación a los valores y la virtudes: Viktor


F.:” ¿Qué entendemos por valores y qué por virtudes? En el lenguaje ordinario o

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cotidiano usamos indistintamente los términos valores, virtudes y cualidades
como sinónimos, sin embargo, si los analizamos desde una perspectiva filosófica
podemos hacer algunas precisiones respecto de estos términos. Valor tiene una
extensión más amplia que virtud porque abarca a la totalidad del ser, y además,
es trascendente al hombre.

En cambio la virtud tiene una connotación más restringida, está circunscrita sólo
al ser humano y por ende es inmanente a él. Sólo el hombre puede ser virtuoso, el
resto de seres no. Sin embargo, podemos predicar de todos los seres, incluido el
hombre, que son realidades “valentes” porque poseen valor. Apoyados en el
razonamiento lógico, podemos inferir estos principios a partir de los términos
descritos: “toda virtud es un valor, pero no todo valor es virtud” por ejemplo,
la amistad es un valor y una virtud, en cambio el oro, el dinero, o los
valores materiales se quedan en el nivel de valores pero no llegan a ser virtudes.
Otro postulado sería: “no hay virtudes sin valores aunque si hay valores sin
virtudes”. Esto significa que los valores, por ser realidades universales, objetivas
e inmutables, existen independientemente de nosotros, en cambio las virtudes no
existirían si no los adquiere el hombre.

Está siendo una crisis con una intensidad y duración de dimensiones no


reconocidas anteriormente, en escenarios económicos, sociales y tecnológicos
cambiantes e inéditos y con el componente de las personas intentando adaptarse
a una situación absolutamente sorpresiva y con muchísimos daños colaterales que
condicionaran el futuro global. Más todavía, creo firmemente que el fin de la crisis
no existirá como retorno a los años “felices” sino como inicio a un nuevo orden
económico, social,… Creo que la crisis sumada a “todo lo digital” está fraguando
un nuevo modelo en todos los órdenes.

Dirigentes, estrategas, consultores,… tienen complicado su papel de visionarios


de futuro puesto que nos adentramos en escenarios totalmente nuevos y en
ocasiones incompresibles con los parámetros de conocimiento tradicionales. Es
por ello, que frente a estas incertidumbres de futuro uno no tiene por más que
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recurrir a la creencia en las personas y sus valores individuales, sociales y
profesionales.

Marcial Pulgar Vidal: De hecho son estos valores que como condiciones
necesarias y no suficientes nos están permitiendo navegar en este nuevo
contexto y que seguirán siendo determinantes en el futuro. Si los tuviéramos que
enumerar serian:

1. Agilidad. Este es el valor que más me seduce puesto que es el asociado


al instinto de supervivencia y superación. Cuando nuestro entorno
cambia, la velocidad en detectar el cambio, interpretarlo y actuar puede ser
la diferencia entre “vivir” o “morir”. Darwin de alguna manera lo postula
diciendo que la supervivencia de las especias está en su capacidad de
adaptación. En este periodo de crisis quien creyó de manera pasiva que
solo era un socavón en la velocidad normal de crucero seguro que fue
víctima de su temeridad. Vivir la crisis con un sentimiento de cambio, de
evolución, de interpretación continua es el mejor seguro para la continuidad
del viaje. En el futuro este valor no dejara de tener su relevancia ya que
en el futuro la palabra estabilidad no existirá y la revisión continua deberá
ser permanente. Las organizaciones y las personas ágiles en adoptar los
nuevos parámetros que vayan surgiendo serán los que marcaran el ritmo
de las tendencias económicas, sociales, tecnológicas, culturales,… y será
ello lo que proporciono ventajas competitivas determinantes.

2. Fortaleza. Hablaría de fortaleza en el sentido de capacidad o cualidad de


afrontar grandes retos. Las organizaciones igual que los individuos deben
tener y procurar la energía necesaria para soportar las adversidades y
afrontar los desafíos que la cotidianidad nos presenta. La fortaleza se
practica, se entrena, se atesora y finalmente se recurre a ella como si de un
capital se tratara. La fortaleza financiera, emocional, creativa, humana,…
es lo que marca músculo entre organizaciones e individuos y en el futuro la

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fortaleza practicada será un gran impulso en el nuevo orden. Pero cuidado
con cultivar la fuerza bruta estoy pensando en una fuerza elástica, ágil,
fibrosa acorde a los nuevos requerimientos.

3. Laboriosidad. En estos momentos las organizaciones e individuos que


perviven han tenido que recuperar un valor que tengo la sensación se
había olvidado un poco y es el trabajo, el trabajo duro, el trabajo intenso,
el trabajo de una hora más que mi “competidor”. La cantidad también ha
tomado su importancia y es el esfuerzo cuantitativo, reiterativo, constante
que debe integrarse en la cultura y modo de hacer de estos momentos y
por supuesto de los futuros. La competitividad en el futuro también estará
asociada al trabajo que será el comodín que cualquier persona u
organización tendrá entre sus manos para llegar al objetivo cuando no lo
consigue con otros atributos.

El padre Salvador Barba acotó que:

“una sociedad narcisista es común que aloje hombres enfermos, por lo que se ve
esa tendencia a “normalizar” la corrupción y los antivalores. Y mientras nos
hundimos en esto, perdemos la visión de “el otro”, que en este caso se refiere a la
creación entera, y cuando nos olvidamos de los demás, perdemos todo contacto con
los valores”6

El profesor Quirós Guardia también aceptó que existe una crisis, pero hay que
ver quiénes la plantean, porque no es solo un sector, o una persona, y de esto
solo se sale con educación, con aprendizajes.

Se le dio oportunidad al público para preguntar, y entre esas participaciones


destacó la pregunta de un estudiante, quien quiso saber la opinión de los
expositores sobre la posibilidad de que exista una relación coherente entre lo
económico y los valores.

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Para el Vicepresidente, debe existir un compromiso entre el poder político y la vida
pública, uno debe ser para el bienestar del otro. El profesor Quirós lamentó que se
dé una relación de hipocresía en muchas de las instituciones del país, entre las
que citó el campo político y la Iglesia, pero también en toda la sociedad, y estamos
aceptando que esto se dé.

Una estudiante consultó acerca de cuál es el valor más influyente en la creación


de una mejor sociedad. Para el profesor Quirós, ese valor está en conocer,
respetar y comprometerse a crecer juntos, con equidad y compromiso, pero que
siempre debe haber disidencia para que las cosas marchen mejor.

El padre Barba estimó que es la igualdad, y precisó que el Estado debe ser una
escuela en este sentido, una escuela de valores, si bien recordó que este papel
deben cumplirlo el hogar, la familia y la sociedad en su conjunto

Finalizó el padre Barba con un llamado a formalizar la participación, a crecer en


valores, y a fomentar la inteligencia en el marco de la vida pública.
El acto se desarrolló en un clima de mucho interés, con un auditorio abarrotado de
estudiantes, autoridades universitarias, docentes y administrativos, público
invitado y representantes de los medios de comunicación.

No todas las personas que se encuentran habitando en


este momento este planeta Tierra se comportan de la misma manera, por lo cual
lo que expondré a continuación se refiere a tendencias mayoritarias, aunque por
supuesto tampoco son mayoritarias en todas las regiones del mundo ya que hoy
existe un abismo que separa por un lado un mundo, el de los bendecidos por el
destino que usufructúan de los adelantos de la ciencia, la medicina y la tecnología
y por otro el de los excluidos, olvidados o ignorados por la suerte o mejor dicho
olvidados por los hombres que tienen en sus manos los destinos de la vida en el
planeta.
Y menos aún estos quebrantos de los valores morales y éticos son exclusivos de
estos tiempos que estamos viviendo, que se han dado en llamar post modernidad,

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sino que siempre existieron y seguirán existiendo, generados por personas
perversas, con trastornos en su personalidad que nacieron con el designio de
hacer el mal y que dañan y contaminan con su maldad a su entorno y a la
sociedad en general habiendo llevado a la misma en diferentes oportunidades a
tremendas crisis cada una con sus características particulares.

CUARTA PARTE

4. CONSECUENCIAS.

 Se señala de algún modo que la Edad Moderna como la fecha más


aceptada del inicio de la Edad Moderna sería la toma de Constantinopla por
los turcos en 1453 coincidente con la invención de la imprenta y el
desarrollo del humanismo en el Renacimiento. Fue en ese momento que
se produjo la revalorización de los postulados neoplatónicos, en Italia los
cuales quedaron plasmados como documento en magníficos frescos de
Rafael. Uno de ellos “La escuela de Atenas” celebra la investigación de la
verdad racional, la FILOSOFÍA, y es donde se honra las cualidades
máximas del espíritu humano, LA VERDAD, EL BIEN y LA BELLEZA. En
otro fresco, en el consagrado a la LEY, se exaltan las tres virtudes a que
podían aspirar los hombres: LAPRUDENCIA, LA TEMPLANZA y LA
FORTALEZA.
 Otros historiadores en cambio, opinan que las consecuencias de la crisis
de los valores morales aparece desde de la Edad Moderna, a partir de la
Revolución Francesa, forjada también por una crisis de valores, con el
cambio de pensamiento que ella generó. Esta época, inspirada y
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fundamentada en el pensamiento de Descartes se caracterizó por la
racionalización de la existencia. De cualquier manera la modernidad se
extendería hasta aproximadamente el año 1970 del pasado siglo XX.
Cuando comenzaría la llamada Postmodernidad.
 Como el paso del tiempo ha ido alejando tanto estas épocas del presente
se ha agregado una cuarta: la Época contemporánea cuando se intensificó
la tendencia a la modernización. Fue la era de los descubrimientos
científicos, el S.XIX o siglo de la luces, con el triunfo y desarrollo de fuerzas
económicas y sociales que llevaron a la creencia de una cercana victoria
sobre la ignorancia y la servidumbre por medio de la ciencia y de las
diferentes doctrinas sociales que tenían como finalidad la búsqueda de la
felicidad del ser humano y que equivocados o no y a pesar de que
implicaron terribles y devastadoras guerras que marcaron este período,
siempre tuvieron como objetivo el bien común, inspirados en la razón y en
la validez de los viejos valores morales y éticos.
 Podemos decir que durante la modernidad el Hommo Sapiens Sapiens dio
un salton imponente en su evolución cuando se dedicó a buscar las
realidades trascendentales del mundo en que habitaba buscando unificar
todos los conocimientos que iba adquiriendo, tanto los científicos ( lo
verdadero de los griegos) como los morales (lo bueno) y los artísticos (lo
bello) para conseguir el control de las fuerzas naturales y lograr así el
progreso Social entronando a “la diosa razón” lo que generó la aparición de
grandes utopías, tanto sociales como políticas, económicas, tecnológicas,
industriales etc.
 El hombre moderno centró entonces su atención fundamentalmente en la
gente, redescubrió la naturaleza y la cultura y adoptó una posición científica
positiva, abandonando a Dios como el centro absoluto de universo tal cual
lo había hecho en el medioevo. Comprometido con la humanidad,
enamorado de la vida se sintió básicamente optimista y trató de cambiar el
mundo, para lo cual comprometió su presente. Los siglos XVII XVIII Y XIX
constituyeron la era de las revoluciones: revolución científica newtoniana, la
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R. industrial la R burguesa y las liberales (Francesa y las independentistas
americanas) con sus ideas de progreso y de confianza en la ciencia, que se
caracterizó por el crecimiento de las grandes ciudades y la aparición de una
nueva conciencia social donde se reafirma el valor del hombre y se lo
considera el protagonista de la historia procurando un futuro mejor para el
mismo.
 Durante el S. XX la integración mundial creció y todo este crecimiento se
hizo no sólo con un esfuerzo inmenso de múltiples y brillantes pensadores,
científicos y artistas que signaron este tiempo, sino también como
consecuencia de la necesidad de aceptar y suplir la pérdida de millones de
vidas humanas en las terribles guerras que se habían suscitado, siempre en
la búsqueda de cumplir con el ideal de una mejor vida para todos lo que
llegó a implicar la pérdida del “yo” en beneficio del “nosotros”.
 Según Eladio Urbina los hombres modernos se identificaron con Prometeo
el dios griego que por haber entregado el fuego a los hombres debió
transcurrir el resto de su existencia encadenado a una roca, sufriendo
atroces dolores al ser sus órganos devorados diariamente, los cuales
volvían a crecer indefinidamente como condena de haber puesto en marcha
la evolución de los seres humanos. Esta consecuencia indicas hacer lo que
quiere con tu vida porque eres libre.
 Los objetivos que se plantearon en la modernidad son sin lugar a dudas los
más caros a la humanidad. El problema no estaba en ellos sino en los
medios que se estaban utilizando los que llevaron en los años sesenta a
una nueva crisis en el mundo, en un tiempo de guerras, discriminaciones y
conflictos de todo tipo, lo que generó la reacción fundamentalmente de la
juventud que buscó separarse y diferenciarse de sus mayores surgiendo
diferentes movimientos de protesta por Ej. El mov. Hippie con sus banderas
de anarquía y no violencia los Beatles con sus baladas de crítica, la lucha
por la liberación de la mujer, contra la discriminación étnica y de los
homosexuales entre otros. Aparece en ese momento una canción
emblemática contra la guerra de Vietnam, pregonando paz, compasión y
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libertad: “La respuesta está en el viento” de Bob Dylan que decía entre
otras cosas ¿Cuántos caminos tiene que andar el hombre antes de que lo
llamen hombre?- ¿Cuántos mares tiene que surcar la paloma blanca antes
de que descanse en la arena?- Sí y ¿Cuánto tiempo tienen que volar las
balas de cañón antes de que sean prohibidas para siempre? - La respuesta
amigo mío está soplando en el viento. Y el viento sopló, y se hizo temporal
y otra vez la ley del péndulo se cumplió haciendo que los seres humanos
terminaran siendo arrastrados para el otro extremo.
 El hombre posmoderno comienza a sentir que el proyecto moderno es
muy arduo y no lo acepta más diciéndose: dejemos la roca abajo y
disfrutemos de la vida ya que ésta es muy corta para desperdiciarla así. Se
abandonan entonces los ideales y se decide disfrutar del presente con una
actitud despreocupada. Es el tiempo del “YO”. Tras la pérdida de confianza
en los proyectos de transformación de la sociedad piensa que sólo cabe
concentrar los esfuerzos en la realización personal y comienza a sentir que
es posible vivir sin ideales. Lo importante es conseguir dinero, mucho
dinero, no importa cómo; disfrutar la vida al máximo; mantenerse lo mejor
posible. Aún la familia pasa a un segundo lugar.
 El símbolo de esta época es Narciso, el hombre enamorado de si mismo
que deja transcurrir su tiempo admirando su imagen en la fuente. Los
grandes principios éticos y morales de la modernidad dejan de ser
universales.
 Y son los medios de comunicación, en gran medida, los responsables de
estas transformaciones ya que ellos han permitido la salida a la superficie
de las voces de todas las culturas, de todos los subgrupos, con sus
diferencias de perspectiva de los hechos que permiten conocer al momento
las tremendas dificultades de millones de personas para sobrevivir en el
mundo actual, o las terribles perversiones de otros que con un gran monto
de agresividad nos asaltan diariamente desde pantallas del televisor, los
diarios y la radio. Y estas diferentes perspectivas generaron la caída de una
visión unitaria del mundo, de su historia y sus valores, lo que lleva a buscar
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“la libertad de hacer la mía” sin respetar los derechos del otro. Entonces
aparece el “esto no se arregla más, no me concierne, no puedo hacer
nada,…”, siendo la juventud fundamentalmente la que se ve arrastrada en
esta manera de sentir al considerarse aislados e incomprendidos al tiempo
que no comprenden tampoco lo que está pasando y tratando de
diferenciarse transgreden y desdeñan las normas de la sociedad exigiendo
con violencia lo que ellos entienden “su verdad y sus derechos”. La
violencia que se ve en el cine, la televisión, Internet, y también en la calle se
suma a una educación tanto familiar como formal cada vez más devaluada.
 También por los años setenta comienzan a aparecer los llamados libros de
autoayuda que impulsan a aumentar el amor por si mismo lo cual fue en
muchas oportunidades mal interpretado. Por ejemplo insistían en “tú eres
la persona más importante para ti mismo” lo cual no es lo mismo que “tú
eres la persona más importante” que muchos interpretaron, olvidando que
los derechos de cada uno terminan donde comienzan los de los dem
 Asimismo llevaron a la personificación de la vida. Todo tiene que lograrse
“ahora”, “ya se olvida del valor de la afirmación de Kierkegaard –“La vida
sólo puede ser comprendida mirando para atrás y sólo puede ser vivida
mirando para adelante”. Al futuro se lo ve lejano, quizás improbable.

 Por un lado la ciencia, la medicina van ganando batallas a la


enfermedad, pero los jóvenes se mueren cada vez más temprano en
accidentes de todo tipo, o por tremendas enfermedades que irrumpen o
reaparecen como el sida, el dengue y en guerras o en catástrofes naturales.
Entonces ¿para qué preocuparse e hipotecar años en un futuro
impredecible? a la vez que se desvaloriza el pasado la experiencia y los
valores admitidos. Se resta importancia al otro y a su esfuerzo. Paradigmas
de la sociedad como los médicos y los maestros son atacados y
desvalorizados, tal como lo estamos viviendo en el presente en nuestro
medio, aunque también es cierto que ellos han cambiado muchas pautas de
su actuar.
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 El hombre posmoderno obedece a juicios múltiples y contradictorios entre
sí. En lugar de un yo común lo que aparece es una pluralidad de personajes
que dejan su huella, aunque por poco tiempo (a disfrutar los quince minutos
de fama que les corresponde). Esas razones serán entonces cambiadas
rápidamente y lo que en la modernidad se vivía con tensión y conflicto
ahora se vive sin drama ni pasión.

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CONCLUSIONES

En conclusión, podemos decir que valores son aquellas realidades que valen en
sí mismas y hacen valer a quienes participan de ellos.

La virtud en cambio es un hábito operativo bueno, una cualidad que se adquiere


con mucho esfuerzo. El valor es una realidad valente que nos atrae, en cambio,
cuando participamos de ese valor o lo hacemos nuestra, se convierte en virtud.

Nos queda por analizar el otro término que se usa como sinónimo de virtud y es lo
referente a cualidad, este no es un término unívoco, es decir que se puede usar
con un solo significado, sino más bien, se trata de un término análogo porque se
dice de varios modos o sentidos. Por ejemplo puede referirse a un hábito o una
disposición. Puede ser también una capacidad – como ser un buen corredor o el
de ser duro o blando - puede también ser algo afectivo como la dulzura. Los
escolásticos definían a la cualidad como un accidente modificador del sujeto. En
suma, en términos generales se puede entender la cualidad como propiedad de
las cosas.

En este sentido aplicando nuevamente la lógica podemos inferir que toda virtud
es una cualidad, más no toda cualidad es virtud. Como he mostrado hay

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cualidades inherentes al hombre que no son virtudes y otras cualidades que son
adquiridas y constituyen las virtudes.

Aclarado esto, podemos indicar que lo más adecuado y propio es usar


indistintamente los términos: virtudes, valores humanos o calidades
humanas como sinónimos, más no a la ligera: valor, virtud y cualidad.

Ahora bien, decimos que lo propio es hablar de falta de virtud y no de crisis de


valores porque los valores están ahí, son universales, inmutables y objetivos.
Puede que se acabe nuestra amistad (virtud) pero no la amistad, (valor) puede
que digamos nuestra verdad (virtud) pero no la verdad (valor). Por tanto, el
problema que hemos de enfrentar hoy es: hacer a los hombres virtuosos para que
su acción sea buena.

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SUGERENCIAS

 La formación en valores es una terea que nunca acaba, es permanente.


 En toda crisis resurge al novedoso coco lo es la vida misma, es decir cada uno
es dueño de su vida y de su formación, pero que a la vez necesita de otra
persona que le ayude.
 Dar charlas de formación en valores
 Asesorar a las personas que necesiten fortalecer sus valore morales
 Dedicar un espacio o tiempo para la oración y reflexión personal
 Fortalecer los valores, a través de espacios de retiros o de reflexión.
 Revisión de vida o corrección fraterna entre los estudiantes.
 Dar asesoramiento psicológico para fortalecer las capacidades en valores
morales.

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BIBLIOGRAFÍA

1.- Apuntes del curso “Empresa y Sociedad”, Profesor Giulio Chiesa.


2.- FROMM, Erich. Tener o ser. Fondo de Cultura Económica, México 1976.
3.- FRANKL, Viktor E. El Hombre en busca de sentido. Editorial Herder, Barcelona
1994, pág. 105
4.- GONZÁLEZ, Ana María. El Enfoque centrado en la persona, Editorial Trillas,
México 1991, pág.145.
5.- GONZÁLEZ, Juliana. Los Valores humanos en México, Siglo XXI editores,
México 1997.
6.- La Moral II Marcial Pulgar Vidal Autores cristianos Ed. 1990

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